Sailor Moon no me pertenece.

Anhelando tu amor

Acercamiento.

Serena no pudo evitar emocionarse al verse al espejo, llevaba puesto de vestido de novia, la modista lo había dejado en su apartamento hace solo un par de horas, y había sucumbido al deseo de vérselo puesto, dentro de dos días iba a casarse con el hombre que amaba y con quien llevaba saliendo casi un año.

Había sido amor a primera vista, se habían conocido en una cena de unos amigos en común de los padres de ambos, apenas habían cruzado miradas se había sentido atraída por él. Diamante era un hombre guapo, de ante mano había supuesto que más de alguna mujer estaba tras él, pero había sido ella la que había conquistado el corazón del hombre y ahora dentro de muy poco tiempo iban a sellar su amor por el resto de sus vidas.

Ese año terminaba por fin su carrera universitaria de fotografía y tenía cientos de ofertas de revista, agencias de publicidad entre otras, Diamante no le había prohibido trabajar, tan solo le había solicitado no estar mucho tiempo lejos de él, a lo cual ella había accedido de inmediato, no iba a ir en contra de su marido.

- Es un hermoso vestido.- Se dijo a si misma.- Diamante va a adorar este vestido.

Vio también de reojo otra caja que le había llevado la modista, allí había un conjunto de ropa interior especial para su noche de bodas, aunque ya habían intimado con Diamante, había sido él quien le había pedido algo especial para su primera noche como marido y mujer.

Quería agradar a su futuro marido, por eso también había accedido a hacer una gran ceremonia de matrimonio y también una gran fiesta, aun cuando su deseo interno era tener algo íntimo, solo con los amigos y por supuesto familia, por el contrario a ella y sus deseos, Diamante había organizado una fiesta para casi doscientas personas.

Estaba sumida en su alegría cuando escucho sonar el timbre de su apartamento, debía de ser su amiga Rei, había quedado con ella para que fuera a su casa a darle un opinión sobre cómo le quedaba el vestido, corrió hasta la puerta llevando con cuidado entre sus manos la cola del vestido, al abrir la puerta se quedo mirando al visitante, no era Rei su amiga, era el primo de Diamante.

- Darien. . .- Lo miro de pies a cabeza.- ¿Qué haces aquí?

- Hola Serena. . .- El pelinegro hiso su mismo gesto, la miro de pies a cabeza.- Te ves hermosa vestida de novia.

- Estaba probándomelo.

- ¿Puedo pasar?

- Claro. . .- La joven se apartó para darle el paso el hombre.- Ponte cómodo.

Vio al hombre ir hasta su sala de estar, a pesar de que conocía a Darien dado que era familiar de Diamante y trabajaban juntos en la empresa familiar Chiba no alcanzaba a comprender el porqué de la visita del pelinegro, ellos no charlaban mucho cuando se encontraban, solo se saludaban cortésmente, y por el mismo Diamante sabía que Darien era un hombre sumamente ocupado.

- ¿Darien quieres algo de beber?- Decidió romper el silencio, llevaba casi un minuto ahí sin decirse nada el uno al otro.- Tengo vino y refresco. . . A menos que quieras café, de ser así tengo que ir a poner la cafetera.

- ¿Cuál es el alcohol más fuerte que tienes?

- El vino. . .- Murmuro sin comprender

- Una copa de vino por favor. . . Y te sugiero que traigas una para ti también.- Le ordeno con voz fuerte, casi como si ella fuese un empleada de ella.

- Si.

Volvió en menos de dos minutos hasta la sala, llevando el vino y las copas, había decidido hacerle caso a Darien y beber una copa, hasta donde conocía al primo de su prometido era un hombre que no aceptaba un no por respuesta ni mucho menos que le nieguen algo.

- Bien tu dirás a que se debe tu visita a mi casa.- Murmuro, quería que Darien se fuera luego, la miraba de una forma extraña que la hacia sentir incomoda, ahora el hombre estaba sentado en su sala como si fuera el dueño del lugar.

- Serena yo hubiese dado cualquier cosa con tal de no ser quien te diese esta noticia. . .

- ¿Qué noticia?- Lo miro en tanto le entregaba la copa.- ¿Pasa algo malo?

- Serena. . .- Darien la miro a los ojos.- Se trata de Diamante.

- ¿Le ha pasado algo?- La joven de pronto sintió pánico.- Dime Darien. . . ¿Qué ha pasado con mi Diamante?

