Naruto despertó con un fuerte dolor de cabeza, cerrando los ojos rápidamente ante la luz del sol que entraba a través de la gran ventana que estaba frente al sofá donde dormía. La luz parecía de alguna manera más brillante de lo normal. Rodó su cuello, haciendo una mueca cuando la acción causó que su ya palpitante cabeza protestara enviando un dolor agudo por su espina dorsal. Miró el reloj y descubrió que era tarde… casi dos horas más tarde de lo que normalmente se despertaba.

"Bueno, eso explica el brillo de la mañana, por lo menos…" pensó él, preguntándose cómo había alcanzado a tener ese mal dolor de cabeza si había dormido más de lo ordinario.

Tampoco comprendía porque dormía allí en lugar de la espaciosa y cómoda cama que compartía con Hinata. Naruto se levantó y se estiró, sintiéndose adolorido y fuera de sí. Observó que la puerta del dormitorio estaba abierta y se sorprendió al ver el brazo de Hinata colgando del borde de la cama que apenas podía ver desde donde estaba sentado.

¿Por qué habían dormido tan tarde?

La familia se había agotado, con seguridad, pues Boruto había llegado a una etapa en la que tenía miedo a la oscuridad y él se negó durante una semana o más a dormir en su propia cama. Quizás ese era el motivo por el cual dormía en el sofá.

Abandonó el sofá y caminó hasta el baño. Encendió la luz, renunciado a mirarse en el espejo. En su lugar, sacó un par de pastillas de dolor para la cabeza y decidió buscar a Hinata para que le ayudara a reducir el dolor. Reconocía que ella era más adepta a la sanación espontánea a través del chakra. Se extrañó que ella no hubiese despertado y estuviese allí ayudándolo. Era innato como su esposa podía percibir cuando él necesitaba de ella. Además ella rápido salía de la cama cuando sentía que él había despertado.

Él salió del baño y se tambaleó. Colocó una mano en la pared para recuperar el equilibrio. Jamás había sentido un dolor parecido a ese. ¿Estaría enfermo? Tal vez Hinata también lo estaba y ese era el motivo por el que todavía no había despertado. Él procuró recordar los sucesos de la noche anterior… era un poco confusa para él, despertando en su interior cierta alarma.

¿Qué había pasado?

Naruto seguía tratando de recordar antes de ser preso por el pánico. No podía ser tan malo, fuera lo que fuera, ya que estaba en casa... con Hinata y Boruto. Tratando de tranquilizarse a sí mismo, utilizó su modo sage, tocando primero la presencia de Hinata. Ella parecía... apagada... casi como si estuviera muy lejos, tanto físicamente como emocionalmente. Naruto comenzó a temer lo peor.

Fue en ese momento que la fría sensación de terror descendió sobre él, haciéndole sentir mucho peor de lo que había sentido con su dolor de cabeza. En esta ocasión, intentó buscar a Boruto pero solo halló un absoluto vacío.

¿Boruto? - Gritó en voz alta, -¿Hinata?

Siguió buscando la presencia de su esposa y de su hijo para solo hallar un helado vacío. Luchando contra el fuerte dolor que parecía inutilizarlo, corrió en búsqueda de ambos, confundido con el estado de su situación desde que despertó y asustado por el hecho de que no podía recordar nada del día anterior. Naruto corrió por el pasillo y patinó hasta detenerse frente a su habitación, con la esperanza de ver a Hinata dormida y a Boruto acurrucado a su lado.

El miedo, en forma de líquido, se apoderó de su vientre, ahogándolo y causando que la bilis caliente subiese por su garganta. Sí, ambos estaban en sus camas, pero no dormían. Yacían inmóviles y fríos, sus cabezas en ángulos que Naruto sabía, por experiencia, no era humanamente posible.

Naruto no sintió sus pies al acercarse a la cama, no podía aceptar lo que observaba… No obstante, tan pronto estuvo cerca de la cama, una fuerte oleada de recuerdos arremetió contra él, logrando que sus piernas cedieran, cayendo de rodillas al suelo.

Amor… Hinata y él haciendo el amor… calidez, alegría, éxtasis.

Sus manos alrededor del cuello femenino y entonces… la voz de Kurama…

"¡Destruye, mata!"

Miedo, desconfianza, luchando contra el impulso… "No lo haré… pero no puedo alejar mis manos… Kami, no"

Y Boruto entrando… de nuevo la voz de Kurama…

"¡Destruye, mata!"

El dolor, la vergüenza de no poder luchar contra el impulso… otro pequeño cuello... demasiado fácil

La sensación recordada de los huesos rompiendo debajo de sus dedos…

Naruto abrió la boca para gritar de rabia y dolor mientras el cuarto parecía moverse ante sus ojos. Escuchó lejanamente a alguien golpear la puerta del apartamento, pero su angustia y confusión, el dolor y el miedo, habían tomado posesión de sus sentidos, enajenándolo de lo que sucedía a su alrededor. El ruido de los golpes aumentaba en intensidad hasta que la puerta fue abierta por la fuerza justo cuando él perdió todos sus sentidos, cayendo hacia adelante sobre su cama, su esposa y su hijo, a quienes había asesinado.