Antes que nada, debo disculparme por haber tardado tanto en subir un nuevo capítulo. Sé que han pasado más de dos años desde la última vez que actualicé. Este capítulo es más bien de relleno, pero tenía que escribirlo y es por eso por lo que he tardado tanto. Bueno, es posible que el estar estudiando el bachiller y acabar de entrar en la universidad tengan algo que ver. Con la falta de tiempo, me he dedicado a escribir capítulos para las historias en las que más inspirada me encontraba en ese momento y, como ya he dicho, me temo que este capítulo no era uno de ellos. Algunos de vosotros habéis comentado querer leer sobre la reacción de Dumbledore, pero siento decir que eso tendrá que esperar.

Por otro lado, he recibido algún mensaje preguntando si la historia es slash. La verdad, es algo que me lo he estado planteando últimamente. ¿Qué opináis? En cualquier caso, la pareja de Harry sería un dios o un semidiós (lo siento por gabycha pero Draco es tan solo un muy buen amigo). Quizá Harry/Luke o Harry/Apolo (o Luke/Harry/Apolo… XD). En cualquier caso estoy abierta a sugerencias. Si la historia no es sIash, Harry no tendrá pareja (lo siento, Metalero Anarkista, pero últimamente ni siquiera Harry X Luna me convence).

Finalmente, muchísimas gracias a todos los que habéis dejado un review (pensaba responderos uno a uno, pero me temo que no habría acabado hoy y no habría subido el capítulo) ya todos los que seguís esta historia o la habéis marcado como favorita. Sin más, aquí está el capítulo 8.

Capítulo 8

Harry suspiró pensando que debía empezar por el principio. Justo lo que Dumbledore habría dicho.

—Supongo que todo empezó cuando mis padres, —echó un vistazo a los dioses con timidez. —James y Lily Potter, murieron. Fue la noche de Halloween, cuando yo tenía un año y medio.

Harry hundió la mano en el pelaje de Canuto, sin levantar la mirada de él.

—En realidad, empezó mucho antes: hace cincuenta años. —murmuró para sorpresa de los magos. —Por entonces, un chico mestizo conocido como Tom Marvolo Riddle estudiaba en Hogwarts.

—¿Un mestizo? ¿Era hijo de Hécate?—preguntó Annabeth confundida.

—No es eso a lo que Harry se refiere. —trató de aclarar la diosa. —En el mundo mágico se da demasiada importancia al estatus de sangre. Aquellos magos que puedan rastrear los orígenes de su familia a más magos y que no cuenten con nada de sangre muggle, al menos públicamente, son llamados sangre pura. Los que tienen sangre muggle son llamados nacidos de muggle. Y los que han nacido de un muggle o un nacido de muggle y un sangre pura, son llamados mestizos.

—Oh, entonces no era un semidiós. El mago del que hablas era hijo de un sangre pura y un muggle o un nacido de muggle, ¿no?—preguntó Annabeth dirigiéndose a Harry.

—Así es. Riddle es hijo de un muggle y una sangre pura cuyo linaje se remonta a Salazar Slytherin; uno de los cuatro fundadores de nuestra escuela, famoso por su astucia y su capacidad para hablar la lengua de las serpientes. —aclaró al ver las miradas de los semidioses. —El chico era huérfano y vivía en un orfanato, pero él siempre había sabido que era especial, diferente. Podía hacer cosas que otros no.

Harry casi se estremeció al volver a notar el parecido entre sus infancias.

—Riddle, al igual que sus antepasados, podía hablar pársel.

—La lengua de las serpientes. —aclaró Neville.

—Exacto. A los once años, Riddle recibió la visita de un mago, que le comunicó que había sido aceptado en la escuela Hogwarts de Magia y Hechicería. El mago era el propio Albus Dumbledore, el actual director de Hogwarts. Él se dio cuenta de los malos tratos que Tom… quiero decir, que Riddle —se corrigió tratando de no sentir simpatía por una situación tan parecida a la suya. —recibía. A pesar de ello, no hizo nada para ayudarlo.

