Hola gente bonita de la creación, aquí me reporto con mi primer reto en un foro, espero y lo haya hecho bien! (Está feliz y nerviosa)
La ciencia del reto era inscribirse y luego te daban una estación del año al azar, en mi caso y por fortuna me correspondió la que yo estaba deseando, "Invierno"
En esa estación debe de inspirarse el fic y éste también debe de tener un minimo de 500 palabras y maximo 5000.

Además, por ser Febrero mes de amistad y todo el asunto, se debe dedicar el fic a alguien...
Así que... Boludas hippies del ARCA, sepan que este va dedicado para todas ustedes!

Disclaimer: Ninguno de los nombres utilizados aquí es de mi propiedad, éstos son creación de Michael Dante DiMartino y Bryan Konietzko.

Aviso: Este fic participa en el reto "Una estación inspiradora" del foro ¡El Cometa de Sozin!


Invierno por un Día

–¿Cómo pudiste olvidarlo, Korra?– Asami caminaba de un lado para el otro como león enjaulado. –Me pasé la semana entera advirtiéndote que no lo olvidaras.– El tono de la empresaria era una mezcla de enojo y decepción.

–Lo siento Sami– Korra por otro lado se encontraba sentada en el sofá observando el ir y venir de su esposa a través de la sala de estar. Sabía de sobra que Asami estaba intentando contener su enfado y si caminar le estaba ayudando, ella no objetaría nada.

–Por su puesto que lo sientes, hoy era una reunión muy importante y te necesitaba ahí conmigo para ayudarme a cerrar el trato.– Asami se detuvo súbitamente frente al Avatar, aún sin dirigirle la mirada. La de piel morena solo se quedo esperando por la siguiente acción que realizaría la ingeniero. Ésta ultima se giró lentamente quedando así frente a frente con Korra, respiró profundo, cerro lo ojos y por los cinco segundos más largos en la vida del Avatar, no pronuncio palabra alguna, hasta que de nuevo respiro profundo y con un tono de voz escalofriantemente calmo dijo. –Era una noche muy importante para mí, y tu excusa fue que te quedaste dormida.–

–Sami, yo de verdad quería ir, pe...–

–Ningún pero Korra, no cambiara nada.– Interrumpió la de ojos verdes al Avatar, para luego iniciar su camino hasta la habitación, fue una velada muy cansada y sentía la necesidad de descansar, además, ya no quería continuar esta discusión.


Dos horas habían pasado desde que Asami se había retirado a la habitación y Korra aún se encontraba sentada en el mismo sofá, por su cabeza no dejaban de pasar las incontables ocasiones que en efecto su esposa le había hecho el recordatorio de esta importante reunión.

"Fui una estúpida, ella nunca me pide que asista a esas cosas porque sabe que no me gustan, pero en esta ocasión de verdad era importante y le fallé."

Otra imagen cruzo su mente, una de Asami durante el desayuno de hace cinco días diciéndole que despejara su agenda para el día de la reunión.

"Es verdad que regrese cansada hoy, ese enfrentamiento ente una banda de maestros fuego y otra de maestros tierra fue algo difícil de tratar, pero no debí tomar esa siesta antes de la reunión."

Korra por instinto llevo una mano hasta su hombro, justo sobre una leve quemadura que Asami no había visto y que ella no le mostraría, luego paso la mano por su costado izquierdo, vaya que esa roca la había golpeado con fuerza, por el dolor, sabía que debía de tener un morado bajo la camiseta.

Había sido un día difícil, pero eso no era excusa para fallarle a su esposa.

Dejo ir su cabeza hacia atrás, clavando la mirada en el techo sin observar nada en particular, solo dejando que su mente viajara entre recuerdos de momentos aleatorios, unos más alegres que otros cabe decir.

Continuó gastando los minutos de esta manera hasta que un recuerdo en especifico la hizo saltar del sofá con una creciente sonrisa en su cara.

–¡Eso es!– Sin demoras comenzó a correr hasta la salida, no sin antes tomar su planeador, lo iba a necesitar.


Su día iniciaba temprano hoy, como era la costumbre. No había ni terminado de despertar y ya el itinerario del día se estaba dibujando en su cabeza.

Despertar: Casi listo.

Abrir los ojos: No listo.

Morir de frío... ¿Morir de frío?

El estado de somnolencia de la joven empresaria se esfumo de inmediato. ¿Por qué tenía tanto frío? Por los espíritus, estaba temblando incluso, a pesar de estar cubierta hasta la cabeza con las sabanas. ¿Qué estaba pasando?

Rápidamente salió de la cama, trayendo con sigo las sabanas. Al instante notó la ausencia de su esposa.

