BAÑOS TERMALES
Hinata se miraba al espejo, era como si intentase darse fuerzas para salir de esa habitación y mirar a la cara a su esposo. Realmente se veía hermosa hacía mucho tiempo que no se maquillaba, pero valla que había hecho un buen trabajo, el kimono que había escogido era confeccionado en su tierra natal, quería mostrar sus raíces a pesar de que ahora pertenecía a otra cultura.
-Vamos Hinata, sal de aquí, puedes hacerlo- no sabía porque, pero se sentía como una adolescente en su primera cita, le temblaban las piernas. Respiró hondo, tomó su abrigo y abrió esa puerta solo para encontrarse a Gaara al final de las escaleras.
-Ya…ya estoy…lista-dijo Hinata sin apartar la vista del suelo.
Gaara no podía salir de su asombro, de por si era hermosa pero hoy, hoy lo era aún más, sacudió la cabeza para salir de aquel trance, tenía que reaccionar, era obvio que estaba nerviosa, rápidamente dobló el codo para que ella enganchara su brazo.
-Estas hermosa Hina- le dio un corto beso en los labios, a Hinata le tomó por sorpresa, lo único que pudo hacer era cubrir sus labios sin poder creérselo- Lo siento, pero no pude evitarlo.
Aquel pelirrojo se acercó a su oído y susurrando dijo:
-Va a ser muy difícil mantener la mente fría.
-¡Gaara vamos a llegar tarde!- exclamó sorprendida y con la cara más roja que un tomate.
-Tienes razón jajaj salgamos.
No podía creérselo, desde que se casó con él jamás pensó caminar a su lado, conversar, reír como lo estaban haciendo en esos momentos, se sentía tan irreal y ¿bien? ¿hace cuánto que no conversaba así con alguien? Naruto era un chico gracioso pero la mayoría de las veces los temas de conversación eran tan diferentes a su gusto que sentía que se perdía por completo. Sin embargo, había algo en su esencia, en su espíritu que la mantenía totalmente ligada a aquel chico de ojos azules
-*Jamás me retractaré de mis palabras, porque ese es mi camino ninja*- se dijo a sí misma, esas palabras que la hicieron ser lo que es ahora, una ninja de élite, gracias a Naruto. ¿Entonces si estaba tan segura de que amaba a Naruto, porqué se sentía tan mal por Gaara?
Suspiró agotada por tanta confusión.
- ¿Sucede algo?
-No nada, solo…estoy algo nerviosa, las fiestas no son mi fuerte- Gaara esbozó una tímida sonrisa.
-A mí tampoco se me da bien estar con tanta gente la verdad.
-Eres muy serio, deberías ser más amigable, de seguro que podrías hacer más amigos de esa forma.
- ¿Tú crees? - ella asintió segura.
-Por supuesto- se detuvieron a las puertas de una gran sala llena de personas con elegante vestimenta-Al fin llegamos…
-Respira hondo y camina- dijo Gaara con el fin de coger valor.
-Si, vamos entonces.
- ¡Damas y caballeros, llegaron los invitados que estábamos esperando! El señor y señora Sabaku, conformado por nuestro respetable Kazekage y su esposa Sabaku no Hinata, miembro de la rama principal del Clan Hyuga de la aldea de la hoja, ¡démosle un cálido aplauso!
La gente no paraba de aplaudir, casi nadie sabía quién era la esposa de Gaara, sola sabían que se fue y regresó con un anillo en la mano y todo un malhumorado, la gente murmuraba que tenían problemas maritales, afortunadamente nadie sabía lo de las camas separadas, el consejo había evitado que se filtrase algún tipo de información al respecto, incluso el médico que revisó a Hinata fue advertido de ello.
-¿Algunas palabras que decir Lord Kazekage?- preguntó la presentadora del evento.
-Claro, unas palabras a la aldea no están de más- respiró hondo y dijo- Ciudadanos de Suna, hoy es un evento muy importante para todos, tanto nuestro invitados de Konoha como para nosotros, es la décima exhibición de la reliquia que simboliza la paz entre ambas aldeas, mucho antes que la Tercera Guerra terminase, es cierto hubo muchos obstáculos para llegar a esta alianza pero tanto la hoja como la arena hemos sabido salir adelante y de hecho….- tomó la mano de su esposa y sin quitarle la mirada pronunció lo siguiente:
-De hecho, no considero mi matrimonio como una alianza, el matrimonio fue lo mejor que me pudo haber pasado, conocí a una mujer que si no hubiera ido a Konoha jamás habría sabido lo que es estar enamorado.
Hinata no podía creer lo que decía, su corazón latía a mil por hora y sus mejillas se tiñeron de un tinte rosa.
