¡Hey! ¿Me extrañaron? (': Sé que estos dos últimos capítulos me he tardado milenios en escribirlos (Aunque este lo tenía listo desde hace dos semanas.) Pero, no sé porque no me he inspirado mucho :'( Espero que les guste este capítulo y ya saben que cualquier duda, propuesta o queja son bien recibidos 3

Disclaimer:

Haikyuu y sus personajes no me pertenecen a mí, sino a su respectivo autor Haruichi Furuudate.

Esta historia me pertenece totalmente a mí.

''Me acuerdo cuando reímos juntos,
me acuerdo cuando soñabamos juntos
y me acuerdo cuando creamos un futuro juntos.
Dime, ¿por qué todo se ha derrumbado de esta manera?
Acaso, ¿nunca fuímos él uno para él otro?''

Despertó de una manera agitada, el sudor perlaba su frente y su corazón latía con fuerza. Suspiró mientras se limpiaba el sudor. Otra vez aquel sueño, otra vez despertarse a altas horas de la madrugada y otra vez ese sentimiento de culpa que inundaba su cuerpo.

Se quedó sentado, fijando la mirada en la penumbra de la oscuridad por unos minutos, todavía le dolía recordar aquello, todavía sentía como se le estrujaba el pecho al pensar al menos unos minutos en el pasado. Sabía que ya lo debía de haber olvidado, pero no podía. Aunque la mayoría pensase que ya lo había hecho, él sabía que era una simple mentira.

Limpió las débiles lágrimas que escurrían de sus ojos, no podía seguir llorando por aquello que había quedado ya en el pasado. Suspiró pesadamente y se volvió a acostar acurrucándose entre las sábanas y entre algo más. Hinata recostó su rostro sobre el pecho del chico que se encontraba a un lado suyo y con una mano apretó la camisa del mismo, las lágrimas seguían saliendo de su rostro mojando la camisa del otro.

-Hey, ¿otra vez ese sueño?- Hinata asintió débilmente sin cruzar mirada con el chico. -Tranquilo, no fue tu culpa, deja de culparte.- Dijó mientras le acariciaba los anaranjados cabellos a su novio. Hinata se pegó más a el chico mientras se mordía el labio, tenía razón. No era su culpa, y además ya había pasado hace mucho, pero entonces, ¿por qué se encontraba llorando?

Después de estar unos minutos más en la misma posición, el chico alzó delicadamente el rostro de Hinata. Él se encontraba sonriendo cálidamente mientras observaba a Hinata con aquellos ojos color chocolate tan encantadores; posteriormente le plantó un dulce beso en los labios.

-No me gusta verte así, sonríe para mí, ¿sí?- Hinata asintió limpiándose las lágrimas para luego sonreír ligeramente. El otro chico lo abrazó recargando su cabeza sobre los despeinados cabellos de Hinata. -Buenas noches, Shou-chan.-

-Buenas noches...-

A la mañana siguiente, Hinata despertó para ir a la universidad. Como esperaba, su novio ya se había ido para cuando él se había levantado. Usualmente éste salía más tarde a trabajar, pero justo ese día tenía que viajar con su equipo gracias a un partido. Así que le tocaba casa sola hasta dentro de una semana. Hinata suspiró pesadamente mientras se dirigía al baño. Seguramente le hablaría a Kozume para que se quedáse en su casa algunos días. Después de todo, al ex rematador nunca le había gustado estar solo tanto tiempo.

Cuando por fin estaba listo, tomó todas sus cosas y salió de su casa sin más. Como vieja constumbre, Hinata se fue en su bicicleta directo hacía la Universidad. Aquella mañana, el chico de cabellos naranjas había estado a punto de caerse de su medio de transporte varias veces, por alguna razón, desconocida para él, ese día se encontraba muy despistado. No se fijaba en la gente que se cruzaba en su camino, no se fijaba en aquel hoyo en medio del camino, y así estuvo todo el trayeto.

Hinata sentía que aquel día iba a pasar algo muy inesperado, pero lo extraño era que no sentía que aquel acontecimiento le fuera a traer buenas noticias, no, todo lo contrario. Sentía que el estómago se le revolvía con tan sólo prestarle atención a aquel molesto presintimiento. Pero, además de tener aquel sentimiento, se encontraba muy asustadizo. Sentía que necesitaba estar alerta todo el día.

Al terminar las clases se intentó poner en contacto con Kozume, lo cual fue un intento fallido, por lo que parecía que tendría que quedarse solo en casa lo que quedaba del día. Pero, apesar de eso. Hinata no iba a quedarse solo en casa aburrido, no. Hinata Shouyou nunca podría quedarse solo en casa y además aburrido, por lo que decidió hacer una noche de películas, comprarse una que otra comida chatarra e intentaría hablar con su novio por Skype. Seguramente había ganado el partido de aquel día, después de todo, éste era un excelente setter.

