Entre miradas

Masashi Kishimoto es el autor original de los personajes.

La historia es creación mía.

Disfruten.

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«Mamihlapinatapai: una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambos desean, pero que ninguno se anima a iniciar.

Del extinto idioma yámana de Tierra del Fuego, es la palabra más concisa del mundo».

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En efecto, la luz se reflejaba desde la ventana y eso indicaba que ya era hora de comenzar la rutina matutina. Sacudió su cabeza mientras se tallaba sus ojos, pestañeó un par de veces y estiró sus brazos.

¿Qué hora es?

Toda la noche había tenido frío, apenas tres días habían pasado desde que ella y su familia se había cambiado de casa. La semana anterior fue ocupada para todos. El motivo de la mudanza era sencillo y un poco fatídico, la quiebra de una de las empresas de su padre, Hiashi Hyuga.

Es cierto, seguían teniendo algunos lujos pero nada era como antes.

A Hinata Hyuga no le importaba el dinero, ella procuraba ser sencilla en sus gastos y vestir con ropa de marcas normales. Sin embargo, la más perjudicada fue su hermana menor quién por cierto se había deprimido cuando tuvo que darle a su padre su Ipad color rosa que el año pasado había adquirido en Estados Unidos. Y lo peor es que no paraba en ello, sino que su hermana tenía por lo menos tres Ipad sumado a muchas cosas superfluas. Su padre le había consentido en todo desde la muerte de su madre y claro que tenía los recursos suficientes y hasta en exceso para cumplirle cada uno de sus berrinches y caprichos. Pero al final la competencia y la vida habían cobrado la cuenta y ahora estaban en un punto decisivo en el cual cualquier movimiento todo se caería: las empresas de Hiashi.

Ya habían perdido mucho capital, y por ello se mudaron a una casa más modesta y tuvieron que vender aquella mansión de diez cuartos que contaba con una alberca (que rara vez usaban, por cierto).

Evidentemente, Hiashi no quería que sus hijas se vieran envueltas en un escándalo, así que fue discreto y les pidió lo mismo.

Hinata aceptó la situación e incluso quería ayudar trabajando un poco en alguna tienda de ropa o de alguna cosa, su padre le dijo que no era necesario. Pero ella seguía aferrada a no dejarle todo a él, entonces por lo menos quiso buscar en su colegio una beca. Su promedio era bueno, así que no estaba de más que la colegiatura no le saliera tan cara a su padre.

Se hizo una coleta y se puso el uniforme de su escuela, a pesar de ir en Preparatoria debía usarlo. No solía tener amigos, el único que sabía la situación era Kiba. Su mejor amigo, al cuál lo conocía desde hace muchos años.

La historia de cómo se conocieron es sencilla. Bastantes años atrás, Hanabi había querido tener una mascota, pero Noriko y Hiashi se habían negado rotundamente a ello. Y fue como Hinata descubrió que Hanabi tenía asma, evidentemente el problema no era tan grave pero sus padres no querían comprometer la salud de su hija menor por ningún motivo.

Cierto día, Hinata iba caminando con su hermana por un parque y escucharon un débil sonido proveniente de uno de los arbustos, Hanabi corrió y Hinata la siguió, y ahí fue cuando encontraron a un pequeño cachorro.

Hinata le dijo a Hanabi que no podían tenerlo en casa y la menor de las Hyuga lloró ya que ella anhelaba tener una mascota.

Sin embargo, Hanabi pasó por alto todo y corrió tanto como pudo con el pequeño cachorrito, al llegar a casa se encontró con sus padres, los cuales le prohibieron nuevamente tener una mascota, a pesar de que Hinata trató de convencerlos fue inútil.

-Hay algo que podemos hacer- dijo el padre de las niñas en aquella ocasión- la esposa de un colega del trabajo le encantan los animales, quizá ella pueda tenerlo.

Y así fue como conocieron a Kiba.

Ese mismo día, la familia Hyuga fue a hacer una visita al amigo de su padre, Kazuto Inuzuka. Y efectivamente su esposa amaba a los animales en especial los perros. Un niño pequeño, de la edad de Hinata se acercó a ellas y las saludó.

-¡Un perrito!- el niño corrió a abrazarlo.

Y así fue como el niño llamó al perrito como "Akamaru".

Pero las cosas cambiaban, el padre de Kiba se divorció de su esposa al considerarla como agresiva. Renunció en la empresa Byakugan y su paradero fue desconocido. Y la madre de las Hyuga falleció tiempo después.

Sin embargo la amistad con aquel niño, llamado Kiba Inuzuka y las Hyuga seguía…

De repente, los recuerdos de Hinata desaparecieron cuando vio que su mejor amigo había llegado a su casa.

