PROMESAS ROTAS

"Nada importa hace mucho que lo sé, así que no merece la pena nada. Eso sí acabo de descubrirlo."*

Nada es nunca fácil, y mucho menos con el tiempo. A veces crecer resulta tan difícil, muchas cosas cambian, nosotros cambiamos y aquello que creímos que sería lo mejor de nuestra vida se convierte en una jodida mierda. El reencuentro de Karla en mi vida significaba muchas cosas, la oportunidad de conocer el amor, experimentar en el sexo, entenderme a mí mismo y en esta ocasión unirme más con mi hermano. Sin embargo uno no puede detener el tiempo o a las personas, las cosas que se comparten poco a poco se van desvaneciendo, vuelves a mirar a esa persona que tanto amas y encuentras a un perfecto desconocido pero pese a eso aun la amas, carajo sí que la quería.

El vínculo con mi hermano era algo fuerte e irrompible tan importante como la relación con ella, los amaba tanto a los dos, no sabía cómo vivir sin ninguno de los dos, eran ellos los seres más importantes en mi vida, por eso disfrutaba verlo reír con tanta emoción, disfrutando de esa sensación excitante y desconocida hasta ese instante por nosotros. Siempre habíamos compartido cosas, emociones, sensaciones he incluso a ella, era mi hermano, mi amigo, la otra parte de mí mismo.

-¡JAJAJA, STANLEY NECESITARAS UNA PLAYERA NUEVA DESPUÉS DE ESTO! –dije mientras reía estruendosamente.

-¡LÁSTIMA ERA UNA DE MIS FAVORITAS! –decía sin detenerse, su voz delataba su excitación.

Karla se retorcía entre mis manos suplicando que nos detuviéramos, sin embargo ya era muy tarde para regresar, habíamos cruzado esa línea invisible de la cual no hay retorno. Ella seguía gritando pero eso sólo aumentaba nuestra emoción, siempre disfrute de escucharla gritar en la cama pero en esta nueva situación resultaba más gratificante. Reía mientras veía lo que mi hermano era capaz de hacer, ese nerd no dejaba de sorprenderme sí que era hábil en muchas cosas. En cada acción, en cada movimiento, en cada grito y suplica de ella nos sumergíamos en el abismo, de eso estábamos conscientes por lo que disfrutaríamos del camino hasta tocar el fondo.

Esa mujer a la que tanto había amado, a la que le entregue mi corazón, a la que incluso le deje acercarse a mi hermano, si esa mujer que me llevaba a romper muchos limites ahora incluso los de la cordura, aquella que pensé que me había llegado a conocer en todos estos años juntos. Si ella rompió la regla primordial "JAMÁS LASTIMAR A UNO DE LOS GEMELOS PINES".

Sabía perfectamente que si eso pasaba el otro actuaria sin meditarlo dos veces, pero Karla McCorkle decidió ignorarlo ahora conocería las consecuencias.

Las risas enloquecidas de mi hermano se juntaban con las mías, no nos deteníamos aquello era un espectáculo que debía ser admirado de principio a fin, los gritos de ella eran fuertes, llenos de suplicas sin embargo nadie la escucharía, no claro que no, estábamos muy lejos como para que alguien se diera cuenta.

Teníamos un par de años juntos, incluso llegamos a vivir los tres juntos, pero en últimas fechas todo se había ido a la mierda. Se fue del departamento alegando que el hospital donde ahora trabaja le quedaba lejos, lo acepte con resignación pero nada cambio. Cada día sus quejas eran constantes decía que lo que investigamos nos estaba volviendo tristes y sombríos, que si no nos deteníamos enloqueceríamos, que incluso comenzábamos a darte miedo, creo que tenías razón debiste temernos y tal vez no estarías en esta situación. Quise comprenderte, tal vez sólo lo decías porque te preocupabas por mí, después lo dijiste algo que sabías que nunca haría.

-Stan, vámonos de aquí. Comencemos una nueva vida. Solos tu yo.

-¿Y qué hay de Stanley? –pregunte.

-Solos tú y yo –fue tu respuesta.

Me pedias que lo dejara a él, a mi hermano, a ese que incluso jamás me pediría lo tu hiciste. No respondí, sentía como la ira se apoderaba de mis sentidos, jamás abandonaría a mi hermano y eso lo sabias a la perfección. Viajamos un par de semanas a ese extraño pueblo maderero, ese que nos había permitido conocer esa otra versión del mundo, regrese y fui a buscarte.