- Él. . . Diamante. . .

- ¡Darien!- Serena se tiro a sus pies desesperada, el miedo estaba invadiéndola por completo.

- Maldita sea Serena.- Darien se puso de pie y la tomo de los hombros para que ella hiciera lo mismo.- Diamante huyo con su amante.

- ¿Qué?- Aquello no podía ser cierto.- No. . .

- Serena escúchame. . . Diamante se acaba de ir con su amante de hace cuatro años.

- ¡Mientes!- Quiso darle una bofetada por aquello, pero él fue más rápido y sujeto de sus manos.- Odias a Diamante, él siempre me la ha hecho saber, lo odias porque él va a heredar el imperio Chiba. . . No tu. . .

- ¿Qué diablos estas diciendo?

- Diamante me dijo que tus abuelos han estado decidiendo entre ustedes dos quien finalmente se queda con el control de la empresa familiar. . . Seguramente ya han tomado la decisión y has venido aquí para vengarte de alguna manera de él.

- No sabes lo que dices Serena. . . No comprendes la verdad de todo.

- Suéltame.- Le exigió.- Voy a llamar a Diamante y verás como todo esto que me dices es mentira. . . Él me ama, nos vamos a casar dentro de dos días. . . Mírame, tengo puesto el vestido de novia.

- Serena escúchame. . . Tienes que creerme, Diamante huyo al caribe con su amante Esmeralda.

- ¿Esmeralda?- Ella sabia a quien se estaba refiriendo él.- Pero ella es su secretaria además tiene un novio, yo lo conozco, se llama Zafiro. . .

- Zafiro siempre ha sido una tapadera para ambos, él es gay, ambos lo sabían y lo vieron como la única forma de que nadie sospechara de ellos.

- No. . . ¡Mientes!

- Serena por todo lo más sagrado y respetable de este mundo yo jamás te mentiría.

- Diamante me ama. . . Me ama. . . Él no puede hacerme esto.- La joven presa del pánico y llevada por el dolor que él le estaba causando lo miro con los ojos llenos de lágrimas.- ¿Por qué? ¿Qué te he hecho yo para que quieras destruir mi felicidad de esta forma?

- No trato de hacer eso Serena. . .

- Tengo que llamar a Diamante. . .

- Hazlo, pero no te va a contestar.- Darien le tendió su propio teléfono móvil.- Llevo todo el día tratando de contactarme con él, pero no responder, incluso llame al móvil de Esmeralda, pero ni ella contesta.

Serena comenzó a marcar frenéticamente el número de su prometido, se lo sabía de memoria, pero eso no significo nada, Diamante no le contesto, el buzón de mensajes se activo, pero ella fue incapaz de decir algo.

- Dejame ayudarte.- Darien le quito el móvil.- Siéntate Serena, hay mucho que debes comprender.

- Yo. . . yo. . .

- Tranquila.- Darien se sentó en el sofá y la puso sobre su regazo.- Escúchame, estas en estado de shock. . . Pero te ruego que me escuches.

- Sí.

- Estas temblando. . .- Darien le paso los brazo alrededor de su cuerpo.- Serena tienes que ponerte bien.

- Sí. . .

- Escúchame, Diamante se fue al caribe con Esmeralda, tomaron el avión de las cinco de la mañana, hoy estaba en una reunión de negocios y tenia mi móvil apagado, de modo que Diamante me dejo solo un mensaje de voz.

- ¿Aun. . .?- Tuvo que ahogar un sollozo.- ¿Aun guardas ese mensaje?

- Sí. . .

- Quiero oírlo. . .

- No Serena. . .

- Dejame oír esa grabación maldita sea.

- Esta bien.- Darien puso el móvil en alta voz.- Pero recuerda que estoy contigo.

- . . . Darien escúchame bien, me estoy yendo al caribe con mi Esmeralda, es una larga historia primo, el hecho es que no me voy a casar con Serena, ya no me sirve para nada, arregla tu ese problema ya que eres el héroe de la familia, el perfecto Darien, espero que te hundas con las malditas empresas Chiba. . .

- Diamante mi amor el vuelo ya esta por salir. .

- Bueno ya me tengo que ir, arregla tu el problema, la familia lo espera asi, por cierto dile a Serena que tome los billetes de nuestra luna de miel para irme con Esmeralda. . .

