Hemos iniciado al fin la tercera parte de Leyendo el Pasado. El tercer libro, ¡Woooo! Shadow Kiss! Primero que nada, tengo algo importante que decir: mi pdf, es una basura. Significa que en algunos capítulos la traducción está muy acumulada por lo tanto se hace complicado entender que dice quien y hace quien, es extraño, por lo que es posible que me demore más en actualizar porque estaré intentado descifrar un montón de cosas para poder escribirlo bien. Espero que la suerte me acompañe.

Resumen: El verano se ha acercado, por lo tanto ya no hay mucho trabajo y el grupo se puede ir de vacaciones; sin embargo los libros siguen aún pendientes y listos para ser leídos. En esta ocasión el sol, la arena y el mar resultaran ser más que una distracción. Nuevas cosas sucederán mientras Lissa y Rose intentan cambiar la dirección de su vínculo, ¿podrán lograrlo?

Aviso:

.: Vampire Academy :. - POV General

.: (nombre) :. - POV Personaje

~ Debo decir que la saga Vampire Academy fue un libro escrito por Richelle Mead


~ Leyendo el Pasado III ~

Sinopsis

.: Rose :.

Beep… beep… beep…

Gruñí pesadamente, sin levantar la cabeza de la almohada, comencé a tantear con la mano dando palmadas en la mesa de noche de al lado. Buscando el despertador desesperadamente e intentado apagar la alarma, pero cuando no o conseguí decidí optar por mi segunda opción… lanzarlo contra la pared.

Cuando el molesto sonido se apagó, sonreí internamente disponiendo a volver a dormir cuando una voz chillante de alegría entro en mi habitación. Gruñí perezosamente y antes de darme cuenta esa voz tomo forma humana y se lanzó encima de mí.

– ¡Vamos levantante! – Parecía ser Lissa, ¿qué otra chica si no?

– Vete – Tome el edredón y las sabanas, jalando hacia mi cuerpo, y botándola a ella de la cama – Tengo sueño

– Rose, si no te levantas perderemos el vuelo – Dijo Lissa.

– No me molesta perderlo – Dije despreocupada.

– Dimitri está sin camisa – Cantó. Abrí mis ojos de golpe y busque con la mirada, me encontré con Lissa tirada en el suelo con una sonrisa de oreja a oreja divertida, riendo.

– No es gracioso – Dije.

– Sí lo es – Se puso en pie y tomo una almohada golpeándome – Aún no has hecho tus maletas, apresúrate

Gruñí dando la vuelta. El lado de Dimitri en la cama estaba vacío – ¿Y Dimitri?

– Se levanto antes que tú – Dijo ella molesta – Rose, levántate. Si perdemos el avión no te lo perdonare

Rodé los ojos volviendo a acurrucarme en la cama. Ella salió de la cama dándome un límite de tiempo y a mí no me importo. Volví a cerrar mis ojos descansando mi cabeza en a almohada. Probablemente me quede dormida nuevamente porque cuando me desperté Lissa estaba gritando como loca diciendo que nuestro vuelo salía en menos de veinte minutos.

Rápidamente me di una ducha de unos segundos, metí un montón de ropa en una maleta, una estaca y luego salí corriendo con ella. El viaje nos tomo todos los minutos que teníamos para llegar a tiempo al vuelo y para cuando llegamos al aeropuerto ya estaban todos mirándonos sorprendidos.

– ¿Qué les paso? – Pregunto Eddie apresurado – Vamos, ya va a salir nuestro vuelo

– Ella tiene la culpa – Se quejó Lissa. Rodé los ojos y entregamos nuestros pases.

– Ya, perdón, pero es que me dormí tarde terminando mi último trabajo del año para enviárselo por correo a McCarthney – Me quejé detrás de Lissa en la fila.

Y seguro que la sesión de sexo con Dimitri te mantuvo despierta hasta el amanecer.

– ¡Eh! – Me quejé llamando la atención de todos en el aeropuerto – ¡Eso no es verdad!

– No llamen la atención – Dijo Dimitri riendo.

Me giré hacia atrás – Lo dices porque no sabes lo que dijo

Entramos en el avión y caminamos a nuestros asientos. Sonreí al encontrar el mío. Le guiñe el ojo a Dimitri tomando el asiento de la ventana antes que él, era una tortura tenerlo en ese asiento dado que era más alto. Dimitri se rió y tomo asiento a mi lado. No miré a los demás, para saber en que asientos estaban sentados, pero la presencia de Lissa detrás de mí era más que suficiente.

