La entrometida y el Orgulloso


[Shot 3] Summary: No solía tener amistades duraderas, y tal parecía que mi usual manía de "Psicoanalizar" a todos me había acercado al jocoso Naruto Namikaze, quien se negaba a aceptar que sufría de bullying: Negación, Típico síntoma de ello.


Hinata|

Nuevamente había sido plantada por mi mejor amiga.

¿Mejor amigo? ¿Mejor amiga? ¿Grupo de amigos?

¿Acaso en algún momento realmente fueron eso?

No. No lo creo, pero sí creo que vagamente mi mente se vio confundida por ese destello de compañerismo que parecíamos compartir.

Los odiaba. No, corrección: Me odiaba a mí misma. Digo, ¿Era tan difícil hacer un amigo? ¿Formar un lazo que al menos durará mi adolescencia?

No era difícil, bueno, eso si no eras Hinata Hyuga. Triste y amarga realidad.

Observe con tristeza como Kiba, Shino y Tenten compartían una amena y divertida platica con Ino Yamanaka, Choji y Shikamaru, los más ¨cooles¨ de la escuela. No paraban de hablar y no dejaba de preguntarme: ¿Qué tantos temas de conversación existían?

La usualmente callada Tenten parecía que se atragantaría con su propia lengua, y su cabello, antes estilizado en dos moñas, ahora caía en cascada sobre su espalda. ¿Por qué el cambio? Oh, sí. Apostaría que se debía al tiempo de calidad que gastaba con Ino y el pequeño lapso de atención que se ganaba de Shikamaru.

Y con un suspiro me encamine al baño.

Pensé en Tenten y quise rodar los ojos: Amor joven no correspondido. Podría al menos reírme de ese hecho, del hecho de que supiera que Tenten perdía su tiempo porque Shikamaru ya tenía los ojos bien puestos en Ino. Además, podía remarcar la caspa que caía finamente de su ¨hermoso¨ nuevo cabello lleno de Keratina.

Y no me culpen. Yo no solía pensar de esa forma tan superficial, eso solo era un efecto colateral de haber sido hecha a un lado por mis ¨amigos¨

Durante años almorzábamos juntos, elaborábamos los proyectos juntos y ¨hablábamos¨ de todo tipo de cosas. No. Corrección: YO almorzaba con ellos, YO elaboraba los proyectos y YO me limitaba a escucharlos hablar de todos tipos de cosas. Pero si, hasta ese momento fui consciente de ello.

Pero todo era mi culpa. Ahora mismo aplaudía a las sabias palabras de mi madre y me golpeaba mentalmente por haber caído tan bajo por obtener un espacio donde comer en los recesos. Tonta Hinata. Ingenua Hinata.

Pero ahora sería diferente.

Golpe mental. No, yo no sería diferente. Siempre lo decía y nunca lo cumplía. Pero bueno, era parte de mi discurso mental para sentirme mejor.

De ahora en adelante sería Miss Realidad, aceptaría todo tal y como es. Crudo y dramáticamente a como sea. Ya no más mentiras hacia mí misma; Más verdades como el hecho de que no existían los verdaderos amigos.

Suspiré y le di un sorbo más a mi jugo de manzana, cerrando mis ojos y tratando de imaginar que estaba en cualquier otro lugar menos en el baño. Y si, era lo suficientemente ¨loser¨ y de por más orgullosa como para almorzar ahí antes de darle la cara a mi antiguo grupo.

Ellos me lo habían dejado claro ¨Hinata, no creemos que de ahora en adelante te siga siendo cómodo almorzar con nosotros. Así que, ¿Por qué no te buscas otros amigos más parecidos a…tu especie?¨

Apreté el empaque de cartón del jugo. ¿Buscar otros amigos? ¿Acaso se burlaban de mí? ¡Ellos sabían muy bien lo difícil que se me daba hacer amigos!

Y ¿especie? ¿Desde cuándo Tenten incluía esa palabra en su vocabulario? Oh si, desde que compartía cientos de tardes haciéndose pedicure en la mansión Yamanaka.

Suspiré, chequee el tiempo en mi reloj, tire la caja de mi jugo en el basurero y tome la bandeja de comida. Vaya lugar me busque para comer, y no tenían ni idea de lo difícil que fue entrar al baño y no ser notada, porque digo, ni en mil años dejaría que alguien me viera pasar por tal humillación. Pero... ¿qué podía hacer cuando todas las mesas estaban ocupadas y ninguna me deseaba en ellas?

Abrí la puerta y me quede de piedra al ver a un chico frente a mí; Y al parecer él también.

¿En serio? ¿Una chica almorzando en el baño?

Estaba en un lió.

.

.

Naruto|

¿En serio? ¿Un chico en el baño de chicas?

Ciertamente no tenía argumentos a mi favor disponibles en ese momento, salvo el hecho de que alguien muy divertido hubiera tenido la ocurrente idea de esconder mi mochila en uno de los cubículos del baño de chicas. Pero claro, sería toda una misión hacer que ella me creyera.

Vaya mierda de salario tenía mi padre como para gastar mi vida en este tipo de tratos. Digo, no me quejaba. Para nada. Vivir en un pequeño apartamento con mis padres y hermana nunca fue un problema, más todo lo contrario. Sentía que nacer en una situación cómoda, no miserable, me daba el privilegio de ver las cosas desde un punto de vista medio donde no criticaba a nadie.

Realmente no me quejaba…bueno, no hasta que todos mis compañeros en la escuela parecían tener problema con ello. Y de todos modos, ¿Cuál era su maldito problema? Ser pobre no era un crimen, que yo supiera claro.

Constantemente era tachado de ladrón, muerto de hambre y ¨pobrecito¨. ¿Y realmente cual era el problema con no tener una cuenta bancaria en suiza? Desde mi punto de vista, siempre y cuando no matara a nadie, era una persona normal.

Pero después de todo, conveniente o no, mi padre como profesor de esta escuela había conseguido una beca para mí. No sabría si llamarle suerte o todo lo contrario.

—Este…Hinata— ¡Ese era su nombre! ¡Lo recordaba! Ella era, sino me equivocaba, la más aplicada del grupo. Y ¡Oh sí! Ella solía mover mi mesa accidentalmente y botar mi lápices, era algo torpe—Te estaba buscando para… ¿no quieres almorzar con mi grupo? — ¡Perfecta escapatoria!

Hinata se limitó a abrir y cerrar la boca, aparentemente sin palabras. Solo esperaba haber sonado convincente.