"Oh espíritus, será que por la discusión de ayer no vino a dormir, creo que fui muy ruda con ella." Mientras sus pensamientos se ocupaban en el Avatar, ella avanzaba hacía la ventana, lo que vio la dejo congelada.


El sol estaba asomándose por el horizonte, pero eso no le preocupo, ya lo tenía cubierto, nada lograría arruinar el trabajo que había echo durante toda la noche.

Se sentía orgullosa y la sonrisa que poseía lo reflejaba.

–Este será un gran día, espero que le guste.– Con algo de prisa continuo congelando la ultima zona que le faltaba y ya habiendo terminado su labor, tomó su planeador y sobrevoló el ahora congelado y nevado centro de Republic City.

De camino a casa para ser la primera en darle la sorpresa a Asami observo lo felices que se veían algunos niños jugando en la nieve, esto le trajo viejos recuerdos de su niñez, de inmediato este hilo de pensamientos la condujeron hasta el recuerdo que la había hecho congelar el centro de la ciudad.

¿De verdad nunca has jugado con la nieve?– Preguntó el Avatar recibiendo como respuesta una ceja alzada departe de Asami.

¿Te parece que vengo de un lugar donde haya nieve?–

Pero hemos estado antes en el polo sur.–

Sí, hemos estado, pero si no ha sido un asunto diplomático, ha sido una guerra civil y no creo que en esas circunstancias jugar con la nieve sea una buena idea.– Asami sonreía ante la cara de Korra, una de "No pues, tiene razón."

Pero es que se me hace difícil que alguien jamas haya jugado con nieve.– La morena tenia los brazos cruzados y las cejas fruncidas en una posición de concentración absoluta. –No, no puedo imaginarlo.–

Obsérvalo de esta forma, a mí se me hizo difícil imaginar que alguien no supiera nada de los Satomoviles.– La expresión de Korra cambió, Asami tenia razón en ese punto. –Como también se me hizo difícil saber que el Avatar no sabía Airbending o que no sabía nada de espiritualidad o incluso relajación.– La ingeniero enumeraba con los dedos de su mano izquierda las cosas de la lista que estaba diciendo.

¡Bien, bien! Comprendo el punto, por favor ya no sigas.– Sí, el orgullo del avatar estaba dañado y su puchero era evidencia de ello.

Oh amor, eso ya quedo en el pasado, ahora te has convertido en el mejor avatar que el mundo puede tener.–

Asami, soy el único Avatar que el mundo puede tener, no veo ningún otro maestro de los cuatro elementos luchando por el puesto.–

Mejor aún, eres única.– Korra sintió los brazos de la empresaria rodearla, para luego sentir la calidez de sus labios sobre su propia mejilla.

Korra dejo salir un suspiro ante el recuerdo de esa tarde cuando la ella había encontrado unas cuantas fotos de su infancia donde aparecía jugando con la blanca nieve del polo sur.


Bien, sin importar que todo lo que veía desde la ventana era un paisaje congelado, hoy tenia cosas que hacer y ni media cuidad cubierta de hielo la detendría en su labor.

Lo primero que tenia que lograr era salir de sus sabanas, siendo sincera, eso era algo que no quería. Quedar expuesta al frío con tan solo una camiseta sin mangas blanca y un pequeño short rojo no era algo que la entusiasmara, pero ni modo, tenia que.

–Uno... Dos... Dos y medio...– Asami sujetó con determinación la sabana que la resguardaba del intenso frío. –¡Tres!– Y arrojó la sabana al suelo.

Con la velocidad de un rayo y arrepintiéndose de no haber echo esto antes, corrió a buscar la ropa que usaría en el día, con el clima actual tendías que estar chiflado para salir desnudo del baño y caminar así hasta el closet. Ya con todo lo necesario corrió hasta el baño, la esperaba una gratificante ducha caliente.

Después de tomar un poco más del tiempo justo para calentar su anatomía, la heredera salió de la ducha, rápido para no perder calor se vistió y salió de la habitación de baño aún con una toalla sobre su cabeza y así se encamino hasta la cocina.

Un té caliente la estaba esperando, sabía que ya estaba algo fuera de tiempo, los minutos extra que había tomado bajo el agua caliente le estaban cobrando factura. Ya desayunaría algo en la oficina.

Acabó su té, regresó a la habitación y luego de maquillarse, arreglar su cabello y tomar algunos documentos que iba a necesitar en su día estaba lista para salir.

Se encontraba de camino a la salida cuando escuchó que alguien estaba llamando a la puerta, se apresuro para abrir y vaya sorpresa se llevo al hacerlo.