Te vi besándote en con ese HIPPIE de mierda, ahí en nuestro sitio favorito, en el lugar donde nos habíamos reunido una vez más, ese lugar que era de los dos, esa imagen que despertó mi más profundo odio, me detuviste no dejaste que tocara un centímetro de la cara de ese IDIOTA. Gritaste que todo era mi culpa por dejarte sola por meses por seguir las locuras de mi IMBÉCIL hermano, que aquel tipo realmente te entendía, que él realmente quería cambiar el mundo. Sólo me reí en tu cara pensé que eras una mujer inteligente y ahora resulta que creías en cosas como "TRASCENDER", te volviste una mancha más sobre el pavimento.

No respondí nada, simplemente regrese a casa, durante el camino sentí como tus promesas se habían roto junto con las mías. Todo aquello que alguna vez dijiste se volvía un negro vacío dentro de mi corazón, ahora nada parecía valer la pena, nada tenía significado. Al llegar como cuando tenía doce llore sobre el pecho de mi hermano, porque a pesar de todo me dolía y dolía más allá de lo que podía soportar, además creyó que todo había sido su culpa, pero él jamás me traicionaría eso lo sabía.

Mientras me abrazaba dijo con sombría determinación –Nadie se mete con los Gemelos Pines –ahora ambos esbozábamos un sonrisa que con el tiempo más de uno se arrepintió por conocerla.

Planearlo fue más fácil de lo que imagine, él tenía muchos recursos a su disposición yo conocía perfectamente como torcer la leyes, incluso una vez más volvimos a vernos iguales era parte del plan que nadie nos pudiera distinguir. Sin que te dieras cuenta seguí tus pasos, me asqueaba ver como ahora vivías en esa comuna fumando mariguana todo el día, creyendo que eso cambiaría el mundo. Muchas veces te consolé cuando llegabas llorando horrorizada por lo que veías en el hospital niños y niñas violados por sus propios padres, mujer mutiladas por sus maridos, suicidas y jóvenes que no eran más que un despojo por las drogas y ahora creías que a través de esto podrías conseguir un mundo mejor tal vez tanta miseria te fundió el cerebro.

Descubrí que todos lo sábado iban al bosque de un pueblito lejano para ser "uno con la naturaleza", solo él y tú, sin saberlo nos diste el lugar perfecto para hacerlo. Stanley tenía todo lo necesario para borrar hasta la última huella, nadie nunca sabría lo que hicimos esa noche conduje a cierta distancia para que no nos vieran llegar. Siempre te horrorizaron, los monstruos, las criaturas sobre naturales, los demonios y esas extrañas maravillas que guardaba ese lejano pueblo. Sin embargo a lo que debías de temer siempre estuvo junto a ti, rodeándote, eran las personas que no conocían la moral, asesinos, pederastas, violadores, mentirosos, y un sinfín de adjetivos que únicamente se aplican a los humanos, aquellos que sacrifican a otros por conseguir sus propios objetivos esos eran los verdaderos monstruos, ahora te mostraríamos a un par de auténticos monstruos. Miraban el cielo perdidos en su trance psicotrópico por lo que no escucharon nuestros pasos.

-Hola Karla –dije desde la oscuridad.

Ambos voltearon, te sorprendió vernos ahí los dos, enseguida tus ojos se llenaron de miedo leías nuestras intenciones con un horror desconocido. Ese HIPPIE quiso sentirse valiente.

-No te preocupes nena, yo me encargo de ellos –dijo acercándose a mí me basto un simple cabezazo para derribarlo. Corriste para detenerme pero Stanley te detuvo, comenzaste a gritar de manera desesperada. Unos cuantos golpes y ese bastardo ya suplicaba por su vida, siquiera tuve que utilizar mis nudilleras, me reí cuando vacío sus intestinos en sus pantalones. Seguía golpeando su cara, tus gritos sólo me alentaban más, un golpe y sus dientes estaban regados en el piso, otro y su pómulos se abrieron, uno más dejaron sus ojos desorbitados, a rastras intentaba huir. Menudo espectáculo patético nos daba el cantantucho de mierda con el que ahora te revolcabas.

-¡MI TURNO BRO! –grito Stanley completamente emocionado.

