Y pues….he aquí el final. Casi no puedo creerlo…me duele un poco, el corazón. You know, es difícil dejarlo ir.
…espero que les guste. Sé que me tardé, pero es que esto salió muy largo (unas cinco mil palabras más de lo habitual) y quería que quedara bien, sin omitir nada.
Espero que les guste, en serio, porque lo hice con mucho amor n.n
Disc. RotG no me pertenece.
Advertencias: Rated M. Definitivamente.
Silver Embrace
Capítulo 17: You belong to me
North estaba cansado y lo único que deseaba más que nada en ese preciso momento era llegar a su cama, saludar con un beso a su esposa y dormir hasta que el cuerpo le doliera de estar acostado. Lo que realmente no esperaba ni hubiera podido adivinar si le hubieran preguntado era que en cuanto abriera la puerta de su casa se encontraría a Jack sentado en la sala bebiendo una taza de café. Lo único que pudo procesar fue que era demasiado temprano para una visita. Además Bunny no se veía por ningún lado.
-Oh…hola North.
-Qué sorpresa Jack…está… ¿está todo bien? Perdona que pregunte así pero ¿qué haces aquí?
Jack de pronto pareció un poco avergonzado. Jugueteó con la taza en sus manos un momento.
-Le pedí a Tooth que me dejara quedar a dormir anoche.
North miró a Jack y tuvo la sensación de que no se encontraba bien, y que si lo presionaba para que le diera más respuestas todo iba a resultar contraproducente. De todas maneras le estaba doliendo la cabeza y no tenía ganas de discutir con él llegado el momento.
-Bien…mira, iré a dormir, estoy cansado…hablamos después, ¿de acuerdo?
Jack asintió vivamente.
-¿Necesitas ayuda con algo? ¿Te preparo el almuerzo? Tooth no quiso porque tenía mucho sueño pero si quieres…
-Tal vez después, Jack- realmente no tenía humor para nada- sólo no hagas ruido.
-De acuerdo, descansa.
North se dirigió a las escaleras y subió a su habitación. Antes de acostarse observó un momento a su bella esposa dormida profundamente y sonrió. Se recostó a su lado y pronto se quedó tan profundamente dormido como ella.
.
.
.
Cuando despertó, miró al techo con la sensación de que lo ocurrido bien pudo haber sido un sueño, pero pronto los delicados dedos de Tooth se posaron en su hombro sacándolo un poco más del limbo.
Volteó y se dieron un pequeño beso como saludo. Luego la abrazó contra su cuerpo y esperó.
-¿Cómo te fue?
-Bien. Todo normal, solo estoy cansado.
Pasaron un buen rato en silencio antes de que Tooth decidiera hablar.
-Nick…querido… pasó algo. Tenemos que hablar con Jack…
North respiró profundamente dándose cuenta por su tono de voz que la situación era peor de lo que hubiera podido pensar.
-¿Dónde está Bunny?
Tooth se encogió de hombros.
-Creo que ese es el problema. ¿Viste a Jack?
North asintió.
-Cuando llegué. ¿A ti te dijo algo?
Tooth negó con la cabeza. North suspiró. Sí, justo como lo temía.
.
.
.
Cuando bajaron a la cocina se encontraron con que Jack estaba terminando de preparar el almuerzo. Los miró con un gesto inocente y sonrió.
-Deben estar hambrientos. Ya casi son las doce.
North y Tooth se miraron uno al otro. Evidentemente Jack estaba tranquilo, aunque podía percibirse que había cierta tensión en él. Sin decir nada con respecto a su preocupación, accedieron a sentarse y almorzar. Jack incluso había preparado café. Pudieron comprobar que los rumores acerca de lo bien que cocinaba Jack eran ciertos, pero eso no cambiaba el hecho de que las cosas evidentemente habían estado mal para él.
Al terminar de almorzar ninguno se levantó de la mesa. Los tres sabían perfectamente lo que venía y los tres se pusieron en seguida en personaje; Tooth y North eran los padres preocupados y Jack era el adolescente en problemas. Los tres habían tenido suficiente tiempo para pensar en lo que iban a decir, pero esto no cambiaba el hecho de que fuera de lo más complicado.
Finalmente Tooth se aclaró la garganta y le dio vueltas a su taza en las manos.
-Jack, creo que sabes perfectamente que necesitamos hablar contigo ahora. Queremos saber qué fue lo que pasó… ¿está todo bien?
Jack se quedó en silencio un momento antes de dar un trago a su propia taza y mirar a Tooth.
-Yo necesitaba un lugar donde quedarme, eso es todo.
-Sí, pero para que hayas venido a parar aquí en ese estado…- Tooth volteó a ver a North.
-Jack, ¿qué pasó con Bunny?- preguntó él entonces, entendiendo en seguida el pensamiento de su esposa.
Jack, como se ha mencionado antes, había tenido tiempo para reflexionar e incluso para prevenir las respuestas a las preguntas que le hicieran North y Tooth. Había decidido qué versión de los hechos iba a dar y cuál era el siguiente paso para el resto de su vida.
-Discutimos. Se me salió de las manos y dije cosas que no debía. Y luego lo golpee. Y me fui. No debo regresar y no lo voy a hacer.
Tooth miró de reojo a North y éste le devolvió la mirada. Ella cruzó los brazos en actitud escéptica, no era necesario ser muy observador para percibir lo ensayado en las palabras de Jack.
-¿Cómo está él?
Jack se quedó en silencio y se encogió de hombros antes de beber otra vez de su taza. Luego volteó a verlos de nuevo.
-Espero que bien.
Y no podía dar una respuesta más sincera.
Tooth suspiró antes de pasar su mano por encima de la mesa y posarla sobre la de Jack. Jack la miró, entendiendo perfectamente el gesto, y le dedicó una mirada de gratitud.
-¿Qué vas a hacer ahora, Jack?- preguntó entonces North. Jack volteó a verlo. Sus ojos demostraban su inquietud y su voz era trémula.
-Supongo… tengo algo dinero guardado de los días que trabajé como ayudante. Compraré un boleto de autobús…lo más lejos que pueda, alquilaré un cuarto y buscaré un trabajo. Y… y seguiré con mi vida. Es todo lo que me queda por hacer.
El lugar de pronto quedó inundado por una sensación inquietante y triste. No era necesario ver a Jack para darse cuenta, por su voz, que aquello le estaba costando, aunque había estado determinado a lo que iba a hacer, su corazón no estaba preparado para tal cosa y ahora estaba sufriendo.
-Jack…pero tenías planeado estudiar… ¿No quieres continuar con eso?- preguntó North de pronto, y aunque no guardaba muchas esperanzas su voz sonaba extrañamente animada. Jack asintió.
-Me encantaría, pero no tengo los medios para hacer algo así. Tal vez después, si consigo un buen trabajo…pero por ahora…
-Nosotros podríamos ayudarte- saltó de pronto Tooth, adelantándose (aunque no mucho) al pensamiento de su marido- no es necesario que trabajes… o si lo quieres puedes hacerlo de medio tiempo y ya. Nosotros te ayudamos a pagar la colegiatura y te quedas a vivir aquí, tenemos espacio de sobra…
Jack se echó para atrás en su silla debido a lo repentino de la reacción de Tooth. Aunque la propuesta era generosa, no parecía alegrarlo y esto confundió a la mujer.
-Eso…sería maravilloso Tooth, pero no podría estar tranquilo pensando en que les estoy causando tantos problemas, además…
-¿Además qué?
-No quiero vivir tan cerca de Bunny. No quiero volverlo a ver.
Ni North ni Tooth pudieron comprender el porqué de esa actitud por parte de Jack. Hasta ese momento habían pensado que el asunto no tenía porqué ser tan grave pero el hecho de que Jack no quisiera ver a Bunny hacía que pareciera peor de lo que habían supuesto en un principio.
Tooth tuvo la suposición de que Bunny había lastimado a Jack.
Iba a decir algo más pero en ese momento posó la mano en su brazo y Jack se quejó en voz baja.
-¿Qué pasa, te duele?- Jack asintió y comenzó a frotarse -¿qué ocurre?
Al no recibir respuesta Tooth sintió que sus temores se intensificaban.
-¿Bunny te hizo algo? ¿Te lastimó?- alzó entonces la voz, molesta sobre todo por el hecho de que Jack no contestara pronto.
-¡No! Yo…- Jack bajó la mirada- traté de huir cuando me di cuenta de que estaba enojado y alcanzó a sujetarme del brazo. Pero no hizo nada más, te lo prometo. Es más, yo fui quien lo golpeó después, no pude evitarlo, me asusté mucho…
Tooth pudo percibir que Jack decía la verdad y esto en cierto modo la tranquilizó. North por otro lado, trató de insistir en su idea anterior.
-Si lo que no quieres es ver a Bunny está bien, busca una escuela en otra ciudad, Tooth y yo te ayudaremos con los gastos y puedes venir aquí a pasar las vacaciones.
-Pero yo…
-Puedes pagarnos cuando tengas un trabajo, si eso es lo que te preocupa-le aseguró antes de que siguiera quejándose-. Eres muy joven para desperdiciar tu vida en empleos mal pagados y viviendo al día. Mientras nos tengas a nosotros eso no tiene porqué ser así.
Jack sonrió, sintiéndose extrañamente bien de descubrir que la idea le gustaba. No era algo que lo hiciera completamente feliz, simplemente tenía la sensación de que podía hacerlo y quizás eso de algún modo le serviría para salir adelante.
-Déjenme pensarlo- contestó finalmente. North asintió.
-Puedes quedarte aquí el tiempo que quieras. Puedes instalarte en la habitación donde dormiste anoche.
-Muchas gracias… ¿Me disculpan? creo que necesito darme un baño.
-Adelante- contestó Tooth- si necesitas algo avísame y no te preocupes por nada, yo prepararé la cena.
Jack asintió y subió a su habitación.
Cando se encontraron solos en la cocina, Tooth miró a North con seriedad.
-Creo que deberías buscar a Bunny y ver cómo está. Si Jack estaba tan afectado no quiero imaginarme cómo está él.
North pareció pensarlo un momento. Miró a su esposa en silencio por un rato antes de suspirar profundamente.
-Eso es precisamente lo que estaba pensando- se encogió de hombros-. Trataré de hacer que parezca casual.
Tooth miró la mesa. Se puso de pie, recogió los trastes sucios y los puso en el fregadero antes de volver a voltear a ver a su esposo.
-No le menciones que Jack está aquí. Si Jack no quiere verlo lo mejor será que no sepa.
North trató de sonreírle a su esposa antes de darse la vuelta pero por algún motivo no pudo hacerlo.
-Intentaré no tardar mucho.
.
.
.
Jack terminó de bañarse, y una vez que lo hizo, se puso ropa limpia y se tiró en la cama, boca abajo. Tanteó con una mano hasta que encontró la almohada y la jaló hacia sí, abrazándola. Quería volver a dormir, y esta vez no deseaba despertar. Quería sentir besos en su rostro y su cuello, y unos fuertes brazos que lo rodearan hasta quedarse dormido. Y quería tener la seguridad de que si se despertaba en medio de la noche habría un pecho al que abrazarse para sentirse seguro hasta dormir de nuevo.
