Blablabla. Esta vez me dio por OneShots, o drabbles... de la pareja MaBill. Bueno, supongo que hacer drabbles por separado sera más facil que hacer una historia completa y larga, ¿No es asi?

Bueno, como dice el summary, sera con motivos canon, o headcanons, o AUs... Ah, y trataré de hacer pedidos, también c: Asi que pueden darme ideas en los comentarios. No saldrán por orden, pero tratare de hacerlas todas con el tiempo...

Total, ni idea de cuando terminara este proyecto. Puede que llegue a tener cincuenta capitulos o más si es que hay ideas.

Ah, Y si quieren, pueden revisar mi perfil, que he puesto algo de información nueva alli, junto con mis planes para futuras historias y todo, incluyendo mi historia "¿El Demonio es un Héroe?"

Pos eso, ¡Disfruten!

Titulo: Rutinas de un Demonio.

Linea de Tiempo: Semi-Canon (?)

Genero: Fluff, MaBill si entrecierran los ojos.

Summary: Es rutina; Bill les borra las pesadillas, y Mabel se maúlla a si misma hasta el cansancio.


Bill Cipher, demonio todopoderoso de el Mindscape y el universo al cual está ligado temporalmente, mantiene una guardia baja al entrar al territorio correspondiente a Gravity Falls. El pueblo era su dominio, tenía grandes planes que deberían de pasar en aquella zona de Oregon, y ninguno de ellos podía fallar.

Iria hacia los extremos con tal de que sus planes dieran el resultado que él quería. Su círculo de invocación le había dejado bien claro que ya era el momento de actuar, pues todos los símbolos necesarios- bueno, todos menos uno, se encontraban en el lugar indicado, el pueblo infestado de pies a cabeza con criaturas sobrenaturales.

Pasando por el bosque de Gravity falls, dejando sus muchos ojos en los árboles de pino por el camino, haciendo de su presencia escasa, pero aún lo suficientemente imponente para que criaturas menores no se interpusiera en su camino, el demonio triangular se dirige por tercera noche consecutiva hacia la casa de sus bolsas de carne favoritos. Aparecer en sus pesadillas sería divertido y más fácil que simplemente ir desde un punto al otro, pero no puede arriesgarse a mostrarse, o dejar rastro de su presencia en esa casa, no mientras Stanley Pines estaba allí.

Al meno, no por ahora, luego le podría importar un pepino que ese viejo holgazán estuviera con cámaras grabando su aparición.

Llegar al cuarto de los gemelos Pines fue fácil, y apenas entró, logro sentir el nacimiento de las pesadillas en las cabezas de ambos símbolos. Ambas distintas pero muy similares a la vez. Una isla flotante, gritandoles que entraran a su boca, a su destino mientras ambos corrían, nadaban, trataban inútilmente de escapar.

"-Salten a mi boca, niños. Entren a su destino.-"

-Sí, cómo no.-

Algo ofendido por la pesadilla, como si esa cosa fuera a arrebatarle a dos de sus símbolos, Bill da un chasquido de dedos y hace que el mal sueño desaparezca de la mente de los gemelos sin siquiera tener que esforzarse, haciéndose invisible al mismo tiempo, ya que sabía lo que pasaria despues.

Dipper, ante el repentino cambio en su subconsciente, se movió varias veces de su cama, llegando a caer al piso de madera, pero aun así sin despertar, murmurando algo en un sueño sin imágenes.

Mabel, por otra parte, dio un respingo de sorpresa y terror mientras se sentaba en su cama, sus ojos abiertos de par en par por un segundo, luego estos intentan acostumbrarse a la oscuridad, pestañeando varias veces.

Siempre pasaba, la gemela Pines siempre despertaba sobresaltada cuando él le ponía fin a una de sus pesadillas. Asustada, sorprendida y alerta, su mente facilmente la sugestionar, haciendole pensar que criaturas que se suponían no deben existir rondaban en las sombras del ático que servía como cuarto para ella y su hermano.

Bill observa en silencio como la chica lentamente se tranquiliza, su respiración se vuelve más lenta, pero sus ojos escanean el lugar de forma rápida e insegura, esperando que algo saltara desde una de las esquinas de la habitación y se la tragara de un solo mordisco.

Lentamente, Mabel Pines tomó uno de los peluches que estaban a los pies de su cama, un gato negro con ojos de botón, que inmediatamente acurruco a su lado, abrazando el juguete de felpa con fuerza mientras se acomodaba, intentando conseguir el sueño.

-...Miau…-

"-Y allí está.-"

-...Miau…-

-...Miau…-

No le importaban mucho, de no ser porque tenían que cumplir un papel en sus planes, Bill ni siquiera se hubiera molestado en salvarlos algunas veces de las criaturas que rondaban en Gravity Falls, o en de borrar sus pesadillas de sus memorias.

Pero eso era necesario, y de un momento a otro, se convirtió en rutina. Los gemelos yendo en busca de un ser sobrenatural, Bill algunas veces metiendo manos en el asunto para que estos no perdieran la cabeza del cuello y por las noches, invadiendo sus mentes y encargándose de las pesadillas nacidas de sus subconscientes cubiertos de miedo.

-...Miau…-

-...Miau…-

Dipper siempre era el que mantenía la cabeza alta. Aunque no lo pareciera, era un humano valiente y cabeza dura, bastaba de uno o dos días luego de un suceso paranormal, y ya estaría en busca de otro, Diario en mano. Sus pesadillas se basaban en perder a su hermana o morir, pero nunca le habían causado grandes estragos.

-...Miau…-

Pero Mabel… oh no, Mabel Pines, por muy caótica y valerosa que fuera, ella quería estar fuer del camino de todo lo que tenía que ver con monstruos. El encuentro con los Gnomos la hubiera dejado traumada de no ser por su incumbencia al tomar sus pesadillas y simplemente destruirlas. Un sin fin de escenas en donde ella, o su hermano, o ambos eran atrapados por monstruos, uno gritando el nombre del otro… Su consciencia estaba aterrada.

-...Miau…-

Con un suspiro silencioso, Bill mueve su mano levemente y hace que en los oídos de Mabel suene el ronroneo de un gato, por algún motivo, aquello lograba calmarla lo suficiente como para que dejara de maullar más rápido… Ja, aún recuerda la sorpresa que se llevó la primera vez que la escucho maullar, ¡Que locura!

-...M...Miau...Mi...Miau…-

-...M...Miau…-

-...-

-Alfin…-

Golpeando su corbata de moño con los dedos, Bill da un pequeño sonido de aprobación y desaparece con un chasquido de dedos, dejando a Dipper desparramado en el piso con sabanas y todo, y a Mabel, con un juguete de felpa en los brazos, un suave ronroneo haciendo eco en sus oídos y una sonrisa diminuta en el rostro.

Era una rutina; Miralos, salvalos, no te dejes ver, ahuyenta las pesadillas, largate. Un mantra que repetiría una vez más mañana, o con suerte, en unos cuantos días.

El trabajo de un demonio de los sueños nunca terminaba.