Capítulo 11. Llegada, búsqueda y…

Sobrevivir a un impacto de misil era como un milagro para Dash, aunque en realidad él sabía que si estaba vivo fue gracias a los rápidos reflejos de su madre.

La verdad, el niño de pelo rubio jamás habría imaginado que su madre le descubriría en el avión, pero así sucedió, y todo por culpa de la canguro que había contratado su madre. Sí, a pesar de la orden explícita de no ser molestado, la mujer había entrado en su habitación, solo para encontrar la estancia vacía ¿es que ya nadie respeta la intimidad ajena? En fin, al no encontrar a Dash en su cuarto y después de registrar toda la casa, la canguro había llamado alarmada a su madre, que justo acababa de salir de ponerse su supertraje, y al escuchar de la desaparición del chico rubio no tardó en deducir que este se había colado en el avión.

Y así fue como Helen descubrió que tenía un polizón a bordo. Su madre tranquilizó entonces a la canguro diciéndole donde estaba el joven y le dijo que a pesar de eso le pagaría por las molestias. Fue mientras hablaban las dos mujeres que Dash lo escuchó, un pitido intermitente pero estridente al mismo tiempo ¿qué significaba eso?

Su madre debió haberlo escuchado también, pues colgó el teléfono y acercándose nuevamente a la cabina del piloto Dash la vio mirar algo entre todos los botones luego hacia el exterior y casi al instante sentarse alarmada, ponerse los cascos y hablar con urgencia a través del micrófono. El chico vio que de repente se encendía la luz de abrocharse los cinturones.

Esto no era una buena señal. Rápidamente se sentó y comenzó a abrocharse, pero cuando estaba a punto de lograrlo, hubo una sacudida que literalmente lo sacó fuera de su asiento, fue en ese momento que el joven se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, ¡estaban siendo atacados! Pero ¿por qué? ¿Quién les atacaba?

Su madre no paraba de hablar alarmada que detuvieran el ataque, pero no servía de nada, llegó incluso a decir a quien fuera que estaba al otro lado de la línea que había un niño a bordo, tal vez esperando que eso detuviera el ataque, pero ni siquiera de ese modo logró que el ataque cesara.

Dash estaba aterrorizado, su superpoder era la velocidad, pero ¿de qué le servía eso dentro de un espacio de metal y a una muy considerable altura en medio del océano? Estaba atrapado ¡Iba a morir! ¡Su madre y él iban a morir!

Mirando por una ventana, el niño rubio vio dos misiles que se acercaban, eso le hizo mirar al frente y llamar suplicante:

"Mamá…"

Elastigirl seguía desesperadamente intentando que abortaran el ataque, aunque estaba claro que era inútil, que no iban a parar, así que, quitándose los auriculares, la mujer de pelo castaño corrió hacia su hijo y lo envolvió con su cuerpo elástico en el preciso instante en el que los misiles impactaron con el avión.

Dash pronto se dio cuenta de que estaban cayendo al vacío, ¡iban a morir! La sola idea de que estaba mirando a su muerte inminente, hizo que Dash gritara totalmente aterrorizado. Y hubiera seguido así si no hubiese sido porqué de repente sintió que algo se envolvía alrededor de su cuerpo y luego la velocidad de descenso disminuyó drásticamente, lo que silenció de inmediato al joven rubio. ¿Qué estaba pasando?

Mirando hacia arriba, el chico vio que su madre había improvisado un paracaídas con su propio cuerpo. Su madre había vuelto a salvarle la vida.

"¡Sujétate!" le gritó ella de repente.

Madre e hijo aterrizaron en el agua. Y cuando estuvieron seguros de que nada más iba a pasarles… por ahora, Dash le preguntó a su madre:

"¿Qué hacemos ahora?"

La mujer de pelo castaño miró hacia el cielo, y de repente, señalando una sección concreta del espacio aéreo, respondió diciendo:

"Esos misiles eran de tierra-aire, nuestra mejor opción es ir en esa dirección"

Dash que había seguido con la mirada adónde señalaba su madre, cuando escuchó que quería ir al sitio del que habían salido esos misiles, miró asustado a la mujer y preguntó:

"¿Quieres ir hacia dónde está la gente que nos ha intentado matar?"

Su madre miró al chico y con voz paciente, le respondió diciendo:

"Si así vamos a tierra, sí"

Dash abrió los ojos con sorpresa, era cierto que no podían quedarse flotando en el mar para siempre, pero… ir hacia ese lugar… al chico rubio tampoco le parecía la mejor de las ideas, y aún así, ¿qué otra opción les quedaba?

"Está bien… ¿cómo lo hacemos?" dijo finalmente. Su madre tenía razón, sólo esperaba que su madre supiera cómo llegar allí, porque estaba claro que no podían ir nadando.