Pero sabía que eso no era posible, no iba a suceder. Y eso lo destrozaba.
.
.
.
North llegó a casa de Bunny y le llamó la atención que su lujoso auto estuviera fuera de la cochera, sucio y bastante mal estacionado frente a la casa. Aun así se acercó y tocó el timbre.
Desde adentro se escuchó la voz de Bunny en un tono molesto y gutural que North no estaba habituado a escuchar en él, pero que de todas maneras no le pareció del todo desconocido.
-¿Quién rayos es?
Sí, Bunny sonaba como a que tenía una fuerte resaca.
-Soy yo, Bunny, North. ¿Se puede?
-Ya, ya voy….- se escuchó cómo abría la puerta desde adentro.
Bunny estaba vestido con un viejo pantalón de mezclilla y una camiseta blanca. Parecía que iba a trabajar en el jardín o algo porque tenía puestas unas botas grandes y pesadas. Aun así se veía molesto y cansado.
-Hola North. ¿Qué ocurre?
A pesar de estar ahí premeditadamente la expresión de sorpresa de North no pudo ser más sincera. No se esperaba verlo con esa expresión tan cansada y molesta en el rostro. Ni siquiera tuvo cabeza para invitarlo a pasar pero North no lo vio como algo malo sino hasta cierto punto normal.
-¿Estás bien…?
-No. Es decir…- se frotó la cara con las manos y luego se sujetó la cabeza- estoy algo cansado y me duele mucho la cabeza. Pensé que algo de trabajo casero me vendría bien pero siento que voy a explotar así que…
-Ya veo- concedió North entonces- ¿Cómo se encuentra Jack?
Se asomó adentro de la casa como si esperara que Jack saliera de alguna parte. Bunny frunció el ceño y guardó silencio. Lo miró con dureza, pero luego su expresión cambió a una muy triste. North se sintió entonces terriblemente culpable.
-Jack y yo peleamos anoche. Y él se fue. No tengo idea de donde está.
-Cielos…Bunny, ¿Por eso estás…?-Bunny asintió-, lo siento, ¿Hay algo que pueda hacer por ti?
Bunny negó con la cabeza.
-No me siento muy bien. Creo que necesito descansar…anoche tomé mucho.
-Ya veo. De acuerdo, si necesitas algo solo llama, ¿Ok? de todas maneras vendré mañana o pasado mañana a ver cómo sigues, ¿está bien?
Bunny asintió y agradeció su preocupación en voz baja.
North se iba a retirar cuando escuchó de nuevo la voz de Bunny dirigiéndose a él.
-North, si sabes algo de Jack…
North se dio la vuelta y lo miró, y por un momento tuvo la esperanza de que hubiera forma de arreglar las cosas entre esos dos, pero casi en seguida Bunny negó con la cabeza y le hizo una señal de despedida con la mano.
-Olvídalo. Nos vemos después.
North asintió mientras Bunny cerraba la puerta. Salió de nuevo a la calle y subió a su auto. Negó con la cabeza casi del mismo modo en que su amigo lo había hecho antes y salió en busca de algo para beber.
.
.
.
Bunny había pasado la peor noche de su vida. Después de regresar a casa borracho y salvarse al menos tres veces de matarse mientras conducía en ese estado trató de dormir, pero no contaba con que las cosas que Jack no se había llevado seguían esparcidas en la habitación.
Había optado por dormir en otra habitación pero su cuerpo no era capaz de acostumbrarse al calor y al vacío. Hasta para dormir tranquilo necesitaba a Jack.
Había dormido mal y había despertado tirado en el suelo, incómodo y molesto. Le dolía la espalda y al ponerse de pie se había mareado. Tenía náuseas y de hecho tuvo que correr al baño a vomitar.
Se dio un baño con agua fría y tomó unas pastillas para el dolor de cabeza. No tenía cabeza para nada pero alcanzó a prepararse algo de desayunar. Pronto se le ocurrió que quedarse sin hacer nada solo iba a hacerlo sentir peor, pero por otro lado no pudo concentrarse y le dolía demasiado la cabeza.
La visita de North no mejoró mucho las cosas, pero le sirvió a Bunny para recordar que había todo un mundo allá afuera lleno de cosas que tenía aún por hacer. Su vida no se iba a terminar ahí.
Lo malo era que no sabía dónde comenzar.
.
.
.
North regresó a casa cuando Tooth estaba a punto de ir a la clínica. Tenía algunas citas por la tarde y volvería a las ocho de la noche, para cenar.
-¿Qué pasó?-le preguntó entonces, preocupada, mientras su esposo se acercaba a ella- ¿Cómo está?
-Eh…no muy bien- contestó North entonces, ayudándola a acomodarse la bata-, tenía resaca. Sospecho que anoche salió en el auto pero no estoy seguro de que estuviera ebrio entonces, no me dijo mucho.
Tooth lo miró torciendo un poco los labios.
-Jack no ha salido de la habitación. Querido, ¿qué crees que debamos hacer?
North suspiró. Le alcanzó las llaves del auto y sonrió.
-Esperar, Toothie. No podemos forzar nada, este no es nuestro asunto, es cosa de ellos.
-Pero North….
-Todo lo que podemos hacer es ayudarlos en lo que sea posible, -insistió su esposo, tomándola de los hombros y tratando de hacer que se calmara-, pero no podemos hacer que vuelvan a estar juntos si ellos no lo desean así. Eventualmente, quizás, encuentren la manera de volver a llevarse bien, pero por sus propios medios.
Tooth asintió, no muy convencida. Se dieron un beso tierno antes de que ella saliera.
-Si les da hambre calienten la comida. ¿Irás a la fábrica?
-Creo que hoy no. Me quedaré a hacer algunas llamadas y…no sé qué tan seguro será dejar a Jack solo. No importa, no dudo que Phill haga un buen trabajo mientras yo no estoy.
.
.
.
Pasaron los días y Bunny tenía la sensación de que poco a poco las cosas volvían a ponerse en orden. Poco a poco su corazón volvía a enfriarse lentamente, poco a poco las cosas que había antes volvían a tomar su lugar. Poco a poco el trabajo se volvía a abrir paso como su principal prioridad en la vida y poco a poco las cosas volvían a tener el sentido que tenían antes.
Las cosas de Jack no salieron de la habitación. En cambio fueron relegadas a distintos lugares, cuando Bunny necesitaba espacio aquí o allá. Y fueron perdiendo importancia. Bunny parecía estar guardando un luto que fue disminuyendo su severidad imperceptiblemente, hasta llegar el momento en que parecía que todo estaba como antes de conocer a Jack, salvo por pequeños detalles.
La caja de música, por ejemplo, seguía sobre el escritorio de su habitación y un par de veces la usó como pisapapeles de manera inconsciente. La cámara tenía una correa con la que colgaba en un separador dentro del ropero.
¿Cuánto había pasado desde que Jack se apareciera a cambiar su vida? Lo había conocido en marzo y ya estaba terminándose septiembre.
Y a Bunny le había parecido una verdadera eternidad. Como si él y Jack hubieran estado juntos desde siempre. Como si hubiera sido toda una vida en la que tuviera su amor. De modo que el término había sido casi como una muerte. La suya, o la de Jack, de cualquier forma no había vuelta atrás.
.
.
.
Un día, habían pasado ya un par de semanas, quizás hasta un mes, cuando Bunny escuchó que alguien llamaba a la puerta. Era una mañana fría y nublada de un domingo de octubre.
Bajó de su habitación para abrir la puerta y de pronto le pareció que tenía enfrente a un fantasma.
-¿Hog? ¿Qué rayos haces aquí?
Hog lo hizo a un lado para que lo dejara pasar. Usaba ropa oscura y una gorra que le cubría la mitad de la cara con su sombra. La típica mochila negra colgaba de su espalda y se había cortado el cabello. Bunny cerró la puerta después de echar una mirada a la calle. No había nadie más a la vista así que cerró la puerta.
Hog se frotó las manos. Cuando pudo verlo mejor, Bunny se dio cuenta de que estaba pálido y demasiado delgado.
-Llevo escondiéndome desde que te ayudé a salvar a tu copo de nieve- le contestó, y a Bunny le pareció que estaba exhausto- ¿Tienes algo de comer?
Bunny asintió, aunque la referencia hacia Jack tocó un punto dentro de su cabeza que lo hizo darse cuenta de que llevaba un par de días sin pensar si quiera en él, tan sumergido había estado en otras cosas, más que nada en el trabajo. No había vuelto a ver a North desde la siguiente vez que lo visitó, visita durante la cual habían conversado un rato pero sin profundizar en lo de Jack. Tooth también había pasado por ahí y una vez que se enteró Sandy también asomó su cabeza por el residencial. Pero nada había pasado que ahuyentara la sensación de pérdida de Bunny y más tarde el empeño en olvidar a golpe de trabajo y descuido personal.
Aun así fue a la cocina y sirvió lo que quedaba del desayuno en un plato y algo de jugo de frutas en un vaso. También tomó unas frutas picadas y puso todo en la mesa. Llamó a Hog y se sentó junto a él mientras comía con ansias.
Pasaron un buen rato en silencio aparte de los pequeños ruidos que Hog hacía al masticar la comida. Al parecer no quería hacer la pregunta, pero Bunny no tardó en contestarla de todas formas.
-Te daré tu dinero ahora mismo si lo necesitas.
Hog asintió sin querer retrasarlo más. Su dignidad no le importaba demasiado en ese momento, además había sido un trato justo en su momento.
-Sí, lo necesito, tengo que irme de aquí pronto- levantó su mirada desde su plato hacia Bunny- Pitch dejó atrás más problemas de los que creí. No tienes idea de lo que he pasado estos meses.
Bunny bajó la mirada y luego se puso de pie.
-Espera aquí.
No tardó demasiado. Volvió con un pequeño maletín y se lo entregó a Hog. Lo tenía listo incluso desde antes de que fueran a rescatar a Jack.
-Sólo puse una parte en efectivo, lo demás está en varios cheques, ya sabes, podría ser sospechoso. ¿Quieres mi consejo?
Hog asintió.
-Apresúrate a pagar con el efectivo los documentos que necesites, y cuando los tengas, con el resto abre una cuenta bancaria a la que puedas acceder en el extranjero. ¿Tienes alguna idea de a dónde vas a ir?
-Sí. Incluso sé qué vuelo voy a tomar.
-Bien- Bunny respiró profundamente. Se sentía algo culpable de no haberle pagado antes a Hog, pero ¿qué podía haber hecho? Le había perdido la pista desde aquella noche y había pasado demasiado tiempo cuidando de Jack. No podía descuidarlo, pero sabía bien que tampoco debía haber dejado a la deriva a su aliado.
Hog lo miraba. De pronto pareció ver a través de él, como si supiera exactamente todo lo que estaba sucediendo en su vida. Hacía mucho que no le ocurría algo así.
-¿Recuerdas cuando éramos amigos, de niños?
Bunny asintió después de un momento de silencio.