-Entonces sin más dilación demos paso a la exhibición de La espada de Midoriko y disfruten de la velada- todo el mundo aplaudió ante aquellas palabras, los gritos de júbilo no se hicieron esperar, la gente estaba alegre por esta escena, todos menos un chico rubio que miraba la escena serio y lleno de frustración, quería subir a esa tarima y decirle en la cara que Hinata jamás le correspondería.
-Se lo que piensas Naruto, pero no es un buen momento que actúes de forma insensata- dijo Tenten tratando de evitar un conflicto bélico.
- ¡Claro que lo sé, joder yo debería estar ahí diciéndole eso! -exclamó Naruto dolido.
- ¿Acordaste verla hoy verdad? - Nauro se cruzó de brazos y asintió, parecía un niño a punto de hacer un berrinche-Entonces no tienes nada que temer, ella aun te quiere, solo no lo estropees con tus celos.
-Está bien, dattebayo
Mientras tanto, la pareja más cotizada de la noche hablaba con los presentes más importantes de esa noche: miembros del consejo, embajadores de Konoha y de otras aldeas y algunos conocidos de Gaara.
Hinata estaba algo distraída, esperaba a que las manecillas de reloj apuntasen a la hora que habían acordado para verse.
FLASHBACK
-Te espero a las diez de la noche, hay muchas cosas que quiero contarte, hablaremos de nuestro futuro, no tendrás que estar sola nunca más- dijo Naruto esperando una respuesta afirmativa.
-Haré lo que pueda, a las diez en el callejón que está detrás del edificio, es un buen lugar para vernos- la puerta de la entrada sonó, alguien acaba de llegar a la casa- Deprisa, sal por la ventana, procura que nade te vea.
-Nos vemos en la noche- le dio un beso lleno de ternura, era tan difícil separarse después de tanta espera, pero no podían arriesgarse.
-Cuidate
-Lo hare- dijo finalmente Naruto desapareciendo de la vista de aquellos ojos brillantes como la misma luna llena.
FIN DEL FLASHBACK
-Voy al baño no me tardo- dijo Hinata aprovechando que ya habían acabado de saludar a la mayoría de los invitados, pronto el reloj del gran salón marcaría las diez en punto, debía estar preparada para verlo, disimuladamente se dirigió hacía en punto de encuentro asegurándose de no ser seguida por nadie.
Afortunadamente los guardias de la fiesta no estaban rondando por esas zonas, estaban demasiado ebrios como para prestar atención a quien salía de la fiesta, pero tenía mucho miedo de que Gaara se diese cuenta de que había salido del lugar y sospechase de algo. Su corazón se aceleraba con cada paso que daba, sus zapatos sonaban tan fuerte en aquel lugar abandonado que era difícil no hacer ruido, empezó a buscar a Naruto entre la oscuridad, pero no lograba ver nada.
- ¿Naruto? - preguntó, pero no recibió respuesta, fue entonces que unos brazos masculinos la abrazaron por detrás, rodeando su cintura con firmeza. Hinata soltó un gritito ahogado por la sorpresa-Naruto me asustaste.
Hinata se sonrojó, realmente sentir su respiración en su oído la ponía muy nerviosa, su cuerpo estaba empezando a reaccionar.
-Estás muy hermosa hoy Hinata, siempre te han quedado los kimonos.
-Gra…gracias.
Naruto la volteó con suavidad para tomarle el mentón, era una sensación tan cálida, le recordaba a su relación, cuando aún eran novios y no pensaban en casarse aún. Naruto no vaciló más, la besó cariñosamente devorando lentamente aquellos labios rosados y mordiéndolos con delicadeza en algunas ocasiones, se sentía tan bien besarla que podría hacerlo todo el tiempo.
Hinata se había quedado totalmente hipnotizada.
-Yo…Naruto, no tengo mucho tiempo- balbuceó nerviosa y sonrojada.
-Cierto, hablé con la vieja Tsunade, dice que ella se encargará de borrarnos de la lista de traidores una vez que huyamos de aquí. Le dará una nueva esposa a Gaara, alguien que si esté dispuesta a casarse con él. Hay una aldea que nos ocultará mientras Gaara trate buscarte, luego de eso podremos ser felices para siempre ¡No te parece increíble dattebayo!
Estaba en shock ¿su plan era dejarlo todo? ¿Y qué pasa con la familia, con los amigos y su aldea? Naruto era el Héroe de Konoha, no podía abandonar a la aldea, así como así, no quería condenarlo a ser un fugitivo por su culpa. Estaba claro que el divorcio entre Kages era imposible y la única manera era huir.
