PROVOCACION

CAPÍTULO 13

Candy sintió el fuerte impacto después de caer sobre una zanja, después vio como un líquido tibio resbalaba por su frente, estaba sangrando un poco, enseguida se quito el cinturón de seguridad y apago el auto con manos temblorosas para después comenzar a acariciar su vientre mientras gruesas lagrimas cubrían su rostro, enseguida se volvió y vio que Dorothy estaba temblando y llorando del susto, entonces Candy la miro fijamente y le dijo con seriedad –

- Dorothy, mírame estamos bien, no paso nada necesito que te tranquilices por favor

- Es que pensé que íbamos a morir, ese camión por poco y se estrella con nosotros, te juro que no lo vi – decía Dorothy sin dejar de llorar

- Pero estamos vivas, lograste esquivarlo muy bien Dorothy – le decía Candy mientras le quitaba el cinturón de seguridad

- Pero no estrellamos Candy

- Caímos en esta zanja, es diferente

- Tom me va a regañar y también el Sr. Andrew ud. esta sangrando mucho – decía Dorothy sin dejar de llorar

- No es nada, creo que me abrí un poco la frente, ahora ven vamos a salir con cuidado.

Como Dorothy no se movió, Candy como pudo salió del auto y enseguida le ofreció su mano a Dorothy para ayudarla a salir, pero esta estaba paralizada del miedo, seguía sin moverse, entonces Candy desesperada y angustiada le grito –

- Muévete Dorothy, no es seguro ahí dentro, el auto esta comenzando a tirar combustible.

Al escuchar a Candy gritarle salió de su estupor y mirándola tomo la mano que Candy le estaba ofreciendo, cuando Dorothy estaba terminando de salir vio que se acercaba su esposo Tom y se soltó llorando nuevamente, entonces Tom corrió a abrazar a su esposa mientras preguntaba –

- ¿Se encuentran bien?

- Si, gracias solo estamos un poco asustadas

- Srita. ud. esta sangrando mucho – menciono Tom al ver que Candy tenía sangre en su rostro y también sobre la ropa

- Es que al parecer me abrí un poco la frente, pero estoy bien Tom gracias

- Las llevare a un hospital para que las revisen – dijo Tom sacando el equipaje de Candy

- Esta bien, gracias Tom.

Ambas subieron al auto de Tom y se dirigieron al hospital, mientras Tom iba manejando Candy no dejaba de tocarse el vientre mientras admiraba el hermoso paisaje, nunca antes había visto un cielo tan azul, ni había respirado un aire tan puro, sentía como el sol acariciaba su piel, era increíble como el haber estado a punto de morir le había hecho ver las cosas con mucho mas claridad.

Finalmente llegaron al hospital y un médico le reviso y vio que la herida era pequeña y le dio dos puntos, a Dorothy le dieron unos calmantes ya que se encontraba bastante alterada, cuando los tres subieron al auto Tom le pregunto a Candy –

- ¿Desea que la lleve a algún lado Srita, Candy?

- A casa Tom, por favor

- Muy bien, entonces vámonos – sonrió Tom.

Tom no quería dejar sola a Candy, pero Dorothy estaba casi dormida por los calmantes que le habían dado, entonces Candy le dijo tranquilamente –

- No te preocupes Tom, en verdad estoy bien, es mas creo que es la primera vez en mucho tiempo que me siento así, es mejor que te lleves a Dorothy a descansar, ella si que lo necesita

- Muchas gracias Srita. Candy, por favor disculpe la torpeza de mi esposa, estaba tan emocionada porque le habían dado su licencia que…

- Comprendo Tom, ahora anda llévala a descansar.

Cuando se quedo a solas, gruesas lágrimas resbalaban por sus mejillas, ¿como había sido tan estúpida para haber querido huir nuevamente de Albert? Se avergonzó de si misma al darse cuenta de lo infantil que había estado actuado, acariciando su vientre dijo – perdóname mi amor, solamente estaba pensando en lo que yo sentía, en mi estúpido orgullo, se que necesitas estar cerca de tu padre.

Albert tenía razón al pensar que era una cobarde por no darle una oportunidad a su relación, ella desde un principio planeo el fin de su relación, ni siquiera se había permitido preguntarle a el que era lo que en realidad sentía por ella.

