¡Hola! Pues hace ya como tres semanas que terminé mi otro fic JackRabbit "Silver Embrace" y ya estaba ansiosa por empezar a publicar este. Ahora me apegaré más a la historia de los Guardianes como tales (o al menos lo intentaré) por lo que este fic está ubicado inmediatamente después de que vencen a Pitch y Jack se convierte oficialmente en Guardián.
Espero que la historia sea de su agrado, habrá mucho drama y cosas cursis, como me gusta :D
También tendremos a algunos invitados especiales comenzando por la Madre Naturaleza (Mother Nature) y quizás otros espíritus y criaturas mitológicas.
Por el momento no hay advertencias que incluir. En el futuro tal vez, you know *guiño*.
En fin, ojalá les guste la idea en el primer y sencillo capítulo.
¡A leer!
Handle (me) with Care
Capítulo 1: Los poderes de Jack
Jack se adelantó a toda velocidad para entrar a la habitación antes que sus compañeros. Una vez dentro comenzó a dar vueltas en el aire y a dejar suave y blanca nieve caer por todo el lugar, conteniéndose de gritar porque no quería dejarse mucho en evidencia. Se encontraba en éxtasis. Habían vencido a Pitch, habían restaurado la seguridad de los niños del mundo, habían recuperado a Sandy y ahora él, Jack Frost, era un Guardián, y tenía un grupo de pequeños que de hecho creían en él y podían verlo.
No era un grupo tan grande como los creyentes que tenían sus amigos por todo el mundo, pero ya era algo. Era muy diferente a pasar trescientos años solo, teniendo relaciones más bien distantes con otros espíritus y siendo totalmente invisible para los humanos.
Siguió dando vueltas y piruetas por aquí y por allá y finalmente se dejó caer en un extenso sillón, relajando un poco su anterior excitación para dar paso a una satisfacción calmada. Movió su cayado en una amplia curva, que hizo que la nieve a su alrededor desapareciera, procurando no dejar nada de humedad para cuando llegaran sus amigos.
-¿Jack? ¿Qué estabas haciendo?- preguntó entonces North, parado en la puerta, y al verlo Jack comprendió que probablemente lo había visto todo. Sobre su hombro aparecieron los rostros de los otros tres guardianes, encantados de haberlo sorprendido en semejante situación.
-¿Celebrando?- preguntó haciendo un gesto deliciosamente inocente.
-Claro, ¿por tu cuenta?…- dijo entonces North con una sonrisa y todos entraron en el lugar.
Los yetis se habían adelantado un poco y habían acomodado una de las salas que había en Santoff Clausen de manera que quedara cálida y cómoda para cuando todos llegaran. La chimenea ardía y un árbol de navidad estaba permanentemente rigiendo la estancia desde un rincón.
Cada quien se acomodó en un lugar como si lo tuvieran previamente asignado. North tomó el asiento más grande, un hermoso sillón de caoba finamente tallada con asientos de terciopelo rojo. Bunny tenía un sillón de mimbre casi tan grande como el de North, pero con una forma más bien de nido, y cubierto de pieles exóticas. Tooth y Sandy descansaban en el sillón alargado sobre el que Jack había descansado antes, que era metálico y adornado con piedras preciosas y cristales, pero cubierto con cojines y mantas de apariencia por demás cálida.
Jack finalmente fue provisto con un sillón tipo puff de color azul, suave y ligero como una nube, que lo dejó encantado desde que se recostó en él y se cubrió con las deliciosas frazadas que sólo se podían encontrar en un lugar como la casa del mismísimo Nicolas St. North. El sillón se adaptó a la discreta forma de su cuerpo y Jack se relajó tanto que creyó por un momento que se quedaría dormido.
Sí, al final todo había salido aún mejor de lo que hubiera podido imaginar.
Los yetis y los duendes les llevaron bebidas tibias y los guardianes comenzaron a conversar sobre todo lo que había ocurrido. Jack aprovechó la oportunidad para explicar todo lo que había pasado con Pitch y también lo que había visto cuando había recuperado sus memorias, aunque en realidad, solo había recuperado una parte pequeña de éstas.
El relato sobre el pasado recién descubierto de Jack puso bastante tristes a los demás. La única que tenía una idea bastante clara de que Jack había sido un mortal y de que lo más probable era que hubiera muerto, era Tooth, porque ella guardaba sus dientes y por ende sus memorias. Los demás tuvieron que absorber la idea de que antes de ser el espíritu de invierno que era ahora, Jack había sido un niño humano, luego un jovencito, y que había muerto de una manera demasiado desafortunada. Sandy sabía lo que era morir y no era nada agradable. North, Bunny y Tooth no tenían idea, pero esto sólo los hacía sentir peor con relación a Jack y lo abandonado que lo habían tenido durante aquellos –ahora que podían reflexionar en ello- larguísimos trescientos años.
Phill se apareció de pronto en la estancia, presentándole a North una bandeja con cinco copas y una botella de vino.
