Hola chicos, aquí les traigo la tercera y última parte de la serie de capítulos de relleno "Alma afligida", espero que la disfruten. Perdón por tomarme todo este tiempo extra antes de subirlo, pero es que también tenía escuela ¿saben?

Como sea, me parece algo terrible decirlo, pero este el último capítulo que ya tenía completo, así que no puedo asegurar cuándo saldrá el siguiente (No como que eso sea una novedad, como todos bien sabemos); espero no tardar un tiempo exagerado, pero ya me conocen, saben que existe la posibilidad de que no oigan de mí en un buen rato.

Okey pues...¿los comentarios?

fanatico z (En el capítulo 30): Creo que, si no me falla la memoria, ya te hice mi comentario sobre lo que dijiste, z y quiero agradecerte por haberle respondido…aunque te tardaste un poco…¿Y tenemos derecho a hacer comentarios respecto a puntualidad, porque?

fanatico z: Pues claro que fue un sueño ¿por qué lo dudas? Honestamente me daría algo de miedo si mis lectores a estas alturas aún no comprendieran que narraciones en cursiva son o recuerdos o sueños. Pero fiu, al menos sí comprendiste...De veras que poca fe tienes en los demás a veces, Heart; nadie podría estar tan despistado como para pensar que los últimos eventos del sueño fueron reales.

Leonard kenway: (Con el ojo cuadrado) Ok...retiro lo dicho.

SantoryuSekai: Gracias. Am...por curiosidad ¿de dónde eres? Porque la primera expresión no la conozco para nada jeje.

JuaXen Said 27: (Confundido) Eh?...A mí no me mires, no tengo idea de qué habla.

Kbm: Todo ese sueño, desde el inicio hasta la parte donde están a punto de desgarrarle la ropa, pasó en la vida real. El final del sueño original, y por ende del recuerdo, lo puedes ver en el capítulo "Revelaciones repentinas"


Capítulo treinta y dos: Alma afligida - Parte III (Tlanextly II)


Tlanextly abrió sus ojos con algo de pesadez y fue recibida por la negrura de la noche; la cual no era tan notoria para ella gracias a su visión nocturna. Un quejido de fastidio emanó de sus labios al darse cuenta de que su pesadilla, que por un corto tiempo se había convertido en un bellísimo sueño, le había sido arrebatado tan abruptamente. "Déjame ver si entiendo; ¿cuando me están torturando me es imposible volver a la realidad, pero justo cuando las cosas se están poniendo buenas, cuando me siento feliz y reconfortada, mi cerebro considera que es el momento oportuno para que despierte?...¡¿Es acaso un maldito chiste?!" Se quejó dentro de su mente, sumergiendo su rostro en el suave material donde su cabeza reposaba. A la felina le pareció un tanto extraño percatarse de aquello, pues ella recordaba que había estado usando el equipaje como almohadas y estaba muy segura de que no eran así de esponjosas y cómodas cuando se fue a dormir; tampoco le parecía correcto que la superficie fuera tan "¿Peluda?"

El corazón de Tlanextly comenzó a latir a gran velocidad de la emoción al darse cuenta de golpe sobre en qué estaba recostada y tomo un gran respiro de la tan atesorada superficie, deseando llenarse los pulmones con el aroma de un cierto oso.

El resultado que obtuvo sólo fue una mínima fracción de lo gratificante que ella esperaba que sería; aunque era cierto que la esencia de su guerrero de blanco y negro estaba ahí, también había otro tipo de olor contaminándolo; un olor que le provocaba arrugar su nariz hipersensible con una mueca de repulsión mientras que su pelaje se erizaba de manera inconsciente e inmediata cuando su instinto reconoció el aroma que por naturaleza debía dar motivos para huir.

Era el olor de la sangre...y realmente era de Po.

Sintiendo pánico formándose en su estómago, la princesa foránea obligó a los brazos del panda, de los cuales no se había percatado de que habían estado envueltos alrededor de su cuerpo protectoramente hasta que intentó moverse, a soltarla y rápidamente se sentó completamente erecta para revisar el cuerpo de su macho durmiente en busca de heridas. Apenas pasó un segundo antes de que la felina localizara los vendajes empapados de sangre que estaban enrollados torpemente alrededor de su cara, causando que llevara una de sus patas a su hocico para bloquear un ahogado chillido de horror. Antes de que Tlanextly pudiera preguntarse qué chinchillas le había pasado a Po, un potente remanente de la esencia del líquido carmesí asaltó su poderoso sentido del olfato directamente y por auto-reflejo apartó su nariz de la fuente a manera brusca con una expresión nauseabunda.

