Hey!

Es la primera vez que escribo una historia de Haikyuu y solo espero que os guste y que la sigáis leyendo.

Esta historia es diferente al resto, sobre todo porque he convertido a Hinata en una chica. No va a ser igual que el anime o el manga, pero tendrá algunas similitudes, como por ejemplo el ataque rápido raro. Pero casi todas las situaciones serán prácticamente inventadas ya que siendo Hinata una chica encubierta las cosas inevitablemente cambien.

La historia la escribiré en primera persona, pero no siempre será Hinata el que la cuente En mis historias me gusta plasmas los diferentes puntos de vista para crear así a los personajes y que vosotros los conozcáis mejor. Sin embargo este primer capítulo que es más o menos una introducción en la historia será contado únicamente desde el punto de vista de Hinata.

Tengo muchas ideas e ilusión con esta historia y me gustaría que comentaráis para saber que opináis al respecto.

Siento las faltas ortográficas que pueda haber.

Haikyuu y sus personajes no me pertenecen, pero esta historia si.

HINATA

Por primera vez en mi vida deseo ser un chico. Pero para explicar porqué deseo eso creo que debo empezar por el principio de esta historia, mi historia.

Todo empezó cuando tenía apenas diez años. Esa tarde, como todas, iba en mi bicicleta para ir a casa de un amigo a jugar un rato con su nueva play station. Pero jamás llegué a mi destino. Por el camino vi a unos vecinos preparar una pantalla gigante y varias sillas en el exterior, como si fuera haber un gran evento, pero yo no había escuchado nada. Intrigada me acerqué hasta ellos.

-Señor Hiku, ¿qué está pasando?

-Hola pequeña Hinata- me respondió amablemente el Señor Hiku- Pues verás hoy se va a disputar un encuentro de voleibol muy importante.

-¿Voleibol?- yo había escuchado de ese deporte, pero nunca creí que fuera tan importante como para que lo echaran por la televisión- ¿Y quién juega?

-El instituto Karasuno, el que está en la ciudad de al lado. Su estrella es de aquí. ¡Son muy buenos y si siguen como hasta ahora puede que lleguen incluso a los nacionales!

-¿También hay nacionales de voleibol? No lo sabía.

-Pues claro que los hay. De hecho hay nacionales de todos los deportes lo que pasa es que algunos son más famosos que otros- me miró un instante como si lo que estuviera pensando si decirme o no algo- ¿Por qué no te quedas y ves el partido con nosotros? Estoy seguro de que te gustará.

Si soy sincera en un principio no estaba muy segura de si debía aceptar o no. Yo quería jugar a la play con mi amigo, pero el señor Hiku había conseguido intrigarme mucho. Al final decidí quedarme y puedo decir sin lugar a dudas que nunca jamás me he alegrado tanto de tomar una decisión. Ese partido de voleibol cambió mi vida.

La estrella del equipo de Karasuno la denominaban como el pequeño gigante y en cierto modo lo era. Apenas media 1,70 cm, pero resaltaba más que los que llegaban casi a los 2 m. El pequeño gigante volaba literalmente en cada salto que daba. Nunca había visto tanta belleza como en ese momento. Creo que fue en ese instante mientras veía al pequeño gigante volar que me enamoré del voleibol.

Ese día decidí que yo quería ser como él. Si lo sé, es imposible que sea como él debido al simple hecho de que soy una mujer. Pero en ese entonces no le di importancia, pensaba que daba igual el genero si me esforzaba todo lo podía.

Así que decidí inscribirme en mi colegio como miembro del equipo de voleibol. Ese día me llevé dos sorpresas. La primera fue que había distinción de géneros es decir que solo podía jugar con otras chicas al voleibol, pero como he dicho eso no me importó mucho. La segunda fue que era la única chica que había en el equipo femenino de voleibol. No mentiré, eso me desanimó mucho, porque pensé que había más personas que habían visto la misma belleza que yo en ese deporte. Pero a pesar de todo no me rendí y decidí entrenar por mi cuenta los primeros tres años.