Se había precipitado al juzgarlo, Albert no era como su padre o como Terry, se lo había demostrado una y otra vez, pero ella necia y orgullosa se había negado a aceptarlo, mientras el se deshacía en atenciones para con ella ¿Qué había hecho ella? Querer huir nuevamente de su lado, el no se lo merecía que ella le hiciera eso, así que tomo la decisión de decirle que lo amaba con toda su alma.

Mientras Albert estaba reunido con los inversionistas se sentía demasiado angustiado, su cuerpo estaba presente en esa reunión, pero su cabeza y su corazón no, entonces decidió dar por terminada la reunión y salió a toda velocidad en su BMW, durante el trayecto vio el auto de Dorothy volcado sobre la zanja, de inmediato detuvo su auto y se bajo, pero no vio a nadie dentro, sin embargo no pudo dejar de notar que el asiento del copiloto estaba manchado de sangre y se asusto, de inmediato mil imágenes pasaron por su mente y subiendo a su auto condujo con rapidez, cuando llego a la casa detuvo el auto para enseguida dirigirse a abrir la puerta, entonces vio a Candy sentada en el enorme sofá, ella al verlo corrió a encontrarlo y se abrazo con fuerza a el mientras le decía –

- Perdóname mi amor, perdóname por ser tan estúpida

- Candy, ¿Qué paso? – interrogo Albert angustiado y sin dejar de acariciarle el cabello

- Me iba ir, te iba a dejar y le dije a Dorothy que me iba con Patty y Stear

- Pero…

- Ella se ofreció a llevarme y estuvimos a punto de estrellarnos con un camión

- ¡Por Dios Candy! ¿Cómo se te ocurrió subirte al auto con Dorothy? Ella apenas se esta enseñando, ¿estas herida? Vi manchas de sangre en el asiento, cariño vamos a que te revise el médico

- Albert ya me reviso el Dr. y estoy bien, ambos estamos bien, solo me abrí un poco la frente, por eso las manchas de sangre

- Candy, no me vuelvas a hacer esto por favor, he pasado un susto tremendo, no me dejes nunca, te necesito, los necesito

- Nosotros también te necesitamos Albert – dijo Candy apretándose todavía mas al cuerpo de el

- No quiero que te vuelvas a subir a un auto con Dorothy bajo ninguna circunstancia, si hubieras muerto yo también hubiera deseado morir, sin ti me siento incompleto, sin ti no podría seguir viviendo – dijo Albert con lagrimas en los ojos.

Candy se quedo sorprendida al escucharlo decir esas palabras tan sinceramente y verlo llorar, estaba llorando por ella, la quería, en verdad la quería, Candy dijo en apenas un hilo de voz –

- Perdóname por querer abandonarte nuevamente

- Pequeña, se que en el fondo merezco que te portaras de esa manera conmigo

- Desde luego que no, me has tratado como nunca nadie lo hizo y yo ¿Qué hice? Tratar de arruinarlo siempre con mis niñerías

- Candy, no he sido sincero contigo, yo sabía que necesitabas que te dijera lo que realmente siento por ti, pero no lo hacia por mi estúpido orgullo.

Candy sintió deseos de llorar nuevamente pero controlándose lo miro y le pregunto –

- ¿Qué sientes por mi Albert?

- Todavía me lo estoy pensando – contesto el mirándola con intensidad

- Oh…

Candy por un momento pensó que Albert le diría que la amaba, pero por lo visto había sido su imaginación, seguramente Albert se había impresionado mucho al imaginar que ella podría haber muerto en aquel accidente y por eso había dicho aquellas palabras, entonces Albert dijo –

- Yo te presione demasiado, y cuando me di cuenta de que eso podría desencadenar nuevamente en que huyeras de mi, decidí dar por terminada la reunión con los inversionistas, además estaba muy angustiado, no estaba poniendo atención y decidí venir a casa de inmediato para arreglar las cosas pendientes entre nosotros

- Albert, yo no sabía que hacer, la verdad es que me sentí de pronto muy asustada y no sabía como reaccionar

- Quieres que te demuestre lo que siento por ti Candy, eso es lo que pasa, te aseguro que hubiera ido tras de ti hasta ganarme tu confianza.