Harry sintió hervir la rabia dentro de él, como tantas otras veces al pensar en tal injusticia. ¿Cuántas veces más habría pasado algo así?

—El niño fue a Hogwarts y fue inmediatamente seleccionado para entrar en Slytherin.

—¿Ese no era el apellido de su antepasado?—preguntó Nico frunciendo el ceño.

—Sí. Verás, nuestro colegio se rige por un sistema de casas y prefectos. Las casas son Gryffindor, Ravenclaw, Hufflepuff y Slytherin, en honor a los cuatro fundadores: Godric Gryffindor, Rowena Ravenclaw, Helga Hufflepuff y Salazar Slytherin.

—¿Cómo os seleccionan? Tenéis algún tipo de requisito, ¿verdad?—preguntó Annabeth interesada.

—El cómo es secreto de Hogwarts. Es una especie de tradición que nunca te enteres hasta que eres seleccionado. Pero sí hay varios requisitos. —dijo Draco.

—Los fundadores eran famosos…

—…por sus cualidades más destacadas.

—Esas cualidades son los requisitos para entrar a su casa.

—Los Gryffindor tienen que ser valientes, osados, templados y caballerosos. —recitó Harry recordando la canción del Sombrero Seleccionador en su primer año. —Los Hufflepuff son justos, leales, perseverantes y no temen trabajar duro. Los Ravenclaw deben ser sabios e inteligentes. Y los Slytherin, son astutos y ambiciosos.

—¿En qué casa estáis vosotros?—preguntó Percy.

—Nosotros somos Gryffindor. —exclamaron los gemelos con orgullo.

—Yo también. —dijo Neville algo avergonzado.

—Yo soy una Ravenclaw. —añadió Luna con voz soñadora.

—Yo soy un Slytherin. —dijo Draco con un orgullo tan evidente como el de los gemelos.

—Y yo…

—Espera, Harry. Eso puedes decirlo…

—…cuando llegues a esa parte de la historia.

Harry los miró divertido y pensativo antes de asentir, lo que hizo que los semidioses gimieran por tener que esperar.

—Sirius también era un Gryffindor. —decidió añadir en cambio.

—Gryffindor una vez…

—…Gryffindor siempre. —terminó Fred.

Harry resopló, pero decidió no sacar el tema de Pettigrew y acarició a su padrino tras las orejas, con lo que el perro soltó un bajo gruñido de satisfacción.

—Durante sus años en Hogwarts, Riddle hizo amigos entre los magos más influyentes. Era un niño lleno de encanto, talento e inteligencia. No le era difícil manipular a la gente. —prosiguió el recién descubierto dios. —Riddle empezó a profundizar en las artes oscuras… o al menos en lo que los magos consideran hoy en día "oscuro".

—¿Consideramos?—preguntó Sirius y Harry supo que si estuviera en forma humana estaría frunciendo el ceño.

—Sí, consideráis. —dijo Harry mirándolo. —La magia no es buena o mala, no es blanca o negra, ni de luz u oscuridad. La magia se moldea mediante la intención y, por tanto, es quien la esgrime quien es malo o bueno. Puedes usar un hechizo diffindo, considerado magia blanca, para cortar un trozo de hilo o para abrirle el estómago a alguien. Igual que puedes usar el hechizo sectumsempra, tanto para incapacitar a alguien haciéndolo pedazos como para librar a alguien de sangre infectada de veneno. Todo depende de la intención con que lo uses. —Explicó con evidente pasión antes de sonrojarse y mirar a Hécate con disculpa. —Bueno, al menos así es como yo lo entiendo.

—Y tienes razón, pequeño. —respondió la diosa con una pequeña sonrisa. —Por desgracia no hay muchos magos en el mundo capaces de entender esto. Les parece más fácil pensar que unos hechizos son buenos y otros malos.

Harry asintió con tristeza, pero pronto decidió que era mejor seguir con la historia.

—Durante su estancia en Hogwarts descubrió que era el heredero de uno de sus fundadores, Salazar Slytherin. Decidió que él era el adecuado para llevar a cabo la voluntad de Slytherin: erradicar a los muggles y sangre sucias. En palabras suyas. —se apresuró a decir. —Durante cinco años, Riddle buscó la legendaria Cámara de los Secretos de Slytherin, que se decía contenía un monstruo que solo su linaje podía controlar.