Durante ese tiempo entrené sobre todo mi condición física. Corría y fortalecía mi fuerza al igual que mis saltos ya que era y sigo siendo una enana. Seguí y seguí entrenándome hasta que me di cuenta de que daba igual la buena forma física que tuviera si no podía practicar las bases del deporte que tanto admiraba. Después de mucho insistir convencí al entrenador del equipo masculino para que me enseñara. Él me enseñó muchas cosas que no sabía como la forma correcta de recibir un balón o cómo debía hacer los saques para que no me hiciera daño en la muñeca. Un día el entrenador me preguntó:

-Hinata ¿por qué te empeñas tanto en entrenar si solo estás tú en el equipo? Jamás podrás participar en un partido oficial.

-Porque algún día podré y quiero que cuando ese día llegue esté preparada.

-Nunca te lo he preguntado pero, ¿en qué posición quieres jugar?

-¿Posición?- nunca había escuchado nada de posiciones cosa que es lógica ya que nadie me había enseñado nada hasta ese momento?- ¿Hay más de una?

-Claro. Está libero que se encarga de defender y se le prohíbe por ello realizar cualquier tipo de ofensiva. Luego está el armador que es el celebro del equipo el cual crea las jugadas y realiza pases. Y por último están los bloqueadores laterales y centrales los cuales son los encargados de realizar los mates y de bloquearlos. Por tu altura creo que deberías de ser libero ya que es la única posición en la no importa la altura y...

-Quiero ser bloqueadora central- dije llega de adrenalina- Y así me convertiré en la próxima pequeña gigante.

-Así que quieres seguir sus pasos- dijo riéndose el entrenador- Ese chico es una anomalía. Lo siento Hinata, pero no creo que puedas jugar en esa posición. Eres demasiado bajita incluso para tu edad y esa posición es para las persona más altas para que puedan bloquear mates con facilidad.

-Yo puedo bloquear cualquier mate- dije muy segura de mí misma- Puede que no sea tan alta como los demás pero he entrenado muy duro.

-El entrenamiento no lo es todo.

-Póngame a prueba y le demostraré de lo que soy capaz.

-No creo que...

-Soy mejor de lo que cree.

-Permiteme que tenga mis dudas. Eres muy mala recibiendo pases y tus saques son mediocres.

-Si mejoro en eso... ¿podré entrenar con los chicos?

-Si mejoras y pasas una prueba de habilidad que te haré, te dejaré entrenar con los chicos. Pero si no mejoras o no logras pasar la prueba no volveré a repertirtela. Será tu única oportunidad, ¿queda claro?

Desde ese día me esforcé muchísimo más en mis entrenamientos ya que por nada del mundo quería perder la oportunidad que el entrenador me estaba dando. Ya había perdido la oportunidad de ir a estudiar la secundaria en el instituto Karasuno y no iba a perder está nueva oportunidad. ¿Por qué no fui a Karasuno? Porque según mis padres era demasiado pequeña como para ir a la ciudad de al lado en bici todos los días. Eso me deprimió muchísimo, pero decidí que lo mejor era entrenarme he ir allí a cursar bachillerato. Sería muy buena en voleibol cuando por fin fuera allí, eso fue lo que me prometí a mi misma.

El caso es que después de tres meses de duro entrenamiento mejoré mucho. El entrenador estaba muy impresionado conmigo y por esa razón decidió que después de todo me haría esa prueba de la que me había hablado. Recuerdo ese día como si fuera ayer y no hace tres años.

El entrenador me dijo que fuera a la práctica de los chicos ya que sería allí, con ellos, donde me la haría. Estaba muy nerviosa, tanto que incluso mi estómago estaba revuelto. Recogí mi largo cabello en un moño bien apretado y con el paso más firme que tenía en ese momento entré al gimnasio. Todos se quedaron mirándome y preguntándose que hacía yo allí y más con ropa de práctica. Su confusión y extrañeza tiene su explicación.

