Nota: Bien... la idea de mezclar el universo de Hetalia con el mágico mundo de Hogwarts NO es original mía. Pueden encontrar MUCHOS fics de ello. Pero cualquier semejanza que veas entre mi historia y la de otros autores ¡Es mera coincidencia! La inspiración ha venido después de leer los libros y ver las películas de la maravillosa saga de Harry Potter.

Disclaimer 1: Hetalia (Axis Powers, World Series y Beautiful World) no son de mi propiedad intelectual. Pertenecen a Hidekaz Himaruya, y no es mi intención lucrar con su creación. Este fanfic solo tiene propósitos recreativos para quien lo escribe y para quienes lo leen.

Disclaimer 2: La saga "Harry Potter" (y los 7 libros que la componen, llevadas a la pantalla grande en 8 películas) no es de mi propiedad intelectual. Pertenece a la escritora británica J. K. Rowling, y mi intención no es apoderarme de su obra, sino inspirarme en ella para crear una historia divertida que los lectores y su autora puedan disfrutar.

Disclaimer 3: Im Hyung Soo, representación de Corea del Norte, pertenece a Lo-Wah, artista coreana-estadounidense de deviantart. Ximena García Fernández, representación de México, pertenece a Softlavender (autora de fanfics de Hetalia en español).


Desde la primera vez que el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería recibió en su seno a la primera generación de alumnos, el castillo se transformó en escenario de la más variopinta selección de personajes, albergue de las relaciones más extrañas y testigo de las más inusuales formas de amistad que alguien –muggle o mago- en vida siquiera osara a imaginar.

Para nuestro primer caso, nos remontaremos unos años en el pasado, cuando nuestra actual generación de quinto año hacía su ingreso al colegio, formada por algunos de los magos más carismáticos y extravagantes de nuestra historia.

.:I:.
"¡Déjame solo"

Hyung se desempeñaba como un buen estudiante. No en pocas ocasiones, en clases, los profesores le habían concedido algunos puntos a su casa por sus respuestas, fruto de horas de lectura y estudios que lo aislaban de sus demás compañeros. Solía refugiarse en su habitación, en la biblioteca, o llegar con anticipación a los salones para ponerse a leer. Lejos de despertar la admiración de sus compañeros, muchos de ellos entrados los meses comenzaron a molestarse con su falta de sociabilidad.

— Lo saludé el otro día, y solo me gruñó.

— Siempre lo hace— dijo Soi'Nam[1], un muchacho de su misma promoción también seleccionado en Ravenclaw — A pesar de que somos compañeros de cuarto, jamás hemos hablado en serio. Solo suelta monosílabos.

— Yo una vez conseguí hablarle en nuestra clase de Transformaciones. Pero lo único que me dijo fue "Déjame solo".

Esa fue su frase favorita por mucho tiempo.

Le gustaba el silencio. Le gustaba la serenidad. Poder estudiar y hablar en voz alta para sí mismo, practicar encantamientos sin que nadie se mofara de sus errores, meditar, trabajar sin nadie que obstaculizara su ambición de obtener resultados impecables, las alabanzas de los maestros y más puntos para su casa. Estar solo le gustaba, porque se sentía cómodo, independiente, aunque no precisamente feliz.

Cuando las miradas de sus compañeros se posaban en él con tanta saña, Hyung pensaba que solo cabía la posibilidad de que estuviesen comenzando a odiarlo por ser un prodigio. Y pronto dejarían de ser exclusivamente miradas, para volverse en abiertas manifestaciones de odio.

Ocurrió en una clase de Pociones en primer año en que su receta estaba aún a medias, y tenía un color rosa chillón y una consistencia fangosa, además de un fétido olor a gato sucio. Faltaba añadir algunos ingredientes para conseguir el resultado pedido por el profesor Nikolai[2], pero no contaba con que uno de sus compañeros –envidioso de su resultado, pensó Hyung- sacaría la varita mágica en clases y aplicaría en su caldero un hechizo para hacer que el contenido de este saltara desde el interior impactándole de lleno en la cara cuando se inclinaba para seguir trabajando, y eventualmente, quedara cubierto de ese fango rosa maloliente.

— ¡¿Qué sucedió aquí…?!— vociferó molesto el profesor. Él no había alcanzado a darse cuenta, puesto que le daba la espalda al escenario del crimen en ese momento, revisando el caldero donde trabajaban Iván Braginsky y Kim Ly Nguyen –ambos de Slytherin-.

— ¡Fue un accidente! ¡Se lo juro, profesor Nikolai…!— dijo el responsable.

— ¿Practicando hechizos que no tienen relación con mi clase? Cinco puntos menos para Gryffindor. Y por haber bañado a tu compañero en su poción a medio terminar, serán diez puntos menos para tu casa, Jones.