Entonces Candy se dio cuenta que desde un principio lo había estado poniendo a prueba, porque su corazón anhelaba que el la siguiera y la convenciera de que podía confiar en el, entonces Candy dijo –

- No volveré a huir, siempre has demostrado ser sincero conmigo a excepción de lo de Karen

- Ya te dije que mi relación con Karen no era nada serio, pero tienes razón debería haber terminado con ella desde el momento que te conocí, sin embargo no quise hacerlo por teléfono, además de que me negaba a aceptar que te habías convertido en alguien muy importante para ti

- ¿En verdad soy importante para ti?

- Eres la primer mujer que tomo en serio desde lo de Gabrielle

- ¿En tantos años?

- La verdad es que si lo pase bastante mal después de que ella me abandono, así que desde ese momento decidí no arriesgar mi corazón y me prometí que nunca dejaría que ninguna mujer ejerciera semejante poder sobre mi.

Candy le acaricio el hombro con ternura y le dijo –

- Eras demasiado joven entonces

- Y muy estúpido

- No seas tan duro contigo mismo

- La verdad es que me enamore de una mujer que no existía mas que en mi imaginación, la idealice, Gabrielle no era ni la cuarta parte de lo que yo creía

- Yo también cometí el mismo error, creo que siempre tendemos a idealizar a las personas, sin embargo a ti nunca te di ninguna oportunidad.

Albert la miro un poco confundido, entonces Candy siguió diciendo –

- Lo que quiero decir es que se que no eres perfecto, porque ningún ser humano lo es, sin embargo me doy cuenta de que eres lo mas cercano que existe a la perfección

- No Candy, soy un hombre lleno de defectos, la verdad no se que habría hecho si te hubiera pasado algo a ti o al bebé, jamás me habría perdonado el no decirte lo que realmente siento por ti.

Candy sintió como su corazón latía aceleradamente mientras decía –

- A mi me pasa lo mismo

- Me has gustado desde la primera noche que te vi, jamás había sentido nada tan fuerte por una mujer

- Pues entonces estamos en igualdad de condiciones, porque nunca pensé que perdería la cabeza y el control en la manera que lo hice desde el día que te conocí mi vida se volvió un completo caos

- Cuando estamos juntos me siento maravillosamente bien, pero te confieso que al principio eso me ponía bastante nervioso

- No comprendo

- Pequeña, enamorarte hasta perder la razón puede resultar bastante traumático - menciono Albert comenzando a acariciar los brazos de Candy

- ¿Traumático? ¿Enamorado? – interrogo Candy levantándose del sofá y acercándose al ventanal.

Albert fue tras ella y la abrazo por la cintura mientras decía -

- Por su puesto que fue traumático, pasabas del calor al frio, siempre dejaste en claro que lo nuestro no era mas que una aventura, tu nunca demostraste amor por mi, no puedes imaginar lo desesperado que me sentía Candy

- Yo creía que tu eras el que no sentía nada por mi

- Candy TE AMO

- Yo también TE AMO

- ¿De verdad Candy? interrogo Albert incrédulo

- Con todo mi corazón

- Entonces ¿Por qué estabas a punto de dejarme?

- Porque no quería que te casaras conmigo solo por el bebé

- Somos un par de tontos, Te amo Candy.

Candy sintió como nuevamente las lágrimas bañaban su rostro y Albert al verla llorar le dijo un poco asustado –

- Mi amor por favor no llores, en verdad te amo y amo a nuestro bebito también

- Lloro de felicidad Albert, nunca había sentido tantas emociones juntas, además creo que también debe de ser una cosa hormonal, estoy tan feliz… que quisiera saltar y salir a correr por el campo y respirar el aire fresco y tocar con mis pies descalzos la hierba, quiero bailar, quiero cantar, quiero gritar – dijo Candy tomando a Albert de las manos y comenzado a girar.

Albert se enterneció al verla tan contenta, parecía una chiquilla, su sonrisa parecía como la de un ángel, sus ojos verdes brillaban mas que nunca, entonces Albert la detuvo y tomándola por el talle la acerco a el y le dio un profundo beso que hizo que Candy se estremeciera, Albert al sentirla temblar le dijo –

- Creo que será mejor que vayamos a la cama.