– ¿Por qué no me has despertado cuando tú lo has hecho? – Pregunté levantando una ceja. Sacando mi reproductor de música y colocándome un audífono.

Dimitri reviso en su mochila, donde tenía ciertas cosas personales y saco un libro del Viejo Oeste. Rodé los ojos reprimiendo una burla.

– Porque apenas te habías dormido – Me sonrió – Además tenías puesto un despertador. No pensé que realmente fueras a ignorarlo. Por suerte Lissa fue a buscarte para evitar que te quedaras dormida

– ¿Tú le has dicho? – Me reí.

Asintió con la cabeza.

– Que bien – Suspire mirando por la ventana – Ahora nos vamos a unas vacaciones

Vacaciones… Palabras más bonitas no habían en estos momentos. Era noviembre, gracias a Dios, a finales de hecho y yo al fin había terminado mi último trabajo para poder pasar el año universitario. No puedo decir que haya sido tan fácil, pero tampoco puedo decir que ha sido difícil… solo estresante. Y unas vacaciones lejos de las tareas, informes, exposiciones y esa cosas me hacían sentir relajada

Ahora mismo nos disponíamos a California. No muy lejos. A unas dos horas en avión privado.

Mi idea original era ir a Miami, pero como siempre Abe tenía que meterse y decir que tenía una casa en la playa, o al menos cerca de la playa. Toda la banda se encontraba camino allí, claro que mis padres debían de estar allá en estos momentos así que en el avión solo éramos un montón de Morois y Dhampirs jóvenes que estaban a cargo de Dimitri, por ser el mayor. Como si necesitará niñera.

Es una pena no tener las vacaciones en Miami o Hawaii o quizá en las Bahamas, pero al menos iba a ser cerca de alguna playa y lo mejor es que pasaríamos la navidad allí. Como consecuencia de eso tuve que comprar todos los regalos la semana pasada y lo peor de todo es que estaba en época de exámenes así que todo fue más estresante. No compre grandes cosas, pero si cosas buenas. Y lo que sea que me hubiera alcanzado con el suelo de guardián.

Íbamos a estar tres meses en la playa, sol y arena. En una casa playera. Iba a compartir habitación con mi perfecto Dios Ruso. Pasar tardes divertidas con Lissa y además de tener a todos mis amigos cerca conmigo. Sin duda eran vacaciones para las cuales ya no podía esperar más. Las parrilladas, los bronceados, los juegos en el agua, deportes acuáticos que podrían o no ser extremos y sobre todo ¡0 universidad!

O, sí, eso también… cuatro libros más para leer.

Dios. Era molesto saber que había cuatro libros escritos desde mi punto de vista, yo tenía que saber quien los había escrito y con que propósito, pero aún no sabía y ya me estaba cansando de tanto investigar. Shadow Kisses. El siguiente libro que me traerá más problemas, seguro que sí. Es molesto que todo mundo sepa lo que pienso y siento. Bueno, ahora tenía tiempo de investigar un poco.

Habíamos llegado a nuestro destino. ¡California! Abe le había informado a Dimitri que había alquilado una camioneta del tipo playera para nosotros, para así irnos, así que mientras nosotros íbamos a comprar algunas cosas él y Eddie fueron a buscarla.

Lissa y yo nos adentramos en una tienda playera seguidas de Jill y Mia que estaban emocionadas como nosotras. Por supuesto, Adrian y Christian nos siguieron a regañadientes.

Me encontraba mirando las tablas de surf, dado que íbamos a estar en la playa, en una zona donde Abe dijo que las olas eran perfectas para aquel deporte, quería tener una o de lo contrario me quejaría en la arena día y noche.

– ¿Qué tal una que combine con tu traje baño? – Preguntó Lissa acercándose con una sonrisa divertida. En sus manos traía algo que parecía ser un cintillo con una flor a un lado, pero se colocaba en la frente, al estilo hippie – ¿Qué te parece?

– Que es algo que usaría si estuviera en Hawaii o en Miami – Dije riendo. Ella bufó sacudiendo la cabeza.

