Hola chicos :D He regresado para traerles este fic -que será largo tanto como mis actividades y horarios me lo permitan- como parte de la Semana Korrasami del Foro El Cometa de Sozin. Disfrútenlo.


Obsesión por el rojo.

Y por enésima vez me preguntaba cómo demonios podía acercarme a ella. Ya estábamos a mitad del año escolar y yo seguía sin saber su nombre, su fecha de nacimiento, su color favorito, su comida preferida, su tipo de sangre… en pocas palabras seguía sin saber nada de ella. No es que fuera una loca acosadora, es sólo que desde que la vi la primera vez me atrapó, ella era tan perfecta, su cabello negro brillaba bajo el sol, su piel blanca parece ser tan suave al tacto, sus ojos eran de un color hermoso –aunque no tuve el tiempo suficiente para verlos- pero lo que más me llamó la atención de ella fueron sus labios rojos. Aquel rojo le quedaba a juego con todo su rostro, era el color perfecto para cubrir aquellos labios –los cuales estoy segura, tendrían un sabor maravilloso.

De lo único que estaba segura es que ella iba en el salón frente al mío, que siempre estaba rodeada por algunas chicas –sus amigas creo yo- y que al parecer le gusta mucho leer pues siempre la veo con un libro diferente por lo menos cada semana. Y también estaba segura de que de seguir así, la obsesión por el color de sus labios me volvería loca.

Necesitaba hablarle con urgencia.

Una vez más me encontraba recargada en la pared que daba frente a su salón ideando algún plan para acercarme a ella, algún pretexto lo suficientemente bueno para hablarle. Aunque cuando estoy por llevar a cabo el plan, los nervios me invaden y comienzo a temblar y a sentir como mi corazón se acelera. Y con todos esos nervios, mi plan siempre se esfuma… Quisiera tener el valor para hablarle.

Un suspiro salió de mis labios como señal de otra derrota en mi intento por conocerla, justo estaba por meterme al salón cuando sentí un enorme brazo rodear mi cuello y una mano despeinarme.

"¿De nuevo un intento frustrado? No es tiempo ya de superarlo. Por favor Korra, hay demasiadas chicas en la escuela muriendo por salir contigo y tú sólo te fijas en ella."

"Es que ella es perfecta Bolin, lo entenderás cuando seas grande."

"Si todo el tiempo voy a sonar como una llanta con un agujero, no gracias."

"Oye, yo no sueno así"

"Créeme que a estas alturas ya no te falta mucho. Mejor vamos a practicar al campo, la próxima semana tenemos partido y no podemos perder."

Antes de dar media vuelta dirigí mi mirada por última vez para darme cuenta que ella tenía su mirada fija en Bolin y yo; sólo duró un instante pues cuando se dio cuenta de que la estaba mirando rápidamente giró su rostro.

"¿Acaso ella nos estaba mirando?"

"¿Quién?"

"Nadie, sólo pensé en voz alta."

Por lo general soy yo la que se la pasa todo el día viéndola, no al revés. Tal vez fue una casualidad nada más.

Deje de pensar en eso cuando mi mejor amigo Bolin comenzó a hablar de cómo haríamos trizas a los equipos en el siguiente partido. Bo siempre ha sido mi mejor amigo desde que yo recuerdo –creo que desde lo años- a él le puedo contar todo y conoce todo sobre mí así como yo de él. Puedo decir con orgullo que es un amigo de esos que son para toda la vida, es como un hermano para mí. Hemos pasado por tantas aventuras juntos y por tantos problemas también.

Como aquella vez que me rompí un brazo tratando de ganarle en subir lo más alto a un árbol, o como aquella vez que nos persiguieron las abejas cuando los dos tratamos de robar un poco de miel, o esa vez cuando "liberamos" al perro del vecino que siempre tenía encadenado. O la vez que le hicimos una broma al director de la escuela… en fin, somos mejores amigos y compartíamos tantos gustos en común, algunos de ellos eran las chicas y los deportes.

Y desde que supe que me gustaban las chicas, Bo y yo siempre hacíamos lo necesario para llamar su atención aunque la mayoría de las veces no funcionaba, por eso decidimos volvernos jugadores de americano para llamar su atención a como diera lugar. Así que nos esforzamos por ser los mejores tanto así que al entrar ahora en la preparatoria inmediatamente nos unimos al equipo de americano –él al de chicos y yo al de chicas obviamente- y ahora éramos conocidos por toda la escuela.