- No. . . – Serena se revolvió entre los brazos.- Suéltame, tengo que ir tras él.

- Serena por favor. . . Déjalo.- Darien la sostuvo con más fuerza.- ¿No lo comprendes? Él nunca te amo. . . Solo estaba contigo porque pensaba que nuestra abuela al verlo sentar cabeza iba a dejarlo a cargo de las empresas Chiba.

- No, no es cierto, él me quiere, me quiere. . .

- Serena por favor comprende que él solo jugo contigo.

- No es cierto, nos vamos a casar. . .

- Tu misma has escuchado el mensaje de voz Serena.

- ¿Desde cuando sabes que Esmeralda es su amante?

- Lo supe esta mañana cuando escuche el mensaje, fui a interrogar a Zafiro y el soltó todo.

- Quiero saber lo que te dijo.- Le pido mirándolo a los ojos.- Todo.

- Dijo que es gay, que su novio también trabaja en la empresa, que Diamante los descubrió y lo obligo a fingir ser el novio de Esmeralda o de lo contrario iba a despedirle a él y a su pareja, y se iba a encargar de que nunca encontraran trabajo.

- ¿Le creíste?

- Claro, no es la primera vez que sé que Diamante hace esa clase de amenazas.

- Continua.

- Me dijo que Diamante y Esmeralda tienen por lo menos una relación de hace como cuatro años, también me dijo que incluso tienen un departamento juntos al otro lado del país, cerca de la costa del norte.

- Eso explica los viajes de fin de semana hacia ese lugar.

- Me dijo también que los escucho discutir hace como un año respecto a ti, que Esmeralda lo había amenazado con dejarlo si seguía contigo, pero que él le prometió que lo suyo contigo era solo un truco para que mis abuelos le dieran el control de la empresa.

- Diamante me utilizo. . . No puede ser cierto, todo esto tiene que ser una pesadilla, todo esta listo para la boda, él no puedo hacer esto.

- Serena sé que tienes que estar muy afectada, sé cuánto dolor te estoy causando, te ayudare en todo lo que necesites.

- Dejame sola Darien. . .

- No, pídeme lo que sea menos eso, no estas bien, aun tiemblas y has palidecido mucho en menos de un minutos.- Darien le toco las mejillas.- Estas fría.

- Quiero estar sola.- Serena logro ponerse de pie, pero la falta de fuerzas la hiso caer al suelo.

- ¡Serena!- Darien la tomo en brazos rápidamente.- Te llevare a tu cama, no estas bien, llamare a un doctor o a tu familia.

- No a mi familia, no por favor.

- Entonces yo me quedare a cuidar de ti.

- No es necesario, bastara con que me lleves a mi cama.

- Serena yo lamento todo el dolor que debes estar sintiendo, muchas veces trate de advertirte de los trucos sucios que utiliza Diamante para obtener lo que quiere, pero nunca tuve la oportunidad de acercarme a ti.

- No sigas. . . No sigas. . .

- Lo siento.- Darien agradeció que aquel apartamento fueran pequeño, de modo que no tuvo que recorrer mucho para encontrar el cuarto.- Vas a ponerte bien, es solo la impresión.

- Quiero dormir y nunca más despertar.- Confeso la rubia.

- No digas eso, sé que es doloroso pero vas a recomponerte Serena, lo prometo.

La tendió en la cama, aparto la sabana para cubrirla con ella, tenía miedo de lo que pudiese hacer, había palidecido en poco segundo y era lo que más le aterraba, sabía que no podía dejarla sola, ya había hablado de lo ocurrido con su familia, sus abuelos estaban completamente decepcionado con Diamante, y por eso lo habían mandado a hablar con Serena, aunque si no se lo hubiesen dicho él lo iba a hacer de todos modos.

- Vas a ponerte bien.- Se sentó a su lado en la cama.- Dentro de algún tiempo esto solo será un mal recuerdo.

Serena no tardo en quedarse dormida, verdaderamente el shock había ido mucho para ella, la arropo como si fuera una pequeña y se la quedo viendo, al abrirse la puerta del apartamento y al verla vestida de novia había sabido de ante mano que iba a ser difícil contarle todo eso, pero tenía que hacerlo, ella no podía seguir albergando sentimientos por ese canalla que solo la había utilizado.