"Ay dioses todopoderosos de la creación...por favor díganme que me equivoco" Pensó ella; obteniendo una mirada mortificada al caer en cuenta de la terrible verdad sin despegar sus ojos de su propia pata. La felina exótica reveló sus afiladas garras y temerosamente acercó su naricita rosada a ellas, cerrando los ojos con fuerza mientras que recitaba una plegaria rápida dentro de su cabeza antes de inhalar un poco de aire. Si la felina había sentido que su estómago se retorcía en nudos en el pasado, la posibilidad de que esta vez fuera la peor de todas sería tan grande como el Popocateptl; su reacción fue tan grande que sintió ganas de vomitar por un segundo ante el terrible hedor que invadió su súper sentido del olfato.

La afligida hembra apretó sus párpados todavía más e hizo un enorme esfuerzo para intentar apaciguar la tormenta de emociones que se estaba desatando en su cabeza aunque sea un poco; una vez que logró entrar a un nivel decente de calma, Tlanextly permitió que sus párpados desvelaran a sus bellas gemas y enfocó su consternada mirada en el rostro de su futura pareja.

"Por favor que no sea muy serio, por favor que no sea muy serio, por favor que no sea muy serio, por favor que no sea muy serio, por favor que no sea muy serio, por favor que no sea muy serio, por favor que no sea muy serio"

La princesa siguió recitando ese mantra dentro de su mente durante todo el tiempo que sus temblorosas patas se encargaban de remover el vendaje del rostro de Po; la verdad era que ella sabía que la herida no podía ser precisamente ligera si la cantidad de sangre seca en el material médico le servía de indicador, pero de todas maneras que mantener la esperanza...de que no hubiera lastimado a su primer prospecto a pareja de gravedad. La angustia estrujándole el corazón hizo que la simple tarea de desenrollar las vendas se sintiera eterna para la chica felina, aun y si sólo le tomó un minuto llevarla a cabo, y una exhalación irregular escapó de sus labios cuando se vio forzada a retener las ganas de comenzar a llorar ante la imagen que le fue desvelada. (Por los dioses) Murmuró una horrorizada Tlanextly, ojos aumentando de tamaño debido al pánico al mismo tiempo que su agarre sobre el equipo médico desaparecía por completo, causando que este acabara asentado en el cuerpo del panda durmiente. "Madre naturaleza misericordiosa ¡¿qué hice?!" La princesa gritó en su mente, siendo incapaz de despegar su histérica mirada de las tres profundas laceraciones pintadas de escarlata en la carne del panda y sin tomarle importancia a que la compostura que apenas y había logrado restablecer había comenzado a desmoronarse otra vez; provocando que su respiración se volviera acelerada y errática mientras que temblores empezaban a invadir su cuerpo más y más a ritmo constante.

Justo cuando las lágrimas se desbordaron de sus hermosos ojos, la voz de su instinto resonó en su psique...y decir que estaba molesta sería poco. "¡¿Qué haciendo?! ¡Ayuda a Buen-oso! ¡Cúralo!" La primitiva voz le ordenó gruñendo, obviamente fastidiada por su forma de actuar "¡Desperdiciar agua corporal no servir de nada!"

Por más útil que su personalidad instintiva había sido durante su pesadilla, no tuvo éxito en brindar apoyo en tranquilizar a la exótica felina en esta ocasión; Tlanextly simplemente estaba demasiado afligida como para tomar en cuenta las palabras de su instinto. Pero ¿quién podría culparla? ¿Cómo podría esperarse que guardara la calma tras ver lo que le había hecho a su maravilloso guerrero monocromático?

"Puede que esto parezca extraño, pero estoy de acuerdo. Cierto, lo heriste, pero no lo hiciste apropósito, por lo tanto no hay una razón legítima para ponerse así. Sin mencionar que llorar no resolverá esta situación" Una segunda voz, que sonaba muy similar a la propia...aunque mucho más calmada y estable de lo que ella había sonado en su vida, admitió de mala gana con gran desapruebo.