Camine hacia los dos, te sujete inútilmente intentaste huir. Mirabas mi camisa llena de su sangre liberal, que era tan asquerosa como la de los demás.

-¿POR QUÉ STAN TÚ SIEMPRE FUISTE EL HÉROE? –gritaste aterrada.

Te susurre la respuesta al odio –Los héroes no existen –al escuchar esto dejaste de pelear.

Stanley lo alcanzo el miserable no era bueno ni para escapar, el primer golpe de mi hermano y ya estaba de nuevo el piso, uno más y dejo de moverse, a él esto no le importó se encima del HIPPIE DE MIERDA y continuaba golpeándolo, nos deleitamos al escuchar como su cráneo se rompía. Ahora su playera estaba llena de sangre y materia encefálica, sin embargo no se detuvo hasta que la cabeza de tu nuevo novio sólo era una masa sanguinolenta.

No dejamos de reírnos por un instante, no importo que acabáramos de asesinar a alguien la noche apenas comenzaba, fue por una cuerda te amordazo, después te puso dentro de la cajuela del auto, lastima te perderías de la última parte del show de "Thistle Downe". Metimos lo que quedaba del cuerpo y lo pusimos en su coche, Stanley lo baño en acido, fue extrañamente genial ver como su cuerpo se corroía. Roseamos el auto con gasolina para después desbarrancarlo, fue una grandiosa diversión ver como estallaba y se consumía por las llamas, eran como un despliegue de juegos artificiales, pero como lo dije la noche a un era joven aun faltabas tú.

Limpiamos con el corrosivo los rastros de sangre y partimos en el auto, la próxima lluvia nos ayudaría a borrar las marcas de los autos, sollozaste todo el camino aunque desconocías tu destino. Al abrir la cajuela te veías tan hermosa y delicada como la primera vez que lo hicimos, Stanley saco de su maletín una pequeña jeringa, la viste con horror presagiando tu suerte después de eso ya no pudiste moverte.

Cuando volviste a abrir los ojos te encontraste sobre una plancha completamente desnuda, la droga que te dio impedía que movieras un musculo pero que pudieras sentir todo lo que estaba por ocurrir. Arranque de tu cuello es collar que un osabas utilizar y lo guarde en mi bolsillo tal vez algún día encontraría a alguien digno de tenerlo, ahora te enseñaríamos el verdadero significado de TRASCENDER. Por un instante me pregunte qué es lo que estarías pensando, tal vez te arrepentías por haberme hablado ese día en el centro comercial, bueno eso nunca los sabré.

Tus pupilas estaban dilatadas, fue una lástima estar privados de tus gritos de dolor después del primer corte, las clases de disección por parte del nerd sin duda habían resultado útiles, ese líquido primordial se derramaba por cada una de tus heridas, el olor extrañamente dulzón mezclado con hierro invadía mis sentidos, no pude dejar de probar tu sangre, era de las últimas cosas que saborearía de ti.

Mire tus hermosos ojos negros una vez más, sólo que ahora estaba fuera de sus cuencas, lo último que tocamos fue tu corazón pero esta ya había sucumbido ante la falta de tantos órganos internos. Desprendimos tu magra carne de los huesos, para después desaparecer toda evidencia, huella o marca que nos pudiera delatar, por supuesto con la ayuda de las múltiples sustancias que existían en el laboratorio de la Cabaña, limpiamos cada rincón incluso el auto quedo inmaculado, después de un tiempo no quedaba una huella de tu existencia en esta jodida tierra.

-Karla yo te amé el resto de tu vida… -deje que ese pensamiento se formara en mi mente.

Caminamos abrazados al auto, sólo con una pequeña hielera que Stanley cargaba, seguíamos riendo después de esa siniestra aventura que presagiaba muchas más.

-Bro siempre estaré contigo –dijo mientras golpeaba mi cabeza.

-Lo sé –en aquel instante no sabía que mi hermano también rompías sus promesas.

Ya de vuelta en Trenton preparaba una deliciosa cena, la rutina poco a poco regresaba a la normalidad. Tocaron a la puerta él abrió, era la policía preguntando por mí, fui hasta la puerta no sin antes encargarle la comida.

-Soy yo oficial en que puedo servirle –dije limpiando mis manos en mi mandil.

-Sr. Pines investigamos la desaparición de la señorita Karla McCorkle –dijo observando mi reacción.

-¿Karla desapareció? –fingí sorpresa y aflicción.

