Hola, aquí les traigo la continuación, he terminado tan rápido que tal vez me dedique a actualizar mi otra historia, así que estaré por aquí un buen rato.
Espero que les guste este capítulo, gracias por todos sus comentarios, todo el apoyo que me dan me ha servido demasiado.
Y respondiendo un review: si, esta historia es mía, es parte de mis ideas y no es ninguna adaptación, la personalidad de Sakura es exclusivamente a consecuencia de Sasuke, sinceramente a veces puede dar miedo, pero como sea, espero te haya servido esta respuesta.
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Si Sakura planeaba convivir armoniosamente con Sasuke, definitivamente iba a ser una tarea sumamente difícil. Estaba decidida a salir adelante a pesar de que él se negara a estar con ella, el tiempo definiría su situación actual, después de todo. La peli rosa estaba convencida de que iba a vale la pena todo el esfuerzo que ella implementará, lo hiciera sola o no. Y aunque todo pareciera ser terrible, ella le veía el lado bueno a aquel acontecimiento, el departamento era muy cómodo, tal vez el mantenimiento de ese lugar iba a ser más costoso de lo que ella creía pero tenía que prever de ahora en adelante las necesidades que esa pareja iba a tener, en caso de que hiciera falta algo importante.
Afortunadamente le gustaba ser independiente, prácticamente recibía dinero por parte del instituto como beca de apoyo y eso le ayudaría demasiado a acostumbrarse a la idea de vivir alejada de su familia. Sonrió mientras se perdía profundamente en sus pensamientos, apenas era el primer día de estadía y estaba emocionada por comenzar, era una buena idea vivir sin la compañía de sus padres.
Si Sasuke se negaba a cooperar en su compañía, estaba bien, no iba a obligarlo a acostumbrarse a la idea, ellos poseían distintas maneras de pensar y vaya que así era. Ella iba a dar todo lo mejor de sí. Cuando cayó en cuenta que estaba siendo victima de sus ensoñaciones, se percató de que el Uchiha ni siquiera se encontraba ahí, suspiró con una sonrisa torcida, no se iba a dar por vencida.
Abrió los estantes de la cocina, por ahora se encontraba todo lo necesario para cocinar y comer adecuadamente por 2 semanas. Con el humor renovado se dispuso a preparar la comida sin importarle si a Sasuke le gustará o no.
[…]
El Uchiha se encontraba recostado en la cama de esa fría habitación mirando el techo, le parecía bastante enfermo de su parte mantenerse molesto por bastante tiempo, pero sinceramente le era imposible mejorar su actitud mientras estaba ahí. Repentinamente se le atravesó una descabellada idea en la mente que pronto desechó debido a que involucrar a Naruto en sus planes era lo más insensato que se le pudo ocurrir. Quedarse a dormir en casa de su rubio amigo no era tan agradable sabiendo que él se enfadaría por rechazar groseramente a Sakura.
Se alegraba de saber que la Haruno estudiaba en un instituto diferente al de él, así no la vería durante todo el día, quizá también era buena idea llegar tarde a ese horrendo sitio al que le llamaban departamento sólo para verla en la noche, era una ingeniosa idea. Esbozó una sonrisa llena de maldad hasta que un agradable olor lo atrapaba tentativamente, alguien estaba cocinando.
Se levantó para abrir la puerta y dirigirse hacía la cocina, dónde se encontró con Sakura muy ensimismada en sus pensamientos, sirviendo en cada plato un platillo que él desconocía. No sabía que ella supiera cocinar, incluso dudaba que lo hiciera, según sus especulaciones ella se dedicaba exclusivamente a estudiar y era lo único en lo que era buena. De hecho, recordando hace algún tiempo, hace algunos pocos años ella le había regalado una deliciosa tarta de frutillas que no pudo rechazar, el problema fue que él detestaba las cosas dulces, incluyendo aquel postre que sin importarle quién se lo había regalado, prefirió dárselo a Naruto.
Sakura sin percatarse que Sasuke estaba justamente detrás de ella observándola, al darse la vuelta estuvo a punto de estamparse en el pecho del Uchiha, ella dio un respingo del susto al encontrárselo de esa manera tan sorpresiva y más estando tan cerca de ella.
– ¡Sasuke-kun! ¡N-no sabía que estabas aquí! –dijo tartamudeando y con el corazón bombardeando rápidamente–. ¿Quieres c-comer algo? He preparado lo suficiente para los dos.
