Haikyuu! ni sus personajes me pertenecen.

Notas al final~


Capítulo II

Se habría paso entre los demás niños, los empujaba sin piedad y seguía caminando sin mirar a quien empujaba. Los afectados miraban como su figura se alejaba cada vez más y más y regresaban a sus anteriores actividades cuando lo perdían de vista.

Con el transcurso del tiempo el niño comenzó a impacientarse, su mirada dejó de ser calmada y neutra para pasar a ser una llena de miedo, sus iris se movían de un extremo a otro y sus manos comenzaron a sudar. Aumentó la velocidad de sus pasos, sus aún cortas piernas se estiraban lo más que podían y procuraba que su respiración mantuviera un buen ritmo.

Empujó con fuerza la alta pared de vidrio que daba al patio trasero, las huellas de sus manos quedaron marcadas en el vidrio y él soltó la puerta una vez que consiguió un espacio de tamaño suficiente para pasar por él. Una vez fuera sus apresurados pasos regresaron.

—Oye tú.—

El niño detuvo sus pasos frente a una pequeña rubia. Ella enrojeció al reconocerlo.

—¿O-ocurre algo, Tobio?—

—¿Sabes dónde está el bobo de Shoyo?—

—O-oh.— En su voz se vio la duda de la niña.— Está por allá.—

Tobio siguió con la mirada la dirección en la cual apuntaba el delgado brazo de la rubia, se detuvo al encontrar a quien buscaba: Shoyo se encontraba en el extremo contrario del patio, sentado en el pasto bebiendo de una caja de jugo de naranja. Se apresuró a correr en esa dirección y a medio camino grito un "Gracias" en agradecimiento a la infante.

—Shoyo.—

Se detuvo a un costado del peli-naranja procurando no acercarse tanto como estaba acostumbrado, tal vez a menos de un metro de distancia. Tobio tuvo que apretar uno de sus pequeños puños para evitar sentarse junto a él como tenía de costumbre.

Shoyo no lo miró.

—Shoyo.— Le volvió a llamar.

No hubo respuesta. Shoyo sorbió de la pajilla y giró su cabeza al lado contrario.

—Vine a disculparme, tonto.—

—Ajá.—

La cara de Tobio enrojeció -por el enojo, por supuesto- y su boca se abrió levemente. Sus cejas se fruncieron y su mente comenzó a formular mil y un insultos y gritos en contra del más pequeño. Pero entonces se percató de algo.

De nuevo caían lágrimas de la cara de Shoyo.

—Tobio ha vuelto a hacer llorar a Shoyo, Sra. Directora.— Dijo Kenma al llegar junto a la mujer.


Dos días después de la visita, y uno antes de la próxima, Koshi llamó a Azumane al regresar del trabajo. Se dejó caer en el sofá más grande en el centro de la sala de estar y mantuvo el teléfono entre su hombro y su oreja derecha. Esperó durante tres largos pitidos hasta que alguien contestó del otro lado de la línea.

—¿Bueno? ¿Koshi?—

—Soy yo ¿Cómo has estado, Azumane? ¿Y los demás?—

—Muy bien, aunque estábamos preocupados ¿Sabes? No habías llamado por casi dos meses...—

—Lo sé, lo sé. Lo lamento mucho.—Se disculpó.— Pero ¿Están contigo en este momento?—

—Uh...— Azumane se mantuvo en silencio por unos instantes, seguramente pasando su mirada por su departamento.— Si, están todos ¿Quieres que te ponga en altavoz?—

—Si no es mucha molestia.— Koshi alejó el teléfono de él lo suficiente para que lo siguiente que dijera no molestara a el otro.— ¡Daichi! ¿Puedes venir ya?—

Desde la cocina, Daichi contestó.

—¡Ya voy!—

Azumene volvió a hablar justo cuando Daichi entraba a la sala de estar por la puerta que conectaba con la cocina.

—¡Koshi! ¡Daichi! ¿¡Porqué no habían llamado!?—

—¿¡Cómo está América!? Deben de ser toda una molestia, esos inútiles de ciudad.—

—¡Tu lenguaje!—

—¿Qué era lo que nos tenían que decir?— Azumane habló con más fuerza para escucharse por encima de las voces de sus acompañantes.