Veréis, mi nombre completo es Shouyo Hinata. Si, lo sé, ese nombre es de chico, lo sé mejor que nadie. Lo que pasa es que mi madre decidió ponerme ese nombre sin importar qué debido a que es el nombre de mi padre. Mi padre murió antes de que yo naciera y mi madre decidió que me llamaría así en su memoria. Ahora mi madre se ha vuelto a casar y tengo una hermanita. El caso es que cuando era pequeña tenía el pelo corto y como era más plana que una tabla todo el mundo me confundía con un chico debido a mi nombre. Mentiría si digo que no me importaba porque si lo hacía y mucho. Por eso desde que tengo uso de razón he acentuado todo lo que podía mi lado femenino y me alejaba de todo lo que fuera o tuviera que ver con los chicos. Lo primero que hice fue dejarme el pelo largo, en realidad larguísimo ahora mismo me llega por la cintura. Después hice pequeñas cosas como echarme brillo de labios o comprarme ropa más estilizada. Cuando mis curvas empezaron a aparecer ya no tuve que esforzarme mucho, si soy sincera a los doce ya no tenía que esforzarme para nada, pero algo dentro de mí siempre me ha empujado a resaltar mis encantos. Sé que es vanidoso pero me traumó mucho en su día que me confundieran con un chico cada dos por tres.

A lo que iba es que nadie sabía que me gustaba el voleibol y mucho menos que lo practicaba ya que es un deporte en el que destacan sobre todo los chicos. Por eso algunos de mis compañeros de clase no entendían que hacía yo allí.

-Chicos- dijo el entrenador al verme- Hoy está con nosotros Hinata Shouyo. Ella está aquí porque voy a evaluar sus habilidades en voleibol. Para ello necesito que Kenshi haga equipo con ella y que haga de armador. jugaréis un set contra Join y Gell. Hinata quiero que me enseñes todo lo que sabes hacer.

-Encantada entrenador.

No voy a decir que pasó en esa evaluación, pero sí diré que Kenshi y yo ganamos y que desde ese día pude entrenar con los demás chicos.

Pasé un año con ellos entrenando como bloqueadora y aprendí muchas cosas como ritmo a la hora de rematar o la forma de moverme por la pista sin molestar a los demás y muchas cosas más. Puedo decir, aunque suene arrogante, que en ese año me convertí en una de las mejores. Cuando llego la hora del Intercolegial no pude jugar ya que no tenía equipo, pero si que pude ir con ellos como calidad de manayer y como analizadora. Al parecer se me daba bien crear contraataques o ofensivas que daban resultado siempre que las cosas se ponían complicadas. Para ello solo necesitaba observar a nuestro oponente durante un rato. Según el entrenador lo que yo tengo es ojo analítico lo que me permite no solo hacer lo que ya he dicho sino que también consigo aprender a base de ver a los demás. Por esa razón, según él, aprendía tan rápido.

El partido en el que mis compañeros perdieron fue muy duro de ver. Por más que intentaba encontrar alguna forma de contraatacar no lo encontraba. Ellos eran buenos, como mis compañeros, pero lo que les llevo a la victoria fue su armador. Ese chico era un genio, un superdotado si lo preferis. Ese chico tenía una precisión con el balón que jamás había visto y además de eso era muy alto. Lo único malo que le vi es que tenía muy mala actitud a la hora de colaborar con sus compañeros. Les gritaba muy malhumorado y les daba ordenes como si fuera un rey (más tarde me enteré que rey era su apodo) Pero lo peor de todo es que se comportaba como si fuera el único que estuviera jugando menospreciando así a los demás. Lo único que diré a su favor es que a pesar de que el resto del equipo era bueno no se esforzaban para nada, era como si estuvieran pasando el tiempo y les diera igual ganar o perder. Estoy segura que si no llega a ser por el rey mis compañeros hubieran aplastado a ese equipo. Cuando el partido terminó intenté animar a los chicos.