La princesa foránea, que no paraba de sollozar, quedó impactada por decir poco al reconocer la voz de su razón hablando dentro de su mente. El hecho de que ambas partes de ella estuvieran dando su opinión completamente al mismo tiempo ya era algo poco convencional por sí sólo, ya que regularmente no tenían una mayor función que actuar como moderadores cuando debía decidir un plan de acción; o en otras palabras, su voz de la razón se aseguraba de que su instinto no la guiara por un camino errado mientras que su lado instintivo se hacía a la tarea de ayudarla a ampliar su panorama de opciones lo más posible para que así también pudiera tomar en cuenta aquellas que la lógica pasaría por alto.

En términos más simples, cuando Tlanextly estaba dándole demasiada preferencia a una faceta de su mente, la otra daría un paso al frente para recordarle de su existencia. Aunque claro, su ser racional siempre tenía prioridad.

Esta mentalidad dividida era una gran técnica para mantener un cierto balance interno en todo momento y le permitía permanecer objetiva con una relativa facilidad. Sin embargo, por supuesto que el sistema no era perfecto; instintos y raciocinio no fueron creados con la capacidad de estar en paz el uno con el otro, puesto que mientras la mentalidad ancestral funcionaba en base a impulsos y seguir corazonadas, la faceta de sí que no desafiaba el proceso evolutivo utilizaba ideas cuidadosamente pensadas y lógica, por lo cual siempre habría una tensión implícita entre los dos extremos.

Teniendo eso en mente, la desventaja que el peculiar estado mental de la princesa conllevaba saldría a la luz cada vez que se presentara una situación donde una decisión debiera ser tomada y le fuera imposible alcanzar una conclusión o al menos darle preferencia a una de las dos facetas porque, normalmente, su instinto y su razón desatarían una tormenta de argumentos e ideas de cuál curso de acción era el mejor, vociferando ambas al mismo tiempo y contradiciendo sus puntos de vista sin tregua, lo cual resultaría en darle un dolor de cabeza inmenso sin ayudarle a acertar en la respuesta apropiada a la situación, hasta que lograra recuperar el control y encontrar algún tipo de acuerdo mutuo.

Por lo tanto, ciertamente la agarró desprevenida el que ambas partes de su mente hubieran logrado llegar a un consenso tan pronto y sin influencia alguna de su parte. "¿Cómo es eso posible? Ni que tuvieran personalidad propia o algo así" Se preguntó Tlanextly, olvidando brevemente la situación en la que se encontraba.

"Eso no posee importancia por el momento" Respondió la voz de su razón irritadamente.

"¡Momentito! ¡No puedes molestarte conmigo...o sentir alguna otra cosa por mí! ¡Eres parte de MI mente! ¡No puedes hacer nada si a mí no me parece! Es más ¡No deberías sentir y punto!" La exótica felina chilló mentalmente con desconcierto.

"¡Sanar Buen-oso ahora, interrogar luego!" Su instinto replicó bruscamente. Tlanextly estuvo a punto de llamarle la atención a la primitiva voz y preguntarle cómo era posible que le estuviera contestando, cuando la oración agresivamente expresada registró completamente en su cabeza; recordándole a la afligida hembra de qué había provocado la discusión en primer lugar.

"¡¿Cuál es mi problema?! ¡Le destrocé la cara de un zarpazo a mi pobre panda como si fuera un simple poste para arañar y ahora para colmo estoy perdiendo el tiempo discutiendo conmigo misma en lugar de ayudarlo! ¡Por los dioses, soy de lo peor!" Pensó la princesa, sintiéndose asqueada por cómo estaba actuando, pero siendo incapaz de detener una nueva tanda de lágrimas de escapar de sus ojos; si bien antes le parecía difícil contener sus sollozos, ahora le era casi imposible no ponerse a gritar maldiciones llorosas en su desesperación.

Tan ida estaba la felina moteada compadeciéndose de sí misma, que no se percató del sonoro suspiro de fastidio y el intenso gruñido de frustración que resonaron dentro de su mente.

"Muy bien, no le es de utilidad a nadie en este estado" Dijo la voz pseudo-monótona, pero claramente cansada y molesta.

"No puede evitar. Sentimientos fuertes ser algo nuevo" Replicaron los instintos.

"¡Oh, guarda silencio! Ya me había percatado de ese detalle, pero el hecho de que Po requiere asistencia médica inmediata no va a desaparecer por sí sólo y cada segundo que sus heridas estén en contacto con el aire, la probabilidad de que sufra de una infección aumenta exponencialmente" El perfil racional de la mujer contestó iracundamente.

