Mismo para otros fics, dejaré una explicación de por qué la vergonzosa tardanza en mi Profile para quién le interese saber, y también las disculpas apropiadas.

Si bien este fic empezó como una historia ligera, estuve advirtiendo de que terminaría mal, muy mal, ahora es cuando ya empezará todo el drama, romance y angustia, quizás un poco de terror, así que quien esperaba un romance de comedia, ALEJESE, puede acabar triste, muy triste

ESPERO LES GUSTE Y LOS AMO

Disclaimer: Fairy Tail y todos sus personajes pertenecen a Hiro Mashima, la historia es sólo para cumplir fantasías que varios no sabían que necesitaban

"Fruits Basket"

Era cerca de medianoche y el ambiente era cálido, con alguna que otra brisa fresca que le acariciaba el rostro. Su ciudad era bastante agradable en verano, especialmente a estas altas horas, donde el silencio reinaba y las luces de la ciudad daban un tranquilo espectáculo, una vista maravillosa desde las alturas del tejado de Sabertooth.

Sting estaba mas concentrado en el brillo de la noche estrellada, un cielo despejado y hermoso lo acompañaba, y si bien nunca fue alguien de contemplar los paisajes, desde que Yukino le contó la historia de los signos del zodiaco encontraba tremendamente llamativo el verlos en el cielo nocturno.

Y porque eso le recordaba Lucy

Hace semanas que no la veía ni sabía nada de ella, ni siquiera Yukino había podido tener información clara, nada más que estaba bien y que si no había un motivo diplomático entremedio, Lucy no estaba dispuesta a verlos, aunque Sting estaba seguro que sólo se refería a él.

Todo lo pasado en su primera y única misión juntos parecía un sueño, lejano, idílico; a veces se preguntaba si de verdad había ocurrido, luego la cara desfigurada por el odio de Natsu Dragneel y el olor a carne quemada que no podía olvidar le recordaba que todo fue bastante real.

La culpa aún no lo dejaba en paz, el meterse entremedio de dos compañeros, el entrometerse en cosas que no tuvo por qué, y por sobre todo el ser tan egoísta en querer hacer que Lucy lo viera como algo más, a sabiendas de todo el lío emocional que ella estaba pasando.

Cubrió su rostro con su mano, enojado consigo mismo.

Todo ocurrió tan sutilmente que no se había percatado de sus propios sentimientos hasta que ella le preguntó por qué la besó. No era tan idiota, los ataques de celos no fueron por nada, pero en aquel momento realmente pensó que era simplemente posesividad, mezclado con algo de envidia por la diferencia tan marcada que tenía la rubia cuando trataba con él. Sí, él no tenía ninguna intención de meterse entre medio de Natsu-san y su compañera, todos los magos que habían luchado junto y contra Fairy Tail sabían del lazo tan especial que los unía, y aun así, hizo todo lo que hizo y terminó aquí, solo, sin Lucy, sin Natsu-san, a quien idolatraba, y con la culpa de destruir algo tan preciado.

-No te martirices Sting, sabes tan bien como todos que hay algo más-

Sting ni siquiera le dirigió la mirada al otro Dragon Slayer.

-Eso no quita que tuve algo que ver-

-Todos aportamos algo, créeme que Mirajane-san se siente tan mal como tú, quizás peor-

El rubio volvió a fijar la mirada al cielo, justo en la constelación de Leo.

-Eso no me hace sentir mejor Rogue-

-Lo sé, pero es para que sepas que todos estamos en esto, no necesitas venir aquí todas las noches solo, Lector está muy preocupado-

El pelinegro se sentó junto a su amigo sin quitarle la mirada de encima, pero éste seguía sin querer devolvérsela. Hubo un silencio cómodo.

-¿Recuerdas nuestro primer encuentro con Fairy Tail?- Dijo de pronto Sting, con la voz mas suave

-Sí, en los Grandes Juegos Mágicos-

-Nunca lo olvidaré, fue un nuevo comienzo para el gremio, para nosotros; es algo que realmente me marcó-

Rogue asintió, ahora contemplando el mismo cielo que Sting. Para él también era un recuerdo preciado.

