Hola gente, como verán, vengo con otro fic. Sep. He sacado un poco de tiempo para esto. Pero ¡atentos! Es diferente. Toca temas… serios. No todo en esta vida es un camino de rosas y estoy segura que muchos lo saben ya.

No escribo esto con fines de que me alaben o que me odien –todo es posible– sino porque lo necesitaba. Necesitaba desahogarme y ¡qué demonios! esta idea no se me salía de la cabeza.

Si quieren pensar que hablo sin saber, adelante, pero solo dejaré en claro algo: este fic es un trocito de mi.

Las frases antes de cada capítulo son cosas que me han dicho o que he dicho y que se han ganado un sitio en mi diario.

Como advertencia extra, diré que tiene tintes de OOC.

Espero que si lees esto, te guste.

Disclaimer: los personajes de How to train your dragon pertenecen a Cressida Cowell y Dremworks. El icon es de mi propiedad (va en serio, lo hice yo)


"No te olvides de confiar en ti misma. Vales un montón, pero si tú no te lo crees, nadie lo creerá por ti."


Cap 1.

Un día más despierto y no estoy en lo que alguna vez llamé hogar. Veo las mismas cuatro paredes blancas que me encierran y me mantienen "estable".

Hoy en día puedo decir que no soy la misma de antes. He cambiado mucho desde que estoy aquí, incluso antes de entrar ya era distinta a como me recordaba. Mi familia parece haberme olvidado aquí dentro. Me abandonaron para continuar su perfecta vida sin mí, sin el estorbo, como extirpar un tumor. Simplemente apartaron el problema a un tercer plano con importancia cero.

Si antes alguien preguntaba por cómo era yo, mi madre respondía con alegre, explosiva e impulsiva. También algo obsesiva con las cosas que me gustaban de verdad. Pero tras su partida, inestable, cruel e indiferente fueron las que más se repetían. Desde entonces sentía todas las miradas en mí, como esperando que diera un paso en falso, que hiciera algo mal.

Esa era yo, mientras que mi hermana… no, mejor dicho hermanastra, era mejor que yo en todo. Estudiosa, cariñosa, educada, responsable. Todos decían lo mismo. A veces la odiaba y digo a veces, porque fue la hermana mayor que nunca tuve. Aunque otras muchas veces odié saber de su existencia.

¿Por qué me convertí en esto? ¿Por qué todos dicen que estoy enferma? Primero has de preguntarte qué soy. Bien, soy una chica "inestable" que aparentemente necesita ayuda para salir de todo esto. Alguien que fue y es demasiado sensible y que sufre en carne propia el dolor de sus allegados. Una granada que no fue acallada a tiempo.

Mi madre siempre dijo que yo era buena persona y una niña bonita, que siempre iba a conseguir lo que me propusiera. La quería sobre todas las cosas, pero cuando se fue dejó un gran vacío en mí que no supe volver a llenar. Mi padre parecía haberla olvidado por completo cuando apareció con ella y su hija. Él dijo que esa niña era mi hermana y poco después descubrí que así era, que éramos hermanas por parte de padre.

Él, que tenía el amor puro de mi madre, la engañó de la forma más vil y rastrera que puede existir. Eso, o en todo este tiempo, nosotras éramos una tapadera en la que mi madre era la amante.

Cruel, inestable, indiferente.

Desde entonces, mi padre me abandonó para vivir o revivir momentos con su nueva familia y en esa familia yo no tenía lugar. Hasta el punto de que ahora estoy aquí, sin poder salir quién sabe por cuánto tiempo.

–Eh, rubia. Tienes visita. – esa es Zaffire.

Lindo nombre, pero no es el real. Aquí ninguna usamos nuestro nombre real, al menos, no entre nosotras.

–¿Me oyes Valkiria?

–Sí Zaffire. Ya voy.

Es entonces cuando oigo mi voz quebrada y siento mis manos cerradas en puños. Mis ojos cargados de lágrimas que me niego a dejar salir.

Prometí no volver a llorar y por mi madre no lo haré.

Salgo de mi cubículo y veo a las demás chicas en la sala de juegos, la sala de arte o en la sala de lectura. Camino como si fuera a la guillotina. Pero esto no me va a vencer.

¿Quién habrá venido a verme?

Parece que el mundo se detiene cuando lo veo allí. Él no ha venido a verme desde mi ingreso a esta cárcel para aquellas personas que necesitan ayuda para saber quién son, y de eso hace dos meses.

–Hola hija. – su tono estricto y pasivo me estremece, no me dejaré ganar.

–Padre.

–¿Cómo estás hija? ¿Te encuentras mejor?

–Mejor cómo, ¿cómo para salir de aquí o como para no causarte más problemas y quedarme aquí?

–¿Por qué me hablas así? ¿Qué te pasa? ¿Te tratan bien?

–Oh, sí. Todo es un lujo aquí dentro, ni te imaginas.

Necesito que alguien me saque de aquí. No lo soporto, siento que voy a estallar en cualquier momento. Algo retumba en mi cabeza y no puedo hacer que pare.

–Hija, yo…

–Nada de hija. Al fin sacas tiempo para verme y tu mayor preocupación es que me traten bien ¿Acaso es que piensas dejarme aquí para siempre? ¡Estoy aquí por tu maldita culpa!

Las enfermeras se movilizan en un intento de calmarme.

–¡Basta! – él da un golpe en la mesa. Quiere quitarme el control – si estás aquí es por tu propio bien. ¿Cuándo vas a entender eso?

–¿Ah, sí? ¿Y cuánto bien crees que me está haciendo tu visita?

Otra vez ese maldito sonido en mi cabeza. ¿Solo lo oigo yo? ¡Quiero que pare! Siento que pierdo el control de mi misma. Mi cabeza duele horrores y ese maldito sonido no me deja pensar. Me levanto y no sé lo que hago, no sé a dónde me llevan mis pies.

Las últimas palabras que oigo son las de las enfermeras que piden que me calme y mi nombre, de boca de mi padre.

Siento que la oscuridad me envuelve y después de eso, no siento nada.


Lo dicho, espero que les guste.

Heimao3