N/A: Así que, aquí tenéis el Capítulo 4 :P Disfrutad.

N/T: Si está entre comillas y en cursiva, "así", significa que están hablando en pársel.


Harry entró en Pociones al día siguiente y apenas logró detenerse de boquear. Ni Ron ni Hermione le habían esperado en el almuerzo para bajar a las mazmorras, causando que él entrara solo a la clase de Pociones.

Al entrar, inmediatamente vio que muchos habían cambiado sus asientos. Ya que las pociones que harían este año eran más volátiles y peligrosas, habían sido colocados en mesas de dos en vez de las anteriores de tres. Harry y Ron habían estado en una mesa con Hermione, y Neville Longbottom junto a ellos y Dean Thomas y Seamus Finnegan al otro lado.

Ahora, sin embargo, las cosas habían cambiado. Ron y Hermione estaban en la mesa de Ron y Harry. Parvati Patil estaba con Neville en la mesa de Neville y Hermione y el único lugar sobrante era con Draco Malfoy. No le importaba ser el compañero de Draco ya que se habían convertido en … todavía no amigos, pero rivales de escuela en vez de enemigos jurados. Draco había dejado claro que estaba del lado de la Luz cuando se las arregló para llegar al Ministerio de Magia en junio y salvó tanto la vida de Harry como la de Neville.

Draco había estado en el ala hospitalaria con Harry, y habían declarado una tregua. Habían vuelto a la amistosa rivalidad que habían tenido en primer año, excepto que se llevaban bien. Todavía había el usual lanzamiento de insultos y tiradas de bromas, pero ahora todo era para divertirse y no con la intención de herirse.

Encogiéndose de hombros, Harry caminó a la parte de delante de la habitación y se sentó al lado de Draco, colocando su mochila en el suelo, junto a la mesa.

Draco enarcó una ceja. —¿Qué pasa, Potter?¿Tus amigos te han abandonado?

—Más o menos. — dijo Harry y Draco ojeó hacia atrás a Ron y Hermione.

—Están saliendo, ¿no es así? — asumió Draco.

—Sip. Ocurrió ayer en Hogsmeade, excepto que no quieren decirme que están saliendo por alguna razón a pesar de que de hecho les dije que empezaran a salir antes de que fueran al pueblo. — asintió Harry.

Vieron que Snape enarcó brevemente una ceja hacia la nueva disposición de asientos. —Hoy estaremos empezando Veritaserum. Toma una semana de elaborar y cuando se prepara correctamente causa que el que lo beba solo diga la verdad por un tiempo. Estaremos tomando muestras para que no se equivoquen, amenos que prefieran ser envenenados por sus propias creaciones. Trabajad con vuestro compañero y elaborad un caldero. Comenzad. — le dijo Snape a la clase en su usual tono helado de voz y todos salieron en desbandada a empezar.

—Aquí. Comienza rebanando cuatro raíces de margarita. — dijo Draco mientras encendía un fuego bajo su caldero y añadía dos vasos de agua. Puso la raíz de Valeriana cerca y comenzó a cortarla en cubitos. —Así que, ¿qué está pasando? No hemos hablado en realidad en un par de semanas.

—Seh, he estado ocupado. Tengo que trabajar con tu padrino. — dijo Harry, poniendo sus delgadas rebanadas de dos en dos.

—¿De verdad? — Draco enarcó una ceja con una sonrisa de suficiencia.

—Cállate, Draco. Me odia. Nosotros trabajando juntos difícilmente va a terminar bien. — dijo Harry, dejando caer ocho gotas de sangre de sirena en el caldero. Le había dicho a Draco que no odiaba al Profesor Snape por mucho que soliera hacerlo y, mientras Draco se burlaba de él sin piedad acerca de ello, lo apoyó y había amenazado con juntarles a la fuerza si Harry no hacía algo.

—No te odia. — dijo Draco, revolviendo la poción hasta que se volvió amarilla, mientras Harry medía el polvo de asfódelo.

—¿Por qué la gente continúa diciendo eso? — dijo Harry con exasperación, mientras espolvoreaba el asfódelo en la superficie de la poción.