Él no respondió pero se encogió de hombros, le daba igual. Sasuke se sentó en la pequeña mesita que había, mirando como Sakura servía todo, sirvió un poco de té frio, colocando dos bolitas de onigiri en un pequeño plato y a lado de éste un poco de butajiru, una rica sopa que se veía apetitosa a simple vista. Siguió a Sakura con la mirada hasta en el momento en que ella se tuvo que arrodillar para abrir el horno, sin poder evitarlo Sasuke le miró el trasero a Sakura y no reaccionó hasta que ella se levantó con una ligera sonrisa que lo hizo despertar.
– Espero que te guste el anpan –llegó hasta donde él y se sentó para comenzar a comer–. Provecho Sasuke-kun.
Cuando se llevó a la boca una cucharada de butajiru, se sorprendió enormemente sin demostrarlo por el gran sabor que tenía, no dudó ni un segundo para tomar una mordida del onigiri y regodearse aún más por el buen sabor que tenían, no iba a confesarlo nunca pero, no sabía que la molestia tenía tan buen sazón en la cocina ¿dónde había aprendido? Observó de reojo como ella comía con simplicidad no maravillada de lo que estaba comiendo, suponía que era natural que ella estuviese acostumbrada a esto. No eran los platillos favoritos del Uchiha pero eran bastante buenos, él también podía cocinar pero exclusivamente lo que a él le gustaba, en ese aspecto el peli negro era demasiado exigente, pero como si de nada se tratase, estaba aceptando aquella comida con mucha rapidez.
Cuando terminó, tuvo que probar también el anpan, pensaba que se trataba de un pequeño bocadillo dulce bastante simple, así que debía probarlo, después de todo era un simple panecillo. Comenzó a saborearlo una vez que lo comenzó a morder, le disgustaba el hecho de que esa mujer fuese buena en cosas así, tal vez era mejor que ella cocinara siempre.
– ¿Te ha gustado verdad? –inquirió ella con una pizca de diversión en su rostro, ya había terminado de comer, se estaba levantando para lavar sus trastes–. Eso es bueno.
Sasuke frunció el ceño, obviamente no lo iba a aceptar.
Una vez llegó la noche en el departamento, se presentaba la hora de dormir, Sakura estaba bostezando por el gran cansancio que se había llevado, observó a Sasuke abrir uno de sus equipajes, tomando una sabana y algunas almohadas, sabiendo que iba a hacer. Él se dirigió a la habitación que estaba disponible, acomodó algunas cosas para que pudiera instalarse ahí y finalmente dormirse, estaba un poco malhumorado pero al día siguiente tenía que ir a la escuela, por lo menos ahí estaría mucho más relajado. La peli rosa no tuvo otra opción que dejarlo pasar, se colocó su pijama y se dispuso a dormir.
El día siguiente fue mucho más fácil, o eso creyeron. El despertador sonó estrepitosamente, haciendo que Sakura se despertará sobresaltada, miró la hora y supo que debía alistarse si no quería llegar tarde, ahora su escuela se encontraba mucho más lejos y tenía que ingeniárselas para llegar hasta ahí de cualquier forma. Llegó hasta el baño pero desafortunadamente estaba ocupado.
Maldijo su mala suerte en voz baja, tenía que esperar a que Sasuke saliera de ahí, probablemente no faltaba mucho tiempo así que no importaba. Pasaron más de quince minutos y Sakura estaba desesperándose, sin poder hacer nada más, tuvo que llamar a la puerta para apresurar a Sasuke o preguntar porqué demoraba demasiado.
– ¿Sasuke-kun? –llamó y tocó tres veces–. ¿Tardarás mucho?
La regadera era indicador de que se estaba bañando, la respuesta tardó en llegar mucho más de lo esperado.
– ¿Qué importa? –espetó sonando poco educado.
– Tengo que llegar temprano –informó ella torciendo la boca, pero utilizando un tono más amable que el de él.
– Si estas demasiado apurada, puedes entrar ahora mismo –comentó con demasiado sarcasmo, aunque no fue posible hacer que Sakura no se inquietara completamente sonrojada.
No fue después de diez minutos más que Sasuke por fin salió del baño y Sakura se apresuró exageradamente, él sonrió disfrutando del sufrimiento que había provocado, si llegaba tarde mucho mejor.