– ¿Qué tal aquella? – Apunto a una tabla negra con diseños de ondulaciones color blancos – Combina perfecto con tu traje de baño negro

Me reí. Posé la mirada en una tabla con los colores de un hermoso atardecer y con diseños de flores, hibiscos. Era una tabla del tipo hawuallana, pero me llamaba mucho la atención. Los colores naranjo y amarillo eran preciosos y sin duda me recordaban a un hermoso atardecer.

– Me gusta aquella – Dije sonriendo.

Lissa me sonrió y apunto a una celeste con diseños de ondulaciones que parecían olas – Yo me llevaré aquella

– ¿Tú vas a sufear? – La miré incrédula. Me crucé de brazos divertida.

– Ciertamente no me quedaré enterrada en la arena todos los día – Dijo riendo – Además, ¿qué tan difícil puede ser?

Abrí la boca para responder pero ella me calló enseguida – No hagas que me arrepienta tan pronto. Solo intento compartir cosas en común contigo

Un chico se nos acerco y yo le dije que quería ambas tablas. Él asintió y se acerco a la caja, diciéndome el valor de ambas. Saque una tarjeta de crédito y se la entregue.

– ¿Cosas en común conmigo? – Pregunté sorprendida y confundida – Liss, no necesitas tener tantas cosas en común conmigo. La diferencia es lo que nos nivela, ¿recuerdas?

– Yo no estoy diciendo que seré suicida como tú, solo quiero intentarlo – Se rió. Sonreí tranquilamente.

– Ok – Sonreí divertida – Por cierto, ¿ya pensaste en como harás que el vínculo sea en dos direcciones?

– No, pero lo descubriremos. Ya te lo he dicho, es momento de divertirnos, descansar, leer y sobre todo investigar nuestro vínculo – Sonrió orgullosa.

Sonreí divertida.

– ¿Y? ¿Van a comprar algo? – Pregunté al ver a Mia y a Jill acercándose.

– Realmente, ropa – Dijo Mia sonriendo – Y Adrian y Christian pusieron sus ojos en una moto de agua

– Abe dijo que tenía una – Dije sonriendo. Pase la vista por la tienda y me quede mirando un equipo de esquís y paracaídas. Me volví al joven – Agrega los esquís y el paracaídas

– Ay Rose, ésto no me gusta – Dijo Lissa preocupada

– Ni a mí. ¿Qué tienes en mente? – Pregunto Mia preocupada.

– Cosas – Dije encogiéndome de hombros. Tras comprar las cosas nos encontramos con Dimitri y Eddie. La camioneta, color blanca tenía dos asientos delanteros y tres traseros. Luego veía el espacio de atrás, donde debería estar el portamaletas que no había. Tenía una carpa negra que Dimitri quito enseguida y lanzamos las cosas encima.

– Algunos tendrán que irse aquí – Dijo Eddie dando unas palmas en la camioneta y luego salto encima – Yo iré

Adrian y Christian saltaron sin decir nada. Entre nosotras nos miramos. Nosotras éramos cuatro y ninguna tenía ganas de irse incomoda en la camioneta junto con las tablas de surf y todas las cosas, dado que nuestras maletas estaban allí también, así que subimos al interior de la camioneta. Tome el asiento del copiloto y las chicas se fueron detrás.

– ¿Qué tal si me dejas conducir? – Pregunté sonriendo.

– Claro, ¿sabes dónde vamos? – Preguntó Dimitri encendiendo la camioneta.

– No. Podrías indicarme – Dije riendo.

– Sigue soñando Roza – Dijo riendo. Suspire.

Los chicos parecían divertirse atrás, por la pequeña ventana de detrás del asiento en que iban las chicas podía ver a los chicos reírse, además de por el retrovisor. Me reí ligeramente y agradecí ir sentada delante y no atrás incomoda, dado que eran cuarenta y cinco minutos de viaje.

Dimitri condujo por la carretera al sur hasta que la arena y la playa comenzaron a desaparecer y unas colinas ocuparon su lugar. Me guiñó el ojo como si se trata de un secreto y doblo hacia la izquierda dirigiéndose a una colina. Desde atrás Adrian se quejo por el movimiento, nosotros lo ignoramos. Condujo casi en espiral, pero me pareció ver que el camino se le había acabado dejando una caída. Yo comencé a preocuparme, dado que parecía dirigirse a la caída.