Hyung removió un poco de la mucosidad rosada de sus ojos, y distinguió el rostro inocentón de Alfred mientras trataba de excusarse con el profesor, y sostenía la varita mágica en alto.

— ¡Fue un accidente! ¡No quería hacerlo, pero el hechizo salió mal y le dio a su caldero…!

— Si quiere remediar en parte lo sucedido, será mejor que acompañe al señor Im a la enfermería para que pueda limpiarse la poción antes de que causen un efecto adverso en él… ¡Rápido, rápido!

Alfred avanzó hacia él, y como si nada, lo tomó del brazo y lo condujo fuera del aula de Pociones, ubicada en las mazmorras, con la intención de llevarlo inmediatamente con la señorita Rose[3]. Hyung opuso un poco de resistencia, puesto que quería quitarse parte de la poción que nuevamente volvía a molestarle en los ojos, pero Alfred insistió, forcejeando, y el ravenclaw notó que aún esgrimía la varita mágica en su mano derecha.

— ¡Hey, apresurémonos! ¡O seguro que vas a llenarte de escamas! ¡No seas bobo, intento llevarse a la enfermería…!

Alfred levantó la varita y le apuntó a la cara. El tono que había empleado –especialmente en la palabra "bobo"- no le había gustado para nada, así que antes de que el gryffindor reaccionara, Hyung había sacado su propia varita del bolsillo interior de la túnica, apuntó a Alfred, y gritó con fuerza:

— ¡Mocomurciélagos!

Una espesa masa verde cubrió la cara de Alfred en el acto, y lo hizo retroceder dando tumbos y chillando como protesta.

— ¡Hey…!

— ¡Eso es por arrojarme este fango apestoso en la cara, subnormal! — retó, aún apuntándolo con la varita mágica, mientras con la otra mano apartaba más de la poción que le cubría el rostro — ¡Y también por tratar de hechizarme ahora que estamos fuera de la sala…!

— ¡Iba a ayudarte a quitarte más de esa poción antes que me llenaras la cara de gargajos! ¡Blegh…! ¡Ay, no puedo ver nada…!

— ¿Qué es todo este alboroto? — Nikolai salió del salón, y varios alumnos veían detrás de él subiéndose en sus sillas y mesas. Intercaló su mirada entre los dos niños un par de veces, y se detuvo en Hyung — Oí que lanzaste un maleficio "Mocomurciélagos" a tu compañero. ¡Serán cinco puntos menos para Ravenclaw por eso!

— ¡Él iba a lanzarme otro hechizo, profesor…!

— ¡Iba a darte una mano, ridículo! ¡No a hacerte daño!

— ¡No me extrañaría que lo del aula también fuese a propósito! — gritó Hyung, pateando con fuerza el piso — ¡No querías que terminara mi poción, y decidiste arrojármela encima para que no obtuviera otra buena nota! ¡Seguro hace mucho tiempo que querías hacerlo porque estás celoso…!

— ¡No seas tonto, yo no…!

— ¡No te hagas el idiota! ¡Por algo apuntaste a mi caldero y no a otro lado!

— ¡Fue un AC-CI-DEN-TE! ¡Y trataba de ayudarte!

— ¡Mentiroso!

Sin poder contener un segundo más su ira, Hyung se arrojó sobre Alfred y comenzó a golpearlo con los puños. El gryffindor se defendió anteponiendo sus brazos antes que Hyung fuese a quebrarle las gafas, y se movió bajo el peso del asiático para asestarle un certero golpe en la mejilla aún manchada de rosa que le hizo caer a un costado, gruñendo de dolor. El profesor Nikolai se adelantó para agarrarlos a ambos del cuello de la túnica, deteniendo la pelea en el acto.

— ¡No conformes con hacer desorden en horario de mi clase, ambos se ponen a discutir! ¡Para colmo, solucionando las cosas como dos muggles ordinarios! ¡Indignante! ¡Qué vergonzoso! No voy a aceptar esta clase de comportamientos. Serán diez puntos menos para Gryffindor y para Ravenclaw, además, enviaré una nota a cada uno de los jefes de su casa para decirles que toda la semana que sigue los veré a ambos en mi despacho después de la cena: ¡Están castigados!

Las peores dos semanas en las vidas escolares de Alfred y Hyung. Tenían que limpiar los pasillos y aulas de las mazmorras sin usar magia, mientras el conserje los vigilaba y de cuando en cuando les proporcionaba algunos artículos de limpieza. En otras oportunidades ambos tenían que ayudar al profesor Nikolai a archivar los "Expedientes de Conducta" de los alumnos de otras generaciones en sus respectivas carpetas, y como Hogwarts existía desde hace muchísimos siglos, eran demasiados y el trabajo se volvía muy agotador.