"Explicación pérdida de tiempo también. No ayuda Buen-oso tampoco" Respondió la voz primitiva, gruñendo peligrosamente; respuesta que también obtuvo un gruñido contenido de su contraparte.

"¡He dicho que guardes silencio!"

La angustiada belleza sintió como un gruñido de frustración comenzó a formarse en su garganta conforme la discusión dentro de ella continuaba escalando y las primeras señales de la infame migraña hacían su aparición. ¡El torbellino emocional originado por sus acciones ya era lo suficientemente malo! ¡No debería tener que lidiar con esto también por el momento!

"¡Muy ustedes dos, ya párenle! ¡Honestamente no comprendo que & $#% está ocurriendo aquí, pero no están ayudan...gah!" Los pensamientos de Tlanextly fueron detenidos en seco cuando un inesperado pico de dolor estalló dentro de su mente, provocando que alzara una de sus patas para acunar su frente en su palma, y cerró los ojos con fuerza a modo de reacción inmediata para enfocarse en hacer el dolor a un lado.

Sin embargo sus intenciones fueron en vano, pues la sensación de dolor se fue tan repentinamente como había llegado unos cuantos segundos después.

Tlanextly dio un suspiro de alivio ante la ausencia de dolor previamente a fruncir el ceño de manera confundida. "¿Qué acaba de pasar?" Se preguntó a sí misma, esperando algún tipo de respuesta por parte de una de las voces que había estado escuchando rebelarse segundos atrás; pero luego de esperar por un corto momento, no obtuvo nada más que silencio. "Jmm...Quizás mi aflicción emocional provocada por mi pesadilla y las heridas de Po me hicieron imaginarlo" Pensó Tlanextly, encogiéndose de hombros con una tranquilidad que era bastante desconcertante, considerando que no hace diez minutos estuvo a punto de tener un colapso nervioso.

La ocelote decidió olvidarse del asunto y se forzó en devolver su atención a la causa de todo este lío.

Cuando sus ojos volvieron a posarse en el rostro del guerrero dragón, la felina sintió confusión al percatarse de que ya no sentía ganas de estallar en llanto al ver las tajadas escarlata que sus garras habían dejado a su paso, claro que aún le incomodaban, pero no tanto como lo hacían hace unos cuantos minutos.

Decidiendo que era demasiado tarde para estar dándole vueltas a eso, Tlanextly hizo esas ideas de lado para examinarlas después. "Por el momento, hay una situación en la que mi atención es requerida con más urgencia" Pensó, ceño frunciéndose de manera pensativa ante las facciones heridas de su futuro macho; sin tomarle importancia a cuán diferente había sido la línea de pensamiento a comparación de cómo expresaba sus ideas normalmente.

La exótica hembra llevó sus patas a la cabeza del oso y, con delicadeza, la inclinó para poder ver el lado lastimado completamente mientras que acunaba el otro en su pata izquierda. El movimiento causó un leve quejido de incomodidad por parte del guerrero monocromático y por un momento temió que fuera a despertar, el que no lo hubiera hecho mientras lloraba histéricamente era una verdadera maravilla en sí misma, pero por fortuna para ella Po sólo continuó durmiendo pacíficamente.

No pudo evitar hacer una mueca cuando vio cuán extensa era la magnitud del daño que sus garras habían infligido en Po; el corte con la posición más alta comenzaba en un punto bajo de la sien del guerrero de blanco y negro y continuaba su camino hacia un lado, levemente inclinado hacia abajo, esquivando el ojo por un mero tercio de un dedo, mientras que los otros dos habían rebanado la carne de su mejilla de pelo blanco; el conjunto entero, las tres laceraciones, se detenían justo en la base del hocico.

"Por Quetzalcoatl, casi lo dejo tuerto" Pensó la princesa en triste amargura, permitiéndole a una de sus patas tomar una orejita negra entre su pulgar y dedo índice y frotarla en círculos delicadamente. Los labios de la hembra se curvearon hacia arriba levemente cuando escuchó al panda hacer un pequeño sonido de éxtasis. (Bueno, al menos algo de provecho salió de todo esto. Ahora sé que te gusta que te froten las orejas) Murmuró Tlanextly, liberando una risita acallada mientras que detenía sus atenciones; aunque se hizo una promesa personal de volver a hacer eso más tarde. "Por ahora, vamos a arreglarte, Ojos de jade" La felina pensó, enseriando sus facciones.