Acto seguido la tomo en sus brazos y la llevo hasta la recamara principal y la recostó con suavidad mientras decía con voz ronca –

- Estas hermosa.

Candy sintió como su piel se comenzaba a erizar y sonrió coqueta, Albert finalmente le había confesado que la amaba y que estaba profundamente enamorado de ella, todos sus miedos e inseguridades se habían evaporado finalmente, miro como Albert iba a desnudarse pero ella se levanto de inmediato y le dijo –

- Espera, déjame hacerlo yo.

Albert sonrió y la sujeto nuevamente de la cintura para comenzar a mordisquear su lóbulo mientras Candy con decisión le quitaba la corbata, enseguida recorrió con suavidad su pecho y comenzó a desabotonarle la camisa y lo despojo de ella, enseguida fue bajando su mano hacia la parte sur del el y comenzó a masajear la masculinidad de el, sintió como se tensaba aquella parte y le dirigió una mirada felina, ahora era ella quien tenia el control, lo recostó en la cama y en seguida se puso encima de el mientras le decía con voz sensual –

- Ahora di que me deseas – ordeno ella

- Te deseo Candy

- Pídeme que te haga el amor, pídeme que te vuelva loco

- Hazme el amor Candy, vuélveme loco, enloquéceme con tu aroma y con tu piel.

Entonces ella sonriendo traviesa se quito de encima de el y comenzó desnudarse poco a poco hasta quedar totalmente desnuda, luego se replegó en la masculinidad de el y sintió como Albert acariciaba sus pechos, entonces ella comenzó a bajar la cremallera del pantalón de Albert y metiendo sus manos traviesa comenzó a tocar a Albert para luego bajar por completo su pantalón y quitarle finalmente los calzoncillos, luego volvió a colocarse encima de el y con su lengua comenzó a explorar cada parte de el hasta que lo sintió temblar cual gatito indefenso, entonces los escucho decir con voz enronquecida –

- Candy, ya no aguanto ahhhhh detente por favor

- Solo un poco mas ohhh…

- Por favor pequeña, te juro que ahhhh… estoy a punto de explotar

Candy se coloco encima de el y se introdujo con suavidad mientras decía –

- Ohhhh… yo también estoy a punto de explotar y estoy más que lista.

Ambos comenzaron a moverse como locos, Albert la tenía tomada de las caderas y la movía a su ritmo, mientras la miraba en todo su esplendor, ella tenía el rostro totalmente sonrojado y sus ojos lo miraban con ardor, finalmente alcanzaron el clímax y Candy se recostó encima de el, luego de un rato cuando el corazón de ambos volvió a tomar su ritmo acompasado escucho a Albert decir –

- Se te da bastante bien el dominarme cariño

- Quería saber que se siente tener al otro tan indefenso – respondió Candy con una enorme sonrisa

- ¿Acaso te sentías indefensa a mi lado? Interrogo Albert en tono juguetón

- Siempre lograbas derribar mis barreras

- Bueno la vez que llegue a casa de tus amigos no, recuerda que me mandaste a dormir al sofá

- Es cierto, pero no sabes cuanto añoraba que me tomaras entre tus brazos y me hicieras el amor

- ¿Entonces si hubiera insistido un poco más tal vez hubiera logrado que hiciéramos el amor?

- Tal vez si, pero no insististe

- ¿Si te das cuenta de que el castigo fue para ambos?

- Si, me doy perfecta cuenta

- Te amo con todo mi corazón y me tienes completamente enamorado de ti Candy, ahora dime, ¿Cómo es que cambiaste de opinión respecto a los bebés?

- Primero déjame decirte que me asustaba sobremanera la responsabilidad, me críe en un ambiente lleno de sinsabores, tuve un padre que nunca me quiso por ser mujer y mi madre aunque era una mujer muy buena y tierna, nunca me defendió lo suficiente, tenia miedo de que mi bebé se criara en un ambiente sin amor y se sintiera tan infeliz como yo durante mi niñez y adolescencia

- Te entiendo mi amor, pero tú has demostrado que además de ser una mujer muy sensible y tierna eres una mujer fuerte.

