¡Atención! ¡MUY IMPORTANTE!

Después de varios meses de inactividad por cuestiones personales me alegra decirles que ¡HE VUELTO! Muchas gracias a todos por sus comentarios, de enserio, nunca pensé que les gustaría tanto algo de una humilde escritoria como yo.

Lo que sí, es que temo decirles que no ya no estoy contenta con el rumbo de esta historia. Ya saben que para escribir lo más importante es que a ti te guste como queda, como lo haces. Tienes que amar por que es tu obra.

Yo ya no lo hago.

Cada vez que leo este fic no puedo evitar pensar lo superficial y poco profundo que es. Realmente... no puedo seguirlo.

De verdad que aprecio su apoyo, de verdad. Los adoro un montón por haberme acompañado en cada capítulo y por eso he decidido volver a escribir cada uno, hacer una nueva versión de esta historia con mejor contenido y mayor creatividad.

Ustedes se lo merecen, en serio, son lo mejor.

Por supuesto que entenderé si se enojan y no quieren leer la nueva versión porque prefieren esta y ¿por qué demonios no pueden seguirla? Sin embargo, me niego a continuar algo que no quiero y darles capítulos sin calidad y un final rápido y estúpido.

Sino desean darle una oportunidad como hicieron con este lo entenderé y solo les diré: Gracias por todo. Estoy segura que hay un millón de fics en la página que serán de su gusto y continuarán así ;)

A los que deseen leer esta nueva versión, bueno, ¿qué podría decirles? No creo que mi agradecimiento quepa en pocas palabras. Sólo espero que esté a la altura de como soy ahora y de ustedes.

Desde ya, muchas gracias. A TODOS.

¡Billones y billones de toneladas de panqueques de chocolate con jarabe de café ( xD ni creo que exista pero sería genial, ¿verdad?) para ustedes!

PDTA: Ya he publicado el primer capítulo de la nueva versión. A pedido del público les dejo el link:

s/11197526/1/What-hell-is-happening

Simplemente copiar y pegar ;)


What is happening?

XVI

Siempre hay consecuencias

Amelia Bones suspiró para sí, sintiendo un dolor de cabeza por llegar. Había pedido a uno de sus Aurores más confiables investigar sobre Barty Crouch, tan sólo para descubrir una historia extraña y traspapelada sobre la muerte de su hijo, un comedor de la muerte encerrado en Azkaban y la desaparición de la esposa del hombre.

Algo en ello no se veía bien, su sexto sentido se lo decía.

Teniendo en cuenta que había sido éste quien le había permitido resguardar a su sobrina no auguraba nada bueno.

Por otra parte, pensó, una semi sonrisa dibujándose en su rostro. Tanto Adrián Greengras como Selene Zabini habían sido menos que complacidos con la información de que Hogwarts era un hervidero de pociones de amor.

Adrian había perdido a su esposa hacía años y lo único que le quedaba eran sus dos hijas: Daphne y Astoria, una Slytherin y una Ravenclaw respectivamente. Mientras que Selene, actual regente de la casa Zabini, tenía cuatro hijos y sólo el mayor era varón.

Podía apostar que los Bulstrode también apreciarían el nuevo proyecto de ley. Después de todo, su única hija mujer había sido objeto de esa artimaña.

También podía decir que en cualquier momento la pareja caería con la demanda contra los Weasley. Por mucho que en Hogwarts minimizasen el asunto, tal como lo había hecho Dumbledore según la nueva carta de su Susan, no significase que todo quedaría barrido.

Había ciertas familias con las que simplemente no habría que meterse.

Sacudiendo esos pensamientos se determinó a seguir con su trabajo. El juicio de Sirius Black no se encaminaría solo.

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Millicent se aferró a su hermano mayor con lágrimas en sus ojos— Yo no quiero verlo, Claus, no quiero salir de aquí. ¿Dónde está papá? —preguntó, desesperadamente.

El muchacho suspiró— Él llegará pronto, Milli. Madame Pomfrey dijo que estarás exenta de las clases por un periodo de dos semanas. Mamá dijo que te llevarán a casa, así que no te preocupes.

Más tranquila, ella volvió a hablar en voz baja para que solamente él pueda escuchar— Jordan, Dante y tú le hicieron eso a él, ¿no es cierto? —inquirió, recordando haberse despertado en la enfermería con los recuerdos de la humillante escena y notar al causante en otra cama.