-Naruto ¿crees que es lo correcto?
-¡Por supuesto que sí, seremos felices al fin, lo demás no importa si estoy junto a ti Hina!
-*¿Hina? *- así es como Gaara la llamaba, estaban totalmente confundida, no sabía qué hacer. Dejarlo todo por amor era la respuesta correcta: o dejaba a Naruto para que pueda cumplir su sueño de ser Hokage y aprendía a amar a Gaara o lo dejaba todo para estar con Naruto y renunciar ambos a la vida que tenían antes. Todo era por amor.
-Vendré por ti en un mes, hasta entonces piénsalo bien, sé que nuestro destino es estar juntos, te amo Hinata-la besó en la frente y con movimientos rápidos desapareció del callejón.
-Adiós Naruto…yo también…- se había demorado más de la cuenta, debía regresar a la fiesta enseguida o alguien podría descubrirla.
A paso apresurado nuevamente sen integró en la fiesta, no veía a su esposo por ningún lado. Mientras lo buscaba algo en la esquina del salón captó su atención por completo, detuvo en la mesa de postres, realmente todo se veía muy dulce, no pudo resistirse, tomó un rollo de canela y se lo llevó a la boca, era tan delicioso…
-*Me recuerda tanto a mi tierra*- se dijo a si misma mientras comía otro.
-Al fin te encontré, me tenías muy preocupado Hina ¿Dónde estabas? te perdiste la exhibición – preguntó Gaara sin apartar la vista de su esposa.
-Yo…me entretuve con los postres, disculpame no quise preocuparte, pero…-miró a los rollos de canela- hace mucho que no comía uno de estos, son mis favoritos.
Gaara arqueó la ceja sin poder creerlo, se veía tan adorable comiendo, parecía que tenía muchas ganas de esos rollos, tenía en la comisura de sus labios migajas de pan.
-¿Puedo comer uno?- Hinata tomó un rollo y desprendió un trozo de aquel dulce, para a continuación de forma inconsciente o quizá por puro instinto se lo dio en la boca.
-¿Qué tal, está bueno?- Gaara asintió, esa acción le quitó las palabras.-Me alegra saber eso jaja
-Ven vamos a bailar, me debes el baile de nuestra boda- Hinata, suspiró por ese comentario-¿Pasa algo?
-No es nada, solo que me hubiera gustado que nuestra boda hubiera sido diferente. Lo siento mucho.
-No pasa nada, eso ya quedó en el pasado Hina.
-Quiero compensártelo.
-Puedes hacerlo ahora- dijo mientras la llevaba a la pista de baile- Demostremos al mundo que lo que dije en esa tarima es real.
La pareja bailaba y se divertía esa noche, no se percataron que una conocida suya los miraba desde las sombras, una mujer que estaba sorprendida por lo que veía. ¿Hinata ya había tomado su decisión?
La noche había sido muy amena, los Sabaku habían regresado todos juntos en la madrugada bastante cansados por la fiesta, pero sin ninguna queja, esa exhibición se celebraba cada cinco años así que muy a su pesar la siguiente vez sería cuando ambos tuviesen cerca de veinticinco años, tendrían que viajar a Konoha para la próxima.
-Buenas noches, que descansen- se dijeron todos antes de entrar a sus habitaciones, Hinata por el contrario se quedó esperando en el pasillo.
-¿Qué sucede?- preguntó Gaara extrañado por su comportamiento.
-Es que…
-Dime, no tengas vergüenza
-Temari me ayudó con el kimono, este tiene un diseño especial, así que…- se dio la vuelta señalando un cierre en una de las prendas internas del atuendo-Ella ya está dormida y no quisiera molestarla ¿Puedes quitármelo por favor?
Gaara se quedó un momento pensando, si le ayudaba con esa prenda, la vería semidesnuda, era una decisión dura que tomar, por un lado, podría verla en esas circunstancias, por otra tenía miedo de pasarse de la raya, pero si no la ayudaba le costaría mucho quitárselo ella sola
- ¿Gaara?
-Ah ¡Si, si claro que te ayudaré! – contestó algo nervioso, Hinata abrió la puerta de su habitación, y encendió la tenue luz de su mesita de noche, empezó quitándose el obi cuidadosamente, aflojando la tela del kimono para posteriormente quitárselo.
El sonido de la tela siendo retirada era tan erótico para él que mantener los ojos cerrados se había vuelto una tortura.
-Listo puedes quitarlo-Gaara abrió los ojos temeroso-¿Sucede algo?