Sin embargo nada de eso me ayudaba para acercarme a la pelinegra de labios color carmín.

Mierda, otra vez estoy pensando en ella…

Definitivamente esta obsesión no me llevaría a nada bueno.

El entrenamiento había terminado así que Bo y yo nos fuimos a casa – si también vivimos en la misma calle- como de costumbre hablábamos de cosas sin sentido, de lo aburrido que eran las clases y de algunas chicas que a Bolin le gustaban… Y sí, comencé a pensar de nuevo en esos labios rojos.

"La chica de segundo grado está de buen ver"

"Aja."

"Igual la chica que siempre está en la cafetería."

"Mmm."

"Pero creo que la más me gusta es la chica que se acaba de unir al equipo de atletismo, hoy la vi en la pista."

"Si…" En verdad una vez que pensaba en ella lo demás me era indiferente.

"Y creo que va en el salón de la chica que nunca dejas de ver." Excepto que estuviera relacionada con ella, por supuesto.

"¿Qué acabas de decir?"

"Nada." Y ahí estaba su respuesta que daba sólo por molestarme.

"Dime que acabas de decir."

"He dicho nada." Su respuesta era sarcástica, su rostro era serio pero sé que lo hace cuando quiere jugarme una broma.

"Bolin, será mejor que me digas lo que acabas de decir o sufrirás las consecuencias." Oh sí, tengo un lado muy malo si me lo preguntan.

"¿Cómo qué?"

No le respondí, sólo comencé a hacerle cosquillas hasta que las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, su rostro se tornó completamente rojo y pude darme cuenta que el aire comenzaba a faltarle. Siempre uso esa táctica cuando quiero que haga lo que quiero.

"Basta… Korra… ya… te digo."

"Muy bien. Ahora dime."

Bo se limpió las lágrimas mientras me decía. "He dicho que la chica nueva de atletismo creo va en el salón de la pelinegra."

"No sé de quién hablas."

"Es porque no me estabas escuchando."

"Claro que lo estaba haci- ¡ESPERA! ¡ESTO ES!" Sacudí a Bolin de los hombros como completa idiota, esta era una señal, la oportunidad perfecta.

"Korra, me estoy mareando."

"Oh, lo siento Bo."

"¿Y?"

"¿Y qué?"

"¿A que debo la sacudida de hace un momento?"

"¡Oh sí! Que ya sé cómo podré acercarme a ella."

Le conté todo mi plan a Bo, no habría falla si ambos trabajábamos en equipo. Así que al día siguiente llevaríamos el plan.

Estábamos en el salón repasando el plan, todo era simple: vamos a su salón, buscamos a la pelinegra, nos acercamos como todos unos machos, le preguntamos por la nueva de atletismo y ya después le hacemos platica y le saco toda su información con todo árbol genealógico. Bueno tal vez lo último es extremo pero podría por lo menos saber su nombre. El plan era perfecto.

Con lo que no contaba fue que al salir rumbo a su salón nos encontraríamos con ella en la puerta. Su rostro reflejaba cierta incomodidad mientras volteaba constantemente hacia su salón.

"Es ella." Bo me estaba susurrando.

"Lo sé."

"No ella, bueno si es ella, pero yo me refería a la chica de atletismo."

Mire por el hombro de la pelinegra y pude ver como la otra chica le hacía señales para que hiciera algo.

"Esto es un poco incómodo, pero mi amiga quiere conocerte." Yo sólo vi como sus labios se movieron y me perdí al escuchar su hermosa voz.

"¿A mí?" Preguntó mi amigo emocionado.

"Este… no. Me refería a ella." Dijo la pelinegra mientras me veía con una cara de disgusto.

"¿¡EH!?" Preguntamos los dos al mismo tiempo pues esto no estaba dentro del plan.

¿Qué se supone debo decirle?


Notas finales:

Hasta aquí el primer capítulo, espero traerles los demás lo más pronto posible.

Como siempre les agradezco que pasen a leer y por los comentarios que como saben son el alimento de mi cerebro :3

Nos leeremos pronto.

Un saludo desde aquí.