—¿Quien más lo ha dicho? — preguntó Draco.

—Dumbledore, Madame Pomfrey, McGonagall, Hagrid, Ivory. — Harry enumeró a los que continuamente le decían que el profesor de Pociones no le odiaba.

—¿Ivory?¿Como el familiar de Snape, Ivory? — dijo Draco, removiendo haciendo un ocho en su caldero, ambos viendo como cambiaba lentamente de color.

—¿Hay más Ivorys en la escuela? — Harry enarcó una ceja. — De todos modos, sip. El cuervo de Snape, Ivory. ¿Porqué?

—Bien, tan solo pensé que era extraño. Quiero decir, Ivory no habla con muchos aparte de con Snape. Habla con Dumbledore, McGonagall, Pomfrey, y conmigo. Eso es todo. Ni siquiera habla con mi padre o cualquiera de los otros Slytherins. — dijo Draco y dejó caer dos pétalos de rosa negra.

Harry se encogió de hombros. —Me dijo que había estado vigilándome y protegiéndome porque Snape me protegía.

Harry se perdió los ojos extremadamente abiertos de Draco mientras dejaba caer una escama de basilisco machacada. La poción burbujeó y se volvió del requerido azul oceánico. —Ahora hervirá a fuego lento durante tres días. — dijo Draco y ambos lanzaron encantamientos protectores al caldero. —Ahora, sobre lo que dijo Ivory.

—¿Qué acerca de eso? — preguntó Harry mientras limpiaban.

—¿Fueron esas las palabras exactas que usó? — dijo Draco.

Harry frunció el ceño. —Umm, seh. Eso creo. ¿Por qué?

—Por ninguna razón. Tan solo curiosidad. — Draco sacudió la cabeza.

Harry rodó los ojos. —Eres bastante irritante, Draco, ¿sabias eso?

Draco se encogió de hombros. —Eso intento.

—Yo creo que es natural. — dijo Harry.

—Me hieres, Harry. —dijo Draco, poniendo una mano sobre su corazón.

Harry le miró con diversión y sacudió la cabeza. —Necesitas que tu ego se desinfle, de todos modos.

—¡Oh, que dolor! Cómo llegamos a ser amigos está más allá de mi. — dijo Draco dramáticamente.

—¿Amigos? — dijo Harry con seriedad.

—Seh. — asintió Draco.

—¿Nos consideras amigos? — preguntó Harry.

—Bueno, si. En realidad eres mi único amigo. — dijo Draco, mirando a cualquier parte excepto a Harry.

—Simplemente pensé que eramos rivales amistosos, como en primer año. Bueno, sin los intentos de que el otro sea expulsado. — dijo Harry.

—Es un poco difícil pensar cualquier otra cosa ahora. — Draco sonrió abiertamente y Harry se rió entre dientes.

—Limpiad vuestra zona de trabajo y luego salid. — dijo Snape. —La poción debe hervir a fuego lento durante tres días. Salid.

—Voy a bajar a la Cámara. ¿Quieres venir? — preguntó Harry mientras dejaban la clase, habiendo limpiado ya.

—No, tengo práctica de Quidditch. El partido contra Ravenclaw se avecina. Té veré más tarde. — dijo Draco y se separaron en en Hall de Entrada.

—Nos vemos. — dijo Harry y se dirigió al baño de chicas en el segundo piso.

Por alrededor de año y medio, casi dos años ya, Harry había estado volviendo a la Cámara de los Secretos. Se las había arreglado para tener la Cámara completamente limpia... bueno, tan limpia como podía estar la Cámara. Había recolectado todo lo posible del Basilisco muerto. Se aseguró de que todo quedara preservado de manera que siempre se podría utilizar. Además exploró todos los túneles, finalmente encontrando uno que daba a un conjunto de habitaciones. Estaba claro que Salazar Slytherin había creado aposentos en la Cámara para poder quedarse allí a veces.