-Ah, perfecto- sonrió el gigantesco hombre tomando la botella y acercándose de uno por uno a sus amigos para llenar sus copas-, es momento de hacer un brindis.
Llenó la copa de Bunny, luego la de Sandy, la de Tooth y finalmente la de Jack, guiñándole un ojo como diciéndole que solo por una vez.
-Bien-, levantó la copa-, quiero brindar…por nuestra victoria sobre Pitch Black. Por los niños en el mundo que han recuperado su fe en nosotros…y por Jack Frost. Nuestro nuevo compañero Guardián.
Al oír su nombre, Jack se puso un poco azul- era su manera de sonrojarse- pero aun así levantó su copa como todos los demás lo hicieron.
-Salud- dijeron todos al mismo tiempo, y antes de beber, Jack agregó-, gracias, North.
North sonrió.
-Hey Jack, ¿no eres muy joven para el alcohol?- preguntó Bunny de pronto con tono de mofa, posando sus labios apenas en la copa.
-¿Y tú no eres muy viejo, canguro?- contraatacó él. En otros tiempos esto hubiera sido el origen de una pelea de insultos o cuando menos de una larga competencia alcohólica, dadas las circunstancias, pero no pasó ni una cosa ni la otra. Bunny casi parecía satisfecho con la respuesta de Jack, y de hecho levantó su copa como si brindara con él otra vez, Jack correspondió y ambos bebieron su vino al mismo tiempo, hasta la última gota.
.
.
.
Continuaron conversando por un par de horas, hasta pasado el mediodía. Las copas parecían haber subido lo suficiente en las cabezas de todos, de modo que North, hasta donde su mente nublada le alcanzaba, le pidió a los Yetis que los llevaran a cada uno a una habitación y ellos así lo hicieron. Jack se negaba a abandonar su puff pero Phill finalmente consiguió persuadirlo y llevarlo a una habitación con la promesa de que sería igual de cómoda que el puff.
Pasaron un descanso de lo más agradable después de haber pasado toda la noche despiertos combatiendo a Pitch y sus pesadillas.
North fue el primero en despertar, pero de pronto estaba inquieto al recordar la actitud de Jack unas horas antes. Una vez que se encontró a sí mismo tranquilo y descansado después de tanta agitación, lo golpeó como un puñetazo en pleno rostro. Cuando Tooth y Bunny aparecieron para la cena, decidió compartir su inquietud con ellos y con Sandy, que fue el último en llegar.
-No entiendo qué te preocupa tanto, estaba muy bien- observó Bunny, sin prestarle demasiada importancia-, todo salió incluso mejor de lo que esperábamos.
-Sí, pero él esperará que todo esté así siempre y que sea igual de ahora en adelante. Él cree que siempre será así de fácil y todos nosotros sabemos que no es así. Jack…Jack cree que ahora que los niños pueden verlo y que es un Guardián va a ser completamente feliz, y no me gusta la idea de que se haga falsas esperanzas por eso.
Era extraño ver a North tan preocupado por algo. Casi siempre, cuando un problema se presentaba, requería de un buen tiempo y de que fuera algo muy serio para que actuara de la manera tan grave en que lo hacía en ese instante. Y eso ciertamente preocupaba a sus amigos también.
-Creo que entiendo a qué te refieres- contestó Tooth después de pensarlo un momento-. Y tienes razón. Jack está muy optimista con todo esto y… no tiene por qué ser nada malo, pero puede que sea poco…
-…realista- completó Bunny al ver que Tooth no daba con la palabra por sí misma. Ella asintió. Sandy también lo hizo, indicando que él también comprendía la situación-. Entonces aquí la pregunta es si deberíamos tratar de hacer que entienda de qué se trata o simplemente esperar a que lo aprenda por las malas.
North negó con la cabeza, un tanto escandalizado por la idea de Bunny.
-¡Por supuesto que hay que advertirle a qué se enfrenta!- gritó, molesto- imagínate dejarlo que vea por sí mismo y que quede traumado por el resto de la eternidad…
Justo en ese momento se quedó en silencio, porque Jack entraba por la puerta tallándose los ojos, aún adormecido.
-¿Qué pasa?- preguntó, pues había escuchado lo que decía North- ¿quién va a quedar traumado por tanto tiempo?
El asunto parecía divertido para él. Sus amigos tenían caras dignas de una fotografía al verlo entrar y preguntar por algo que al parecer era grave. Para Jack nada era tan grave, mucho menos después del rotundo éxito que habían tenido la noche anterior. Tenía aún ganas de hacer piruetas en el aire, gritar, hacer caer una enorme tormenta de nieve, pero ninguno de los presentes parecía tan emocionado como él. Bueno, tal vez Sandy, pero los demás…
-Díganme, ¿qué pasa?- insistió al notar que nadie decía una palabra.
Sandy comenzó a hacer figuras con su arena mágica, y sonrió tímidamente.
-Ah…están hablando de mí…- aquello sonaba más a afirmación que pregunta, pero de todas maneras todos asintieron-, lo siento, creo que no entiendo.