-Pero sabes… no sé por qué había olvidado aquella pelea que hubo entre la Señorita y Lucy, cómo la lastimó y torturó para darle el mensaje a Fairy Tail. La cara de Natsu-san es algo que en ése momento me divertía, verlo tan enojado por lastimar a su compañera…- El Dragon Slayer miró a su compañero de sombras, algo asustado, Rogue se sorprendió un poco- Lo de aquella vez ni siquiera se asemeja a lo último que sucedió, he estado rememorando todo una y otra vez, y Rogue, el de hace unas semanas no era Natsu-san, Lucy no estaba en peligro, sólo eran celos y dolor por el rechazo, pero él no es así, ni siquiera cuando ella era atacada él se había comportado… como lo hizo-

Las imágenes volvieron a su mente, Natsu yendo hacia él con un grito gutural, todo volviéndose negro, el despertar con los llantos desgarradores de Lucy, viéndola temblar en el suelo mientras era socorrida por sus compañeros, y ése nauseabundo olor que salía de la mano de la chica.

-Estamos tratando de ubicarlo Sting, sabemos que algo tuvo que haber pasado para que…-

-¡No lo captas!- Le interrumpió- Es algo malo, muy malo, ése miedo que sentí no fue normal, sentí… sentí que no era humano-

El ambiente se enmudeció sepulcralmente y Rogue ya no tenía qué aportar. Las palabras de Sting resonaban dentro de él, y por alguna razón también tuvo miedo.

-Deberíamos hablarlo con Makarov-san, cualquier cosa puede ser de ayuda- Fue lo único que pudo decir. – Le diré a Yukino que active la Lácrima –

Dispuso a retirarse pero su compañero lo detuvo.

-No, es algo de suma importancia, iré a Magnolia a conversarlo presencialmente- La mirada que recibió por parte de su amigo no fue alentadora- ¿Qué?

-Sting… Lucy-san no desea vernos-

El Maestro de Sabertooth se levantó de su puesto y miró desafiante a Rogue.

-Es algo de SUMA importancia- repitió con firmeza- Natsu-san puede que esté en peligro, o él mismo puede ser demasiado peligroso, no dejaré que la incomodidad de esa rubia me detenga de hacer lo correcto-

-Entonces deja que vaya yo o Yukino-

Sting bufó molesto pero Rogue no se inmutó

-Soy el Maestro de Sabertooth, lo indicado es que…-

-Sé sincero y di que quieres verla- Lo interrumpió- Deja de excusarte, te mueres por hablar con ella, ya sabemos que algo sucedió en esa misión que les dio Mirajane-san-

-Lo que haya sucedido, puedes estar seguro que ya quedó en el olvido- le espetó con fiereza, pero su amigo pudo notar el dolor en sus ojos- Fue algo sin importancia, algo que Lucy no quiere recordar-

-¿Qué hay de ti?-

-Rogue, realmente no quiero hablar de esto…-

-Sé que has estado dándole vueltas a todo este asunto, dime qué sucedió entre tu y Lucy-san, al menos déjame ayudarte a quitarte ese peso- Al no recibir respuesta el pelinegro continuó- A pesar de sus discusiones ustedes dos se llevaban muy bien, hace tiempo no te veía tan enérgico, y no te lo había querido decir pero sonreías mucho en sueños…-

-¡HEY!-

-Era algo escalofriante al principio pero…-

-¡Cuál es tu maldito punto!-

-Mi punto es que de verdad te gusta Lucy-san-

Sting trató de bajar un poco la temperatura de su rostro, y rogó que la poca luminosidad lo ayudará a ocultarlo.

-¡Ok, Duh! A estas alturas creo que es algo obvio, Detective Cheney-

-¿Y ella lo sabe?-

Sting ahora se estaba mosqueando

-¿En verdad es necesario que sepas esos detalles?-

-Ya te he dado tu espacio estos días, todos de hecho, así que sí, es necesario-

El chico pensó en Yukino, Lector, sus compañeros del gremio, y de pronto su mismo discurso que le haya dicho a Lucy hace tanto tiempo sobre la comunicación hizo acto de aparición; Sting ya podía escuchar una vocecilla que le gritaba "HIPÓCRITA".