Todavía estaba descubriendo cosas en los aposentos, pero había encontrado mucho ya. Los aposentos consistían en un dormitorio, un baño, un estudio, una biblioteca, una cocina y una sala de estar con chimenea. Harry había descubierto que la chimenea estaba conectada a la Red Flú de Hogwarts, así que Harry por lo general usaba la conexión flú desde y hacia la Cámara.

Había muchos libros escritos por Slytherin en la biblioteca y aún más escritos por el propio Merlín. También había un buen número escritos por los otros Fundadores. En el estudio, Harry había descubierto varios diarios personales de Slytherin. Sin embargo, estaban en su mayoría en pársel así que Harry estaba trabajando lentamente en su traducción.

Siseando la contraseña, Harry esperó a que los sumideros se detuvieran y la entrada apareciera. Finalmente todo estuvo quieto y Harry saltó por el agujero. Había encantado el final para que frenara y te dejara cuidadosamente en el suelo, a diferencia del brusco aterrizaje de su segundo año. Había limpiado todos los pequeños huesos de animales que habían estado en la cámara de entrada.

Caminó por el túnel, habiendo limpiado también los escombros del derrumbe de su segundo año. Una vez más silbó en la entrada a la cámara principal, dónde había combatido al Basilisco, Harry bajó las escaleras y comenzó a caminar sin prisas por el suelo de piedra. Las paredes y el techo todavía estaban húmedos pero Harry los había encantado para que no goteasen al suelo, manteniéndolo seco. La docena de estatuas de serpientes que recubrían el suelo estaban de nuevo limpias y secas, al igual que la gran cara de piedra de Salazar Slytherin de la que había surgido el Basilisco.

Cambiando el agua por el líquido fresco del Lago Negro, el lugar estaba casi habitable. Había movido unas pocas sillas y una mesa al área abierta dónde Ginny Weasley había yacido luchando por su vida. Había traído a sus amigos a la cámara muchas veces pero por lo general prefería ir solo. La Cámara casi se había convertido en un lugar de consuelo y solía odiar compartirlo.

Dejando caer su mochila en una de las sillas al pasar, Harry continuó por los túneles, en dirección a los aposentos secretos de Slytherin. Finalmente se detuvo frente a un cuadro en blanco y negro de una gran cobra, un león, un cuervo y un tejón. Al principio, Harry se había sorprendido de ver a todas las mascotas de la escuela en un cuadro, pero se recuperó cuando supo que era la manera de Slytherin de mantener a sus amigos junto a él.

"Hola, Cecelia," — siseó Harry a la serpiente. La cobra inclinó la cabeza en señal de saludo y volvió a dormirse.

—Ónice. — le dijo al cuervo.

—Sombra. — Sonrió hacia el tejón.

—Hola, Benji, — le dijo al león. —Unidad.— y el cuadro se abrió. Sabía que probablemente no necesitaba una contraseña pero no quería corre ningún riesgo.

Agitando su varita, Harry encendió el fuego y se desplomó en el sofá verde oscuro, apoyando sus ahora solo-vestidos-por-calcetines pies en la mesita de caoba. Notó que había un diario abierto al lazo de un trozo de pergamino y se dio cuenta de que había tenido que salir temprano el otro día y no pudo terminar la traducción. Recogiendo el diario, pergamino, pluma y tintero, Harry procedió a terminar de leer y traducir las páginas.


Harry maldijo por décima vez mientras corría por las mazmorras. Había perdido la noción del tiempo en la Cámara y ahora llegaba tarde a su primera lección con Snape.

Y tenía que ser Oclumancia de entre todas las cosas, pensó Harry con amargura. Se deslizó hasta parar frente al retrato de Salazar Slytherin.

—Llegas tarde. — dijo Salazar.

—Ya lo sé. Estaba preocupado ¿Está Snape aquí? — dijo Harry, recuperando el aliento.

—¡Ven aquí, Potter! — gritó Snape desde el interior haciendo a Harry gemir.

—¿Porqué intento tener esperanzas? — le dijo Harry a Salazar.

—Solo Merlín sabe. Es mejor que entres antes de que él salga aquí. — Salazar negó con la cabeza, sonriendo y con los ojos brillantes de diversión.