Obviamente ella no había permanecido allí sino que sus hermanos la habían escoltada a su habitación.

Claus no pareció exactamente sorprendido o arrepentido— Claro. Se merece algo peor pero el viejo está sobre nosotros y no quiero manchar nuestro apellido por ese estiércol de hipogrifo.

— ¿Papá llevará esto al Ministerio?

Él la observó como si hubiese dicho algo demasiado estúpido y evidente.

Ninguno habló de nuevo, conformándose con el silencio.

Ella no había tenido nunca nada contra los Weasley a diferencia de los otros Slytherin que se pasaban burlando de ellos y conspirando.

Pero existían ciertas líneas que no debían de cruzarse… y él lo había hecho.

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Gnny no estaba feliz. Para nada.

Sí, sus pociones marchaban a la mar de bien y ya pronto estarían listas. Sin embargo…

¿Cómo demonios pudo ocurrir esto? Pensó, maldiciendo a los elfos y su estupidez. ¡Dije la maldita Hermione Granger, por Merlín! Y ahora, todo este desastre… Apretó los dientes, sintiendo las mejillas calientes por la ira.

Tranquilízate. Dumbledore no dejará que esa cosa amorfa de Slytherin meta en problemas a mamá y papá. Asintió para sí, exhalando. Mejor centrarme en otra cosa. Ya se encargará él de esta metida de pata.

Frunciendo el ceño para sí aceptó que esto le había enseñado una valiosa lección. Tendría más cuidado de ahora en más con sus productos y se encargaría ella misma de las cosas.

Después de todo, si quieres algo hecho bien debes de hacerlo tú misma.

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Harry entrecerró los ojos, deseando que hubiese un maldito buscador en el mapa. Tiene que estar por aquí… Una sonrisa maliciosa se extendió repentinamente por su rostro al hallar a quien rastreaba. Él sabía que vendría. Hermione, la encontré, comentó, está en los jardines norte.

Muy bien. Estoy saliendo de la biblioteca, ya me encargo yo de ella.

Había cierto tono en su voz que no pronosticaba nada bueno. Quizás no debería de haberle dicho los artículos que publicó –o mejor dicho, publicaría- sobre ambos.

Suerte, amor. Deseó, sin arrepentimiento.

Personas como Rita Skeeter no merecía mucho miramiento. Se dedicaban a destruir y difamar personas para obtener más fama, después de todo.

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El hombre alto y robusto gruñó— ¡Ese maldito director! No hemos recibido siquiera una carta sobre lo que le sucedió a mi princesa. ¿Es qué piensa dejarlo como un accidente pasajero o algo así?

Su esposa, Helga Bulstrode, colocó su mano sobre la suya— Calma, querido, estoy segura de que Dumbledore habrá tenido alguna complicación con su comunicación—la sonrisa suave no se borró de su rostro a pesar de que sus ojos contaban otra historia— sino, me temo que tendrá mucho que explicar. De todos modos, aún tenemos que ir al Ministerio. ¿Quieres ir tú mientras voy con Milli?

Walter la miró, asintiendo— Eso está bien, querida. Presentaré una queja a la jefa de Aplicación de la Ley Mágica. Luego a la junta escolar. Quiero al mocoso expulsado lo más pronto posible.

Una expresión de entendimiento cruzó el rostro de la mujer, transformándose luego en una de pensamiento— Cielo, quizás lo mejor sería pedir una prohibición para estos tipos de artimañas. Me mataría saber que hay otros niños que sufren esto—su expresión se descompuso.

Sonriendo ante el gran corazón de su esposa él cogió su mano y prometió— Hare lo posible para que ningún mago o bruja pase por esto—su rostro se oscureció— tan solo pienso en lo que podría haber pasado si la poción hubiese llegado en otro momento…—apretó los puños.

Helga sabía bien por lo que su esposo estaba pasando y conociendo su temperamento, calmó— Pero Milli está bien. Ella tiene tres hermanos mayores que la protegen, una familia que se dará cuenta de si algo le sucede. Así que ahora, si me disculpas, iré a ver a nuestra preciosa hija.

Walter suspiró— Muy bien. Yo voy al Ministerio—sus dedos rozaron su varita— Arthur Weasley tendrá que darme una explicación sobre esto—gruñó.

La mujer observó comprensiva, acunando los sentimientos de desesperación, protección e ira cerca de su corazón. No había nada de compasión por esa familia. Nadie que tocara la suya podía salir indemne.