»Finalmente encontró la Cámara y liberó al monstruo. Los estudiantes nacidos de muggles empezaron a aparecer petrificados y los profesores fueron incapaces de encontrar la causa. Una noche, una estudiante fue asesinada. La escuela estaba a punto de cerrar y eso significaría que Riddle tendría que volver al orfanato, así que buscó alguien a quien culpar.

»Por desgracia, había un estudiante que amaba todo tipo de criaturas, cuanto más peligrosas, mejor. Él estaba escondiendo una cría de acromántula, un tipo de araña gigante. —Atenea y Annabeth se estremecieron y Harry tardó un momento en darse cuenta de por qué. —Lo siento. En realidad Aragog no es tan malo, excepto cuando intentó comerme. —Susurró al final.

—¿Tiene nombre?—preguntó Annabeth con los ojos muy abiertos.

—Sí. Bueno, Riddle intentó matar a la ara… acromántula. —se corrigió pensando que la diosa y su hija reaccionarían mejor. —Aragog escapó y Rubeus Hagrid fue culpado de ser el heredero de Slytherin. Riddle llegó incluso a recibir un Premio por Servicios Especiales. —Zeus frunció el ceño ante otra nueva injusticia por parte de los magos. —El ministerio partió la varita de Hagrid y le prohibieron el uso de la magia. Malditos idiotas. —Hera lo miró y Harry sonrió con disculpa. —Dumbledore sabía que Hagrid era inocente, así que le ofreció un trabajo en Hogwarts. Por supuesto, Hagrid le está eternamente agradecido y no es capaz de pensar que Dumbledore pueda ser otra cosa de lo que parece.

—No es culpa suya, muchos han caído en ese truco. —afirmó Neville con algo de tristeza.

—Sí. —suspiró Harry. —Dumbledore también sospechaba de Riddle, así que empezó a vigilarlo de cerca. Y To-Riddle no pudo volver a abrir la Cámara porque se arriesgaba a ser atrapado.

—Me pregunto qué criatura sería. —murmuró Clarisse. —Podríamos buscarlo y librar a la escuela de él.

—Solo quieres buscarlo para demostrar que puedes matarlo. —dijo Nico rodando los ojos.

—Veamos, ¿qué monstruos pueden petrificar…?—murmuró Annabeth para sí misma.

—No tendríais a Medusa en la escuela, ¿verdad?—preguntó de pronto Percy sonando algo agitado.

Harry y sus amigos intercambiaron una mirada, negaron con la cabeza sin pasar por alto la mirada aliviada del semidiós y sonrieron a las hijas de Ares y Atenea.

—No os preocupéis. Tendréis más información sobre la Cámara de los Secretos y su monstruo muy pronto.

El rostro de Clarisse se iluminó con una gran sonrisa.

—Creo que ya sé que regalarte por tu cumpleaños, Clarisse. —dijo Harry en broma. —Una pelea con un dragón.

La chica le sonrió de lado y Harry le devolvió el gesto.

—Yo también quiero eso, sobrinito. —pidió Ares abriendo mucho los ojos.

—Bueno, pues ya sé lo que regalaros a los dos. —rió Harry.

Ares y su hija compartieron una mirada complacida.

—Solo para informarte, mi cumpleaños es el 17 de octubre. —añadió la chica.

—Y el mío cualquier día. —añadió Ares.

Los dioses sacudieron la cabeza con exasperación y decidieron ignorar el intercambio.

—Lo tendré en cuenta. —aseguró Harry. — ¿Por dónde iba…? Ah, sí. La Cámara volvió a ser cerrada. Riddle cumplió diecisiete años y se graduó de Hogwarts con unas de las mejores notas vistas en los últimos dos siglos. Trabajó durante un tiempo en una tienda mágica y, tras un tiempo, intentó conseguir el puesto de profesor de Defensa contra las Artes Oscuras.

