Parte 2.
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Los abrió de nuevo nada más para observar como con un palo le reventaba la cabeza a golpes al guardia que los había atacado. Golpe tras golpe, la sangre de aquella "persona" se derramaba casi llegándole a los pies. Estaba asustada, de las cuatro personas que la protegían solamente quedaba una y esta parecía haberse quedado loca, pues no dejaba de arrematar contra la ya inexistente cabeza.
_D-detente... !Basta!- lo último salió casi como una súplica y con su voz algo quebrada por las lágrimas que salían de sus ojos rápidamente.- ¡Yoru-san!
El hombre se detuvo, respiraba agitadamente, observo sus manos y ropa salpicadas por la sangre para después observar a la indefensa ojiperla tirada en el suelo llorando, llamándolo a que se detuviera, soltó el palo y fue en su búsqueda.
_ ¿Está bien señorita? – Yoru observo las lágrimas caer por sus mejillas, intento limpiarlas con su mano pero cuando la acerco a su rostro Hanabi retrocedió, eso lo desconcertó pero entonces se dio cuenta que su mano se encontraba llena de restos y de sangre del que fue se compañero de trabajo.
Dio un suspiro profundo y se recargo en la pared a lado de donde seguía la morena en el suelo con la misma posición de antes.
_Tiene que salir de aquí.
Hanabi volteo a verlo con los ojos hinchados, sorprendida, Yoru no pasaba de los 30 años, pensaba que a lo mejor tuviera esposa e hijos, rubio de ojos verdes con ese cuerpo sería imposible que al menos no tuviera novia, pero este hombre no tenía nada de eso, se dedicaba cien por ciento a su trabajo : protegerla. Y como parecía ser costumbre la volvía a sorprender
¿Por qué tenía que salir ella… y no los dos?
Entonces una idea paso por su mente y su llanto volvió de nuevo, se repetía mentalmente que quizás no escogió bien las palabras y que se refería a que los dos tenían que salir de allí.
_No, no, no…- se acercó a él gateando, arrastrando aquel hermoso kimono por el suelo sucio y ensangrentado dejándolo en un recuerdo.
Empezó a tocarlo, buscando la prueba de que se equivocaba en pensar aquello, que solamente se había equivocado en sus palabras, para su desgracia tenía razón.
Estaba herido.
Dejo de buscar y recargo su cabeza en el fornido pecho de Yoru.
_Por favor no…-la abrazo, sujetando tiernamente su cuerpo.
_Tranquila saldrás de esta. Ten. –Yoru le dio el arma y un papel con un numero en él y lo que a simple vista parecía una dirección, Hanabi levanto el rostro y tomo temblorosa aquel pesada arma y el papel que en ese momento no supo porque le parecía tan liviano.- Es el número de Hinata-sama.
Volvía a sorprenderla de nuevo, ese hombre tenía un don en impresionarla.
_ ¿Cómo…- su llanto no la dejaba articular alguna palabra.
_Hinata-sama siempre estuvo cuidando de usted, se suponía que en vez de llevarla con su señor, yo la llevaría con su hermana para pudiera vivir con ella.
_ Pero mi padre…
_Su padre no sabía nada de esto, solo yo sabía dónde encontraría a su hermana, la dirección es donde nos encontraríamos en 5 días. No soy un simple guardaespaldas, soy un amigo de su hermana entre en este trabajo por petición de ella, solamente esperábamos el momento adecuado para que ustedes dos se reencontraran.
Hanabi seguía llorando pero esta vez de felicidad, ignoraba lo que pasaba en esos momentos a su alrededor, ignoraba lo que paso hace rato, lo único que le cabía en la mente era que su hermana siempre cuido de ella, que la vería dentro de 5 días, que cumpliría su sueño como ella lo hizo.
_Entonces tenemos que salir de aquí, los dos, tenemos que encontrarnos con mi hermana.
_ Eso es imposible. Toma el arma.- recargo el arma bajo la mirada ojiperla, dejo las balas que le quedaban extras y le tendió el arma, la moreno puso sus manos sobre las del rubio.
_Escucha podemos curarte estarás bien, tienes que llevarme con ella.