Korra aterrizó frente a la casa, cerró su planeador, lo sujetó con la mano izquierda mientras que con la derecha buscaba las llaves. Estaba ansiosa de darle la sorpresa a Asami, la sonrisa en su rostro no podía se más grande. Se apuró a abrir la puerta y tan pronto como su vista se centró el en interior, la expresión de felicidad que portaba se transformó en una mueca de miedo, en ese mismo segundo dio media vuelta pero no alcanzo a dar ni un solo paso antes de que Asami la llamara por su nombre con el tono que emplea para pedir explicaciones, el Avatar solo se encogió sabiendo lo que le esperaba.

Y es que no era para menos, a su espalda estaban reunidos Tenzin, la Jefa de policía y hasta el mismo presidente, al parecer no era una reunión social, eso lo pudo ver por sus caras y que todos, Asami incluida, tenían los brazos cruzados.

Korra se giró nuevamente y de la manera más tranquila y con la mejor sonrisa que pudo imitar dijo.

–Hola, que gusto tenerlos de visita. ¿Se les ofrece algo?–

A Tenzin le comenzó el tic en el ojo, BeiFong simplemente negó con la cabeza, el Presidente si pudiera echaría humo por los oídos y Asami, ella estrello la palma de la mano contra su cara.

El primero en iniciar el ataque fue Tenzin, éste comenzó a soltar un discurso sobre la responsabilidad que tiene el Avatar de hacer un uso correcto de su bending. La Jefa se quejaba de que tenia a la mitad de sus hombres congelados, los uniformes con partes metálicas no eran lo mejor para el frío y el Presidente solo se limito a dar la orden de eliminar el hielo.

Pero el tener a estas personas arrojando sus queja tenia sin cuidado al Avatar, quien solo veía el disgusto en la cara de su esposa, al parecer de nuevo había cometido un error y eso de verdad le dolía. Asami notó la tristeza en su esposa y aunque no sabia la razón por la que ella había congelado media cuidad, y a pesar de que eso no fue una muy buena idea, recordó que la noche anterior había sido muy ruda injustamente con Korra. Lo que había pronunciado Lin antes de la llegada de Korra llegó a su mente.

BeiFong tenia un expresión que reflejaba intriga. –Ayer Korra detuvo una pelea entre dos bandas de maestros, pensé que con lo cansada que estaba y por todos los golpes que recibió no haría más nada que dormir hasta hoy, no entiendo cómo hizo para pasar toda la noche congelando media cuidad.–

Así que para ayudar a levantar el animo del Avatar, Asami le dedico una sonrisa que dejaba en claro que no estaba enojada, aunque sí le debía una explicación, y vaya que ese pequeño acto cumplió su trabajo, Korra le devolvió una ligera sonrisa, el brillo habitual de su mirada apareciendo en el acto.

Es curioso que cuando compartes un momento con la persona que amas, aunque sea el más pequeño, todo en rededor pasa a un segundo plano. Y así fue también para el Avatar, quien no había notado que los tres lideres frente a ella estaban ahora en silencio, observándola atentamente a la expectativa de algo. Korra no tenia idea de que era lo que debía responder, así que opto por lo más lógico. Darles lo que querían escuchar, que según su sentido común, seguramente era acerca de descongelar la ciudad.

–Sí, haré lo que ustedes piden.–

Los tres asintieron, se despidieron rápidamente y se marcharon del lugar dejando al Avatar y la ingeniero solas, momento que Asami aprovecho para sentarse en el sofá y dar un par de palmaditas al espacio junto a ella, de esta forma invitando a Korra a ocupar el lugar, propuesta que fue aceptada de inmediato.

Era hora de obtener un par de respuestas.

–Bien, creo que me encantaría escuchar una explicación del porqué el paisaje de la ventana está congelado.– Asami mantenía una sonrisa amigable, dándole así valor a Korra.

–Amm... Quería regalarte un verdadero juego en la nieve, anoche estaba pensando y recordé que jamas haz tenido uno, además de que quería pedirte disculpas por no ir a la reunión.– Korra bajo su mirada al suelo. –Al inicio me pareció una idea increíble, ahora veo que fue una estupidez.– Al terminar la frase la de ojos celestes se puso en pie, debía de deshacer el hielo y la nieve lo antes posible. Nuevamente no alcanzó a dar el primer paso cuando la voz de Asami llamando su nombre la detuvo, giró la cabeza para ver a la poseedora del par de ojos verdes recibiendo de inmediato un corto beso en los labios. Los ojos del Avatar reflejaban perplejidad mientras la ingeniero reía.