Decidió llamar a su hermana y ver cómo le iba, le había encomendado la tarea de ir a la casa de los padres de Serena para contarles lo ocurrido, salió del cuarto por no deseaba ser escuchado y camino hasta la sala, tomo su móvil y marco rápidamente.

- Hotaru. . .

- Hermano. . . ¿Cómo te fue? ¿Cómo esta Serena?

- En shock, pero logre que se recostara y se durmiera.- Murmuro.- Maldita sea Hot estaba con su vestido de novia puesto. . .

- Pobre Serena debe estar sufriendo mucho.

- ¿Cómo te fue con sus padres?- Darien cambio de tema, no quería hablar de Serena.

- El señor Tsukino tuvo que darle un calmante a su esposa, la pobre mujer también quedo en estado de shock, pero el señor Kenji lo tomo tranquilamente, naturalmente prometió darle una golpiza a Diamante, pero me confeso que nunca le tuvo mucha confianza a él, que solo lo estaba tolerando por Serena.

- Ya veo. . .

- Ahora estoy yendo a casa de los abuelos a hacer control de daños. . . ¿Dónde estas tu?

- Aun en la casa de Serna, me quedare aquí hasta que sepa que estará bien.

- Comprendo, por favor no dudes en mantenerme informada.

- Lo hare Hot.

.

.

Estaba caminando hacia el altar, llevaba en sus manos el hermoso ramo de rosas rojas que había mandado a hacer solo para la boda, al frente la esperaba Diamante vestido elegantemente y sonriéndole como siempre lo hacía, en poco tiempo iba a ser la esposa del hombre que amaba. Quería apresurar su paso, entre más pronto llegase más pronto iba a estar al lado de él.

Pero una mujer se cabellos verdes se interponía entre ellos y comenzaba a acercarse a Diamante mucho más rápido que ella, la mujer era Esmeralda, quería correr al lado de su prometido.

- ¡Diamante!

- ¡Diamante!

- Serena. . .- Alguien de pronto le hablo y la sostuvo en sus brazos.- Tranquila estas aquí en tu casa.

- ¿Darien?- Al verlo recordó todo lo que él le había dicho unas horas antes.

- Tranquila pequeña estas bien. . . Solo fue una pesadilla.

- Una horrible pesadilla.

- Serena tienes todo mi apoyo, sabes que cuidare de ti en todo lo que necesites.

- Necesito a Diamante.

- No me pidas eso, es lo único que no puedo hacer.

- No lo comprendes.- Serena se apartó un poco del hombres.- No lo quiero por lo que crees, quiero darle una paliza a él y a su maldita ramera.

- Esa es una reacción más sana dada la situación.

- ¿Ya es de noche?- Miro hacia la ventana estaba oscuro.- Debí dormir mucho.

- Casi cinco horas.

- Darien lamento haberte hecho perder el tiempo, ya estoy mejor. . .

- Pedí la cena, ya debe estar por llegar.

- Gracias. . .

- Te estaré esperando en la sala, pedí comida china, espero que te guste.

A Serena le encantaba la comida China, y además tenía mucha hambre, de modo que se levantó al baño para poder estar presentable y cambiase el vestido de novia, aún estaba dolida por todo aquello, Diamante la había engañado de la peor forma, pero tendría que recomponerse pronto, la gente iba a sentir lastima por ella de modo que tendría que irse por algún tiempo, una de su ofertas laborales era ir a trabajar a Italia, podría aceptarla y estar en una semana en Roma, pero primero tendría que hablar con sus padres y contarles todo lo que había pasado.

Salió a la sala con hambre, agradecía todo lo que Darien estaba haciendo por ella, sobre todo porque Diamante era su familiar, a pesar de que apenas lo conocía podía ver que estaba profundamente enfadado con su primo, siempre había pensado que Darien era un hombre de negocio que no se preocupaba por el resto de la familia.

- Aunque eso siempre lo decía Diamante.- Se dijo a si misma.

- Espero que te guste, no sabía que podía pedir de modo que ordene lo que le gusta a mucha gente, chapsui de pollo y arroz chaufa.- Darien la recibió con una sonrisa.

- Es mi favorito.- Se acercó a la mesa, vio que estaba servida para dos de modo que supuso que Darien se iría después de cenar.

- Me alegra saberlo, ven siéntate, la comida esta caliente.

- Darien has sido muy amable conmigo, gracias por todo.

- Serena estoy muy molesto por lo que mi primo te hiso y créeme hare que page por todo tu sufrimiento.

