...parecía que había sido todo para la pequeña Hitsugi, pues su pequeño cuerpo cayó al suelo, quedándose inmóvil, sin señal alguna de vida, Chitaru sintió como si el mundo entero hubiese caído sobre sus hombros, aquello no podía ser cierto, no podía estar pasando, con las manos temblándole incontrolablemente y con un doloroso nudo en la garganta se acercó a la niña y descubrió para su gran alivio que aún seguía viva pues su débil respiración la delato, debía hacer algo pronto o si no el veneno terminaría arrebatándole lo que le quedaba de vida, tomo a Kirigaya con delicadeza entre sus brazos, el pánico corría en sus venas pues aquel hombre volvería en cualquier momento y ella no sabía cómo salvar a su pequeña

-…sal…vete…- dijo una suave voz, era Kirigaya quien parecía encontrarse en un estado semiconsciente

-Hitsugi…-

-sal…ve a la derecha…en el sótano hay…hay una salida-

-debo llevarte a un hospital-

-no…no hagas…eso-

-¿Qué? Pero ese hombre acaba de envenenarte, morirás si no lo hago-

-no te preocupes por eso…yo voy a estar bien…tan solo…vete…- la peli azul no dijo más pues está vez había perdido totalmente el conocimiento, Chitaru no aguardo ni un segundo, se dirigió a la salida le sorprendió encontrar la puerta de la habitación abierta, un grave descuido por parte de aquel hombre, corrió con la inconsciente chica sobre su hombro hacia donde la peli azul le había indicado, entonces llego hasta unas escaleras que descendían a la puerta de un sótano, al abrirla estaba todo oscuro, con cierta dificultad miro todo a su alrededor tratando de encontrar la salida, detrás de algunas cajas de cartón pudo apreciar una bien disimulada puerta, no había tiempo que perder, con el brazo que tenía libre aparto las cajas de un solo golpe y abrió la puerta saliendo del lugar a toda velocidad, aquello era una especie de túnel muy oscuro y estrecho con una atmosfera un tanto asfixiante debido al calor y al polvo, sus apresurados pasos en medio de esa total oscuridad la hacían tropezar así que sujeto a la pequeña Hitsugi con más fuerza para evitar que la niña cayera, camino por un cuarto de hora hasta que el camino comenzó a ascender, por fin divisaba la salida, podrían salir de aquel terrible lugar, pero…

-Así que aquí están… ¿acaso creían que podrían marcharse tan fácilmente?- Con dificultad Chitaru volvió la mirada y se encontró con aquel hombre "Ichirô"

-Esa alimaña que llevas sobre el hombro me pertenece, así que devuélvemela, su cadáver será como un trofeo para mí- escuchar al tipo hablar así de Kirigaya le infundio cierto valor, pues no permitiría que nadie lastimara a la chica que amaba

-¡No dejaré que le hagas daño!-

-El daño ya está hecho, es solo cuestión de minutos para que ella muera… así que fue por eso por lo cual entraste a nuestros dominios… es extraño que pretendas salvarla, pues ella dijo que deseaba morir, ¿Por qué no le das lo que desea?-

-No dejaré que eso pase- Namatame trataba de aparentar calma, aunque en su interior el pánico estallaba, no veía cómo podrían salir de esa, pues su única arma era un pequeño cuchillo guardado en el interior de su chaqueta y en aquellos momentos no parecía ser de gran utilidad pues el hombre se les acercaba lentamente y en aquel estrecho lugar lo más seguro era que ella sucumbiría ante la fuerza de su "enemigo", eso sin mencionar el hecho de que Kirigaya podría resultar herida y por todos los medios eso se debía evitar

-ya te dije que esa chica me pertenece, su suerte está en mis manos, siempre lo ha estado, yo la convertí en asesina y ahora yo me encargaré de borrarla de este mundo-

-Tú…tú ¿la convertiste en asesina?- pregunto sorprendida, olvidándose por un segundo de todo lo demás

-por supuesto, ella debía ganarse la vida de alguna forma, así que yo la enseñe a matar…-

-¡entonces tú eres el culpable de todo!-

-Piensa lo que quieras, yo solo hice lo que debía, ella debía ganar dinero para vivir después de la muerte de sus inútiles padres- el hombre río a carcajadas, era como si hablar de la muerte de aquellas personas le fuera divertido, pero entonces, algo le paralizo la risa, algo que paso en tan solo unos segundos, pues como una veloz flecha un afilado cuchillo rasgo el aire yendo a encajarse directamente en el pecho de aquel individuo, una mancha roja oscura se expandió con gran velocidad en su camisa, sangre, sangre emanada de una profunda herida