– Camarada… sé que puedo ser molesta a veces – Dije preocupada – Pero lanzarnos en picada no es la solución a los problemas de la vida

Había sido una broma, pero había cierto nerviosismo en mi voz. Dimitri se rió acelerando, causando que Lissa, Jill y Mia gritaran preocupadas y los chicos atrás se quejaran al darse un pequeño golpe. Apenas podía oírlos entre los gritos y el cristal que nos esperaba de ellos. Dimitri se dobló justo antes de caer en picada encontrando un camino oculto, el cual atravesó.

Gracias a ese camino habíamos llegado a la cumbre de otra colina encontrándonos con una vista preciosa del mar, un muelle con un parque de diversiones en el cual destacaba una rueda de la fortuna, y otras cosas más, pero sobre todo la playa. No era Hawaii o las Bahamas o Miami, pero se acercaba tanto que era perfecta. Lo que nos rodeaba parecía ser un campo con el césped bien cortado y bien cuidado. Desde mi vista, y gracias a mi media parte vampira, pude ver la arena perfectamente blanca, el agua tan limpia que parecía imposible de creer, unas pocas palmeras. Había surfistas, personas acostadas en una toalla, otras en el parque.

Observe las olas del mar, tan grandes y brillantes, romper en tubos. El sol parecía fuerte, pero no lo era, lo que estaba bien para los Moroi. Dimitri siguió conduciendo hasta que llegamos a nuestro destino.

Estaciono cerca de una casa lujosa que estaba con algunos árboles a los lados causando sombra en un corto perímetro. De dos pisos, construida de ladrillos, cemento y algunos trozos de madera, parecía ser una casa que solo algún famoso compraría. Desde el frente el primer piso era de color blanco, y el segundo piso era de color burdeo. Era increíblemente grande, con la forma de un rectángulo abajo, o quizás cuadrado, y el segundo piso tenía un espacio que sobre salía hacia atrás, como si fuera un ático, pero no lo era. Tenía estilo llamativo. Las ventanas eran redondas en el segundo piso, y en primero había una pared completa que parecía una ventana, cubierta por unas cortinas azules hermosas.

No muy a lo lejos vi otra similar, solo que en lugar de un color blanco, era de color naranja como el atardecer. Sonreí.

– Abe – Dije sorprendida.

– Es una casa única. Debió costar más de 500 millones – Dijo Dimitri riendo – y por dentro se ve hermosa – Me indico con el dedo hacia delante mientras el auto avanzaba lentamente – Contiene piscina pese a que la playa está solo a unos metros en auto

– Ahora entiendo su insistencia – Dije riendo ligeramente.

– Es perfecta – Dijo Jill emocionada. Las chicas bajaron del auto y yo me quede allí sentada, mirando por la ventanilla del copiloto a las chicas correr hacia la casa emocionadas, por el jardín trasero.

– ¿Qué sucede? – Preguntó.

– ¿Sabías de este lugar? – Pregunte.

– No – Me sonrió – Abe me dio un mapa de GPS. Lo revise antes de salir. También fotos de la casa

Me reí sacudiendo la cabeza – Debo tener la familia más loca del mundo

– No. Tienes una familia muy linda que te ama – Me besó en la mejilla.

– Sí. Están mis padres, Lissa, mis amigos y claro tú – Dije sonriendo. Dimitri me sonrió torcido y luego se inclino para besarme. Le correspondí el beso, acariciando su mejilla con mi dedo pulgar.

Amaba tanto la sensación de sus labios junto a los míos, ese calor y la electricidad. La sincronización en el no rompería el beso por nada, pero unos golpes en el capo hicieron que nos separamos rápidamente. Miré enfrente y vi a Christian con una sonrisa divertida, maliciosa.

– Vas a morir, Ozera – Murmuré riendo.

Dimitri soltó una resonante carcajada y luego nos bajamos.

– Hombre, no hay vista más hermosa – Adrian sonriendo mientras colocaba las manos en su espada apoyándolas en la parte inferior, como si estuviera estirándose o relajándose.

Suspire dudando si se refería a las chicas o la casa.

– Al fin llegan – Levante la mirada a la casa y vi a Sydney apoyada contra la pared con una sonrisa de oreja a oreja. Mirándonos divertida, comenzó a acercarse. Usaba una polera blanca, sin mangas y unos shorts cortos.