Con desgano se volvió a dejar caer en el tejado y miró a su amigo con resignación.

-Ella lo sabe Rogue, tomé la pésima decisión de confesarle lo que siento-

-¿Pésima? ¿Acaso se lo tomó mal?-

Sting suspiró ante los recuerdos

-No… de hecho fue… extraño-

-Porque me gustas-

Vio como Lucy abría los ojos con sorpresa y de pronto notó que tenía los ojos bastante grandes y bonitos

-¿No bromeas?-

Se sintió ofendido

-¡Quién bromearía con algo así!-

-¡Te la pasas molestándome! ¡Me es difícil tomarte en serio!-

-¡No puedo creer lo insensible que estás siendo!-

-¡Es tu culpa que piense así de ti!-

El ojo derecho de Sting empezó a temblar del enojo. Él de verdad que era un chico tranquilo, relajado, pero ésta mujer tenía esa facilidad de sacarlo de quicio con cada cosa que decía

-Te lo dejaré claro entonces- Liberó los brazos de la Maga y las apoyó en la cama, a cada lado de su cabeza y se acercó, sólo un poco- Me gustas Lucy, no sé hasta qué punto, no sé si me gustaría ser tu novio, sólo sé que me gustas-

Lucy pestañó confundida

-Esta es la confesión más extraña que me han dicho-

Sting ahora sí no pudo ocultar su tic en el ojo. Con un resoplido la liberó de su cuerpo y se sentó en la orilla de la cama, dándole la espalda

-¿Sabes qué? Olvida todo esto, ni siquiera yo estoy entendiendo lo que sucede, dejémoslo tal cual- Se giró a mirarla- No es algo tan serio, así que no te preocupes de haber lastimado mis buenos sentimientos- Terminó con sarcasmo

Pero lo que recibió no se lo esperaba. Lucy le sonrió de la manera más cálida y dulce que le haya visto, y ahora que pensaba, era la primera vez que la veía así con él.

-Sé que aprecias la honestidad, así que te diré todo-

La chica se acercó a su lugar y se sentó junto con él; Sting esperó expectante y ansioso.

-No sé si lo sabías, pero fui criada en una mansión, con mi padre y sirvientes que velaban por mí las 24 horas del día- empezó con suavidad- A medida que crecía sólo quería conocer el mundo, tener aventuras y desatarme de los reglamentos de mi padre y de la vida aristocrática. Un día al fin reuní el valor de huir de mi hogar-

-¿Qué edad tenías?-

-16 años- Suspiró- ¿Sabes? Siempre pensé que era muy joven, que fui muy valiente al hacer eso… o muy irresponsable, pero cuando entré a Fairy Tail y pude conocerlos a todos un poco más, me di cuenta que del gremio era la mas inmadura, todos habían pasado por tantas cosas y sólo querían ser mas fuertes y proteger a sus compañeros, en cambio yo….- Sus labios se apretaron, meditando-…yo quería vivir una aventura, encontrar el amor y ser independiente del apellido de mi familia. Mis deseos casi acaban con el gremio- Dijo recordando el incidente con Phantom Lord- Pero al final todo salió bien y sólo quería estar con Fairy Tail para siempre-

Lucy volteó su mirada y captó que el rubio le estaba tomando completa atención

-Fairy Tail me enseñó valores, me dio una familia y me entregó amor, es todo lo que necesito. Y Natsu…- la chica se mordió el labio y pensó muy bien lo que diría a continuación-… Natsu representa todo eso, Natsu es el mundo para mí, todo comenzó gracias a él. Lo he pensado mucho este tiempo y si bien no sé si estoy enamorada de él, sé que lo amo más que nada, que le debo mi vida y quien soy ahora. Lo que sucedió hace meses… lo que pasó, ése no era nuestro Natsu, estoy segura- Apretó sus puños con fuerza- Fui muy débil al dejarme afectar con sus palabras, el creerlas, pero no volverá a suceder, porque no es lo que Natsu querría-

Por extraño que parezca, todo esto sólo hacía acelerar el corazón de Sting ¿Tan mal estaba que el ver a la chica que le gustaba hablar de otro chico sólo hacía que la admirara? Estaba totalmente confundido.

