Hola mis lindos lectores y lectoras hoy inicio un nueva historia con una pareja totalmente opuesta, este primer capítulo es importante para el desarrollo de la historia espero sugerencias, felicitaciones jejeje ok no, bueno espero les guste.

Aclaraciones:

1.-La historis se ubicada casi al final del segundo libro de Stephanie Meyer y a principios del cuarto libro de Harry Potter.

2.-Leah tendra 16 años en la historia.

Les dejo el resumen completo:

Summary:

Leah Clearwater es la única mujer lobo que existido en la historia de los Quileutes algo increíble.

Pero ella no piensa lo mismo, detesta su condición, lo único bueno de ser una mujer lobo según ella es la velocidad.

Pero lo peor de ser una mujer lobo, según ella es que debe soportar a un montón de adolescentes hormonados, además de que debido a la imprimación, la persona que más ha amado la dejó por su prima y la conexión mental que posee la manada no le facilita las cosas.

Valientemente ha soportado la situación, pero un día todo cambia y ella toma una decisión que cambia su futuro, deja la Push y se embarca en un viaje al otro lado del mundo, Londres.

Un nuevo lugar donde conocerá a un joven en especial, Harry Potter, un mago.

Sus caminos se cruzan y en cuanto sus miradas chocan sucede lo que más ha anhelado se imprima del muchacho.

Pero habrá distintas situaciones que los pondrán a prueba, desde una guerra en el mundo mágico donde Harry deberá morir para salvar a toda su gente, hasta la boda entre un vampiro y una humana que provocará que los temidos Vulturis quieran matarlos a todos.

Una imprimación.

Una loba.

Un mago.

Un mismo destino

Esta es su historia.

HARRY POTTER, ASI COMO CREPUSCULO Y SUS PERSONAJES NO ME PERTENECEN SOLO ESTA HISTORIA DE FICCION Y ALGUNOS PERSONAJES AJENOS A LA ORIGINAL

¡DI NO AL PLAGIO!

Capítulo 1: Madrina.

Su cuerpo comenzó a temblar involuntariamente, apretó tanto sus dientes que creyó que se romperían por el esfuerzo.

A su alrededor todos la observaban fijamente esperando su reacción, la chica frente a ella la observaba con los ojos brillantes mientras una de sus manos estaba posada suavemente sobre su vientre.

— ¿Entonces? ¿Qué dices? —Interrogó ella con una gran sonrisa.

Respiró profundamente, no podía perder el control se irguió totalmente y sin decir más salió azotando la puerta, y se transformó en un hermoso y gran lobo blanco.

Dentro de la casa estaba todos estaban en silencio, nadie decía nada pero de repente la joven de cabellos negros comenzó a sollozar fuertemente, rápidamente se acercó un muchacho fornido y la abrazó para consolarla.

Mientras tanto el lobo blanco corrió a través del bosque, sin detenerse a descansar llegó al patio trasero de una pequeña casa y regresó a su forma humana sin importarle estar desnuda.

Al entrar vio a su madre en la sala tejiendo en un viejo telar la cual jadeo sorprendida al verla pues ella normalmente era más pudorosa.

—Leah —llamó su madre, pues sabía que algo había pasado, pero ella no le hizo caso y corrió a su habitación.

¿Cómo se atrevía? ¿Porque rayos lo había hecho? Seguramente quería burlarse de ella.

¿Porque era tan cruel? Emily sabía muy bien que eso la iba a matar de dolor.

Ya había aceptado ser su dama de honor aun cuando eso le dolía, pero eso no era suficiente, ahora su "querida" prima quería que fuera la madrina del bebé que esperaba.

Estaba loca, si eso era, pero lo peor de todo era que él estaba de acuerdo con ella, un nudo se formó en su garganta y se obligó a no derramar ni una sola lágrima, ninguno las merecía ya no lloraría más.

Abrió de golpe su viejo ropero, sacó un coordinado de ropa interior junto con unos jeans de mezclilla oscura ajustados a la cadera, un top negro sin mangas y una chaqueta negra de piel, rápidamente se vistió y del cajón bajo su cama sacó un par de botas negras de tacón y se las puso también.

Ya no soportaba más, ya era suficiente, todos tenían un límite y ella había llegado al suyo, agarró su vieja maleta gris que usaba para excursiones, era una suerte que fuera enorme, metió toda la ropa que tenía junto con sus tenis y la cerró.

Agarro otra pequeña mochila que se colgaba de lado y en ella metió todos sus artículos de uso personal y también una caja que contenía sus ahorros junto con algunas joyas que su abuela paterna le había regalado cuando era pequeña, la cerró y se la colgó.