Asami sabía que tenía trabajo en la oficina, pero sabía también que ese trabajo ahí estaría mañana, por un día de ausentarse nada pasaría, además, acababa de idear mejores planes para hoy.

–Sabes, ninguno dijo que tenías que quitar el hielo de inmediato.–


Rápido y sin que nadie lo notara, la dueña de Industrias Futuro tomo un puñado de nieve entre sus manos, la comprimió lo justo, y tomándose unos segundos para apuntar correctamente, la lanzo. La esfera blanca voló hasta dar contra la parte de atrás de la cabeza del Avatar.

Korra de inmediato volteo para ver quien fue el cobarde que se atrevió a atacar al Avatar por la espalda, notando que la única sospechosa era su misma esposa, ante eso se agachó y tomó un puñado de nieve también, Asami al ver eso echo a correr, mientras la morena la perseguía. Sus risas resonando por todo el lugar.

Las dos mujeres se encontraban en el ahora congelado y cubierto de nieve parque, pero no estaban solas, antes de llegar, pasaron buscando a algunas personas, ya saben, para hacer el juego más divertido.

¿El resultado de su búsqueda? Un entusiasmado Bolin, un tranquilo Mako, una alegre Opal, sumado a un escurridizo Pabu y una feliz Naga, quien se sentía en casa.

Todos los ahí presentes al ver la acción de Asami se encogieron de hombros e imitaron el acto de crear bolas de nieve, comenzando así la guerra. Mako fue el primero después de Korra en recibir una bola, solo que para su mala suerte, la bola se estrello en su cara. La expresión de Bolin de inmediato cambió de entusiasmada a aterrada y sin pensarlo echo a correr. Sabía que él no correría la suerte de Asami, quien como castigo por su ataque a traición recibió un tierno beso.

¡No, él no! Él sabía que era probable que recibiera un rayo en el trasero.


Al final todos los cercanos al parque disfrutaron del invierno por un día, ya que al escuchar al Avatar y compañía muchos se acercaron para unirse a los juegos.

Al llegar la tarde, Korra eliminó todo remanente de hielo, ya era de noche cuando por fin acabó. Regresó a casa con Asami, ambas estaban exhaustas, así que apenas llegaron a casa se prepararon para dormir.

–¡Ah, estoy muerta!– Korra se arrojó boca abajo sobre la cama, por poco haciendo caer a Asami. La de ojos verdes solo negó con la cabeza y sonrió. Hay cosas que nunca cambiarían y siendo sincera, amaba que no lo hicieran, así era su Korra y por nada del mundo la cambiaría.

–Gracias por tan maravilloso día amor, lamento haber sido tan brusca contigo ayer, estaba siendo muy egoísta, tanto que no noté esa quemadura que traes, lo siento.– La sinceridad de las palabras se podía sentir en el tono de voz de la empresaria.

–Asami, no tienes nada de qué disculparte, fui un poco irresponsable al no ir a la reunión.– La voz de Korra sonaba arrastrada, el cansancio, sumado al estar cómodamente acostada sobre la cama la estaban haciendo quedar dormida muy a pesar de sus esfuerzos en mantener toda su atención en Asami, quien giró para quedar de espaldas, mirando el techo sin ver nada en especial.

–No, no fuiste irresponsable, luchaste y hasta saliste lastimada, lo menos que merecías era un descanso y llegue yo despertándote y reclamando por una reunión, debí considerar que hay cosas más importantes que el trabajo. ¡Espíritus, estoy casada con el Avatar! Es de suponer que los planes pueden cambiar en el ultimo segundo, siempre existe el riego de que surja una emergencia que requiera de ti, y también debo de considerar que no eres de acero, todos necesitamos descansos, y eso incluye a la mujer más poderosa del mundo.– Asami volteo para ver a Korra, encontrándola profundamente dormida, sonrío y supo que lo mejor en ese momento era parar de hablar y dejar que su esposa disfrutará tranquilamente de su tan merecido descanso, el cual se había ganado.

Y no solamente eso sería su recompensa, no.

Al despertar Korra disfrutaría de un día entero lleno de mimos, era lo menos que se merecía la persona que había congelado media cuidad solo para hacerle pasar un lindo día y pedir disculpas.

Por ahora solo quedaba una cosa por hacer. Con cuidado de no despertarla, Asami cubrió con sus brazos a Korra, beso tiernamente sus labios y se dispuso a descansar ella también.


Espero les haya gustado.
Como siempre, los reviews serán bienvenidos, ya sea para dar un consejo, una critica constructiva o su reacción ante el fic!
Nos leemos a la próxima, saludos!