Nuevamente tomando prestados los personajes de Naoko Takeuchi, la historia es mia. Espero te guste.

Breviario cultural: Taiyou es oceano en japones :)

Resumen: UA. Las sirenas y tritones, desde hace cientos de años, se esconden de los humanos, la única vez que se arriesgan de ser vistos, es cuando se van lejos de su territorio, para su rito más sagrado: Reproducirse.

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Tritón.

El perfecto pecho de Seiya, era iluminado, por los rayos de la luna, entraban por el orificio del techo de roca, su abdomen bien formado, se acentuaba por la humedad en su piel, el agua lo cubría de la cintura para abajo, sus brazos torneados sostenían todo su peso, en la orilla de piedra blanca, alzo su barbilla y miro a su amiga de todas las noches, tan blanca y redonda como una perla, sus ojos azules brillaron y una sonrisa se instalo en su boca.

Pero su relajación fue cortada, por el agua que le aventó su hermano mayor en la cara, quien emergió del agua.

—¡Taiki!

—No sé porque te gusta este lugar.

—Ni yo, pero me agrada mucho, ¿Qué haces aquí?

—Nuestros padres me enviaron a buscarte, para darte las enseñanzas finales.

—Pero si me las sé de memoria, desde que tenía ocho años las he escuchado.

—Pues están nerviosos, por ti y el grupo tan peculiar que irá contigo.

—No creo que por todo el grupo, supongo que están preocupados por que irán conmigo Mina y Yaten, no se cual es el problema, en primera tu iras con nosotros, en segunda accedí a su capricho, mi pareja será Kakkyu.

La enorme cola purpura de Seiya se agito en el agua, salpicando un poco a Taiki.

—No te hagas el difícil, vamos ya, además tenemos que dormir bien, partimos en la madrugada.

Seiya chasqueo la lengua, pero tenía que obedecer, se sumergió en las profundidades del océano, junto con Taiki, nadaron un buen rato, hasta llegar a la entrada de una caverna, varios peces de colores, pasaron a su lado, al salir de la cueva entraron a una enorme cámara, hecha de cristal, en el centro de esta había un castillo, nadaron hacia la entrada principal, era custodiada por dos tritones, como ellos, les hicieron una reverencia cuando pasaron, era de rigor, pues ambos eran los príncipes del océano.

Los reyes los recibieron con una sonrisa, pero no estaban solos, una docena de jóvenes, los acompañaban, entre ellos Kakkyu se alegro mucho al ver a Seiya, nado hasta él, lo tomo del brazo.

—Está de más repetir todo — anunció el rey Mamoru, desde su trono, su cola era purpura como la de Seiya — pero para que no haya ninguna duda, repetiré las reglas más importantes: solo está permitido emerger en las islas indicadas en el mapa, la estancia máxima en el lugar es de tres días.

—Pórtense bien— dijo la reina Reiko, su mirada se dirigió a su hijo menor, Seiya solo rodo los ojos.

En la madrugada del día siguiente partieron, todo el reino los despidió, Ami la esposa de Taiki no los acompaño, pues aún cuidaba su primer hijo, concebido el año anterior.

Durante el viaje, las sirenas, amigas de Kakkyu, exclamaron su envidia, por tener como pareja al príncipe Seiya, el tritón más hermoso del océano.

—¿Por qué no nadas con ellas?— pregunto Yaten a Mina.

—No nos llevamos bien, desgraciadamente, Ami no vino, ella si me comprende.

—O más bien es la única que te soporta.

—No me digas esas cosas, o no me portare bien contigo.

Yaten se ruborizo.

Atravesaron un banco de peces plateados, y se cruzaron en el camino de unas tortugas, Seiya abrazo a una. Kakkyu vio la escena un poco molesta, a pesar de ser considerada la sirena más bella del reino, Seiya nunca la había abrazado.

—Pero en unas horas eso cambiara— pensó con una gran sonrisa.

Mina se asusto al escuchar un gran estruendo, en la superficie había una gran tormenta, todo nadaron hacia el fondo, después de un rato, las aguas volvieron a calmarse.

Taiki llevaba un mapa dibujado en una enorme concha, sonrió al percatarse de que habían llegado, todos emergieron del agua, el sol estaba en su máximo punto, Seiya fue el primero en avanzar.

Eran tres islas, podían escoger la que quisieran para el rito, no tenían que estar juntos para llevarlo a cabo.

Para los humanos ese lugar era conocido como Triangulo del diablo, por considerarlo peligroso, y estaba situado muy cerca de Tokio.

Seiya fue el primero en correr por la playa, vestía una especie de bermuda, tejida con algas marinas, igual todos los demás. Como estaban hambrientos, por el largo viaje, Taiki propuso, que las mujeres buscaran frutos en la isla y los hombres, inspeccionarían la zona, Seiya se fue rápidamente con Yaten, y Mina se las ingenio para ir con ellos.

—Me gustaría escaparme— dijo Seiya.

Mina le sonrió y Yaten arqueo la ceja.

—No te asustes— le dijo al peli plateado— solo, vamos a otra isla, será una travesura.

Mina convenció a Yaten y se volvieron a sumergir en el agua, durante su viaje se toparon con muchos pedazos de metal, eran restos de una embarcación, al cabo de un rato salieron a otra playa. Pero lo que encontraron ahí, no fue nada divertido, había dos cuerpos en descomposición llenos de gusanos, Mina apretó el brazo de Yaten, asustada.

—Humanos— dijo Seiya— debieron adentrarse demasiado en la zona, como siempre todos habrán muerto.

—A lo mejor no— comento Mina.

Señalo unas pequeñas pisadas en la arena, que se adentraban en la jungla, las siguieron no muy convencidos, después de un rato, Yaten tomo el brazo de Seiya.

—Me siento deshidratado, tambien Mina, mejor volvamos.

—Ustedes vuelvan, yo seguiré un poco más.

—Seiya.

—Lo prometo.

Lo dejaron solo, al cabo de un rato, Seiya escucho que alguien lloraba, su sorpresa fue enorme al ver a un humano, en una fosa, estaba completamente cubierto de lodo, sus miradas se cruzaron, lo que le impacto, fueron esos ojos azules.

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Comentario.

Para comenzar la celebración del cumple de Usagi, le voy a regalar a un Tritón, de coleta azabache

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Escribir es mi placer, anhelo se convierta en mi virtud.

EstrellaBlanca