Dos semanas de castigo no consiguieron hacer que los involucrados olvidaran el incidente de ese día. Sus discusiones se proyectaron en los siguientes años con cada vez más saña, se hacían bromas pesadas, y algunas un tanto peligrosas. No pocas veces se encontraban en sus horarios de castigo, y volvían a discutir, a aventarse hechizos y ganarse… aún más castigos.

— ¡Si Alfred fuese menos impulsivo, a Gryffindor no le restarían tantos puntos al día!

— ¡Todo es culpa de tu hermano, Yong Soo! ¡Él es de lo más desagradable! ¿Supiste que el otro día casi tira a Alfred de su escoba en el entrenamiento de Quidditch arrojándole un hechizo desde las graderías?

— Mi hermano no siempre es así ¡Y ustedes en parte tienen la culpa! Si fuesen un poco más amables con él, quizás Hyung consideraría serlo con ustedes-daze.

— ¿Ah, sí? ¡Pero si cada vez que intento hablarle, lo único que me dice es "Déjame solo"!

Después de un encuentro particularmente acalorado durante una clase de Defensa Contra las Artes Oscuras en su tercer año en Hogwarts, la profesora Sarangerel[4] no hizo más que regañarlos y enviar a Hyung a que se limpiara el amasijo amarillento que lo cubría después de que sobre él hubiese estallado una suerte de globo relleno de él, claramente puesto por Alfred y su compañía de bromistas.

— ¡Ya casi no quedan puntos para descontarles a sus casas! Y castigarlos jamás saca nada en claro. Anda, al baño. Y cuidado con ensuciar mucho los pasillos, o el conserje va a molestarse— ordenó la mujer, soltando suspiros de cansancio.

Cuando Hyung se alejaba del aula de clases, Iván Braginsky no pudo evitar notar "algo" extraño en él. Hace tiempo que quería manifestarle algo de apoyo, puesto que a él tampoco le agradaba demasiado Alfred, y si en algo ayudaba que por una vez se sintiera acompañado, valía la pena intentar acercarse. Además ¿Qué podía perder?

Lo siguió hasta uno de los baños de hombres que había en el castillo. Uno particularmente alejado de las aulas de clases, entonces comprendió que lo que deseaba el ravenclaw era esconderse. Había dejado un rastro de baba amarilla por todo su recorrido. Una vez adentro, Hyung accionó la llave de agua de uno de los lavaderos, y comenzó a asearse entre sollozos.

Sí, así era… estaba llorando.

Iván procuró ser sigiloso al entrar, y asomarse lo menos posible desde la puerta. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que Hyung adivinara su presencia gracias al reflejo del espejo que había colgado encima del lavamanos, y se volteara con ademán furioso hacia él. Aún una buena parte de su cuerpo estaba cubierto de esa masa amarilla, y además, estilaba agua del lavamanos que se confundía con lágrimas.

— ¿Qué…? ¿Vienes a burlarte de mí? — gruñó, haciendo ademán de sacar su varita del bolsillo interno de la túnica — ¡Largo! ¡Déjame solo!

— ¡Vaya sorpresa! — exclamó Iván sin un ápice de miedo o irritación, se internó en el baño y caminó hacia su compañero de promoción — Después de todo, tienes sentimientos. Si los demás te vieran en este momento…

— ¡Se mofarían, de seguro! ¡Así como tú!

— O tal vez reconsiderarían hacer todos esos comentarios desagradables sobre ti, y no te molestarían tanto— refutó el slytherin. Hyung sacó su varita, y le apuntó:

— ¡Traga-caraco…!

— ¡Expelliarmus! — en menos de un segundo, Iván había sacado su propia varita y pronunciado un hechizo de desarme, con el cual un destello de luz roja voló hacia la mano del estudiante de trenza y su varita salió despedida hacia algún lugar del cuarto. Ya indefenso, fue mucho más fácil seguir acercándosele — ¿Por qué trataste de atacarme? ¿Te he hecho algo?

— Vienes a… burlarte…

— ¡Uh-uh! —negó — Vine a ver cómo estabas. Kim Ly lo intentó hace dos semanas atrás, y si no me equivoco, tú le gritaste "Déjame solo". Y también a tu hermano, cuando en segundo año fue a sentarse contigo en la cena después de que su mejor amigo, Alfred, te hiciera quedar mal en la clase de Herbología. Y a Wang Yao, ahora a mí… ¿Cuándo será el momento en que por fin aceptes una mano amiga? ¡No todos aquí en Hogwarts te odiamos!