.

.

Hinata|

¿Qué? ¿Almorzar con él y su grupo? ¿Sería acaso un mensaje caído del cielo? ¿Coincidencia? ¿Pura suerte?

Tenía que haber algún truco, tenía que haberlo, porque ¿desde cuándo el jocoso Naruto Uzumaki me hablaba a mí? Según recordaba apenas y éramos conocidos. ¡Oh sí! De vez en cuando solía recoger sus lápices, porque ciertamente era algo torpe. ¿Era algún tipo de agradecimiento?

Sasuke me observo por más tiempo del que desearía, y con una profundidad que me hacía sentir casi desnuda. Trague saliva y trate de pensar que él no me estaba fulminando con la mirada. En cambio Sakura, sonreía de una forma un tanto extraña.

—Vaya Naruto, ¿Hay algo que quieras contarme? —Entrelazo sus dedos y recostó su cabeza en ellos, notándose sumamente intrigada.

—No realmente—él, sentado a mi lado, comenzó a comer su almuerzo; Totalmente despreocupado.

Sakura carraspeo, aparentemente no limitándose a dejar el tema por sentado: — ¿A qué se debe tu compañía hoy Hinata? — ¡Ahora me interrogaba a mí!

Me mordí mi labio y casi maldigo mentalmente. ¿Qué hacía ahí? ¡Esa era algo que to también quería saber! Vi de reojo a Naruto y note que él exactamente estaba en las mismas condiciones que yo, pero afortunadamente fue el quien hablo primero:

—Este…es que vi a Hinata un poco sola y decidí que no estaría mal darle un poco de compañía—Casi me atraganto con mi recién comprado jugo de manzana. ¿Habría notado mi bandeja de comida y por eso me había invitado a almorzar con ellos? Me sonroje de solo pensarlo, de seguro solo sentía lastima.

Qué pena.

—Oh…ya veo—repentinamente murmuró Sasuke, pareciendo que hablaba consigo mismo y llamando la atención de todos en la mesa—Invitas a Hyuga para darle celos a Shion—Ahora fue Naruto quién casi se atraganta con su propia bebida.

Supuse que se había tratado de un golpe bajo, porque por toda la escuela no se hablaba de otra cosa que no fuera de como Shion boto a Naruto.

.

.

— ¡Muchas gracias por no mencionar sobre que almuerzo en el baño! —solté en cuanto encontré un momento a solas con él, justo cuando Sasuke dejo la mesa con Sakura.

El rostro de Naruto fue el poema más confundido que vi en toda mi vida. Parecía no tener ni la menor idea de lo que hablaba, y ahora yo parecía tener un tornillo zafado.

— ¿Almorzar en el baño? ¿De qué hablas Hinata? —No lo había notado. ¡Él no había notado la bandeja de comida en el baño y yo me había encargado de decírselo! ¡Qué torpe! —Aunque ahora que lo mencionas… ¿Eso que tenías en el baño era una bandeja de comida? —sonrió divertido, cruzándose de brazos.

Me sonroje aún más y trate de buscar una salvación, pero no encontraba nada. Él me había encontrado en el baño de chicas con una bandeja de comida. ÉL me había encontrado en el baño de CHICAS. ¡Eso era!

—Sí pero…Espera, ¿Qué hacías en el baño de chicas? —

La sonrisa en sus labios se congeló.

—Este…—

Hice una mueca, tratando ahora de figurarme cualquier razón que lo obligara a entrar a ese santuario destinado solo para chicas. Aunque de verdad me estuviera buscando para invitarme a almorzar con sus amigos, eso no era excusa suficiente como para dejar su hombría en la puerta del baño.

La realidad me golpeó: — ¿Acaso estabas espiando a alguien? —lleve mis manos a mi boca y la tape, algo horrorizada. ¿Quién diría que un chico tan agradable como Naruto tenía ese tipo de tendencias?

Él me observo totalmente sorprendido y aterrado por mi acusación.

— ¡No es lo que piensas! ¡Yo solo…! ¡Yo…!—se froto sus cabellos y me tomo del brazo, arrastrándome fuera de la cafetería y deteniéndose una vez que no diviso a la multitud de estudiantes atestados en la entrada.

— ¿Qué sucede? —

—Esto no es algo que le diría a alguien que apenas conozco, pero viéndome en la situación en que estoy te lo diré…—suspiro y pareció avergonzado—Estaba en el baño de chicas porque…porque ciertas personas escondieron mi mochila ahí—

— ¿Ciertas personas? —

— ¡Si! ¡Pero no necesitas detalles! Pero ¿me entiendes verdad? No soy ningún tipo de pervertido ni nada por el estilo—

—Lo entiendo—le sonreí, comprendiendo lo avergonzado que debía de estar por ello. Yo solia ser igual—Entiendo que te avergüence sufrir de abuso escolar, pero no te preocupes, es completamente norm…—no me dejo terminar por que tapo mi boca con su mano.

—Shh ¡No lo digas en voz alta! —Estaba sonrojado y aterrado ante la idea. Y fue mi momento de sentir curiosidad, después de todo muchos decían que traía ese don entrometido propio de quienes estudiaban psicología.

Sonreí con seguridad y me atreví a preguntar: — ¿Temes que alguien sepa que sufres de bullying? —era una afirmación y el shock de ser leído por mí fue claro.

— ¿Cómo dices? —

—Una de las etapas que todos las victimas sufrimos es la negación, y un habito común es callar para no levantar sospechas o no preocupar a nadie. ¿Sakura y Sasuke lo saben? Apuesto a que no, ¿O me equivoco? —Él me vio tal y como si me hubiera nacido una segunda cabeza, y tuve que reprimir cerciorarme con mis manos desde que yo supiera que no estaba siendo mi usual yo. ¿Desde cuándo era tan atrevida como para decir aquello?

Pero no podía evitarlo. Cuando algo me atrapaba simplemente no lo dejaba ir.

— ¿Acabas de psicoanalizarme o algo? —sonaba algo molesto. Pero podía atestiguar a que era porque lo hubiera descubierto y no una molestia dirigida a mi persona en sí: Le fastidiaba que su plan de ¨esconder¨ algo no funcionara.

—A-algo así—Claro, el tartamudeo llegaba justo cuando ya mi lengua había hechos de las suyas.

.

.

Naruto|

El día anterior había sido uno de mis peores días. Más por el hecho de haber sido desenmascarado por Hinata.

