¡Hola!
Soy Ice, la autora de la cosa rara que os disponéis a leer.
Me gustaría poder decir que es mi primer fic, pero ni esa excusa puedo poner ya. Cachís...

En fin.
Si finalmente os animáis a darle una oportunidad a este fic, más abajito pondré los detalles de las actualizaciones y demás.

¡Nos leemos!

Que el Ángel os proteja, la Fuerza os acompañe y la suerte esté siempre de vuestra parte.

Este fic va dedicado a MERRY WEATHER H por hacerme el mejor regalo del mundo.
Te adoro.


—Los cuentos de hadas no son verdad. Los vampiros no son reales. Los hombres lobo no son más que viejas leyendas. Los brujos no son más que humanos farsantes que quieren sacarte el dinero.

El grupo al completo rodó los ojos mientras cada uno seguía a lo suyo. Simon, cansado de ellos pero todavía sin rendirse, continuó:

—Los ángeles son seres divinos que habitan en los cielos y nos protegen desde arriba.

—Como no cierre la boca voy a acabar cerrándosela yo de un guantazo —Gruñó el mayor de todos ellos, Jace, mientras completaba su parte del pentagrama.

Clary, la pequeña pelirroja, intentó apaciguar a su novio, pero éste no quería ceder. Bastante con que había dejado que el estúpido amigo de su chica fuese con ellos ¡no iba a aguantar sus tonterías!

—Los demonios provienen de los ángeles caídos y viven en los múltiples infiernos, desde donde atormentan a los humanos —Prosiguió el castaño ignorando al estúpido rubio que le había robado a la chica de la que llevaba años enamorado.

Isabelle, que había estado terminando lo que le tocaba, se incorporó y alejó unos cuantos pasos para tener una buena perspectiva del elaborado pentagrama invertido. Ella sonrió con satisfacción y subió sus manos hasta su cabeza para soltar el pasador que había estado sujetando su cabello para evitar que se ensuciase con las cenizas del ritual.

—Simon, en serio, ¿Por qué no te has quedado con Alec si esto te parece tan absurdo?

El aludido pegó un respingo y salió de una de las cada vez más frecuentes ensoñaciones en las que se sumergía cuando veía a la morena. Se enfadó consigo mismo por ello. Él llevaba toda la vida enamorado de Clary, y ninguna diosa de ojos oscuros y piel de porcelana podría cambiar eso.

—Porque le necesitábamos —Añadió Isabelle mientras se reunía con ellos —Necesitamos a cinco personas para el ritual, ¿recuerdas?

—¡Vale! —Exclamó triunfalmente el rubio mientras se levantaba al mismo tiempo que su prima Cecily y se reunía con el resto —¡Portal al abismo terminado! ¿Qué toca ahora?


"Los humanos son seres curiosos" Pensaba Magnus mientras se despertaba de su pequeño letargo al sentir la llamada inconfundible de una invocación "Saben lo que somos y lo que hacemos, pero siguen llamándonos a su hogar simplemente porque son demasiado arrogantes como para creer en nuestra existencia y se lo toman como un juego. Ellos deben ser los seres supremos y no cabe en sus diminutas mentalidades que en realidad no son más que juguetes en manos de seres mucho mayores"

Él nunca haría daño a un pobre e indefenso humano, no era su estilo. Aunque estos le habían despertado y a Magnus no le gustaba que le molestaran cuando dormía. Odiaba no estar perfecto, y seguro que haber descansado tan poco le dejaría ojeras. Sí… se saciaría con ellos antes de marcharse…

Un pensamiento infantil, tal vez; y más teniendo en cuenta sus ochocientos años de antigüedad. Después de todo, alimentarse de un Invocador le saturaba muchísimo más que cuando simplemente salía de caza. Pero no… no es bonito que te obliguen a abandonar tu cómoda cama así porque sí.

"Habéis invocado al íncubo equivocado, criaturas".


—¡Joder!, ¡Joder, joder, joder!

—Madre mía.

—Imposible…

—Os dije que mi hermano también lo había conseguido —Se regocijó Cecily mientras su primo tiraba de ella, Clary e Isabelle a su espalda para tratar de protegerlas.

Curiosamente el único que no parecía asustado era el único que se había opuesto al estúpido plan de Isabelle desde el principio. Simon, con paso lento pero seguro, se fue acercando al ser que estaba sentado al estilo indio en el centro del maldito dibujito que nunca deberían haber hecho.

—Demonio, ¿puedes entenderme?

El demonio, de piel color canela y cabello de brillantes colores, soltó una risita divertida mientras alzaba sus ojos gatunos.

—Hacía más de cincuenta años mortales que nadie me invocaba ¿Y tenía que hacerlo una criatura tan simple como tú?

Isabelle y Cecily lanzaron un chillido encantado al unísono mientras ambas lograban sobrepasar la protección de Jace y se acercaban hasta Simon y el demonio.

—¡Por el Ángel!¡Habla! —Exclamó con felicidad la morena de ojos azules.

El ser extraño se quedó mirándolas a ambas con una expresión de pura lujuria mientras una sonrisa enorme se extendía por su rostro.

—Esto ya me gusta más.


Magnus miró con curiosidad todo lo que le rodeaba. Hacía menos de siete días en tiempo mortal que había estado en el mundo humano para alimentarse, pero igualmente era muy curioso observar la casa de uno de ellos con tranquilidad. Normalmente las prisas y el desenfreno sexual le hacían olvidarse de contemplar la decoración, que en este hogar, por cierto, era exquisita.

—Tu hermano va a matarnos como sepa lo que hemos hecho —Le susurró la pelirroja en miniatura al rubio de bote.

