Hola.¿Tiempo no?. Si, queria actualizar esta historia así que vamos a ello. Feliz lectura para quien haya decidido entrar :^]

Festival

Cálidos vientos soplaban desde el norte en el Valle de Paz, las hojas de los árboles caían y sus frutos por igual adornando con sus diferente aromas. Así pues Tigresa estaba sentada meditando en el patio de entrenamientos tras salir de su habitación.

—¿Qué haces aquí? —preguntó a sus espaldas el grandullón panda, quien vestía sus mejores pantalones y unos brazales cafés en sus antebrazos. — la sombra del árbol del patio, ayudada por la obscuridad de la ahora noche no dejaba ver bien a la felina, más que su cola jugando con una hoja de éste. —¿estás bien?

—Debería preguntar lo mismo ¿No?. ¿Que haces aquí y no en el valle?

—Yo...

—Shifu mando a buscarme. Víbora insinuó donde estaría. Los chicos dijeron que vinieras. —dijo dando opciones.

—No. —dijo tajante, hizo que Tigresa volteara y dejara ver su mirada Ámbar en las sombras. —Llevo un rato buscándote, para ir juntos al Festival. —Vuelve su mirada al frente Tigresa. —Se que arruino los momentos sobretodo en los que debo ser tu amigo.

—¿Por qué debes ser el único en decir eso? —dijo con una voz más apagada.

—Yo... Quería disculparme. Desde aquel día... La verdad si he estado con un recentimiento hacia ti, que debo dejar.

—El pelo de tu espalda...

—¡Ya creció!

—Po yo estoy confusa sobre muchas cosas, desde ese día. —dijo apretando los puños.

—Lo sé. Yo si lo tengo claro... El otro lo vi claro en nuestra... Amm...

—¿Cita? Drogada con bambú...—Po toma aire y exhala)

—Si. Comprendo que los efectos del bambú son dañinos...

—Po...

—Um.. —trago grueso parando de hablar.

—Meditando me di cuenta que lo que dije ese día no era del todo provocado por el bambú... — se pone de pie

—No tienes que decir nada. —dijo agitando las manos.

—Idiota. —Po se pone serio —...Si lo lo digo nunca tendré Paz, paz interior...

—Yo...

—Si... Me-me gus... Me gustas. —Ella sale de entre las sombras. Vestía un pantalón negro y con el un fino y nuevo traje de mangas largas, dorado adornado por hojas y una gran flor de loto hasta su pecho. Po se sintió intimidado por el cambio y abrió los ojos de par en par.

—Tigresa... — ella cierra los ojos con fuerza, no podía verle a los ojos de lo apenada que se sentía.

—Está vez lo digo en serio. No lo digo por lástima. No lo digo por culpa. Mi corazón lo dijo por mi. — al decirlo sintió de nuevo sus brazos rodearla con fuerza.

—Se suponía que debía decirlo yo. También medite y sólo negaba lo que de verdad quería. Eras tú, también me gustas, es un sentimiento que se forjó con los años de conocerte — dijo separandola y tomándola de los hombros mientras la miraba a los ojos, cristalinos de una guerrera fuerte, pero temerosa del momento. —Perdón por actuar como un idiota contigo por un simple tropiezo.

—Yo debería pedir perdón por no ser sincera... — toma sus brazos y los quita de sus hombros hacia su espalda para caer de nuevo en un abrazo, esta vez dado por ella.

—¿Qué hay del festival? — pregunta suave mientras huele su perfume en aquel abrazo.

—Estoy teniendo mi festival en este momento. — en eso el cielo y ellos son alumbrados por los juegos artificiales, que dan comienzo al festival. Lo abraza con más fuerza, el hace lo mismo.

Tras ello se fueron abrazos de hombros hasta las puertas del palacio y se sentaron en la primera grada de éste para ver las estrellas y el valle iluminado.

—Hasta el Maestro Shifu esta en el festival — dijo la felina sonriendo.

—Si, se ha hecho menos gruñón. —ambos ríen.

—¿Qué pensaría si se diera cuenta de esto? —pregunta al aire.

—¿Qué cosa? — ella ruborizada le toma la mano y la entrelaza; pasándole el rubor al panda. Seguido la levanta y lo ve con una sonría a los ojos.