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Dumbledore deseó por quinta vez que su fénix estuviese allí. Su canción tranquilizante sería de gran ayuda para lidiar con la mujer que esperaba en su despacho frente a él, dedicándole una mirada de hielo puro.

Al igual que con Augusta Longbotton, no existía placer al tratar con Helga Bulstrode. No solamente porque se trataba de una Slytherin sino porque ella no parecía albergar ninguna clase de valoración por él.

¡Les había salvado de Grindelwald, por Merlín! Había derrotado a uno de los mayores Señores Oscuros –y ex-amigo (amante, en realidad, pero detalles eran insignificantes)- y estaba trazando el camino para acabar con el mal actual.

Pero ella no había llegado a lamer sus botas, ejem, expresar gratitud, sino todo lo contrario.

— Director, ¿hay algo de lo que querría informe? —inquirió, tono suave pero helado filtrándose en sus palabras.

Albus miró, ojos azules brillantes parpadeando más en su mente se mantuvo maldiciendo. ¿Quizás Snape…?— No, Señora Bulstrode. Su hija tuvo un pequeño malentendido con un Gryffindor pero no ha sido nada grave. Ya sabe que en esta edad…

Helga apretó los labios— ¿"Pequeño malentendido", director? ¿Es así como usted llama a un incidente que incluye a mi hija y pociones de amor? Al parecer tenemos una diferencia con el significado de "pequeño" o "malentendido".

Si las miradas matasen él probablemente ya hubiese ido con los fallecidos Potter a ser estrangulado por Lily y James, más ocultando sus emociones respondió— El señor Weasley no tenía la intención de hacerle ningún daño a su hijo, ya he hablado con él y ni siquiera tenía idea de que había alguna poción. No ha sido nada más que un error, señora Bulstrode. Una broma inofensiva de algún gracioso—se puso firme— sin embargo, le aseguro que haremos lo posible para dejar en claro que este comportamiento no se tolerará entre los estudiantes—una sonrisa fácil y ya esperaba que se fuese. Debía de encontrarse con cierta persona con peor carácter que la bruja delgada en frente suyo.

—Me temo que no comprende la gravedad de este asunto, Dumbledore. Las pociones de amor no son un juego. Mujeres, hombres y niños han sufrido por su uso. Se supone que aquí nuestros hijos están protegidos, se supone que usted debe poner orden, y sin embargo lo que único que tiene para decir es que no es más que un malentendido. Si esa es realmente su opinión, debo decir que la posición que ocupa no es su lugar.

Él suspiró, ardiendo en rabia en su interior— Lamento que piensa eso, mi querida, yo valoro más que nada la seguridad de los niños—y por ellos tengo que seguir con el Bien Mayor. Los sacrificios son costosos pero hay que hacerlos, me gustaría que todo el mundo comprendiese eso— como he dicho antes, ya he hablado con las víctimas del suceso y ninguno tiene idea de lo que podría haber pasado. Investigaré para hallar el culpable. Ayer, en la cena, he hecho el comunicado a toda la escuela que cualquiera que sea visto con pociones de ese tipo le será dado detención. Así que, ¿necesitaba algo más?

Viendo que no había mucho que podía hacer con el anciano, Helga negó— No, eso ha sido todo. Si no le importa, iré a ver a mi hija—salió de la oficina.

Dejándose caer en su cómodo sillón, el líder de la luz se restregó los ojos con cansancio. Maldición, ¿por qué tienen que hacer tantos problemas? Murmuró para sí, hastiado de las piedras molestas en su camino. Como si Harry no fuese suficiente, hizo una mueca, ahora debo de hablar con Molly. Él la escuchará, estoy seguro.

Incorporándose lentamente se preparó para un rápido viaje a la Madriguera. Con mucha suerte hallaría a la mujer con más buenas que la anterior que había atendido.

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El maldito de Potter estaba con un humor más feliz de lo que había sido hace días, besando y dando asquerosas muestras de afecto con la perra que lo había traicionado. Sus dos "amigos" los acompañaban prácticamente todo el tiempo. Él no entendía cómo podría haberlo reemplazo por un petardo y una lunática.

Potter, siempre él, siempre teniendo todo lo que deseo… maldijo entre dientes en su lugar en la mesa de los leones. Como si no fuera suficiente con robarle la chica que quería ahora eran todas las que lo evitaban, desde ese maldito accidente con la poción.