-¡No vuelvas a hablar así de ellos!-dijo Kirigaya quien había bajado del hombro de Chitaru, el hombre a pesar del daño recibido, río

-¡vaya! Hitsugi-chan me has sorprendido, ¿Qué paso con eso de que no te gustaba matar?- aunque la expresión de su rostro seguía siendo cruel y burlona su cuerpo resentía el daño pues fue desplomándose lentamente hasta quedar sentado en el sucio suelo

-¡Tú lo mereces! Te mereces mucho más que la muerte…eres un maldito- el tono de voz de la chica era frío y cruel, una voz que parecía de otra persona

-Tal parece que no eres tan cobarde como tú idiota padre- él volvió a reír, entonces Kirigaya avanzo hacía el y con una patada clavo aún más profundo el cuchillo en el pecho del hombre, este último no pudo reprimir un alarido de dolor, Chitaru no se había movido ni un solo centímetro, palpo el interior de su bolsillo y comprobó que el arma usada por Kirigaya era la misma que ella había llevado oculta, se quedó muy quieta y en silencio hasta que vio al hombre sucumbir ante tal ataque, entonces con cierta precaución llamo a la pequeña chica

-…Kirigaya- pero la pelirroja no obtuvo respuesta, entonces fue hasta ella buscando su rostro, pero lo que encontró en los ojos de aquella niña fue solo odio y rencor, un par de dorados ojos contraídos por una furia desmedida, una expresión que incluso para Namatame resulto intimidante y peligrosa pues estaba mirando plenamente a su "antigua enemiga" ,a la asesina oculta detrás del rostro infantil, Angel Trumpet, pero ese pensamiento se le borro momentáneamente de la cabeza cuando vio un par de gruesas lagrimas rodar por sus pálidas mejillas, las piernas de Hitsugi no pudieron mantenerla en pie por más tiempo, Chitaru se apresuró a atraparla antes de que cayera al suelo, la tomo entre sus brazos, pero no se atrevió a mirar su rostro, algo se lo impedía, y ese algo era que en la parte más profunda de su mente temía ver a "su enemiga", temía que el odio que antaño sintiera hacia Angel Trumpet volviese a hacerse presente, se encontraba en un ligero estado de shock, la razón había sido ver a la chica que amaba acabando con la vida de alguien más

-Chitaru-san…- dijo en un susurro casi inaudible

-No hables, debemos salir de este lugar- con la chica aun entre sus brazos siguió el camino hacia la salida tan a prisa como pudo, el camino fue ascendiendo poco a poco hasta llegar a una desgastada puerta de madera, que por suerte no estaba cerrada. Al abrirla lo hizo muy despacio, miro con mucha precaución al exterior, temía que alguien estuviera esperándolas afuera, pero no fue así, aquella salida las había conducido a lo que parecía ser una casa abandonada, no había muebles, solo basura y mucho polvo, el silencio del lugar era inquietante, con la adrenalina latiendo en su interior temía un ataque sorpresivo, diviso la salida de aquella casa, no se detendría a mirar, debían irse, también aquella puerta estaba abierta, así que salieron sin contratiempos, la casa estaba situada en un solitario callejón, pero no había tiempo para detenerse a mirar

-Debo llevarte a un hospital cuanto antes- dijo a Hitsugi

-No hagas eso, sería arriesgado… harían demasiadas preguntas…-

-Eso no importa ahora, podrías morir por el veneno-

-No moriré…-

-pero ese hombre te…-

-confía en mí, nada va a pasarme- la chica se escuchaba muy segura de lo que decía, así que Namatame no tuvo de otra más que ceder a lo que ella pedía, después de caminar entre calles por un muy largo rato la pelirroja decidió que ya estaban a salvo, así que se detuvo a descansar un momento, coloco a Kirigaya en el suelo y se sentó junto a ella, la miro un tanto sorprendida, pues aunque pareciera increíble daba la impresión de que el veneno en esa niña no había tenido mayores efectos

-Chitaru-san ¿Por qué fuiste a ese lugar?- pregunto repentinamente

-Eso es obvio no lo crees-

-¿Qué quieres decir?-

-Yo…yo solo fui por ti…no puedo dejar que nada te pase- ambas evitaban mirarse a la cara

-Pero, no lo entiendo, tú habías dicho que…no deseabas verme más-

-Cometí un error Kirigaya…ahora sé lo que realmente paso, jamás debí haber pensado que tú hiciste eso-

-Chitaru-san no puedo culparte por creer que fui culpable, no después de las cosas que he hecho, no después de lo que le hice a la hija de tu profesora…y mucho menos…después de que has visto cómo mate a ese bastardo- aquello ultimo lo dijo con tanto odio y frialdad que Chitaru no pudo contener la pregunta