-Esa cara es la misma que ponías cuando me querías contar algo y no sabías por dónde empezar- sonrió y comió otro bocado de lo que había en su plato-, como cuando rompías alguna de mis cosas… o la vez que te comiste mi almuerzo… o la vez que perdiste mis tenis favoritos por jugarme una broma…
-Lo haces sonar como si yo hubiera sido un desastre…
-…O la vez que decidiste que ya no podíamos ser amigos porque me salí de la casa de mis padres.
Bunny se detuvo en seco y se dio cuenta de que en todo caso quien debía haber estado todo ese tiempo molesto y quién tendría que haber desconfiado de esa alianza poco probable, debía haber sido Hog, no él.
No supo qué decir.
-Bien, sácalo ya. Tengo que irme pronto- al no obtener respuesta, la mente ágil de Hog hizo conexión con varias de las cosas que había observado al llegar ahí-. No anda por aquí tu pequeño elfo. ¿Qué ocurrió?
Bunny no le iba a admitir una derrota a Hog. No iba a lucir débil. No iba a decir toda la verdad.
-Peleamos hace unos días. Hubo muchos problemas, ya sabes, se encontraba muy inestable y le estaba siendo difícil adaptarse de nuevo.
-Ya veo.
Bunny se quedó pensando. Hog no se movió.
-A veces creo que fue un desperdicio desde un principio.
-Lo dudo.
Bunny levantó la vista rápido. Hog lo miró mientras se metía un pedazo de manzana a la boca.
-¿Qué?- preguntó mientras masticaba- ¿Me vas a decir que toda la cursilería que tuve que presenciar no era amor de verdad?
-Ah….
-Por favor…- Hog hizo un gesto de cansancio-. Tú estabas volviéndote prácticamente loco. Estabas dispuesto a entregar todo lo que tienes para tenerlo de vuelta.
-Bueno, por mi lado era así- replicó Bunny, algo molesto- pero, ¿quién dice que Jack se sentía igual?
El gesto de Hog cambió. Ahora se veía serio, grave. Parecía que estuviera escarbando en los espacios más atestados, preocupantes y oscuros de su memoria, y pronto Bunny supo, por lo que le decía, que así era.
-Bunny, yo no hice ese trabajo solo una vez. He visto demasiado, y te puedo decir sin temor a equivocarme que si nos hubiéramos tardado un día más en sacarlo de ahí, él hubiera muerto- Bunny frunció el ceño, respiró profunda y ruidosamente, y miró sus manos sobre la mesa-, cuando están a punto de morir, algunos suelen llamar a alguien. A alguien a quien amen, a sus padres, a sus hijos, a su pareja.
Bunny miró a Hog y él le devolvió la mirada severamente, como si estuviera regañándolo por algo.
-Te llamaba a ti. Perdí la cuenta de las veces que escuché a Jack murmurando tu nombre. Ni si quiera sabía si estaba consciente o si estaba delirando, pero siempre parecía estar pensando en ti. Y la vez que hablaste con él por teléfono estaba destrozado. Si no te amara, ¿crees que hubiera estado así en una situación como esa?
Bunny no contestó. Volvió su mirada a sus manos sobre la mesa, frente a él. Hog comió otro poco de fruta.
-Si acaso no me crees, piénsalo. ¿Qué gano yo con decirte mi opinión?
Bunny no contestó nada. Hog guardó el maletín con dinero dentro de su vieja mochila negra y se volvió a poner la gorra.
-Debo irme ahora- se puso de pie. Bunny lo siguió- ¿Me mantengo en contacto o me desaparezco definitivamente de tu vida?
Bunny lo pensó un momento.
-Mantente en contacto. Avísame cuando te hayas establecido bien y llámame si tienes algún problema con los cheques- le extendió una tarjeta con su número y su correo- ¿Te cambiarás el nombre?
-No sé qué tan necesario sea llegar a ese extremo- sonrió- pero si tengo que hacerlo serás el primero en enterarte. Bien, gracias por todo y creo que seguiré tu consejo. ¿Quieres uno mío?
Bunny asintió, su rostro quieto y sin expresión.
-Lucha porque las cosas con Jack funcionen. No renuncies a algo que te costó tanto llegar a tener.
.
.
.
Jack había pasado por cosas peores.
Había vivido con sus tíos, haciendo poco menos que de sirviente y soportando las burlas y los maltratos. Había vivido en un orfanato aguantando el hambre, el frío y la humillación de ser visto con lástima por los visitantes que nunca lo eligieron, además de cargar con la responsabilidad de cuidar a otros niños. Había vivido en las calles temiendo todo el tiempo por su supervivencia, tratando de permanecer completo y amanecer un día más aunque no tuviera motivos para hacerlo. Había pasado largos días y noches en un sótano frío y oscuro sin saber qué iba a ser de él y sintiéndose cada día más cerca de una muerte que en algún momento llegó a pensar que era segura.
Vivir a lado de Aster no había sido más que un pequeño oasis de amor dentro de una vida que había sido un ochenta por ciento horror.
Y ahora Jack estaba en casa de Tooth y North, donde lo trataban más que como a un amigo, como a un hijo. Estaba bien alimentado, descansado, tranquilo y seguro. Y aun así no era feliz. Porque Aster no estaba con él.
No, nada de lo que había pasado había sido peor que no estar con Aster. Jack aún lo amaba con todas sus fuerzas.
Ahora era de madrugada y estaba sin poder dormir. Los sueños no lo habían abandonado después de haberse alejado de Aster, quizás porque ahora estaba seguro de que pronto se podían volver realidad. Si Aster fuera una persona sensata, rehacer su vida de un modo "correcto" tendría que ser su primera opción.
Jack deseaba que las cosas no fueran así, pero ya no había nada que pudiera hacer para remediarlo.
Giró de nuevo sobre sí mismo y quedó de costado. Sujetó el dije de su collar preguntándose si quizás la cadena estaba presionando mucho su cuello.
La desenganchó y se la quitó. Observó el dije bajo la escasa luz que entraba por la ventana, apreciando las dos piedras que había en él.
Lo dejó en la mesita que había a lado de su cama y luego lo pensó mejor.
No estaba listo. No estaba listo para quitarse el collar. Aún no.
Aster aún era su dueño. De todo, de su mente, de su cuerpo y de su corazón. Renunciar al collar se convirtió para Jack en un equivalente a renunciar a Aster.
Se lo volvió a poner. Abrazó la almohada como se le había vuelto costumbre y cerró los ojos imaginándose que Aster no tardaría en entrar por la puerta y abrazarlo para dormir a su lado. Estaba sin camisa, como cuando dormía con él, aunque comenzaba a hacer frío a él no le importaba mucho, no le molestaba. Pero tener a Aster dándole calor no era algo de lo que se quejara nunca.
Con el paso de los días pensar en él se había vuelto menos doloroso. Ahora lo veía como un recuerdo lejano, hermoso, pero más como un sueño ocurrido en una noche cálida que una realidad. Estaba feliz por lo que había vivido a su lado y tenía que continuar el camino que poco a poco se había trazado.
Llevaba varios días buscando una buena universidad en la que inscribirse, pero ni siquiera sabía qué carrera quería.
Mientras tanto ayudaba a sus anfitriones a mantener la casa ordenada y a tener comida disponible a todas horas, incluso se había encargado de las compras en un par de ocasiones, pero siempre con cuidado de no exponerse demasiado a que Aster llegara a encontrárselo por ahí.
Aunque deseaba verlo.
Deseaba tanto volver a verlo.
Aunque fuera de lejos.
.
.
.
Esa noche Jack lloró. Pero realmente no importaba mucho. Ya se estaba acostumbrando.
.
.
.
Tooth le había dicho que ese día pasaría algo importante, así que había que preparar una buena cena. Jack fue a hacer las compras y regresó a cocinar. Tooth y North llegaron temprano de sus respectivas ocupaciones para ayudarle a limpiar la casa y terminar de preparar todo.
Sandy llegó un rato después y él y North comenzaron a poner la mesa con la vajilla favorita de Tooth mientras Jack y Tooth daban los últimos toques a la deliciosa cena.
Jack estaba muy tranquilo, y cocinar para sus amigos lo hacía feliz. Tooth tenía muy buenas ideas para la cocina y la cena estaba quedando deliciosa.
Jack estaba terminando de preparar una crema de champiñones con queso y él y Tooth hablaban acerca de cualquier cosa cuando la puerta de la cocina se abrió.
-Toothie, North me dijo que viniera a ver si necesi…- Bunny se quedó helado cuando vio a Jack. Jack también se quedó inmóvil. Se había dado la vuelta cuando escuchó la puerta abrirse, pero no se esperaba encontrar a Bunny parado allí. Tooth sintió en seguida la incomodidad que había en el ambiente.
Jack se dio la vuelta y siguió con la crema sin decir nada.
-Esto…no, Bunny, quizás, ¿podrías ir a buscar algo para tomar? Algo de jugo.
Aster asintió y salió sin decir nada más, igual que Jack.
En cuanto la puerta se cerró, Jack se sujetó de la superficie más cercana, respirando con fuerza. El corazón se le salía del pecho.
-¿Por qué no me dijiste que vendría?
-Jack, cariño, perdóname, no tenía idea de que fuera tan difícil para ti.
Jack negó con la cabeza.
-No te preocupes…lo mejor es que me vaya a mi cuarto mientras cenan- propuso-, sólo terminaré de cocinar y me iré.
-¡No, Jack! North y yo tenemos algo muy importante de qué hablar con ustedes- contestó Tooth, tomándolo de los hombros- por favor, para nosotros es muy importante.
Jack respiró profundamente y al final asintió.
-De acuerdo.
-Gracias Jack- se acercó él y lo abrazó. Jack sólo volvió a asentir.
Tooth salió de la cocina y él terminó de hacer lo que faltaba de la cena.
.
.
.
Jack supo que algo iba a pasar cuando se percató de que el único lugar disponible en la mesa circular del comedor era junto a Aster. Tooth y North estaban sentados juntos, Sandy estaba al lado de Tooth y Bunny al lado de North, de modo que el espacio vacío era el que estaba entre Bunny y Sandy. Jack respiró profundo mientras tomaba el lugar y miraba su plato.
-¿Qué hacías aún en la cocina, Jack?- preguntó North. Jack se encogió de hombros.
-Estaba revisando el pastel, le faltan unos veinte minutos- repuso mientras comenzaba a comer. Hizo todo lo posible por no mirar a Aster, porque su pierna no chocara con la de él, que sus codos no se juntaran en la mesa, aunque sus músculos dolían de tanto resistir el magnetismo que sus cuerpos parecían generar, tratando de convencerse de que él era el único que podía sentirlo.
Aster también tenía su mirada fija en su plato y respondía con monosílabos a la plática que trataban de establecer North y Tooth. Sandy también participaba, pero podía sentir perfectamente que algo había que estaba mal.
Encerrado en sus pensamientos, Jack estiró su mano para tomar la sal, y sin querer su mano se rozó con la de Aster.
Temeroso de lo que pudiera decir o pensar, retiró su mano casi en seguida. Aster lo miró de reojo.
-Sí, ya sé que te doy asco.
-¡Bunny!- lo reprendió Tooth- no le hables así a Jack.
Jack no dijo nada. Siguió mirando su plato, su rostro cada vez más rojo.
