Prologo

… y así fue como caí al fondo del acantilado. Sin darme cuenta, con solo un abrir y cerrar de ojos, mi corazón fue remecido sin piedad.

Por la mañana suelo revisar mi correo antes de empezar las grabaciones del drama, pero, esta mañana olvide hacerlo. No tuve tiempo ya que llegue, por primera vez en el año, tarde a la grabación y me vi en la obligación, incluso, de saltarme el desayuno para evitar recibir un gran reto de parte del director.

Hace 2 años, cuando vivía en Japón, ocurrieron una serie de acontecimientos que me llevaron a aceptar el mejor trabajo que me ofrecieron en el extranjero. Ahora estoy trabajando y viviendo calmadamente en Corea, un país cercano al Japón en el que vive Tsuruga Ren, mi primer y único amor.

Últimamente mi mente ha sido bombardeada por recuerdos del pasado, pero mis compañeros y amigos han estado junto a mí para mantenerme ocupada; ayudándome a olvidar cosas desagradables. Solemos salir los martes al karaoke, los miércoles a casa de Eun para comer las delicias que prepara su hermana pequeña, los viernes vamos a bailar un poco y comer con el staff, los sábados tenemos noches de chicas y los lunes o domingo repasamos los libretos. Simplemente ya no tengo momentos libres para caer en la melancolía… una parte de mi es feliz, pero la otra quiere de vuelta a la Kyoko que soy.

Mientras estuve en la grabación de la mañana, mis pensamientos iban de un lado a otro impidiéndome trabajar y lograr la actuación que se esperaba de mi. Gracias a esto nos dieron 15 minutos de descanso y me pidieron que me tomara unos minutos para caminar y aclarar mi mente. Seguí el consejo y salí a caminar para quitar de mi mente a Ren… esto se estaba volviendo un martirio; tal vez causado por algún espíritu maligno o el rey del mal. Nuevamente, al pensar en el rey del mal, recordé a Ren…

Cuando ya faltaba un minuto para volver al set, me llamaron avisando que debía volver al estudio. Suspirando corte la llamada y mire al cielo. Mi celular vibro en mi mano y me llamo la atención el tener mensajes pendientes, pero, luego recordé que no había revisado mi buzón de mensajes por la mañana. Sonreí golpeando suavemente mi frente y emprendí regreso al set mientras leía los mensajes. Entre al estudio aun leyendo los mensajes.

-¡Kyoko-san!- exclamo Eun, una de mis amigas, reprochando mi actitud despreocupada. – el tiempo de descanso era para que te desconectaras de todo… no para que te pasaras los 15 minutos en ese aparatito inteligente de última generación que te compro tu "novio"…- dijo tragándose el resto de sus palabras ya que la mire de reojo.

Volví a prestar atención a uno de los últimos mensajes y, mientras leia rápidamente, me defendí. –Tú, tanto como yo, sabemos que eso jamás pasara… Yun es mi mejor amigo y conoce más cosas de mi que todos mis amigos juntos. Cosas como esa lo vuelven inmediatamente mi mejor amigo.- explique volviendo a dirigirle la mirada y ella asintió de acuerdo. –Yun no podría ser pareja de ninguna de nosotras.- añadió Eun, y luego sonrió colocando los ojos en blanco mientras echaba un vistazo al desorden que se estaba armando en el set; ya faltaban segundos para iniciar con la grabación.

–¡Por favor Kyoko! Deja de lado ese aparato-. Pidió Eun, la chica de cabello castaño y ojos negros, impacientemente.

En ese momento llegue al final del penúltimo mensaje.

Puede ser que mi mirada se allá deformado, llamando la atención de mi amiga. Intente respirar y en un rápido movimiento de dedos volví a releer la última estrofa una y otra vez.

- …Kyoko-san- escuche a la voz de Eun-san.- ¡Kyoko!- exclamo esta vez sin lograr que la mirara, porque yo estaba completamente impresionada por el mensaje. –Eun-. Susurre sin mirarla a la cara. –Necesito ir al baño…solo unos minutos.- dije rápidamente y salí de allí, dejando los gritos y los llamados que me hacían, para correr sin pensar en lo que acababa de hacer.

Demore poco tiempo en el baño, solo necesitaba mirarme al espejo y corroborar que yo seguía siendo la Kyoko que soy. Necesitaba ver mi imagen en el espejo. Necesitaba ver a la chica de cabellos negros, piel clara y ojos ámbar…

No podía negarlo, los recuerdos de Japón aun estaban en mi mente…el haberme enamorado de Ren, el haber obtenido una disculpa de parte de Sho… de parte de Sho-chan, las ayudas de reino y la confesión que nos hicimos con Ren … era mucho…realmente era mucho para mí. El haber perdido mi vida por culpa de las malas lenguas y de mis fallas en la actuación… ahora miro hacia atrás y se que el venir a corea fue la mejor opción.

- …por favor no…- susurre apoyándome contra el lavamanos.

El sentimiento de amor, de decepción, de temor, de culpa y de perdida de recorrió desde el pelo hasta la punta de los pies… –Es una broma.-susurre abrasándome suavemente con la intención de calmar los leves espasmos que me recorrían.

Medio año antes de venir a corea, Tsuruga-san revelo entre sueños que me necesitaba… mi Ren me necesitaba. Sus palabras me motivaron a aceptar mi amor por el y a demostrárselo de alguna forma. Lo hice cuando me vi perdida por la declaración de Shotaro, cuando me pidió perdón a la mitad de un festival musical; en ese momento Ren me saco del escenario, me llevo en brazos entre el público y me saco de allí. Ese día estuve en una especie de shock, pero Ren estuvo junto a mi en cada momento y termine por escucharlo decir que me amaba mientras yo dormía. Es la mejor declaración que he escuchado. – ahí, no!...- exclame mordiéndome la lengua para calmar mi sistema nervioso; Moko-san me había enseñado ese pequeño truco.