-¿Quién era el Kirigaya?-

-Él…Ichirô, era hermano de mi padre, ese hombre era mi tío y tal como lo dijo, él es el maldito culpable de que yo sea una asesina…mis padres también formaban parte del grupo Datura, tenían bajo su mando al mejor grupo de asesinos de toda la organización, esto no le agradaba a Ichirô, así que decidió quitarlos de en medio, él los mato y se apodero de su grupo, así de simple…sabes Chitaru-san a pesar de que mi padre era también un asesino él nunca quiso que yo lo fuera, él decía que no quería esa clase de vida para mi, pero cuando él murió mi tío me convirtió en lo que soy ahora, me enseño como acabar con mis objetivos sin ser descubierta, Ichirô sabía lo que opinaba mi padre así que creo que si no me mato junto con ellos fue para burlarse de él convirtiéndome en Angel Trumpet- ambas se quedaron en silencio por un rato, aún sin atreverse a mirar sus rostros, hasta que a la pelirroja le surgió cierta duda

-Kirigaya yo vi cuando ese hombre te enveneno ¿Por qué no te ha pasado nada?-

-Mis padres no confiaban en nadie dentro del grupo Datura, no es difícil que los asesinos se traicionen unos a otros y ellos sabían que si cometían algún error o si hubieran llegado a ser presas de alguna venganza el objetivo habría sido yo, o eso pensaban, así que me "entrenaron" para resistir ciertas clases de venenos, pues como bien sabes es el "arma" favorita de ellos …fue horrible, una completa tortura, mi padre me suministraba ciertas dosis de veneno, pequeñas para que no fueran mortales, pero eran suficientes para hacer que sintiera que iba a morir, conforme pasaba el tiempo la dosis aumentaba, eso, según mi padre haría que mi cuerpo se hiciera resistente… y ahora veo que tenía razón, pero en aquel entonces yo no entendía porque me hacían eso…me molestaba con ellos, creía que me odiaban…- la chica no pudo seguir hablando pues las lágrimas se escaparon de sus ojos, Chitaru solo hizo una cosa y fue darle un abrazo, no había nada que decir, solo debía estar ahí junto a ella, demostrándole su cariño, cuando la peli azul dejo de llorar Namatame solo dijo

-vayamos a casa-

-¿Tú quieres que vuelva?-

-Claro…bueno, solamente si tú quieres volver-

-Chitaru-san acércate…un poco más… acércate un poco más- cuando el rostro de la pelirroja estuvo a unos centímetros del suyo Kirigaya beso sus labios, aquel inesperado beso la tomo completamente por sorpresa pero se dejó llevar, hacia días que había deseado aquello, el contacto con esos suaves labios que ahora poseían a los suyos la hacían tocar el cielo, habría deseado que ese momento fuese eterno, pero no podían quedarse ahí besándose para siempre, sin decir palabra la tomo entre sus brazos y emprendieron el camino de vuelta a casa.

…Pero en un lugar no muy lejos de aquel solitario callejón, sin que ambas chicas lo supieran, había alguien planeando "destruir" su momentánea felicidad…

-¿Me llamaste?- pregunto una rubia y bajita chica con sonrisa felina

-Si…Nio-san tenemos problemas-

-¿Problemas?-

-Alguien amenaza con filtrar información acerca de Myôjô, más específicamente sobre el propósito y la existencia de la clase negra-

-¿Quién?-

-No menciono su nombre, solo dijo que era la mentora de una de los miembros de la última clase negra, de Namatame Chitaru-

-y ¿qué quiere?-

-Solo me pidió una cosa, quiere que le envié a un asesino, al mejor que tenga para que cumpla con una misión- la rubia sonrió anticipando la respuesta a la pregunta que estaba a punto de hacer

-¿A quién enviarás?- Meichi sonrió también

-Eso ya lo sabes Nio-

-Bien, bien, pero, ¿Por qué simplemente no acabas con esa mujer?-

-Ella pensó en eso, dejo en claro que si algo le sucede alguien más tiene ordenes de liberar la información sobre nosotros, no podemos correr riesgos hasta haber investigado todo-

-Entiendo…entonces ¿tendré que irme?-

-solo por unos días, has lo que ella te pida, confío en ti Nio-san- la rubia se acercó, se sentó en su regazo quedando frente a ella, y hablando con una voz seductorámente baja le dijo al oído

-Por lo menos vamos a despedirnos ¿o no?-…

Hola chicos! Vaya! Ha pasado mucho tiempo, lamento haber tardado tanto en actualizar, había estado atrapada con cosas de la escuela, y también tenía una pequeña duda ¿Matar o no matar a Kirigaya? Al final la deje vivir, no podía hacer sufrir a la linda Chitaru-san, en fin, seguiré con este intento de historia…