-Ha sido un gran partido así que no debéis poner esas caras- les dije mientras repartía bebidas energéticas- Ya tendréis la oportunidad de la revancha más adelante.

-Volveremos a ganar- dijo una voz a mis espaldas- Ellos jamás podrán ganarnos, no mientras yo esté con ellos.

-La próxima vez ganará mi equipo- dije mientras me daba la vuelta para encarar a quién me hubiera interrumpido. Mi sorpresa fue mayúscula cuando vi que era el rey- Eso te lo puedo asegurar. En cuanto mejoren un poco su sincronización y su intuición nadie podrá con ellos ni quiera tú.

-¿Que sabrá una niña como tú de voleibol?

-Sé que tu libero tiene poca flexibilidad, que el que tiene la cresta tiene algo en el hombro derecho y que por eso no ha podido dar un saque en condiciones en todo el partido y también sé que tu bloqueador central realizaría mejor vuestro ataque rápido si cuando se la lanzas se lo enviaras 5cm más alta y un par de centímetros más a la derecha. Estoy segura que de esa forma sería capaz de anotar el doble de puntos.

-No tienes ni idea. Mi pase fue perfecto, es mi bloqueador el que tiene que adaptarse a él no al revés.

-Si eso es lo que crees te puedo asegurar que tu equipo y tú no llegaréis mucho más lejos en este campeonato.

-No sé porqué estoy perdiendo el tiempo con una niña tonta que está más que claro que no sabe de lo que está hablando- esas palabras me enfurecieron y prometí que algún día de alguna forma me vengaría de él.

-Será mejor que te largues de aquí Kageyama y dejes de insultar a nuestra compañera porque sino no voy a poder contenerme- dijo Kenshi y sin más el rey de la cancha se fue.

Poco tiempo después de aquello me enteré de que el equipo del rey había perdido por muchos puntos tal y como vaticiné, pero aquello no me hizo feliz ya que ni mis compañeros ni yo fuimos quien le habíamos bajado los humos a ese creído.

Por desgracia no tengo mucho que decir en cuanto a los dos años que han pasado desde entonces. Durante mi último año en el instituto se apuntaron dos chicas a voleibol y me nombraron capitana. Ese título honorífico no significó nada porque aún no podíamos tener partidos oficiales, pero al menos teníamos el consuelo de jugar contra nuestros compañeros masculinos. Les enseñé todo lo que pude de las bases y aunque les costaba aprender puedo afirmar con orgullo que mejoraron notablemente. En las siguientes competiciones seguí acompañando a mis compañeros como asesora pero no volví a ver al rey cosa que me alegró y por otro lado me decepcionó por partes iguales. Me alegró porque realmente me cae mal ese chico y me decepcionó porque en el fondo, muy en el fondo, admiro su habilidad y precisión con el balón. Este último año mis compañeros llegaron hasta los cuartos de final. Lucharon todo lo que pudieron, pero sus oponentes fueron mejores.

Ahora mismo tengo dieciséis años y voy a cursar bachillerato en Karasuno. Después de mucho insistir convencí a mis padres para que me dejaran ir allí. El principal motivo fue que mi prima Michimiya también estudia allí. Fue toda una sorpresa cuando me enteré por mi madre que ella también jugaba al voleibol y que además era la capitana del equipo. Hace muchos años que no nos vemos y casi no cabía del asombro cuando me enteré. No es que piense que debido a que ella es la capitana lo tengo más fácil para entrar en el equipo, sino que me alegra saber que alguien que conozco se haya dado cuenta de la belleza de este deporte.

Hoy he quedado con ella. Todavía queda un mes para que empecemos las clases, pero quiero ponerme al día con ella y sobre todo quiero jugar con ella al voleibol y me enseñe todo lo que sabe.