Después de la quiebra de una de las empresas de su padre, tuvo que vender su coche y fue ahí donde Kiba le dijo que podía contar con él para lo que fuera necesario.

Al llegar a la escuela, todo era igual. Pero su vida ya no era la misma y ella lo sabía, desafortunadamente Kiba ya no estaba en su salón por problemas que el mismo había generado el año pasado en el Laboratorio de Química, y fue así que se tuvo que cambiar de grupo.

-¿Estarás bien?- el chico le entregó una bolsa a Hinata.

-¡Mis galletas favoritas!- ella saltó de alegría- Gracias, es muy lindo de tu parte- sonaría increíble decir que Hinata no se sonrojaba con Kiba, estaba tan acostumbrada a su amigo que ya no sentía pena- estaré bien, supongo.

El chico se despidió para ir a su respectivo salón.

Hinata sentía su cuerpo temblar, estaba en el mismo salón, en la misma escuela pero se sentía diferente. Esa era la palabra con la cual podía describirlo.

Se sentó junto a la ventana, en el lugar más alejado del salón, donde ella podía mirar el jardín de la escuela.

Pero algo la interrumpió de su paz interna, y fue el hecho de que un grupito de niñas estaban amontonadas en la puerta, Hinata las conocía a todas ya que habían sido compañeras en los cursos anteriores de colegio.

Y todas estaban ahí por una razón: Sasuke Uchiha.

El era el chico más popular del Instituto del Fuego incluso era conocido en otras escuelas. También lo conocían en la Universidad, dado que era el hermano menor de Itachi Uchiha, quién era unos años mayor que Sasuke.

-¡Sasuke-kun!- una chica de cabello rojizo lo abrazó haciendo que el chico la empujara y saliera corriendo en el acto hacia un lugar atrás de Hinata.

A ella no le importaba el chico, de hecho, ya habían estado juntos toda la preparatoria pero jamás habían cruzado palabra.

-¡Hola!- un chico rubio iba corriendo por el salón, empujando sin querer a muchas de las chicas que seguían en la puerta

-¡Idiota!- gritó una de ellas.

-¡Perdona!- paró en seco-¡Eh! ¡Hola Hinata!- agitó su mano rápidamente, la chica sonrió, y Naruto se sentó junto a Sasuke.

En su escuela usaban mesas, en las cuales se sentaban dos personas.

-¡Naruto!- Sasuke gruñó para si mismo.

Era difícil entender cual era la relación de estos dos personajes, Naruto y Sasuke.

Se conocían desde la secundaria y se habían vuelto inseparables a pesar de ser polos opuestos. Mientras Sasuke era un chico popular e inteligente, Naruto … bueno, digamos que a el no se le daba mucho estudiar y a pesar de que también era popular no agradaba para nada a las chicas.

Ellas preferían a Sasuke, por alguna razón desconocida y en ocasiones en las fiestas, Naruto tenía que hacerla de gaurdaespaldas con su mejor amigo ya que, en efecto, Sasuke era acosado de una manera brutal.

Pero al Uchiha no le importaban las mujeres de su escuela, las consideraba a todas inmaduras e iguales. Ya había asistido a las hermandades de la Universidad de su hermano y las chicas de esas fiestas eran divertidas. Naruto sabía muy bien a que se refería Sasuke con esa palabra y era simple: sexo.

Sasuke no era para nada un santo, cada viernes se iba de fiesta con su mejor amigo a algún antro donde hubiesen mujeres divertidas.

A Naruto le entristecía que ninguna mujer se fijara en él. Es decir, siempre que salían las mujeres corrían a por Sasuke, ignorándolo a él completamente. Lo que era cierto es que feo no era. Sus ojos tan azules como el mar y su cabello rubio podría haber enloquecido a cualquier mujer, pero su actitud dejaba un poco que desear, dado que en palabras de su mejor amiga Sakura él era un completo inmaduro. En cambio "Sasuke" era inteligente, maduro, perfecto.

Si, perfecto.

Pero esas eran las palabras de Sakura, una de las acosadoras de Sasuke. Lo cierto es que el Uchiha se sentía vacío. ¿De qué servía ser popular si al final del día se sentía mas solo que un olote?

Hinata apuntaba en su cuaderno todas las cosas que necesitaba, Kakashi Hatake era el maestro de matemáticas y aparte era el tutor de su grupo.

Todo eso sonaba muy "secundaria" pero su escuela así era. Y nadie podía cuestionar al director del Instituto del Fuego: Hiruzen Sarutobi, y mucho menos a la sub-directora Tsunade Senju.