—Bueno... ¿Puedes decirlo tu, Daichi?—

—Aceptaron nuestra solicitud de adopción...—

—¡Eso es genial!—Le interrumpió una de las voces que venía del teléfono.— ¿Ven que teníamos razón? ¡Solo tenían que esperar! Ha ha ha.

—¡Muchas felicidades! Estoy muy contento por ustedes.—

—¡Todos lo estamos! Pero procuren llamarnos más seguido.—

Koshi miró a Daichi, en sus ojos la pregunta "¿Les dirás que aún no es oficial?" perfectamente grabada y visible para alguien como su pareja. Daichi sostuvo su mirada por cinco segundos para después fijar su mirada en el teléfono, imaginando como deberían de estar sus amigos en Japón.

—Si, esperamos que todo salga bien.—

—¡Claro que saldrá bien! ¡Ustedes merecen formar una familia, Koshi, Daichi!—

—¡Tiene razón, ustedes merecen cuidar a esos mocosos! —

—Ya, ya, están mareando a Koshi-san y Daichi-san con tanto grito.—

La pareja sonrío como si ellos estuvieran en la misma sala de estar, como si estuvieran viendo a sus cuatro amigos gritando o tratando de calmar a los otros. Como era cuando eran más jóvenes.


—¿Qué crees que deba decirle a Tobio, Daichi?—

La luna se asomaba por la ventana de la habitación de la pareja, el oscuro cielo sin estrellas a su alrededor. Koshi recargó su cabeza en el hombro de Daichi y miró el libro que tenía el otro en sus piernas con una sonrisa en sus labios.

—Trátalo bien, evita que se asuste. Si llega a tener una actitud como la de hace dos días, llámame.— Contestó y cerró el libro para después dejarlo en el pequeño escritorio a su derecha.— ¿Sabes? Yo no creo que sea un mal chico.—

—Ni yo.— Coincidió.— Pero sólo sabremos la respuesta hasta mañana ¿No?—

Los brazos de Koshi se estiraron para rodear el torso de Daichi y este, sonriendo, rodeo los hombros de Koshi con uno de sus brazos.

—Koshi.—Le llamó cerca de su oído, su cara se tornó seria.— Si después de todo no podemos adoptarlos nosotros estaremos bien ¿Entendido?—

Se mantuvo ahí, con sus labios casi besando su oreja. A Koshi se le cortó la respiración momentáneamente y sus brazos se aferraron con más fuerza a Daichi. La sonrisa de el de cabello claro temblaba cada vez más y más hasta el punto en el que tuvo que morder su labio inferior para no comenzar a balbucear.

Cuando Daichi sintió algo húmedo cayendo en su frente y alzó la vista para encontrar a Koshi llorando lo único que atinó fue a besar con torpeza a su pareja.

—Lo lamento.— Daichi acarició, con todo el tacto y delicadeza que era capaz, la cabeza de Koshi. Sus dedos temblaron al sentir el suave tacto de su piel contra el cabello del otro. La sonrisa de él también comenzó a temblar.— No debería de decir estas cosas ¿Verdad? Se supone que debemos de ser positivos.—

—No es tu culpa.— Dijo Koshi, su voz ahogada y distorsionada por las lágrimas y la mucosidad acumulada en sus fosas nasales. Ambos rieron por aquella extraña voz.— Ni esta voz rara ni mis lágrimas son tu culpa, Daichi. Es mía... a veces odio ser tan sensible.—

—Oh no, no puedes hacer eso.— Se esforzó por reprimir las carcajadas que amenazaban con salir por el cambio en la voz de su prometido.— Sabes lo mucho que me encanta lo sensible que eres, sobre todo cuando se trata de tus puntos sensibles.

La sonrisa en los labios de Daichi cambió al mismo tiempo que sus dedos acariciaban el punto debajo de la oreja de Koshi.