»Armando Dippet, el director de Hogwarts en aquella época, le negó el puesto y le animó a reunir experiencia antes de recibir el puesto. Tom viajó durante diez años haciendo precisamente eso y, finalmente, volvió a Hogwarts. Una vez más solicitó el mismo puesto de profesor, pero el director, que recientemente había pasado a ser Dumbledore, volvió a rechazarlo. Durante unos años, Riddle viajó de nuevo por el mundo, aprendiendo todo lo que podía. Cuando volvió, lo hizo bajo un nuevo nombre: Lord Voldemort.

—Es un anagrama de su nombre. —observó Atenea.

—Así es. Voldemort comenzó una guerra con la que pretendía exterminar a todos los que consideraba impuros, es decir, los muggles y nacidos de muggles. —todos fruncieron el ceño ante esa información. —Sus seguidores eran conocidos como Mortífagos. Por su parte, Dumbledore creó un grupo "secreto" que luchaba contra ellos, al margen de las leyes del Ministerio. La Orden del fénix. El Ministerio, en aquellos tiempos oscuros, agradeció la ayuda. James y Lily, junto con Sirius, Remus Lupin, los padres de Neville y los gemelos y otros muchos formaban parte de la Orden. El padre de Draco fue un Mortífago y los padres de Luna decidieron permanecer neutrales.

Al ver las miradas que algunos dieron a Draco, Harry frunció el ceño.

—Draco no es su padre. Él ha tomado sus propias decisiones y no es justo que sea juzgado por las que su padre haya tomado hasta ahora.

Los demás bajaron la mirada, avergonzados, y algunos le dirigieron una mirada de disculpa al rubio que simplemente asintió en su dirección.

—Continúa, Harry. —lo urgió el Heredero Malfoy.

—La guerra se prolongó durante varios años y las fuerzas de Voldemort probaron ser superiores a las de la Orden del Fénix y el Ministerio, diezmando a numerosas generaciones. Fue entonces, en el auge de la guerra, cuando una profecía fue hecha.

Harry no notó como los dioses, y especialmente Apolo, se tensaron al oír sus palabras. Los semidioses también parecían aún más interesados e incluso algo aprensivos.

—Dumbledore escuchó la profecía, así como lo hizo un espía de Voldemort. Sin embargo, el espía solo oyó la primera parte, la cual decía así: El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso se acerca..., Nacido de los que lo han desafiado tres veces, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes... Había dos niños que cumplían esa descripción, o al menos el público así lo creía. —siguió explicando Harry sacudiendo la cabeza. —Actuando a partir de la poca información que poseía, Voldemort eligió al niño que consideró una mayor amenaza: aquel que se parecía más a él.

»A pesar de ello, las dos familias se escondieron. Usando un hechizo conocido como fidelius, sus escondites no podían estar mejor protegidos. El hechizo fidelius consiste en usar a una persona como Guardián del Secreto, que en este caso sería una dirección. Esa persona es la única que puede revelar el secreto a otra y, si esto no ocurriera, podrías tener delante la casa y nunca serías capaz de verla. James y Lily quisieron que Sirius fuera el Guardián del Secreto, pero él pensó que sería demasiado obvio. Sirius no confiaba en su otro amigo, Remus, debido a su condición de licántropo. Solo quedaba una opción: Peter Pettigrew. Él sería el Guardián del Secreto y dejarían que todos pensaron que se trataba de Sirius. De ese modo, los mortífagos irían tras él en lugar del verdadero Guardián, pero él nunca podría revelarles nada. Desafortunadamente, desconfiaron de la persona equivocada ya que Remus no era el traidor. Pettigrew reveló la localización de los Potter a Voldemort.

El joven dios hizo una pequeña pausa para tomar aire temblorosamente antes de continuar su relato.

