The Mr. Peabody's Invention. (Alternate Dimension)

Prólogo.

En los últimos días había estado ocupado, era algo maravilloso, necesitaba algo, observó a su alrededor tratando de encontrar el objeto faltante, Sherman, eso era, tal vez él sabía dónde estaba, corrió por el laboratorio y salió de él, buscó a su hijo y después buscarlo lo encontró jugando con lo que hacía falta.

"Sherman" Gritó él.

"Señor Peabody" Dijo el niño soltando lo que tenía en su mano.

El objeto salió de sus manos y cayó en las patas del beagle, que suspiró con alivio al ver que el objeto estaba bien.

"¿Qué haces con esto?"

"Lo siento no sabía que era de usted"

"¿Puedes decirme dónde lo encontraste?"

"En mi habitación"

"Entonces ahí lo deje" Murmuró el beagle.

Peabody dejo de pensar en cómo había llegado hasta allí y regreso a su laboratorio, dejando a un niño curioso de que podría estar haciendo, al paso de las horas, el beagle no salió de ese lugar ni para comer.


Sherman comenzaba a preguntarse qué era lo que hacía que Peabody no se acercara a la mesa, ya era tarde, estaba oscuro, el niño estaba por levantarse e ir por su padre, pero este apareció, el perro notó que su hijo parecía sorprendido.

"Señor Peabody se ve terrible"

"¿Tan mal?"

"Pésimo" Dijo Sherman algo angustiado. "Se ve cansado"

"Si, lo estoy"

En verdad lo estaba ya que se fue directamente a su cuarto, Sherman lo siguió y lo encontró dormido.

"¿Tan rápido se quedó dormido?" Se preguntó.

Se acercó y respondió esa pregunta, si estaba dormido, observo la habitación, a pesar de que parecía a la suya, el señor Peabody prefería el color rojo, miro a su padre, era tan adorable cuando dormía, salió de la habitación lo más silencioso posible, cerró la puerta, pero no se movió, pensaba en lo que se encontraba en el laboratorio, una idea vino a él, una loca idea, corrió de manera más silenciosa al laboratorio, cuando llego, todo se veía igual que siempre, las herramientas colocadas en sus respectivos lugares y organizadas por tipo, varias hojas de papel organizadas sobre la mesa, se iba a ir cuando vio algo que jamás había visto, era una gran estructura metálica con forma de círculo, con muchos cables de colores conectados a ella, se acercó a la mesa y tomo una hoja que estaba sola.

"Portal Espacio-Tiempo" Leyó en voz alta.

Tanta era su curiosidad, que decidió atravesar el portal y ver qué era lo que había en el otro lado, a pesar de tantas advertencias que Peabody le dio acerca de no usar los inventos sin su previa aprobación.

"Pero el señor Peabody no está aquí" Pensó él.

Quizá el señor Peabody tenía razón, Penny lo convertía en un alocado, esa acción era un peligrosa e irresponsable, sobre todo loca, pero no le intereso eso mientras caminaba hacia el portal, sus ojos se entre cerraron debido a la cantidad de luz que emanaba, además, regresaría de inmediato, no habría problema, siguió caminando hasta desaparecer completamente.


Peabody abrió los ojos, ya era de mañana, se levantó, y como siempre, puso los lentes sobre su cara y un moño rojo en su cuello, no observo el reloj, así que no se dio cuenta que era tarde, fue a la cocina y comenzó a preparar la comida, mientras lo hacía, pensaba mostrarle lo que estaba haciendo, claro, había un par de detalles por corregir, sin embargo estaría listo, de manera súbita se dio cuenta de que algo malo pasaba en la casa, no algo malo en sí, algo extraño, Sherman aún no se levantaba.

"Sherman, ven a desayunar" Llamó el beagle.

Peabody se quedó pensativo, no hubo respuesta, tampoco un sonido, esto lo inquieto, camino hacia la habitación de su hijo, su rostro se llenó de terror, comenzó a buscar por toda la casa, lo buscó en el techo, reviso su habitación, fue a la sala de la WABAC, pero la máquina del tiempo estaba allí en su lugar habitual, flotando a la espera de su próximo viaje, regreso y buscó en la cocina.

"Sherman, que gracioso" Dijo con una sonrisa aún más falsa que el hecho de que era divertido. "Ya sal" Dijo tratando de ver de dónde salía, pero no fue así.

Reviso cada lugar, abrió el refrigerador, solo para revisar todo rincón del pent-house, al ver que su niño no estaba adentro, llego a la peor conclusión, que era improbable como viajar en el tiempo, pero verdadera como realizar este tipo de viaje, Sherman había desparecido.