El amor es más fuerte

—«¿!QUÉ LE HICISTE A RITSU!?» preguntó la pelinegra mientras era acorralada por la chica de ojos dorados.

—«La puse en trance y le recordé que los Tainaka odian a muerte a los Nakano. Por más que lo intentes, no podrás hacerla despertar de su trance hasta que mueras» respondió Kana con una sonrisa malvada. El rey, Tsumugi y Sumire veían impotentes esa pelea.

Mientras tanto, afuera de la cabaña, Hideyoshi y Satoshi estaban preocupados por Ritsu. Haber escuchado a Azusa gritar de esa forma los puso nerviosos. Imaginando lo peor, el líder Tainaka intentó ingresar ahí, chocando en la puerta con Sawako, quien intentaba huir de ese sitio y lo hacía corriendo ya que tenía baja su energía al haber usado su teletransportación dos veces en un solo día. De inmediato, la guardia real la rodeó para impedir su escape.

—«¿Ibas a alguna parte, Yamanaka? Ah, sí. ¡A prisión!» dijo Satoshi, esposando a la líder Yamanaka.

—«No importa. Cuando recupere mi energía, escaparé. ¡Este reino no volverá a tener paz!» exclamó la castaña.

—«Ya lo veremos. Por lo pronto, ¡¿qué le hiciste a mi hija!?» preguntó Hideyoshi.

—«Ella y los demás cayeron en la trampa de Kana. Será cuestión de tiempo para que ella los acabe» respondió Sawako. Después de eso, la tropa real se la llevó de allí y la encerró en el castillo.

De regreso al interior de la cabaña, Ritsu, bajo el trance en que la había puesto Kana, continuaba atacando sin descanso a Azusa. La joven Nakano solo se limitaba a esquivar cada ataque, sin pasar a la ofensiva. No quería entrar en el juego de Yoshii. Pero estaba siendo acorralada por su contraria. Tsumugi quería ayudar, pero sabía que, si descuidaba a su padre, Kana lo asesinaría sin dudarlo.

—«Eres rápida para huir, Nakano. Pero si no atacas, morirás» dijo Kana soltando una malvada carcajada. Azusa chocó de espaldas contra una de las paredes de la habitación, a duras penas logró permanecer de pie. Al quedar cerca de una esquina, estaba acorralada por Ritsu. A pesar de esto, la pelinegra continuaba firme en su decisión de no atacarla, así que cerró sus ojos esperando lo peor, algo que nunca llegó. La heredera Nakano estaba dispuesta a sentir los puños de su contraria, pero lo que sintió fueron los labios de ella contra los suyos. Fue inevitable que abriera sus ojos para ver si era o no real, observando a la heredera Tainaka sonrojada. Tras mirar esto, Azusa volvió a cerrar sus ojos, correspondiendo al beso que su amada le daba. Sumire y el rey observaban pasmados, Kana estaba confundida y furiosa, pero la princesa las veía fascinada.

—«Bueno, creo que esto no estaba en tus planes, Yoshii» dijo el monarca, saliendo de su asombro.

—«¿Por qué?... ¿Por qué?... ¿¡Por qué la estás besando en vez de golpearla!?» preguntó Kana furiosa.

—«Porque el amor es más fuerte que todo, y yo a Azusa la amo con todo mi corazón. Ni tú ni nadie va a cambiar eso» dijo Ritsu tras finalizar el beso.

—«Ritsu, me preocupaste mucho. ¿Cuándo fue que saliste de ese trance?» preguntó Azusa.

—«Segundos antes de besarte. Al verte contra la pared, con tus ojos cerrados. Ahí mi corazón me hizo reaccionar». Escuchar esas palabras de Ritsu hizo que la furia de Kana explotara.

La rubia de ojos castaños se lanzó contra la heredera Tainaka, quien logró bloquearla sin dificultad. Rápidamente, Azusa se ubicó junto al rey para protegerlo. Kana atacaba sin cesar a Ritsu, en una serie de puños y patadas a una buena velocidad. La joven Tainaka, a pesar de estar bajo ataque, sonreía pícaramente. Encontraba divertido ese enfrentamiento.