Candy sintió como su corazón saltaba de alegría al escuchar a Albert decir que la consideraba una mujer sensible y fuerte, entonces dijo –

- ¿Sabes? cuando me entere que estaba embarazada al principio estaba aterrada, pero conforme pasaron las horas ese terror dio paso a una emoción totalmente nueva para mi, me di cuenta que este bebé era parte de los dos y de repente me di cuenta de que era algo fascinante, era el mejor regalo que me habías dado

- Estoy seguro que serás una madre estupenda Candy, espero que tú también confíes en que voy a ser un padre estupendo ¿eh?

- Por su puesto que confío en ti Albert, pero desde ahora te advierto que te voy a estar vigilando porque hay muchas mujeres desesperadas por ahí, tratando de llamar tu atención

- No tienes porque preocuparte, porque me tienes hechizado desde la primera vez que te vi, dime una cosa pequeña traviesa ¿en verdad no me diste ninguna pócima para tenerme rendido a tus pies?

- Mmm haber déjame recordar…. ¿El haberte entregado mi corazón cuenta?

- Claro que cuenta cariño – dijo Albert dándole un pequeño beso mientras volvía a preguntar –

- Candy, ¿Entonces si aceptas casarte conmigo?

- Déjame pensarlo – bromeo ella

- Te advierto que no volveré a acostarme contigo hasta que aceptes ser la esposa del odioso, arrogante, machista, gordo, calvo, engreído de William Andrew – dijo Albert sonriendo

- Jajajaja ¡Dios! Quien diría que yo terminaría acostándome con ese engreído de William Andrew, bien dicen que el pez por la boca muere

- ¿Entonces que dices? Aceptas casarte con ese hombre tan odioso

- Desde luego que acepto con todo mi corazón, ahora ¿te importaría decirme nuevamente cuanto me quieres?

Albert no pudo mas que mirarla con adoración mientras le decía –

- Te amo hasta el infinito y mas allá

- ¡Oye! Esa frase es de la película de Toy Story, la dice Bos Layer

- Jajajaja tienes el alma de una niña, jamás imagine que te gustara Toy Story

- Pues si, es de mis películas favoritas ¿algún problema? – dijo Candy fingiendo molestia

- No ninguno, también es mi película favorita así que te quiero, te amo, te adoro hasta el infinito y mas allá con millones de vueltas de regreso, ahora dime ¿Cuanto de amas tu?

- También hasta el infinito y más allá – dijo Candy sonrojándose.

Un mes después Candy se caso con Albert en Escocia, Patty y Annie fueron sus damas de honor y George fue el padrino de Albert, Anthony también había ido, y estaba fascinado con su cuñada, había felicitado a Albert por su buena elección y cuando Albert le dijo que pronto sería tío, Anthony se puso como loco y dijo que sería un tío muy consentidor, cuando la celebración termino, Albert le pregunto a Candy que a donde deseaba de ir de luna de miel y Candy le dijo que le gustaría mucho visitar Italia, Albert estuvo mas que de acuerdo porque a parte de que quería consentir a su mujer en todo, el contaba con una hermosa villa en la isla de Ischia.

Pasaron dos meses increíbles en ese lugar, se habían amado de todas las formas posibles, ella estaba más activa que nunca y Albert también, a pesar de estar cerca de la playa casi no habían salido, solamente salían en pocas ocasiones a caminar, una noche mientras regresaban de dar un paseo nocturno Albert le dijo a Candy –

- ¿Sabes cariño? Me gustaría que viviéramos en Escocia, tengo un castillo en Highlands

- ¿Y tus negocios? Estarás muy lejos de ellos

- Ya había pensado en eso y George me va a ayudar, no quiero separarme de ti, cuando sea muy necesario que viaje tu me vas a acompañar, además les propuse a Archie y a Stear que se asociaran conmigo en algunos negocios y también me van a ayudar ¿te gusta la idea?

- Claro que si mi amor.

Finalmente regresaron a instalarse definitivamente en Escocia, una mañana Candy se levanto antes que Albert para admirar la hermosa vista que tenía, podía sentir como el sol iluminaba su rostro, nunca en su vida pensó que se podía ser tan feliz, estaba tan inmersa en sus pensamientos que no sintió cuando Albert se levanto y se coloco detrás de ella mientras amoroso le preguntaba –

- ¿Cómo amanecieron mis amores? Dijo Albert mientras acariciaba el vientre de Candy y sentía como este saltaba

- Pues ya vez que muy bien, cada que acaricias mi vientre y le hablas, el bebé salta emocionado

- Si, me encanta saber que se emociona al escucharme, ya muero de ganas por que nazca y ver que es ¿Por qué no quisiste que el Dr. no dijera que es?