De repente Elastigirl sonrió y respondió:

"Se me ocurre una idea"

Dash arqueó una ceja cuando su madre le contó la idea que había tenido. La mujer explicó que adoptaría la forma de una barca, barca que Dash empujaría usando su supervelocidad. El chico rubio tuvo que admitir que el plan no estaba mal. Lo que sorprendió ligeramente a Dash, fue que su madre se empeño en llevar con ellos la bolsa en la que ella había guardado su supertraje. ¿Qué pretendía hacer con esa bolsa?

En fin, Dash decidió no cuestionar a su madre, y después de que ella adoptara la forma de barca, el joven puso la bolsa en el espacio hueco y él se puso a nadar a toda velocidad para empujar a su madre hacia la orilla. Mientras hacían esto, Elastigirl de repente le dijo a su hijo que se detuviera, y tras hacerlo, le ordenó con urgencia que ambos se sumergieran bajo el agua. Dash no entendió el motivo de tan raro proceder hasta que una vez bajo el agua vieron pasar sobre sus cabezas una especie de aparatos voladores.

Dash comprendió enseguida que debía ser algún tipo de patrulla que había ido a confirmar el impacto de los misiles.

Cuando pasó el peligro, madre e hijo volvieron a utilizar la misma estrategia y prosiguieron su camino hacia la isla. Ya anochecía cuando lograron llegar a una de sus playas. Dash estaba agotado, y a él le costaba mucho trabajo quedar agotado. Completamente exhausto, el joven se dejó caer sobre la arena de la playa al lado de su madre.

"¡Qué fenómeno Dash! Estoy muy orgullosa de ti"

El chico rubio miró a su madre con una enorme sonrisa en su rostro y respondió:

"Gracias Mamá"

Elastigirl permaneció unos segundos más acostada antes de levantarse lentamente y mirar a su alrededor. Dash vio que sus ojos se posaron en algo concreto. Estaba a punto de preguntar qué era lo que había visto cuando ella habló primero diciendo:

"Vamos, allí hay una cueva"

Dash miró esa cueva y le preguntó a su madre:

"¿Y qué vamos a hacer en esa cueva?"

Su madre que ya se había levantado, respondió:

"Por ahora guarecernos"

"¿Y qué haremos después?" preguntó entonces Dash levantándose él también.

Helen miró a su hijo y le respondió:

"Tú esperarme en esa cueva, yo, ir a buscar a tu padre y a tu hermana"

Dash se sorprendió ante estas palabras y con voz indignada replicó:

"¿Qué? ¿Vas a ir tú sola? ¡No es justo! ¡Yo también quiero ir!"

Su madre se llevó las manos a las caderas y respondió a su hijo diciendo:

"No, Dash, tú te quedas aquí y no hay más que hablar"

Tras esto, su rostro se suavizó y cogiendo dos máscaras negras de dentro de la bolsa, se puso una sobre sus ojos y la otra se la entregó a su hijo diciendo:

"Ponte esto, tu identidad es tu mayor secreto, debes protegerlo siempre, ¿entendido?"

"Sí" respondió el chico con voz suave al mismo tiempo que se ponía la máscara sobre sus ojos.

Su madre entonces le dio un abrazo y hablando suavemente le dijo:

"No te muevas, Dash, volveré por la mañana"

El chico rubio vio como su madre se alejaba, y cuando ella desapareció de su vista, Dash sonrió, el chico tenía las piernas cruzadas cuando le dijo a su madre que se quedaría en la cueva, y cruzar las piernas tiene el mismo efecto que cruzar los dedos ¿no? Dash había tomado la firme decisión de ayudar él también a salvar a su familia. No dejaría que su madre lo hiciera todo, tenía que ayudarla.

Así pues, el joven rubio respiró profundamente y salió corriendo a toda velocidad de la cueva, tomando un camino distinto al que había tomado su madre, porqué así reducía las posibilidades de encontrarse con ella. El joven corrió y corrió, buscando… algo, cualquier cosa que le permitiera saber adónde tenía que ir. Mientras corría escuchó un ruido muy raro, un ruido que le hizo mirar hacia el cielo, y entonces vio que desde el volcán que había en la isla salía algo, una especie de cohete. Eso le dio a Dash una idea. Si del volcán había salido un cohete, entonces eso significaba que la base de esa gente tenía que estar en ese volcán, allí era adónde tenía que ir.

Dash sonrió y corrió directo hacia el volcán. Cuando llegara allí, lo único que tendría que hacer sería buscar una manera de entrar, pero eso lo estudiaría una vez que estuviera en la base.