El Uchiha llegó a la escuela y se encontró con Naruto, el Uzumaki lo recibió con una radiante sonrisa y demasiadas groserías por su parte. No le gustaba ir a la escuela pero lo mantenía lo suficientemente distraído como para olvidar sus propios problemas, no sabía que le deparaba la vida. Se aburrió como nunca pero en compañía de Naruto.
– Hey idiota, ¿cómo te fue ayer? De seguro estuviste quejándote todo el día con Sakura-chan –decía Naruto mientras caminaban rumbo a su casa.
Sasuke no iba a responder, bufó pensativo y agitando su cabello.
– Que te importa imbécil.
– ¡Yo hubiese preferido vivir con ella cuando estaba enamorado de Sakura-chan! –decía convencido–. Pero Hinata-chan me agrada demasiado y no pienso dejarla nunca, tú deberías hacer lo mismo.
– Hmph. Tú no me das ordenes –declaró fríamente.
Sasuke pasó la mayor parte del tiempo en casa de Naruto ese día, trataba de cumplir la promesa que él se había hecho, llegaría en la noche, no vería el rosado cabello de Sakura ni a la misma y se podía ir a dormir muy tranquilamente, pero Naruto era la persona más impaciente que conocía y sabía que ese gusto no iba a durarle mucho, tampoco quería pasar tiempo con él mayoritariamente ya que era mucho más desesperante de la Haruno.
– ¿Hasta cuando piensas rendirte Sasuke? –preguntó justo cuando el Uchiha se estaba marchando–. No podrás huir de tus problemas siempre, ¿sabes?
¿Ahora Naruto pensaba sermonearlo como si él fuera bastante responsable? Ni hablar, no iba a dar su brazo a torcer tan fácilmente.
– No estoy huyendo de mis problemas.
– Lo haces, lo estas haciendo, justo ahora –Naruto se puso serio y sus ojos se mantuvieron fijos en los de su amigo–. No te pido que lo hagas, pero deberías enfrentarlos, Sakura y tú ahora están solos, tan solo… deberías apoyarla.
– ¿Por qué debería? –refutó–. ¿Qué ha hecho ella por mi?
Naruto puso los ojos en blanco, no era posible que ese hombre no se diera cuenta de todas las cosas que ella hacia por él. El punto era que ambos se responsabilizaran y que supieran como salir adelante, ninguno debía estar bajo la vulnerabilidad y dolencia, tenían que apoyarse mutuamente fuera como fuera, aunque él no la quisiera, debía mostrar un ápice de respeto como mínimo, aprender a madurar.
– No la dejes a la intemperie –suplicó con preocupación–. Ella es más fuerte de lo que tú crees, pero, yo sé que algún día ella tropezará y no podrá levantarse sin un poco de ayuda.
Era extraño escuchar a Naruto hablar de esa manera. No podía evitar sentirse como un idiota a veces, se negaba a hacerlo.
– ¿Por qué? –exigió en desacuerdo.
– Te llegarías sorprender con lo que puedes lograr haciéndolo, ¿no lo crees así?
Sasuke había llegado justo cuando acababa de oscurecer completamente, abrió la puerta y se encontró con Sakura haciendo sus tareas, ella levantó el rostro para verlo y lo recibió con una pequeña sonrisa que él ignoró. Fue hasta el pequeño cuarto y se encerró ahí, pretendiendo hacerlo hasta que amaneciera y se repitiera la misma rutina de ese día.
Aunque Sakura tuviese una cantidad exagerada de tareas y proyectos escolares, tuvo la molestia de preparar una ligera cena para ella y para su acompañante. Estudiar demasiado en ocasiones le despertaba el apetito y esta no era la excepción. No tuvo miedo y llamó a la puerta de la habitación para que Sasuke saliera a cenar.
– Sasuke-kun, si deseas algo para comer, estará servido y guardado en un contenedor en la cocina, si gustas por supuesto –ofreció antes de irse a acostar.
En su opinión, su primer día en ese lugar no había sido tan fatídico como pensaba, si se mantenía en ese ritmo, quizá avanzaría un nivel más en el rango de madurez. Cerró la puerta del cuarto y se desvistió, no sin antes advertir que la puerta de Sasuke había sonado, sonrió al saber que iba a comer algo que ella preparó. Ya no importaba si no le dirigía la palabra, tenía que ser fuerte, había tiempo para mejorar aquella mala relación.