– ¡Hombre! ¡Esa vista es mucho más hermosa! – Adrian se acerco a ella rápidamente y sin darle tiempo de decir algo la besó en los labios.

– Soy propensa a vomitar – Me queje acercándome a Dimitri que estaba sacando las maletas.

– No se han visto en un par de semanas – Me sonrió tranquilo – No tienes porque ser así

Me reí tomando unas maletas mías y subiendo las escaleras. Escuche a Dimitri avisarle a las chicas que tenían que sacar sus maletas. Llegue a lo que parecía ser un pórtico, pero con más lujos y sonreí. Camine hacia el jardín trasero y sonreí al ver una piscina grande y rectangular, con un pequeño jacuzzi o algo, era una piscina más pequeña con forma de legumbre. Habían dos sillones rodeando la piscina, uno en el costado largo y otro en el costado pequeño. La piscina tenía el agua cristalina, hermosa y un pequeño trampolín, también una escalera. Un poco más al costado había una mesa pintada de blanco redonda con varias sillas alrededor y un quitasol saliendo desde el medio de la mesa, se encontraba cerrado. Mire hacia mi izquierda donde vi dos puertas de cristal para entrar en la casa. En la parte del segundo piso que sobresalía había unas campanas de viento colgando, unas plantas y una luz justo sobre la puerta y otra sobre la piscina.

Entré en la casa y deje caer mi mandíbula en una sonrisa asombrada. La casa por dentro ofrecía lujo total. Era grande, muy grande. Había un escalón a mitad de la habitación, con forma de semicírculo amplio. La cerámica era de color blanco, muy bonita, con cuadros retro en las paredes, algunos discos e incluso cosas de verdadero lujo, caros. El suelo era de una cerámica que contrastaba con el blanco de las paredes. En el semicírculo que se formaba por el escalón a la mitad de la sala, separando el comedor del living, habían tres sillón de media luna, formando casi un círculo, uno de ellos estaba pegado al escalón de espaldas mientras que los otros dos se encontraban a los costados izquierdo y derecho y enfrente de aquellos sofás había un mueble de cristal con un televisor plasma encima. En el centro se encontraba una mesa redonda. En las paredes de la casa había algunos muebles con porta retratos o figurillas de cristal por todos lados. Una estantería de libros.

Subí el escalón y llegue al comedor. Había una mesa bastante grande, donde estaban Abe, mi madre, las hermanas de Dimitri, Sonya y Mikhail. A mi derecha estaba la cocina, la puerta directamente hacia el comedor y a su lado había un mesón grande que daba espacio a una ventana sin vidrio, para poder apoyarse y poder ver adentro. Todas las paredes rodeadas de muebles y en el centro una isla llena de condimentos en una esquina.

– Eh, que bueno que han llegado – Abe me sonrió tranquilo.

– Juro que tienes negocios ilegales – Me reí pasando por una pared, mirando algunos cuadros con fotos de las olas, las cuales, parecían ser sacadas de aquí mismo. Al llegar a una pequeña mesita cargada de fotos, enmarcadas con un porta retratos de un color blanco, precioso, con diseños incrustados de olas y estrellas me detuve. Tome la foto en mis manos mirándola fijamente. ¿Era yo? Parecía que debía ser yo, no tengo un hermano, gracias a Dios. En esa foto lo que más me llamaba la atención era que mi madre aparecía sosteniendo un pequeño bebé, recién nacido, en brazos y Abe estaba a su lado. Ambos con una sonrisa sincera.

– Me pregunto cuando fue que Abe decidió irse – Murmuré volviendo a colocar la foto en la mesa. Me giré a los demás que hablaban emocionados sobre la casa. Miré las escaleras y me dispuse a subir.

Había muchas habitaciones y sobre todo un ventanal, sin balcón, que daba a la playa, al mar. Sonreí corriendo a una habitación cualquiera y entre. Había una cama doble, las paredes pintadas de celeste con diseños de olas pintadas de color blanco. Era extraño, pero parecía ser que un experto hizo el diseño. Había un televisor plasma, una alfombra cubría toda la habitación. Unos muebles, armario, baño propio, ventana con vista al mar. Era perfecta. Lancé la maleta a un lado y me deje caer en la cama. Era cómoda y suave, blanda como para poder saltar un buen rato sobre. Miraba el techo donde vi algo parecido aplique para luz, supongo que lo era. Tenía forma de un cuadrado con ondulaciones en los bordes.