El ravenclaw bajó la vista, y parte del cabello le ocultó el rostro. Temblaba y sollozaba. Se llevó las manos a la cara, y comenzó a tallarse con fuerza los ojos.

— Ya he visto que la gente no es muy amable contigo… pero seguro eso cambiaría si cada vez que alguien intenta ayudarte dejaras de aventarles el hechizo "Traga-caracoles". Estás muy afectado, seguramente porque te sientes solo ¿Verdad?

—…algo.

— ¿Y si haces el intento? Yo quiero ser el primero.

— ¿El primero en qué? — preguntó Hyung, confundido, subiendo su vista enrojecida. Iván se acercó, y el muchacho se estremeció.

— El primero en ser tu amigo — avanzó otro paso más — ¿O aún quieres que te deje solo?

—…No.

Desde ese día, ambos se volvieron inseparables.


.:II:.
"Paseo por el Castillo"

No tuvieron que pasar muchos días para que Michelle recibiera la visita de Tantely, su amiga de Gryffindor, que la esperaba en la puerta de su sala común cuando ya las clases habían terminado.

— ¿Tienes un tiempo, pequeña tejona? — preguntó.

— ¿Para qué?

— Si los prefectos no te han dado todavía un paseo por el castillo, yo estoy dispuesta a hacerlo ahora mismo ¿Qué te parece?— invitó, sonriéndole.

— O-oh, bueno, je ¡Sí, parece muy bien! Ya terminé mi primera redacción para la clase de Historia de la Magia, así que el día de hoy he quedado libre— dijo la muchachita de coletas — ¿Tengo que llevar algo?

— Nada especial, a menos que quieras que tu sapo tome algo de aire. En lo personal no te lo recomiendo ¡El año pasado la profesora Chun Yan organizó un proyecto para quienes tenían notas deficientes en su asignatura, y plantaron plantas come-sapos por todo el borde de los invernaderos!

— ¡Ay…!

Después de dejar su mochila con los libros en la habitación que le fue asignada, Michelle se reunió con Tantely, y juntas, comenzaron a caminar por los pasillos del gran castillo encantado en dirección al hall principal.

— Seguro que ya los prefectos te mostraron los pasillos con las aulas principales los caminos hacia las salas comunes de las otras casas y los baños ¡Pero la parte más genial de Hogwarts –a mi parecer- son sus exteriores! — explicaba animosamente Tantely — El enorme Campo de Quidditch; los jardines llenos de toda clase de plantas lindas y aromáticas –cuidado, que algunas son somníferas y te hacen saltar las clases-; el lago ¡que es perfecto para refrescarse en verano! Y los alrededores del Bosque Prohibido. Cuando comienza a caer la tarde, a veces ves asomarse unicornios a los que les puedes dar terrones de azúcar, o hadas ¡O bowtruckles[5]!

— ¡Oh! — exclamó Michelle — Tantely, oí que las postulaciones para el equipo de Quidditch se hacen la segunda semana de clases. Y no es por presumir, pero me está yendo bastante bien con la escoba. Dime ¿Es muy difícil?

— Se requiere algo más que saber mantener el equilibrio sobre la escoba. También necesitas velocidad, fuerza, y la capacidad para concentrarse. Algo variable según el puesto que el jugador ocupe en el equipo. ¡Vamos, te platicaré mientras vamos al Campo de Quidditch para que eches un vistazo! Hoy el equipo de Slytherin iba a hacer una práctica previa antes de que lleguen las fechas de postulaciones.

— ¿Es muy difícil llegar a ser parte del equipo?

— Depende de a qué puesto estés aspirando— explicó, al mismo tiempo que ambas salían hacia los terrenos de Hogwarts, dirigiéndose hacia donde se erigía una imponente estructura dotada de graderías con banderines y estandartes de las cuatro casas, rodeando una gran elipse — En el Quidditch son siete jugadores por equipo. Y se juega con cuatro pelotas de tres tamaños distintos. Dependiendo de cuál sea tu puesto en el equipo, debes enfocarte en alguna de ellas. Por ejemplo, cada equipo cuenta con tres cazadores, los que se encargan de pasarse la quaffle –la pelota más grande del porte de una de basketball, de color rojo- los unos a otros y tratar de meterla en las tres porterías del equipo contrario, que tienen forma de anillos. Cada acierto marca diez puntos. El guardián, que es solo uno del equipo, trata de detener la quaffle.

— ¿Cómo el portero en un equipo de fútbol?