Salió y en la sala vio que su madre estaba de pie esperándola.

—Te vas —afirmo Sue y ella asintió.

—No sé cuándo volveré, pero lo haré sólo necesito un tiempo a solas —respondió.

Los ojos de Sue brillaron por las lágrimas que comenzaron a caer a través de sus mejillas, se acercó a ella la abrazó fuertemente y besó sus mejillas.

—Cuídate mucho, este siempre será tu hogar.

Pero antes de que ella saliera de la casa su madre le entregó un pequeño costal color amarillo lo abrió y en él vio mucho dinero.

—Tu padre y yo lo ahorramos por años, se supone que lo usaríamos para pagar tu universidad pero como dijiste que no querías estudiar es mejor que te lleves este dinero es tuyo.

—No, tú lo necesitas más.

Su madre negó y Leah suspiro resignada, sabía que su madre era muy terca la abrazo una vez más y sin salió de la casa.

Se dirigió nuevamente a la casa donde vivía Emily, no tenía ganas de volver ahí y más con la reciente noticia pero no podía irse sin avisarle a su alfa.

Cuando llegó a la entrada dejó sus maletas en el suelo pero antes de entrar un muchacho moreno se le acercó y la saludo vio las maletas y comprendió todo, le entregó un par de llaves ella dudosa las tomo.

—El tanque está lleno puedes llevártela Bella me la regalo, a ella no le importaba que te la lleves.

La morena asintió y guardó las llaves en su chaqueta, y nuevamente entró a la pequeña casa, vio a su prima sentada sollozando y cuando su mirada se clavó en ella la fulmino.

Su antiguo amor la vio y frunció el ceño, los demás miembros de la manada también la vieron pero no dijeron nada.

—Me voy —dijo de repente cortando el sepulcral silencio y nuevamente salió de la casa.

Sam parpadeé un par de veces procesando lo que había escuchado y cuando reaccionó salió tras ella, a lo lejos vio como Jacob amarraba un par de maletas en una moto negra y lo fulminó con la mirada.

—No puedes irte —dijo fuerte y claro mientras la sostenía firmemente del brazo.

—Lo quieras o no me iré —respondió fríamente mientras agitana el brazo soltándose de su agarre.

—Soy tu alfa y me debes obediencia, no pienso dejarte ir.

Su cuerpo tembló, su voz siempre provocaba esas reacciones en ella aún reaccionaba él pero se obligó a no demostrarlo.

—Sam —dijo suavemente. —Si alguna vez me amaste en serio, si me quisiste aunque un poco no me hagas esto. Te lo pido en nombre de todo ese amor que nos profesamos. Déjame ir, tú sabes muy bien que lo que ella quiere me matara no puedes hacerme esto.

El la miró y por un instante le pareció ver a aquella muchacha que amo tanto hace tiempo, estaba destrozada el dolor era demasiado para ella, lo sabía con tan sólo mirarla a los ojos, suspiro resignado y asintió con la cabeza pero no dijo más.

Ella sonrió suavemente y mientras una lagrima traicionera corría por su mejilla se dirigió a la moto que Jacob le había dado, pero antes de que subiera escucho un fuerte sollozo, ambos se a giraron a ver y en la puerta vieron a Emily.

—No. Sam no puedes dejarla ir, ella me lo prometió, ella me lo juro. Lo prometimos de pequeñas dijo que sería mi dama de honor y la madrina de mi primer hijo. Es una promesa que me hizo y quiero que la cumpla no me importa nada más. Si me amas Sam la obligaras a ello.

Leah la miró incrédula de que dijera aquello, pero la ignoro, se subió a la moto y la encendió, entonces vio como Sam se dirigía a ella, pero de repente un gran lobo rojizo salto hacia él, las dos mujeres lo observaron incrédulas, era Jacob.

Sam se transformó también en un enorme lobo negro y lo enfrentó.

Leah lo fulminó con la mirada, su jodida imprimación le obligaba a hacer todo por Emily, sabía que era capaz de cualquier cosa para hacerla feliz inclusive amarrarla de brazos y obligarla a ser la madrina de ese niño.

Encendió la moto y se adentró en el bosque pero percibió cómo detrás de ella el corría velozmente, aumento la velocidad aunque sabía que era imposible escapar, escucho aullidos y de entre los arbustos vio salir unos cuantos lobos más por un segundo temió que también la quisieran detener pero se sorprendió al ver que ellos se precipitaron contra el lobo negro.