Pasaron unos minutos y Dimitri entró.

– Al fin te encuentro – Se rió.

– Me gusta la habitación – Dije riendo – Y será nuestra por tres meses

Dimitri se rió ligeramente y se sentó al borde de la cama. Mirando el suelo y luego el techo, con una sonrisa.

– ¿Qué? – Me senté apoyada en mi codo derecho, mi cabello caía de un solo lado, por mi hombro derecho y yo tenía la cabeza inclinada hacia tal lado.

– Nada – Me sonrió – Solo pienso que… van a ser tres meses interesantes

– ¿Ah, sí? ¿Cómo? – Sonreí provocándolo. Él se miró, reprimiendo algo, y antes de darme cuenta ya estaba atacando mis labios con los suyos. Coloque una mano en uno de sus hombros y él apoyo ambas manos a mis costados en la cama.

En un beso intenso y apasionado, moría de ganas de terminar lo que habíamos empezado la noche anterior. Aquello que tras un par de besos en la boca y cuello habían terminado debido a mi estúpido trabajo de la universidad. Deslicé una mano por debajo de la camisa de Dimitri, imaginándome solo con el shorts playero y sin camisa. Sí. Iban a ser tres meses interesantes.

Más tarde me senté en el comedor, mirando a Abe intrigada. Según él, tenía unas pequeñas instrucciones antes de irse a la casa que se encontraba al lado. Yo sabía que en esta casa íbamos a estar Lissa, Christian, Adrian, Sydney, Jill, Eddie, Mia, Dimitri y yo; y en la otra iban a estar mis padres, las hermanas de Dimitri, Sonya y Mikahil, dado que era más grande. Por supuesto, habían invitado a la familia de Dimitri por lo tanto iban a quedarse en la otra casa también.

– Dejaré a Dimitri a cargo y espero que tú no lo distraigas – Dijo Abe mirándome serio. Yo me encogí de hombros jugando con un pétalo de una de las flores del jarrón en la mesa.

– No lo prometo – Dije sin mirarlo. Dimitri Se rió.

– Y en cuanto a ustedes – Levante la cabeza, observando como apuntaba a Christian, Eddie y Adrian. Yo levante una ceja confundida, al igual que ellos – Que Dimitri esté a cargo y la niña lo distraiga no significa que puedan hacer lo que quieran

– ¿A dónde quieres llegar? – Bufé.

Abe los miró a los tres, con los ojos entrecerrados – No quiero… embarazos

No pude evitar soltar una carcajada, mientras las parejas se sonrojaron avergonzadas. Miré a Dimitri divertida, él también se reía un poco. Dado que para nosotros aquello era imposible, era divertido ver a los demás avergonzados. Lissa me miró de mala gana, enrojecida por completo. De cierto modo esperaba una advertencia así, pero ella rogaba para que Abe no dijera nada que pudiera avergonzarla y aquello entraba en la lista de cosas que lo harían. Respire hondo dejando de reír y luego lo miré divertida, Abe me apunto con el dedo.

– Si se quema la casa te culpare a ti –

– ¿Por qué? –

– Porque él está a cargo – Apuntó a Dimitri – Y tú eres una peligrosa distracción. Los alimentadores vendrán por la mañana y por la noche. En caso de que quieran, deje unas botellas de sangre almacenadas en la despensa, también tienen comida suficiente para todo el mes, hay carbón en caso de una parrilla y en el baño, en este piso, hay un botiquín de emergencia en caso de accidentes. Yo preferiría que lo usaran antes que su magia – Miro a Adrian y Lissa – A menos que sea grave – Ambos asintieron. Abe pensó y luego me miró – No destruyas mi casa playera, ¿sí?

– Bien – Me encogí de hombros, revisando el Wi-Fi en mi celular. Era de calidad – Genial… ¿tenemos cable, verdad?

– Con el wi-fi basta – Dijo Abe despreocupado – Hay películas

– Oye, ¿quién necesita wi-fi y películas en una playa? Además tenemos los libros – Dijo Lissa sonriendo.

Rodé los ojos no tan emocionada por aquello, pero tranquila por el wi-fi. Dimitri se rió.