-Por todo eso Sting- Dijo ahora con más seguridad y con una mirada tan decidida en los ojos que el chico rememoró la batalla de Lucy en el Torneo Mágico-Y por mis amigos, Yukino y Rogue, pero por sobre todo tú, quienes me ayudaron a volver quién soy, te seré completamente sincera- Acercó su rostro sólo unos centímetros más, y si bien no estaban tan cerca, Sting se sintió un poco cohibido-Me gustas-

El chico inhaló sorprendido y sonrojado

-Me gustas mucho, me haces sentir… diferente, y el beso de hace un rato…- Sting tragó duro, nervioso a más no poder-… lo apreciaré, te juro que lo haré, todo contigo no lo olvidaré-

Ok ¿¡Qué estaba pasando?! Si había entendido bien, esto era un muy sutil y suave rechazo por parte de la Maga Celestial, y no sabía si era a causa de como ella manejaba la situación pero su corazón no dejaba de bombear con fuerza, feliz, dichoso. Sting rogaba que fuera eso porque sino, significaría que estaba tan loco por ella que verla feliz con otro hombre lo hacía feliz a él, y eso era un nivel muuuy diferente al simple "Me gustas". Sí, era mil veces mejor ser manipulado que eso.

Lucy, ajena a todo este torbellino de emociones del rubio, siguió hablando

-Pero lo he decidido. No me importa ser la novia de nadie, ni siquiera de Natsu, sólo quiero estar a su lado y ayudarlo con sus sueños. Sólo eso.

"¡ESO ES ESTAR ENAMORADA, TONTA!" Quiso gritarle Sting

-Es por eso que…-

-Lucy-

La chica se sorprendió un poco por la interrupción, y ahora que veía mejor, Sting lucía super super descolocado

-¿Estás bien?- Le preguntó con preocupación. El chico omitió la pregunta.

-Creo… creo que puedo entender lo que dices- Mentalmente Sting trataba de controlar sus nerviosismo- No es necesario que sigas-

-Oh…- Hubo un silencio incómodo para Lucy, por lo que dudosa habló-…Lo siento…-

Pensó que quizás estuvo de más al no obtener más respuesta, por eso se sorprendió ante la mano cálida de Sting posándose en su cabeza, como una caricia de consuelo. Se giró a verlo y éste lo recibió con una mirada seria, pero tranquilizadora que calmaron sus pensamientos.

-Natsu-san y Fairy Tail también me hicieron crecer Lucy, les debo tanto como tú, así que no te disculpes por elegirlos a ellos, admiro el cariño que les profesas- Le sonrió con soltura y este gesto apretó el corazón de la maga- Todo esta bien, tienes mi apoyo para esto- Dijo golpeándose el pecho, justo sobre su corazón.

Lucy sintió una mezcla de sensaciones en aquel momento, felicidad, emoción, admiración, pero por sobre todo, un profundo cariño. Si, Sting era alguien digno de su cariño, del cariño de cualquiera, no podía creer las maravillosas personas que la vida le había regalado.

-Siento tanto el haberte causado problemas todo este tiempo- Dijo de corazón, con real y verdadero arrepentimiento, Sting lo pudo sentir. Como para recalcar lo dicho, Lucy tomó la mano del chico que aún tenía sobre su cabeza con ambas manos, y la acercó frente a ella- Lo recompensaré, tienes mi palabra, puedes contar conmigo y mis Espíritus para lo que sea-

Sting, lejos de exaltarse, unió su otra mano con las de Lucy y la miró directamente a los ojos, reflejando su determinación en los de ella.