—¡Da-daichi!—


—¿Eres amigo de Shoyo, Tobio?—

Tobio estaba sentado en una de las ramas más altas del único árbol que había en el jardín trasero del orfanato, aun así sus pies no estaban a menos de 40 centímetros por encima de la cabeza de Koshi. La mirada de desconfianza en los ojos del no tan pequeño niño provocaban repetitivos temblores en las rodillas del adulto al mismo tiempo que sentía como el sudor se iba acumulando en su nuca.

—Shoyo es el tonto que ha estado pegado a mí desde que llegué aquí.— Contestó Tobio y se calló por varios minutos callado. Koshi no decía nada, la expresión en la cara del infante le decía que quería agregar algo más.— Estoy acostumbrado a que esté detrás de mi rogando porque juegue con él.—

—Entonces ¿No es tú amigo?—

Los oscuros ojos azules se desviaron hacía el suelo mientras Tobio pensaba su respuesta. Una vez su vista volvió hacía abajo, donde estaba Koshi, el niño bajó con velocidad del árbol.

—No, pero no me gusta que muchas parejas vengan a verlo.—

Koshi hizo un gran esfuerzo para no reír.

—Cuando piensas que Shoyo podría irse ¿Te entristeces?—

—No quiero quedarme sólo.—

Las palabras salieron arrastrándose de la boca de pequeño oji-azul y sus mejillas se fueron encendiendo con el transcurso de los segundos. Koshi tuvo que parpadear varias veces para verificar que el brillo en los ojos de Tobio se debía a que las lágrimas se habían agrupado en estos y el niño hacía todo esfuerzo para que estas no se derramaran.

—Ya veo.—


—¿Qué les pareció la visita de hoy Sr. Daichi, Sr. Koshi?— La joven directora del orfanato los miró a través de sus delgadas gafas.

—Shoyo es un buen chico, totalmente.—Respondió Daichi.

—Y Tobio no tenía malas intenciones, es muy cercano a Shoyo ¿No es así?— Dijo a su vez Koshi.

—Lo son.—Afirmó la mujer.— Shoyo fue el primer en acercarse a Tobio cuando él llegó, a pesar de que lo trataba mal y le gritaba; Shoyo siempre estuvo ahí junto a él. La mayoría de las veces cuando una pareja se interesaba en Shoyo nosotros presentábamos a Tobio también, sería una gran desgracia separarlos. Pero al parecer el comportamiento de Tobio no le da muchos puntos buenos...—

—Cierto, Tobio mencionó que muchas parejas vienen a ver a Shoyo...—

—Muchas, si, pero el tiende a comportarse muy mal cuando lo visitan.— Una entristecida sonrisa apareció en el rostro de la mujer.— Temía que su apego a Tobio provocara que no pudiera encontrar a una familia.—


—Si ambos se volvieran nuestros hijos, Daichi, ¿en serio crees que seríamos unos buenos padres? ¿Podríamos darles todo lo que se merecen? ¿Sería mejor que estar en ese orfanato?—

Sentados en el sillón frente a la televisión, abrazados y cubiertos por una manta desde sus pies hasta sus cuellos, Daichi y Koshi miraban el reality show que emitía aquel canal -Más de 500 canales eran sofocantes para ellos dos- siempre ese día a la misma hora. La luz del televisor era lo único que alumbraba la sala de estar.

—Estoy tan seguro de eso como que eres la única persona a la que amaré tanto.— Le respondió Daichi.

—Entonces, yo estoy tan seguro de eso como de que eres el hombre más sensual que he conocido.—


¡Dos capítulos en dos días! Ya, me emociono con facilidad(?) Muchas gracias a los review y a los nuevos favoritos y alertas (?) Me alegro de que el hecho de que lleve la adopción de manera lenta (?) sea de su agrado. Sobre todo gracias a Minka'Sunflowers -que por cierto amo tu fanfic Where flowers bloom, so does hope sklsdfalsk tenía que decirlo- TaraKinomiya y Nikki Usagi.

Ahora las disculpas·n· este capítulo fue más de diálogos, además de que tiene muchos saltos entre sí, pero no quería alargar mucho las cosas, pero juro que en el próximo será sin menos saltos entre sí, y ¡En el próximo capítulo veremos un nuevo intento de reunión entre los cuatro!(?)

¡Nos vemos~!