Luego de que Millicent Bulstrode le había declaro su amor públicamente y alguien lo hubiese hecho papilla momentos después su vida se había vuelto en picada. Ahora no sólo los Slytherin lo odiaban sino que las niñas de las cuatro casas lo miraban con recelo.

¡Incluso las hermosas francesas de Beauxbatons!

Los chicos tampoco estaban hablando mucho con él, burlándose o despreciándolo.

Todo era tan injusto.

Y Ronald sabía bien quién era el culpable de su desdicha.

Harry Potter. El Niño-que-debió-de-haber-muerto.

Ya me las pagará, juró. Ya pensaría luego un buen plan de venganza.

Lo primero era lo primero: el pollo estaba buenísimo.

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Harry caminó tranquilamente por los pasillos en dirección a la biblioteca, sabiendo que su bruja estaría allí. No esperaba encontrase con la campeona francesa ni tampoco le prestó mucha atención –para fastidio de ésta-.

Él tenía su mente puesta en algo más importante que la vanidad de la mitad Veela. El problema llamado Skeeter, por ejemplo. La maldita animago se había escapado, probablemente con un traslador o algo así antes que Hermione pudiese atraparla así que tenía al periodista dando vueltas alrededor aún.

Estaba seriamente pensando en dejarle el asunto a Dobby.

Pero ya tiene demasiado trabajo, reflexionó, recordando que ya le había encargado estar atento tanto de los Weasley más jóvenes como del director. Una súbita memoria atravesó su cabeza y él sonrió. Tal vez esto funcione…

— Disculpa, Harry Potter, ¿no es así? —la voz dulce con acento francés se escuchó a su lado— quería pedirte un tour por el colegio, aún hay mucho que no conozco.

— Claro, ¿por qué no? —sonrió— sólo déjame que busque a mi novia. Estoy seguro que le encantará acompañarnos... —añadió, al ver la sonrisa satisfecha que había comenzado a formarse en el rostro femenino.

— Pero, ¿por qué no vamos nosotros dos solamente? —pestañeó coquetamente, desplegando sus encantos sobrenaturales— lo pasaremos muy bien.

Él se enfrió— No, gracias. Si no es molestia, quizás debas preguntarle a otra persona. Voy a estar ocupado. Hasta luego—se despidió, dejando atrás a la chica.

¿Por qué no funciona? El hombre más duro ya le habría propuesto matrimonio pero ese mago simplemente le había dicho que no. Fleur se fastidió, volviendo con gracia hacia su carruaje. Niños tontos. No saben lo que es bueno…

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Hurgando en su armario en busca de materiales esenciales, Snape repasó mentalmente el cuidadoso procedimiento que debía de realizar para que la poción encomendada por el Señor Oscuro saliese perfecta.

No había dicho nada al director sobre "Moody" por el simple hecho de que podía apostar que ya lo sabía. Habían sido amigos por más de cincuenta años, sin olvidar que el viejo tenía espías por todas partes que no pasarían desapercibido un caldero con Multijugos.

Tampoco pensaba revelarle nada acerca del plan de Lord Voldemort por el mero hecho de que "Moody" no le había revelado el plan del mago. Sólo había querido la poción, y por más oscura que fuese y conocimiento que él tuviese no se hallaba entre las que conocía.

Sintió una molestia no muy inesperada en su cabeza más se sorprendió al verse inundado con disgusto hacia el vástago de James Potter.

Normalmente no le habría sorprendido ya que verdaderamente lo odiaba, más en ese momento no había estado pensando en él. Además, no había vuelto a cruzar camino con el chico desde el incidente que lo había mandado a enfermería.

Curiosamente, no recordaba mucho de ese suceso.

Un agudo dolor se instaló en su cabeza, desapareciendo cuando ya no pensó más sobre eso.

Es sin duda muy raro, frunció el ceño. Le olía a Dumbledore.

¿Por qué el viejo se había metido a su cabeza? ¿Qué es lo que había pasado? Se masajeó las sienes. Quizás lo mejor sería consultar con alguien más.

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Molly frunció el ceño ante el director— No puedo creer que haya resultado así—sacudió su cabeza, suspirando— ese niño… pensé que lo habría hecho mejor.

Albus comió uno de sus caramelos, saboreando el pedazo de tranquilidad líquido— La señora Bulstrode vino a quejarse conmigo, al parecer alguien logró mandarle la carta sobre lo que sucedió—al ver su expresión preocupada, agregó— le dije que encontraríamos al culpable de lo que sucedió. Ronald Weasley no tenía idea de lo que había pasado.

