Especificaciones sobre la lectura:
(- : - : - : - : - : - : - : - : 1 : - : - : - : - : - : - : - : -) Sakura
(- : - : - : - : - : - : - : - : 2 : - : - : - : - : - : - : - : -) Sasuke
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Capítulo 1
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Tras 4 horas esperando en el aeropuerto de Londres, Sakura finalmente escuchaba como anunciaban la salida del vuelo D409 en direcció a Tokio, el cual habia llegado con retraso. Miró su billete durante un pequeño instante suspirando. Iba a volver a aquella ciudad de la cual solo albergaba unos pocos recuerdos que realmente mereciese la pena conservar. Agarró su maleta de mano al mismo tiempo que se levantaba de aquella incomoda butaca y emprendió su camino hacia la puerta de embarque pasando entre la multitud.
Llegó al mostrador done una de las azafatas chequeaba los billetes entregándole el suyo junto con el pasaporte para luego mostrarle una de sus ya tan comunes falsas sonrisas mientras la chica le devolvía ambos documentos. Las puertas de cristal se abrieron ante su paso y atravesó la pasarela subiéndose al avión, dejó su maleta de mano en el compartimento que había sobre su asiento y finalmente se sentó.
Daba gracias por haber tenido la oportuna idea de pedir un asiento con ventanilla puesto a que aquel vuelo se le iba a hacer eterno. Cuanto mas avanzaban los minutos mas cerca estaba de llegar a Tokyo y mas recuerdos empezaban a amontonarse uno tras otro en su mente. Sabía que no podría escapar de ellos, eran su historia, su vida, y eran todo aquello que le hacían ser la persona que era hoy en día.
La voz del piloto del avión anunciando a la tripulación que se dirigían a la pista de despegue para iniciar el vuelo la sacó durante unos pocos minutos de sus pensamientos, pero no tardó mucho en volver a ellos.
Había pasado mucho tiempo desde la ultima vez que había estado en Tokio, 5 años desde que su padre fue trasladado a la sede que la empresa en la que trabajaba tenía en Londres. Por ese entonces, cuando sus padres se lo dijerón un sentimiento de tristeza le embargó ya que aquello significaba no volver a ver a Naruto, Hinata, Sai, Ino y Tenten. Pero al mismo tiempo se sintió aliviada porque también significaba dejar de sufrir día tras día insultos por parte de la mayoría del resto de compañeros de clase. Las personas podían llegar a ser muy crueles con el fin de divertirse a costa de los sentimientos de otros. Las palabras "cerda", "frentona", "pelo chicle", "bicho raro" y "horrenda" entre muchos otros, eran algunos de los calificativos que no dejaba de escuchar a cada paso que daba por el instituto. Desde pequeña siempre había sido el foco de burlas y risas simplemente por su físico. Así que aquella noticia le hizo sentir que podía tener un nuevo comienzo en otra parte, y así fue.
Cinco años en los que ella cambió en todos los sentidos y no solo por el hecho de haber tenido un nuevo comienzo, sino porque algo inesperado la golpeó con fuerza. Aun recordaba como la noticia salio en los telediarios y periódicos de todo Londres.
"Atraco a un banco se cobra la vida de 8 personas"
Entre las cuales se encontraban sus padres. Se quedó totalmente sola en un ciudad que había sentido como su hogar y que le había aportado esa nueva vida pero que ahora se cobraba las vidas de sus queridos padres. Aquello la dejó completamente desolada, no podía quedarse allí por mas tiempo y esa fue la razón por la que 6 meses después se encontraba en ese mismo avión. Ya no podía quedarse más tiempo en Londres pero la idea de volver a Tokio no era ni mucho menos de su agrado. Aun así, algo en su interior tiraba de ella y sentía que, aunque no le gustase, debía volver. Al fin y al cabo, aquellos pocos amigos que aun conservaba de su infancia eran ahora su única familia.
Gracias a una beca que le otorgó la Universidad de Oxford tanto por sus excelentes calificaciones como por su gran talento en en el baile, había reunido el dinero suficiente para poder trasladarse a la Universidad de Tokyo para cursar su ultimo año de carrera y mantenerse durante el tiempo que tardase en encontrar un trabajo.
Sakura no había perdido el tiempo durante todo este tiempo. En su primer año en Londres había ingresado en una de las mas famosas escuelas de baile contemporáneo y su talento fue visible tras los primeros 8 meses. Se convirtió en una de las alumnas más exitosas consiguiendo varios premios de baile y por consiguiente varias becas. Bailar le hacía sentir que podía hacer cualquier cosa, podía expresar sus frustraciones y sentimientos con cada movimiento. Era su vía de escape más que una pasión o algo a lo que dedicarse.
Un pequeño vaivén del avión al aterrizar la hizo volver a la realidad. Se había pasado el viaje mirando por la ventanilla pero tan absorta estuvo en sus pensamiento que tan siquiera se dió cuenta de que habían llegado hasta aquella pequeña sacudida. Se levantó, cogió la maleta de mano y se dispuso a salir.
Una vez fuera del aeropuerto vio que ya era de noche, y entró en uno de los muchos taxis que esperaban fuera de las instalaciones diciéndole al hombre sentado en el asiento del conductor el nombre de la calle donde se encontraba el antiguo piso en el cual creció antes de abandonar Tokio. Sacó su móvil de uno de los pequeños compartimentos externos que tenia su maleta de mano y quitó el modo avión para ver si le había llegado algún mensaje. Sonrió con nostalgia al ver una notificación llegar a los pocos segundos, como no, Naruto siempre tan pendiente de todo y detallista.