-No… nada es que…- jamás había visto que un hadajuban tuviese un cierre en el cuello, era un diseño muy extraño, tampoco tenía listones para atarlo, era como si fuese confeccionado exactamente para ella. El sonido del cierre fue tan sensual, a medida que bajaba podía ver una porción de su espalda, era una piel tan blanca, tenía ganas de tocarla- Es un diseño muy raro, jamás escuché de un hadajuban con cierre.
-Lo sé, este kimono me lo confeccionó una amiga de la rama secundaría, necesitaba una modelo para su escuela de costura y le añadió este cierre como toque personal. De hecho, es un kimono "modificado" como ella solía llamarlo.
-Genial, hizo un buen trabajo- sin previo aviso apartó unos mechones rebeldes que estaban fuera del recogido de Hinata y besó lentamente el parte anterior de su cuello-te queda perfecto.
-¿Qué… que haces?
Apartó el resto de la prenda exponiendo los hombros, bajando poco a poco hasta la cintura, su esposa dejó escapar un suspiro, podía ver que los seguros del sujetador blanco, pero prefirió dejar eso para el último.
-Gaara…yo
-Dime ¿quieres que pare? – preguntó con una vez suave, mientras con su manos recorría su espalda y brazos, de inmediato pudo ver como se le erizaba la piel.
-No es eso, podrían… ha!- Hinata había gemido en cuanto sintió como sus pechos eran liberados del agarre del sujetador- podrían…escucharnos.
-Tranquila, eso no pasará- sus manos agarraron sus pechos intentando abracar toda esa área- son tan grandes que no puedo tomarlos totalmente, se desbordan…
Hinata se sorprendió por lo que estaba diciendo Gaara, mordió su labio inferior intentando contener la excitación que estaba empezando a emanar de ella.
-Me pregunto qué pasará si hago esto- con uno de sus dedos empezó a rozar la punta de sus pezones, al instante su esposa arqueó la espalda. Le complacía tanto ver a Hinata comportarse de esa manera.
Repitió el mismo procedimiento con el otro pezón y cuando vio que su mujer estaba a punto de llegar a su límite le quitó aquella prenda por completo, dejándola únicamente con su ropa interior
-Por Dios yo, en verdad no sabía que se podía sentir así- Gaara le sonrió de forma lasciva, pero sin que nadie lo esperase le plantó un beso en la frente, tomó un manta y la cubrió por completo.
-Espera y verás, mañana será un día inolvidable- le dijo al oído, Hinata estaba extrañada ¿la iba a dejar así? – Buenas noches Hina
Hinata se quedó de pie mientras Gaara abandonaba la habitación
-No puede ser- se dijo a si misma sin poder creérselo, ¿a qué se refería con mañana? ¿que fue todo esto? - *¿Por qué me siento desilusionada? *
Aquellas caras lo miraban sin pestañear, analizando cada movimiento que hacía, Gaara se sentía presionado, obligado a resistir al consejo y a sus demandas, estaba harto no iba a seguir con aquellas órdenes.
-No puedo seguir con esto.
- ¿Seguir con que Lord Kazekage?
-Seguir presionándola para que me ame, no pueden forzarnos a darles un heredero, no soy un monstro- pidieron hacer una reunión aquella noche ¿Qué planeaban?
-Tranquilícese no planeamos eso, nuestro objetivo como consejeros es hacer que su matrimonio sea próspero también- dijo uno de los ancianos mientras le entregaba dos pequeños trozos de papel.
Gaara los leyó detenidamente.
- ¿Uno balneario?
-Vuestra luna de miel fue suspendida por causa de ese incidente en su boda, además tus hermanos están en la casa. Es mejor que pasen unos días "a solas".
-No creo que acepte-dijo Gaara muy reacio a la sugerencia del consejo.
-No pretendemos forzarlos a nada, pero si hay una forma de que arreglen su matrimonio es esta.
Una de las ancianas se levantó de su asiento, parecía no estar conforme con lo que el reto de ancianos decía.
-Son muy indulgentes con esta situación la bestia de una cola despertará pronto, no podemos esperar a que esa mujer se decida por cumplir su deber como mujer y como esposa de nuestro Kazekage- el joven de ojos turquesa la desafió con la mirada, sea lo que sea no estaba dispuesto a oir como criticaban a su esposa.
-Me parece que no estás entendiendo la situación mi Lord. Nosotros no arreglamos este matrimonio solo por la alianza, nosotros aceptamos este matrimonio porque necesitamos un heredero que sea compatible con la bestia y que pueda controlarla. No es un matrimonio basado en amor, eso no sirve.
-No entiendo que pretendes decirme con eso.
-Estamos siendo muy indulgentes con ella. Si no está en cinta para cuando regresen de su luna de miel…no nos quedará de otra que forzarla a que quede embarazada.
