Nota: este Fics pertenece a un reto de Scripturiens en el que pedía un Michiro/Mimato. Mi idea es hacerlo por drabble's así que espero no desilucionarla y publicar uno cada semana, o dos por semanas. Hoy traigo esto.

1.- Cada capitulo tendrá una canción de Oasis (o tal vez no, depende de si encuentro otra mejor para el cap) en esta ocasión, el capitulo está inspirado en (I got) The Ferver.

2.- Scripturiens no quería nada deux ex machinas, si por ABC motivo quedó así, eres libre de lincharme porque ya no estaría cumpliendo el pedido.

3.- en este cap no hay Mishiro, pero sólo por el inicio.

By the way... la muchacha que pidio este fic tiene unos escritos muy bellos y me gustaría que chequearan lo que escribe. De verdad estoy algo ansiosa por su crítica a esto.

Disclaimer: Digimon y sus personajes no me pertenecen y este reto participa para el proyecto 1-8 en fanfiction

Palabras: 609

Tipo: AU


Puedo verlo venir, pero yo simplemente no lo sé
Si es que va, que va, que va a dejarme ser

La primera vez que la vio

La puerta del ascensor se abrió dejando entrar al joven, que con una taza de café caliente, trataba de despertar y aclarar su mente. No recordaba muy bien como había llegado de su cama hasta la disquera "jamás debí permitir que Tai me sacará ayer del departamento". Ahora tenía una "importante reunión" y apenas podía procesar pensamientos. Sólo rogaba que nadie le pidiera que se quitara las gafas de sol.

Apretó el número del piso al que iba y las puertas comenzaron a cerrarse obedientemente. Hasta que escuchó un grito.

— ¡Detenga el ascensor por favor!—Matt apretó el botón para abrir las puertas nuevamente y entró rápidamente una acalorada castaña con una carpeta en su brazo y en el otro una taza de café— Gracias, me has salvado el día.

La muchacha se las ingenió para soportar todo en un brazo y después de mirar el brillante 6, apretó el botón para cerrar las puertas. Matt se arregló la camisa y el pelo desordenado, lucía un desastre de persona el día de hoy. Por otro lado su compañera estaba impecable, aún después de correr de la entrada hasta el ascensor. Tan femenina, tan presentable.

— ¿Trabajas aquí?— preguntó él sin atreverse a mirarla y sin quitarse las gafas, mientras daba un sorbo a su taza de café.

— Eso espero— la muchacha giró hacia él y extendió su mano. Matt se quitó las gafas de sólo por cortesía y para observarla mejor. Estrecho su mano contra la suya. Era suave y pequeña en comparación a la de él— Soy Mimi Tachikawa, un placer.

— Matt Ishida

— Lo sé, todos sabe quién eres.

La puerta del ascensor se abrió, y al momento de salir juntos, Matt hizo amagó de la caballerosidad que, en algún lado de su vida aprendió. Su dormido cerebro le gritaba "las damas primero, idiota" y patosamente, estiró una mano en señal de cortesía para indicarle que ella saliera primero. La joven salió primero agradeciéndole con una sonrisa, y él fue tras ella como un autómata, mientras al final del pasillo, en la sala de reuniones, su padre lo taladraba con la mirada.

— Yamato Ishida, al fin llegas— el muchacho se encogió ligeramente y volvió a colocarse las gafas con la esperanza de que su padre no notara la resaca— veo que conociste a Mimi. Ella viene a presentar unos diseños nuevos para la caratula de los discos de la empresa. Será la nueva artista gráfica así que trabajaran mucho juntos… ya saben, ideas y esas chorradas de artistas.

Matt se atragantó con un sorbo de su café y sintió como este le quemaba en la garganta mientras trataba de volver a respirar con normalidad. La muchacha le sonrió mientras pasaba a sentarse en una mesa en el gran salón, con todos los ejecutivos mirándola.

La observo durante todo el día. Como fruncía el ceño ante el computador, realizando bosquejos y bebiendo café. Como charlaba con una de sus compañera de trabajo, de estrafalario cabello lila y que no paraba de hablar. La vio a la hora de almuerzo salir, y volver comiendo una manzana. También la vio sonreír cuando lo descubrió espiándola.

Al final del día la vio marcharse con las carpetas y su bolso con dibujos, la vio salir por las grandes puerta de vidrio y caminar hasta un muchacho pelirrojo. También la vio pararse de puntas y darle un suave besó, y tomar su mano y marchar juntos. Matt maldijo su día.

Maldito Yagami. No estaba enfermo, pero la fiebre lo mataría.