—Buena idea. — Harry asintió con la cabeza. —Hasta luego, Salazar. — dijo al entrar a los aposentos.

—Buena suerte, señor Potter. — oyó decir a Salazar mientras el retrato se cerraba.

Harry fulminó a la puerta. —Bromista. —murmuró.

—Estoy encantado de que finalmente decidió honrarnos con su insufrible presencia,— dijo una voz familiar, arrastrando las palabras, goteando desprecio y sarcasmo.

Harry se volvió para encarar a Snape, frunciendo el ceño. —Lo siento, señor, pero yo–

—No estoy de humor para explicaciones sin sentido o disculpas inútiles. — espetó Snape y la mirada de Harry se intensificó. —Entonces, voy a suponer que el director estaba en lo correcto y, ¿no sabes nada acerca de la Oclumancia?

—Si, señor. — dijo Harry monótonamente.

—¿Entonces por qué nunca dijiste nada el año pasado? — dijo Snape fuertemente.

—¿Cómo podría hacerlo contigo atacándome cada tres segundos? Incluso si lo hubiera intentado, ¡no me habría escuchado o creído! — gritó Harry. —¡No se me puede echar toda la culpa!¡Usted es tan culpable como yo!

—¡Por supuesto! ¡Nada puede ser culpa de Harry Potter! ¡Ser el Chico–Que–Vivió le exime de todas y cada una de sus faltas! —gritó Snape.

—¡Eso no es lo que he dicho! ¡Eres un bastardo! ¡No entiendo por qué Dumbledore piensa que esto es posible! ¡Me odias demasiado!

—¡Como si tú no me odiaras, Potter!

—¡Ahora mismo estoy encontrando difícil no hacerlo!

—Siempre y cuando sea mutuo, Potter. Ahora, siéntese. Ésta no será un sesión práctica. — dijo Snape, con su voz volviendo a la normalidad, pero Harry aún podía oír la ira aplastante escondida en sus palabras.

Harry lo fulminó, pero se sentó en la misma silla que había usado antes. Observó como Snape sacó un grueso tomo de un estante y lo dejaba caer en el regazo de Harry. —Lea los dos primeros capítulos. Trata de terminar en el tiempo asignado, a pesar de lo difícil que sea. — le dijo Snape y Harry frunció el ceño. Abrió la boca para discutir, pero se lo pensó mejor y se quedó en silencio.

Snape le lanzó una mirada de 'es mejor callarse' antes de caminar hacia su escritorio para corregir ensayos. Harry suspiró y abrió el libro de Oclumancia y Legeremancia.

—Um, ¿profesor? — dijo Harry antes de comenzar a leer. Snape lo miró. —¿Va a enseñarme Legeremancia?

—Sería beneficioso. — dijo Snape, asintiendo.

Harry asintió a su ves antes de volverse hacia el libro, empezando el primer capítulo. Un tenso silencio cayó sobre la sala, perturbado por el tic-tac del reloj, el rasgueo de la pluma de Snape y el pasar de las páginas del libro. Harry estaba rígido y tenso mientras estaba sentado allí leyendo. Trató de relajarse, pero no pudo. Estaba en una habitación con Snape. ¿Cómo se suponía que iba a relajarse?

Los minutos pasaban lentamente, a pesar de que estaba completamente absorto en el libro. Era extrañamente interesante y finalmente entendió la Oclumancia. Ahora, si podía transferir ese conocimiento a una lección práctica era una cuestión diferente, pero tenía la sensación de que las lecciones de Oclumancia resultarían mejor en esta ocasión.

Eventualmente las dolorosas dos horas llegaron a su fin justo cuando Harry estaba a medio camino a través del segundo capítulo. Vagamente registrando que Snape se movía, pero su atención y concentración se centraban en las palabras antes que en él.

—Bien, Potter, — se mofó Snape y Harry lo miró con rabia. —Parece que cuando tus pequeños amigos no están para distraerle y realmente utiliza la poca inteligencia que pueda tener, es capaz de completar incluso las tareas más simples.