—«Parece que estuvieras celosa, Yoshii. Mira que atacarme de esta forma después de decirle a Azusa que mis sentimientos por ella me hicieron salir del trance que me provocaste» dijo la castaña entre risas, lo que aumentó más la furia de Kana, quien logró golpearla en el rostro tan fuerte que la lanzó contra una pared, rompiéndola.

—«¡No me importa lo que digan! ¡Ninguno de ustedes sobrevivirá! ¡Hoy finalizará el reinado de los Kotobuki y su patético esfuerzo por la imposible paz!» exclamó Yoshii, lanzándose contra el rey. Azusa logró interceptarla, golpeándola en el vientre para derribarla. Inmediatamente después, Sumire esposó a Kana, completando así su captura.

—«Parece que todos sobrevivimos y el reinado Kotobuki continúa. Kana Yoshii, estás bajo arresto por traición al reino y por ser cómplice del secuestro de Ritsu Tainaka y Azusa Nakano» sentenció la espía rubia.

—«Aún no han vencido. Incluso si capturan a Sawako, ella escapará y me liberará; y juntas volveremos para vengarnos de ustedes» afirmó la prisionera.

Tras llevar a Kana a su celda en las mazmorras del castillo real, Tsumugi, ya al tanto de la captura de Sawako, ordenó a los líderes Tainaka y Nakano emprender la búsqueda de algún método para anular los poderes de la líder Yamanaka. Mientras Hirashi, con la ayuda de Azusa y las hermanas Hirasawa, comenzó a buscar en su enorme biblioteca, Hideyoshi, junto a Mio, fue a pedirle ayuda a Takumi, el más anciano de los Akiyama, quien poseía todo el conocimiento acerca de las habilidades sobrenaturales de los descendientes de Yamamaru Naka.

—«Así que quieren saber cómo bloquear los poderes de esa tal Sawako Yamanaka ¿eh? —inició el anciano—. Pues primero deben saber que solo un descendiente de Yamamaru Naka puede bloquear a otro, lo que no es problema, ya que mi pequeña Mio puede hacerlo sin problemas. Escucha bien. Lo que debes hacer es invocar su poder espiritual para luego extinguirlo».

—«¿Y cómo puedo hacer eso, abuelo?» preguntó Mio.

—«Mira, coloca tus manos en sus oídos. Luego, concentra un poco de tu poder espiritual en tus manos. Esto hará que el poder espiritual de ella salga para protegerla. Parecerá como si su cabeza estuviera ardiendo ya que la energía tomará forma de una flama. Cuando eso pase, concentra un poco de tu energía en tu boca y sopla contra su cabeza, eso hará que su energía espiritual se extinga, bloqueando sus poderes. Solo tú le podrás devolver sus poderes, si lo consideras oportuno».

—«Gracias por la explicación, Akiyama-san» dijo Hideyoshi.

Esa misma noche, Mio, con la vigilancia de Yui, Satoshi y Sumire, hizo lo que su abuelo le había indicado. Sawako trató de oponerse, pero la mayor de las Hirasawa bloqueó sus movimientos, permitiendo que la joven Akiyama lograra su misión.

Mientras tanto, en la oficina del rey, los líderes Tainaka y Nakano discutían sobre dos asuntos importantes para ellos. El primero eran las condiciones de la rendición de Hideyoshi, con miras a lograr la paz entre ambos clanes. Hirashi aún no creía que su contrario se hubiese rendido tan fácilmente. Aunque en el fondo eso era lo que él quería, no sentía que hubiese ganado. Después de todo, Ritsu barrió el piso con él sin atacarlo seriamente, lo que lastimó seriamente su orgullo. Las condiciones que Nakano para aceptar la rendición de Tainaka fueron: Primera, una disculpa pública por todos los Nakano que murieron a manos de los Tainaka desde el inicio de la guerra. Segunda, aceptar públicamente que Taichi Naka desconfió de su hermano menor Noguyuki, inculpándolo erróneamente de calumnia. Y tercera, un pacto de no agresión. Hideyoshi aceptó sin ninguna objeción.

El segundo asunto que discutían era la relación sentimental de sus hijas. Esto preocupaba especialmente a Hirashi, ya que Azusa era su única hija y, al relacionarse con otra chica, no podría tener hijos, lo que significaría el fin de la rama principal del clan. Esa situación hacía que rechazara esta relación, aún sabiendo que esto podría llevarlo a distanciarse de su hija. Hideyoshi sugirió que ambos hablaran con sus respectivas hijas para conciliar esa situación, pero el líder Nakano dijo que quería hablar con las dos.