Técnicamente ni siquiera había mentido.

— Ya veo—exhaló. Que su marido se enterase de lo ocurrido no era exactamente su plan— Ahora, con respecto a Harry… Ginny tendrá las pociones listas dentro de muy poco. No te preocupes Albus, todo mejorará.

Él asintió— Estoy muy preocupado por él. Se está alejando del camino indicado gracias a la señorita Granger.

La mujer frunció los labios— Yo esperaba establecerla con mi Ron. Así al menos tendrá una esposa inteligente y mis nietos no serán unos inútiles. Sin embargo, mi verdadera esperanza está con mi hija. Al fin nuestra familia tendrá lo que merece cuando ella se case con Harry.

— La señorita Weasley será muy feliz con él—aceptó con facilidad, ensanchando la sonrisa de la madre— Ahora, me gustaría pedirte que hables con él. Te ve como su madre así que te escuchará—aseguró.

— Muy bien, Albus, mañana me pondré en contacto con mi futuro hijo-en-ley—miró el reloj, notando que la aguja que señalaba a su marido apuntaba a "viajando" — Hoy llega temprano—murmuró para sí, pensando que aún no tenía su sopa "especial" preparada para él— sino te importa, señor, tengo algunas tareas que terminar.

— Por supuesto que no, querida, ya nos veremos.

Ya sola, la Matriarca Weasley tarareó para sí misma. Al parecer tendría que hacer jugo de calabaza especialmente para su amado esposo. La comida tardaría más y ella realmente no quería correr riesgos.

Como dijo su madre una vez: "una vez atado, nunca suelto".

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Hermione corrió los dedos por la cubierta del libro con cuidado. Era un tomo bastante antiguo y no quería hacerle ningún daño. Abriéndolo con suavidad se dispuso a leerlo con atención, ignorando el cuchicheo de unas niñas unas mesas más allá de la suya.

Los bonos de alma son algo muy especial y raramente ocurren, siendo el último documentado en 1784, entre Lady Francesca Le Duar y el Lord Sebastian Malfoy.

Bueno, eso no se lo esperaba.

entre sus características destaca la capacidad de comunicación mental entre la pareja, sin olvidar la útil oposición a las pociones y hechizo de amor, obediencia y similar… intentar separar a un par con el vínculo formado se traduce como una tentativa de asesinato, ya que ninguno puedo vivir sin el otro…

La información añadía un par de datos más a lo ya obtenido. Había sin duda poco sobre el tema, y lo que se hallaba era todo repetitivo. Ella realmente comenzaba a perder la esperanza sobre la biblioteca de Hogwarts. Indudablemente no lo tenía todo.

Un sonido cortés de alguien aclarándose la garganta la distrajo de su ensimismamiento, y alzando los ojos del libro se encontró con un reconocido búlgaro. Victor Krum. El nombre de uno de los chucos que sus compañeras habían chillado en sus conversaciones durante los últimos días.

— ¿La silla está ocupada? —él preguntó, sonando bastante mal en inglés.

Hermione sonrió alentadoramente— No, puedes sentarte si lo deseas.

Con movimientos duros se estableció a su lado— Soy Victor Krum—se presentó, mirando como si esperara algo.

— Mucho gusto. Mi nombre es Hermione Granger y espero que Hogwarts te haya gustado hasta ahora.

El jugador de Quidditch se relajó, agradeciendo que no se trataba de ninguna fan— Hogwarts está muy bien, menos frío que mi tierra. Bulgaria está bien también, por supuesto—agregó, rápidamente.

La bruja sonrió— Eso suena bien. Nunca he estado antes en Bulgaria. Mis padres solo me han llevado a Francia un par de veces por las vacaciones pero tampoco he ido a otros lugares…—la charla apacible se alargó hasta que un cierto mago llegó— Harry—llamó, sus ojos brillando con cariño.

Deslizándose entre las demás mesas, el joven se acercó— Hermione…—sonriendo se acercó hasta llegar a ella— Krum—recordó, estirando la mano como saludo.

El jugador lo aceptó— Potter. Malfoy me ha dicho que tú también eres buscador.

El nombrado alzó ambas cejas— ¿Sólo eso? Debe de estar ablandándose mí—sonrió burlonamente.