-Tú puedes contar con Sabertooth ante cualquier problema, tenlo presente-

Y ambos se sonrieron por primera vez desde que hayan cruzado palabra

Rogue estaba impresionado y no tenía reparo en reflejarlo en cada facción de su rostro, lo que hizo que Sting frunciera el ceño

-Te dije que fue extraño-

-Bien… si, pero estoy mas sorprendido por tu madurez-

-¡Qué quieres decir!-

-Realmente pensé que ignorarías toda esta situación, pero en cambio pasó… eso- Le puso una mano en el hombro de su amigo, asintiendo- Estoy orgulloso, muy orgulloso-

-¡Ya cállate!-

-Pero entonces- Dijo ignorando el rostro enojado del chico- No entiendo por qué fue una "pésima idea", a mi ver todo salió bien, raro, pero bien-

El Dragon Slayer de luz miró al lado contrario, con los dientes apretados y pasando su mano por su cabello bruscamente

-Si no lo hubiera hecho no me sentiría como un estúpido en este momento. Aquella noche todo fue perfecto, sentí que todo estaba en su lugar, pero cuando llegamos al gremio y ocurrió aquello tan bizarro, es como si lo hablado ya no tuviera valor- Exhaló con disgusto- Fui muy ingenuo, no debí… ¡HEY!- Rogue lo paró a mitad de discurso agarrándolo por el cuello de su ropaje, haciéndolo levantarse con brusquedad- ¡Ahora qué!-

-Vete ahora mismo a Magnolia, queda a tres horas caminando, si lo haces corriendo reduces el tiempo a la mitad- Le ordenó el pelinegro, sin soltar el agarre. Sting sonrió, pero la vena en su frente palpitó de rabia.

-¿Cuál es tu maldito problema? De verdad crees que iré corriendo a Magnolia de madrugada para…-

-Hiciste una promesa Sting- El rubio apretó los labios con fuerza ante lo dicho- No deshonres a nuestro gremio, dijiste que ante cualquier problema acudiríamos, y Lucy-san está en problemas-

-No quiere vernos, en especial a mí- Le respondió, y Rogue al fin lo liberó.

-Debes ser el único que sabe lo que ella esta pasando, ve a Magnolia y que suceda lo que deba suceder-

-¿Es en serio? ¿No tienes un consejo mejor que dejar todo a la suerte?-

-No a la suerte- Rebatió- Al destino

Su ciudad era cálida en medianoche, salir a la calle con sólo su chaqueta sin mangas era suficiente, pero Magnolia era otro cuento.

Tiritó por cuarta vez ante una repentina brisa que pasó por la calle principal.

-Maldito Rogue, ni una muda de ropa me dejó coger ¿Y para qué? Para llegar a Magnolia a las tanto de la madrugada- Bostezó- Pude haber tomado el tren a primera hora, pero no, ahora estoy aquí, con frío, sueño y sin donde dormir-

Siguió murmurando maldiciones en contra de su amigo mientras avanzaba por las vacías calles; si mal no recordaba, para llegar al gremio sólo debía seguir recto por este camino, pero el cansancio lo hacía interminable y aún no podía visualizar el famoso Hall.

Empezaba a fastidiarse, pero por otro lado, también estaba aliviado el atrasar su llegada a Fairy Tail. Hizo todo el camino hacia acá, sin detenerse a pensar mucho, convenciéndose que era lo correcto, pero ya en el lugar empezó a replanteárselo una y otra vez. Una cosa era hablar con el Maestro o Erza-san, totalmente diferente era hablar con Lucy.

Sting se detuvo, dubitativo.

No, no estaba listo, tenía miedo de enfrentarla, ella pasó algo horrible por su culpa, de parte de su persona que más quería en el mundo, esto estaba mal, no podía venir así sin más. Había pasado casi un mes sin que ella tuviera intención de buscarlo, era obvio que no lo necesitaba, o peor, que no quisiera nada con él.

"Todo contigo no lo olvidaré"

Retomó el camino al gremio, aún inseguro, pero debía darle una oportunidad a Lucy ¿no? Debía creer, al menos por esta vez, que todo lo hablado no fueron palabras banales.

Debía confiar en ella, así funcionaba todo esto.