—«¿Para qué nos mandaste llamar, padre?» preguntó Azusa.

—«Seré sincero con ustedes. No me gusta que ustedes dos sean pareja, así que quisiera que pensaran bien esto».

—«¿Por qué no le gusta, Nakano-sama? Preguntó Ritsu.

—«Porque están dándole sentencia de muerte a la rama principal de mi clan. Al ser ambas mujeres, no pueden tener hijos».

—«¿Eso es lo único que te interesa, padre? ¿Piensas que mi felicidad depende de si tengo o no hijos?».

—«No. Pero tampoco quiero que la historia del clan Nakano termine».

—«Lamento informarle esto, Nakano-sama, pero la historia de ambos clanes está por terminar. Azusa y yo planeamos reunificar ambos clanes y revivir el clan Naka».

—«Me sorprende la determinación que tomaron —intervino Hideyoshi—, pero el caso sigue siendo el mismo. Sin descendencia, no hay clan. Ese es el problema de pensar con el corazón antes que con la cabeza». Las palabras del líder Tainaka entristecieron a Azusa, ya que ella no quería compartir su vida con alguien que no fuera Ritsu. Por su parte, Ritsu se mostraba pensativa.

—«Corrígeme si me equivoco, padre —dijo la castaña tras un tiempo de silencio—, pero el abuelo Akiyama contaba que su clan había pasado por una situación similar».

—«Sí, tienes razón, hija. Pero son casos diferentes. En aquel caso, ella fue violada de niña por hombres del clan Nakano, lo que hizo que temiera y odiara a todos los hombres».

—«Cierto, pero el resultado fue el mismo que nosotras deseamos: ella, gracias a la magia de su clan, logró quedar embarazada de otra chica. Y si mal no estoy, Mio es descendiente de ella». Tras estas palabras, los Tainaka y Azusa fueron de nuevo a ver a Takumi Akiyama.

—«De nuevo esa historia, ¿eh? —inició el anciano—. La chica Akiyama que usó su energía espiritual para lograr quedar en embarazo. Les haré una advertencia. Este hechizo necesita un sentimiento muy fuerte para que se pueda llevar a cabo. Ella tenía ese odio que sentía por todos los hombres. Pero el hechizo puede venirse en contra de su usuaria. Para ella, el destino fue tan cruel que tuvo un hijo varón, así que sean cuidadosas».

—«hi Disculpe, Akiyama-san —intervino Azusa—, si ese sentimiento fuera amor puro, ¿también se vendría en nuestra contra?».

—«Mmm, no lo sé. Pero, si ese amor es puro, no creo que pase nada malo».

—«Abuelo Akiyama, ¿Mio conoce ese hechizo?» preguntó Ritsu.

—«No. Pero, si ustedes están dispuestas a dar ese paso juntas, podría enseñárselo». Ante esta respuesta de Takumi, las herederas Tainaka y Nakano sonrienron alegres.

Dos meses después, en un solemne acto público encabezado por el rey Kotobuki, Hideyoshi Tainaka se disculpó con el clan Nakano por todo lo malo que los Tainaka habían hecho en los últimos cinco siglos. Sorpresivamente, Hirashi hizo lo mismo con los Tainaka, antes de proceder a firmar el pacto de no agresión con el que daban fin a cinco siglos de guerra. Después de la firma, que fue ovacionada por los presentes, el monarca anunció que Sawako Yamanaka y su cómplice Kana Yoshii fueron condenadas a cadena perpetua por traición al reino y por el secuestro de Ritsu y Azusa. Luego de ese anuncio, los líderes de los clanes informaron que sus hijas se unirían en matrimonio y que, a partir de ese momento, comenzarían a usar el apellido Naka, dando así comienzo a la reconstrucción de dicho clan.

Fin


Y así concluye Love War. Es el momento de agradecer a Chobits3, Beth726, Umeji15 e ioseas por sus reviews y a ChariotGraw y ShadowSlender por darle favorito. Igualmente agradezco a todos los lectores anónimos que siguieron esta historia. Pronto nuevas historias, see you.