-Él sabe de lo que hablo.
-Bueno, no importa, ya fue suficiente.
Jack se puso de pie, pues no quería que algo peor sucediera. Sólo sentarse uno a lado del otro había sido ya bastante.
-Lo siento, será mejor que me vaya a mi habitación….
-¿Tu habitación?- preguntó entonces Bunny con un dejo de burla-Entonces ya te instalaste aquí, ¿eh? algún beneficio tenías que haber sacado después de todo, te sacrificaste tanto acostándote conmigo…
Jack recordó fugazmente a Pitch y todas las cosas que le había dicho, y su corazón se partió en pedazos.
-¡Bunny, por favor!- gritó Tooth, indignada. North y Sandy estaban demasiado impresionados para reaccionar. Las manos de Jack comenzaron a temblar.
-No, Tooth, antes de callarme dime si te dijo todo lo que me dijo a mí- repuso entonces Bunny, firmemente. Sus palabras de antes habían sido fruto del momento, estas eran más pensadas, y hasta algo crueles-, no entiendo cómo pudiste dejarlo quedarse aquí después de todo lo que fue capaz de hacer este mal nacido.
-Eso no es asunto de Tooth- se atrevió a responder Jack, herido por sus palabras. Su voz denotaba que estaba a punto de perder la compostura.
-¡Nadie te está hablando!
-¡Estás hablando acerca de mí, tengo derecho a defenderme!
-¡Te equivocas!- contestó entonces Bunny, cada vez más molesto-¡Sabes que es verdad lo que estoy diciendo! ¿Cómo crees que te puedes defender?
-¡Tú no sabes cómo fueron las cosas…!- se le escapó a Jack. No estaba listo para admitir nada, pero tuvo que quedarse quieto cuando se percató de que la mirada de Aster estaba insistente sobre su cuello. Al levantar la mano y tocarse, Jack se dio cuenta de que aún tenía puesto el collar, y éste era visible. Lo tomó y lo escondió debajo de su camisa-…no tienes idea…
-Tengo una idea muy clara, Jack- repuso Aster, recuperándose de la impresión-, tú me desprecias, pero no tanto como yo a ti.
Jack no soportaba más. Se dio la vuelta y estuvo a punto de salir corriendo, pero el firme agarre de la mano de Bunny sobre su brazo lo detuvo.
-¿Huyendo como siempre?- preguntó Bunny y entonces fue él el que se puso de pie, jalando a Jack hacia él. Jack soltó sin querer una queja bastante lastimosa y esto fue lo que hizo falta para que North se pusiera de pie.
-¡Bunnymund, basta! ¡Suelta a Jack ahora mismo!
Una vez que lo hizo, Jack salió corriendo de ahí, presumiblemente hacia su habitación. Tooth miró a Bunny acusadoramente.
-Ya estarás contento- Bunny no dijo nada-, no entiendo qué pudo ser tan horrible para que lo trataras así.
-¿Por qué no le preguntas a él?
-Eso mismo pienso hacer.
Tooth se puso de pie, lanzó su servilleta sobre el plato y salió de ahí como una tormenta.
Después de un momento, Bunny se pasó una mano por el rostro.
-¡Mierda!- lanzó de pronto y comenzó a caminar en la misma dirección que ella. North lo detuvo.
-No, Bunny, deja que Tooth hable con él, ¿qué piensas hacer?
Bunny cerró los ojos con fuerza.
-No lo sé North…
Sandy le dijo algo por señas y Bunny asintió.
-Tengo que dejar las cosas claras con Jack de una vez por todas- y volvió a caminar en aquella dirección, pero más tranquilo que antes. Subió las escaleras con North y Sandy siguiéndolo de cerca, North tratando de detenerlo pues no creía que fuera lo correcto. Bunny se resistía a hacerle caso, sabía que necesitaba tratar de cerrar aquella situación con Jack. Encontró la habitación de invitados y por el murmullo que había al interior supo que ahí estaba él con Tooth. Aun así, se detuvo antes de entrar. Una duda lo asaltó.
-¿Qué?- preguntó North de pronto- ¿escuchaste algo?
Bunny asintió.
.
.
.
Jack estaba sentado en la orilla de la cama, mirando al suelo, cuando Tooth entró y lo miró. Caminó y se sentó a su lado.
-Dios Jack, no tienes idea de cuánto lo lamento. Jamás pensé que Bunny pudiera ponerse así.
Jack se encogió de hombros.
-Para serte sincero, creo que su reacción está más que justificada.
-¿Jack?
-Antes dime, Tooth- la interrumpió, mirándola a los ojos con toda la intensidad que podían sus orbes azules y cansadas - ¿Lo hiciste a propósito? ¿Querías que Bunny y yo nos viéramos?
Tooth sintió mucha culpabilidad. Aun así contestó con la verdad.
-Sí. Siempre quise darte mi apoyo, Jack, no creas que no fue así, pero quería que hubiera un modo de que Bunny y tú volvieran a estar juntos. Pensé que la situación no era tan grave y que quizás…quizás se volvían a verse en un ambiente agradable podrían…
-Pues ya viste que no-, dijo entonces Jack, cortando de tajo lo que hubiera podido pensar.
-¿Pero por qué, Jack?
Jack esperó antes de contestar, preguntándose cómo explicaría lo que había sucedido. Decidió que ser directo era lo mejor. Eso lo había aprendido de Aster.
-Lo rechacé. Le dije…cosas horribles, pero en resumen le dije que me tenía harto, que yo no lo amaba y que lo había fingido todo. También le dije que era un despreciable adicto al sexo, y que si sus padres y su familia vivieran estarían asqueados de él…
Tooth se cubrió la boca con la mano derecha.
-Pero Jack, ¿por qué le dijiste algo así, en qué estabas pensando?
Jack sintió un nudo en la garganta.
-Quería que me odiara.
Ante semejante respuesta, Tooth no supo qué decir. Jack sintió un estremecimiento al recordar lo herido que se veía Bunny aquella noche, y ese mismo día durante la cena.
-No comprendo, Jack.
Jack miró a Tooth. Luego bajó su mirada al suelo y se mordió los labios tratando de no ponerse a llorar.
-Quiero que Bunny sea feliz, Tooth. Quiero…quiero que tenga una familia.
-¡Pero tú eres su familia!
-Eso quise pensar- la voz de Jack temblaba. Tooth le puso una mano en el hombro-, pero Bunny no me necesita a mí. Necesita…una mujer, una mujer hermosa…que pueda darle hijos.
Tooth se quedó en silencio, mirando a Jack como si no pudiera creer lo que le decía. Jack asintió, confirmando lo que acababa de decir.
-No había otro modo. Bunny hubiera dicho que no, hubiera dicho que me amaba mucho como para algo así y yo… yo ya no podía más, Tooth, no podía con la culpa. Por eso le dije esas cosas…quería que él mismo me sacara de su vida y se olvidara de mí lo más pronto posible.
Tooth no pudo evitar mirar a Jack con una infinita lástima, y él lo sintió, aunque no lo molestó. En realidad tenía la sensación de que ella comprendía lo que estaba pasando mejor que él mismo, quizás por la forma en que lo miraba.
-Jack, lo que hiciste fue una verdadera estupidez.
Un poco sorprendido por la frialdad de estas palabras, Jack volteó a ver a su amiga y ella había cambiado su gesto por uno de severidad.
-¿Quién te garantiza que después de tu "sacrificio" Bunny iba a ir a buscar una mujer que le diera hijos?
Jack no contestó, y Tooth suspiró, masajeándose las sienes, presa de un estrés repentino cuyo blanco era el pequeño copo de nieve que tenía a su lado.
-Jack, te contaré lo que North y yo íbamos a decirles después de la cena para que comprendas lo que quiero decir- volteó y procuró mirarlo a los ojos. Jack sostuvo su mirada y asintió-. Verás, North y yo nos casamos hace unos ocho años, y un año después más o menos comenzamos a intentar tener un hijo. No sé si has escuchado pero nuestros conocidos, Bunny incluido, siempre hacen referencia a lo buenos que seríamos como padres. Pues bien, en ese entonces, dejé de tomar pastillas anticonceptivas, dejamos de usar preservativo e incluso me hice una prueba para verificar cuáles eran mis días fértiles.
Se detuvo un momento y miró a Jack como asegurándose de que estuviera siguiendo su relato. Jack la miraba fijamente, concentrado en sus palabras, así que ella continuó.
-Mi periodo se interrumpió por dos meses así que me hice un análisis que salió positivo, estaba embarazada. Pero después de unos días comencé a sangrar. Tuve un aborto.
Jack estaba con la boca abierta. No sabía qué decir. Tooth lo miró con una media sonrisa, y le tomó la mano.
-En el hospital donde me atendieron descubrieron que un tumor había invadido mi matriz desde mucho antes, y esto impidió que mi embarazo avanzara. Tuvieron que quitarme la matriz, no había otro modo de deshacerse del tumor.
-Pero…Tooth, eso significa que tú….
-No puedo tener hijos.
Ambos se quedaron callados. Jack no sabía cómo podía absorber esa información. Tooth esperó a que la piedra que prácticamente acababa de lanzar tocara fondo.
-Dios, Tooth, cuánto…cuánto lo siento…
Tooth miró al suelo.
-En su momento fue horrible. Pasé mucho tiempo deprimida, primero por haber perdido al bebé. Luego…luego en algún momento me di cuenta de lo que implicaba haber perdido mi matriz. Nunca iba a tener hijos. Me sentí… incompleta, menos mujer. Fue terrible.
A Jack le dio la impresión de que Tooth lloraría, pero ella no lo hizo. En cambio, lo miró.
-Y uno de mis temores era precisamente que North no me quisiera más. ¿Por qué un hombre como North iba a estar con una mujer inútil que no podía tener hijos? Pero…él fue quien estuvo a mi lado todo el proceso. Él fue quien me llevó al hospital y sostuvo mi mano al recibir las noticias del médico que me operó. Él fue quien se aseguró de que estuviera bien alimentada y segura durante mi recuperación y mi depresión. North nunca se fue de mi lado…porque me ama. Me ama pueda o no darle hijos, y eso significa el mundo para mí. Sandy y Bunny no saben nada de esto. Hoy les íbamos a anunciar que…North y yo decidimos adoptar un niño.
-Espera un segundo- interrumpió Jack, confundido- siempre pensé que Baby Tooth era tu hija.
Tooth sonrió.
-Es mi hermana. Mi mamá me tuvo muy joven y aparte de mí hay dos hermanas y dos hermanos más, y al final Baby Tooth. Ella nació cuando todos pensábamos que mamá ya no podía tener hijos. La llaman Baby Tooth porque se parece mucho a mí.
-Ya veo…por eso casi no está por aquí.
-Claro que no, está en casa con mamá. Yo solo la cuido de vez en cuando.
Jack de pronto se sintió muy tonto, por todo. Tooth decidió que era hora de terminar de explicarle lo que ella pensaba.
-Jack, todo esto viene a cuento porque tienes que entender que tú no puedes decidir qué vuelta dará el destino al final. Si ya eras feliz, ¿Por qué arruinarlo? ¿Por qué no ser egoísta al menos una vez? Acaso… ¿acaso pensabas que podías vivir así, sin verlo de nuevo nunca?
