Bueno aquí con otra idea, inspirada en un SasuSaku. Llevaba tiempo queriendo hacer un fic de Naruto, y apenas en la madrugada surgió. Gracias Marcos, me has servido de inspiración :3
Y por ahora estará en sección "M", si me sale el lemon se queda, si no, lo llevaremos a la T. Deseénme suerte, aún soy principiante en éste rating u.u...
Ah sí, Naruto: Propiedad de Masashi Kishimoto.
El fic: Propiedad de Sologa92, no plagies, sé original ;)
Lo que está con cursiva y entre comillas "Ejemplo" son frases que recuerden haber dicho los personajes en x tiempo.
Cusiva sin comillas Ejemplo son recuerdos.
Entre comillas sin cursiva "Ejemplo" pensamientos y alguna que otra cosa importante.
Eres un buen chico Sasuke-kun.
Otro día y otra noche igual a las demás. Chequé mi tarjeta para entrar a trabajar; 22:56 pm, al menos hoy llegué puntual. Subí a cambiarme la ropa de calle por el uniforme de la empresa. Pantalones industriales color negro, camisa blanca con el escudo de Konoha Corp. tejido a lado del pecho izquierdo. Botas industriales café oscuras y mi infaltable sudadera negra con letras plateadas que decían "Sweet Dreams" tejidas y acompañadas de pequeñas piedras transparentes que resaltaban el logo escrito.
23:50 pm, hora de bajar al sótano para recibir órdenes y trabajar con el equipo. Y ahí estaban, Juugo Tendo y Sasuke Uchiha durmiendo. Sentados en sus respectivas sillas. Sasuke a la entrada de la covacha, y Juugo al fondo. Juugo despertó y me sonrió.
— ¿A qué hora llegó?— susurré señalando a Sasuke.
— Acaba de llegar —contestó en susurro Juugo.
Me senté a unos metros de Juugo, quien volvió a echar su cabeza en el respaldo de la silla y se durmió. Y los observé. Juugo era un hombre de unos 35 años alto, de piel bronceada, complexión fuerte y robusta además de poseer un extraño e inusual cabello naranja, vale mi color de cabello tampoco era normal.
Me giré a ver a Sasuke, mi molesto "líder" de equipo. Al contrario de Juugo, Sasuke era un poco menos alto, de piel clara, delgado, con el cabello negro azabache en un extraño peinado moderno de picos, y con unos ojos café oscuros que se confundían con el negro. Dormido con la cabeza echada al respaldo de la silla, con la boca abierta y cruzado de brazos. Me reí mentalmente al verlo así.
Porque siempre tomaba su papel de mandón, y perfecto hombre macho. Y viéndolo así, daban unas tremendas ganas de tomarle fotos y avergonzarlo, igual que cuando le tomé fotos haciendo pesas en el gimnasio, o reparando la pulidora... Bien lo dejaría pasar, me importaba más pasar de nivel en Candy Crush. Así que saqué mi celular y me puse a jugar hasta que pasé el nivel que tenía tres semanas fastidiándome.
— Ya vamos a trabajar—dijo Sasuke adormilado.
— ¡Por fin!— exclamé emocionada cuando pasé de nivel. Volteé a ver a Sasuke que me miró con ojos de molestia por unos segundos y volvió a dormirse, volteé a ver a Juugo que me miraba extrañado y comprendí lo que dije— Bueno yo lo decía porque pase de nivel—le mostré la pantalla del celular y se rió para luego volver a dormirse, igual que Sasuke.
00:30 am En el reloj, los vi dormidos, me quedaban dos vidas disponibles en el juego, y me las terminaría.
00:50 am Me quedé sin vidas...
— Oye ya es la una de la mañana— le dije a Sasuke—Vámonos ya— me dirigí a ambos y empecé a sacar las cosas.
— Trabaja tú—dijo Sasuke aun dormido.
— ¿Qué haremos hoy? — pregunté ignorando lo que dijo.
— Lo que falta del sótano— respondió.
— Bien, pues vámonos que se hace tarde— apuré.
— Háganlo ustedes—soltó con simpleza.
— ¿Eh?
— Yo los alcanzo—empezaba a acomodarse para dormir.
— No señor—repliqué— ¡Nos vamos todos!
— ¡Molestia! —renegó— Tú mañana descansas.
— ¡Y tú también! Y al igual que tú, tengo dos trabajos— le recordé antes de recibir la queja de su doble trabajo— ¡Vámonos ya!—ordené. Y por fin se levantó.
A Juugo no hizo falta decirle nada, ya estaba ayudándome a sacar lo que necesitábamos. Sasuke se levantó a regañadientes.
— Así deberías venir siempre rosadita— refunfuñó.
— ¿Cómo? —confundida.
— ¡Con ganas de venir a trabajar!
— ¡Vámonos ya!— ignoré su comentario.
— ¡Qué genio! —se quejó—Pero yo voy a quitarte el mal humor.
— Eso quisieras— me burlé.
— Sí que lo haré— amenazó mientras seguíamos caminando.
— Por supuesto—le di el avión— ¿Cuántas cubetas de agua llenamos? —cambié el tema al llegar al área que trabajaríamos. Y empezó a decir lo que haríamos.
No me preocupaba en absoluto lo que Sasuke me decía, él era así. Siempre molestándome por mi color de cabello rosa (defecto genético) diciéndome "rosadita" "cerecito" o bien quejarse de mi "mal humor" llamándome "molestia" "amargada" o haciendo comentarios en que ya me casara, tuviera novio, o sexo. Aunque últimamente presumía ante Juugo, haciéndome comentarios ligeramente insinuantes.
