Situación de la primera vez.

"La primera vez que haces algo, es casi imposible que te salga bien"

No poseo los derechos a los Jóvenes Titanes.


—¿Sabes Rae? No creo que tengas que agregar eso...

Con un giro de muñeca, Raven blandió el cucharón de madera que estaba utilizando, haciendo que unas gotas de salsa salpicaran la, ya de por sí, sucia mesa.

—Pero en la caja dice que tenemos que agregar media taza de salsa —objetó Raven.

Chico Bestia se dió una palmada en la frente, preguntándose como es que su novia pudiera ser tan inteligente y tan... idiota, al mismo tiempo.

—Rae, es salsa de chocolate, no tomate.

—La caja no especifica.

—Rae, son waffles. ¿Cuándo has visto que a los waffles se le pone salsa de tomate?

Raven se quedó callada. Jamás en su vida había oído de waffles con salsa de tomate, es más, estaba segura que, por lógica, sabrían mal. Pero ni de chiste iba a perder el orgullo. Ella les pondría salsa de tomate y ya.

—Existen muchos gustos... —dijo.

Chico Bestia murmuró algo que Raven pudo descifrar como 'mátenme', mas no estaba completamente segura. Se acercó a ella y le quitó el cucharón con una amabilidad demasiado premeditada para ser creíble, según el criterio de Raven, seguida de un pequeño beso en la mejilla.

—Veamos Rae, media taza. ¿Dónde están las tazas? —Chico Bestia dejó el cucharón en la mesa y se dió la vuelta para husmear en uno de los cajones en busca de una taza.

Y, sin que el metamorfo se diera cuenta, nuestra hechicera ya estaba metiendo las narices en la espesa mezcla de nuevo. Agregó todo lo que restaba del bote de salsa de tomate (que encontró lleno de moho al fondo del refrigerador) y, con ayuda de sus poderes, lo batió rápidamente. Luego lo dejó todo como estaba y, en medio segundo, regresó a su antiguo lugar a un lado de la mesa, portando una diminuta sonrisa maliciosa.

—Esto estará delicioso —aseguró Chico Bestia mientra se daba la vuelta, completamente ajeno a la travesura que su novia había hecho.

—Delicioso —replicó Raven, más sarcástica que nunca.


—¡Cyborg! ¡Tienes que probar estos waffles! Raven los hizo y sé que quedaron deliciosos —gritaba Chico Bestia, acercando los waffles recién hechos a la cara del androide, quien no había dado ni tres pasos al entrar a la sala común.

—Raven, es la primera vez que cocinas para nosotros —replicó el androide— ¿a qué se debe?

Raven sólo se encogió de hombros. Era cierto, jamás había cocinado para los Titanes antes y, la verdad, estaba un poco nerviosa, ya que en su vida solo había cocinado té, y eso no cuenta como cocinar.

Ademas, había agregado salsa de tomate a la mezcla.

—¡Pruébalo, Cy! —gritó el camba formas, introduciendo por la fuerza una tenedor con una porción enorme de waffle a la boca del chico moreno.

Al principio, éste lo fulminó con la mirada, pero, conforme su paladar iba procesando el sabor de la comida, su mueca cambió de una de enojo, a una de completo asco. Sólo no escupió el bocado por decencia propia. Y por respeto a Raven, claro. Tragó con muchísima dificultad y fue corriendo a llenarse un vaso con agua del grifo, desesperado por quitar aquél sabor de su lengua.

Mientras tanto, a Raven le crecía una nube de lluvia sobre su cabeza.

—¡Le encantó! Rae ¡eres genial cocinando! —celebró Chico Bestia, tomando un gran bocado del medio waffle que dejó Cyborg.

Pero, como Chico Bestia no tenía tanta decencia propia, lo escupió de inmediato.

—¡¿Qué demonios es esto?! —gritó asqueado.

Al ver la reacción de Raven, quien tenía cara como si le hubieran anunciado que tenía que pasar el resto de su vida en prisión, se sintió mal. Trató de componerlo de la mejor manera que pudo.

—Debió ser la masa, sí, la masa. Opino que demandemos a la compañía de esta masa tan mala.

Sin embargo, se le veía por todos los poros de a piel, que era por que Raven era una pésima cocinera.

—¿Qué es esto? —se escuchó la voz de Starfire al fondo de la cocina.

—Starfire, ¡no! —gritaron Cyborg y Chico Bestia, para evitar que la tamaraneana comiera de la nauseabuna mezcla. Mas ella ya había introducido el dedo en su boca.

—¡Está delicioso! ¿Hay más?


Ya sé, ya sé, no puedo desaparecerme tanto tiempo y llegar como si nada haha.

Primero que nada, lamento la tardanza con este capítulo, he estado muy mal, me han pasado muchas cosas y no he tenido ni el tiempo ni la motivación para actualizar. Pero no les echaré el rollo de mi vida.

¿Sabían que yo soy pésima cocinera? Literalmente se me quema hasta el agua. Y sufro de bullying por parte de mi mamá y de mi novio y de mis tías, de mis amigos y de todos en la existencia haha. Y, para acabarla de fregar, siempre me quemo/corto/golpeo/tiro algo haha soy un desastre cocinando.

¿Qué les parece un review con su opinión sobre el capítulo? Ya vamos a la mitad exacta del fic ¡wuuuuu! me emociona, no sé porqué, pero me emociona haha.

Nos leemos pronto