Acto seguido Po cierra los ojos y se acerca estirando los labio acercándose más.

—¡No¡, ¡No!, ¡No!, ¡No! — dijo rápidamente apenada. Po se aparta avergonzado volteando a otro lado. —No estoy preparada para eso... No para hacerlo de verdad. —dijo respirando agitadamente.

—Lo-lo siento... Me deje llevar — un fuego artificial los alumbra. Exhala — supongo que tomarse de las manos es sufiente para empezar... — dijo viendo que tras ello, ella no se había soltado.

—Si. No quiero apresurar las cosas y arruinarlo de nuevo. —Po la ve.

—Tu no has arruinado nada. Yo si, muchas veces. —ella entendía que si le contradecía, sería un ciclo. Así que llevo un mano y le tapo la boca.

—No. Ambos lo hemos arruinado. — dijo recostandose finalmente en su hombro sin soltar su mano. Nuevamente un fuego artificial los alumbra. —Sabes, en años por fin siento algo en mis manos... —Po la ve sorprendido, su sensibilidad... — es algo agradable.

—Me agrada esta Tigresa —dijo temiendo algún regaño.

—A mi también. ¿Y si nos quedamos con ella? — dijo temiendo por no ser graciosa. Para sorpresa Po rió.

—Como seas no importa, con tal seas tu misma y no cambies yo lo agradeceré. Así como ser elegido por ti — la voltea a ver con una sonrisa.

—Tu igual. Te mato si cambias, panzón — dijo levantandose y ponsandose frente a él agarrando sus cachetes — Lo digo de cariño.

—Lo.. che... — dijo forzado. Lo suelta — te vez hermosa. Me gusta como te ves así.

—¿Antes no? — dijo con las manos en la cadera con una sonrisa.

— ¡Claro!. Me sorprendí verte así lo digo de verdad.

— Pues así me vestiré más seguido. — dijo

—Oye no tienes que vestirte así solo porque dije eso.

—No, bobo. Era un secreto, pero... — dijo, luego le toma ambas manos — Shifu hace unos meses me reconoció, junto a los demás, oficialmente como la líder de los cinco furiosos...

—Creí que ya lo eras... —Tigresa alza una ceja sonriente — Espera, ¿Y porque no me di cuenta de eso?, soy el Guerrero Dragón.

—Tu serás algo más importante según Shifu... Se supone no debía contarte.

—Que miedo.

—Tranquilo, lo que sea yo estaré ahí para apoyarte. — dijo sonriendo.

—Lo sé, Tigresa. ¿Y entonces, porque el cambio de vestimenta?

—Representa el cierre de un ciclo para mi. Es una costumbre. Siendo principiante en Kung Fu, me vestía distinto...

—Recuerdo eso...

—¿Enserio?, fue antes de conocerte.

—Jajahh... Olvídalo —dijo entre risas.

—Aahhh... Cuando encontré mi propio estilo de kung fu, cambie de vestimenta también, mi antiguo chaleco rojo. —Dijo ayudándolo a pararse.

—Tantos años con ese chaleco jejeje... Fue una etapa larga — dijo tomando sus manos y empezando a dar vueltas en círculo.

—Si, y hoy da comienzo a otra. —lo abraza sin dejar de moverse —Una donde estarás tú, estoy segura. —Po la abraza fuerte.

—Debo hacer eso también, es una gran idea. —Tigresa ríe y sonríe. Tener a alguien en quien confiar más que en ella misma la hacía sentir bien. — Y así será...

—No me gustaría que te pusieras un chaleco —dijo apartándose mientras le sonríe.

—Me dejaré esto —dijo señalando los brazales de "cuero vegetal" en sus antebrazos.

—Te hace ver rudo y tiene su atractivo — le dijo viéndole mejor.

—Será para recordarte, este día y lo nuestro — Tigresa respiró, apartando toda duda de su mente le creyó.

—Más te vale. Quisiera tener algo para recordar este día también, para simbolizarlo.

—¿Qué tal un collar?

—Me lo podrían arrebatar en alguna pelea. No quiero matar por el — dijo. Po se rio de nuevo.