— ¡Precisamente! — Ambas llegaron al lugar que habían avistado, subieron por una escalera oculta tras un lienzo estampado con cuadriculado rojo y dorado, hasta situarse en lo más alto de los asientos para espectadores — Luego están los bateadores. Ellos usan dos bates parecidos a los de béisbol para golpear las bludgers, unas pelotas más pequeñas que la quaffle, para tratar de derribar a los jugadores del equipo contrario, y también para apartarlas de los de su equipo… ¡Esas pelotas sí que son muy peligrosas! Se mueven a gran velocidad, y si una te da en la cara, fijo te rompe la nariz o te deja inconsciente. Una vez Stefan Nikolov, uno de los bateadores de Hufflepuff que ahora está en sexto año, derribó desde tal altura a Magnus Densen –un cazador de quinto año del equipo de Gryffindor- que Madame Rose tardó dos días enteros en recomponerle los huesos del cuerpo.

— ¿Sabes, Tantely? Ya no me gusta tanto la idea de jugar Quidditch— admitió un tanto temerosa la hufflepuff, a lo que Tantely soltó una risita.

— ¡Tranquila, los accidentes siempre pasan, pero todo es reparable y casi nada doloroso! — dijo — Por último, el puesto más difícil, pero también el más importante del equipo, es el Buscador. Es quien se encarga de buscar la pelota más pequeña de todas: la Snitch Dorada, que además de ser apenas del porte de una pelota de golf, se mueve muy rápido por el aire y su color hace que sea bastante difícil verla entre tanto ajetreo. El juego termina cuando alguno de los Buscadores logra atrapar la snitch, lo que le da ciento cincuenta puntos a su equipo.

— ¡Vaya! ¿Ciento cincuenta puntos por una pelota? Suena algo absurdo — rió Michelle.

— A mí me parece totalmente justo ¡No sabes lo que es tratar de atrapar una pelota que se mueve como un colibrí, montada a cientos de metros de altura en una escoba, mientras esquivas dos pelotas asesinas!

—… viéndolo de esa forma, me parece un poco más justificable.

— He oído que se han producido partidos de Quidditch tan largos que los jugadores han tenido que ser reemplazados y partir a descansar ¡Y ningún Buscador atrapó la snitch sino hasta después de dos meses de juego!

— ¡¿C-cómo es eso posible…?!— Michelle se llevó ambas manos a la boca con gesto incrédulo.

— Y otros Buscadores que son tan, tan buenos, que dos segundos después de que tocan al silbato para comenzar el juego ya han atrapado la snitch

— Oh… ¡Genial!

— ¡Cazadores, cierren más el círculo! ¡Es más fácil pasarse la quaffle mientras más cerca estén! — decía un joven de sexto año, rubio, vestido con una túnica de juego color verde esmeralda con decoraciones en plateado, calzado con toscas botas negras. En torno a él, había un círculo mixto compuesto por seis integrantes más, también vestidos con el uniforme verde, además de accesorios como guantes, coderas, rodilleras y antiparras. Cada uno sostenía su escoba a un lado.

— ¿Es el capitán del equipo?

— Arthur Kirkland, de sexto año. Es el guardián del equipo de Slytherin— explicó Tantely. Señaló con el dedo — ¿Ves a los dos chicos con bates? Son Patrick Kirkland, su hermano de séptimo año; y Carlos Machado[6], de cuarto año.

— Oh.

— Y los tres cazadores. Govert Van Zondervan[7], de séptimo año, que es el rubio de cabello en puntas. Gilbert Beilschmidt, también de séptimo año, que es el chico de cabello blanco. Y el muchacho con máscara blanca: Sadiq Adnan, de sexto año.

— Entonces el Buscador… ¡Es esa chica!

— Natalya Arlovskaya, de tercer año— dijo Tantely, añadiendo con energía — ¡Ella nos dio a todos una gran sorpresa! El año pasado, cuando entró, el antiguo capitán que egresó el año pasado se echó a llorar porque posiblemente ese año iban a perder la Copa de Quidditch, que se le otorga al equipo que en sus tres juegos logre anotar más puntos. No tenía ninguna esperanza en Natalya, dado que a veces se comporta muy extraña, como si no estuviese conectada con este mundo… pero en su primer partido contra Ravenclaw ¡Atrapó la Snitch en tan solo un minutos y diecisiete segundos! ¡Delante de las narices del buscador, y sin despeinarse! Y eso que Vash Zwingli, de cuarto año, no es nada malo. Y ya había visto la snitch desde el inicio del juego.

— ¡Es sorprendente!

— Nah, pero el mejor equipo es el de Gryffindor— repuso Tantely con orgullo — Aunque ahora que Alicia Vargas[8] egresó, no sé quién tomará su lugar como Buscador.

— Si me vuelvo lo suficientemente buena… ¡Podría postularme al equipo de Hufflepuff!

— Será a partir de segundo año, cuando tengas tu propia escoba— dijo Tantely, palmoteando el hombro de su amiga. Abajo, en la elipse, los siete jugadores montaron sus escobas, dieron una patada en el suelo, y se elevaron por los aires.