—La noche del 31 de diciembre de 1981, la casa de la familia Potter en Godric's Hollow fue atacada. —Harry cerró los ojos, no queriendo ver la reacción de quienes lo rodeaban. —James Potter, descendiente de una de las más antiguas familias de sangre pura, murió el primero. En el momento del ataque no tenía su varita, pero de todas formas se enfrentó a Voldemort con valor. Lily Potter, nacida de muggles, tampoco tenía su varita. Ella cogió a su hijo, un bebé de apenas año y medio, y corrió hacia el cuarto del niño. Allí, ambos fueron acorralados. Voldemort dio a Lily tres oportunidades para que se apartara, pero ella no lo hizo. En su lugar, Lily rogó a Voldemort que la matara a ella en el lugar de su hijo. Finalmente, Lily cayó víctima de la Maldición Asesina y Voldemort trató de matar al bebé. Pero ocurrió algo, y Voldemort fue derrotado. Esa noche de Halloween, Harry se convirtió en El-Niño-Que-Vivió por ser la primera persona conocida que sobrevivió a la Maldición Asesina y Dumbledore, a partir de entonces, declararía que fue el sacrificio de Lily, su amor hacia aquel niño, lo que le permitió ser la primera persona en sobrevivir a la Maldición Asesina con una cicatriz en forma de rayo como el único símbolo de que aquello había sucedido.

El claro permaneció en absoluto silencio. Nadie sabía qué decir cuando aún ni siquiera habían tenido tiempo para procesar lo que habían oído. Harry sonrió con tristeza.

—Sin embargo, ahora es evidente que Dumbledore mentía. Lo que la mayoría no sabía era que James no podía tener hijos. Por eso, cuando los Potter un día encontraron un bebé en la puerta de su casa, no dudaron en acogerlo. Eso ocurrió unos meses antes del ataque en Godric's Hollow y nunca llegó a ser información pública…

—Sobreviviste porque eres inmortal. —susurró Percy.

Tras las palabras del joven semidiós, nadie dijo una palabra. El claro permaneció en silencio mientras la mirada de Harry no se apartaba del suelo.

Una mano en su hombro lo sobresaltó y Harry se giró para mirar a Zeus a los ojos.

—Nunca podré agradecerles lo suficiente que cuidaran de ti cuando nosotros no pudimos, hijo.

Harry miró a Hades y a Poseidón y vio que ambos asentían, por una vez estando de acuerdo con su hermano menor sin necesidad de una disputa.

—Sus sacrificios serán recompensados. —le aseguró Hades.

— ¿Los Campos Elíseos? —consultó Poseidón.

—Si aún no se encuentran allí. —asintió Hades.

Harry tragó saliva y miró a los tres dioses, sus padres, con emoción. Era tan difícil imaginar que él pudiera significar tanto para ellos que estuvieran agradecidos hacia la joven pareja que había muerto por protegerle...

—Gracias. —susurró Harry.

Poseidón le sonrió con cariño y tuvo que contenerse cuando lo único que quería hacer en ese momento era abrazarlo. Harry no parecía especialmente cómodo con el contacto físico y lo último que el Dios de los Mares quería era hacerlo sentir incómodo.

Nico permaneció inusualmente silencioso, pero aquellos que lo conocían solo necesitaron una mirada de sus oscuros ojos para saber que ese silencio no era nada más que la calma antes de la tempestad. El joven semidiós probablemente ya había planeado más de veinte maneras en las que vengarse de aquellos que habían hecho daño a su hermano.

— ¿Qué ocurrió contigo después, Harry? ¿Dónde creciste? —preguntó Annabeth tratando de distraerlos con un tema que parecía más alegre.

Harry permaneció en silencio unos segundos tras su pregunta. ¿Cuánto debía contarles?

— Aquella misma noche Dumbledore me dejó en la puerta de la casa de Petunia Dursley, hermana de Lily, y de su familia. Su marido, Vernon Dursley, y su hijo, Dudley Dursley.

—Dudley Dursley. —repitió Clarisse con tono de mofa.― ¿Quién llama a su hijo Dudley Dursley?

Harry no pudo evitar sonreír. Él mismo se había hecho esa pregunta tantas veces… Por desgracia, él también conocía la respuesta. Alguien con tan poca inteligencia e imaginación como Vernon y Petunia Dursley.

―Clarisse. ―la reprendió Annabeth escandalizada.