Hermione rodó los ojos mientras una fácil sonrisa divertida se extendía por las características del muchacho mayor— Lo más cortés, de hecho—contestó, ojos negros brillantes.

Harry se encogió de hombros sin darle importancia. Hermione suspiró y cogió el libro— iré a devolverlo a su estante—avisó, dando media vuelta y marchando hacia la profundidad de las librerías.

Susurros emocionados se oyeron inesperadamente y fue recién allí cuando ambos notaron que efectivamente se hallaban cercados por féminas alborotadas. Si al menos Madame Prince hubiese estado allí las cosas habrían pintado mejor pero al parecer se había tomado un descanso.

— Ella me agrada—Víctor dijo repentinamente— No es una… admiradora. Inteligente y amable—viéndose foco de una mirada inquietante de parte de un niño menor que él se apresuró a explicar— Pero es un muy joven para mí, y obviamente ya está enamorada. Me gustaría que seamos amigos. Los tres. Mayoría de la gente sólo le gusta mi fama.

El Niño-que-regresó-en-el-Tiempo se relajó— Lo sé—dio una pequeña sonrisa amarga que se convirtió en alegre— No tengo problema con eso. Puedo presentarte a nuestros otros amigos, Neville y Luna, ellos son muy buena gente.

El búlgaro asintió— Eso sería genial.

Compartieron una sonrisa. Si a él no le apetecía su novia no le veía problema en acercarse. Quién sabe cuánto cambiaría esto el futuro.

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El Heredero de la Noble Casa Malfoy soltó un resoplido no muy elegante al contemplar una de las típicas peleas entre sus dos guardaespaldas. A pesar de que daban la imagen de un frente unido y de que se caían muy bien, ni Crabble ni Goyle se llevaban exactamente bien.

Más cuando había comida de por medio.

El resto de sus compañeros no eran mejor. Zabini era tan o más interesado que su madre mientras que Theodore Nott era francamente espeluznante. Las niñas eran molestas, especialmente Pansy, quien había oído peleaba con las demás por la oportunidad de estar cerca de él.

Exceptuando a Daphne Greengras, claro, a ella solo le importaba su amiga mestiza, Davis.

Peinando su cabello rubio hacia atrás pensó en San Potter y sus amiguitos. Sonrió burlonamente. Al final, solo su mascota sangre sucia había resultado serle fiel. La comadreja pobretona se había dedicado gritando "traición" a los cuatros vientos.

Y hablando de él, su expresión de tornó más asqueada de lo habitual. Las pociones de amor eran ciertamente una mierda. En su opinión sólo los más desesperados recurrían a algo como eso. Aunque él podía entender un poco. ¿Quién iba a querer estar con un imbécil como Weasley sin Imperio o Amortentia de por medio?

Draco jamás necesitaría utilizar nada para conseguirse una novia y luego una esposa. Era guapo, rico, inteligente y con un título a sus espaldas. Claro, también otros Slytherin contaban con eso, pero él siempre había sido criado como alguien especial.

Porque él lo era, obviamente.

Sin embargo, ninguna de las chicas dentro del círculo social de su padre le atraía siquiera un poco. Sobre todo por que buscaba alguien inteligente y bonita, que pudiese al menos sostener una vela frente a su madre.

Claro, dejaba que Pansy colgase a su alrededor pero era solamente por su ego. En su mente, que lo alabaran constantemente no figuraba entre as cosas malas.

Lo pensó un poco más. Tal vez debería de contarle a Narcissa acerca del incidente. Quizás incluso pedirle para conseguir algo que pudiese protegerlo de los efectos de esas estupideces.

Sí. Lo mejor sería eso. Y añadiría sobre el espectáculo que Potter había montado. Porque por favor, ¿Cara Rajada un Señor? Se burló. La sola idea era tan tonta como la de Pansy ganándole a la san… Granger.

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Su casa era realmente un asco, con sus habitaciones llenas de mugre y artefactos oscuros. Lo peor de todo era el cuadro de su madre que no paraba de gritar groserías a cualquier pobre alma que se le cruzase enfrente.

Sirius suspiró. No había encontrado en su memoria forma de deshacerse de él así que había terminado en su aburrimiento y desesperación en la biblioteca, buscando algún libro que le diese la respuesta o algo de ayuda.

Aún no había tenido suerte con la eliminación del retrato pero había terminado con una bonita colección de libretos de decoración así que ya sabía que estaría haciendo en su tiempo libre: mejorar la casa.