_ ¡Que tomes la maldita arma!- le arrebato el arma de las manos y la tomo lo más firme que podía en ese momento, sudaba frio, se sentía acalorado.- Así se sostiene, tienes que quitar el seguro para poder disparar, después firmemente y sin dudarlo disparas. Ahora tú hazlo.
_ ¡No! - pero Yoru le puso el arma en sus manos callándola.-Tienes que escucharme, tenemos…
_Quiero que hagas lo que te dije.-
Hanabi lo miraba desesperada, quería que la escuchara, que le prestara atención. Entonces hizo exactamente lo que le pidio, al pie de la letra.
_Bien ahora quiero que me escuches, cuando tomes el arma recuerda esto, no dudes, no pienses que matas a un ser vivo, si no a alguien que te está haciendo daño.- Hanabi escuchó atentamente esas palabras las cuales no sabía seria unas de las ultimas.- Corre.
_De que estas hablando, correremos los dos…
_Tienes todo lo que necesitas, encuentra a tu hermana.
Y sin avisar, haciéndole gala a su don de sorprenderla siempre, tomo el arma de sus blancas manos y se dio un tiro en la cabeza volándose los sesos justo enfrente de la ojiperla.
De nuevo la sorprendía.
De nuevo se quedaba quieta observándolo como lentamente se desangraba, esta vez lloraba sin darse cuenta, su sorpresa no dejaba para ninguna otra emoción.
Se había suicidado justo enfrente de ella.
Se había suicidado dejándola sola.
_No… por favor Yoru… por favor no.- lentamente recargo su frente en el suelo manchándola de sangre.
Un grito de terror salió de su garganta, de sufrimiento, estaba sola en esa maldita estación con ese maldito kimono.
¿Ahora qué?
No se atrevía a tomar aquella arma, algo le decía que si antes se le hacía pesada, ahora ni siquiera podría sujetarla, no tenía las fuerzas para hacerlo, pero entonces recordó que le había dado algo liviano, algo que le daría la libertad que había estado buscando desde hace tiempo.
Tomo el papel entre sus manos y con una determinación se puso de pie saliendo de aquella habitación dejando atrás los dos cuerpos irreconocibles.
Corrió lo más que pudo, tratando de esquivar todo lo que le pasaba por el camino, ya casi no había personas gritando y eso la asusto más que escuchar los gritos, al menos eso le daba la esperanza de que todavía había personas, pero él no escucharlos…
El kimono se le resbalaba por el cuerpo, se había desatado, tendría que ponerse algo más adecuado para correr y salir de ahí.
Encontró una puerta, pero cuando intento entrar esta estaba cerrada con seguro, entonces miro una ventana, como pudo se metió por ella entrando en una clase de oficina.
Se acercó algo cautelosa al escritorio encontrándose con el cuerpo de una joven que parecía tener su edad recostada sobre el suelo, se agacho a tocarla pero cuando lo hizo se dio cuenta que estaba muerta. Retiro su mano automáticamente como si quemara.
La apretó contra su pecho, entonces noto la ropa que tenía, una blusa y un pantalón, simple. Nada ostentoso. Y la idea que le cruzo por la mente la hizo dudar de su estado mental, pero ya estaba muerta y ella todavía tenía una oportunidad.
Lo más rápido que pudo se quitó el kimono y en ropa interior empezó cuidadosamente a quitarle la ropa al cadáver, primero el pantalón y después los zapatos, estaba por quitarle la blusa cuando escucho un sonido que hasta hace poco no hubiera reconocido, alguien le apuntaba la cabeza con un arma.
_ ¡¿Qué cojones le haces a mi hermana hija de puta?!- Hanabi semidesnuda levanto la miraba lentamente encontrándose con hombre.
_Yo lo s-siento, pero n-necesito ropa.
_ ¿! Y quien te da el derecho de tomar la suya?!- el hombre se acercó a tomarle bruscamente el rostro apuntándole con el arma, la morena por reflejo puso ambas manos en las del hombre para intentar aflojar su agarre.
_P-perdón… es que ella ya está… yo… en verdad lo s-siento…
_ ¡Cállate Zorra!- el hombre estaba preparado para dispararle pero Hanabi no podía separar sus ojos de aquel hombre, igual de solo que ella.