El hermano mediano corrió hacia su nevo destino pero ralentizó cuando vio una especie de monorraíl aparecer ante sus ojos, si lo seguía… ¡encontraría un lugar por el que entrar en la base! Era pan comido.

Dash corrió siguiendo la vía hasta que llegó finalmente a su destino, a pesar de estar feliz por ser capaz de llegar allí, el chico superveloz se abstuvo de celebrarlo, pues no quería llamar la atención de nadie. Al chico rubio no le fue difícil entrar en las instalaciones, y una vez estuvo dentro… no sabía adónde dirigirse, ¿dónde podían estar su padre y su hermana? Dash escuchó un ruido y rápidamente se escondió. Mirando al origen del ruido, el joven vio aparecer a un soldado que mientras caminaba se encontró con un compañero suyo.

"¿Adónde vas?" le preguntó el primer soldado al otro, a lo que este respondió:

"Me toca ir a vigilar a la joven"

¿La joven? ¿se estaban refiriendo a su hermana? Completamente interesado, Dash trató de escuchar lo mejor que pudo la conversación. Entonces, el soldado que había hablado primero volvió a preguntar:

"¿Te refieres a la prisionera que le ha plantado cara a Síndrome?"

El segundo soldado asintió y respondió:

"La misma"

¿En serio? No podía ser, no podían estar hablando de Violeta, el chico no sabía quién era ese tal Síndrome, pero con lo tímida que era su hermana, Dash dudaba que la joven se atreviera a hacer algo así.

El primer soldado soltó un bufido molesto y habló nuevamente diciendo:

"No entiendo por qué tenemos que vigilarla, si no puede escapar"

El otro guardia negó con la cabeza y contestó a la afirmación de su compañero diciendo:

"Ya, eso pensábamos antes, y mira, logró escapar y por poco libera a Mr. Increíble también"

¿Su padre también era prisionero en ese lugar? ¿Y su hermana casi consigue rescatarle? Vaya, Dash estaba descubriendo que al parecer no conocía a su hermana en absoluto, al menos si la joven de la que hablaban esos hombres era su hermana.

Ignorantes de que había un par de oídos más escuchándolos, los dos hombres siguieron hablando tranquilamente:

"Cierto, suerte que volvimos a cogerla ¿eh?"

Conque eso había pasado, su hermana había sido cogida de nuevo. Era su deber ahora rescatarla, y si podía también a su padre, y ya sabía cómo hacerlo, lo único que tenía que hacer era seguir al guardia que se dirigía adónde tenían encerrada a su hermana. Y al parecer el motivo por el cual la vigilaban, era el que expusieron a continuación:

"Sí, pero por temor a que vuelva a escapar, ahora tenemos que vigilarla a todas horas"

A lo que el otro respondió:

"Sí, menuda faena… en fin, mejor tú que yo"

Al escuchar eso, Dash casi estalló en risas, aunque logró contenerse a tiempo, pero por otra parte, el guardia que se dirigía hacia dónde estaba su hermana preguntó con cierta indignación en la voz:

"¿Qué quieres decir con eso?"

El primer guardia, enseguida levantó las manos en señal de rendición y dijo:

"Vamos, sólo era una broma, seguro que en algún momento a mí también me toca hacerlo"

El guardia sonrió y respondió:

"Seguro"

Con esas últimas palabras, los dos guardias tomaron caminos separados. Dash de inmediato se puso a seguir al que le conduciría hasta su hermana, afortunadamente no tardó mucho en llegar a su destino. Una vez allí, a Dash no le costó mucho trabajo entrar en la sala sin ser detectado. Y una vez dentro de la habitación, enseguida vio a su hermana, con un traje igual al suyo y colgando de una especie de arco. Parecía estar… inconsciente. ¿Qué le había pasado? Bueno, eso vendría después, lo que tenía que hacer ahora, era deshacerse de los guardias, pero ¿cómo podía hacerlo?

De repente se le ocurrió una idea. Hacer uso de su supervelocidad para distraer a los guardias y alejarlos de ese espacio. Esperó que funcionara. Poniendo su plan en marcha, Dash comenzó a hacer ruidos que lentamente alejaron a los guardias de la sala. Esos hombres parecían muy tontos, dejándose engañar de ese modo, pero en verdad, mejor para Dash, porque eso le facilitaba el rescate de su hermana.

Cuando los guardias estuvieron lo suficientemente lejos, el chico rubio volvió corriendo a donde estaba su hermana y una vez allí, se acercó tentativamente a ella y la llamó por su nombre:

"¿Violeta?"

Dash vio que los párpados de Violeta temblaron ligeramente, lo que indicaba que estaba recuperando la consciencia ¿no?

Volvió a llamarla:

"¿Violeta?"