-Bien, Jack…
A North lo salvó la campana, pues en ese momento Phill y el resto de los yetis habían terminado de acomodar la mesa y los llamaban para la cena.
Dejaron el asunto así por el momento y North recuperó su actitud festiva durante el tiempo en que comían y tomaban chocolate caliente, pero cuando terminaron y solo estaban haciendo plática de sobremesa, Jack decidió regresar el asunto anterior a consideración. North se dispuso a contestar pero no estaba seguro.
-Mira Jack…nosotros estábamos hablando de…
Al ver que North se interrumpía Jack lo miró y lo urgió a continuar.
-¿Sí?
-Es que tú probablemente…quizás no has pensado que…
Sandy soltó un soplido de frustración y Tooth le dio un codazo a North, diciéndole entre dientes que fuera al grano, a lo que North se desesperó definitivamente.
-¡Perdón, no puedo hacer mucho! ¡Soy bueno animando gente, no desanimándola!
-¡¿Qué ocurre?!- preguntó entonces Jack, casi tan desesperado como North mientras se ponía de pie y trataba de evitar que alguien volteara la cara cuando los veía.
Finalmente Bunny se dio una palmada en la frente y terminó poniéndose de pie también.
-Vamos Jack, yo te explico-, dijo, levantándose de su silla. Jack lanzó una mirada sobre los demás y siguió a Bunny afuera de la habitación. Comenzaron a caminar por los pasillos del enorme Santoff Clausen. Finalmente Bunny se decidió a hablar.
-Jack…te sientes muy feliz por lo que pasó, ¿verdad?
-Sí- repuso bastante molesto, aquello parecía repetitivo a su parecer, y dada la situación se estaba poniendo bastante tenso y a la defensiva-, ¿a dónde quieres llegar con todo esto?
Bunny respiró profundamente sin contestar. North tenía razón, el asunto era mucho más complicado al enfrentarlo de esa forma.
-Mira, primero vamos a hablar un poco de tus… poderes.
-¿Qué tienen?
-Has hecho grandes cosas con ellos- se apresuró a aclarar-. Has hecho cosas buenas, diviertes a los niños… pero de vez en cuando haces verdaderos desastres.
-La Pascua del '68- sonrió Jack, con tono de cansancio pero con mejor humor -, nunca me perdonarás por eso.
Bunny sonrió para sí mismo mientras salía a un balcón. Odiaba el frío, pero por suerte al menos en ese momento no había viento ni tormentas de nieve ni nada por el estilo.
Se sentó en una pequeña banca que había allí viendo hacia afuera y Jack hizo lo mismo en la banca que estaba a un lado. La noche era agradable y tranquila.
-No, por lo menos no pronto. Pero fuera de eso has hecho cosas buenas…
Jack asintió, esperando a que continuara.
-Supongo.
-Pero…has tenido que hacer…cosas que a veces pueden parecer malas, ¿No? pero ha sido por el bien de otras personas.
Jack lo miró de reojo, con cara de no entender.
-¿Cómo qué?
Bunny se quedó pensando un momento y finalmente su cabeza creyó dar con un buen ejemplo.
-Bueno… ¿recuerdas Stalingrado en el '42?
Jack levantó las cejas, sorprendido, pero finalmente asintió.
-Oh…sí, claro que lo recuerdo.
-Ese fue un gran trabajo. Algo crudo, pero se hizo lo que fue necesario.
Jack se quedó en silencio. Bunny esperó a que contestara pero finalmente se decidió y tocó ligeramente su hombro, como pidiéndole que dijera algo.
-Yo…-Jack no estaba seguro de que lo que iba a decirle a Bunny fuera algo bueno o malo-, no estuve allí, Bunny.
-¿En serio? Un invierno de esa magnitud sin tus poderes…
Jack miró al suelo, como si estuviera apenado de admitir lo ocurrido. Temía sonar demasiado débil.
-Bueno, ya sabes. Hay muchos espíritus de invierno y Mother Nature nunca quiso que me metiera en esos asuntos. Yo me había hecho cargo del invierno ruso antes pero ese año no. Ella usó los poderes de espíritus menores y magnificó el invierno con los suyos- sonrió-, realmente odiaba a los nazis, y a los rusos y….bueno, quería darle un empujoncito a la guerra.
Bunny asintió, pero entre todo aquello, una frase se quedó colgando en su cabeza.
-¿Esos asuntos? ¿Quieres decir que tú nunca has…?
-Que yo sepa nadie ha muerto por culpa mía- repuso Jack rápidamente, adivinando lo que Bunny iba a preguntarle-, o al menos no intencionalmente. Generalmente me encargo de ir acercando el invierno y hacer…tormentas y cosas que mantengan a la naturaleza suficientemente equilibrada. Cuando alguien muere, usualmente no es por culpa mía sino por…digamos, las circunstancias. Tampoco he hecho un invierno intencionalmente crudo para eliminar a alguien, ella sí lo ha hecho.
