Perdida

Mi nombre es Tatiana Anastasia Barton, tengo 19 años, y esta puede ser el último mensaje que mande.

No sé dónde estoy, o a dónde me llevan, solo sé que ahora, nadie podrá rescatarme.

Скажите ваше имя – (di tu nombre) me grita una voz, todo es oscuridad aquí, no puedo ver a nadie. Me niego a contestar, entonces, los grilletes que sostienen mi manos y pies se aprietan cada vez más, no voy a gritar, la hija de los mejores asesinos y espías del mundo sabe que no debe gritar, me muerdo el labio tan fuerte que siento el sabor a sangre inundar mi paladar.

Vuelven a repetir la pregunta una y otra vez, debo contestar, mi mamá me enseñó a no decir mentiras, pero esta es una emergencia.

Меня зовут Анастасия Романова –(Me llamo Anastasia Romanova)

Похоже, что герцогиня с нами! – (¡Parece que la duquesa se encuentra con nosotros!) No puedo ocultar un bufido que provoca el aumento de las burlas a mí alrededor.

¡Eres brillante Tatiana! ¡Brillante! De todos los nombres rusos que has leído en tantos libros se te viene a ocurrir el de la hija de los zares, aunque si pienso que mi primera opción fue decir "Natalia" si, fue mucho más prudente decir que me llamo Anastasia.

La niña que está a mi lado comienza a llorar desconsoladamente, pobrecilla, ella no tiene la culpa de lo que paso, los hombres que nos custodian se empiezan a desesperar por su llanto, la tensión es palpable.

Пожалуйста, небо не плачь – (Por favor cielo, no llores más)

La pequeña me mira con sus enormes ojos color miel y trata de calmarse, pero le es imposible. La entiendo, de hecho, yo aún no sé que me mantiene tan tranquila. Los hombre se acercan a ella y la golpean fuertemente con un palo de fierro en la frente, la sangre corre a borbotones del rostro de la niña y ella no deja de llorar.

Имбецилов – (imbéciles) grito - 'просто ребенком, и это страшно – (es solo una niña y esta asustada) –

Ahora me miran a mí con sorna. - Вы думаете, что вы храбры. Мы увидим, если мы все еще долго – (te crees valiente, veremos si sigues siéndolo por mucho tiempo)

Comienzas a golpearme brutalmente, yo sigo la misma rutina de antes, cierro los ojos y me muerdo el labio para no gritar o llorar.

Antes de sumirme en la inconsciencia, notó que la niña se a quedado callada-

Ojalá me hubiera subido con Howard a ese maldito avión – es mi último pensamiento. Después, todo se vuelve negro.