- Darien no e necesario, yo simplemente me ire. . .

- ¿Irte?

- Si, me han ofrecido un trabajo en roma, que también me hará perfeccionarme en mi carrera de fotografía.

- Lo sé, ha sabido que te va muy bien, que eres excelente en tus estudios.

- Si, soy buena n lo que hago y por eso me ofrecieron muchos puestos de trabajo, y el de Roma es de una agencia de modelos que va a hacer un catalogo de primavera- verano en la toscana y en roma.

- Suena emocionante.

- Iba a rechazar la oferta esta tarde, pero después de esto, creo que la aceptare.

- Es una buena idea Serena. . .- En ese momento el móvil del pelinegro sono.- Lo siento, contestare.

- No hay problema, has estado todo la tarde aquí, debiste dejar muchas responsabilidades a un lado.

- Puedo hacerlas a un lado de vez en cuando.- Darien se levanto para contestar.- ¿Bueno?

Serena siguió comiendo en tanto Darien se alejaba un poco, la comida estaba deliciosa, pero no debía distraerse de sus principales objetivos, primero que nada iba a ir a casa de su padres y explicarles la situación, luego iba a mandar guardar su vestido en casa de ellos, no quería volver a verlo por mucho tiempo, pero lo consideraba demasiado hermoso para deshacerse de él de aquella forma.

- Lo siento, era mi hermana Hotaru.

- ¿Cómo esta ella?

- Bastante bien, la he mandado a ella a hablar con tus padres esta tarde.

- ¿Por qué lo hiciste?

- Necesitas estar a solas para digerir toda esta mala situación, estar con tus padres hubiese significado un desgaste mental de tu parte, por lo que Hotaru me dijo que madre tuve que ser tranquilizada con un calmante.

- Tengo que llamarlo y decirles que estoy bien.

- Hable con ella mientras que estabas dormida.

- Ya veo, has hecho mucho por mi Darien, muchas gracias.

- No tienes que dar las gracias por nada Serena, volvería a hacer todo esto si volviese a pasar.

- Eres muy considerado con mis padres, me imagino lo molestos y decepcionados que deben estar.

- Hotaru me dijo que tu padre lo tomo moderadamente bien, que de hecho nunca había confiaba mucho en Diamante, solo fue tu madre la que se altero un poco.

- Hablare con ello mañana, hoy solo quiero pensar.

- ¿Estarás bien verdad? Serena yo. . .

- Voy a estar bien, sacare de mi apartamento todo lo que me recuerde a Diamante, que no son muchas cosas, a él no le gustaba este lugar porque es pequeño.

- Comprendo, bien eso es lo mejor que puedes hacer.

- ¿Quiere vino?- Le tendió la botella.- Es de los mejores.

- Lo probare.- Sonrió él.- Mis abuelos quieren venir a verte para poder pedirte perdón por todo esto.

- No por favor, ya estoy bien.

- Pero tienes todo el derecho a recibir las disculpas de la familia. . .

- Diles que estoy bien, recomenzare una nueva vida, ya te hable de mis planes de irme a Italia.

- No tienes que irte por él Serena, aquí también pueden encontrar buenos empleos, yo mismo conozco mucha gente del medio.

- Pero quiero hacerlo Darien, Italia es el mejor lugar, aquí la gente siempre va a tenerme lastima hasta que se olviden de esto y si es que eso ocurre.- Serena bebía un generoso sorbo de su copa.- La gente te Italia que se contacto conmigo esta impresionado con mi carpeta de trabajo.

- Comprendo.- El pelinegro se percato de que era la segunda copa de la rubia.- Deja eso Serena emborracharse no es el mejor método.

- Para tu información tengo bastante resistencia al vino, mi abuelo fue catador de vino, desde pequeña he convivido con los vinos.

- Lo siento no quise ofenderte, personas ahogan sus penas de amor con el alcohol.

- Pues no soy asi, yo bebo vino porque mi abuelo me enseño esa cultura.

- Mi abuelo Artemis es fanático del whisky aunque ahora por prescripción medica debe dejarlo.

- Tus abuelo es un hombre que e ve muy saludable. . .

- Solo porque mi abuela es muy estricta con su forma de vida, sus medicinas y ese tipo de cosas.

- Debe quererlo mucho y por eso lo cuida.