-¡¿Qué?!- exclamó Gaara sin poder creer lo que decía aquella vieja loca-¡No voy a cometer el mismo error, ella me perdonó, no lo volveré a hacer!
-Sabe lo que pasará si no lo hace, miles morirán, esa cosa despertará- nadie objetó al respecto, era sencilla la solución, pero el modo era duro.
-Tranquila Amaya, aún hay oportunidad de no optar por esa opción, confiemos que tener tiempo para ellos solos pueda ayudar.
-Eso espero Hayate.
Aquella mañana parecía ser prometedora, el sol brillante y cálido, no había viento ni tampoco hacía mucho calor, un día ideal para un viaje especial. El lugar al que iban no estaba, muy cerca que digamos, aquel balneario estaba cerca el lugar estaba a las afueras de la aldea, entre la ciudad escondida entre las rocas, era un balneario muy conocido y lujoso, perfecto para una velada romántica.
-Hinata descuida, estaremos bien, no es preocupen por la casa nosotros cuidaremos de ella ¡Diviértanse! -dijo Temari mientras abraza muy emocionaba a Hinata
Se acercó para abrazar a su hermano menor y con disimulo mientras su amiga estaba distraída le dijo- Más te vale no meter la pata, esta es una buena oportunidad de arreglar tu matrimonio, no lo arruines.
-Lo sé, no pasará
-¡Buen viaje!- exclamó Kankuro agitando la mano-No te preocupes, los miembros del consejo se encargaran del pápelo.
Gaara solo se limitó a arquear la ceja bastante incrédulo, no podía creer que esos ancianos serían capaces de hacerle el trabajo para cumplir sus fines egoístas. El plan era simple, debía reconciliarse con su esposa, era todo. No herederos, no deberes maritales, tan solo convivir.
-Hina, serán seis horas a pie, si te sientes cansada o necesitas algo solo dímelo y pararemos- la única ruta era accesible a pie-estos compañeros nos escoltarán durante el viaje.
-Uno gusto soy Reiji, nos conocimos la otra noche y ella es Akiko, nos encargaremos de protegerlos y traerlos de vuelta sanos y salvos.
-¡Dejame hablar Reiji, se como presentarme!- exclamó Akiko mientras le daba un codazo a su compañero.
-¡Auch!
-Un gusto chicos, espero que el viaje sea agradable para todos-dijo Hinata alivianando la situación en la que estaban.
-¡Si señora Hinata!
-*Me hacen sentir vieja chicos…*- es cierto estaba casada, pero apenas tenía 20 años ¿Se veía tan vieja? Suspiró resignada, no le quedaba de otra que aceptar el término "señora".
No se dio cuenta que Gaara la observaba todo el tiempo.
-Vamos chicos, es hora de irnos.
6 HORAS DESPUÉS
El lugar era increíble, rodeado de montañas y zonas verdes. El sonido del agua y el vapor que se adhería a la piel era tan agradable que podría jurar que el cansancio abandonaba el cuerpo dando paso a un estado de relajación absoluta, pero no se iban a quedar en la entrada del lugar, si querían relajarse de verdad debían entrar. Una vez hicieron el papeleo le asignaron una cabaña para la pareja y un no muy lejos de allí para los guardaespaldas.
Gaara dejó el equipaje y se sentó en el tatami, agotado por el viaje.
-¿Qué te parece Hina? El lugar está genial- Hinata estaba algo tensa, es cierto, en la casa les separaban dos habitaciones, pero ahora…Hinata no paraba de ver la cabaña de arriba abajo frenéticamente,
-*¡Oh por Buda, una habitación, solo una ¡*- puso las manos sobre la cabeza-*¡Estamos solos y compartiremos una casa durante 3 días, esto no puede estar pasando ¡
Hinata estaba tan emocionada por el viaje que ni les prestó atención a estos detalles.
-¿Hey, estas bien?- su esposa se asustó al escuchar la voz justo al lado de ella y se apartó de inmediato- ¿Me escuchaste?
-Yo…yo…emm
-Descuida, desarmemos el equipaje y salgamos a explorar ¿te parece? - le acarició la mejilla- pero si estas cansada por el viaje podemos quedarnos, de todos modos, ya está oscureciendo.
-¡Si, vamos, me parece bien!
Al final salieron cuando el sol ya se había ocultado, el lugar era bastante completo, tenían mesas para jugar pingpong, escalada, sauna y cosas como la acupuntura, pero realmente al ser tan tarde todo esos lugares brillaban por la ausencia de personas, definitivamente no fue una buena idea salir a esas horas, prácticamente no había nada por lo que seguir vagando por el balneario.