Identifico a Paul, Jared, Seth, Embry y Quil, sus ojos brillaron por las lágrimas al ver que ellos le estaban dando la oportunidad de irse aun cuando eso significaba ir en contra de su alfa, les agradeció internamente y sin más se perdió en la espesura del bosque, no tardó mucho para llegar a la carretera principal rápidamente atravesó el pueblo y se dirigió hacia Seattle.

Condujo sin detenerse un segundo hasta que llegó a la ciudad y se dirigió a un motel que parecía barato dejó la moto en el estacionamiento y pidió una habitación.

Cerró la puerta tras de sí y lanzó las maletas al suelo mientras se dejaba caer en la cama.

Se quedó dormida y cuando sus ojos se abrieron se dio cuenta que eran las dos de la tarde del día siguiente.

Se levantó y aseo, pidió el desayuno y reviso el dinero con el que contaba, era muchísimo, bueno ella ahorro desde los 10 para su boda, además lo que su madre le dio también era bastante, sonrió no se preocuparía por dinero en un par de días.

Comenzó a pensar qué hacer, lo primero sería irse lo más lejos que pudiera, se le ocurrió una idea y revisó sus papeles, traía su pasaporte, perfecto.

Saldría del país, siempre quiso visitar otro lugar era la oportunidad perfecta, bajó a recepción y pago la habitación además pidió una grúa para que llevaran la moto a la Push y se la entregarán a Jacob ella no podría cargar con la moto.

Subió a un taxi y se dirigió al aeropuerto, al llegar se acercó a comprar los boletos y una muchacha rubia con demasiado brillo labial la recibió.

—Quiero un boleto para el próximo vuelo, no me importa donde vaya sólo que salga cuanto antes.

La rubia asintió, tecleo rápidamente en la computadora y le indicó el destino, Leah sonrió y le pagó fue a dejar sus maletas junto con el demás equipaje y se sentó a esperar.

Londres, Inglaterra.

Un lugar con un clima igual a Forks, el lugar ideal para empezar de nuevo, minutos después una estoica voz en los altavoces anuncio que los pasajeros podían comenzar a bordar, la morena se dirigió al avión y subió sería un largo vuelo.

Horas después resonó una voz diciendo que aterrizarían, al bajar fue recibida por una llovizna, alzó los ojos hacia el cielo y se dio cuenta que llovería todo el día y noche.

Cargo sus maletas y caminó lentamente a través de las calles del Londres, buscando un lugar donde dormir vio un hotel, entró y tras llegar a un acuerdo con el dueño reservo una habitación por 2 semanas subío a su cuarto desempaco y se sentó en un sillón frente a la ventana observando la lluvia caer sobre la hermosa ciudad.

Mientras tanto lejos de ahí un apuesto chico de cabellos alborotados, hermosos y brillantes ojos esmeraldas, y una curiosa cicatriz en su frente, cayo de bruces contra el suelo de la cocina de los Weasley al salir de la chimenea.

Un pelirrojo le tenido la mano para ayudarlo a levantarse, segundos después todos prorrumpieron en carcajadas en la pequeña cocina, pues los gemelos se las ingeniaron para que su primo se comiera un caramelo que hizo que su lengua creciera más de un metro de largo.

Miró a su alrededor, y vio que su mejor amigo Ron estaba sentado en una mesa de madera, junto a él dos pelirrojos que no había visto nunca, aunque supuso quiénes eran, Bill y Charlie Weasley.

Antes de que alguno pudiera hablar, se oyó un estallido y el señor Weasley apareció más enfadado que nunca por lo que los gemelos habían hecho.

La señora Weasley entro en la cocina y lo abrazo mientras no dejaba de repetirle lo flaco que estaba, detrás de ella aparecieron dos chicas, una de cabellos castaños y espesos, Hermione Granger; y la otra una pelirroja de largos cabellos y pecas en el rostro, era Ginny ella le sonrío al mismo tiempo que un suave tono rosado adornaba sus mejillas y el correspondió el gesto por cortesía, ese muchacho no era otro que Harry Potter, el cual aún no sabía que en pocos días su camino se cruzaría con Leah Clearwater una hermosa chica proveniente de América.

Una chica por la quien llegaría a tener fuertes sentimientos, pero claro eso no lo sabía en ese momento, pues estaba emocionado porque iría a la final de los Mundiales de Quidditch.

Fin del primer capítulo, espero les haya gustado y no olviden comentar, sus opiniones son valiosas para mí.

Hasta la próxima.

Bye bye.