Y así transcurrió la semana hasta terminar, la noche era demasiado tranquila y ella se encontraba a solas en el departamento, miraba demasiado aburrida la televisión y podía apostar a que estaba quedándose dormida, no era demasiado tarde, la madrugada prometía ser muy tranquila. Sasuke se había ido a algún lugar, no tenía la necesidad de preocuparse porque él sabía cuidarse bastante bien.
Cuando sus ojos se cerraron para caer finalmente dormida, la puerta se abrió colisionando estrepitosamente, Sakura se levantó asustada y vislumbró al Uchiha que acababa de llegar con el peor rostro del mundo, un increíble enfado que le provocó miedo y más al no saber la causa del porqué estaba así.
Sasuke comenzó a caminar hasta sentarse en otro de los muebles, respirando un poco agitado, sin componer sus pesadas facciones, la peli rosa moría por preguntar que ocurría y sin dejarlo de mirar con temor. Sasuke se giró a mirarla con irritación.
– ¿Qué quieres? –escudriñó bruscamente.
– ¿Qué ha ocurrido? ¿Porqué estas así? –preguntó ella tratando de guardar la poca calma que conservaba–. Luces muy molesto Sasuke-kun.
Había tenido un mal día, eso era todo. Hablar por enésima vez con sus padres para tratar de anular el compromiso fue contundente, ninguno cedió a sus peticiones y lo rechazaron hasta reprenderlo por su poca cordura y falta de tacto, él consideraba que no debía estar bajo esas estupideces, no soportaba la patética vida que llevaba ahora y estaba harto de hacerlo, no sabía que hacer ahora que se encontraba definitivamente encadenado.
– Estoy así… por ti –concluyó desviando su mirada.
Efectivamente dolía, ella no tenía la intención siquiera de casarse con alguien, sabía perfectamente los sentimientos de Sasuke y no lo obligaba a nada. Sakura no había sido la responsable de ese acuerdo, sus padres incluso le habían ocultado todo eso justo para soltarlo en el momento menos indicado, ella también se había sorprendido, ella también había sufrido una crisis nerviosa debido a que iba a vivir sola, de que posiblemente iba a ser involucrada en una de las ideas más exageradas que jamás ocurrirían y de que Sasuke la iba a odiar más que cuando ni siquiera estaban comprometidos. Ella estaba en desacuerdo igualmente, no quería que las cosas fueran así y que salieran tan mal.
– Yo tampoco estaba de acuerdo en esto –comenzó a decir–. No me agrada estar viviendo así y más si te disgusta y no estas cómodo aquí, pero yo quiero lo mismo que tú, de algún modo quiero cancelar esto, quiero evitar avanzar con demasiados desacuerdos, es demasiado pronto para hablar. Confió en que esto puede cambiar, pero tomará tiempo, ¿entiendes Sasuke-kun? –ella apretó los puños y miró el suelo, temblando por dentro–. Haré lo que este a mi alcance para que mis padres entiendan que esto no funcionará y que lo mejor será que nos separemos.
Sasuke escuchaba atentamente a la peli rosa hablar, ella también tenía planes pero sus padres eran demasiado tercos para entenderlo. A diferencia de él, ella estaba firmemente decidida a seguir sin importar nada con el propósito de que al paso del tiempo sus padres desistieran del compromiso y decidieran cancelarlo por beneficio común. Se sorprendió ligeramente por verla actuar así.
– Buenas noches –dijo ella para irse a dormir y dejarlo prácticamente confuso.
Sasuke supo de una vez que tenían que seguir el estúpido juego, hasta donde su increíble paciencia llegase, tal vez ese plan funcionaría. Tenían que convencer a los que habían comenzado esa ridícula idea, los Haruno.
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Aquí se ha notado un agradable cambio en la personalidad de Sakura, ella a veces puede mostrar debilidad, pero créanlo, sabe cómo ser fuerte y mostrarse al frente en algunas situaciones. Por otro lado Sasuke sigue siendo inmaduro y rechazando a Sakura, después se percatará de lo que ella es capaz y tal vez cambié de parecer, claro! Se arrepentirá!
Déjenme un review ahí abajito, estaré esperando con ansias sus opiniones.
Nos veremos en la siguiente actualización.