— ¿No existe el caso de algún prodigio en el vuelo que haya postulado y quedado en su primer año en Hogwarts? Aunque fuese con una de las escobas de la escuela.

— Los hay. Pero no he conocido a ninguno. El caso más cercano podría ser Im Yong Soo, de quinto año, que según dicen sus compañeros y profesores, en primer año era el mejor sobre la escoba ¡Tiene un talento innato! Pero su familia estaba algo endeudada ese año con San Mungo[9] porque en las vacaciones antes de entrar los mellizos contrajeron viruela de dragón[10], y las escobas de vuelo no son baratas. Tuvo que esperar a segundo año para ingresar.

Los jugadores de Slytherin orbitaron alrededor de la elipse algunas veces a modo de calentamiento. Luego, los tres muchachos que se desempeñaban como Cazadores comenzaron a pasarse la quaffle en el aire, y cada seis pases a corta y larga distancia uno de ellos apuntaba a una de las tres anillas frente a las cuales estaba Arthur. Bloqueó casi todos los tiros, no obstante los que Govert lanzaba parecían ser especialmente difíciles, y más de uno de ellos logró atravesar a defensa del Guardián.

— ¡Nada mal, Govert! — alabó Sadiq — ¡Espero que lances de esa forma también en los partidos!

— Arthur es un buen Guardián— opinó Tantely — Al menos tiene un promedio de bloqueos mayor que el de Yong Soo y el de Heracles. Pero si me lo preguntas, el mejor de los Guardianes es Berwald Oxenstierna, de Hufflepuff. Va en quinto año. ¡Es casi una pared humana! El año pasado no lograron meterle ni un tanto a su equipo.

— ¡Wa~!— exclamó asombrada Michelle, haciendo a su amiga da un salto — ¡¿Viste lo rápida que es?! ¡Se lanzó en picada! ¡Ella es lo máximo!

Se refería, por supuesto, a la única mujer del equipo de Slytherin. Ella sobrevolaba en amplios círculos la cancha de juego, más de pronto, realizó en el aire un brusco movimiento, apuntando al suelo con la punta de su escoba. Sujetaba el palo con una mano, y la otra se extendía hacia el frente. Pasó por entre los dos bateadores, que casi cayeron de su escoba, y de pronto, a menos de cinco metros del suelo, Natalya remontó el vuelo. Tenía el puño del frente cerrado.

— Ya la atrapé— dijo, enseñando una pelotita dorada cerrada en su mano con un gesto de irritación — ¿Puedo irme ahora? Tengo cosas que hacer.

El capitán del equipo, no sin antes rodar los ojos, le dio su aprobación. Natalya bajó de su escoba y caminó hacia los vestidores. El resto de los jugadores siguieron practicando.

— ¿Quieres ir a conocer la cabaña del guardabosques antes que tengamos que ir a cenar?

— ¡Claro, vamos!

Las amigas bajaron de los estrados, y se alejaron del Campo de Quidditch, riendo y comentando acerca de lo maravillosa que era la escuela y sus alrededores.


.:III:.
"Podríamos ser Como Romeo y Julieta"

Luego de haberse quitado la túnica verde y todos los accesorios de juego, Natalya salió de los vestidores cargando su escoba al hombro, y se dirigió hacia el castillo.

Quería poder terminar con la lectura de la novela que ese verano había comprado en una librería del Callejón Diagon. Era una historia de amor donde una joven bruja del Medioevo se enamoraba perdidamente de un muggle; uno que, desafortunadamente, trabajaba para el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, y su corazón se debatía entre la lealtad a su fe, su odio por la hechicería, y la atracción que poco a poco la protagonista iba ejerciendo sobre él.

"¡Qué lindo sería vivir un romance tan prohibido e intenso como ese!", suspiró mentalmente Natalya.

Desde el límite del Campo de Quidditch, hasta la puerta de acceso principal al castillo, alguien había estado siguiéndola. Parecía coincidencia. Hasta que descendió tras de ella la escalera hacia las mazmorras. A menos que fuese DEMASIADA casualidad, la slytherin pensó que esa persona, que usaba la túnica con las decoraciones de Gryffindor, estaba siguiéndola.

Cuando tomó el camino que iba hacia la sala común de su casa, y el joven gryffindor no dejó de pisarle los talones, sus sospechas quedaron comprobadas.

— ¿Se te ofrece algo? — preguntó con sequedad, volteando hacia el muchacho.

— Eh… ¡Hola! — saludó, sonriendo con amplitud y cierto nerviosismo — Sí, bueno… estaba siguiéndote.