-Ya veo. Tampoco tenía idea de que conocieras a Nature.
Jack se encogió de hombros, como no prestándole importancia.
-En realidad no mucho. De vez en cuando me cuidaba cuando recién me convertí en espíritu, pero siempre de lejos. Digamos que…la conozco del mismo modo en que siempre los conocí a ustedes. Es algo fría y distante, nunca me mostró cariño o algo así.
Fue entonces que Bunny se dio cuenta de cómo ellos, los afamados, prestigiosos y poderosos Cuatro Grandes habían descuidado a alguien que habían tenido entre ellos por tanto tiempo. Jack los estaba comparando con el trato que le había dado Mother Nature, quien no era cruel, pero sí una mujer poderosa y de respeto con quien no había que meterse y a quien no le gustaba encariñarse con nada que no fueran animales y plantas. Se sintió culpable, y de pronto le dio la impresión de que quizás Jack era aún más joven e ingenuo de lo que ellos habían pensado antes.
Bunny trató de no pensar en eso, pues ni Jack pareció darle demasiada importancia. Aunque quizás sólo estaba tratando de parecer fuerte.
-Bien, entonces tendrás que comenzar a involucrarte en "esos" asuntos aunque a ella no le guste, ¿comprendes? Como Guardián tienes que seguir cumpliendo con tus responsabilidades pero también tienes que comenzar a trabajar activamente para proteger a los niños. Y en muchas ocasiones tendrás que hacer- se rascó la cabeza, inseguro-…lo que no pudiste hacer en Stalingrado.
Jack asintió, un poco perturbado de repente por la idea, pero habiendo entendido perfectamente.
-De hecho supuse algo así- admitió, ahora sí volteando a ver a Bunny-. Ustedes se toman esto muy en serio. Tenía razón cuando dije que ustedes eran trabajo y tiempo.
Bunny asintió sin agregar nada. Realmente no tenía una idea demasiado clara de a dónde iba a llevar todo lo que estaban hablando, pero al menos lo estaba intentando.
-Y una cosa más. Siempre tienes que tener presente que el miedo que Pitch buscaba inducir en los niños no es la única amenaza que hay sobre ellos. El hambre, las enfermedades, e incluso otras personas… y no siempre va a estar en nuestras manos y no siempre podremos salvarlos, pero cuando sientas que es tu deber, simplemente tienes que hacerlo.
Jack se sentía cada vez un poco más alarmado por las palabras de Bunny. Bunny se había quedado en silencio, contemplando la distancia, así que Jack creyó comprender algo, quizás solo un poco, al que ahora consideraba su amigo.
-¿Tú has tenido que enfrentar algo así, Bunny?
Bunny de pronto volteó a verlo, como si acabara de salir de una especie de sueño, y asintió.
-Muchas veces. Desde mucho antes de que tú existieras, incluso como ser humano. Una vez por ejemplo, hice que un sujeto se matara en un bosque. Era comerciante de esclavos y tenía muchos niños secuestrados y escondidos en ese lugar. Lo hice salir y perderse entre los árboles y finalmente se enredó en hiedra venenosa. Se inflamó tanto que terminó por asfixiarse.
Jack se quedó en silencio.
-Yo pasaba por ahí. Generalmente no es el tipo de cosas con las que interferimos pero no pude dejarlo pasar así de sencillo.
-Ya veo.
-Lo que quiero decir, es que tienes que estar preparado para todo lo que venga Jack. Y nos parece…la razón por la que te estoy diciendo todo esto es que nos parece que aún no lo estás.
Jack de pronto pareció completamente derrotado. Hacía apenas un rato se había despertado con muchos ánimos…y ahora esto. Sus amigos dudaban de su capacidad. ¿Sus amigos? En realidad Jack apenas los conocía. ¿Desde cuándo podía si quiera confiar en Bunny? Estaba bien que hubieran pasado por algo tan fuerte todos juntos, pero la verdad era que no había nada por lo que pudiera decir que estaba ahora tan unido a ellos. Era un Guardián. Eso no quería decir que tuviera que ser amigo de los otros.
-Si no te molesta debo irme ya- se puso de pie de pronto-, ya entendí el escándalo que estaban haciendo.
-Jack, no es mi intención que te molestes por esto.
-No te preocupes. Te veo después.
Tal como hubiera esperado, Jack desapareció en seguida por la puerta y un rato después dejó definitivamente el Polo Norte.
.
.
.
Pasaron unas pocas semanas en que los Guardianes siguieron reuniéndose como habitualmente lo hacían cuando aún no se les adicionaba Jack. Él también asistía al Polo Norte de buen ánimo, aunque lo notaban algo distante y pensativo, y solía ser el primero en retirarse. Bunny les había contado cómo había salido la plática y estaban convencidos de que Jack estaba molesto, pero no sabían qué hacer para remediarlo.
Después de unos días más, Jack se apareció bastante tarde, ya habían empezado a cenar y daban por hecho que no iría.