El chico de cabellos anaranjados, se recostó peresozamente en su cama mientras sacaba toda clase de alimentos chatarras que se había comprado en la tienda. Sostuvó en manos un bote de unos cuantos litros de helado y con una cuchara, comenzó a meterse aquel dulce alimento en la boca, para después encender el televisor.

Pasaba de canal en canal, buscando algo que le quitase aquel aburrimiento que lo fatigaba, pero nada. Había intentado contactar con su novio, y lamentablemente no lo había logrado. Finalmente, cansado de haber recorrido ya varias veces todos los canales, se levantó y empezó a merodear por todo el departamento. Cuando no tenía absolutamente nada que hacer, se ponía a dar vueltas por todo el lugar, aquello le relajaba y le dejaba pensar con claridad.

Al estar merodeando por todo el lugar, por un simple descuido tropezó tirando algunos álbumes de fotos de la preparatoria. Hinata suspiró pesadamente al ver el desastre que había provocado, lo tendría que recoger y ni siquiera alcanzaba a esa altura. Se acercó a los álbumes recogiéndolos delicadamente hasta que uno llamó su atención. Aquel álbum pertenecía a cuando estudiaba en Karasuno, exactamente, cursando primer año. Comenzó a pasar las hojas recordando a todos y a cada uno de sus compañeros, riendo en voz baja recordando los momentos que había pasado junto a estos. Hasta que llego a las fotos del club, en éstas se podía observar la primera que se tomaron. Paseó su mirada recordando más que a sus compañeros de clase, a sus compañeros de Voleibol, miraba la foto con una sonrisa hasta que se topó con un rostro muy familiar. Aquel chico tenía el cabello oscuro y unos ojos color azul penetrantes. Tragó en seco al recordar al chico y lágrimas inundaron sus ojos.

Se limpió las lágrimas para después darse un leve golpe en las mejillas. Hace mucho tiempo se había prometido que no debía llorar por eso, es más, aquello le debía parecer un lindo recuerdo de una linda relación. Porque aunque no hubiese durado mucho tiempo con el azabache, su relación había sido una relación muy completa. Aunque había veces en las que ambos se pelearon mucho, eran peleas tontas y sin sentido que al cabo de un rato eran una razón más para reír juntos. Pero, eso ya había acabado, y aunque hubiese acabado de una forma en la que ninguna relación debería acabar. Hinata lo tendría que olvidar.

Cerró el álbum y junto a los demás los puso en el estante. Aquellos álbumes eran muy preciados para él, contenían todos sus años de preparatoría, los cuales habían sido unos años inigualables. Le recordaban demasiadas momentos, tanto tristes como felices. Pero lo más importante era a las personas que había conocido en la preparatoria. Esas personas habían sido unas de las más importantes en su vida, las cuales nunca se arrepentiría de haberlas conocido.

Al cabo de un rato, Hinata decidió que ya era tiempo de dormir. Así que se dirigió de nuevo a su habitación y se dedicó a apagar todas las luces, para así ya dormir. Se recostó suavemente sobre sus sábanas blancas y después de un tiempo, cayó en los brazos de Morfeo.

Lamentablemente, aquellos sueños llenos de colores y felicidad no pueden durar mucho. Por lo que unas horas después, Hinata despertó con el corazón en la garganta. Aquel sueño había sido diferente que el que usualmente lo acosaba, después de todo, el otro sueño casi siempre consistía de esta manera:
Él se encontraba solo sentado en un escenario el cual no recordaba haber visto alguna vez en su vida; de pronto llegaba alguien que le parecía extrañamente familiar, pero no sabía quien era. Aquella persona se sentaba a su lado y comenzaban a platicar agusto. Unos segundos después la persona le decía algo a Hinata que lo horrorizaba por completo, y aunque Hinata se despertase todavía con el sabor amargo en la boca, no podía recordar que era lo que aquella persona misteriosa le había dicho a la mañana siguiente. De repente, el escenario cambiaba por completo y Hinata se encontraba en una terraza, la calle se encontraba inundada de ambulancias y personas alteradas mientras que los oficiales intentaban mantener el orden. Hinata miraba desde la terraza con horror las calles mientras sus ojos parecían un mar de lágrimas. Después de eso, siempre despertaba llorando y agitado.