— No me percaté— respondió irónicamente la rubia, rodando los ojos.

— Te vi mientras entrenabas en el Campo de Quidditch. Déjame decirte: ¡Eres fantástica como Buscadora!

— Gracias— su tono no sonó nada sincero — Si ya me has dicho lo que necesitabas, espero no te moleste que me vaya.

— Aún tengo que preguntarte algo— la detuvo, luciendo un poco más preocupado — ¿Firmaron tus padres el permiso para ir a Hogsmeade[11]?

— ¿Quién eres? ¿Alguna clase de prefecto, o algo parecido? ¿Por qué te importa eso? — preguntó Natalya con tono ofendido.

— Quería saber si tienes acompañante para la primera excursión autorizada por la escuela. Es dentro de poco, y si aún no sabes con quién o a dónde ir, conozco un Salón de Té en el cual tú y yo podríamos pasar una linda tarde, charlar y conocernos…

— ¿Quién eres, y por qué de repente te intereso tanto? — seguía sonando agresiva, aunque por una parte comenzaba a asustarse.

— ¡Uh! Disculpa mi descortesía— rió el joven, rascándose la nuca — Me llamo Im Yong Soo. Pertenezco a la casa de Gryffindor, y soy de quinto año— rió nervioso — Es la primera vez que te hablo ¡Por eso estoy tan nervioso! ¿Sabes? Normalmente esto no me pasa con la gente, pero contigo es diferente.

— ¿Por qué?

— Eres una chica bonita— halagó con sinceridad. Natalya recibió el cumplido con la misma expresión indiferente con que se mira un espectáculo aburrido.

— Si ya acabaste con el show, debo irme. Me espera un libro en mi habitación.

Natalya trató de voltearse en dirección a la sala común de Slytherin, pero Yong Soo le cerró el paso.

— ¡¿Qué quieres…?!

— Aún no me respondes— sorprendentemente, la sonrisa del muchacho seguía ahí, intacta, y sus ánimos no habían mermado ni un poco ante la frialdad de la slytherin — Entenderé si esta vez me rechazas. Pero de verdad que me gustaría algún día poder conocerte mejor, he oído cosas fantásticas de ti, de verdad que me pareces muy linda e interesante-daze.

— No sé qué te habrán comentado, no sé qué ideas tienes de mí, y tampoco me importa. Ahora…— pidió en un jadeo, como si estuviese conteniendo las ganas de estamparle la cola de su escoba en la cara — ¿Puedes dejarme ir de una vez?

— ¿Eso es un "no"?

— ¡Es un "piérdete y déjame en paz"! — bramó con impaciencia.

— ¡Whoa! Me gustan las mujeres con carácter— celebró, aún más entusiasmado que antes — Si es tu decisión por el momento, la respetaré ¡Pero recuerda estas palabras: regresaré por ti! No puedes rechazarme para siempre-daze.

— ¿Por qué no?

— Soy buena persona— declaró, sonriendo con amabilidad — Vale la pena tomarse un tiempo para conocerme. Te prometo que conmigo vas divertirte mucho ¡Soy una buena compañía!

— Puedo seguir rechazándote a pesar de eso— la joven trató de continuar su camino, pero Yong Soo seguía ahí, interponiéndose — ¿Cuánto tiempo más vas a hacer eso?

— Dime que tendré una oportunidad y te dejaré tranquila.

— ¿Y si no lo hago?

— Insistiré.

Natalya bufó.

— Te daré una buena razón para que no lo hagas y busques a otra chica que quiera tu compañía en Hogsmeade: estamos destinados a ser enemigos. Mira nuestras túnicas. Tú eres un león, yo una serpiente. Jugamos en nuestros respectivos equipos de Quidditch, nuestra misión es destruirnos y estorbarnos mutuamente. No estoy interesada en fraternizar con un "enemigo", que además es tan distinto a mí ¿De qué forma podrías congeniar con alguien que en menos de diez minutos te ha rechazado por lo menos unas tres o cuatro veces?

Yong Soo hizo un mohín divertido.

— Tú y yo podríamos ser como Romeo y Julieta.

— Ah ¿Esos amantes desesperados pertenecientes a familias rivales que tuvieron un romance de tres días que causó seis muertes, incluyendo las de ellos mismos?

— Precisamente. ¿No sería emocionante? ¡Un romance prohibido e intenso! Pero claro, solo si te interesa— le guiñó un ojo — Que tengas un buen día.