Entonces este cayó al suelo con un cuchillo encajado en el cráneo, asustada se alejó de él, un ruido la alerto levantando la mirada encontrándose con dos hombres armados y uniformados.
_ ¿Estás bien pequeña?- los observo atentamente uno de ellos tenía el cabello gris pero no parecía que fuera un anciano y el otro era moreno.- Encárgate de sacar el cuerpo de la habitación, no quiero que atraiga a esas cosas- el hombre poso su mirada en Hanabi, observando su cuerpo semidesnudo, la miraba de una manera que incomodaba a la ojiperla, como si fuera un pedazo de carne.- Además que parece incomodar a la señorita.
No decía palabra alguna, solo cubría sus pechos, siguiéndolos con la mirada dieron con el cuerpo de la chica.
_Hey creo que aquí hay otro, parece que estaban en medio de algo caliente, está igual que la chica , en bragas.- el hombre moreno tomo el cuerpo sin cuidado y le quito la camiseta tirándola al suelo mientras arrastraba el cuerpo- Creo que deberías ponértela, por tu bien.
Hanabi observo a los ojos al peligris que la seguía mirando atento y sin dudarlo se agacho a tomar la camiseta para ponérsela. Alcanzo a colocársela pero sintió que alguien le tocaba el trasero, rápidamente se giró para encarar al hombre.
_Oh vamos pequeña, no esperaras que después de aparecer así enseñando tus pechos yo me quede sin hacer nada.- El peligris la tomo bruscamente del brazo y ella lo miro asustada.
_Hey no te olvides de mí.
_Iré yo primero. Atrás.- La morena intento por todos los medios librarse de eso pero él era más fuerte que ella, el otro uniformado se alejó sentándose observando el espectáculo, el pecho de Hanabi subía y bajaba rápidamente por la desesperación.- A ver que tenemos aquí.
_ ¡No! P-por favor yo no…- lagrimas gruesas rodaban por las mejillas blancas de la pelicafe.
_Oh no te preocupes, no me molesta si no eres muy experta en esto.- La levanto bruscamente del suelo y la recargo en el escritorio con la cabeza contra este dejándole el trasero al descubierto.- Esto se ve bien.
Hanabi intento enderezarse pero aquel hombre con una sola mano presiono su cabeza contra el duro mueble lastimándola, no pudo evitar llorar más fuerte, el moreno puso un trapo en su boca y amarro sus manos en su espalda. El hombre saco su miembro erecto a causa de los quejidos de dolor de la ojiperla y de una estocada la penetro atravesando su virginidad.
_ ¡Ahh!- un quejido de dolor profundo salio de la garganta de la morena, la habían penetrado, por primera vez, aquel hombre estaba tomando lo mas preciado que tenia, le dolia, le ardia, quería quitárselo de encima, intentaba moverse pero el peligris la penetraba mas fuerte cada vez, metiendo su miembro en ella con demasiada fuerza.
_ ¡Vamos sujétala bien! Y será mejor que te apures que es mi turno. No te llevaras la diversión solo tú.
_Está bien vas pero solo tienes 5 minutos aún no he terminado con ella.- le dio una última estocada y salió de ella con el pene aun erecto, se sentó donde antes estaba el hombre y empezó a masturbarse.
_Agg esta tan caliente.- la penetraba más rápido y más fuerte que el otro.- ¡Mueve el culo zorra!- la tomo de las caderas para darse un doble impulso, lastimando sus paredes vaginales, sentía que un líquido le recorría la pierna.- eso es… así se hace ¿ves cómo eres experta en esto? ¡Sigue moviéndote!
La ojiperla no dejaba de llorar, se sentía sucia, manchada, ya no tenía caso vivir, ya no tenía caso encontrar a su hermana, ni siquiera pudo mantener con vida a Yoru, había dejado de poner resistencia, se dejaba penetrar cada vez más fuerte por aquel hombre que gemía excitado, que la tocaba bruscamente buscando placer con su parte intima. Cerró los ojos esperando que pasara rápido, que dios se compadeciera de ella y que la matara.