Tlanextly posicionó su pata desocupada para que estuviera suspendida una o dos pulgadas por encima de las heridas de Po y se preparó para recitar sus curativas palabras mágicas...pero algo no se sentía muy correcto con hacerlo; esto confundió a la ocelote en sobremanera, pero simplemente se sentía como si no era el momento apropiado para sanar esas heridas, como si estuviera olvidando algo.

"Heridas sucias. Límpialas"

Sinceramente, a la chica extranjera le sorprendió un poco volver a escuchar la voz de su instinto, pero se recuperó rápido y se concentró en procesar lo que esta le había dicho. "¿Limpiarlas? ¿Y cómo rayos podría hacer eso? No es como si tuviera un trapito o agua para lavar...¡OH!" El rostro de Tlanextly se puso colorado de vergüenza una vez que recordó lo que había ocurrido la noche anterior y cómo había considerado seriamente limpiar a Po de la sangre emanando de su herida, que ella había infligido tras haberlo dejado inconsciente con su poción, utilizando su lengua al estar un poco demás de influenciada por sus instintos.

La idea había sonado bien en su opinión dado cuán instintiva era su mente en el momento…

…Pero tras pensarlo un poco, también lo había hecho el drogar a su prospecto a pareja y marcarlo en contra de su voluntad.

La princesa se sintió asqueada de sí misma ante lo que casi había hecho luego de haberlo puesto en esa perspectiva en particular; las horribles imágenes de su pesadilla volviendo a invadir el frente de su mente.

"Yo más que nadie nunca debería siquiera pensar en hacer ese tipo de cosas, y mucho menos a alguien tan dulce y puro como mi osito panda" Se sermoneó, negando con la cabeza decepcionada de sí, antes de inhalar profundamente para asegurarse de permanecer calmada y no tener otro pseudo-colapso; luego exhaló el aire almacenado por la nariz. "Olvidando eso ¿qué daño podría hacer? Se encargaría de las infecciones...y además debo aceptarlo, lo voy a acabar mordiendo tarde o temprano cuando nos entreguemos el uno al otro como una pareja de verdad; no debería haber ningún problema si tengo una probadita antes" Tlanextly pensó ladinamente; aunque tal parecía que su mente no era capaz de convencer a su cara del todo si la coloración en sus mejillas que se rehusaba a irse era algún tipo de indicador.

Con la mente decidida, la hermosa hembra ajustó su posición encima del cuerpo del panda tanto como fuera necesario para ponerse cómoda sin perturbar su sueño y se inclinó hacia el rostro de su amado para llevar a cabo su pequeña tarea auto-impuesta; la duda entro en ella por un breve instante cuando su adorable nariz rosada estuvo a casi un centímetro y medio de distancia de las dolorosas heridas y el aroma del líquido escarlata, incrementado por la corta proximidad, amenazó con sobrecargar su anormalmente poderoso sentido del olfato; pero se mantuvo firme y utilizó unos cuantos segundos para acostumbrarse.

Una vez que el olor dejó de molestarla, Tlanextly cerró los ojos y tomó otra profunda inhalación para llenarse los pulmones con el aroma combinado de la fuerte fragancia natural de su panda y la potente esencia de su sangre. "Mmm...Pensándolo bien, este es un olor digno de un guerrero de su nivel" Pensó la feroz princesa guerrera mientras que una sonrisilla le curveaba los labios.

No podía comprenderlo del todo, pero extrañamente estaba registrando el aroma como placentero ahora; tan ensimismada estaba en su descubrimiento, que ni siquiera se le ocurrió tomar en cuenta cómo sus acciones podían estar afectando su psique parcialmente instintiva.

Luego de pasar un par de segundos más disfrutando del aroma del macho, la ocelote finalmente procedió a abrir sus ojos para mirar los zarpazos, permaneciendo ignorante al hecho de que sus pupilas se habían vuelto lineares, y abrió su hocico para que su larga lengua felina pudiera emerger.

"Aquí vamos" Pensó la hembra, antes de darle un pequeño lengüetazo a su objetivo.

Si fuera a ser sincera consigo misma, aunque la sangre de Po no era un manjar exactamente, su sabor no terminó siendo tan perturbador como ella creyó que sería cuando recién tuvo el impulso para hacer esto; y tras pasar su lengua sobre los cortes del oso gentilmente un par de veces más y acostumbrarse al sabor, la belleza de pelaje rubio bronceado agarró confianza y comenzó a ronronear suavemente mientras que sus lamidas se volvieron largas, lentas y más firmes, aunque se fijó mucho en no perder el cariño con el cual lo estaba haciendo para evitar causarle dolor al guerrero de blanco y negro tanto como le fuera posible.