Pero, por otro lado, este sueño era totalmente distinto. Hinata simplemente se encontraba en su antigua escuela caminando hacía el gimnasio; unos segundos después, llegaba a éste y se ponía a practicar. Al principio parecía que aquel sueño había sido producto de estar viendo los álbumes, y simplemente su cerebro había querido revivir aquellos momentos, pero después se torno completamente distinto. Todo mundo lo comenzó a señalar mientras gritaban en unísono: ''¡Asesino, asesino!'' Hinata empezó a temblar y a mirar a todos con horror. ¡Él no tenía la culpa! Quería gritarlo, hacerselos entender. Pero, nada salía de su boca. Era como si estuviese completamente mudo. La desesperación se hizo dueña de su cuerpo mientras las mismas palabras se repetían a su alrededor: ''¡Asesino, asesino!'' Unos segundos todo mundo paró el griterío, pero en medio de todos salió aquella persona producto de su culpabilidad y malos sueños: Kageyama Tobio. Éste lo apunto y dijo unas sencillas palabras que lo destrozaron por completo: ''Todo fue tu culpa.''

Y ahí Hinata despertó asustado y sobresaltado. Todo se había sentido tan real, que le era imposible creer que no había pasado. Las últimas palabras que Kageyama le había dicho seguían resonando en su cabeza como pelotas de Ping-pong rebotando contra la pared.

Hinata no pudo volver a reconcilar el sueño y aquel presentimiento que lo había estado persiguiendo todo el día se había incrementado. Estaba seguro que algo no tan bueno estaba a punto de pasar.

Al otro lado de la ciudad, en el hospital principal, un chico de cabellos oscuros se encontraba sentado en la orilla de la camilla. La cabeza le daba vueltas y sentía unas nauseas terribles. Muchos recuerdos invadieron su cabeza, tantos que de tan sólo intentar ordenarlos se sintió aturdido.

Varias personas se encontraban a su alrededor, algunas le quitaban todas las máquinas que se encontraban a conectadas su alrededor y otras lo acosaban con preguntas a las cuales no les encontraba sentido. La luz le cegaba los ojos y el sonido le provocaba un dolor intenso, quería salir de ahí y estar en tranquilidad.

De pronto, llegó un señor, que parecía estar cursando los cuarenta años, con una bata blanca. Aquel señor les indicó a todos que se retiraran, o eso creeía él, porque para ser sinceros no le entendía ni lo más mínimo, lo único que escuchaba era un fuerte pítido lastimandole los oídos.

El señor que acababa de entrar se dirigió a él de una manera calmada con una cálida sonrisa en los labios. Se sentó enfrente de él y le posó una mano sobre el regazo.

-Hola. ¿Cómo te sientes?- El chico levantó la mirada suavemente para después parpadear.

-S...supongo que bien...- Lo dijo casi inaudible y con bastante esfuerzo. El señor suspiro y se recargó en el respaldo de la silla.

-¿Te acuerdas de algo?-

-Sí...-

-¿De qué?- La curiosidad se podía ver en los ojos del hombre.

-Mi nombre es Kageyama Tobio y...tengo...yo tengo 15 años y...estudió en la preparatoría Karasuno...- El hombre bajó la mirada como si le hubiesen dicho una mala noticia, claro que aquello no era muy buena señal.

-Mira. Tuviste un accidente, no sé si te acuerdes de eso.- Kageyama se quedó unos segundos pensando para después asentir levemente. ¡Oh! Claro que lo recordaba.

-Bueno, caíste en coma y llevas seis años dormido.- Con aquellas palabras Kageyama pudo sentir como su mundo entero se derrumbaba y todo el peso le caía encima. Ya nada volvería a ser como antes.

:')

Reviews:

Elizabeth-San:
Awww 3 Me alegra escuchar eso! Also, lo siento por tardarme tanto :'( Ahora si prometo no tardarme 6 meses :(
Referente a lo del sueño, no te preocupes. Estaba jugando, a veces me gusta ser un poco dramática :) Y lo de las personas deformes, para ser franca, me basé en una experiencia cercana de un familiar mío. No es nada significativo~

fenixentrecuerdas:
Yo también te quiero :') 3
Also, creo que este capítulo respondió muy bien tu pregunta.~ Ah, y gracias, espero que te haya gustado!

Jessie Kurosaki:
Omg, no sabes lo feliz que me hace escuchar eso 3 Digo, te tomas la molestia de traducirlo 3 Muchas gracias y pues ese era el punto :) Hacer a las personas llorar con el accidente de Kageyama~ Kissus igual y espero que haya sido de tu agrado!

Mishie Walker:
Hinata puede hacer todo lo que él quiera mientras le rompa el corazón a Kageyama~ Claro que en canon o en otros fanficso comics eso no lo toleraré :')
Me alegra que te gusté y espero que sea de tu agrado este capítulo 3 Also, ¡claro! Sólo dime en lo que quieres que te ayude y lo haré :)

Y pues la hora de la verdad a llegado, ya saben quien es el reemplazo de Kageyama, ¿verdad? Me encargué de dejarlo bien claro sin necesidad de palabras (; 3

PD: Este capítulo me costó mucho trabajo por la escena del principio, no fue fácil, después de todo rompe mi Otp /3

Sin nada más que decir, para la próxima! 3