Levantó la mirada y al fin pudo distinguir el símbolo de las hadas a lo lejos. Ya mas decidido se encaminó, pero no alcanzó a dar cinco pasos cuando sintió un conocido agarre sobre su torso. Bajó la mirada y reconoció el látigo de Lucy

-Oh no… ¡WAH!-

El tirón lo dejó de espaldas al suelo y empezó a retroceder, alejando la vista del gremio de su campo de visión. Trató de mirar para atrás pero el movimiento del látigo no lo dejaba enfocar. Quería gritar algo, pero también estaba increíblemente nervioso, a medida que retrocedía empezó a marearse por la pura ansiedad ¿¡Cuán lejos estaba Lucy que aún no terminaba esta tortura!? Unos segundos más y esto se asemejaría más a una película de terror.

Y se detuvo

Sting se incorporó con lentitud, sin poder hacer más por el amarre, y temblando un poco escuchó los pasos detrás suyo que se acercaban.

-¿L-Lucy?- La llamó temeroso, sin atreverse a girar aún. Los pasos callaron.

Tragó saliva, esperando algún movimiento, pero no pasó nada.

-Viniste…-

El murmullo delicado le quitó toda alarma a sus sentidos. Giró su cabeza a su izquierda para verla, pero se detuvo ante la vitrina de un local, donde claramente se veía su propio reflejo sentado en el suelo, y Lucy detrás de él, arrodillada. Observó como la chica lentamente posaba su frente en su hombro contrario, y desde su perspectiva, se veía derrotada.

-Viniste…- Volvió a escuchar, ahora mucho más cerca y claro. Sting no despegó la vista de la imagen que se le presentaba.

-Pensé estarías molesta- Respondió lo más suave que pudo. La sintió negar con la cabeza.

-No quería causarte más problemas…-

Esta vez Sting sí se giró para verla, aunque sólo vislumbró su cabellera dorada. Pudo notar que diferente a otras veces, traía el cabello suelto

-¿Problemas? Yo debería decir eso-

Lucy se separó sólo un poco, con la mirada cabizbaja. El chico no omitió los ojos cansados y brillosos de la maga.

-Te rompieron dos costillas, por mi culpa, yo…- La vio morderse el labio, aguantando las ganas de llorar-No quiero causar más problemas a nadie-

-Hey…- Lucy negó con la cabeza- Hey Lucy- La llamó con suavidad- Algo pasó con Natsu-san, no es tu culpa, estoy bien, soy un Dragon Slayer, me curo con facilidad, así que…- Apoyó su frente con la de ella y levantó su rostro, obligándola a mirarlo-… déjame cumplir mi palabra y permíteme ayudarte, entre todos encontraremos la causa de todo esto-

Lucy se mordió más fuerte el labio, pero esta vez dejó que las lágrimas resbalaran por sus mejillas y asintió.

-Sí… entre todos…-Sting le sonrió, inspirándole confianza, y ella le devolvió el gesto- Gracias…-

Quedaron unos segundos así, embelesados por el momento, hasta que otra brisa traviesa recorrió la calle.

Sting estornudó en la cara de Lucy

La reacción no se hizo esperar

-¡QUE ASCO!

Sting se separó rojo de la vergüenza viendo como la chica se restregaba la cara con cualquier pieza de ropa que pudiera

-¡No fue intencional!-

-¡Pudiste correr tu cara a otro lado!-

-¡Fue todo muy rápido!-

-¿¡Primero me vomitas y ahora me tiras tu baba?!-

-¡NADA DE ESO FUE A PROPOSITO!-

-¡¿Ah no?! ¡Que me dices del beso, tuve tu baba por toda mi boca!-

Sting sintió que le salía vapor del cráneo y se levantó enojado

-¡UNA COSA Y LA OTRA SON TOTALMENTE DIFERENTES!-

-¡TUVE TUS COCHINOS FLUIDOS! ¡QUE DIFERENCIA HAY!-

-¡NO PUEDES PONER AL MISMO NIVEL ALGO ASI! ¿¡ESTAS LOCA!?-

-¡MEJOR ALEJA TU COSO DE MI ANTES QUE SE TE OCURRA ORINARME!-

-¡¿SABES QUE?! ¡QUIZAS LO HAGA!

Solo duraron unos minutos hasta que la gente empezó a tirarles cosas desde sus ventanas para hacerlos callar.