- La familia Chiba ama solo una vez en la vida y lo hace intensamente.- Darien se la quedo mirando a los ojos.- Mi abuelo se enamoró de mi abuela nada ver las a los ojos, mi padre cayo a los pies de mi madre a penas la vio. . .

- Entiendo. . .- Serena se sentía realmente incomoda al notar que Diamante nunca la habia amado.

- ¿Serena alguna vez podrás volver a confiar en los hombres?

- Me parece que es demasiado pronto para preguntarme eso, el dolor aun es fresco, solo hubiese deseado que. . .

- Dime. . .- Darien la insto a hablar al verla titubear.- Confía en mi puedes decirme.

- Me hubiese gustado que Diamante me lo hubiese dicho a la cara, no enterarme por terceros.

- Comprendo.

- Bien ya es tarde.- Serena se levantó.- Mañana tengo que comenzar a ver los temas de la boda, debo ver que los servicios sean pagado a pesar de que no habrá boda. . .

- Mis abuelos se han encargado de eso hoy. . .

- Pues dale las gracias de mi parte.

- Lo hare.- Darien también se levantó y se acercó a ella.- ¿Vas a estar bien Serena?

- No lo sé. . . Se suponía que esta noche Diamante iba a venir a cenar, y desde mañana ya no nos veríamos sino hasta la boda.

- Vendré a verte mañana Serena. . . Mañana a primera hora.

- No es necesario de verdad Darien.

- Quiero hacerlo, quiero cuidar de ti hasta que este seguro de que vas a estar bien.

- Darien no. . .

- Serena.- El pelinegro la tomo de los hombres.- Dejame cuidar de ti por favor.

- No necesito que nadie me cuide.

- Serena. . .- Darien se acerco, en ningún segundo dejo de mirarla.

- Me estas asustando.- Murmuro.

- No quiero asustarte, lo que menos quiero es darte miedo, quiero que confíes en mi pequeña.

- Darien. . .

El pelinegro poso los labios sobre los de ella con sumo cuidado, estaba seguro de que Serena iba a apartarlo, pero para su sorpresa no fue así, sino que al contrario, lo insto a que la siguiera besando dado que abrió sus labios lentamente, aprovecho ese momento, desesperado por tener mayor contacto con la rubia.

Estaba cometiendo una gran locura y lo sabía, tenía que tener la cabeza llena de recuerdos de su ex prometido, pero Diamante había dejado su cabeza desde que se había enterado de la verdad, y desde ese momento también Darien comenzó a ocupar un lugar en su cabeza, él había hecho mucho por hacerla sentir bien, había tenido cuidado al hablar de todo y se había quedado con ella, había acudido a su lado cuando aquella horrible pesadilla la dejo asustada y temblorosa.

- Darien. . .- Serena lo atrajo a su cuerpo.- Sígueme besando por favor.

- Serena.- El pelinegro se aparto un poco para estudiar la expresión de la joven.- Tienes que estar segura, además no soy un premio de consuelo.

- No lo eres, eres un buen hombre Darien y de verdad necesito sentirme cercana a alguien.

- ¡Serena!- Darien la estrecho contra suyo.- Serena eres increíblemente hermosa.

- Gracias. . .- La joven le beso el cuello, era más baja que el pelinegro de nodo que llegada hasta su cuello en su altura normal.- Me encanta tu loción.

- Serena.- Darien se rió de buena gana mientras la estrechaba más.- Eres una chica con sorpresas. . . Nunca pensé que te importara como huelo.

Sintió las manos de Darien por su espalda, en su cintura, en su trasero, era una locura, lo sabía pero era una locura que quería cometer sin pensar en lo que estaba haciendo, después tendría tiempo para pensar en sus actos, ahora quería sentir, quería ser atractiva para un hombre, quería ser hermosa y Darien la consideraba de esa forma.

- Serena. . .- El pelinegro le sonrió mientras besaba su cuello, sus hombros.- Eres demasiada tentación. . . Eres increíblemente hermosa, te deseo tanto.

- Hazme tuya entonces.- Lo desafío.- Hazme tuya Darien. . . Te lo suplico.

- Tienes que estar segura Serena, segura de que es conmigo con quien estas y no con otro. . .

- Solo contigo Darien. . . Por favor.

Darien la cargo sin problemas al cuarto sin mayores dificultades y tal y como lo había hecho unas horas antes la tendió en la cama, solo que estaba vez se unió a ella para continuar con aquella locura que los estaba arrastrando a ambos. Su parte más razonable le decía que debía detenerse e irse a casa, pero su otro lado, el dominado por el deseo le decía lo contrario, le ordenaba que estrechara a la rubia aún más para continuar.