Yong Soo se alejó a paso moderado, y subió las escaleras que conducían fuera de las mazmorras. Una vez sola, Natalya pudo por fin internarse en la sala común de Slytherin, específicamente en la habitación que compartía con María. Ella no estaba en ese momento allí, así que una vez que guardó su escoba en el armario junto a su cama con dosel verde esmeralda, la slytherin pudo girar, brincar, chillar y reír de la emoción cuanto quiso, hasta que se cansó y se dejó caer en la cama. Sacó su libro a medio leer de debajo de la almohada, lo abrazó contra su pecho y soltó un suspiro de ilusión.

— Como Romeo y Julieta… y como la bruja y el inquisidor… ¡Este será el mejor año que pudiese tener en Hogwarts!

Aunque, para hacerlo más emocionante… tal vez convendría que se hiciera de rogar un poco más.


Notas:

[1]Nombre humano para Tibet: Soi'Nam Wang.

[2]Nombre humano de Male!Bielorrusia: Nikolai Arlovskaya. Es profesor de pociones y jefe de la casa de Slytherin.

[3]Nombre humano de Fem!Inglaterra: Rose Kirkland. Es la enfermera de la escuela.

[4]Nombre humano de Fem!Mongolia: Sarangerel Yuan. Profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras y jefa de la casa de Gryffindor.

[5]Bowtruckle: Guardianes de los bosques. Son seres de estatura muy pequeña –veinte centímetros-, y parecen estar hechos de corteza y ramitas, por lo que fácilmente se camuflan en los árboles. Tiene bracitos dotados de ramitas filosas en las puntas, como dedos, que sirven para arrancar los ojos de sus enemigos… aunque por lo general son bastante pacíficos. Solo atacan cuando son amenazados, o el árbol que cuidan está en peligro -normalmente viven en los árboles cuya madera se usa para hacer varitas mágicas-. Se alimentan de insectos, especialmente cochinillas, y si pueden, de huevos de hadas.

[6] Nombre humano de Cuba: Carlos Machado.

[7] Nombre humano de Holanda: Govert Van Zondervan.

[8] Nombre humano para Fem!Italia Veneciano: Alicia Vargas (Se pronuncia "A-LI-sha").

[9] Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas: Institución de salud mágica que atiende magos y brujas afectados tanto física como mentalmente. Se encuentra oculta por diversos hechizos de la vista de los muggles, aparentemente como un conjunto de almacenes viejos "cerrados por reparaciones", al que se accede después de hablar con un maniquí vestido con jumper de nylon verde. Tiene seis niveles: la planta baja donde se atienden los accidentados por artefactos mágicos (varitas, calderos, escobas); la primera planta, donde tratan las heridas provocadas por criaturas mágicas (mordeduras, picaduras, quemaduras o aguijones clavados); la segunda planta donde están los pacientes con enfermedades mágicas; el tercer nivel es donde van pacientes envenenados por plantas mágicas; y el cuarto piso, donde se tratan los daños provocados por hechizos intencionales o mal realizados. En el quinto piso hay un salón de té con tienda de regalos.

[10] Viruela de Dragón: Enfermedad muy contagiosa que afecta a magos y brujas. Sus síntomas son muy parecidos a la varicela o la viruela. Cubre la piel de marcas, y además, le da un desagradable tinte verdoso. En casos muy leves, aparecen sarpullidos verdes y morados entre los dedos de los pies, y el afectado emite chispas cuando estornuda. La enfermedad posee cura, pero no está completamente erradicada.

[11]Hogsmeade: Es el único pueblo íntegramente mágico que queda en Gran Bretaña. Está situado muy cerca de Hogwarts, y a partir de tercer año, los alumnos pueden hacer visitas ocasionales (siempre que sus padres o tutores hayan firmado el respectivo permiso). Se encuentra del otro lado del lago, y se llega por un camino que conecta esta localidad con el castillo, pero también hay pasadizos secretos entre ambos (Si cree que fueron fundados en la misma fecha). Está lleno de tiendas y lugares para pasar un buen momento (bares, casas de té, restaurantes), además de las residencias permanentes de algunos magos y brujas. Aquí se encuentra la estación terminal de trenes para los alumnos que van a Hogwarts.


Notas de la Autora:

Volver a la universidad es un asco Q.Q mi musa aprovechó las horas en que estoy en clases para deshacer las amarras con que la tenía atada a la silla en mi cuarto y huyó lejos de mí (?). El punto es... ¡Vaya, qué difícil es volver a ajustarse a este ritmo!

A eso le debo la demora en la actualización. Y me duele mucho decir que esta no es la primera, ni será la última vez que me atrase, aunque haga lo mejor que pueda... ¡Lo que sí puedo prometerles es que no abandonaré esta historia sino hasta terminarla! w

Gracias a las tres especiales personitas que comentaron el capítulo anterior: Kayra Isis, Softlavender y Dazaru Kanchu.

Nos estaremos leyendo, espero que pronto.

¡Bye~!