De hecho se veía más relajado, más tranquilo que últimamente. No mencionó nada durante la cena, pero aprovechó que estaba al lado de Bunny para hablar con él al terminar de comer sin que los otros escucharan.
-Bunny, estuve pensando en lo que me dijiste aquella vez.
-Sí…- Bunny tuvo un buen presentimiento así que le prestó toda su atención a Jack mientras los otros conversaban sin escucharlos.
-Llegué a la conclusión de que tienes razón, necesito estar preparado. Así que creo que es necesario que me ayudes a aprender a controlar mis poderes.
Bunny lanzó una mirada sobre el resto de sus amigos que estaban enfrascados en un relato de North sobre un invento que estaba haciendo en su taller antes de volver a voltear a ver a Jack.
-No entiendo cómo pudiste llegar a esa conclusión con todo lo que te dije.
-¡Tú dices que necesito estar listo!-replicó, levantando un poco la voz- Viste lo que pasó cuando peleamos con Pitch. Pude haber hecho más pero mis poderes se dispararon sin que pudiera controlarlos. ¿Qué tal si necesito proteger a un niño y no puedo hacerlo porque todo lo que sé hacer con mis poderes es…?
-No, no me refiero a eso- lo interrumpió- es que nosotros estábamos hablando desde un punto de vista más…emocional…
-¡¿Emocional yo?! Tú eres el que casi llora porque se arruinó la dichosa Pascua.
-¡Tampoco me refiero a eso, Frostbite!- subió aún más la voz-. Me refiero a que aún eres muy sensible para enfrentar algunas cosas y tus ideas no son realistas.
-Soy un espíritu de invierno, ¿qué tan realista crees que puedo ser?
Habían levantado tanto la voz que ahora los otros los miraban sin hablar. Solo que ellos no se dieron cuenta.
-Eso no tiene relación alguna con lo de tus poderes.
-¡Claro que sí, por eso quiero que me enseñes a controlarlos!
Aunque Bunny no terminaba de entender la relación, Jack estaba tan convencido y terco en el asunto que terminó por seguirle la corriente.
-Ok, ok, pero en todo caso ¿por qué yo? Ni siquiera conozco bien tus poderes, ni son del mismo tipo que los míos…
-Mira, lo estuve pensando mucho, y cualquiera de ellos- señaló a sus amigos, que ahora los miraban- será muy suave conmigo si le pido ayuda. Pero tú no.
Bunny tenía que admitir que en eso tenía la razón.
-No parece mala idea- sonrió North-, a menos que te parezca demasiado difícil, Bunny. Quizás ya estás algo oxidado para recordar algo de tu propio entrenamiento.
-No me insultes North- sonrió Bunny, completamente consciente de que North trataba de lastimar su orgullo-, tú también eres viejo, y no cualquier tipo de viejo, un humano viejo. Apuesto a que te romperías la espalda tratando de seguir mí ritmo.
-Mmm… hablas mucho, viejo amigo, pero no veo que hayas aceptado la petición de Jack. Quizás eres tú quien no puede seguir su ritmo.
Bunny ladeó una sonrisa antes de suspirar y voltear a ver a Jack. Se quedó en silencio un momento, hasta que no pudo más contra los enormes y hermosos ojos azules que lo miraron llenos de esperanza.
-Muy bien. Si es lo que quieres te daré entrenamiento. Pero tendrás que obedecerme y portarte muy bien, Frostbite.
El rostro de Jack se iluminó.
-De acuerdo.
-No ponerte terco ni arrepentirte.
-Bien.
-No hacer destrozos en mi casa, en Santoff Clausen, en el Palacio de Tooth o en el de Sandy.
-Bien.
-Y lo primero que haremos será deshacernos de ese cayado tuyo que solamente estorba.
-Bie… ¿qué?-Jack instintivamente tomó su cayado, que estaba recargado en su silla, y lo sujetó firmemente con ambas manos-¿por qué? Sin él mis poderes…
-Serían mucho más fuertes y confiables. Te escondes detrás de esa cosa, no la necesitas realmente.
Jack miró su cayado pero se rehusó a mirar a los demás. Finalmente asintió sin levantar la cabeza ni un poco. Cualquiera podía decir que eso significaba que realmente planeaba comprometerse con el entrenamiento que deseaba recibir de Bunny.
-Está bien. ¿Cuándo comenzamos?
-Mañana en la mañana, si quieres. Iremos a mi casa, es mejor entrenar allí.
-¿Por qué?
-Ya verás…
.
.
.
Después del desayuno y de recibir los deseos de buena suerte de los demás, Bunny golpeó el piso dos veces con su pie y se abrió un agujero a cuyo interior empujó a Jack sin ninguna consideración. La noche anterior habían escuchado durante el resto de la velada las apuestas de sus compañeros. North apostaba a que Bunny perdería la calma y daría a Jack por caso perdido dentro de los primeros diez días. Tooth opinaba que era Jack quien terminaría dejando la madriguera de Bunny después de congelarle las orejas al piso. Sandy había ido más lejos imaginando que todo aquello terminaría en una pelea larga y épica entre los dos. Ellos decían que todo era broma pero sus sonrisas hacían que Bunny dudara de ello.