Nunca lo tomaría en serio, conocía a Sasuke desde que entré a trabajar a la corporación hace 3 años, ¡Y claro que me gustaba! No era el hombre más guapo del planeta, pero tenía su atractivo y más cuando tenía esa actitud arrogante. Aunque apenas hace 4 meses trabajaba en equipo con él en el turno nocturno, lo había tratado antes y sabía que era tímido.
Siempre me decía que le gustaba tal mujer de equis piso del corporativo, y me decía que las conquistaría y cosas así. Yo solía mofarme de él diciéndole que no engañaría a su novia. Pues llevaba 4 años de relación con Karin, otra compañera, pero que trabajaba en otra sucursal del corporativo y que yo por suerte, no tenía el placer de conocer.
"No tiene porque enterarse" solía decirme cuando le recordaba a su novia "Además puedo con todas." Y sacaba esa sonrisa de autosatisfacción que derretiría a cualquiera, pero a mí me partía de risa.
"Lo que digas galán..." solía darle el avión. Y así empezaban nuestras "peleas" aunque lejos de ser molestas me divertían y sabía que a él también.
Porque aunque nos gustara jodernos, confiaba en él y le contaba mis desastres amorosos. Y él confiaba en mí, porque me contaba sus frustraciones. Yo le contaba mis fracasos con Naruto, Sasori, Sai, Rock Lee y Deidara. Y él me hablaba de las veces que quería dejar a su novia y no se atrevía... Él era el único que conocía mi gusto por la pornografía, y yo no sabía si sería la única a la que le contaba sus absurdas fantasías de tener una novia japonesa o menor que él. Pero le ayudaba a fantasear con lo poco que supiera sobre la cultura oriental, lo gracioso fue cuando seriamente me preguntó lo que buscaba una joven de quince años en un hombre.
— ¿Es una broma? —pregunté mientras enceraba el piso en el que trabajábamos.
— No, lo pregunto en serio.
— Por si no lo ves, yo no tengo quince años, voy para veintidós—contesté.
— Sí, pero tuviste alguna vez esa edad.
— Sasuke me haces sentir vieja — fingí estar ofendida—Yo tuve esa edad pero me importaban más las notas que los chicos, aunque a esa edad sólo te conformas con que sea guapo y divertido.
— Si pero también que tenga dinero y te de regalos ¿no?—y me reí por la cara de preocupación que ponía.
— Si la chica ya está vivida sí, pero si es una inocente muchacha se conformara con que seas lindo y la quieras.
La charla informativa terminó con un Sasuke dispuesto a ir a un instituto a cazar colegialas en moto, chamarra de cuero y lentes oscuros. Yo me reí al imaginarlo, se vería muy sexy, pero lo bromeé con que se confundiría y pisaría el kínder en lugar del instituto.
Era así… Me gustaba joderlo.
Terminamos el sótano a las 2:30 am y fuimos a guardar los materiales, de ahí cada quien se iría a su escondite a dormir.
— Bueno chicos ya se pueden ir a dormir—dije con tono autoritario y de satisfacción. Juugo me miró divertido, Sasuke me miró con molestia.
— Si jefa— sarcástico— Ya esperaba su permiso.
Me empecé a reír y Juugo también.
— Ya llévatela a dormir —dijo Juugo. Y volteé a ver a Sasuke aun riéndome.
— Si ya me la llevo, nos vemos el lunes— se despidió y le seguí.
Nos fuimos juntos y dejamos a Juugo sólo. Siempre lo hacíamos.
— ¿Crees que un día piense que tú y yo tenemos algo? — preguntó.
— ¡Nah! Siempre lo tomo a juego— respondí como si nada.
— Y si un día... me tomaras en serio cerezo— me acorraló sin que me diera cuenta al subir las escaleras.
— ¿Sasuke qué... haces? — nerviosa, nunca actuaba así.
— Sólo digo, que si un día me tomaras en serio— decía con lentitud haciendo el ambiente demasiado tenso.
— ¿Estás de broma?— alterada— ¿Y tu relación con Karin? —pregunté asustada al sentir su aliento sobre mi cuello, me tenía tomada por las muñecas, acorralada en la pared, con su rodilla rozando mi entrepierna.
— No tiene por que enterarse ¿o sí?—susurró en mi oído izquierdo, para luego besarme el lóbulo haciendo que me estremeciera de miedo y placer al sentir como intensificaba ese beso, para luego ir bajando hacia mi cuello...
— Sa-Sasuke...—balbucee.
Y todo se detuvo a mí alrededor.
— ¡Hasta el lunes cerecito, disfruta tu fin de semana!— escuché la voz de Sasuke. Y desperté de mi ensoñación. Lo vi salir del edificio para irse a su covacha. Mientras yo tomaba el elevador.
Soñé despierta... fantaseé con Sasuke... frente a él...
Desperté con un genio de los mil demonios. Eran las 3 de la tarde del domingo. Había llegado a mi hogar a las 7 am y llegué directa a la cama, pero no sentía que hubiese descansado un poco.
— Tengo sueño— me quejé.
— Ya dormiste demasiado— me dijo mi padre y lo miré con odio... pero me ignoró.
Hacia bien, no era con él con quien estaba molesta. No.
La culpa de que no durmiera bien ese día y de mi mal humor, la tenía mi molesto compañero de trabajo. Había soñado con él, en una situación comprometedora, trabajando solos en unas oficinas, molestándonos con comentarios insinuantes y de repente, lo tenía sobre mí, besándome con deseo, acostados en un sillón, despojándonos del uniforme... y cuando estábamos por consumar nuestra pasión... la voz de mi padre me llevó del mundo de los sueños a la realidad. ¡Maldición!
— ¡Papá! —grité enojada.
Y bien
¿Merezco un review?
¡Ojalá que sí! :3
Ya sabeis, darle clic al botoncito. ¡Gracias! :)