…Si solo me hubiera quedado en Japón…esta historia seria distinta. si no me hubiera sentido presionada por todos…podría haber sido feliz. – … Corn…- musite colocándome en cuclillas mientras controlaba mi respiración.

" Kyoko-chan. Necesito que CONTESTES MIS LLAMADAS! ¿Que diablos te esta pasando? Hace días que intento llamarte y tu teléfono aparece fuera de línea… LLAMAME A PENAS LEAS ESTE MENSAJE!" el primer texto enviado por Kanae me daba vueltas en la cabeza, al igual que el segundo, el tercero, el cuarto y el quinto (que fue enviado hace unos minutos)… sin olvidar contar el sexto que acababa de llegar, ya que mi celular vibro sutilmente. No quiero leerlo… no quiero saber y estar segura de que Tsuruga Ren ha venido a Corea en busca de la mujer que lo dejo con la esperanza de que volvería en un par de meses…no quiero saber de que Ren ha vuelto por mi.

-¡Kyoko ya es hora!- llamo Yun golpeando fuertemente la puerta. –Kyoko…¿estás aquí?- pregunto esta vez en un tono diferente.

Preocupada me levante, mire al espejo y lave la cara rápidamente. Abrí la puerta y deje que Yun me viera aun con la cara mojada. Le sonreí y el, sin entender el porqué de mi actitud, se paro evitándome el paso u me tomo del mentón revisando mi rostro. –te lavaste la cara recién-. Dijo como si acabara de sacar la deducción mas grande de su vida. Le sonreí y el me sonrió –porque… dime porque has estado llorando 5 minutos allí dentro- pidió seriamente, con una mirada calculadora pero demostrando su preocupación.

El problema no era que quisiera esconderle la verdad, sino que simplemente no podía decirle la verdad; aparte, si le decía todo ahí, lo mas probable es que me hubiera vuelto un mar de lagrima.

- ¡Kyoko!, ¡Yun!- grito Eun apareciendo por el pasillo echa una furia. - ¿Qué creen que están haciendo?- pregunto colocándose de brazos cruzados mientras analizaba lo que tenia en frente de sus ojos: Yun tomándome de la barbilla como si de un beso de drama se tratara.

Mire a Yun y le sonreí. Me separe de el y tome a Eun de la mano para correr y llegar rápidamente al set… aun había un drama que grabar y no dejaría que mis problemas o pasado me detuvieran.

A media tarde terminamos el drama y con éxito nos pusimos de acuerdo para ir, los 4 amigos, a comer algo occidental. Eun y yo nos fuimos a cambiar de vestuario para salir con los chicos. Eun se coloco, al igual que yo, la ropa con la que llegamos en la mañana. Ella lucia unos hermosos jean con una bluza blanca mientras yo me coloque mi vestido naranjo amplio que llevaba un lazo a la altura de la cintura. Luego de estar listas tomamos nuestros bolsos y nos fuimos hasta la recepción; donde nos encontrábamos con una y otra persona que nos felicitaba por el trabajo que habíamos tenido durante las ultimas horas.

los chicos, Yun y Hyo, llegaron al poco tiempo y nos fuimos separados; las chicas y Yun en el auto, mientras que Hyo utilizo su motocicleta.

Optamos por ir a un bar español donde pedimos tapas y cantamos karaoke hasta que caímos rendidos de cansancio o sueño.

-Kyo…!- exclamo Hyo, acariciando mi hombro para despertarme. Había sido la única que estaba durmiendo mientras que los otros bebían y se reian de cosas absurdas. –Hyo-. Susurre intentando asimilar donde estaba.

- Kyo…tu teléfono lleva sonando mucho rato, podrías contestarlo?- pidió y yo asentí tomando el móvil que estaba sobre la mesa. Sin leer la pantalla apreté la tecla de contestar y puse el auricular a la altura de mi oído.

-"Kyoko-san?"- escuche la voz de una mujer al otro lado

- si, Kyoko al habla- dije mientras hacia un esfuerzo sobre humano por escuchar lo que decía la mujer al otro lado

- "Kyoko! Al fin contestas… te he estado intentando marcar desde hace muchos días…Kyoko… el… te lo iba a decir pero…demoraste mucho…ahora… debería estar llegando al aeropuerto"-. Escuchaba que decía la mujer entre cortado ya que la bulla del local era demasiada. Mire a mis amigos y me puse de pie yendo hacia el pasillo de los baños, allí reinaba mayor silencio.

-"¿Kyoko?"- escuche que preguntaba Kanae.

- lo siento Moko-san, no había podido contestarte y ahora no te he escuchado muy bien…

- eso no importa, tendremos la oportunidad de conversarlo mejor en otra ocasión. Lo que si importa es que Tsuruga Ren tomo un vuelo hace 1 hora, creo, hacia allá y ya debe estar llegando al aeropuerto…Kyoko se que esto…¡bueno da igual! Lo único que tienes que hacer es ir al aeropuerto y explicarle todo o escuchar lo que el tiene que decir…Kyoko…son dos adultos que tienen la capacidad de entender. Créeme, no pasara nada malo.- me dijo y hablo por unos 5 minutos. Yo solo escuche y pensé: Ren llego a corea… el hombre al que quiero ver justo en este momento llego a corea…tengo que ir a buscarlo.

Tengo que ir por el

Fue lo único que pude pensar en ese momento. Talvez el poco alcohol que tome afecto a mi decisión, era lo mas probable… aun así no pdia sacarme el deseo de verlo luego de un año imedio.

Ren… te amo.