A pesar de cuan cuidadosa estaba siendo la princesa, el panda aún dio algunos gemidos y quejidos de incomodidad de vez en cuando ante la sensación de su rugosa lengua felina limpiando sus heridas frescas; la única razón por la que no se despertaba era que Tlanextly inmediatamente había reaccionado cuando la primera queja inconsciente se hizo presente y había tomado medidas preventivas tales como: aumentar el volumen de sus tiernos ronroneos, usar su cola para acariciarle su abdomen y costados, además de dar uno que otro reconfortante apretoncito a sus bíceps, antebrazos y muñecas; hasta usó el nuevo conocimiento de su reciente descubrimiento, moviendo la pata que no estaba acunando el lado sano del rostro del macho hacia arriba para frotar una de sus orejitas negras afectuosamente.

Luego de diez buenos minutos, Tlanextly detuvo sus atenciones a las heridas del macho y le dio un último lengüetazo en la mandíbula, disfrutando la satisfacción que invadió su ser al escuchar el silencioso gemido de placer que escapó de los labios de su futuro macho como respuesta, antes de volverse a sentar derecha.

La hembra se permitió adoptar una pequeña sonrisa en su hocico y dio un ligero asentimiento con la cabeza para sí misma al admirar las facciones del panda, ahora libres de sangre.

"Así está mucho mejor" pensó, relamiendo sus labios para asegurarse de limpiar su hocico de pelaje blanco de cualquier resto de la sustancia escarlata que pudiera haber quedado.

Tras deshacerse del exceso de saliva con su antebrazo, la chica ocelote prosiguió con la siguiente fase de su tratamiento y volvió a posicionar su pata derecha en el mismo sitio por encima del rostro de Po.

(Ehcatl que hualica nemi-litzli noihqui hualica tepatilistli

Naualotl tlayektilia huan tletl tlahtlatia

Huan no-ijyotl mitz pakayelistli hual I-cuepa)

Habiendo pronunciado la encantación, Tlanextly inhaló profundo y se inclinó hacia adelante levemente de nueva cuenta para luego liberar el reparador aliento verde sobre las facciones malheridas del oso; observando atentamente cómo la piel comenzaba a regenerase con una sonrisa complacida.

Apenas había pasado un minuto cuando los cortes se cerraron por completo y un conjunto de tres cicatrices bastante notorias tomó su lugar. "La magia sigue en efecto, lo mismo pasó con Víbora anoche después de que la sané de la paliza que le di. En un par de segundos se harán más chicas" Tlanextly pensó para calmarse. Ella no era irrealista; sabía que quedarían cicatrices con cuan profundo habían penetrado sus garras, pero de todos modos le agradaba la idea de que el recordatorio de cómo había dañado a su primer interés amoroso no sería tan malo.

Por desgracia para ella, las marcas no se desvanecieron mucho antes de que Po soltara un corto suspiro tembloroso, el cual le hizo saber que su encantamiento había perdido su efecto y el cuerpo del oso había parado de sobre-esforzarse con la reparación acelerada.

Las orejas de la felina exótica decayeron un poco ante la presencia de las tres cicatrices rosadas que prevalecieron en el rostro del mamífero monocromático, siendo particularmente notoria aquella ubicada debajo de su ojo cerrado, y exhaló agotadamente.

"Bueno, no hay nada que pueda hacer ahora; las heridas eran profundas y me es imposible saber cuánto tiempo había sido desde que las infligí. Quizás de haber estado despierta para sanarlas tan pronto lo ataqué el resultado final hubiera sido mejor" Pensó, sintiéndose levemente mejor sobre todo el asunto gracias a sus razonables conclusiones; ya lidiaría con el resto de la culpa más tarde cuando le pida a Po que la perdone. "¿dioses, qué ha hecho este macho conmigo? Me he disculpado con él por voluntad propia más veces de lo que lo he hecho con alguien más en toda mi vida" Tlanextly pensó, permitiendo a una acallada risa corta escapar de su hocico ante lo entretenido de la idea "Aunque debo admitir que es extrañamente agradable...el finalmente haber encontrado a alguien en quien pueda confiar lo suficiente para darle mi respeto sin temer que su ego acabe por los cielos"

La hembra sintió sus labios curvearse en una cálida sonrisa y acarició afectuosamente las recién adquiridas cicatrices del panda al mismo tiempo que sentía un profundo ronroneo retumbando inconscientemente en su garganta y pecho mientras observaba a su hombre dormir como un bebé.