Yo era la negación personificada, o al menos eso era algo que mi madre, y ahora Hinata, habían dejado entrever. Y por más que lo negara, valga la redundancia, muy en el fondo sabía que era cierto.

Solía sonreír en lugar de contraer mi rostro. Solía reír en lugar de llorar. Y solía mostrarme despreocupado para ocultar lo serio que me tomaba las cosas. Podría decirse que toda mi fachada era falsa, bueno, al menos cuando se me presentaban situaciones negativas como estas. Solo Sakura y Sasuke me conocían de verdad, y ¿Desde cuándo Hinata me había desenmascarado tan vilmente?

Mi plan perfecto era no importunar a nadie con mis problemas e incluso no importunarme a mí mismo, porque, ¿Desde cuándo era agradable recordar tus dolencias y aflicciones? Yo prefería olvidar, ignorar y superar. Esas eran mis tres palabras básicas.

Pero todo se venía abajo cuando personas como Hinata tenían el suficiente tiempo como para perderlo psicoanalizando a personas aparentemente simples como yo. Me molestaba, no con Hinata directamente, pero si con el hecho de que podía ser leído de una forma tan fácil e injusta.

— ¿Y S-sakura y Sasuke? —Se mordió su labio y no despegó su vista de la mesa. Nuevamente la había invitado a almorzar con nosotros, y tal parece que no se imaginaba que ambos ahora estaríamos solos.

Entrecerré mis ojos. Si ella se esmeraba en inmortalizarme en sus pensamientos, yo también lo haría. Me esmeraría en conocer a fondo que había tras esa pequeña chica de ojos perla y cabello azabache. De esa forma ambos estaríamos a mano y le daría una probada de su mismo chocolate.

Extrañamente no tuve que hacer esfuerzo alguno para verla de una forma más inquisidora. Ciertamente Hinata era tan extravagante que ahora me preguntaba como nunca pude notarla: Era tan tímida, como entrometida; Tan inocente, como sagaz; Y distraída, como concienzuda. Era interesante.

—Están en medio de una cita— ¿Una cita? Bueno, esa era una forma delicada de referirme a que ambos estuvieran en medio de un faje en el patio de la escuela; Pero eso no le interesaba a Hinata y no valía la pena como para corromper sus inocentes oídos.

Dijera como lo dijera, el rostro de Hinata enrojeció: — ¿U-una cita? ¿E-ellos están saliendo? —Y el tartamudeo estaba tan presente como ausente el día anterior.

— ¡Oh sí! Supongo que pensé que ya lo sabías. Digo, todos lo sabían— ¿De verdad está era la misma chica que el día anterior desgloso mi vida en afirmaciones que prefería no escuchar?

—Oh…yo no lo sabía—pareció perderse en sus pensamientos, y yo entrecerré mis ojos aún más sobre ella.

— ¿Te haces la distraída? —Sin poder evitarlo hable en voz alta y ella respondió con un fuerte respingo, y llevando su mano a su corazón—Es que realmente ayer parecías toda una fisgona—Olvide morder mi lengua y evitar atacarla de esa forma, pero extrañamente había algo en Hinata que hacía sentir mi cuerpo arder. Nunca había sido tan hostil.

—Yo…—parecía totalmente apenada—Lo…—Pero repentinamente frunció el ceño, y me vio con esa seguridad que la había poseído el día anterior. —No, yo no lo siento. No soy una fisgona, es que simplemente tú eres un libro abierto—

.

.

Hinata|

Si había algo de lo que podía estar segura, era de qué aceptaba mi realidad tal como era. Incluso cuando los tiempos fueran tormentosos, sabía reconocer cuando las cosas iban en picada. No me abstenía de mentirme a mí misma a los demás. Era un libro abierto.

¿Para qué fingir sonrisas?

Sería ser injusto con todos. Algo que Naruto Namikaze empleaba de forma seguida.

En años de conocerlo nunca le había dirigido la palabra de esa forma. Digo, a nadie nunca le había dirigido la palabra de esa forma y no esperaba que justamente con él sacará a relucir ese lado bien reprimido. Pero no pude evitarlo, había algo en su actitud que hacía mi cuerpo arder. Era como si su personalidad tan opuesta a la mía me incitará a cuestionarlo.

Eso era algo que nunca me había pasado. Ni con Tenten, Kiba ni Shino. Era totalmente nuevo.

—Yo ¿Un libro abierto? —Rio con incredulidad, pero muy en el fondo sabía que estaba fastidiado—Tienes razón Hinata, lo que ves es lo que soy—

—Cuando digo que eres un libro abierto, me refiero a que para mí lo eres. Pero estoy muy segura de que logras engañar a muchas con tu fachada de ¨chico cool¨ cuando en realidad vives preocupado porque el sueldo de tu padre no alcanza ni a una bonificación recibida por el padre de Sasuke—sonreí al ver su reacción—Sinceramente, no tengo problema con tus bolsillos vacíos—reí levemente y mi corazón se estremeció al ver su rostro lleno de shock.

— ¿Cómo es que cambias de personalidad tan rápido? ¿Qué clase de persona eres? —Aún estaba en shock y yo solo atine a sonrojarme.

—Te he observado por mucho tiempo y se mucho de ti, así que no es de asustarse de que me sienta un poco segura al hablar de esto—Suspiré. Era cierto, por mucho tiempo él fue mi objeto de estudio, y como pasa en toda historia de adolescentes con hormonas, termine sintiéndome atraída a él, pero claro…eso ya era pasado, o al menos trataba de ignorar el tema. Justo cuando comenzó a salir con Shion di el asunto por terminado, pues él ya no formaría parte de mi librería de cosas alcanzables.

—Así que… ¿me has observado por mucho tiempo? ¿Por qué a mí? —ahora sonaba a reclamo.

—Me parecías interesante…—baje mí vista a mis dedos. Esas palabras sonaban demasiado comprometedoras—Solía sentirme identificada con los abusos que recibías de los otros—

Él hizo una mueca, coloco ambos brazos tras su cabeza y cerró sus ojos. Parecía haber un debate interno.

Sonó el timbre, anunciando que todos los estudiantes debíamos de volver a clases.

.

.

Sus cabellos dorados parecían más interesantes que el monologo del profesor Azuma, y realmente lo eran. Suspiré, tratando de rememorar ese sentimiento que me ato a él hacía 4 años. Cerré mis ojos, no lo sentía. O por lo menos, no era tan fuerte a como solía serlo, pero ahí estaba: Era un sentimiento que me acompaño por años, mi deseo de ser comprendida por alguien aparte de mi misma.