―Oh, vamos. ¡Sólo he dicho la verdad! Seguro que tú también lo pensabas.

―Es el primo de Harry… ―protestó débilmente la semidiosa. Sin embargo, sus sonrojadas mejillas no hacían sino darle la razón a la hija del dios de la guerra.

―Puede que sea su primo, pero estoy segura de que incluso él estará de acuerdo conmigo. ―respondió.

―Sin duda. ―se apresuró a decir el joven dios tratando de evitar que la discusión entre las dos adolescentes fuera a más.

― ¿Lo ves? No todo el mundo es tan estirado como tú.

Annabeth frunció el ceño. Previendo una pelea, Fred y George decidieron que era hora de intervenir.

―Deberías haberlo visto cuando… ―comenzó George.

―…fuimos a buscar a Harry el verano de su cuarto año. ―terminó Fred por su hermano con la forma de hablar que era tan característica de ambos.

―Al final de nuestra visita…

―…su lengua medía más…

―…de un metro de largo. Debió de ser desternillante…

―…verlo teniendo en cuenta que Dudley parece…

──…una ballena con peluca rubia y sobrepeso. En serio, no debería…

―…ser posible estar tan gordo.

Clarisse alzó una ceja mirando a los gemelos antes de girarse hacia Harry.

― ¿De qué clase de monstruo estamos hablando?

― ¿Qué? ―preguntó Harry confundido.

―Tu primo. ―aclaró Percy.

―Ningún ser humano puede ser tal y tal y como lo habéis descrito. ―añadió Thalia.

―Seguro que es al menos parte monstruo. La pregunta es: ¿qué monstruo? ¿Tú qué dices Harry? ¿Troll?―sugirió Luke guiñándole un ojo.

Harry no pudo evitar sonreír.

― ¿Qué te han hecho a ti los pobres troles? ―bromeó siguiéndole la corriente. ―Esas pobres criaturas ya han demostrado ser más inteligentes que todos los Dursley juntos.

―No pareces tenerles mucho cariño. ―intervino Poseidón en voz baja cuando los niños dejaron de reír.

Harry guardó silencio unos segundos, ignorando las miradas inquisitivas de todos.

―Los Dursley… ellos nunca han sido mi familia.

―Pensé que… habiéndote criado con ellos…

―Pero es cierto, ¿no es así?

Los Tres Grandes se miraros entre ellos unos instantes, pensando cuál sería la mejor manera de responder. Era importante que escogieran bien siguientes palabras. Lo último que querían era que Harry pensara que no querían formar parte de su vida, pero tampoco querían que pensara que no podría mantener el contacto con aquellos que hasta apenas unas semanas antes había pensado eran su única familia.

―Harry, esto no tiene por qué cambiar nada. ―dijo Zeus lentamente. ―Es decir, aún puedes verlos cuando quieras. Podemos hablar con tus tíos y organizar visitas…

― ¡No!

― ¿Harry?

Hades frunció el ceño. Había algo, un pensamiento, una idea, que no lograba atrapar por completo. Como cuando buscas una palabra exacta en tu mente y esa es única que permanece en la punta de tu lengua sin querer ir más allá.

―Ellos nunca han sido mi familia. ―murmuró el joven. ―Ni siquiera cuando pensaba que eran todo lo que tenía.

― ¿Qué quieres decir, Harry?―preguntó Hera con evidente preocupación.

Hermes frunció el ceño. Tenía la sospecha de saber por dónde iban las cosas y no le gustaba en absoluto.

Arriesgando una mirada en la dirección de los Tres Grandes tuvo que contenerse para no encogerse. Por una vez, esperaba equivocarse por completo.

En caso contrario, las consecuencias no serían bonitas.

Al menos no para los Dursley.

El siguiente debería ser el final de la hora del cuento (aunque quizá logre introducir algo sobre Dumbledore al final). Después de eso espero que la historia vuelva a la acción.

De nuevo, disculpas por la larga espera, la larga nota y el corto capítulo. Espero que, si alguien aún continúa leyendo esta historia, no se sienta demasiado decepcionado tras este capítulo.