Una gran parte de su instintivo ser estaba tentado a simplemente volver a recostarse sobre él y acurrucarse en su esponjoso pelaje hasta recuperar sus bellos sueños, pero ella bien sabía que eso sería imposible pues, tal como había ocurrido la noche anterior cuando despertó tras sanar su pierna anteriormente rota, tenía un inexplicable pico de energía recorriéndole todo el cuerpo y tarde o temprano le daría un ataque de ansiedad si no lo gastaba.

"¿Tal vez debería hacer otra de mis rutinas? Digo, el hecho de que al parecer me es imposible perder mi figura no debería ser excusa para holgazanear cuando tengo tiempo de sobra para ejercitarme; además si quiero que Po, quien de acuerdo al contexto es el guerrero más poderoso y respetado en estas tierras, sea mi pareja es imperativo que me esfuerce por estar a su mismo nivel...o al menos no estar tan bajo como asumo que estoy por el momento. No quiero que la gente acabe pensando que mi único valor reside en mi apariencia"

Con la llama de la determinación comenzando a arder en su interior, Tlanextly reajustó la cabeza del panda a su posición original y se permitió tener el pequeño capricho de dar una lamida rápida a la nariz del macho...luego otra mucho más firme en su mejilla sin cicatrices...y un corto beso justo en los labios...todo eso antes de casi estrellar su propia mejilla contra la que había lamido previamente y comenzar a frotarlas en un modo lento e íntimo, ronroneando fuerte y claro cada precioso segundo.

"Maldeciría mi falta de autocontrol...pero rayos no me importa, soy una chica parcialmente instintiva quien ha tenido una vida muy poco placentera hasta ahora y de por sí ya debo moderar mis impulsos mientras mi macho elegido está despierto, simplemente suena justo que me aproveche un poco de su sueño ridículamente pesado para aflojarme la correa" Pensó la felina mientras continuaba reclamando al oso como suyo y sólo suyo. Después de un minuto o dos, Tlanextly finalmente decidió parar y abandonar el calor de su esponjosa cama viviente, aunque con una dificultad relativamente notable.

En el segundo que sus pies descalzos tocaron el helado suelo del bosque, la princesa abruptamente cayó en cuenta de lo mucho que la baja temperatura de esta noche estaba afectando a su cuerpo tropicalmente adaptado; sin embargo fue rápida en olvidarse de la horrible sensación y se apresuró a empezar un set de ejercicios de calentamiento, seguido por una ronda de estiramientos un par de minutos después.

Cuando su corazón hubo alcanzado un ritmo de bombeo constante y su sangre recorría su sensual cuerpo de manera eficiente junto con la muy ligera dosis de adrenalina que la actividad física conllevaba, la hembra moteada comenzó a preguntarse cuál rutina de entrenamiento llevaría a cabo; no muy segura de en qué quería trabajar está vez.

"Veamos...anoche no pude hacer mucho más que algo de acondicionamiento, así que ¿cuáles son mis opciones? ¿Cardio? ¿Incrementar la masa muscular? ¿Tal vez trabajar en mi fuerza? ¿O quizás mejor la resistencia de mis músculos?" Pensó, frunciendo el ceño al no poder alcanzar una decisión.

Con un gruñido de frustración, Tlanextly volteó su mirada en dirección a la carreta donde Po y, ahora que lo pensaba con detenimiento, Víbora estaban descansando y se sintió muy tentada a reconsiderar sus ideales previos y olvidarse del ejercicio para acurrucarse con su hombre el resto de la noche.

Fue entonces que se le ocurrió lo que podía hacer.

"¿Por qué no un poco de todo?" Pensó, una sonrisa astuta en sus facciones, e hizo su camino tranquilamente hacia el improvisado modo de transporte.