_ ¡Suéltenla ahora!- ese grito la hizo abrir los ojos. Entonces la vio. Mujer. Ensangrentada, sucia, con unos shorts, blusa de tirantes, vendas, no sabía si sorprenderse por su extraño cabello color rosa o por el hecho de que estaba arriesgándose en ayudarla sujetando un arma temblorosa.
_Vaya parece que no somos los únicos aquí ¿Cómo te llamas lindura?- usaba el mismo tono de voz que uso con ella la primera vez que la vio, sinto como sacaba el pene de ella.
_Aléjate de ella.-la chica apuntaba hacia el que segundos atrás la violaba, pero ella tanto como todos sabían que ella no se atrevería a disparar.
_Tranquila ¿sabes cómo usar una de esas? Yo creo que no, si no te darías cuenta que no está cargada.
Cuando miro como de un movimiento ese hombre la sujeto supo que ella compartiría el mismo destino que ella, que lo único que había logrado era atrasar un poco su sufrimiento y ella lo único que quería era que se terminara rápido. El que se masturbaba la quito del escritorio y la dejo en una esquina, como permitiéndole observar por lo que pasaría ahora aquella mujer que se había armado de valor para salvarla.
Estúpida.
Sentía lastima ni siquiera pudo ayudarla.
Le calculaba que tendría unos 20 y algo años… como su hermana.
Algo de preocupación le llego, como su hermana, esa chica era como su hermana. Presto atención en toda las cosas desagradables que le decían, como la sometían en el escritorio, entonces noto el arma que había traído la chica, no supo como pero se desamarro y la alcanzo.
Corre.
No dudes, no pienses que matas a un ser vivo, si no a alguien que te está haciendo daño.
Aquellas palabras le fueron de mucha ayuda, tomo el arma y tal como le había enseñado Yoru con determinación disparo.
_ ¡Imbécil!
_ No volveré… a fallar…- las palabras habían salido solas, habían sonado decididas, había salvado a su hermana.
_ ¿Estás bien? Tranquila todo estará bien…- acariciaba su cabeza, ese simple acto la hizo sentir bien. Lentamente la rodeo con sus brazos, oliéndola, olía a cerezos.- Necesito revisarte para saber si estás bien.- se aferró más a ella, no recordaba que su hermana oliera a cerezos.- Soy doctora no tienes por qué preocuparte, me llamo Sakura.-
Las lágrimas empezaron a caer y la trajeron a la realidad, ella no era su hermana.
_Buscare un botiquín.- se quedó allí mirando el suelo, ahora la estúpida era ella.- Vamos a levantarnos ¿sí? En la siguiente habitación hay una camilla ahí podre revisarte mejor.
Sintió la dura camilla en su espalda y aun con la mirada perdida, sabía que aquella chica sin conocer su nombre estaba buscando cualquier cosa para ayudarla. Una luz la cegó por un momento y se abrazó a ella misma intentando protegerse.
_ ¿Cómo te llamas cariño?-sintió sus pequeñas manos en su rostro despejándolo de su cabello enredado.- Esta bien no tienes por qué decírmelo ahora...
_Ha... Hanabi
_Hanabi tienes un hermoso nombre, mira necesito saber si no te lastimaron mucho y si lo hicieron ayudarte un poco con lo que tengo aquí, sé que es incómodo pero es para que ya no te duela ¿sí?
_Ellos… yo nunca... había tenido...
_Tranquila todo estará bien, saldremos de aquí y todo estará mejor.- en verdad le creyó a sus palabras, le había dado una oportunidad de encontrarse con su hermana, la estaba curando, la había salvado y no podía estar más agradecida con ella.- Hanabi tenemos que salir de aquí, no estamos seguras en este lugar. ¿Venias con alguien? ¿Tienes familia?
_Mi hermana- era la única persona que era su familia.
_Está bien buscaremos a tu hermana y saldremos de este lugar.- aquella declaración sonó decidía, lo noto y lo supo, había vuelto a encontrar a esa persona con el don de Yoru, pero esta vez no permitiría que pasara algo así de nuevo.
No volvería a sentirse sorprendida.
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Maya U.H