-Entonces, como les decía- Kakashi se sentó sobre el escritorio, era un maestro relajado pero eso sí, muy estricto- tenemos que trabajar en equipo, sé que muchos de aquí les encanta ser individualistas y trabajar por su cuenta y eso está perfecto- aventó una hoja- mejor me ahorro darles un discurso y seré directo, los organicé por parejas para que así trabajen hasta el final del curso pero no solo en mi materia sino en todas las materias.

Todos se miraron entre sí, preguntándose cuál sería el motivo de una decisión así

-Es su último año, y deben acostumbrarse a trabajar colectivamente. Es obvio que si les digo "reúnanse por parejas" se conseguirán a su amiguito, amiguita o a su novio o novia. Porque no nos hagamos, ustedes están en la etapa en donde experimentan cambios.

-¿Usted organizará las parejas?- Sakura alzó su mano

-Así es, y no hay cambios. Deben aprender a ser equipo, me importa poco si se llevan bien, si no se han hablado o les cae mal la persona. ¿Está claro?

Y esa era la oportunidad perfecta para las fangirls de Sasuke.

En cambio, Hinata seguía dibujando en la parte trasera de su cuaderno, no es que fuera una dibujante perfecta pero le gustaba hacer uno que otro dibujo, era la manera en que ella se concentraba ya que en ese momento tenía un sueño terrible.

Kakashi fue nombrando a las parejas una a una.

Algunos expresaron su rechazo, otros simplemente les daba igual y a muy pocos les daba alegría.

-Hinata con…. – Kakashi sacaba un papelito de una bolsa- ¿Sasuke Uchiha?

Todas las chicas se quedaron mudas.

Hinata era una chica conocida por su extremada timidez, aunque ningún chico podía negar que era muy bonita. Sus ojos aperlados le daban un aspecto misterioso, su cabello y su piel eran únicos. Pero ella prefería estar sola a todo momento, a no ser que Kiba fuera quién la acompañara. Por eso, muchos se habían hecho la teoría de que ellos andaban. Pero nadie había visto algo entre ellos, más que una simple amistad, aunque esos eran los chismes que corrían entre las chicas y entre algunos admiradores de Hinata.

Sasuke alzó sus hombros y sintió su cuerpo relajado. Gracias al cielo, de todas las mujeres del salón le tocó la más tímida, callada y… ¿retraída?. Si, eso. Pero prefería que Hinata fuera su pareja a que Sakura o Ino estuvieran en su camino.

Era lo más sano.

Aunque, a decir verdad, jamás había cruzado palabra con ella, pero eso era lo de menos. A final de cuentas solo mantendrían una relación meramente escolar y para su suerte ella andaba con Kiba, desde luego eso decían y a el no le importaba en lo absoluto investigarlo.

-¡Rápido! ¡Muevan sus traseros y cambien de lugar!- Kakashi bostezó y levantó la hoja que minutos atrás el mismo había tirado, era el famoso discurso del director hacia los alumnos en donde los convocaba a tener compañerismo, pero Kakashi consideraba eso como "aburrido"

Todos, sin excepción obedecieron las ordenes del maestro.

Sasuke aventó su mochila junto a Hinata, haciendo que ella se asustara.

Ella simplemente abrazó su libreta de notas. Esa era meramente personal, se podría decir que ahí hacia sus dibujos o ponía alguna tontería que se le viniera en mente. Jamás había estado cerca de Sasuke. Y ahora que lo pensaba ¿cómo se suponía que iba a comunicarse con él?

Con Kiba hacía buen equipo, ya que lo conocía de por lo menos diez años. ¿pero con Sasuke? Evidentemente tenía miedo, más porque el era conocido como un chico frío y sin emociones, totalmente opuesto a Kiba, quién emanaba calidad de donde fuera.

La clase de Kakashi terminó, no sin antes dejarles una investigación con su nueva pareja.

-Es….este- comenzó a juguetear con sus dedos- ¿co-cómo nos po-pondremos de acuerdo pa-para el trabajo?

Sasuke la miró con molestia. Si algo odiaba es que la gente fuera así, así como era ella.

Tan insegura en sus palabras.

-Haremos la investigación en un documento, pasame la información y yo la acomodaré- alzó sus hombros.

Hinata lo miró con miedo, Sasuke hablaba rápido y con firmeza, es como si ya tuviera pensado que harían con el trabajo desde tiempo antes.

-Ah…si…pero ¿Cómo te envió la in-información?

-Deja de tartamudear, me molesta. Ten- y le extendió un papelito- ese es mi correo electrónico y por favor- se acercó a ella, haciendo que temblara- no le des a nadie mi correo.

-Si- dobló el papelito con sumo cuidado y lo metió en la bolsa de su sweater.

Sasuke esperó a que ella le dijera algo más, pero fue todo. Y eso lo hizo sentir bien, después de todo ella podía ser una molestia pero no al extremo como las demás.