Él pensó que una vez libre podría abrirla y traer visitas. Era una idea feliz.

Sin embargo, primero tendría que quitar a Waldurga Black de la pared. Merlín sabía que la bruja se las arreglaría fácilmente para ahuyentar incluso a un troll o al mismo Innombrable con su sola voz. Y eso que ya estaba muerta.

Gracias a Merlín por los pequeños favores.

Habría sido imposible incluso llegar a la casa si su madre habría estado viva. Aunque no es como si lo hubiese intentando mucho. Prefería compartir una habitación con Quejicus antes que con la mujer. Viva o muerta.

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Voldemort sonrió, lo que era una mueca bastante horrible en su rostro demacrado de bebe. Las cosas al fin estaban marchando en la dirección correspondiente. Severus le haría la poción y Pettigrew daría su carne para el ritual que le daría su forma correspondiente.

Y Potter, pensó con placer oscuro, después de obtener su sangre acabaré con él. Miró la chimenea. No, no, primero acabaré con todos sus amigos y después de oírlo suplicar por su vida lo mataré lentamente, disfrutando de su agonía cada segundo.

La risa fría brotó de su boca. Sólo debo de esperar un poco más.

Lo bueno es que era paciente. O al menos lo suficiente para llevar a cabo su plan.

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La pareja dorada se despidió de su nuevo amigo con la promesa de invitarlo al día siguiente a su mesa. No era contra las reglas después de todo, y de paso podrían presentarlo a sus amigos.

Camino a la Sala Común no dejaron de notar los murmullos de los chismosos al ver sus manos entrelazadas. Esto era probablemente por los nuevos rumores que circulaban el castillo, sobre todo aquellos que incluían a los campeones de las otras dos escuelas.

Ambos lo ignoraron, a pesar de que Harry estaba bastante inquieto al saber que Rita Skeeter seguía libre y que no haría oídos sordos a las voces viciosas y envidiosas, al contrario, lo empeoraría y sólo traería daño a otros, especialmente a su novia.

No era algo que permitiría.

¿El favor se compartir sus pensamientos? Voz suave se filtró en su mente a partir del vínculo.

Sonrió, acurrucando más al cuerpo menudo recostado a su lado. Solo que… lo mejor será encargarnos del escarabajo cuanto antes. Quizás deba comprar directamente el Profeta, ¿qué te parece? Dudo que Skeeter sea la única periodista que escribe basura.

Hermione frunció el ceño, engranajes moviéndose rápidamente. Tal vez… tal vez si pudiésemos hacer algo que bajase la popularidad del diario podrías aprovechar la oportunidad y obtenerlo. Sería realmente beneficioso tener al menos un medio de comunicación que cuenta la verdad.

Harry parpadeó. ¿En qué estás pensando, querida?

Ella curvó sus labios en una pequeña sonrisa maliciosa. Él se preguntó si el sombrero había considerado Slytherin. Ciertamente le convenía.


Y fin :D

Son 4.000 palabras. Nada mal, ¿verdad? :) Espero y les haya gustado, chicos y chicas de mi corazón. ¿Cuál fue su parte favorita? ¿cuál fue lo que menos le gusto? ¡Me encantaría saberlo! Y claro que no les morderé o algo por el estilo xD

Oh, ¿y qué les pareció la entrada de Draco? Lo sé, fue pequeña, pero pienso darle un rol a la familia Malfoy. ¿Será bueno, será malo? Quien sabrá ;)

En fin, un enorme, grandote y especial saludo amoroso petunio pomponio a todos los que se tomaron el tiempo de dejarme un hermoso comentario: Yessypacheco, sire-uchiha18, Chiara Polairix Edelstein, TheDarcknessMickeangel, satorichiva, lisicarmela, Teresa,yomii20, seddiemaniatik05, SilverCrest, Loquin, crazzy76, tempestate18.

¡Muchas gracias!

Y bueno, tengo sueño, así que me despido y les mando un gran abrazo de frutilla y un enorme beso aciruelado (lo sé, eso ni siquiera existe xD ¿pero a quien le importa? xD)

Cuídense mucho. (Pero disfruten la vida, eh, que solo hay una ;) )

PDTA: Estoy escribiendo una nueva historia. Va a ser un HHr obviamente, de temática con viaje en el tiempo pero algo diferente a las que ya tengo. Por otro lado, todavía no logro unas semi palabras decentes en el de WOA (Written…) pero estoy intentándolo…