Una vez que se hubo posicionado al frente de este, la felina enfocó todos sus sentidos superdotados en los alrededores para revisar si había algo o alguien cerca; mas el silencio de la noche fue su única respuesta. "Esa aldea de la que hablaban Po y Víbora todavía debe estar algo lejos. Perfecto, ahora puedo ejercitarme Y también darle una pata a mi panda...y a Víbora supongo…por todo lo que han hecho por mí" Tlanextly pensó animadamente, sujetando las agarraderas de la carreta y dando un buen tirón...aunque de nada sirvió con el peso que llevaba. "¡Por Quetzalcoatl! ¡Pues cuánta masa muscular andas cargando para pesar tanto, Ojos de jade!" La princesa pensó estupefacta.

Pero sin importar que tan difícil fuese, Tlanextly no se rindió y siguió intentando hasta que, tras un gran gruñido de esfuerzo, logró avanzar su primer paso.

Luego otro.

Y otro.

Y otro más.

Y antes de que se diera cuenta, la exótica princesa ya había avanzado un buen metro y alcanzado un ritmo lento pero efectivo.

Una sonrisa de satisfacción se asentó en su bello rostro mientras el dolor en los tensos músculos de sus brazos y piernas disminuía y su velocidad comenzaba a aumentar poco a poco en sincronía con la aceleración constante de su ritmo cardiaco. Si una cosa siempre había estimado de sí misma, era la rapidez con la que su cuerpo era capaz de adaptarse; incluso antes de haber despertado su instinto parcial, sus músculos habían tenido facilidad para acostumbrarse a cualquier esfuerzo que se les exigiera a una velocidad mucho mayor que cualquier otro individuo entre su gente.

Mientras que la mayoría de los cachorros aprendían a caminar sobre sus patas traseras apropiadamente entre su primer y segundo año de vida, de acuerdo a su padre ella ya había estado corriendo por la casa para ese entonces. Para cuando había cumplido los ocho años ya era capaz de subir a la cima de la pirámide más alta en su ciudad con mínimo esfuerzo. Había comenzado a luchar con boas salvajes cuando tenía doce y jamás fue derrotada. Y aunque no tenía permitido hacerlo porque era una actividad "sólo para hombres", hubo una ocasión a sus diecinueve años donde descubrió que fácilmente podía lanzar las pesadas bolas de los juegos de pelota con un simple caderazo.

Seguro, las primeras veces en las que le exigió tales extremos a su cuerpo había acabado terriblemente adolorida, con esguinces en más de dos músculos, y hasta confinada a permanecer recostada en varias ocasiones. Sin embargo para el momento en que se había recuperado, lo cual tampoco tomaba mucho tiempo considerando cuánto tardaban los guerreros de su pueblo en sanar el mismo tipo de lesiones, ella ya estaba lista para volver a hacerlo todo una vez más, sintiendo el impacto sobre su cuerpo cada vez menos, hasta que le era virtualmente imposible acabar lastimada con la actividad; aunque en esos días nunca cesaba en arrebatarle toda su energía.

Ahora con el conocimiento de que su instinto se estaba haciendo cargo de minimizar el cansancio y desatando su fuerza máxima a través del uso optimizado de la adrenalina, la princesa guerrera/chamán se sentía intocable.

Si eso era algo bueno o malo sólo el tiempo lo diría.

"Ok, no debería sobrepasarme en caso de necesitar una condición física optima durante el resto del viaje. Será mejor que sólo tire de la carreta por la mayor distancia posible antes de acabar exhausta, luego recorrer cualquier distancia que aún pueda hacer empujando esta maldita cosa hasta que sienta la necesidad de detenerme; mi instinto debería hacerme saber cuándo serían esos momentos" Tlanextly pensó con absoluta seriedad; avanzando a medio-trotar para entonces y todavía exigiéndole a su cuerpo a seguir incrementando su velocidad.

Durante todo el tiempo en que su avance siguió, la felina no paró de extraer poder de los rincones más profundos de su ser para no dejar de moverse; su enfoque únicamente en acceder a su fuerza de voluntad y determinación para darle todo de sí a esta labor que se puso a sí misma. Nunca considerando por un segundo si siquiera era posible llevar a cabo la hazaña que tenía por objetivo con nada más que la indomabilidad de su espíritu.

Y aunque ella supiera lo que es un espejo y hubiera mirado su reflejo, la hembra probablemente no habría notado como el encantador color magenta en sus ojos, los cuales no habían perdido sus pupilas lineares desde que estas aparecieron, se había vuelto mucho más notorio...una vez que sus irises crecieron al punto en que la mayor parte de su esclera estuvo escondida detrás de ellas.


Bueno, espero les haya gustado.

TheAlienHeart; en la oscuridad y la luz.