Por años sufrí de abusos por parte de otros chicos de mi edad, aludiendo de que yo me creía demasiado especial y que no llegaba a ser ni la mitad de ello. En aquella infancia conseguí sentir el verdadero rechazo en toda su magnitud; Por parte de mi padre, mis amigos y mis compañeros de clase. Me había odiado, preguntándome en que fallaba y luego…y luego apareció él.

Él, con una economía familiar limitada, pero no de sonrisas. Él fue el sol que apareció en mi horizonte para hacerme ver que el abuso escolar no era directamente proporcional a una falla de uno mismo; Era directamente proporcional a la mentalidad de los demás, sea racional o irracional.

Él me hizo comprender que todos los chicos de mi edad envidiaban a mi familia; Y de que todos ellos lo menos valoraban por creer que ese poder que te daba el dinero lo era todo. Ni Naruto ni yo éramos su objeto directo de odio; sino su mentalidad retorcida.

¨No te odian ni me odian a mí. Solo tienen el compulsivo hábito de comparar y de ser una bacha de ignorantes¨

Sonreí. Recordando esas palabras que me había dicho una vez que me defendió de un grupo de chicos en el jardín de niños. Ese día él se había convertido en mi héroe, y lo fue hasta que…hasta que comenzó a salir con Shion hacia 4 años. En ese entonces él sustituyo sus sonrisas sinceras por esas destinadas a complacer a todos. Nunca fuimos grandes amigos, pero desde ese día parecía que me había vuelto aún más invisible. Había caído en el juego que él mismo prometió no jugar.

Una nota cayó sobre mis apuntes, despertándome de mi letargo. La tome y leí:

¨ ¿Quieres que te acompañe de regreso a casa?¨

El shock se apodero de todo mi cuerpo. ¿A caso quería hablar de algo? ¿Se había molestado por la forma en que volví a atacarlo en el almuerzo?

Justamente el timbre sonó, anunciando el fin de las clases. Y yo, aun confundida, no me moví ni un ápice hasta que sentí una mano sobre mi hombro. Giré por auto reflejo para solo toparme con aquella deslumbrante sonrisa de la que hacía años no era testigo. Era de nuevo aquel Naruto que conocía.

— ¿Q-quieres hablar? —

—Algo así—bajo la vista a sus pies, moviendo levemente con su pie un papel sobre el suelo.

—Yo… ¡Yo realmente lo siento por ser tan entrometida! —Agradecí que ya nadie quedará en el aula para escuchar aquello, pero de todos modos, Naruto pareció asustarse ante mi afirmación.

— ¿Tú quieres disculparte? —se acercó a mi mesa y tomo mi mochila, caminando entonces hacia la salida; Totalmente dispuesto a cargar con mi mochila.

— ¡E-espera! —Producto de la impresión había quedado atrás, así que corrí hasta la salida del aula— ¿A dónde vamos? —

—He notado que ambos compartimos el mismo sendero hacia nuestra casa, así que, ¿Por qué no caminar juntos? —se encogió de hombros, y yo simplemente, e irremediablemente, me sonroje ante la idea de compartir ese pequeño lapso de tiempo con él.

—T-tienes razón—

— ¿Por qué el tartamudeo? Realmente eres algo bipolar—negó con la cabeza y río divertido, y yo enrojecí aún más.

—N-no lo soy—

Observe el suelo mientras caminábamos, no teniendo el valor de levantar mi vista hacia él. Y cada cuanto que me arriesgaba por el rabillo del ojo, él me pillaba con una sonrisa divertida. ¿Qué había sucedido? ¿Desde cuándo había dejado de ser hostil? Según rememoraba nuestra última platica no había resultado bien, ¿Por qué el cambio? ¿Acaso él también era bipolar?

Pero entonces, justo cuando salimos de la escuela, él dio respuesta a mis preguntas:

—Lo siento—

— ¿P-porque? —Eso no me lo esperaba.

—Por…—hizo una mueca y vio con frustración el suelo—Por ser un idiota contigo hoy—pateo una piedra sobre el camino, perdiendo su vista en ella, y yo también.

—No tienes porque, comprendo que fui muy entrometida y solo conseguí sacarte de quicio—

— ¡No! ¡Bueno, si! Si fuiste algo entrometida pero… ¡Ah! —Exclamo con frustración—Creo que lo que más me molesto de ti fue que dijeras la verdad. ¿Sabes cuánto duele la verdad? Creo que a todos nos pasa—

—Lo sé—

— ¿Entonces me perdonas? —

—Sí, aunque no tienes por qué pedir disculpas—

—Claro que debo. Ayer te he alejado de tu grupo de amigos solo para seguir guardando mi fachada de chico que no sufre de abuso escolar ante Sasuke y Sakura, y hoy de nuevo porque quería seriamente comprender lo que dijiste ayer—

—No fuiste oportuno, a decir verdad ahora mismo no tengo amigos—Me mordí mi labio inferior, eso no tenía por qué decirlo.

Él detuvo su caminar: — ¿De qué hablas? Sé que a veces estas sola, pero, ¿Acaso no eres parte del grupo de Kiba o Tenten? —

—Si…bueno, lo era—

Hubo un silencio donde él parecía meditar.

— ¿Ellos te sacaron del grupo verdad? —

— ¿C-como lo sabes? —

—Siempre supe que eran un montón de interesados y…bueno…Olvídalo—

— ¿De qué hablas? —

—Olvídalo—

—Por favor, ¿Qué es? —

—Escuche que…Ciertas personas solían decir que solo te usaban porque venias de una importante familia y porque encima eras muy buena en los proyectos de trabajo. Pero desde que Shikamaru está en su grupo supongo que…—

— ¿No necesitan a otra ¨cerebrito¨?—complete y él me vio algo sorprendido, digo, inoportunamente mi rostro estaba ahora húmedo. Qué pena.

—Oye, ¿Hi-hinata? No llores—Se acomodó mi mochila sobre su hombro y se acercó a mí, viéndose algo impotente y preocupado. En otro momento habría pensado que lucía gracioso, pero no en esa ocasión. — ¡Lo siento! ¡Soy un desconsiderado! —

Lleve mi mano a mis ojos y trate de limpiar las lágrimas, lo menos que necesitaba era su lastima.

—No sigas pidiendo disculpas. Ll-lloro porque soy débil, lo suficiente como para extrañar a personas que ni se molestan en recordar que existo—

Él coloco una mano sobre mi hombro: —No eres débil, solo un poco tonta—toco la punta de mi nariz con su mano libre— ¿Por qué llorar por personas que no valen la pena? ¿Eh? Busca nuevos amigos—

Excelente consejo, eso era lo que trataba de hacer.