Jack asintió.
-Pensé…que de ser necesario regresaría a su vida sólo cuando ya no hubiera nada que pudiera cambiarlo. Volverlo a ver…cuando ya tuviera esa familia que soñé para él. Cuando fuera feliz…para poder ser feliz yo también.
-Jack… ¿qué te garantiza que las cosas serán así? ¿Has pensado qué pasaría si Aster decide rehacer su vida con otro hombre?
Jack no lo había pensado.
-O imagínate que se casara con una mujer…que no pudiera tener hijos, como yo. O que a pesar de tener a esa mujer y tener hijos, Bunny no fuera feliz. ¿Comprendes lo que quiero decir?
Jack asintió. Y de pronto se dio cuenta de que no había considerado ninguna de esas cosas al tomar su decisión, y que había sido un verdadero idiota. Pasó varios segundos procesándolo. Sintió como si cayera dentro de un agujero sin fondo.
-Pero ya es tarde, Tooth- contestó, con la cabeza agachada, sin querer que ella lo mirara a los ojos porque seguro se iba a echar a llorar-. Hice lo que hice, Aster ya no tiene razones para amarme.
Pero Tooth no se iba a dar por vencida tan fácilmente.
-Jack, vamos, habla con él. Dile todo lo que pasó, explícale como me has explicado a mí y estoy segura de que comprenderá.
Jack levantó la mirada hacia ella. Ella volvió a sonreír, sus ojos brillaban, como si estuviera plenamente segura de que Jack podría volver a ser feliz con Bunny. De pronto esta expresión en ella avivó un poco la esperanza de Jack. Si Tooth lo creía podía ser posible, ¿No? Ya no sonaba tan descabellado.
-Yo sé que puedes hacerlo. Ve con él, explícale todo, demuéstrale que lo amas. Jack, ustedes merecen ser felices y yo sé que lo serán.
Por toda contestación, Jack abrazó a Tooth fuertemente. Mientras lo hacía, trató por última vez de convencerse de que aquello sería buena idea.
-Gracias…gracias Tooth, no sabes lo que esto significa para mi- Tooth le devolvió el abrazo-…y….lamento, lamento mucho haber arruinado tu cena. Felicidades por…ti y por North, yo sé que serán unos padres excelentes. Los quiero como si fueran los míos.
Tooth se echó a reír y le acarició el cabello un momento antes de soltarlo.
-Anda, ve- le sonrió.
Jack se miró al espejo un momento y se acomodó el cabello, se limpió la cara con un pañuelo y se alisó la ropa antes de salir disparado por la puerta. Tooth lo siguió, aunque no con la misma velocidad.
Jack prácticamente se lanzó escaleras abajo pero cuando llegó al comedor, solo estaban sentados allí North y Sandy. Tooth llegó unos pocos segundos después de él.
-¿Dónde…dónde está Bunny?-preguntó entonces, todavía agitado por la pequeña carrera.
-Se fue hace un rato- North estaba con el rostro apoyado en las manos y sus codos recargados en la mesa, con expresión decaída- Quería hablar con ustedes, hasta subió a la habitación…pero desistió de último momento y se fue.
Sandy asintió y bajó la cabeza.
Jack sintió como si el techo se le hubiera venido encima. Nunca reuniría el valor suficiente, como el que tenía en ese momento, para hablar con él. Respiró profundo y apretó los puños.
-Jack, cariño…
-Está bien, Tooth. Yo…iré a caminar, necesito pensar un poco-, Jack caminó hacia el perchero y tomó su sudadera azul, ya que afuera estaba un poco frío- volveré en un rato.
North asintió.
-Ten cuidado- le recomendó Tooth y lo miró mientras salía por la puerta, visiblemente preocupada. Luego volteó a ver a North-, querido, le conté lo de…
-Lo sé. Bunny también lo sabe ya. Y Sandy.
-Oh…
-No te preocupes por Jack- sonrió North- con suerte no regresará esta noche.
Sandy comenzó a reír traviesamente y Tooth no comprendió nada. De pronto el mencionado hombrecillo puso una expresión como de susto, saltó de su asiento y entró como un rayo a la cocina, mientras Tooth y North lo miraban sorprendidos. En un momento, el comedor se llenó de humo.
-¡El pastel!
.
.
.
Jack caminó por la calle sin tener una idea muy clara de a dónde ir. En efecto, hacía frío esa noche y había muy pocas estrellas brillando. Se había subido la capucha de su sudadera para protegerse pero igual pensó que tendría que volver pronto con sus amigos, porque cada vez el ambiente era más helado.
Lo que lo complacía en ese momento era el silencio y la poca luz. Se preguntó si ese año nevaría, esperaba que sí. Faltaban menos de dos meses para que iniciara la temporada invernal y él estaba ansioso, ya que eso probablemente sería capaz de distraerlo un poco.
Mientras caminaba encontró una plaza pública, así que decidió ir allí a sentarse un rato. Como ya era de noche y hacía frío, no había gente, así que se sentó en una banca con toda la tranquilidad del mundo.
Sabía que su calma era relativa. Su corazón estaba triste y todo en él se había convertido en melancolía. El frío no le hacía el mismo bien que antes y sentía que todo se estaba deteriorando, desde su cuerpo hasta su alma, parecía que iba a morir.
Cruzó los brazos y pensó, un poco irresponsablemente, hay que admitirlo, que podría tomar allí una pequeña siesta, así que se recargó hacia atrás y cerró los ojos.
Sin embargo sintió algo cerca de él. Algo pesado y caliente, algo que se interponía entre él y la luz de la lámpara que se encontraba cerca de la banca donde estaba sentado. Abrió los ojos.
-¿Aster?
-Te dije que para ti era "señor".
Jack frunció el ceño y trató de librarse de él, pues lo tenía prácticamente acorralado contra la banca. Fue como viajar varios meses atrás en el tiempo, a ese momento en que se hablaron por primera vez.
-¿Qué, vas a volver a correr?
-Déjame ir- pidió con determinación. De pronto se dio cuenta de que efectivamente, el valor que había tenido antes para poder hablar con él se había esfumado por completo al ver lo enojado que parecía estar con él.
-No me da la gana- contestó Aster entonces, tomándolo de una muñeca y jalándolo para que se pusiera de pie. Jack se resistía-, tú vendrás conmigo y aclararemos esto de una vez por todas.
-¡No pienso ir contigo!
-Entonces será por las malas.
Bunny tomó a Jack de la cintura y lo cargó bajo su brazo todo el camino hasta el auto, que estaba estacionado cerca de ahí. Por suerte no había nadie que presenciara esto, o Jack hubiera estado muy apenado y a Aster se lo hubiera llevado la policía.
Mientras tanto, Jack siguió pataleando y pidiendo que le soltara. Bunny no lo escuchó y prácticamente lo arrojó a la parte trasera del auto. Luego comenzó a conducir como si no tuviera nada de qué preocuparse, mientras Jack trataba de abrir las puertas para salir de ahí.
-Tienen puesto un seguro especial para niños, solo se abren por fuera- le explicó Bunny entonces, mayormente para que dejara de jalonear las manijas y de golpear las ventanillas con los puños. Al comprobar en repetidas ocasiones que esta información era verdadera, Jack se dejó caer en el asiento, cruzando los brazos.
-Eres un bruto- le dijo entonces, ya que el enojo había hecho que se sintiera completamente desinteresado en cual pudiera ser su reacción.
-Vaya, creía recordar que eras mucho más creativo para los insultos- contestó Bunny, con toda intención-, dime alguno que no me hayan dicho antes.
Jack ahora se quedó en silencio. Sentía que si tenía la oportunidad, Bunny era capaz de recordarle aquella noche por el resto de su vida.
Cuando llegaron a la casa, Bunny bajó y le dio la vuelta al auto, abrió la portezuela y tomó a Jack del brazo. Lo sacó a jalones y de ese mismo modo consiguió hacer que entrara a la casa. Lo empujó contra una pared.
-¡Basta!- se quejó Jack- si sigues con esto comenzaré a gritar y a pedir ayuda.
-¿Ah sí? ¿Y por qué no lo has hecho aún? De todos modos, como si alguien fuera a creerte- le contestó Bunny con desprecio, y Jack no supo qué más decir-. Bien, te escucho.
-¿Qué?
-Hace rato me dijiste que yo no sabía cómo habían sido las cosas. Ahora tendrás que explicarme. Te escucho.
Jack tenía las palabras. Tenía todos los hechos ordenados en su mente y sabía perfectamente qué era lo que tenía que decirle a Aster. Sin embargo no pudo decir nada, nada salió de sus labios temblorosos.
Tenía demasiado miedo. Tenía miedo de que Aster no le creyera y que lo despreciara y lo alejara de él. Tenía miedo de que pensara que era un mentiroso y que terminara odiándolo más. Tenía miedo de que las cosas no sucedieran como pensó que podrían ser cuando habló con Tooth.
Su corazón latió con mucha fuerza y sintió el sudor bajando por sus sienes. Bunny estaba tan cerca de él que resultaba doloroso no poderlo tocar…sentir el olor de su piel y ver lo profundo de sus ojos verdes aceptando que ya no eran suyos.
De modo que permaneció en silencio.
-Entonces es verdad todo lo que me dijiste esa noche.
Jack asintió.
-Es verdad que no me amas- se acercó a él. Jack se sintió cada vez más atormentado-, te fastidié, te doy asco, ¿no es cierto?
Jack asintió frenéticamente mientras trataba de empujarlo, pero Bunny lo tomó de las muñecas y le aprisionó las manos contra la pared, por encima de su cabeza.
Cada vez estaba más cerca de él, podía sentir claramente el calor de su cuerpo, la intensidad de su respiración, el peso de sus músculos y su mirada clavándose en él, en su pecho, en su corazón.
Su sangre corría a una velocidad impresionante, el calor aumentaba y de pronto un escalofrío recorrió todo su cuerpo.
-Si es verdad eso- siguió Bunny entonces, hablando en su oído, y Jack no tenía idea de cuándo era que se había acercado tanto a él- entonces, ¿por qué estás así?
Bunny subió una rodilla y la movió contra la entrepierna de Jack, cuya excitación era más que evidente. Jack se revolvió en el agarre de sus manos y trató de soltarse, no se había dado cuenta pero era verdad, había sido tal su necesidad de estar con Aster que de pronto, sólo con tenerlo cerca y dejar que inundara sus sentidos del modo en que lo hizo, se había activado en él una reacción inevitable. Su rodilla seguía frotándolo y Jack estaba tratando de resistirse a gemir.
-Esto no debería gustarte, ¿O sí?
Jack negó con la cabeza, pero su cuerpo se encargaba de delatarlo aún más.
Bunny lo tomó de los hombros y le dio la vuelta, haciendo que quedara de cara contra la pared. El movimiento brusco hizo que Jack se quejara pero esto no detuvo a Aster.
De pronto sintió como se recargaba contra su espalda. Con una mano le seguía sujetando las muñecas por encima de la cabeza, pero con la otra comenzó a frotarlo por encima del pantalón como antes lo hiciera con su rodilla.