– No me apetece leer mi vida en un libro, además es mi vida, sé lo que va a pasar antes de que terminen la frase – Me quejé. Miré a Abe – ¿Dijiste que tenías una moto de agua?

Abe se rió y saco un juego de llaves, lanzándomelas en la mano – La casa, una copia del auto y la moto de agua

– Estupendo – Dije apretándola con fuerza. Me puse en pie y luego miré a Dimitri divertida. Él me sacudió la cabeza.

– Pero leeríamos el libro primero – Lissa me detuvo antes de salir a buscar la moto. Me mordí el labio inferior.

– Sí, es cierto – Baje la mirada y luego sonreí – Nos vemos

– Rose – Dijo ella – Por favor…

– Uhg bien – Dije de mala gana. Busque con la mirada algún lugar y opte por el sofá – Podemos acomodarnos en el sofá

– Algo de comida nos vendría bien – Dijo Christian – Esperemos al anochecer, haremos una parrillada y leeremos el libro

– Buena idea – Dije sonriendo – Aún falta al menos una hora

Y así transcurrió el resto de la hora. Los chicos estaban encargándose de la parrillada mientras las chicas estaban con ellos. ¿Y yo? Yo estaba frente a Abe escuchándolo hablar sobre quien sabe que, porque honestamente no lo estaba escuchando. Él se notaba lleno de vehemencia, sea lo que sea de lo que hablaba parecía ser importante, pero no se daba cuenta de que yo no le estaba prestando atención.

Recargue mi mejilla en mi la palma de la mano buscando algo en mi campo visual con que entretenerme. La vista en si no era mala, la playa hermosa, el cielo nocturno y por supuesto mis amigos jugando en la piscina, sin embargo la vista tenía un problema… aburrida.

– ¿Me estás escuchando? – Volteé a Abe rápidamente. Parpadeé y sacudí la cabeza, entonces él suspiro – Eso pensé

– Lo siento – Me disculpe despreocupada. Me moví a los sofás sentándome en uno de ellos mirando al televisión.

– ¿Sabes una cosa niña? – Abe se acercó – Sera divertido saber que más piensas

– Esos libros me van a destruir – Gemí.

El aroma a comida se deslizo ligeramente por mi nariz provocando que todos mis sentidos se activaran. Sonreí de oreja a oreja mirando un plato de comida en las manos de Dimitri mientras se acercaba a mí. Me entregó el plato y todos los demás se acercaron con una sonrisa. Lissa tomo el libro, mirando a alguien y se lo entregó a Abe, él sonrió.

– ¿Qué es peor que todo el mundo pueda leer esos libros y conocer mis más oscuros pensamientos? – Me quejé.

– Que Lissa le haya entregado los dos primeros libro a la familia de tu novio – Respondió Christian con una sonrisa maliciosa. Mire a Lissa sorprendida, ella se encogió nerviosa.

– Genial – Dije con sarcasmo.

– Bien. Yo leeré solo el resumen – Dijo Abe tranquilo.

– ¿Por qué? – Me queje.

Dimitri sonrió susurrando algo en ruso.

– ¿Listos? – Preguntó Abe sonriendo.

– Listos – Dijo Lissa emocionada.

Al abrir el libro pude ver el brillo que salió junto el primer libro, la sensación de paz era evidente en todos. No lo podía ver, pero sabía que las letras se escribían sola de pies a cabeza en cada página del libro. Abe sonrió y luego dijo:

Shadow Kisses.

– Un titulo interesante tratándose de ti – Dijo Adrian riendo.

La primera ha llegado a la academia St. Vladimir, y a Rose Hathaway le queda muy poco para graduarse.

– Ahí se fue mi oportunidad de que el libro no estuviera desde mi punto de vista – Me mortifique.

Todos se rieron.

Desde que se cobró las primeras vidas de Strigois, Rose no se ha sentido demasiado bien,

– Oh diablos – Supuse que se refería al tema de los fantasmas. Pero por lo visto fui la única que lo notó.

de hecho repentinamente le dan cambios de humor y en algunas ocasiones tiene el impulso de lastimar personas.

– Ese es el efecto de la oscuridad, ¿no? – Preguntó Lissa temerosa.

– Sí, eso creo – Dije asintiendo.

Ha estado tiendo sombríos pensamientos,

– ¿Es que acaso nunca los tienes? – Preguntó Adrian divertido.