—Suena fácil…pero no lo es—

—Humm…claro que lo es. Por ejemplo, ahora mismo te has ganado un nuevo amigo—

— ¿Eh? — Di un respingo, no creyendo de verdad que él pensará que era su amiga. Digo, hacia unas horas le parecía una entrometida sin límites que le sacaba de quicio, y ahora… ¿su amiga? — ¿Hablas en serio? —

—Muy en serio. ¡Me has caído del cielo Hinata! —

— ¿Por qué? —

—No tengo muchos amigos con los que hablar últimamente—Eso era cierto—A decir verdad, fuera de Sasuke y Sakura estoy prácticamente solo. Y desde que ambos se dan sus escapadas a la hora de almuerzo… ¡Ah! ¡Supongo que necesito una nueva amiga! —

— ¿Estás seguro de que no lo haces por lastima? — Debía de cerciorarme.

—Por supuesto que no. Me agradas, de verdad—sonrió fugazmente—Eres sincera, y pareces ser la única persona que me conoce más de lo que yo mismo hago—

Y sonrió, provocando que mi corazón se estremeciera.

.

.

Habían pasado dos maravillosos meses. Finalmente tenía un nuevo amigo, o al menos ese era el título que el destino le otorgaba a mi antiguo y casi retomado amor platónico. No podía creer la facilidad con la que las palabras fluían con él, simplemente actuaba como mi yo real. Y él también.

Pero temía enamorarme de él. Hacerlo pondría en riesgo todo intento por mantenerlo como mi amigo. ¿Qué podía hacer al respecto cuando cada vez que lo veía todo mi suelo se movia?

Observe el lago, mis ojos parecían no poder moverse ni un ápice más; totalmente hipnotizada por los patos en el estanque, nadando y revoloteando jovialmente. Mi mirada se ensombreció, cuanto deseaba que el hábitat de los seres humanos fuera tan simple.

— ¿Pensando en algo malo, Hinata? —

De tan brusco que fue mi respingo casi me voy de cabeza al lago, sino fuera porque él me tomo por la cintura y me mantuvo firme en el pequeño barandal.

—Solo pensaba en lo bajo que es este barandal—conseguí articular, con la respiración entrecortada producto de haber visto cara a cara a las frías aguas de invierno. Había estado cerca.

—Solo bromeaba, pero por un momento pensé que de verdad deseabas tirarte por el puente y dejarte morir por hipotermia—él también sonaba agitado. Y al girarme y verlo frente a frente fue evidente lo consternado que estaba. Realmente le había preocupado.

—No soy así de suicida. Valoro mi vida más de lo que piensas—fruncí el ceño, no me gustaba que él tuviera esa imagen con respecto a mí. Pero pronto todo atisbo de molestia se disipo cuando ambos nos percatamos de nuestra posición: Frente a frente, y a centímetros de poder convertir una simple mirada en un beso. De inmediato, y en un torpe intento por separarnos, ambos terminamos cayendo por la borda. Él me abrazo fuertemente y fue cuestión de segundos sentir el impacto del agua contra nuestros cuerpos.

— ¡Oh no! ¡No puede ser! —exclame llena de bochorno una vez que conseguí reincorporarme. No podía ser cierto que por mi torpeza ambos acabáramos de esa forma, y para mayor de mis sorpresas, el reía sin parar.

— ¡Solo mírate Hinata! ¡Tu rostro es un poema! —extendió su mano hacia mí, sin parar de reír, y yo la tome totalmente apenada. Pero poco le duro la risa cuando se fijó en mí, específicamente en mi contorneada figura producto de que el agua mojara mi ropa. Me sentí desnuda, y aún más abochornada, me abraze a mí misma como si así pudiera salvarme del escrutinio. Él se percató de ello y pareció avergonzado de que lo pillara viéndome: —S-será mejor que te lleve a mi casa para que te cambies por algo, es cerca de aquí—Él evitaba todo contacto visual conmigo, y bueno, yo igual.

.

.

La casa era pequeña y ciertamente humilde; Más no miserable, era ciertamente un cómodo y acogedor apartamento. Supongo que el problema para los demás radicaba en que no era exactamente una mansión.

Pero esa era lo de menos, lo que llamo mi atención era el sin número de fotografías sobre la pared, testigos de lo que podría llamarse una familia ¨Feliz¨

—No entiendo porque tanto drama por no vivir en una mansión. Tu casa es realmente hermosa—gire sobre mis talones y una sonrisa se formó en la comisura de mis labios.

Él sonrió vagamente: —Tú opinión no cuenta. Las chicas no suelen tener problema conmigo—hizo una mueca— Bueno, al menos no hasta que se dan cuenta de donde vivo. Prefieren saber que soy pobre a verlo con sus propios ojos. Ellas viven en su propio mundo de fantasías donde yo soy una especie de príncipe azul, o así dice mi padre. Por esa razón el equipo de futbol se esmera en hacer de mi vida escolar un infierno, supongo que se sienten ofendidos por perder la atención de las chicas por un simple pobre como yo. Es inevitable, nadie puede ver a mi casa de la forma en que tu pareces verla—su mueca se intensifico.

— ¿No crees que tienes el ego alto? Digo, acabas de dar por hecho que las chicas se mueren por tu rostro—murmure, percatándome de que había pensado en voz alta. Muy tarde, ya incluso mi rostro palpitaba de bochorno.

Él sonrió de lado; —Bueno, si todas y cada una de las chicas del instituto me lo repite a cada momento, ¿Por qué no creerles? —

—Pues porque quizás están en medio de sus fantasías, y una fantasía siempre es una alteración de la realidad—hable con confianza. Era algo que con él no podía evitar ni prever—Olvídalo. Lo dicen porque tienen razón—esquive mi mirada de él, pues de un momento a otro me observo con fascinación.

Había hablado de más.

— ¿Tú me consideras atractivo? —

—Yo…pues…—comencé a jugar con mis dedos y agradecí a Dios por mandar al padre de Naruto justo en ese momento. Lo reconocí pues lo había visto en muchas reuniones familiares.