Hemos quedado en Karasuno porque quiero que me lo enseñe todo. Aunque las clases no han empezado podemos entrar ya que ella tiene permiso de entrar así como las llaves del lugar. Privilegios de ser capitana de un equipo deportivo me dijo por teléfono. La veo a lo lejos y casi no la reconozco. Sin duda a crecido y se ha convertido en toda una mujer. Pero lo que más me llama la atención es que se cortara tanto su hermoso pelo castaño.

-Prima soy yo, soy Shouyo.

-¿Shouyo? Cuanto has cambiado- dice abrazándome fuertemente- Eres todo una belleza, estoy segura de que te llueven las confesiones de amor- eso hace que me sonroje ya es cierto.

El último año se me han confesado muchos chicos que ni siquiera conozco. Lo peor fue la confesión de Kenshi hace un par de semanas cuando se enteró de que este año me iba a cambiar de instituto. Dijo que se enamoró de mí en el primer partido que jugamos juntos y que no había encontrado el valor de confesarse hasta ese momento. En un principio no supe que decir ya que jamás se me había pasado por la cabeza que Kenshi, mi mejor amigo, sintiera eso por mí. Él dijo que no hacía falta que le contestara en ese momento y que pensara en ello. Todavía no le he contestado, pero sí que he pensado en ello. No sé exactamente que siento por él en estos momentos. Antes pensaba que solo sentía por él amistad, pero después de pensarlo... me siento confundida con respecto a él. Kenshi siempre ha estado a mi lado los últimos años y me ha apoyado cada vez que perdía mi resolución o mi esperanza. Él ha sido mi pilar. Por todo esto ahora estoy confundida y no sé que siento, pero sé que debo de contestarle pronto ya que no se merece que le tenga en vilo por tanto tiempo. A pesar de eso hablamos casi todos los días por teléfono o quedamos para entrenar con los demás.

-Alguna he tenido, si- admito todavía con la cara completamente roja- Pero supongo que lo mismo pasa contigo, prima.

-No recibo tantas como crees- dice suspirando- Pero eso da igual ya que la persona que quiero que se fije en mí, no lo hace.

-¿y por qué no te confiesas tú?

-Porque me da mucha vergüenza y además sé que no ve de esa manera- suspira de nuevo- Bueno dejemos eso de lado y dime ya porqué de repente te cambias de instituto para venir a Karasuno.

-Es simple, prima, he soñado desde que tengo diez años asistir a Karasuno.

-¿En serio?, ¿y por qué?

-Porque quiero jugar al voleibol en el mismo sitio en el que lo hizo el pequeño gigante.

-¿Juegas al voleibol?

-Desde los diez años, lo que pasa es que en mi anterior instituto solo estaba yo en el equipo por lo que nunca pude participar en ningún partido oficial.

-Pues la suerte no te acompaña Shou-chan. El equipo de voleibol femenino estará disuelto este año.

-¿Qué?, ¿por qué?

-Porque solo quedamos dos en el equipo y la dirección del colegio decidió que durante el próximo año estuviera disuelto mientras se apuntan más integrantes. No ayudó el hecho de que fuéramos eliminadas en el primer partido que jugamos el año pasado.

-¿Quieres decir que...?

-Lo que quiero decir es que oficialmente en Karasuno solo hay el equipo masculino.

Lo dicho, en estos momentos deseo ser un chico.

CONTINUARÁ

Bueno, pues hasta aquí es el primer capitulo de esta historia.

Me gustaría mucho saber que os parece y que me dijerais como os gustaría que siguiera. Tanto las buenas como las malas críticas son aceptadas.

En el próximo capitulo podréis leer como Michimiya crea todo un plan para que su querida prima pueda jugar y no solo eso, sino que entrarán en escena Suga y Sawamura. Y creo que lo más interesante del próximo capitulo será ver el punto de vista de otros personajes.

Bueno, pues lo dicho, espero que lo hayáis disfrutado y que nos leamos pronto.

Xao.