Regresaron a la cabaña, bastante desilusionados, sin embargo, ya era hora de que descansaran.
-Valla si que fue una pérdida de tiempo.
-No digas eso Gaara jjaj al menos sabemos a dónde iremos mañana.
-Bueno…si…- Empezó a abrir las habitaciones buscando el baño-ahora bañémonos, estoy hecho polvo.
-Muy bien ve tu primero Gaara-dijo Hinata viendo que el necesitaba el baño más que ella-te ves cansado…es mejor que entres tú- Su esposo la tomó del hombro antes de que se valla.
-Espera Hinata…en realidad…no se si quisieras que nos bañemos…juntos- los dos se miraban fijamente, Gaara se veía tan frágil, estaba apostando todas sus cartas en esta propuesta, si ella se negaba entonces el desistiría a la esperanza de que ella se enamorar de él.
-Olvidalo creo que fue un error.
-¡Espera!- sus mejillas estaban rojas, es cierto una propuesta así la sorprendió por completo, pero no podía dejarlo marchar sin una respuesta- Nuestro matrimonio fue arreglado, ambos nos lastimamos, sin embargo tú a pesar de todo…quieres arreglar las cosas.
-Hinata…
-Dejame terminar-Gaara se quedó estático, estaba decidida a decirle todo lo que sentía en ese momento-Te perdono, todo lo que paso…te perdono y quiero que sepas que me quedaré a tu lado, así que asumiré mi roll como tú esposa.
-No quiero que lo hagas por obligación, quiero que lo hagas porque en verdad eso es lo que sientes.
-Es que…- para Gaara fue un segundo, para Hinata todo fue a cámara lenta, le rodeó el cuello y lo besó-Te deseo, quiero estar contigo.
-¿Lo dices enserio?- ella asintió.
-Ahora…es hora de seguir con lo que dejamos a medias anoche ¿no te parece? - valla que sabía como arreglar problemas, definitivamente esa mujer era una caja de sorpresas.
-Creeme, la espera valdrá la pena-la tomó de la mano y abrió la puerta del baño. Ambos se llevaron una sorpresa cuando vieron lo que había en esa habitación.
-¿Un balneario privado?- dijeron al unísono.
-Fue una pena que los baños públicos cerrasen, pero esto… jaja sin duda está mejor. Ven vamos a bañarnos.
-Si…claro- sus manos estaban empezando a sudarle-*¡Tranquilízate, Hinata, esto tarde o temprano sucedería, ya lo has hecho antes! *
ESCENA LEMON
Empezaron poco a poco, ambos se quitaron la ropa, dejando ver sus cuerpos desnudos ante el otro, debían admitir que les daba algo de vergüenza exponerse de esa manera, pero la vista era magnífica. Hinata cubrió sus pechos sin saber que hacer, esta situación la superaba, era tan diferente a la aquella vez en el baño de casa, ahora el estaba desnudo frente a ella, aunque quisiera no podía ver más abajo de la cintura.
-Tranquila no muerdo, no pasa nada ven-su voz sonaba tan suave, le daba la confianza para avanzar hacia él y envolverse en sus brazos. La piel de aquel hombre ardía ¿era por ella? -Siéntate, vamos a enjabonarte.
-¿No quieres que lo haga yo?
-Tranquila, disfruto haciendo esto- empezó poniendo champú en su cabello, la espuma contrarrestaba con su cabello negro azulado como la noche, jamás se percató que fuese tan largo, le llegaba hasta aquel voluminoso trasero que se desbordaba de la pequeña banca de la ducha. Luego con una esponja empezó a lavar su cuerpo, surcando cada centímetro de su piel nivea, podía ver claramente su bien marcada figura, tenía tantas ganas de poseerla en ese instante, pero debía controlarse.
-¡Ha!- Hinata empezó a gemir en cuanto sintió los dedos de su esposo masajeando sus pechos, era igual que aller mientras le quitaba su kimono con la diferencia que el jabón hacía que sus manos y resbalaran con picardía sobre aquellos prominentes regalos de la naturaleza-Por Dios…esto es…
Gaara sonrió definitivamente le encantaba que hiciera eso.
-Dime Hina ¿te gusta? - preguntó mientras tomaba la regadera de la ducha.
-S..si- era tal el placer que sentía en ese momento que le costaba hablar, su intimidad empezaba a humedecerse con cada segundo que pasaba, su cuerpo no la obedecía, se retorcía de pura excitación. Y cuando pensó que esta sensación era insuperable Gaara le demostró todo lo contrario.