Llevaban todo el trayecto en coche hasta Brooklyn susurrando y cuchicheando entre ellos.

"Como si no pudiera oírlos".

Cuatro de los cinco pares de ojos estaban constantemente clavados en él. Magnus buscó con la mirada a la morena de ojos oscuros, a la que halló unos metros más allá, apoyada sobre la isla de la cocina, hablando por teléfono con alguien que parecía ponerla de mal humor. Finalmente colgó y se unió al resto.

—Alec volverá mañana por la mañana, así que acabemos esto cuanto antes.

Cinco para elegir no estaba nada mal. Aunque ya podía descartar al rubito con cara prepotente (atractivo, pero no de su tipo), al castaño de gafas (podría ser curioso, pero había opciones mejores) y a la pelirroja (que le recordaba tanto a una niña que realmente dudaba de que tuviese siquiera quince años). Dos morenas preciosas, entonces.

—¿Cómo podemos devolverte a tu plano, demonio? —Le preguntó aquel al que todos llamaban Jace.

Magnus sonrió enseñando todos los dientes mientras clavaba sus ojos en el rubio impertinente.

—Adivina.

Decirles sus condiciones a los humanos siempre era lo más divertido. O bueno: casi.


—¿Tienes idea de lo que nos hará Alec cuando se entere de esto? —Dijo Jace con enfado —No podemos simplemente entregarle a uno de nosotros porque sí.

—¿Y por qué no? —Le rebatió Isabelle. Los dos chicos la miraron con la boca abierta mientras ella seguía hablando como si nada —Solo necesita tener sexo con uno de nosotros y podrá volver a su casa, ¿No? No es como si tuviésemos que sacrificarnos o algo así. ¡Vamos! ¡Es super sexy! Yo-

—No vas a ser tú —La cortó Jace antes de que pudiese siquiera proponerlo —¿Quieres que Alec me mate?

—Alec no tendría ni que enterarse de nada si dejamos de discutir y pasamos a la acción —Contraatacó ella.

Cecily y Clary seguían la pelea con atención, cada una rogando por no ser la escogida ya que sus corazones estaban ocupados y no sería correcto. Simon, mientras tanto, apretaba los puños con fuerza mientras intentaba convencerse a sí mismo de que no sentía celos de aquel ser maligno por ser capaz de atraer a la magnífica Isabelle.


Magnus calculaba que no le haría falta alimentarse hasta dentro de tres días, por lo que no le importaba que de momento sus Invocadores se dedicasen a pelear entre ellos. Quizás hubiese sido conveniente que les dijese que no tenía por qué ser ninguno de ellos y que podían elegir entre todos a alguien de fuera, pero eso le hubiese quitado toda la diversión al asunto.

Abrió la puerta de la pulcra habitación de invitados donde le habían indicado que descansase y salió al pasillo. Lo había olido. Ese olor…

—¿¡Pero cuántas veces tengo que decirte que no vas a ser tú!? —Escuchó el grito desde el salón mientras seguía avanzando por la casa.

Magnus sonrió para sus adentros. Si su hambre se presentaba daría igual lo que ellos hubiesen decidido, y eso sin contar con el factor "invocación", que triplicaba sus ansias de sexo. Como tardasen más de tres días…

Al fin llegó a la puerta de la habitación que contenía aquel olor que había percibido cuando pasaba. Su mano tembló al tocar el pomo, pero finalmente abrió la puerta de par en par y se internó en el cuarto. Olor… ese olor… Su hambre creció de forma desorbitada mientras la fragancia lo envolvía y tuvo que obligarse a sí mismo a salir de allí si no quería abalanzarse contra los débiles humanos que estaban unas estancias más allá y violarlos contra su voluntad.

Ese olor.

El humano dueño de aquella fragancia no estaba allí, eso podía asegurarlo; pero aquella era su habitación y tarde o temprano tendría que volver.

Magnus gimió mientras se deshacía de su ropa, se tumbaba sobre la cama que sus Invocadores le habían proporcionado y comenzaba a tocarse a sí mismo con el simple recuerdo de ese olor. Aquel humano de fragancia tan deliciosa volvería. Y él estaría esperándolo.

"Mío".


Detallitos:

-Este fic lo actualizaré cada semana, específicamente los sábados por la tarde o domingos por la mañana (hora española).
Me gusta actualizar semanalmente, pero voy a tener muy poco tiempo porque vuelvo al trabajo y a los estudios. Si en las próximas semanas veo que no puedo seguir el ritmo os avisaré.

-Las personas que hayan leído mi anterior fic saben que me gusta hacer capítulos largos. Sí, bueno: este fic no tendrá muchos capítulos (calculo que 14), ni dichos capítulos serán demasiado largos (no tan cortos como este, eso sí xD)

-Como siempre: el fic está totalmente planeado, por lo que nada de retrasos por "falta de inspiración"

-Si veis que no he actualizado ninguno de los días que he dicho: pasaos por mi perfil y mirad arriba del todo, donde explicaré los posibles motivos. Aunque intentaré no hacerlo porque odio faltar a mi palabra xD

-Mis notas de autor suelen ser kilométricas y eso puede aburrir mucho. A partir de ahora las cosas importantes solo las pondré al principio del capítulo y dejaré este hueco para mis desvaríos semanales.

-No exijo reviews ni nunca lo haré porque es algo que no soporto. Eso sí: me hace mucha ilusión recibirlos (buenas o malas críticas. Mientras sea con respeto, podéis decirme de todo) y siempre los contestaré.

-Amo los argumentos cliché.

-No os aburro más xD

¡Hasta la semana que viene!