Cuando llegaron a la madriguera Jack estaba algo enojado por la forma en que lo había hecho entrar al túnel, pero no quería pelearse con Bunny cuando apenas iban a comenzar con aquello. Prometía ser toda una aventura.
.
.
.
-Bien, dame el cayado.
Jack no entendía qué había de malo con su cayado. Creía recordar (porque aún no recuperaba por completo sus memorias) que lo había hecho con su padre cuando tuvo que empezar a hacerse cargo de los rebaños de la familia y de algunas gentes del pueblo donde vivían, y realmente desde ese entonces (tendría unos 10 o 12 años) no se había despegado de él. El hecho de que fuera mágico lo había hecho durar esos tres siglos sin problema alguno. No deseaba entregarlo, era la fuente de su poder.
-Primero explícame por qué crees que tengo que dejarlo.
-Jack, antes de comenzar quiero que dejes de tomarte las cosas tan personales entre tú y yo. No es que yo crea que tienes que dejarlo, sino que es un hecho que debes hacerlo.
-Mi poder está aquí.
-Eso no es verdad- repuso Bunny, al parecer comenzaba a molestarse- tus poderes no pueden provenir de él. Sólo te ayuda a manejarlos.
-Pero…
-Si no aprendes a usar tus poderes por ti mismo vas a quedar tan indefenso como cuando Pitch lo rompió.
Jack frunció el ceño.
-¿Cómo sabes eso?
-Baby Tooth le dijo a Tooth, Tooth nos dijo a nosotros. Eres más débil de lo que consideré en ese entonces.
Jack parecía desconcertado. Apretó sus manos en torno a la madera, cerró los ojos y suspiró antes de entregárselo a Bunny. Éste abrió un nuevo túnel en el suelo y lo lanzó dentro.
-Lo tendrás de vuelta cuando terminemos con esto, ¿de acuerdo?- Jack asintió-. Bien. Ahora quédate de pie. Los pies bien firmes en el suelo, nada de puntas ni de cuclillas, eres un Guardián, no un hada ni un elfo salvaje.
-¡Oye!
-Pies firmes. Bien. Ahora mantente en posición. Lo primero que debes aprender es que tener una buena postura y equilibrio es la clave para dominar tanto tu cuerpo como tu mente. Ahora no dejes que te tire.
Dicho esto comenzó a darle empujones en los hombros, y luego también por la espalda. Suaves al principio, y cada vez un poco más fuertes. Jack al principio se mantuvo firme pero conforme pasaron los empujones era más difícil mantenerse en pie hasta que finalmente un golpe especialmente fuerte en la espalda lo tiró al piso.
Se levantó rápidamente pues no quería que Bunny pensara que era débil, pero cuando se puso firme en el suelo otra vez a él no le costó casi nada de trabajo volverlo a tirar y la situación se estaba tornando bastante desesperante para Jack.
-¡Hey, basta!- gritó cuando ya lo había tirado como por décima vez- ¿Cómo se supone que esto me ayudará en algo?
-No sé si has notado Frostbite pero cada vez tengo que usar un poco más de fuerza para tirarte. Es un buen avance, en mi opinión.
Jack volvió a ponerse de pie y no dijo nada, pero internamente se sentía mejor. Pasaron un buen rato haciendo ejercicios físicos, correr, saltar, hacer sentadillas entre otras cosas, y aunque Jack consideraba que tenía buena condición tenía que admitir que realmente le era muy difícil mover su cuerpo sin ayuda de su cayado. En realidad cuando lo tenía en sus manos –que era el 99.99% del tiempo-se sentía ligero como el aire. Sin él, en cambio, se sentía pesado como un pedazo de plomo.
Después de más de una hora de ejercicios, Bunny le indicó que se quedara de pie como le había dicho antes y que cerrara los ojos, y Jack obedeció. De pronto sintió que sus pies eran tragados hasta los tobillos por un agujero, dejándolo firmemente sujeto al suelo. Le sorprendió mucho, e iba a preguntarle a Bunny porqué pero él no le permitió ni siquiera abrir la boca.
-Bien Jack, te voy a hacer una serie de preguntas y quiero que me contestes lo mejor que puedas, ¿de acuerdo?
-Pero…
-¿De acuerdo?
Jack frunció el ceño y se removió por última vez antes de contestar.
-Está bien.
Bunny comenzó a caminar a su alrededor, y Jack tenía la sensación de que podía sentirlo con toda claridad. Era muy distintivo, la pesadez de sus pasos, su respiración equilibrada y la presencia magnética de su cuerpo hacían que fuera relativamente fácil para él saber en dónde estaba Bunny en ese momento y qué era lo que estaba haciendo.
-Dime quién eres.
-Jack Frost- pronunció Jack, molesto por la petición que en seguida calificó de pretenciosa. ¿Qué quería hacer Bunny, un viaje espiritual o algo así?
-¿Sólo eso?