-Sí, desde hace aproximadamente una semana. ¿Podría hacerle unas preguntas? –dijo sacando una libreta de notas.

-Claro –conteste y lo invite a pasar.

Respondí todas sus preguntas, narre mi historia de pobre novio desechado por un Hippie mugroso y como habías terminado públicamente conmigo, además dije que desde ese día no te había vuelto a ver. Las cámaras de seguridad de la universidad comprobarían nuestras cuartadas tiempo después, lo único que nunca supieron es que todo el tiempo había sido Stanley cubriendo nuestras huellas al igual que sus manos en todo momento, al terminar el oficial se despidió no sin antes decirme que si me necesitaban volverían a llamar.

-Claro que si espero que aparezca pronto –dije con innecesaria amabilidad.

-¿Qué cocina hule delicioso? –pregunto con curiosidad el policía.

-Unos cortes fino que trajimos de Oregón –conteste tranquilamente.

-Muy bien señor Pines es todo, tenga buena noche y rica cena –dijo el oficial despidiéndose.

Cerré la puerta y me dirigí a la cocina, Stanley descorchaba una botella de Château Lafite*, sirvió dos copas y se sentó a la mesa. Acomode los platos con la mejor presentación posible y cenamos con muchísimo gusto, la carne era delicada y deliciosa un sabor que pocos han conocido.

-¡Brindo por Karla! –levante mi copa.

Stanley hizo lo mismo -¡No cabe duda era un mujer exquisita! –chocamos las copas y seguimos comiendo hasta que el vino y la carne se terminaron.

FIN


A MODO DE EPILOGO…

Mucho años después un viejo Stan hurgaba en su caja de secretos, buscando justamente el objeto que había iniciado es caja, lo encontró y guardo en su bolsillo.

-¡MABEL! –grito desde la cocina.

Una pequeña castaña de doce años llego corriendo, llena de alegría y energía cosas que ese anciano amaba de su sobrina nieta.

-¿Qué sucede tío Stan? –dijo con una enorme sonrisa.

-Te tengo un pequeño regalo –dijo estirando la mano.

-¿En serio? –dijo saltando por todo el lugar.

-Si –abrió la mano y dejo ver el pequeño collar de plata con una florecita colgando.

-¡Woow!, ¡Tío Stan es hermoso! –decía mientras se lo ponía.

-Mabel te doy este collar porque sé que nunca me traicionaras –dijo en un tono que le dio un poco de miedo a la niña, pero su tío no era el hombre más normal del mundo por lo que le restó importancia.

-Es una promesa –contesto la castaña mientras estiraba su meñique.

-Es una promesa –dijo su tío mientras cruzaban su dedos.

Mabel salió corriendo para presumirle su nuevo regalo a su hermano, el viejo Stan veía a sus sobrinos jugar en la entrada, por un momento creyó que podía expiar sus pecados a través de esos niños sobre todo con ayuda de la inocencia de su sobrina. Tal vez podía volver a confiar en alguien…

NOTAS DEL AUTOR:

Que les parecieron las historias juar, juar, juar estoy segura que no se esperaban este final la verdad que a pesar de ser la historia más corta es mi favorita.

Siniestra verdad lastima pobre Karla y locos Pines, porque me decidí por este desenlace muy fácil el horror es mi género favorito por excelencia. También sabíamos que ese romance no había terminado bien jajaja sólo que lo lleve al peor escenario posible.

¡Karla porque eras tan exquisita!

Lo bueno es que estoy a una semana de que termine el semestre ya solo faltan las calificaciones por lo que creo que estaré más activa, primordialmente me dedicare a mis otros fics pero si surge otra idea tengan por seguro que la desarrollare.

*La cita es de un libro llamado NADA de Janne Teller que en opinión de esta lectora profesional uno de los mejores textos jamás escritos, de que trata el libro esta simple pregunta lo resume todo.

¿Qué significado tiene la vida?

En lo personal me hubiera fascinado que este libro llegara a mis manos cuando tenía catorce años, es simplemente genialidad pura de hecho lo leí en una sola noche.

Me atrevo a recomendártelo Slash Torrance creo que te gustara ya que aunque es muy existencialista te deja algo que pensar a menos a mí me alcanzo para una noche y otros días, mi recomendación simplemente léanlo.

*Château Lafite el vino más caro del mundo.

ESPERO SUS COMENTARIOS Y GRACIAS POR LEERME.