El sonido del agua saliendo a presión reinó en el baño, no le dio tiempo a reaccionar Gaara dirigió el chorro hacia la intimidad de su esposa, solo pudo observar como Hinata arqueaba su espalda, los espasmos de su cuerpo eran cada vez más continuos, estaba a punto de correrse.
-¡Oh por Dios, si, si , si!- gritaba sin cesar, quería cerrar las piernas pero estas no le obedecían, no podía engañarse sea que estuviese haciendo Gaara le encantaba, no podía para de gemir, había perdido totalmente el control de su cuerpo.
-Eso es Hina, córrete para mí, déjame ver como te retuerces de placer por mí- era tan ingenioso, con una mano no paraba de acariciar los pezones duros y con la otra dirigía agua a presión sobre el centro del placer de aquella diosa.
-¡Lo haré, me correré para ti, solo para ti!¡Hay no puedo más!- se tensó por unos momentos, sentía un adormecimiento por todo su cuerpo, un ligero hormigueo que la recorría totalmente. Su mente no reaccionaba, había subido al cielo y regresado en cuestión de segundos, pero algo era seguro, su sangre hervía tenía ganas de más.
Rápidamente se dio la vuelta y con ayuda de su peso hizo que Gaara estuviese en el suelo, empezó a besarlo con hambre, dejó un rastro de saliva por cada logar que su boca pasaba.
-Sigue Hinata…- cada palabra que decía aquel hombre era entre suspiros, su duro miembro ya erecto por todo lo anterior empezó a moverse por las contracciones involuntarias de su dueño producidas por la lengua de su esposa en su sensibles pezones.
-Quiero hacerte sentir igual Gaara- bajó por su abdomen y cuando estuvo cara a cara con aquel erecto pene miró a Gaara a los ojos.
-*No creo que sea capaz que lo haga…*
-¿Dime Gaara, quieres que lo haga?- muchas amigas ya habían tenido sexo con sus parejas, le habían explicado como tenía que hacerlo y algunos trucos, pero de la teoría a la practica había una enorme diferencia.
Gaara no sabía que decir, solo se limitó a cerrar los ojos esperando.
-Tomaré eso como un si- tomó con su mano su masculinidad y con su lengua empezó a degustar el jugoso glande rosado que se mostraba deseoso del contacto, Gaara no podía más que soltar gemidos entrecortados. Esa sensación de superioridad la llenaba por completo, saber que entre su boca residía la fuente de placer de su hombre, ver su expresión de excitación absoluta y poder controlarlo totalmente la excitaba aún más.
No quiso esperar más lo metió totalmente en su boca notando como este llegaba hasta su garganta, sabía tan bien, podía estar saboreándolo durante horas, era tan adictivo como un dulce, eso es, se sentía como si estuviese chupando un jugoso helado en un caluroso verano.
-¡Hina, vas ha hacer que me… venga…ohh!- notaba como sus piernas temblaban debajo de ella.
-¡Hazlo, quiero tomarlo todo de ti!- sabía como sus amigas se lo había dicho, salado, algo desagradable, pero caliente, venía de lo más adentro de su ser y no quería escupirlo, era un regalo no desperdiciaría ni una gota.
-*Se lo bebió todo*- estaba realmente sorprendido ¿En qué momento su ángel se volvió tan lasciva? No iba a averiguarlo, lo importante era que aquel ángel era solo de él. Sonrió de forma pervertida, no se iba a quedar atrás la iba a coger muy duro, no podía evitarlo ella se lo pedía a gritos.
-Ven aquí pequeña, es hora de cumplir con tu deseo- la levantó del suelo dirigiéndola hacia la piscina, verificó que el agua no fuese tan caliente y se metieron los dos. La puso de espaldas y apoyada en la orilla la piscina- tranquila te gustará, ya lo verás.
-Solo…se gentil por favor.
-Por supuesto- tomó su vigoroso pene y lo introdujo poco a poco en la cavidad de su esposa, la estrechez de sus paredes le arrancaron un suspiro entrecortado-¿Tanto deseas que te haga el amor? Te aferras a mi pene con desesperación.
-Ooo Gaara, quiero que me tomes, deseo que me poseas completamente.
-Tus deseos son órdenes mi Lady- las envestidas eran lentas pero profundas, llegaban a lo más profundo de su cavidad, rozando cada centímetro de sus zonas erógenas, sus piernas estaban tan tensas por el placer que podría desfallecer en ese momento.
-¡Oh Gaara tu pene se siente tan bien…más rápido, más fuerte, te necesito!- no tuvo que pedirlo, enseguida sintió como las envestidas eran más rápidas y la rudeza de la penetración aumentaba-¡HA HA HA HA, Siiii, te amo, te amo ¡Haaa!- el placer tan delirante que la invadía fue increíble, explosivo y abrumador.