Jack levantó los hombros un tanto molesto. Pero si lo pensaba bien, en alguna ocasión había pasado por algo similar, con North.
-No sé…soy….-movió sus brazos, como si señalarse a sí mismo con insistencia fuera suficiente para responder la pregunta-, soy un espíritu de invierno. Soy un Guardián.
-Tengo entendido que eres un espíritu, pero tienes una forma corpórea, física. ¿De qué estás hecho?
Jack se removió y comprobó con molestia que no podía mover sus pies ni un poco. Más que tierra lo que los aprisionaba parecía cemento.
-¿De carne y hueso…?
-Debe haber algo más.
Jack apretó los puños.
-¡No sé! Hay…nieve en mí, bastante, supongo…y magia, algo de magia también…
Escuchó a Bunny dar unos pasos más. Ahora estaba a sus espaldas y se estaba tardando a propósito, o al menos así lo creyó Jack.
-¿Cuál es tu centro?
Al menos esa respuesta la sabía.
-Mi centro es la diversión.
-¿Ah, sí? Bien, ¿Y qué me dices de tus poderes?
Jack frunció el ceño y deseó tener en su mano su cayado.
-Hago hielo.
-Insisto, ¿sólo eso?
-Puedo hacer tormentas de nieve- repuso, levantando un poco la voz-. Puedo hacer figuras de hielo, puedo flotar, puedo volar.
-No parece gran cosa. Y no puedes hacer nada de eso sin tu precioso cayado, ¿o me equivoco?
Jack ahora no contestó nada porque eso era verdad, solo que no dejó de fruncir el ceño mientras un coraje indescriptible hacia Bunny comenzaba a aflorar en su interior, mucho más de lo que él hubiera esperado, y aumentaba con la sensación de que no podía defenderse porque no podía moverse de dónde estaba.
-Tenías una hermana.
-Sí.
-¿Eras un buen hermano?
Jack no entendió a qué se debía esa pregunta, pero decidió que tenía que contestarla. Reagrupó todos los recuerdos que conservaba de su hermana y trató de ponerles orden antes de contestar.
-Sí, fui un buen hermano.
-¿Estás seguro? ¿Cómo moriste?
-Salvándole la vida a mí hermana.
Bunny guardó silencio un momento, pero continuó casi en seguida.
-Espera, déjame ver si entendí, otra vez. Según sé tu hermana estaba en peligro de muerte porque la llevaste a patinar a un lago con una capa de hielo que de ningún modo la hubiera aguantado, ¿me equivoco?
-¡No fue mi culpa!- Jack abrió sus ojos de golpe ante el enojo que sentía contra Bunny ahora, pero Bunny movió su mano delante de él.
-No te dije que abrieras los ojos. Además, ¿qué clase de hermano pone la vida de su hermanita en peligro de ese modo?
-¡No fue a propósito, no me fijé bien!
-Se suponía que la cuidaras.
-Lo hacía.
-¿Siempre hacían cosas así? Corrían, y se subían a los árboles….me imagino que alguna vez se rompió algún hueso por tu culpa.
-¡No es así!
-Y correteabas por todas partes, la asustabas, la empujabas, ¿Has pensado que tal vez estuviera enferma del corazón o algo? Pudiste matarla en cualquier instante…
-Jamás haría algo así…
-Realmente no te importaba en lo absoluto.
-Yo la amaba.
-¿Y por eso la sacaste de la casa y la pusiste en peligro de muerte?
-¡Morí por ella!
-¿Y has pensado en cómo se sintió cuando moriste?
-...escucha Bunny, si esto tiene que ver algo con alguna de las Pascuas que arruiné tienes que saber que…
- Eso no importa ahora- lo interrumpió sin remordimiento alguno, aunque Jack lucía ya desesperado y aunque sus pies y sus piernas lucharan por moverse de donde estaba sin lograrlo,- ¿Pensaste en tu madre o en tu padre? ¿Qué sintieron cuando te perdieron? ¿Y qué hubieran dicho si hubiera muerto ella?
-¡Yo no lo hubiera permitido de ningún modo!
-…tener un hijo tan idiota, irresponsable, cabeza dura, terco, estúpido….
-¡Hice lo mejor que pude!
-¿Lo mejor que pudiste hacer fue matarte a ti mismo como un verdadero idiota?
-¡Todo lo hice por ella!
-¡Lo hiciste por estúpido!
-¡Yo la quería mucho!
-¡Nada en tu vida te importó, nada más que tu propia diversión, ni siquiera el bienestar de tu única hermana!
-¡Eso no es verdad…!
-Ni siquiera recuerdas cuál era su nombre.
La respiración de Jack y los latidos de su corazón se detuvieron por un momento.
-¡Cállate canguro estúpido!
Jack definitivamente no pudo más y se lanzó contra Bunny, tratando de taclearlo, pero de pronto se sintió tan débil que lo único que pudo hacer fue tratar de empujarlo y comenzar a darle golpes en el pecho y en los hombros. Bunny lo sujetó con firmeza de las muñecas y no dijo nada más.