—Me encantas... Ya sé, ¡un anillo!

—¿Enserio me darás un anillo? — dijo cruzada de brazos sonriente. —Con lo que representa que una chica tenga puesto uno y dado por un chico — se le acerca cada vez más —¿Qué insinúas Panda? — dijo divertida. Se sonroja él.

—Mejor no, cierto, cierto. Jejeje.. — ella sonríe.

—Ya me estaba alegrando. Al parecer no quedaré sola, como dije en el pasado.

—¡Ya sé que darte! — dijo el panda chocando el puño con la palma. — debemos ir a mi casa en el valle.

—¿Al valle?, Yo...

—¿Qué pasa?

—No veran... — dijo sin pensar.

—Oye, si no nos tomamos de las manos nadie pensara nada, ya están acostumbrados a vernos.

—Cierto. Que tonta.

—De nuevo con eso — la toma de la mano y empiezan a bajar las largas escaleras.

A medida bajaban el bullicio de la gente en el festival se hacía más fuerte. Música por doquier, los niños corriendo el olor a comida, risas, luces, adornos.

—¿Segura? — dijo Po casi por terminar de bajar las escaleras. Ella asiente, seguido le suelta la mano y siguen caminando, muy juntos pero siguen.

Po no tardó en llenarse de los abrazos de niños y saludos. Tigresa de reverencias y saludos. Tenía fama de no abrazar y aún así tenía las ganas de hacerlo. ¿Que le había hecho Po?, cruzaba por su cabeza.

—¡Po, Tigresa! ¡Me alegra verlos aquí!, ¿Dónde estaban? — dijo Mono pasando en zancos de bambú entre la gente.

—Hola Mono. — responde Po.

—¡Tigresa! — chilla Víbora aproximándose, tenia la cara y cuerpo pintado de decoraciones rojas, la seguían niños y otras viboritas — me alegra tanto que estés aquí, creí que no vendrias.

—A mi también Víbora — responde.

—Teníamos como 3 días de no verte. Por cierto hermoso atuendo.

—Gracias. Eres la segunda que lo dice. — dice feliz.

—Uh, ya imagino quien fue el primero — le guiña el ojo —Ups me tengo que ir chicos. Po, gracias —Ella le hace una reverencia — y sigue su camino con los niños.

—Creo que ella lo descubrirá algún día. — dijo intranquilo Po.

—¿Y lo dudas? — le sonríe, para empujarlo a seguir. En su camino se topan con Mantis, quien hacia un acto de rapidez-audacia con fuego y flechas para el público. Los saluda y reverencia en el aire.

—Ooohh ¿Viste eso?, que BÁRBARO. — dijo caminando. — ¡Mira! — señala a Grulla quien vestía una túnica azulada marino y vailaba con unas grullas, partidarias de los eventos. Tigresa le toma la quijada para que volteara a ver al lado quien se acercaba a él dando vueltas siguiendo la danza. —¡ooOOOOHH la Maestra Mei Ling! — Tigresa sonrie.

—Parece que no fuimos los únicos con la iniciativa, Po — le dice al verlos bailar juntos. Lo sigue empujando.

Llegando al restaurante, Tigresa paró de empujarlo al ver al Maestro Shifu parado en su bastón, saludando a las personas.

—Maestro Shifu. — saludó Po un poco nervioso. Este hace reverencia.

—Guerrero Dragón, Po.

—¿Por qué todos me reverencian hoy?

—Por respeto, Po. — responde el panda rojo.

—Pero no es necesario.

—Todos lo sabemos — ve a Tigresa a sus espaldas. — Tigresa — hace reverencia igual.

—Maestro. — Saluda con puño en palma — Tampoco lo veo necesario.

—Veo que han aprendido el uno del otro. Eso es algo bueno. – ambos se ven de reojo y se separan un poco más. —Espero que esta noche sus planes sean fructíferos. No habrá entrenamiento estos tres días venideros; partiré al valle cercano a visitar a los maestros del Palacio del Viento.

Ambos reverencian y siguen su camino al restaurante.

—¿Crees que lo sepa?, si estábamos un poco cerca. — dice el panda

—No se, espero que no se haya dado cuenta. Pero solo nos hemos tomado de las manos... — dijo viéndose la palma.

