Capítulo 1:
El viento azotaba mi cabello y hacia que entrecerrara mis ojos. Mi respiración era agitada, me apoye en una pared y cerré los ojos con fuerza. Me estremecí y apoye la frente en la fría pared para despejar un poco el mareo que sentía. Hedwig ululo y se poso sobre mi hombro.
-...e-estoy bien-la tranquilice en un leve jadeo.
Suspiré y camine con Hedwind en mi hombro. La noche era increíblemente oscura ya que no había luna. Llegue a un parque y me senté en una banca. Oculte el rostro entre mis manos. Volví a estremecerme cuando los recuerdos invadieron mi mente. Un gemido salio de mi garganta sin que yo pudiera evitarlo. Entonces un dolor lacerante me hizo ahogar un grito y apretar mis dedos contra la cicatriz que decoraba mi frente. Me retorcí en la banca intentando controlar los gritos que luchaban por salir de mi boca. De pronto, el dolor ceso y justo cuando creía que todo habia pasado una mano se poso en mi hombro y di un salto debido a la sorpresa. Me volví y detrás de mi había un hombre que no devia pasar de los veinticinco, con el cabello castaño oscuro hasta los hombros y la piel pálida como la nieve...pero fue cuando vi sus ojos que me puse rigido. Aquellos ojos rojos...
-Voldemort-el nombre salio en un susurro.
-Vaya vaya...-sonrió con verdadera malicia-, salgo a buscar algun mago con el que practicar la mardicion Crucio un poquito y mira con que me encuentro.
Me lavante de un salto y saque mi varita pero antes de que pudiera pronunciar algun hechizo Voldemort ya habia movido la suya y todo se volvio oscuridad.
Verde, un profundo color verde era todo lo que veia. Parpadee y me di cuenta que el verde procedia del dosel de la cama en la que me encontraba... una mullida y comoda cama. Gemi suavemente e intente levantarme, pero un profundo dolor en mi espalda me lo impidio.
*Ya dessspertassste*
Ladee un poco la cabeza y alli, junto a la cama, habia una enorme serpiente.
*Nagini* supuse
*Ess Asssi*
*entoncesss esstoy en la guarida Voldemort*
*ssi, Potter *
*Puedo ssaber porque el esstoy entoncess muerto?*
*Esso deverass preguntarsselo Tom *
Fue su respuesta antes de alejarse reptando. Yo me limite a cerrar los ojos e intentar olvidar el dolor que aquejaba mi espalda. Debí de dormirme pues una fría mano sobre mi frente me hizo despertar dando un leve bote. Ante mi estaba Voldemort. La verdad es que verle con esa joven y atractiva apariencia me hacia sentir muy extraño.
-Voldemort...-de nuevo su nombre salio en un leve susurro de entre mis labios.
-Siempre me he considerado un mago con suerte Potter... pero jamás con tanta como la que tube al encontrarte en ese parque... sin un solo auror protegiendote, de verdad que tengo suerte... -susurro mientras se formaba una maliciosa sonria en su rostro.
-¿Por qué no me matas?-fue mi pregunta.
-¿Matarte? Oh, no... mantenerte vivo será mucho más divertido...
Me estremecí y cerré los ojos con fuerza, fuera cual fuera mi destino no sería agradable... eso lo sabía.
-Mi pobre pobre Potter -susurró fríamente antes de agarrarme de la camiseta y tirar de mi para levantarme.
Gemí al sentir el dolor de mi espalda. De forma increiblemente gentil la otra ma-no de Voldemort se colocó en mi espalda y la levanto con cuidado.
-Arriba Potter, necesita una buena ducha.
Al ver que no me levantaba y que tenia claras intenciones de no hacerlo me cogió en brazos.
-Suéltame Bastardo-Gemi.
-Cállate.
Me llevó en brazos por una puerta que llevaba a un cuarto de baño pintado en plata y verde. Me sentó en la bañera e hizo desaparecer mi ropa con un gesto de su mano.
-Merlin-murmuro al ver mi espalda-, muy bonito, ¿quién fue Potter?
Suspiré al imaginar lo gratificante que tenía que ser para él ver todas las cicatri-ces que había en mi espalda... sin olvidar las nuevas heridas que aun no sanaban.
-Mi tío-respondí mecánicamente.
No hizo ningún comentario al respecto y se limitó a limpiarme con agua y jabón. Grité cuando paso la esponja por mi espalda, pero en el fondo sabía que sino le dejaba hacerlo después sería peor para mi pues se infectarían. Una vez que terminó me sacó de la bañera y me secó con una toalla, esta vez solo gemidos salieron de entre mis labios cuando paso la suave tela por mi espalda con un extraño cuidado. Luego me cogió de nuevo y me llevo a la cama, donde me sentó para ponerme una camiseta que me iba grande. Me hizo echarme y me arropó. Le miré y no pude evitar preguntarle:
-Por que haces esto?
-...-me miró a los ojos pero no contestó.
Sopló para apagar la vela que iluminaba levemente la habitación y luego se fue. Deduje que quería que me durmiera y no tuve problema alguno en obedecer. Pero un pensamiento se paseo por mi mente antes de dormirme...
"Eres raro Tom Riddle"