Jack se removió como un torbellino, le gritó, lo insultó y casi comienza a llorar ahí mismo, probablemente pudo contenerse porque su orgullo fue más fuerte. Pero aquello le había dolido.
Desde que había recuperado al menos una parte de sus recuerdos con respecto a su vida, a su hermana y el resto de su familia, Jack en realidad no se había puesto a pensar en ninguna de las cosas que le había dicho Bunny, y de hecho si lo veía de ese modo, tenía razón, había tenido algo de irresponsable y estúpido la manera en que se había puesto en peligro y había provocado su propia muerte. ¡Pero era un niño! ¿Qué derecho tenía Bunny de cuestionar de ese modo el amor que él sentía por su hermana y por sus padres?
…y lo peor es que era verdad, Jack no recordaba el nombre de ninguno de ellos.
Cuando finalmente se quedó sin fuerzas para seguir gritando y golpeando a Bunny, éste, impasible, le soltó las muñecas y lo dejó desplomarse en el suelo. Sabía que lo había sometido a una presión muy fuerte de una manera desconsiderada, sin embargo, se sentía bastante orgulloso del resultado. Jack por su parte, apenas en ese instante se dio cuenta del todo de que sus pies habían sido liberados. Bunny básicamente le había permitido explotar de ese modo, pero Jack no entendía por qué lo había hecho.
Bunny se hincó a su lado y le indicó que volteara al lugar a donde había estado parado, a un par de pasos de donde estaban ahora.
Jack así lo hizo y le sorprendió lo que vio. Ahí, alrededor de donde habían estado enterrados sus pies, había una fina capa de nieve. Aunque no muy grande, había salido directamente de él, y no había tenido que usar su cayado para lograrlo.
-Pe…pero…
-Tus poderes están dentro de ti, no dentro del cayado- le recordó su compañero entonces-. Supuse que si encontraba una forma de desatar tus sentimientos se desatarían tus poderes también, como aquella vez que enfrentaste a Pitch. Desafortunadamente, la mejor forma que tengo de hacerte sentir algo es haciéndote enojar.
Casi de manera involuntaria, Jack sonrió. Nunca hubiera pensado que Bunny podía ser mínimamente gracioso o agradable por deseo propio.
-Me imagino que estás cansado, ¿quieres comer algo?
Jack negó con la cabeza.
-Creo que debería irme de una vez. Tengo cosas qué hacer, ya sabes, es invierno en el hemisferio sur.
Bunny asintió. Le pidió que lo esperara un momento y se alejó hasta perderse de vista.
Cuando regresó, le entregó a Jack su cayado. Jack lo tomó y de pronto, quizás porque se sentía aún fortalecido por el ejercicio reciente, lo sintió más liviano que nunca, más liviano aún que cuando le ayudaba a volar.
Se despidió de Bunny de una manera más bien distraída y le pidió al viento que lo llevara.
Antes de que se elevara suficiente para alejarse de ahí Bunny lo tomó del brazo y lo bajó de regreso al piso. Jack lo miró con un gesto interrogante porque Bunny parecía estar teniendo problemas para decir algo.
-¿Qué ocurre?
Finalmente Bunny sonrió. Parecía de pronto mucho más tranquilo y confiado.
-Sólo quería agradecerte…-levantó los hombros-, creo que no lo hice. Por haber hecho que Jamie y el resto de los niños volvieran a creer en nosotros. Si no lo hubieras hecho...quién sabe qué hubiera pasado. Gracias Jack. Sé que harás un gran trabajo.
Jack sonrió y agradeció sus palabras. Luego agregó:
-¡Vaya! ¿Quién diría que de pronto me haría amigo del gran Conejo de Pascua, eh? Parece que ya me tomaste algo de cariño, Bun-bun.
-¡No me hagas enojar ahora, Snowflake!- contestó Bunny entonces, tomándolo del cuello y revolviéndole el cabello con algo de brusquedad, pero con la suavidad necesaria para que Jack se echara a reír de buena gana.
Cuando quería, Bunny podía ser un sujeto muy agradable.
-¿Cuándo seguimos con esto?
-Vuelve apenas tengas tiempo libre. No queremos que pierdas el ritmo. Y de ser posible, trata de hacer cosas sin el cayado.
Aunque la idea no le gustaba demasiado a Jack, asintió y le agradeció una vez más, se dispuso de nuevo a retirarse y Bunny no volvió a detenerlo.
Una corriente de aire lo alzó y lo llevó lejos en poco tiempo.
Continuará…
Espero que este primer capítulo esté bien, aunque realmente no parezca la cosa más interesante del mundo. Ojalá que no quede demasiado cliché.
En fin, trataré de escribir pronto el siguiente. De hecho no quiero tardar demasiado porque la historia parece evolucionar de una forma un tanto lenta. Por ahora lo que me interesa es acercar a Jack y a Bunny, jajaja.
Bien, gracias por leer.
Besos y abrazos!
Aoshika October