Se mostraba curioso, pasando su mirada de Naruto a mí: — ¿Pero que tenemos aquí? Una chica. No habías traído a ninguna chica desde…—se cortó ahí mismo al ver nuestras expresiones. Ambas eran incomodas y silenciosamente le pedían que no continuará. Con pena suponía que se refería a Shion y no podía evitar sentirme un tanto recelosa. Minato sonrió avergonzado—Lo entiendo, mejor me callo—se pasó la mano por sus cabellos. —Viendo el clima que hay afuera supongo que vienes a quedarte ¿no? —

Me sonroje, deseando que no malinterpretará las cosas: —Y-yo…—

—Minato, deberías de aprender a hablar. Porque si no, continuaras asustando a los demás—ahora entro una mujer al salón, la madre de Naruto—Pequeña, déjame decirte que aquí no dejo entrar a ninguna chica a menos que la situación lo requiera, aunque no es como que Naruto sea así de popular—vi de reojo como él hacia una mueca—La única chica que a traído aquí ha sido Sakura, y ella es novia de su amigo emo—

¿Qué? ¿Él no había traído a Shion? ¡En 4 años de relación no se molestó en presentarla a sus padres!

Naruto pareció notar la conmoción en mi rostro y me hizo un gesto que decía: ¨Hablaremos luego¨

.

.

— ¿Así que nunca trajiste a Shion? —aborde el tema, una vez que sus padres entraron a la cocina luego de que cenáramos todos en el pequeño comedor.

—No—se limitó a responder y parecía no querer ahondar más.

— ¿Tenías miedo de su reacción? —

—Si—

Tome mi tenedor y me lleve a la boca el último trozo de carne. Me reincorporé y dispuse a llevar mi plato a la cocina: —Lo comprendo. Sé porque lo hiciste, no es necesario que me des explicaciones—Y con eso, abandone el comedor; Notando por el rabillo del ojo como una sonrisa se asomaba en sus labios.

Shion parecía aceptar la idea de que Naruto fuera de una familia humilde, pero parecía no aceptar verlo con sus propios ojos.

También sonreí.

En fin, me gustaba la idea de que Naruto fuera sincero. Ya no se molestaba en guardar apariencias conmigo.

.

.

Tome asiento en su cama, aun tratando de hacerme la idea de que dormiría en la cama de un chico. Al no disponer de una habitación de huéspedes, la madre de Naruto había acordado que él temporalmente ocuparía el sofá de la sala mientras yo usará su cama.

—Gracias, Naruto—

— ¿Por qué? —

—Por todo—suspiré y él tomó asiento junto a mí—Por…—mí vista acabo en un pequeño órgano colocado en una esquina, pareciendo que pedía ayuda por ser cruelmente opacado por una manta blanca que cubría sus teclas. — ¿Tocas piano? —

Él se notó algo sorprendido por el brusco cambio de tema: —Ah, pues no—se pasó la mano por detrás de su nuca y se vio algo incómodo—Mamá me lo regalo cuando tenía 11 años esperando que me convirtiera en el próximo Bethoven, pero…hehe es más que obvio el resultado final. Mi dedos nunca lograron coordinarse y fui un total fracaso. Espera, ¿Tú tocas? —Ahora fue mi turno de sorprenderme, ¿Cómo lo había notado?

— ¿Cómo…?—

—La forma en que brillan tus ojos hablan por sí sola, además, siempre he pensado que tienes unos dedos de pianista—Tomo mi mano e hizo alusión a los largos que eran mis dedos. Me ruborice ante el repentino contacto y me reincorpore de inmediato.

—S-supongo que a veces también puedo ser un libro abierto—

—Todos los somos en algún momento, todos somos vulnerables y siempre habrán personas entrometidas a quienes les guste leernos—me guiño el ojo ante lo último, recordándome en las condiciones en que comenzó nuestra extraña relación de amistad.

—No se puede hacer nada contra eso—

Ambos reímos y nos acercamos al piano. Él quito la manta y dejo al descubierto el humilde piano, ahora dirigiendo su mirada hacia mí: —Adelante, puedes tocar si quieres—

.

.

Naruto|

No podía evitar verla de reojo de tanto en tanto, tratando de reafirmar que lo que veía era cierto o no; Quizás esperando que en algún dado momento hiciera una mueca de repulsión o sonriera tensamente, pero no, lo único que resaltaba en el rostro de Hinata era el bochorno de tener su espacio personal reducido y que ahora la estuviera incitando a demostrarme sus habilidades en ese delicado instrumento.

— ¿Por qué habría de hacerlo? —su sonrisa era tensa y llena de nervios. Me parecía cómico colocarla en ese tipo de situaciones, extrañamente me gustaba verla llena de bochorno pues lucía…lucía adorable.

—Siento curiosidad—me encogí de hombros.

—No es necesario, además no soy la gran cosa…—

—Me gustaría poder verlo con mis propios ojos—

—No quiero importunarte, es tu piano…—

— ¿Y a quién le importa que sea mi piano? Es más, ¡El pobre debe de estar rogando porque alguien lo toque! —

Ella se mordió su labio, e inevitablemente no pude despegar mis ojos de ese gesto por unos segundos, era hipnotizante. Carraspee, tratando de aclarar mi turbia mente.

—E-está bien. S-solo será una canción—La vi suspirar y colocar con delicadeza sus dedos sobre las teclas, entonces comenzó tocar…pero no hubo nada más que silencio.

Entonces estalle en carcajadas, y ella me vio algo confundida.

— ¡Oh! ¡Olvide que Sasuke rompió el cargador! —Me incline y le mostré el cargador que a duras penas presidía de hilos de cobre—Personas humildes como yo no gozamos de un magnifico piano de cola—

Ahora ambos reímos.

—Ya te lo dije una vez: No tengo ningún problema con tus bolsillos vacíos—su voz sonó firme y sincera, alejándonos de aquel clima lleno de humor.

Ella sonrió amablemente, y como siempre, alojo esa sensación incomoda en mí. Su belleza interior y exterior consiguió deslumbrarme. Y sin pensarlo, me incline y la besé.

.

.

Hinata|

Le devolví el beso, y si no me equivocaba, a lo menos había durado un minuto; Un maravilloso minuto con mariposas danzando en mi estomago.

Pero fue entonces que huí de su casa. No había podido lidiar con el hecho de compartir nuestras alientos y huí como la cobarde que era. Él debía de haberse molestado, y le daría la razón.

Incluso había pescado un resfriado. Mal augurio.

Saque mis libros del casillero, y me cerciore de que no estuviera por los pasillos. Si, huiría de él. No me sentía preparada para confrontarlo aún, y además, ¿Cómo preguntarle sobre porque me había besado? Lo más probable sería que fuera un error, algo que se dio en el momento y de lo que luego se arrepintiera. Me negaba a escuchar sus palabras de rechazo, no podría con ello.

