LOS HEROES NO NACEN… SE HACEN
Después de todo, Miku Hatsune, a pesar de tener muy bajos recursos; logró derrotar a todos los avariciosos y le salvó la vida a todo un pueblo. Pero ella en parte recibió grandes recompensas, una estatua en el centro de la ciudad de ella y su perro Nevado y Roscoe, los tres líderes del trineo de la salvación; pero a pesar de recibir tal elogio, ella opinó que su mayor recompensa fue la sonrisa de su ser amado; que ahora es su esposa.
Luki ordenó hacer esa estatua, pues le prometió devolverle las gracias de una forma ``homenajeada´´ y vaya que lo logró… pero entre Kaito y Meiko se descubrieron que tenían muchas cosas en común, una de ellas, que ambos se amaban.
Len regresó con su hermana Rin a Sekigahara, hogar natal de ambos jóvenes, pero no sin antes pedirle una entrevista a la salvadora de un pueblo demasiado escaso de recursos, pero lo que Miku le dijo le impactó
-Len san, solo puedo decirte que…- prosiguió la Hatsune- Los héroes no nacen… se hacen-
¿Pero este es el fin? Me faltó decir una cosa, donde se hallaba el oso gris muerto, construyeron una estatua de Miku con el oso bajo ella y la muchacha alzando la lanza…
Con una placa de oro donde estaba grabado ``Todos para uno… y uno para todos´´
Perdurando así, por el resto de la historia.
FIN