HORA DE AVENTURA NO ME PERTENECE! Le pertenece a Pendleton Ward y demás personas

No hay advertencias, solo es un cortito OneShort, Flameona

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Suspiró su séptimo suspiro.

Estaba muy cansado.

Tenía mucho trabajo que hacer. Su trabajo era de seis horas, y al terminar, tenía que ir y recoger los paquetes de su otro jefe, que le tomaba unas dos horas más. Además de lidiar con el tránsito y los turistas que están por doquier, como hormiguitas de un lado a otro.

Así iba todo el día trabajando hasta las ocho de la noche, y apenas tenía tiempo de tomar un café en sus pocas y cortas horas libres en un restaurante cercano.

-Bonjour!-le recibió enérgica y alegremente una camarera rubia, vestida con un vestido negro recto y con detalles blancos

-Bonjour-le saludó el francés, Félix, sin muchas ganas.

Cada día se sentaba en una misma mesa pegada a la pared a las tres de la tarde.

-¿Qué desea?-le preguntó la camarera, que en su carnet de trabajo decía "Fionna"

-Un café negro, con dos de azúcar-pidió el francés, cansado.

-Enseguida-se retiró y fue a prepararlo.

Se tomaba el café con unos pequeños apuros.

El restaurante estaba casi vacío, eran tan solo las cuatro de la tarde, y la gente por lo general tomaba su descanso a las tres PM.

Después de terminar el café, lo pagó y se retiró de ahí, hacia su trabajo, con una buena cara.

Ese café situado en Francia, de alguna manera, le quitaba un poco el estrés.

Bostezó, entrándole un poco de sueño.

Al terminar su día, ya en la noche, salió de su trabajo y fue a su casa como un zombie, para darse un baño y luego a dormirse. Sin cenar, pues estaba demasiado agotado como para comer.

Al despertar, hizo su rutina de despabilarse dos horas antes, bañarse, arreglarse e irse de nuevo al trabajo. El pobre no tenía descanso alguno.

Hasta los domingos trabajaba él

Su único día libre era el miércoles

Hoy fue un día especialmente atareado.

Con muchas ansias esperó su descanso, y se fue caminando hacia el restaurante

Hoy se veía especialmente cansado

Agotado

Cuando le trajeron su café, miró con curiosidad a la camarera rubia.

-Yo no pedí eso-le dijo, refiriéndose a la Creme bruleé al lado del café negro que sí había pedido.

-Va por la casa-le dijo camarera, con una dulce voz, un guiño y una linda sonrisa.

-Gracias-le agradeció. Mientras iba a tomar el mango de la taza de café negro notó algo dentro de la servilleta. Abrió dicha servilleta y notó un pequeño papel con un número telefónico y una "O" y una "X"

Miró a la camarera y esta, al notar que él la miraba, le sonrió

Él le devolvió la sonrisa.

Ya recordaba porqué ese restaurante le quitaba tanto el estrés.

FIN.