—Jajajahh... No te preocupes, no se darán cuenta. — dijo confiado — No de momento.. — susurró.

—¿De que cosa Po? — dijo una voz tierna a sus espaldas, Tigresa voltea rápido, era la lince.

—¡Sir!. No, de nada; ya sabes yo diciendo tonterías jejejehhh.. —Tigresa lo ve. —Oye siento lo del otro... — Tigresa lo interrumpe interponiendose entre él y ella.

—No. Yo lo siento; Po me contó sobre tu imprevisto, por mi culpa te falló... Perdón.

—Ella debe ser la chica que te gusta ¿verdad? — responde tras una reverencia. Po abre de par en par los ojos.

—jejeje yo...

—Si, lo soy — dijo con cierto aire de autoridad.

—Ya veo. Perdón, no quería entrometerme en su cita. Lo siento...

—No, no te disculpes — dijo Po sonriendole —¿Puedes guardar nuestro secreto? — Sir le guiña el ojo a ambos y hay el gesto de cerrar la boca.

—Si necesitan algo nu duden en buscarme, Po y Tigresa. — la lince se despide y se marcha. Tigresa suspira y agacha la cabeza.

—¿Que pasa? — pregunta Po.

—Espero no se lo haya tomado mal, panzón.

—¿Sir?, No creo, ella es muy tímida y todo pero no se toma a mal casi nada. No te preocupes.

—No puedo creer que a ella le haya tenido celos —dijo llevándose la mano a la cara.

—Ah que tierna, rayitas. Entremos.

—Espera, ¿rayitas? —dijo siguiéndolo.

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—¡Po! — dijeron algunos comensales saludanlo, hasta llegar a la barra de pedidos y entrar en el restaurante. Tigresa cierra la puerta apoyándose en ella.

—Po, hijo. Me alegra que hayas venido.. — ve a Tigresa apoyanda en la puerta — y has traído a Tigresa eso es nuevo.

—Hola señor Ping. — le sonríe.

— Vaya hoy se ven diferentes. Han cambiado desde la última vez que los vi juntos.

—Solo es la ropa Papa.

— Ummm... — los examina — No, no les creo, algo más pasó. Tigresa no entra así como así a la cocina, jamás — ella para en seco y se pone firme, era cierto.

—Paaaa... — reclama Po. — 'la pones nerviosa' — le susurra alejándose un poco. Mientras Tigresa miraba hacia todas partes.

—Oh si, si... ¿Que vienen a comer?, la casa invita. — dijo el ganzo.

— venía a traer algo de mi habitación.

—Ah, ¿la bodega?

—Papá... — dijo antes de subir a su habitación.

—Jojojohh lo siento Tigresa.

—Descuide Señor Ping.

—Sería mejor suegro.

—Pienso que muy pron... ¿QUE?, NO —se apresuró.

—jmjmjm.. No deberías estar conmigo, con él. Sube — señala las escaleras. Tigresa traga grueso y sube.

Ella abre la puerta, una habitación pequeña, más aún que las del palacio. Po estaba sentado en la cama y en su mano tenía una cinta. Se pone de pie y da un golpe de mano al aire, dejando la cinta frente a ella.

—Con esto recordaremos este día. Era mía, de joven cuando mi amor por el kung fu venía naciendo. Soñaba en ser el mejor guerrero de kung fu y eso tras verte a ti peleando junto a los chicos. Tu eres kung fu, gracias a ti no sería lo que soy ahora — ve al suelo. El corazón de Tigresa latia rápido. — Y ahora que lo soy, como lo es el kung fu —levanta la mirada — tu eres parte de mi vida ahora, Tigresa.

Ella se le acerca tomando su mano junto a la cinta, acercándose aún más hasta pegarse a él. Lo besa. Duró lo que tenía que durar, infinitos segundos.

—Yo también te amo — dijo la felina con ojos de cristal con su otra mano en su mejilla. Seguido se recuesta en su pecho. — debes tener hambre. Quiero una sopa de fideos...

— Si — respondió el panda para luego bajar a pedir comida.

Weno Bai, en otra ocasión veremos más sobre panzón y rayitas 6u9 LoL. Gracias por leer