- Serena. . .- Susurro desesperado por tener mayor contacto con la rubia.

En el fondo Serena sabía que debía detener todo eso, pero su cuerpo no respondía a su mente, al contrario paria querer revelarse y anhelar el contacto físico con el hombre. Además los besos de Darien le gustaban y mucho, sus caricias encendían su cuerpo al roce, su voz la hipnotizaba, estaba completamente rendida a las órdenes de ese hombre.

- Quiero verte.- Lo oyó decir con voz cargada de deseo.- Dejame ver tu cuerpo.

- Si.- Llevaba por las órdenes del hombre Serena comenzó a buscar el cierre de la falda que se había puesto luego de cambiarse el vestido.

- Tu suéter.- Ordeno Darien.

- Si. . .

Al verse delante de Darien solo en ropa interior se sintió cohibida y quiso cubrirse con las manos, pero él fue más rápido y las aparto, la miraba de una forma muy rara, no podía identificar la expresión en él.

- No lo hagas. . . No me ocultes tu ser.- Le dijo antes de besarla en el cuello, en el hueco entre sus senos y continuaba bajando para desesperanza de ella.

- Darien. . .- Su besos le quemaba la piel, se sentía arder y solo por él.

- Tu piel, has cuidado de tu cuerpo con esmero Serena.- Darien alzo su cabeza solo para sonreírle.- Tu precioso cuerpo. . .

Los minutos pasaban y la joven pareja no podía dejar de acariciarse, Serena había descubierto que debajo de todos aquellos trajes de oficina, Darien ocultaba un cuerpo de atleta, sus músculos estaban definidos y era duros como una roca, tenia un lunar en medio de los pectorales que ella disfruto besando y acariciando.

- Serena.- Darien la puso bajo de él.- Ya es hora.

Darien rasgo sus delicadas braguitas, ciertamente no le importo, la excito aun más, saberse poseída por aquel hombre, por aquel cuerpo de dios, lo beso fugazmente antes de acomodarse mejor, Darien era un hombre grande y por lo tanto más pesado.

- Eres muy dulce Serena, pero dejame cuidar de ti ahora.

La tomo con cuidado el principio, arrancándole un sonoro gemido placentero, tuvo que aferrarse a los hombros de Darien, puesto que las sensaciones que estaban brotando de lo profundo de su cuerpo le eran completamente desconocidas y nuevas, las embestidas comenzaron a tomar ritmo, fuerza y velocidad.

- Darien. . .- Gimió la joven rubia complacida, de su garganta escapo un sonido que fue lo más cercano a un ronroneo.

- Eres un gatita hermosa.- Bromeo Darien mientras le mordía el labio inferior.- Un dulce gatita ávida de caricias.

- Miau. . .- Decidió seguirle el juego.

- Ya verás gatita consentida.

Ebrios de pasión la pareja se entregó a lo máximo de sus deseos, Serena se dejo guiar por aquel pelinegro que la estaba volviendo loca, se sentía poca cosa para él, quien obviamente era muy experimentado, se sentía como una ignorante, ansiaba poder complacerlo pero no sabía cómo y eso la ponía triste.

- ¿Qué ocurre?- Darien noto su turbación.

- No quiero defraudarte. . .

- No lo haces gatita.- El pelinegro la beso largamente.- Eres especial, y te quiero toda para mi.

- Entonces toma lo que quieras de mi.

"No te pido que me quieras, no te pido que llegues a sentir algo por mi, pero no quiero ser el reemplazo de Diamante, quiero que a partir de ahora te preocupes un poquito por mi dulce gatita, porque yo te amo desde la primera vez que te vi" Se dijo el pelinegro mientras tomaba el cuerpo de la única mujer que había logrado llegar hasta su corazón, a la mujer que amaba.

DEJEN SUS REVIEWS.

Nuevas historia! Nueva Historia! Amigas estuve cargada de trabajo estos primeros días del nuevo año, pero en los pocos minutos libre que tuve trabaje en esta nueva historia, y si han llegado hasta esta parte significa que al menos leyeron mi historia, espero que les haya gustado, como ya saben pueden buscarme en Facebook como FifoGato (FifoTsukino). Saludos!