Harry miró pero una vez más no dijo nada. —¿Tiene todo lo que ha leído atascado en esa dura cabeza suya?

—Si. — dijo Harry entre dientes. —Lo entiendo mejor ahora.

—Terminará de leerlo cuando tengamos la próxima lección de Oclumancia y luego vamos a ver si entiende todo tan bien como cree. ¡Fuera! —dijo Snape, arrebatándole el libro a Harry.

Refunfuñando entre dientes, Harry agarró su bolso y salió de los aposentos, haciendo caso omiso de las llamadas de Salazar para que volviera.

Harry no dejó de caminar, pero se abrió paso hacia arriba de la escuela, llegando finalmente a la Torre de Astronomía sin ningún reconocimiento de donde sus pies lo habían llevado. Dejó caer la mochila al suelo con un suspiro y se acercó a la verja. Apoyando los antebrazos en el metal y entrelazando sus dedos, se inclinó hacia delante y se quedó mirando el anochecer. La noche caía rápidamente, fundiéndolo todo en las sombras. Mientras miraba a través de la tierra, vio una mancha de oscuridad que era más densa que el resto y estaba aparentemente en movimiento. No le tomó mucho tiempo para reconocer el movimiento oscuro como Ivory, quien finalmente se estableció en la barandilla junto a él.

—Hey, Ivory. — saludó Harry tranquilamente.

—Hola, Harry Potter. — Ivory inclinó la cabeza y Harry sonrió un poco ante el habitual uso de su nombre completo. —¿Cómo os fue en vuestra primera lección, querido?

Harry negó con la cabeza ligeramente. —Nos gritamos. Yo leí y él corrigió. Discutimos. Me echó. Vine aquí. — resumió amargamente.

—¿Así que no fue bien?

—Bueno, esta vez no terminó conmigo teniendo un frasco arrojado a mi cabeza o mi cuerpo tirado en el pasillo, así que creo que es una mejora respecto al año pasado,— dijo Harry con un toque de sarcasmo a pesar de ser cierto. Su última lección de Oclumancia el año pasado no había terminado bien. También había sido el incidente del Pensadero así que no era de extrañar que hubiera sido un final peor para una lección de lo era habitual. Snape le había lanzado un frasco de cucarachas a la cabeza (pero falló, por suerte) y luego procedió a tirar a Harry de la habitación al pasillo.

—Por lo que sé, el año pasado no es un buen ejemplo para comparar nada. — dijo Ivory y Harry resopló.

—El año pasado fue un completo desastre. — Harry suspiró, tratando de mantener sus pensamientos lejos de su desastroso quinto año.

—Si, eso he oído. — asintió Ivory. Se quedaron es silencio un tiempo antes de que Ivory volviese a hablar. —Va a mejorar, querido. Vosotros dos lo haréis mejorar y tendréis que luchar por lo que queréis.

Harry la miró. —¿Por qué eso suena como una pista sobre el futuro? —Enarcó una ceja.

—Las Antiguas Lineas Francesas tienen sangre de Vidente y son capaces de ver el futuro de su Protegido y aquellos que están conectados a ellos. — le dijo Ivory.

—Esto es ridículo. Eso no está en ninguno de los libros que he leído y no estoy conectado a Snape. Él prefería soportar la maldición Cruciatus todos los días por el resto de su vida antes de convertirse en mi amigo o cualquier otra cosa aparte de lo que somos ahora... lo que demonios sea. — dijo Harry.

—Como he dicho, lo haréis y tendréis que luchar. — dijo Ivory ominosamente.

Harry entrecerró sus ojos hacia ella. —¿Qué es exactamente por lo que voy a luchar, además de lo obvio?

—Una nueva vida. — dijo Ivory, con la cabeza inclinada, y Harry sabía que estaría sonriendo si pudiera. No tuvo la oportunidad de decir nada antes de que Ivory despegara y se desvaneciera en la noche.


N/T: He tenido algunos problemas personales, pero ya estoy de vuelta.

¡Y muchas ganas a Mani, Koneko1630 y a lisicarmela por sus rewiews!