-No…mmm…-Jack se quejaba, pero no podía evitar gemir. La sensación de tener las manos de su amor otra vez encima de él era demasiado fuerte y perfecta para no disfrutarla.
De pronto no era solo esa estimulación la que parecía volver loco a Jack, ya que Bunny comenzó a frotar contra su trasero su propio miembro que también estaba duro, desesperado por atención. Jack quiso quitárselo de encima pero no podía casi moverse, sus piernas temblaban de placer y sentía que en cualquier momento iba a terminar.
-No, Aster…por favor…ah….aahh….
-Parece que te gusta más de lo que puedes admitir, ¿No Jackie?
-Mmm….mmm…-Jack trataba de mantener la boca cerrada, pero no podía pensar con Bunny moviéndose de esa manera contra su cuerpo, su calor lo inundaba de pies a cabeza y lo único que Jack podía pensar era cuánto necesitaba que entrara de una vez y lo llenara de él durante horas.
Pero Bunny no quería que Jack se quedara callado así. Le tomó la cara con fuerza y lo obligó a voltear lo más que pudo.
-Dime que quieres esto.
Jack apretó fuertemente los ojos y asintió.
-Dilo.
Jack tragó la saliva que se estaba acumulando dentro de su boca y volvió a asentir.
-Quiero…quiero esto… ¡Aaah!...quiero más….por favor, por favor, Aster…
Bunny no necesitó más.
Lo tomó de la cintura y se lo subió en un hombro con facilidad. Jack se quejó, pero comenzó a temblar de expectación cuando se dio cuenta de que se dirigían a su habitación.
Jack se asustó. ¿Iban a tener sexo? ¿Después de todo lo que había pasado…?
Jack lo deseaba, de verdad lo deseaba, ¡pero estaba mal! Era una idea retorcida, se suponía que Aster lo odiaba o por lo menos lo despreciaba… ¿Por qué hacía esto con él?
Quizás…quizás quería humillarlo, demostrarle… que sabía cuánto lo deseaba, demostrarle el poder que tenía sobre su cuerpo, demostrarle que seguía siendo su dueño, que podía hacer con él lo que quisiera y después dejarlo tirado sin más.
La idea lo aterrorizó, pero cuando pudo reaccionar Aster ya lo había arrojado sobre la cama.
Le quitó los pantalones de un jalón y lo mismo hizo con su sudadera. La camisa la abrió con tal brusquedad que algunos botones saltaron, y le despojó de su ropa interior con la misma facilidad.
Jack trató de bajar de la cama pero no lo consiguió. Aster lo tomó firmemente de la cadera y comenzó a succionar su miembro casi violentamente. La sensación hizo que Jack viera estrellas frente a sus ojos y que ya no pudiera resistir más; su voz salía descontroladamente de su garganta, en gemidos que casi parecían sollozos, súplicas y el nombre de Aster una y otra vez. Sus puños se cerraron sujetando las sábanas y recargó la cabeza hacia atrás, su espalda se arqueó y sus piernas se tensaron.
Aster se las arregló para retrasarlo por un buen rato. Primero lo llevaba al límite y luego lo detenía. Lo observaba un momento, rendido sobre la cama, luego se inclinaba y besaba su estómago, mordía sus muslos y lo provocaba suavemente con lamidas y besos para después seguir con el ritmo salvaje de las succiones.
Finalmente Jack no pudo resistir más y su semen salió disparado al interior de la garganta de Bunny. Él continuó con el vaivén de su cabeza hasta que la última gota estuvo en su lengua, y solo entonces se detuvo. Jack jadeaba como si hubiera corrido un maratón y su agarre de las sábanas ahora era débil. Su cuerpo estaba tembloroso.
Bunny volvió a besar suavemente la punta de su miembro. Continuó, besando su estómago y su pecho. Dio un poco de atención a cada uno de los pezones erectos y duros y al ritmo que avanzaba podía escuchar cómo Jack seguía emitiendo pequeños sonidos que delataban cuánto lo disfrutaba, además de que se daba cuenta de los pequeños espasmos que revolucionaban su cuerpo deliciosamente vulnerable, cada vez más.
Permaneció un momento succionando uno de los pezones y sintió cómo su propia excitación parecía estar por explotar, pero para eso tenía que preparar primero a Jack, así que tenía que aguantar un poco más.
Comenzó a lamer y morder su cuello. Jack temblaba.
Subió con besos por su garganta y su barbilla, pero apenas rozó sus labios, Jack volteó la cara bruscamente.
Bunny gruñó, molesto, pero entonces se percató de algo muy grave.
Jack estaba llorando.
Su cuerpo no temblaba de deseo, como él había pensado. Lo había herido. Jack estaba asustado y triste.
Confundido y furioso consigo mismo, Bunny le acarició el rostro, tratando de calmarlo, y le dio un beso en el cuello. Permaneció apoyado en su piel un segundo antes de acercarse de nuevo a su oído.
-Vete ahora si quieres. Lo lamento.
Se incorporó de la cama y se sentó frente al escritorio con la cabeza entre las manos, dándole la espalda.
Después de unos segundos tratando de calmarse sin lograrlo del todo, Jack se incorporó como pudo, sus piernas aún se sentían como gelatina.
Se sentó a la orilla de la cama. Lo único que traía encima era la camisa abierta, con los botones rasgados. Miró a su alrededor y comenzó a juntar su ropa, avergonzado de haber permitido que las cosas llegaran tan lejos.
Pensó un momento en ir y encerrarse un rato en el baño. Sólo estar en esa habitación le generaba sentimientos encontrados que no alcanzaba a digerir del todo.
De pronto, en las acciones de Aster había sentido algo de amor. Amor que según sus planes, a estas alturas debería estar más que muerto, enterrado, olvidado. El último beso que había depositado en su piel había sido el más tierno que Jack podía recordar.
Volteó a verlo y le pareció que estaba devastado. Probablemente nunca antes lo había visto así.
Miró la mano en donde traía la ropa y buscó sus zapatos con la vista. De nuevo volteó a verlo a él. Dejó caer las prendas al suelo.
De pronto Aster sintió un peso inesperado sobre su regazo. Las manos heladas subieron por su pecho y tras ellas llegaron unos labios que atraparon los suyos en un beso.
Todo lo que Jack podía pensar era en que, por favor, no lo rechazara. Que Aster no lo rechazara, no ahora, no. No podría soportarlo.
Aster lo sujetó y lo llevó de regreso a la cama, lo acostó de espaldas y le sujetó las manos contra el colchón, pero deshizo el beso casi en seguida.
-¿Quieres tener problemas, idiota?
Jack no se esperaba esta reacción. De todas formas se sintió envalentonado por la manera en que había respondido a su beso.
-Sí- contestó, haciendo una media sonrisa que fue todo lo que necesitó para que Aster comenzara a besarlo otra vez, con ansias y deseo. Jack cerró los ojos y se dejó llevar por las manos que lo despojaron de la camisa, única prenda que le quedaba, y que bajaron por su cuerpo acariciando cada centímetro de su piel.
Los besos y las mordidas en su cuello se repitieron cada vez más fuertes e invasivas pero no le importó. Aster podía hacer lo que quisiera con él y a Jack no le importaba en lo absoluto. Se abrazó de su cuello con fuerza mientras él le abría las piernas bruscamente y se las acomodaba alrededor de la cintura.
-Quítate la ropa- pidió entonces Jack cerca de su oído y comenzó a repartir besos por su cuello, pero tuvo que interrumpir cuando Aster se separó de él para quitarse la camiseta y luego los pantalones y todo lo demás. Volvió a acomodar su cuerpo de dios sobre el de Jack, quien estaba extasiado por la manera en que se encargaba de inundar sus sentidos. Le rodeó la cintura con las piernas una vez más y lo jaló hacia él de este modo.
Bunny lo detuvo. Comenzó a deslizar su mano derecha desde uno de sus muslos. Acarició su costado y pasó por encima de uno de sus pezones hasta su cuello y finalmente llegó a sus labios. Metió tres de sus dedos en la boca de Jack, quien los aceptó sin dudar un segundo, poniendo todo su empeño en succionarlos y ensalivarlos bien, pues sabía lo que pasaría a continuación. Mientras tanto con su otra mano Aster había comenzado a bombear su pene, ya erguido aún después de haber eyaculado solo unos minutos antes. Jack gemía ante la sensación de tener los dedos de Aster invadiendo su boca. Era una manera diferente de dominación, pero se sentía extrañamente bien, excitante, quizás por la sensación de anticipación que generaba en él.
-Vamos, Jack-, dijo de pronto Aster, provocándolo-. ¿No lo deseas tanto, entonces?
Jack asintió y de pronto los dedos salieron de su boca. Uno de ellos comenzó a acariciar el exterior de su entrada en pequeños círculos. Jack sintió su cuerpo tensándose y emitió un sonido lastimoso que provocó que Aster se aproximara a su cara y buscara sus ojos.
-Relájate, vamos- le indicó con severidad-, no me digas que ya no recuerdas cómo hacerlo.
El dedo de pronto entró en él y Jack gimió escandalosamente.
-Sólo fue uno-, se inclinó sobre su pecho y buscó con los labios uno de sus pezones. Lo mordió un poco más fuerte de lo que había planeado pero el grito que emitió Jack entonces valió la pena completamente.
-Aster… ¡Aaah!- otro dedo entró en él. El segundo siempre era difícil.
Aster movió los dedos desde adentro hacia afuera de Jack y luego los abrió y los cerró para dilatarlo un poco más. Un tercer dedo entró y Jack se mordió los labios para no gemir tan escandalosamente cuando Aster encontró su próstata y comenzó a jugar con ella haciéndolo casi perder el conocimiento. Aster no dejaba de mirarlo fijamente, como saciándose de su imagen entregada y débil. Lucía vulnerable, deseoso y extrañamente inocente bajo su tacto.
Finalmente Bunny sacó sus dedos y los cambió por su miembro, que ya palpitaba de necesidad.
Jack gritó y se aferró más a él.
Era maravilloso. Había pasado más de un mes extrañando tener a Aster con él, arriba de él, dentro de él. Ansiaba sentirse completo y lleno, sentirse como si aún le perteneciera.
-Mmmm…está….está hirviendo….- dijo tan pronto como su boca pudo producir algo coherente, y Aster nunca pensó que algo así lo hiciera sentirse excitado-. Aaaah….vamos…muévete…
Aster se quedó quieto. Jack, con los ojos cerrados, esperaba que le hiciera caso pero al no sentir nada más que el calor insoportable dentro de él abrió los ojos al borde de la desesperación.
-¿A qué le tienes miedo?- preguntó entonces, tratando de provocarlo, pero no fue capaz de hacer la expresión burlona que había planeado porque Aster lo miraba ahora fijamente, como perdido en su cara.
Se inclinó sobre él y lo besó con inesperada suavidad antes de tomarle las piernas y afianzarlas mejor alrededor de su cintura. Comenzó a salir de Jack lentamente, para luego embestirlo de golpe y con fuerza.
