Esta es mi humilde aportación para la LaLu Week 2015. El primer prompt es trouble (problema), así que espero haberlo desarrollado lo mejor posible ^^ Es corto y no hay diálogos porque está narrado des del punto de Laxus, y Laxus no es un personaje que se caracterice por su gran oratoria. Aún así espero que disfrutéis de la lectura ^^
Ni Fairy Tail ni la imagen de avatar me pertenecen.
Contiene SPOILERS del manga. Lee bajo tu responsabilidad.
Laxus Dreyar estaba en medio de un jodido y gran problema. Pero un gran, enorme y jodido problema. Y no es que él se lo hubiera buscado, no, él era una víctima inocente en todo eso. A él no le gustaban los problemas, los evitaba y no los provocaba, no estaba acostumbrado a lidiar con ellos. Así que cuando se encontró en mitad de ese no supo cómo reaccionar. Porque claro, estar enamorado era un problemón de dimensiones considerables, pero si encima estabas enamorado de Lucy Heartfilia tu problemón se convertía, inmediatamente, en el rey de los problemones.
Pero si le preguntaban, él no se arrepentía de nada. Porque analizando el problemón con fría y objetiva lógica, estar enamorado de Lucy Heartfilia no era tan problema como podría parecer. La chica era lista, mucho más lista que Levy, y Levy era muy lista. Y no era que él se lo inventara, hasta Freed había alabado la inteligencia de Lucy en más de una ocasión. Además era amable, estaba llena de una calidez y una bondad que no podían ser humanas. Era fuerte, no sólo espiritualmente, sino también como maga. Defendía a sus amigos y los ayudaba siempre que podía. Y su sonrisa… ¡Por Mavis qué sonrisa! Algo dentro de él se removía y rugía siempre que ella le sonreía.
Porque esa era otra, no todo era bonito y puro en su amor, él sólo la quería para él. Quería que ella sólo le sonriera a él, que lo mirara a él, que le hablara a él, que pensara en él, que si escogía quedarse para siempre al lado de alguien fuera al suyo, que se vistiera provocativamente para él y que fuera su nombre el que murmurara entre jadeos de placer.
Porque para Laxus todo había empezado el día que su abuelo anunció que Fairy Tail se disolvía para que ellos pudieran seguir su camino. Él no pudo asimilarlo, Fairy Tail era su hogar, era su gremio y el gremio y el hogar de sus nakamas. Así que dio un paso al frente y anunció a todo el gremio que su camino era fundar uno nuevo, uno lleno de nakamas, uno lleno de diversión, de misiones, pero sobretodo un gremio al que pudieran llamar hogar. Porque eso era Fairy Tail, una gran familia.
Y Lucy fue la primera en unirse, la primera que dio un paso a delante y lo llamo maestro. Ella fue la única de los antiguos miembros que estuvo a su lado todo el tiempo ayudándolo, aconsejándolo y sermoneándole. Sí, él había contado con la ayuda del Raijunshu, pero ninguno sabía cómo dirigir un gremio ni cómo fundarlo. Lucy fue la que se quedó largas horas con él rellenando papeles, buscando firmas, supervisando la construcción de su hogar, buscando el mobiliario, gestionando las misiones…
Se había convertido en su amiga, y entonces ese día ocurrió, el día en que empezó a verla como algo más, el día en el que había ido, más temprano de lo usual, al gimnasio y la había encontrado haciendo yoga. YO- GA. Lucy consiguió ponérsela dura con sólo verla agachada. ¿Cómo podía verse su culo tan apetecible envuelto con esos pantalones de algodón tan abombados? Y su pecho, su voluminoso y firme pecho estaba cubierto sólo por un sujetador de deporte. Su rubio pelo estaba recogido descuidadamente en una cola alta y algunos mechones se habían escapado y le acariciaban la cara mientras se movía cambiando de postura. Por Mavis, Zeref y la primera magia ¿Cómo podía doblarse tanto? ¿Y por qué a él le apetecía tan de repente cogerla, llevarla a las duchas y follarla contra la pared?
No supo cuánto tiempo estuvo ahí parado observando a Lucy. Sólo supo que acabó cerrando la puerta y dio media vuelta dispuesto a ahogar su deseo en una ducha de agua bien fría, en el alcohol o en otra mujer que no fuera rubia. O quizás en las tres cosas.
Basta decir que no lo consiguió. Por mucho que lo intentaba no podía parar de mirarla, de observar cosas que no había notado antes, como la forma en la que arrugaba la nariz cuando reía, o que no bebía otra cosa que no fueran batidos de fresa, o que cuando pensaba profundamente se mordía el labio, o que de vez en cuando acariciaba el estuche donde guardaba sus llaves mientras sonreía levemente, o que cuando una misión había ido bien siempre se comía una hamburguesa, o que al contrario de lo que todo el mundo pudiera pensar odiaba los libros románticos y le encantaban los de aventuras…
Sí, sin saber cómo había acabado enamorándose de Lucy. Y al darse cuenta de eso en la soledad de su despacho no reaccionó tan mal cómo esperaba. Lo aceptó con una calma y una serenidad propias de Laxus Dreyar. Y una vez lo hubo aceptado, vio muy claramente cuál era la solución: conquistar a Lucy Heartfilia. Y Laxus Dreyar no aceptaba un no como respuesta.