-5 minutos, Hikari- murmuró el rubio a su lado. Ella no contestó, como solía suceder en esos últimos días. Ni siquiera le miró, no tuvo el valor suficiente para ver lo que su mirada podía decirle. Y eso estaba provocando bastante tensión entre ambos. La castaña se dejó llevar por sus pensamientos.

¿Qué tan grande puede ser el impacto de un lapso de cinco minutos? Hikari nunca se lo había preguntado hasta ese día. Miles de ideas rondaron por su cabeza.

Llegar cinco minutos tarde a la escuela primaria causaba que no pudiese entrar, ya que la enorme reja de la entrada estaría cerrada. En preparatoria esos cinco minutos servían para tomar las notas del pizarrón antes de que el profesor las borrara. En su etapa universitaria llegar cinco minutos tarde implicaba perder las bases del resto de la clase. Pero eso no era nada comparado con otros momentos de impacto que 5 minutos podían crear…

En ese lapso de tiempo podían estar ocurriendo miles de accidentes alrededor del mundo, miles de muertes, miles de nacimientos… No, ¡Probablemente millones! Quizá era un periodo muy corto de tiempo, pero ¿Cuántos enfermos terminales no estarían felices de estar aunque fueran cinco minutos más con sus seres amados?

En cinco minutos también, podía ocurrir uno de las más grandes obras de la naturaleza: el nacimiento de un bebé. Y en ese momento para la madre esos minutos parecían horas probablemente.

¿De qué manera le impactaban a ella esos cinco minutos que había mencionado su novio? Bastante. De lo que pasara después de ellos, definiría su vida y sentía un temor inexplicable ante la idea de que todo podía cambiar y no precisamente de la forma en que ella deseaba. Por una parte ansiaba que el tiempo avanzara más rápido, por otra estaba asustada de saber… Eran cinco minutos que se sentían como 60.

-Una línea…- Susurró Takeru.

-Una línea…- repitió ella.

Los dos dejaron salir el aire que habían estado conteniendo y miraron el objeto que ella sostenía en sus manos temblorosas. Ella dejó caer las lágrimas que habían estado guardadas por mucho tiempo y se aferró a su novio.

-Está bien, estamos bien- le dijo mientras acariciaba su cabello.

Aun con los brazos alrededor del cuello del muchacho, Hikari miró la prueba de embarazo una vez más y se sintió aliviada de ver la línea que indicaba que el resultado era negativo. No era que no quisiera tener hijos, tampoco que no tuvieran edad suficiente, simplemente ella y Takeru aún tenían mucho por vivir antes de responsabilizarse de esa manera. No era momento, no estaban listos.

-Lo siento- le dijo con suavidad al oído.

Esta vez fue él quien no dijo ni una palabra, simplemente se aferró más a ella y con eso fue más que suficiente para ambos.


Sí, se que tengo una historia pendiente desde hace un buen tiempo. Sólo puedo pedirles paciencia :p. En lo que recupero algunos archivos, les dejo este one-shot, mientras lloro porque tengo clase a las 7 AM y no puedo dormir :'D