Desde la perspectiva de Gaara era todo un espectáculo, ver aquellos grandes glúteos golpear contra su vientre bajo era todo un deleite, los tomó aferrándose a ellos con el fin de impulsarse para llegar más profundo.
-Madre mía…- ver como los labios de la intimidad de Hinata succionaban su pene era increíble, este sería una de las cosas que jamás olvidaría en su vida.
-¡No puedo más!- exclamó la chica de cabellos medianoche bañando con sus jugos el miembro palpitante que aun se encontraba en su interior- Si que aprietas fuerte Hina.
Se acercó a su oído.
-Pero el juego aun continua- Se sentó en una pequeña grada de la piscina y la hizo que se sentara- Soy todo tuyo Hinata-No tuvo que decirle más, se enterró completamente en él, sujetándose de su cuello para impulsarse y hacer que las embestidas fuesen más rudas.
-No…se…como pude…vivir sin esto- se había vuelto adicta al sexo- se siente tan bien…
-Si… ¡Ha! Eres buena, vas a hacer que me venga una segunda vez.
-Hazlo dentro por favor, quiero sentir tu semilla caliente dentro de mi otra vez.
-Si insistes cumpliré tu deseo- parecía que su pene se iba a derretir por todo lo que estaba sucediendo, esa mujer lo volvía loco de verdad-¡Ten tomalo todo!
-¡Si por favor lleguemos juntos Gaara!- no pudo decir más ambos terminaron de una forma formidable, se miraron a los ojos y se besaron apasionadamente mientras los rastros del orgasmo desaparecían.
Unas pequeñas lágrimas brotaban del rostro de Hinata, Gaara no pudo evitar preocuparse.
-¿Qué pasa Hinata, hice algo malo?- ella negó con la cabeza.
-No es eso…no puedo contenerlas, mi corazón está lleno de felicidad…
-Yo también estoy contento Hina, nunca olvidaré esto.
-Te amo Gaara
-¿Qué?- no podía creerlo, definitivamente esto era un jodido sueño- ¿Puedes repetirlo, mejor dicho podrías pellizcarme? Creo que estoy soñando.
-Te amo Gaara y esto no es un sueño- le dio un beso tierno- ¿ves?
La abrazó, no quería separarse de ella ni un segundo, al fin, después de tanto tiempo ella correspondía sus sentimientos.
-Yo también te amo Hina, no sabes cuánto esperé por escuchar eso.
-Lo, sé. Es genial sentirse amado- Hinata se levantó cuidadosamente sintiendo finalmente como su unión se cortaba en cuestión de segundos- Vamos a dormir Gaara.
Le giñó un ojo.
Al día siguiente amanecieron abrazados en la cama, definitivamente dormir juntos era una satisfacción agradable, ver como ella dormía plácidamente en la cama, a su lado y con una ligera sonrisa en los labios lo hacía muy feliz. Decidió darse una ducha antes que despertara.
Hinata se despertó por el sonido de la ducha para luego mirar aun con sueño el reloj notando que ya era bastante tarde, a continuación, se levantó de la cama con el objetivo de quitarse la pereza de encima.
-Me duele todo el cuerpo- las agujetas la estaban matando. Hiba a abrir la puerta cuando chocó con algo o "alguien"
-Buenos días Hina ¿estás bien? - no hubo tiempo de contestar nada, su esposa no quitaba de vista a su entrepierna. Gaara rápidamente vio hacia abajo notando que la toalla estaba en el suelo y todo su cuerpo al descubierto- ¿Vas a mirarlo todo el día?
-No… yo…- Gaara la cargó hacia la cama y se puso encima de ella.
-Supongo que debemos hacer algo al respecto.
-¿Otra vez..?- no podía creerlo, ese hombre tenía muchas energías.
-Cuando se trata de ti pequeña…nunca es suficiente.
Y así, la fue el resto del día, no salieron de la cabaña hasta que sus cuerpos quedaron completamente exhausto e impregnados por el aroma del otro. Sea lo que sea, iba a ser un nuevo comienzo para ambos, un camino lleno de desviaciones, obstáculos y sexo descontrolado, pero sobre todo un camino lleno de saltos de fe que pondrían en duda la confianza del otro.
Gracias por haber llegado hasta aquí, espero que te haya gustado el capítulo de hoy ¡Cuídate y no salgas de casa ¡mejor lee Fanfics jaja
¡Nos vemos en el próximo cap chao! y paciencia no tardaré en subir el próximo :3 3 3 3