- Porque quiero que sea sorpresa

- No se como puedes aguantarte las ganas de saber que es

- Ten paciencia mi amor

- Estoy tratando créeme, pero la curiosidad me esta matando.

Candy se quedo callada por algunos minutos y Albert al verla tan pensativa le pregunto –

- ¿Qué pasa Candy?

- Albert… tal vez mi pregunta te vaya a resultar un tanto estúpida pero… ¿Te vas a cansar algún día de mi?

Albert la miro con el ceño fruncido y le pregunto –

- ¿Por qué dices eso?

- Bueno es que me estoy poniendo un poco gordita y tal vez mi cuerpo ya no sea el mismo después del parto – dijo Candy mortificada

- Candy, para mi no hay mujer mas hermosa que tu, además te miras maravillosamente hermosa embarazada, te has vuelto una experta en volverme loco en la cama, no se de donde sacas tantas energías, estas acabando conmigo ¿eh? Cariño en verdad nunca pensé en tener una relación tan maravillosa

- ¿No vas a extrañar andar regalando esposas de diamantes y esas cosas?

- Jajajajaja mi amada esposa, déjame aclararte que yo nunca regale juguetes sexuales, y eso de las esposas de diamantes es un estúpido chisme que invento una amiga, es cierto le regale un dije en forma de esposas de diamantes y eso fue algo que ella escogió no yo, me parecieron de pésimo gusto pero en su momento quise complacerla

- ¿Entonces no eran esposas grandes como lo decían los medios?

- Desde luego que no cariño, ella se encargo de decir que las esposas eran de tamaño normal y no se cuantas estupideces mas, ahora que te tengo a mi lado puedo cumplir todas mis fantasías

- ¿Lo dices en serio?

- Si quieres te lo demuestro – dijo Albert cargándola y depositándola nuevamente en la cama para volver a amarla.

Meses después Candy dio a luz a una hermosa niña a la que llamarón Ross, tenia los ojos del mismo color que Albert y el cabello igual de rizado que ella, tiempo después recibierón una invitación para asistir al bautizo del tercer hijo de Patty y Stear, ambos matrimonios se habían hecho muy amigos y habían congeniado a la perfección a pesar de la distancia, Annie y Archie fueron los padrinos de Mike el bebé de Patty y Stear.

Cuando Albert y Candy cumplieron su primer aniversario, le pidieron de favor a Stear y a Patty si se podía hacer cargo de la bebé por dos días y Patty y Stear accedieron gustosos a cuidarla por una semana.

Cuando llegaron a su casa en la Dordoña, Candy se quedo un momento en el recibidor admirándola, era un lugar muy especial para ellos, ahí se habían amado con pasión, se habían confesado que se amaban con locura, ahí Albert le había pedido que se convirtiera en su esposa, Albert la abrazo y le pregunto –

- Me gustaría saber que es lo que estas pensando cariño

- Albert, ¿te volverías a casar conmigo?

- Por supuesto que si mi amor, te amo muchísimo, tu y Ross son lo mas importante en mi vida

- Yo también te amo – dijo Candy abrazándolo y besándolo con pasión.

Albert se separo un poco de ella y le dijo con voz sensual –

- Hazme el amor Candy.

FIN.

Mil gracias por seguirme en esta historia chicas, ya saben que escribo para uds. la historia original se llama LA AMANTE DEL JEFE, le cambie varias cositas, para poder meter un poco mas otros personajes.

Mis agradecimientos especiales para:

Lizvet Ardray

Chicuelita

Patty A

Shara

Sayuri 1707

Elisa

Nadia M Andrew

Guest

Sabrina Weasley

Mfloresmayes

Chicuelita99

Friditas

Blackcat2010

CandyFan72

Josie

Paulau2

Luissid

Chiquita Andrew

Bowerslittlegirl

Mayra Exitosa

Faby Andley

MiluxD

Paloma

Marce

ginna

AngieArdley

lady susi

Esmeralda Andry

vivian

comolasaguilas40

Y también doy las gracias a quien me lee anónimamente