Y entonces desperté, había sido una pesadilla muy vívida, apreté a Sakura contra mi cuerpo, no quería que ese fuera nuestro futuro el día de mañana. Ella despertó y me miró con duda en su rostro, me dio un suave beso en los labios para calmarme, se había dado cuenta de mi malestar de inmediato, yo sólo la abracé más fuerte y esbocé una sonrisa tenue, aún podíamos cambiar nuestro destino, aún podía amarla más y no me rendiría si tenía esa esperanza. Me levanté con cuidado pero mi teniente se levantó conmigo: -"¿A dónde piensa que va soldado? ¿Y sin su líder?". Siempre lograba hacerme reír con esas frases, le conté mi sueño y nos miramos largamente en la penumbra, su mirada se endureció pero sonreía a la par y susurró: -"¿Y cómo piensa cambiar el juego del destino soldado? Porque yo pienso seguirlo molestando toda mi vida". Nuevamente sonreí, le hice la seña de que me siguiera, y mi teniente lo hizo sin preguntar. Fuimos a lo más alto del cuartel, mirando la situación, todo estaba lleno de nuestros enemigos, pero de pronto, vimos un espacio que daba directo al bosque, si llegábamos hasta ahí sin ser vistos tendríamos una oportunidad, pero debíamos movernos mientras dormían. Fuimos a despertar a nuestros aliados, les dijimos que debíamos bajar por las cuerdas al camino, sería peligroso y podríamos lastimarnos pero era la única opción, algunos estuvieron de acuerdo, otros tenían miedo y unos pocos más nos llamaron locos, pero había una oportunidad y no pensaba desaprovecharlo.
Sakura y yo salimos corriendo por las cuerdas, sentíamos aprecio por la gente que nos rodeaba, pero si discutíamos más la viabilidad de la propuesta con ellos, se agotaría nuestro tiempo de escape. Nos pusimos a amarrar las cuerdas lo más fuerte que pudimos, no llegaban hasta el suelo pero la caída no nos mataría, algunos de nuestros compañeros subieron y nos harían segunda. Empezamos a bajar con lentitud, debíamos evitar el ruido, pero después de que tres llegáramos a tierra firme, los perros comenzaron a ladrar, nuestros adversarios nos descubrirían, no podíamos esperar más, con un gran dolor los dejamos atrás. Corrimos por el sendero del bosque, las balas nos rozaron lastimándonos solo un poco pero no dejamos de alejarnos de aquel infierno. Si alguien más escapaba nos veríamos en el árbol más grande del lugar para cubrirnos, sino, deberíamos seguir solos.
Nuestros pies ardían ante la carrera, estábamos agotados, pero no podíamos detenernos, nos seguían de cerca, no había escape, pero entonces a Sakura se le ocurrió la idea de escalar, nos dolerían aun más las heridas, pero así los perderíamos. Con cuidado esperé a que ella subiera al árbol más próximo, al verla a salvo respiré aliviado y después subí yo con su ayuda, justo en el momento que nos alcanzaron estábamos ocultos en el follaje, nuestros enemigos siguieron derecho con rifle en mano para asesinarnos. Cuando se alejaron y sentimos que estábamos a salvo, nos abrazamos y soltamos el aire que habíamos contenido para no ser descubiertos, nos besamos y sonreímos con amargura, habíamos escapado aunque no sabíamos nada de nuestra gente.
Esperamos ahí por horas, muertos de hambre y sed, pero fusionamos nuestros cuerpos en un abrazo consolador para aferrarnos a la vida. De pronto, escuchamos ruidos, miramos hacia abajo esperando ver armas apuntándonos, cuál fue nuestra sorpresa al ver a la mayoría de nuestra gente herida, pero viva, ¡logramos escapar! Bajamos con cuidado, reuniéndonos con ellos, sabíamos que debíamos avanzar y buscar un nuevo refugio para comer, beber y descansar. Pero ahí, dentro de ese infierno, había surgido la esperanza... Nos miramos y sonreímos: -"Seremos una gran resistencia, ¿no lo crees Sasuke?". Los ojos de Sakura se habían llenado de fuego de nuevo, a lo que respondí: -"Claro que lo seremos mi teniente y lograremos la libertad". La diferencia entre mi sueño y esta realidad, era que a pesar de que seguiría la guerra, sus labios se unieron a los míos para sellar la determinación de pelear y no para llamar a la muerte en su lugar. Seguiríamos luchando hasta el final…