No podía con ello porque recién descubría que me gustaba mucho. Nunca había dejado de gustarme, y ahora que había tenido la oportunidad de conocerlo aún más había caído aún más por él.

— ¿Hinata? Ella no significa nada para mí —

Me detuve en seco, justo en la entrada del salón. Parecía que haber sido puntual ese día me había pasado factura. Escucharía cosas que no quería escuchar.

Observe el ceño fruncido de Shion: — ¿Nada? ¿Entonces porque has pasado estas últimas semanas con ella? Almuerzan juntos y se van juntos, ¿Cómo esperas que no crea que ella no significa nada para ti? —

—Ella es una simple amiga, nada más. Para mí solo eres tú, siempre has sido tú Shion—Con dolor giré sobre mis talones, no pudiendo ver por más tiempo su rostro lleno de súplica. No queriendo ser testigo del amor incondicional que le guardaba a Shion.

Dolía nuevamente ser rechazada, pero aún más, haber conocido el paraíso para luego caer sobre la dura realidad. No mentiría, el beso que Naruto había compartido conmigo había despertado a esa chica soñadora en mí. Aquella que cuidadosamente había cuidado y reprimido en mi subconsciente.

.

.

Naruto|

No terminaba de comprender ni la mitad de mis acciones. Primero besaba a Hinata; Después me forzaba a olvidarlo y a pretender que solo fue una acción del momento; Luego Shion me aborda llena de celos y yo le daba cuerda. ¿Qué sucedía?

¿Por qué me esmeraba en reprimir lo que comenzaba a sentir por Hinata? ¿Por qué temía aceptar lo que sentía con ella cada que la tenía cerca? ¡¿A que le temía?! ¡¿A ella o al simple hecho de no querer salir herido nuevamente?!

¿Acaso Shion era la vía de escape más fácil que encontré?

Sí, sí. Claro que sí.

Con Shion todo era paz. Ya no más abusos por parte del equipo de futbol y mayor simpatía de todos hacia conmigo. Gracias a ella conseguía librarme del fastidio que implicaba defenderse de las ofensas de los demás, ella me hacía sentir seguro…seguro.

Además…con Shion no debía de preocuparme por que me leyera en un dos por tres, con ella ocultar mis sentimientos y emociones era fácil. Con Shion todo estaba bajo control, pero con Hinata…

— ¿Qué le hiciste a Hinata? —parpadee dos veces, y divise con sorpresa a Sakura y a Sasuke fulminarme con sus miradas recién terminaba la clase.

— ¿Qué yo le hice qué? —

— ¡Eso es lo que queremos saber! —Sakura se inclinó y bajo un poco el tono de voz: —Hinata estuvo llorando casi toda la hora de clase. Trato de ocultarlo, pero no lo suficiente—al final le dio un tinte acusador a su voz que me hizo tragar saliva.

¿Hinata llorando? ¿Por qué?

La realidad me golpeó.

— ¿Será por el beso que le di? —hable en voz alta, y tarde me di cuenta para cuando los ojos de Sakura estaban abiertos de par en par, llenos de sorpresa.

— ¿Besaste a Hinata? —Me cuestiono esta vez Sasuke, con incredulidad.

—Si…—respondí en un hilo de voz apenas audible.

— ¿Y luego volviste con Shion? —Sakura siseo entre dientes.

—Si…—cerré mis ojos, a la espera de algún golpe por parte de Sakura. Pero nada, no sentí nada y me atreví a abrirlos. Ella me observaba llena de decepción y tristeza.

—No puedo creer que jugarás con ella de esa forma. Solo espero que no sea muy tarde para cuando te des cuenta de la estupidez que acabas de hacer. ¿Acaso olvidas como Shion te boto apenas Sai le dio cuerda? Eres un imbécil por perdonarla y lastimar a Hinata cuando ella a sido la única que de verdad se interesa por ti— y con eso, salió del salón. Seguida de Sasuke, quién con solo su mirada me hacía sentir el ser más idiota sobre la faz de la tierra.

Y la pregunta era: ¿Realmente lo era?

Si. Lo era. Porque a pesar de tener en conocimiento que Hinata gustaba de mí, me atreví a inculcarle falsas esperanzas.

.

.

Hinata|

—Hinata, trata de comprender la redundante idiotez de los idiotas, por favor—me pedía Sakura. Sasuke, a su lado, parecía querer confortarme con alguna que otra mirada de aprobación hacia las palabras de su novia. No lo entendía, ¿Por qué ellos decían estar de mi parte?

¿Desde cuándo había lados que escoger?

Naruto me había herido, pero eso no era algo que ellos pudieran cambiar al darme su total apoyo. Además, no culpaba a Naruto. Jamás me atrevería a culpar a alguien por no sentir algo que no quiere sentir. Era irracional.

—Lo entiendo, de verdad lo hago—me limite a responder, tratando de esbozar la mejor sonrisa que pudiera—Jamás me molestaría con él porque…porque él fue mi amigo durante los momentos en que más necesite de uno. Ahora es mi turno de dejarlo ir, era cuestión de tiempo para que él volviera a brazos de Shion. Yo solo fui su compañía cuando ninguno de los dos tenía a nadie más—

—No Hinata, tú estás mal. Tú no solo fuiste su compañía temporal, puedo jurar que Naruto de verdad siente algo por ti. ¡Él te beso! ¿Eso no te dice nada? Si él siguiera enamorado de Shion jamás se hubiera atrevido a besar a nadie más, te lo digo yo que he sido su amiga por años—

La sangre subió a mi rostro. Jamás espere que Naruto le contaría ese tipo de detalles a Sakura, aunque, pensándolo bien, quizás se los contaría porque realmente no le pareciese importante. Golpe bajo.

—Sakura, ¿podrías dejarme hablar con Hinata? —Un escalofrió recorrió toda mi espalda al escuchar su voz tras mí. No gire mi cabeza por miedo a ver sus ojos, temía escuchar lo que él tuviera que decirme. No predecía nada bueno de ello.

Naruto|

—No tienes por qué explicarme nada, de verdad te entiendo—la sonrisa en sus labios dejaba un sabor amargo en mi boca y provocaba que mi corazón se sintiera oprimido.

—Hinata…yo quiero…explicártelo—No sabía que palabras decir para no herirla. Debía rechazarla de la forma más suave posible, ¿Pero cuál?