Jack gritó dentro del beso pero Aster repitió el movimiento sin dejarlo respirar ni moverse. Cuando al fin dejó ir sus labios Jack respiró una bocanada de aire mientras se sujetaba con fuerza de sus hombros. Las embestidas continuaron a ese ritmo, lento, pero con una fuerza desoladora que Jack apenas podía soportar. Subió sus manos de los hombros a la nuca de Aster y lo atrajo, porque necesitaba besarlo, necesitaba que la conexión de sus cuerpos se extendiera y que fuera perfecta. Aster accedió al beso con más facilidad de lo que Jack había esperado y en poco tiempo su lengua exploraba el interior de la boca de Jack de una manera casi tan dominante como las embestidas que eran cada vez más fuertes. Jack también comenzó a mover su cadera contra la de Aster, para acoplar sus movimientos a los de él, y después de unos segundos comenzó a atender su palpitante erección. Los labios de Aster bajaron por su cuello lentamente. Mordió su clavícula suavemente y las uñas de la mano de Jack que se sujetaba a su espalda se clavaron en su piel.
-Vaya que eres inquieto-, comentó entonces al darse cuenta de que una de las manos de Jack estaba ocupada dándose placer a sí mismo-, tendremos que castigarte.
Jack abrió los ojos cuando Aster salió de él con cierta brusquedad. Se quejó en voz baja, reclamando el abrupto abandono, pero Aster lo sujetó de la cintura y lo obligó a darse la vuelta.
Jack quedó a cuatro sobre la cama y la idea de hacerlo así lo hizo sentirse extrañamente mal.
-No…Aster, no, espera, no no no no….oh…
Aster lo sujetó con firmeza de la cintura y lo volvió a penetrar de una sola y fuerte estocada. Jack gritó con todas sus fuerzas mientras él continuaba con el mismo ritmo de antes sólo que ahora el sentimiento no le permitía disfrutarlo del todo. En esta posición no podía verlo, no podía conectar su mirada con la de él, no podía besarlo ni sujetarse de él, ni clavarle las uñas en la espalda o morder su cuello.
Jack se sintió intranquilo, expuesto.
-Aster…por favor, no… mmmmm….- de pronto una sensación inesperada lo invadió. Aquello era mejor de lo que había esperado. Se sentía algo débil y dominado pero era perfecto, erótico. Una de las manos de Aster viajó de su cintura hacia su estómago en una caricia veloz y deliciosa, terminando en su miembro. Comenzó a masajearlo, combinando el ritmo con el de sus embestidas.
-No te escucho Jackie. ¿Te desagrada tanto…? ¿Me detengo ahora?
Dicho esto, detuvo las embestidas, las caricias y el masaje en la erección de Jack, a quien una desesperación horrible asaltó al no sentir ya nada más de Aster que su pene inmóvil dentro de él. Trató de moverse contra él para continuar pero Aster lo detuvo, sujetándolo firmemente de la cadera, quedándose profundamente clavado en su cuerpo.
Jack negó con la cabeza con todas sus fuerzas.
-Noo….no, por favor…me gusta, me gusta mucho… ¡Ah! ¡No te detengas!
Aster sonrió para sí mismo.
-¿Entonces? ¿Eres mío, o no?
-Sí…lo soy...mmmmm….nunca dejé de serlo, por favor…
Jack no aguantó más y sus brazos lo dejaron caer sobre la almohada, hundiendo la cara en ella, tratando de limpiar lo más discretamente que pudiera las lágrimas que el insoportable placer sin consumar le había arrancado de los ojos. Pero Aster pasó un brazo por debajo de él y lo levantó hasta que la pálida espalda tocó su pecho. Se enderezó para que ambos quedaran sentados en esa posición. Jack recargó la cabeza hacia atrás, en su hombro, y Aster aprovechó la posición para continuar con sus besos invasivos en los labios de Jack.
Las penetraciones eran cada vez más rápidas y fuertes, hasta que Jack no pudo más y eyaculó con una fuerza desmedida e inesperada, temblando en brazos de Aster.
Tomó varias embestidas más antes de que él también se corriera en su interior, y un último latigazo de placer se extendió por el cuerpo de Jack haciéndolo sollozar cuando la esencia caliente invadió su cuerpo mientras Aster gruñía con fuerza dentro del beso.
Rompieron el beso una vez más y se desplomaron, Jack de frente contra la almohada y Aster sobre su espalda, donde aprovechó para besar su piel y clavar sus dientes en él, dejando marcas en todos lados mientras Jack se estremecía.
Salió de él con cuidado, bajando con su lengua y sus dientes por su columna, y lamió el interior de sus muslos, llevándose con su lengua los restos de semen de ambos pues el miembro de Jack aún goteaba.
Finalmente se acostó a su lado, boca arriba, y no dijo nada.
Jack jadeaba tratando de normalizar su respiración. Al cabo de unos segundos, cuando la lengua de Aster había dejado su cuerpo, pudo dejar de gemir y sollozar. Se limpió la cara por última vez con la almohada y poco a poco, con cuidado, se dio la vuelta y se sentó a la orilla de la cama buscando su ropa una vez más.
A pesar de lo mucho que lo había disfrutado, se sentía mal. Sentía que debía correr y esconderse en alguna parte, se sentía extraño, inundado por una sensación oscura y pesada que no lo iba a dejar en paz. Una vez más se dijo a sí mismo que por más que amara a Aster no se podía quedar.
Por otro lado, una parte de su interior le dijo que en cualquier momento él lo correría a patadas de allí así que este instinto pudo más, y Jack alcanzó su camisa mientras sin querer comenzaba a sollozar en voz baja ya estremecerse. Quizás nunca antes, en toda su vida, había sentido semejante desolación.
Un fuerte brazo rodeó su cintura y una barbilla se recargó en su hombro de repente.
-¿A dónde crees que vas?
Jack no contestó, pero tampoco se resistió a la sorprendente fuerza que lo jaló de nuevo al interior de la cama. El calor del cuerpo de Aster lo invadió de nuevo cunado pegó su pecho contra su espalda y comenzó a dar besos en su cabeza, para después oler su cuello con fruición.
-¿Por qué lloras?
Jack supo que tenía que contestar esta pregunta. Y aunque el corazón le dolía, el rechazo lo torturaba y su estómago se había convertido en un agujero negro, lo hizo.
-Porque te amo.
-Y yo a ti.
Jack no pudo dar crédito a estas palabras. Se dio la vuelta lentamente y al hacerlo casi automáticamente recibió un beso lleno de fuego que casi termina por consumirlo. Cuando Aster lo soltó, Jack lo miró a los ojos como buscando la mentira, la burla o la broma detrás de sus palabras.
-Pero…Aster…
-No lo dudes, Jack. Por favor, nunca. ¿A dónde ibas?
Jack seguía sin poderlo creer, ni siquiera sabía que contestar.
-No…no lo sé…a cualquier otra parte….
-Por supuesto que no, Jack- contestó entonces Aster, repartiendo besos por todo su rostro, y luego sus labios, concluyendo con un beso largo y cálido como nunca antes-, estás en casa, no te irás de aquí. Y no saldrás de esta habitación por lo menos en un mes más…
Dicho esto sintió como Jack se erizaba entre sus brazos y se abrazaba a él.
-Pero…No entiendo…no…tú deberías odiarme…deberías haberme sacado de tu vida…
Bunny casi quiso sonreír al escuchar eso, pero sabía que Jack merecía una explicación.
-Escuché todo lo que hablaste con Tooth. Sé por qué hiciste todo aquello.
-Pero North dijo que tú….
-Le pedí que te mintiera y te mandara afuera para poder traerte a un lugar más privado donde hablar.
Lo volvió a besar con una gran ansiedad, pero Jack deshizo el beso como si estuviera molesto con él.
-Pero…todo lo que me dijiste…y cómo me trataste…
Bunny sonrió.
-Fuiste un niño realmente malo, mi Snowflake, había que darte una lección-su expresión cambió por una grave y preocupada-. Pero si te lastimé…o si te forcé demasiado, realmente lo lamento.
Jack se sonrojó mientras un nuevo vendaval de cariñosos besos caían sobre su piel.
-En realidad…me gusta mucho cuando tomas el control así…me gustó…
Bunny rio en voz baja y volvió a besarlo en los labios.
Cuando se separaron, Jack miraba su rostro como si no estuviera decidido a creerle. Había sufrido demasiado como para permitirse a sí mismo otra decepción.
Aster lo miró fijamente a los ojos y se esforzó porque Jack no rehuyera su mirada.
-Ángel, amor, mírame, te lo suplico- Jack movió un poco sus ojos, pero al escuchar los cariñosos sobrenombres un cosquilleo recorrió su pecho desde lo más profundo-. Te amo, ¿comprendes? te amo más de lo que podría amar cualquier otra cosa, eres todo para mí, sin ti no tengo rumbo ni vida. Quiero que te quedes a mi lado, porque este tiempo que estuve sin ti fue aún peor de lo que hubiera podido imaginar. Estoy dispuesto a darte todo lo que pueda darte para hacerte feliz, todo lo que tengo o puedo llegar a tener, incluyéndome a mí mismo. Dame vida, mi ángel- susurró ahora, mientras juntaba su frente con la de Jack sin cortar el contacto de sus miradas-, dime que me amas también.
Jack asintió.
-También….también te amo, Aster…-Aster sonrió con alivio-, sin ti me sentía…como muerto...como si mi vida no tuviera sentidlo.
Se besaron una vez más y el beso fue largo, cálido y profundo.
Cuando se separaron, Jack miró a los ojos a Aster y se preguntó cuánto tardarían realmente en sanar las heridas. Una cosa era que se hubieran perdonado y otra muy diferente que hubiera dejado de doler. Pero mientras más tiempo pasaban juntos así, piel con piel, parecía un poco más soportable el dolor.
Jack le acarició el rostro y le sonrió.
-Aster….
-¿Sí, mi ángel?
Jack se mordió los labios.
-Hazme el amor de nuevo.
Aster sonrió mientras subía encima de él y se acomodaba entre sus piernas. Comenzaron a moverse uno contra el otro y al cabo de un rato los gemidos y los suspiros volvieron a llenar la habitación.
.
.
.
Jack despertó en la mañana por el ruido del timbre. Su cuerpo estaba encima del de Aster, absorbiendo su calor inhumano mientras dormían. El brazo de su adorado amante descansaba sobre su espalda y en esa posición Jack podía escuchar claramente los latidos de su corazón y sentir el ritmo de su respiración volcánica bajo su cuerpo.
Sabía que Aster llevaba un buen rato despierto pues aunque no había abierto sus ojos, había aprendido a interpretar su quietud y el poder de su mirada sobre su cuerpo cuando lo observaba dormir así.
Jack se removió e hizo amago de levantarse pero Aster lo detuvo.
-Quédate aquí, amor. Yo atenderé la puerta.
Jack asintió perezosamente y se quejó en voz baja de tener que dejarlo ir. Se recargó contra una almohada y se quedó profundamente dormido una vez más.
Se despertó al cabo de un rato más y se incorporó bruscamente ante el miedo de que todo hubiera sido un sueño, pero no era así. Estaba bien arropado y la cama aún estaba tibia. Se relajó una vez más sobre la almohada de su amante y respiró dentro de ella, sintiendo de pronto el fuerte aroma a sexo y chocolate que emanaba toda la habitación. Su segundo nuevo aroma preferido, después, claro, del aroma maderoso de la piel de Aster.