Esta vez, la joven de pelo negro abrió los ojos y cuando su vista se enfocó y vio a su hermano, Dash se sorprendió cuando vio que los ojos de su hermana se abrían con ¿temor? Pero eso no fue lo peor, lo peor fue lo que dijo a continuación:

"¿Dash? No, no puede ser, ¡tú estás muerto!"

¿Cómo que muerto? ¿Cómo podía pensar eso su hermana? ¿cómo le había podido llegar a esa conclusión?

Desconcertado por lo que había dicho la joven de pelo oscuro, Dash dijo con cierto miedo en su voz:

"¿Qué? ¡No, no lo estoy! ¡Mírame estoy aquí!"

Violeta abrió ligeramente los ojos, pero aún no parecía del todo convencida, pues a continuación la joven dijo:

"P-pero yo lo escuché, el avión, Mamá y tú… estoy soñando, no puede ser otra cosa"

Dash negó con la cabeza, ¿cómo podía hacerle ver a su hermana que se equivocaba? Con voz desesperada, el joven dijo:

"Violeta no es sueño, ¡estoy aquí de verdad!"

La insistencia de Dash parecía estar dando sus frutos, pues la joven ladeó la cabeza y con un ligero toque de esperanza en su voz preguntó:

"¿C-cómo es eso posible?"

Dash sonrió ligeramente al ver que su hermana al fin parecía creerle. Y luego le explicó:

"Mamá nos salvó en el último momento, y luego vinimos a la isla"

Lo siguiente que Dash vio, fue que su hermana se ponía a llorar. Dash nunca había visto llorar a la joven de pelo negro, y era un espectáculo que lo sorprendió enormemente, realmente deseaba poder saber como detener las lágrimas de Violeta, pero ella no parecía ser capaz de poder parar de llorar, aunque Dash vio que sus lágrimas, parecían ser lágrimas de alegría. Eso le hizo preguntarse al hermano mediano cuanto sufrimiento había soportado Violeta.

Parpadeando rápidamente en un intento de volver a la realidady urgencia de los hechos, Dash le preguntó entonces a su hermana:

"¿Cómo puedo sacarte de aquí?"

La joven de ojos azul-violaceos trató de controlar su llanto lo suficiente como para responder a su hermano, y lo hizo diciendo:

"¿Ves ese panel?"

Dash miró hacia ese panel, la verdad, era difícil no ver ese botón, por lo que como si fuera lo más natural del mundo, el chico respondió:

"Sí"

Violeta asintió y le dijo entonces al chico:

"Aprieta el gran botón rojo"

"Entendido" contestó Dash levantando el pulgar, y rápidamente corrió hacia allí y apretó el botón. Al hacerlo, su hermana quedó libre. El hermano mediano inmediatamente corrió a su lado, se arrodilló y comenzó a preguntarle:

"Violeta, ¿estás bien-?"

Pero no pudo terminar porqué su hermana mayor lo abrazó con fuerza, como si temiera perderlo si le soltaba. Dash se sorprendió al principio, pero finalmente cedió y devolvió el también el abrazo. Se notaba que su hermana lo necesitaba. El chico rubio casi saltó cuando la voz de su hermana se escuchó de nuevo:

"Creí que os había perdido a ti y a Mamá para siempre"

Dash sintió que las lagrimas le escocían en los ojos, creer que has perdido a alguien debía ser un sentimiento muy doloroso, Dash podía entender que su hermana estuviera como estaba.

Pero por otra parte, el chico rubio sabía que no tenían tiempo que perder, así que, separándose del abrazo de su hermana, le dijo:

"Ya, ya, pues ya ves que no, aún me tendrás que aguantar por mucho tiempo. En fin, no es que no me guste ser abrazado, pero creo que tendríamos que irnos"

Violeta se rio entre dientes y contestó:

"… sí, estoy de acuerdo"

Y con eso los dos hermanos se levantaron y corrieron hacia la puerta, para comprobar si había alguien, y al no ver ni una sola alma, los dos salieron de allí, Violeta le dijo a su hermano que la siguiera, pues ella sabía dónde estaba encerrado su padre, solo tenían que ir allí, liberarle y salir los tres para reunirse con su madre. Entonces, solo quedaría descubrir cómo desbaratar los planes de Síndrome y cómo detener al villano. Pero eso ya lo pensarían cuando estuvieran todos juntos de nuevo.


Bien aquí está el siguiente capítulo, espero que os haya gustado, si es así, no dudéis en dejar un comentario, siempre es agradable saber qué opinan los lectores.

También me gustaría agradecer a todos los siguen esta historia y/o la tienen entre sus favoritos.

Nos vemos en el próximo capítulo.

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