—No te molestes, por favor. No es necesario, de verdad. Después de todo sé que al final solo sientes lastima por mí—Sonaba dolida y no se atrevía a verme a los ojos, me frustraba. Estaba tomando las cosas por el camino equivocado. Yo sentía todo menos lastima por ella.

—Estás en un error, de verdad fuiste una gran amiga durante el tiempo que compartimos—Mierda, había sonado como una despedida.

La escuche sollozar, y finalmente se atrevió a verme a los ojos. Algo que no me ayudo en lo mínimo, pues estos estaban húmedos.

— ¿Amiga? —

—Sí, Hinata. Si te preocupaba tanto hacer amigos, pues, aquí me tienes—trate de sonar relajado y despreocupado. Deseaba realmente que ella me comprendiera y viera que él tiempo que gastamos juntos no fue una pérdida de tiempo. Si ella había anhelado tanto a un amigo, yo sería ese amigo. Aun cuando ese título sonara desencajado.

Para mi sorpresa ella rio.

— ¿Amigos? ¿Realmente crees que todo se soluciona de esa forma? Un verdadero amigo no te usa. Porque eso fue lo que hiciste, eso me queda claro ahora que veo tus esfuerzos por sacarme de tu vida: Tú me usaste para dale celos a Shion; eso es lo que todos dicen ¿Acaso mienten? Respóndeme—

No sabía que decir, de cierta forma yo había pensado en Hinata como una herramienta que podría acercarme a Shion. La idea había rondado por mi cabeza cuando note el efecto que ella tenía sobre Shion, de verdad Hinata le provocaba celos.

Pero al final yo nunca la use de esa forma. Pensar era distinto a actuar.

—Tomaré tu silencio como una afirmación—Paso su mano por sus mejillas y limpio los restos de lágrimas, ahora dirigiéndome una mirada más decidida—Bien por ti, Naruto. Te deseo lo mejor de ahora en adelante. Y si me preguntas de si fui tu amiga: No, no soy y nunca seré tu amiga—Parecía decidida a herirme, y parecía conseguirlo por la forma en que mi corazón se desboco—Nunca desearía ser amiga de una persona que vive de las apariencias. Tú no amas a Shion, amas la posición que ser su novio te da. Me das lastima Naruto Namikaze—y con eso me dejo solo.

Y sus palabras calaron en lo más profundo de mí ser. Ella sabía perfectamente como implantar la duda en mi, ese era su efecto.

.

.

Al llegar a casa deje mi mochila sobre el suelo y no me moleste en cambiarme para acostarme sobre mi cama. Observe el techo.

Sus palabras me dolieron. Que precisamente ella dijera sentir lastima por mí me hacía sentir que todo lo que hacía estaba mal. Era vital para mí su aprobación, y no tenerla ahora me mataba. No podía vivir con la idea de Hinata odiándome. No podía, simplemente sopesarlo era intolerable.

Sentí mi mandíbula tensarse y mis manos empuñarse. Era un tonto; Lo suficiente como para sentirme abatido por las palabras de Hinata e indiferente ante el hecho de que finalmente había vuelto con Shion.

Nuevamente las palabras de Hinata calaban en mi interior: ¿Era orgullo lo que me ataba a Shion?

Maldita sea. Hinata no había podido decirlo mejor, ella era quién más me conocía.

Y justo ahora comenzaba a pensar en las palabras de Sakura "Solo espero que no sea muy tarde para cuando te des cuenta de la estupidez que acabas de hacer"

Estaba confundido y recién comprendía que en ese estado jamás debí haber aceptado retomar mi relación con Shion, pues no negaría que Hinata movía el suelo por el que caminaba. ¿Acaso me gustaba?

Ahora lo primero que haría sería terminar con Shion. Luego ordenaría mis ideas, y cuando estuviera seguro, hablaría con Hinata.

Solo esperaba que ella fuera paciente.

.

.

Hinata|

Dos días después nada parecía diferente. Aun no conseguía hacer amigos; y nadie aparte de Sasuke y Sakura parecían interesados en el puesto. Ambos habían tenido la amabilidad de acompañarme durante todos los almuerzos muy a pesar de su histórica amistad con Naruto. Pero yo no deseaba que la lastima los atara a mí, asi que decididamente tome la decisión de buscar amigos por mi cuenta; Una misión imposible.

Me removí inquieta en la banca contigua a la fuente de la escuela, estaba en medio de la hora de receso y lo primero que venía a mi mente era él.

Naruto, recordé aún dolida.

Según había escuchado, él había terminado con Shion. Pero eso no me interesaba, no desde que prometí olvidarlo. Era por mi bien, y por el suyo.

Cambie de página, luego a otra. Leer nunca había sido un problema, bueno, lo era desde que sentía una penetrante mirada calarme por la espalda. Llevaba todo él día de la misma forma, ¿Qué no se cansaba de seguirme? Y ¿Qué se traía entre manos?

—Termine con Shion—me abordó, pero yo no di mi brazo a torcer y ni me moleste en despegar la vista de mi libro.

—Felicidades—

—Felicítame cuando consiga el perdón de la única chica que de verdad me importa. ¿Sabes? Creo que empezaba a tener algo con ella y lo arruine todo, ¿Me ayudas? —

—No puedo ahora, estoy ocupada tratando de hacer nuevos amigos—

Lo vi con recelo, pero antes de que fuera consciente de ello, en sus manos estaba el libro que hacía unos segundos leía con fervor.

—No importa cuanto lo trates, lo importante es lo que consigues con tus esfuerzos. Hacer amigos no es difícil, lo difícil es saber cuándo los haces—leyó, con una sonrisa en sus labios.

—Muy cierto—atine a decir, y en un descuido, logre quitarle el libro de las manos. —Al fin lo comprendo todo—

—No lo creo…ciertamente te falta mucho para poder comprenderlo. Aún no sabes diferenciar a un amigo de uno que no lo es—

Fruncí el ceño, muy molesta, ¿Cómo se atrevía? —Claro que lo sé—

—No lo sabes. Porque yo no soy tu amigo, y nunca te percataste de ello—

—Claro que no lo eres—

—No lo soy, soy más que eso—Di un respingo ante esa última revelación, pero no tuve tiempo para pensar en ello pues él callo mi boca con la suya, en un beso, uno fugaz. —Soy más que eso—reafirmo, sonrió ampliamente, y volvió a besarme. Así de simple.


Sin nada más que añadir! :P

21 de Octubre del 2014