Se incorporó con algo de trabajo, pues sus piernas estaban entumidas. La noche había sido un maratón. Ni siquiera recordaba en qué momento se había quedado dormido, pero había sido tal como él lo había deseado, con Aster amándolo como sabía que nadie más podría haberlo hecho.
Unos hilillos de semen escurrieron aún por sus piernas.
Se limpió con cuidado y recogió sus bóxer y se los puso, lo mismo que su camisa.
Salió de la habitación con pasos temblorosos y fue en busca de Aster, olvidando por completo la razón por la que no estaba con él en primer lugar.
Cuando se asomó a la sala, él estaba sentado en un sillón que estaba de frente así que fue el primero en verlo. Levantó un poco las cejas y sonrió.
-Amor, ponte pantalones. Tenemos visitas.
En ese momento, en el sillón que estaba de espaldas a él, voltearon a verlo nada menos que Sandy, Toothiana y North.
Jack se quedó parado un momento y salió disparado de regreso a la escalera ante la sonrisa amorosa de Bunny y las risas abiertas de los demás.
.
.
.
Cuando Jack regresó, ya apropiadamente vestido, se acercó y saludó con timidez. Los otros lo saludaron casi burlonamente. Se acercó para sentarse a lado de Aster, pero este lo jaló y lo sentó entre sus piernas dobladas en posición de loto. Lo abrazó con posesión y Jack se sonrojó por semejantes muestras frente a sus amigos.
-Ahora que Jack está aquí, quiero decirles que estamos juntos de nuevo- Jack sonrió cuando la frente de Aster se tocó con su sien-, y pedirles disculpas por las molestias que pudimos haber causado, nunca debí descuidar a Jack del modo en que lo hice y jamás lo volveré hacer. También lamento que tuvieran que presenciar algo tan incómodo como lo de anoche.
-Si todo está bien eso es lo de menos- contestó North, pero Tooth parecía tener algo que agregar.
-Si lo haces llorar otra vez lo lamentarás el resto de tu vida, ¿entiendes?
Bunny sonrió.
-Claro Toothie, lo tendré en cuenta.
Todos rieron alegremente y al final, North y Tooth hicieron el anuncio oficial. Habían podido comenzar con los trámites para adoptar un niño.
-Felicidades a los dos- les dijo entonces Bunny, en medio de la alegría.
-Serán los mejores padres, lo sé- agregó Jack- nunca terminaré de agradecerles el modo en que se hicieron cargo de mí.
-No te preocupes por nada, Jack- contestó North- siempre son bienvenidos en casa, para lo que necesiten.
Tuvieron un almuerzo festivo y al cabo de un rato las visitas se fueron, pues sabían que Jack y Bunny necesitaban tiempo a solas, como una luna de miel. En cuanto se encontraron de nuevo solos Jack se acurrucó en los brazos de Aster.
-Aster…explícame bien.
-¿Qué cosa, amor?
-¿Por qué me perdonaste?
Aster se quedó en silencio por varios segundos, durante los cuales Jack comenzó a ponderar si había sido buena idea hacer esa pregunta.
Bunny lo miró y sonrió de repente.
-Digamos que…tuve algunas pistas-, se acercó y lamió traviesamente una de sus orejas-. ¿Quieres que te explique?
Jack asintió mirándolo atentamente.
-¿Recuerdas que te hablé alguna vez de Groundhog?
-No mucho. Sólo sé que te ayudó a rescatarme y…que me ayudó a mí cuando yo no sabía quién era.
-Pues volvió por su dinero. Y me dijo…me dijo cómo me llamabas mientras estabas delirando. Como si me necesitaras.
Jack suspiró ante los obscuros y terribles recuerdos, y asintió. Bunny continuó.
-Anoche que volví a verte, solo con eso me estremecí y comprendí que no había podido…sacarte. Y después vi que aún usabas el collar- Jack llevó sus manos a su cuello y se percató de que en realidad lo traía puesto. Ni siquiera recordaba cuándo se lo había quitado por última vez o siquiera por más de un minuto-, y junto con eso recordé aquella noche, ¿recuerdas? hacíamos el amor y de pronto me dijiste que me amabas, y que nunca, pasara lo que pasara, fuera a olvidarme de eso.
Jack asintió mientras un nudo se formaba en su garganta al recordar el dolor que estaba pasando en esos días. Aster lo besó.
-Anoche cuando subí detrás de Tooth y de ti todos esos pensamientos se cruzaban en mi cabeza. Sólo necesitaba un pretexto, Jack, uno solo para pedirte que volvieras a mí y no soltarte nunca. Y me lo diste, más de lo que hubiera podido esperar. No podía creer que estuvieras dispuesto a sacrificarte por lo que pensaras que era mejor para mí a tal punto. Y entonces me di cuenta de que merecías todavía más de lo que yo tenía para darte.
Juntaron sus frentes otra vez.
-Sé que mereces más. Pero tengo la esperanza de que lo que soy sea suficiente.
Jack sonrió y lo abrazó con fuerza. Aster perdió su rumbo en su cuello, en su oído y luego en su cabello. Lo olió con una fuerza extraña, como si fuera estrictamente necesario para él alimentarse de su aroma de ese modo.
-Demonios, hueles tan bien…
-Huelo a ti…
-No…es diferente….- las manos habían ido bajando y ahora acariciaban su trasero, sus muslos y sus piernas-, eres tú. No soy adicto al sexo, Jack. Soy adicto a ti.
Jack gimió ante un repentino mordisco en uno de sus pezones y se tuvo que preguntar en que momento le había abierto la camisa.
-Dije…que no saldrías de esa habitación en un mes- dijo Aster de pronto-, pero ya lo hiciste, así que habrá que empezar de nuevo…
-Espera… ¿qué?- preguntó Jack alarmado, pero Aster fue más rápido en levantarlo en sus brazos y correr escaleras arriba con él así. A Jack no le quedó más remedio que reír y disponerse a disfrutar de cada acción de su amado, y a dejarse sofocar por el amor que lo inundaba por dentro.
.
.
.
Quizás no pasaron un mes dentro de la habitación, pero sí lo suficiente para que Jack perdiera la cuenta de sus orgasmos y su garganta ardiera de tanto gritar. Casi había olvidado lo que era respirar un aire que no fuera el de esa habitación calurosa y llena de ellos dos. No recordaba otras voces que no fueran la suya propia y la de Aster y su repertorio de palabras se redujeron a todas aquellas que denotaran amor y placer. Su cuerpo había alcanzado una hipersensibilidad tal que un solo roce de los dedos de su amado contra su piel era más que suficiente para dejarlo al borde de una explosión. Su interior se sentía caliente y estaba seguro de que la esencia de Aster lo había llenado hasta el tope pues un calor increíble se había instalado permanentemente en su cuerpo.
Para la última vez que lo hicieron antes de caer otra vez en la realidad, Jack había olvidado que él y Aster eran dos personas, dos cuerpos distintos. No se sentía saciado completamente, y a partir de entonces su pasión aumentó a límites inimaginables.
Jack no era él mismo si no tenía a Aster con él, sobre él, dentro de él. Aster no era él mismo si no poseía a Jack, si no escuchaba sus gemidos llenar una habitación ni su voz pronunciar su nombre.
Volver a la normalidad costó su trabajo, pero por esta razón no perdían oportunidad alguna para amarse hasta quedar rendidos.
.
.
.
Epílogo.
Jack, ahora con 28 años de edad, acababa de terminar una carrera de administración y finanzas, pues fue la carrera que pareció más apropiada si iba a seguir ayudando a Aster con la empresa. En un mes más iban a casarse.
No era que necesitaran el papel para probar nada pues terminaron de consolidarse como pareja mucho tiempo antes. Jack había demostrado ser confiable para hacerse cargo de los asuntos de su prometido cuando había sido necesario y para cuidarlo de todo y de todos cuando podía hacerlo, y Aster por su parte se había hecho cargo de Jack con una devoción sorprendente que solo podía atribuirse al amor, o más bien a la adoración que le profesaba. La pasión no parecía terminarse entre ellos, aunque se habían hecho conscientes de que tenían que tener ciertos límites si querían tener una vida tranquila.
Más bien, lo de casarse era parte del trámite.
Jack estaba de pie frente a una puerta doble de madera que debía medir lo doble que él. En esos cuatro años había crecido un par de centímetros y la buena alimentación y el ejercicio constante habían provocado que su cuerpo pareciera más fuerte y mejor formado que antes. No mucho más que el de su novio, eso era seguro.
Aster, ahora con 32 años, estaba a unos metros tras él, hablando con la encargada del lugar para despejar varias dudas que tenía aún, no le gustaba dar pasos en falso y menos en algo tan importante. Seguía siendo alto más alto que él y con un cuerpo mucho más ancho y delineado. Su mirada de ojos verdes seguía siendo penetrante y seguía siendo extremadamente, casi dolorosamente atractivo.
Jack lo miró y sonrió, preguntándose por enésima vez desde que estaban juntos si habría en el mundo una pareja más contraria que ellos y a la vez tan unidos y complementarios. Supuso (pues le gustaba pensarlo así) que no.
Aster lo miró de reojo y le sonrió. Sabía que estaba nervioso, pero para eso estaba él ahí, para apoyarlo.
Caminó hacia él y en cuanto llegó ambos se quedaron mirando la puerta.
-No te preocupes. Todo saldrá bien.
-Eso espero…pero Bunny, ¿Y si no le caemos bien?
Bunny rio.
-Lo harás genial. Los hijos de North y Toothie te aman, igual que el pequeño de Sandy. ¿Por qué iba a ser diferente ahora?
Iban a adoptar a un niño y estaban comenzando con los trámites. Aquella era una primera visita para conocerlo.
-No lo sé.
La mujer que los había estado atendiendo se acercó para abrir la puerta luego de darles algunas indicaciones.
Antes de que las pesadas placas de madera se abrieran Aster se acercó a Jack. Le dio un beso rápido en los labios y se acomodó cerca de su oído.
-Todo estará bien. La Madriguera nos espera y estaremos juntos, no te dejaré nunca, ¿está bien?
Jack asintió.
-Yo tampoco te dejaré, Aster.
Antes de que la puerta se abriera Jack se recargó contra Aster.
Aster envolvió fuerte a Jack dentro de su abrazo.
Fin
Y así termina esta historia.
Espero que les haya gustado y que hayan disfrutado tanto leerlo como yo disfruté escribirlo.
Espero no haberme pasado con romance pero creo que se merecían un buen final, estos dos.
Ojalá me dejen sus reviews para decirme qué les pareció.
Tal vez escriba otro fic sobre ellos, aún estoy en planes. Amo esta pareja y escribir sobre ellos fue una experiencia genial, considerando además que es la primera vez que me meto con el yaoi. Queda bastante lindo, supongo.
En fin. Dejen sus comentarios y sugerencias.
Gracias a todos los que leyeron, dieron favs, follows y reviews a esta historia. Estoy en deuda infinita con ustedes.
Besos, abrazos y demás.
Aoshika October