– No – Dije.

se comporta de forma errática,

– Tú siempre te comportas así – Dijo Lissa.

– Claro que no – Sacudí la cabeza.

– Oh, esto no me gusta – Dijo Abe mirando el libro.

– ¿Qué? – Pregunté intrigada.

y, lo peor de todo… podría estar viendo fantasmas.

Hubo un silencio en la habitación. Yo desvié la mirada recordando a los fantasmas. Dimitri se aclaró la garganta.

– Por favor – Dijo Adrian con un tono burlón – ¿Realmente es enserio?

Respiré hondo. Luego sonreí.

– Sí –

Mientras Rose pone en duda su propia cordura,

– ¿Alguna vez pensaste que estabas loca, enserio? – Lissa me miró sorprendida.

– Ustedes lo pensaron – Los apunte – Y técnicamente yo comencé a creérmelo cuando me mandaron al psicólogo

– ¿Fuiste al psicólogo? – Sydney me miró divertida.

– No te burles que no fue divertido. Yo sabía que eran reales – Dije suavemente.

– Lo siento – Asintió ella. Miramos a Abe para que siguiera.

nueva complicaciones se presenta,

– ¿Cómo…? – Intento averiguar Jill.

Lissa ha comenzado a experimentar con la magia una vez más,

– Oh – Dijo Lissa.

su enemigo Victor Dashkov podría ser puesto en libertad,

– ¿No fue después de la graduación que lo liberamos? – Preguntó Eddie.

– Creo que se refiere al juicio – Dijo Lissa pensativa.

Asentí – Sí, yo también lo creo

y la relación prohibida entre Rose y Dimitri comienzan a calentarse de nuevo.

– Oh Dios – Gemí pasando una mano por mi rostro.

– Creo que será mi libro favorito – Dijo Lissa sonriendo.

– Y quizá yo lo odie. Se supone que son momentos íntimos entre nosotros, no para todos ustedes – Me quejé. Dimitri no dijo nada y me di cuenta que era por Abe y mi madre que no lo hacía. Sonreí internamente.

Pero cuando una amenaza mortal que nadie ve venir cambia todo su mundo,

– Oh eso no suena bien – Dijo Christian sacudiendo la cabeza.

– ¿Te parece? – Pregunté levantando una ceja.

Sonrió.

Rose debe arriesgar su propia vida…

– Genial – Lissa gimió –Dime cuando no arriesgas tu vida por la de los demás

– ¿Ahora? – Levante una ceja.

– Hablo enserio, Rose – Ella suspiró. Me encogí de hombros.

y elegir entre las dos personas que más quiere.

Sentí algo hacer click en mi cabeza. Solo podía haber un solo momento, la primera vez, que tuve que elegir entre dos personas que amaba, ese maldito momento que se repetía en mi cabeza siempre.

– Oh no – Lissa parecía darse cuenta, ¿y cómo no hacerlo si fue ella la que me hizo elegir?

– Mierda – Murmuré con la respiración agitada de pronto. Todos me miraron confundidos, pues no sabían de que trataban y Lissa me miro culpable.

– Lo siento – Murmuró.

Sacudí al cabeza sonriendo – No te preocupes. Bien, ¿quién comienza?

Todos se miraron entre sí y luego a mí.

– Tú – Dijeron al unísono.

Continuara…


¡Y aquí el primer capítulo de SK! que no es más que la sinopsis, como sea. Bueno, damas y caballeros y damas, wow suena divertido así: damas y caballeros y damas, damas y caballeros y damas. Me salgo del tema. Bueno mis lectores espero que les haya gustado el final de FB pero es hora de iniciar con un nuevo libro, un nuevo amanecer y un nuevo ambiente y por si no lo han notado "un nuevo amanecer" está fuera de lugar jiji. Lo siento, creo que algo me bebí, quizá mi té tenía algo raro.

Como sea, como sabrás o habrás adivinado, en los primeros capítulos no respondo comentarios, pero los leo en el otro fics y sepan que me encanta recibirlos, me hace sentir muy bien y gracias a todos por las cosas maravillosas que dijeron, me hicieron la mañana más divertida. Y ya que conocen la nueva rutina, no hace falta repetirles, pero lo haré: próxima actualización sábado 31 de mayo, final de mes!

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Se despide Lira12 (L)