"Sakura-chaaaaan! Recuerdo que me dijiste que volvías hoy a Tokio, no creas que me olvido de las cosas jajaja. Ino y Tenten están como locas por volver a verte. Me he informado y la Facultad de Ingeniería y la de Medicina están prácticamente pegadas pared con pared así que va a ser como estar en el instituto solo que tu en tus clases, seguramente coincidas en algunas con Ino ya que algunas de las asignaturas de Enfermería son las mismas que las de Medicina. Así que espero verte mañana por la universidad, puedo pasar a recogerte si quieres. Mandame un mensaje si quieres que te recoja y quedemos esta noche con los demás, así de paso ve a tus padres, que ya hace 5 años que no me ven y seguro que ni me reconocen. Chao."
La sonrisa que Sakura mantenía en sus labios se volvió más amarga al leer esas ultimas palabras. Ella no le había contado a nadie lo ocurrido con sus padres ni tenia pensado hacerlo. No iba a ir de victima ni mucho menos, ya tenía una edad mas que razonable para aguantar los golpes que le estaba dando la vida, y no iba a aguantar miradas de lastima.
El taxi se detuvo y Sakura sacó se su cartera el dinero suficiente como para pagarle el viaje y darele un poco de propina al hombre. Se bajó, sacó su maleta de mano y entró en el edificio que había justo en frente de donde se había detenido el taxi. En cuanto el ascensor legó al 4º piso, avanzó hasta la puerta 4A y una vez tuvo la llave metida en la cerradura inspiró una gran bocanada de aire antes de abrirla dejando que aquel aroma a "hogar" la invadiese por completo trauyendo consigo recuerdos de su infancia entre aquellas paredes. Se acercó a la mesita que había en la entrada para dejar las llaves en un pequeño cuenco de madera y tomó el pequeño retrato que habia junto a este. Sonrió con tristeza. Realmente había cambiado, después de todo ya tenía 21 años. En la fotografia se podia ver a si misma cuando tenía 15 años sonriendo con su padre y su madre. Una seca y corta risa se escapó de sus labios, en parte entendía todos aquellos insultos que recibió durante su infancia y adolescencia, no es que hubiese sido una preciosidad de niña. Dejó finalmente el retrato sobre el pequeño espacio sin polvo que había sobre la mesita. Debía limpiar aquel apartamento lo antes posible e ir a comprar un ambientador, necesitaba hacerlo suyo para poder iniciar un nuevo comienzo pero mañana por la mañana empezaban las clases así que el unico momento en el que podría tener tiempo para hacerlo sería por la noche.
-Necesito descansar...- susurró para si misma.
El viaje había sido largo y, aunque su cuerpo estaba acostumbrado a hacer ejercicio y pocas veces se sentía fatigada, pero se encontraba mentalmente exhausta.
Atravesó el salón y entró en su habitación dejando la maleta de mano caer al suelo antes de dejase caer sobre la cama boca abajo con el rostro girado hacia la única ventana que tenía su habitación. No eran más de las 9 de la noche pero su cuerpo le pedía a gritos un descanso, y antes siquiera de que se pudiese percatar de ello, sus parpados fueron cerrándose lentamente hasta quedarse profundamente dormida.
Mañana iba a ser un nuevo día.
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Sasuke se encontraba en su mansión situada cerca de las afueras de Tokio. Salió del baño que había dentro de su habitación tras darse una ducha sin nada más que una pequeña toalla blanca amarrada en su cadera. Aun tenía el pelo completamente húmedo haciendo que pequeñas gotas de agua cayesen sobre su tonificado pecho y espalda. Se dirigió hacia el ropero sacando una muda limpia para ponerse echándola sobre la cama. Se puso unos boxers y aprovechó para sacudirse el pelo con la toalla que recientemente se había quitado, mirando el montón de papeles escampados que tenía sobre el escritorio y eso sin contar los que había sobre la mesa de su despacho, el cual se encontraba en el piso de arriba.
Había tenido un día bastante ajetreado. Tanto él como Itachi eran reconocidos por ser los hijos de uno de los mayores magnates de todo Tokio, que por desgracia murió junto con su esposa en un accidente de coche cuando él solo tenía 8 años. Todos se enteraron de la muerte de sus padres y hoy en día era algo que ya había superado por completo o al menos eso hacía ver a los demás. Pero aquel accidente provocó que la empresa cayese en manos del gerente, que siempre había sido uno de los mejores amigos de su padre, ya que tanto él como Itachi eran menores de edad, pero en cuanto Itachi cumplió los 18 se asoció con ese hombre hasta que Sasuke finalmente cumpliese su mayoría de edad.
Una vez ambos hermanos se pusieron al frente de la empresa todo fue sobre ruedas. Tenían el don de liderazgo e inteligencia eredado de su padre, pero el hecho de llevar la empresa no hizo que ninguno de los dos dejase sus estudios. Itachi se había sacado ya la carrera de Empresariales y Sasuske estaba en su ultimo año de Ingeniería Aeronautica. Nadie sabía como pero ese par de hermanos eran capazes de cualquier cosa.
El pelinegro frunció el ceño ante el continua e incesante voz de Naruto que retumbaba por toda la mansión mientras él terminaba de ponerse unos vaqueros negros y una camiseta de manga corta gris un poco ajustada. Todas y cada una de las prendas llevaban bordado un diminuto símbolo de la familia Uchiha que a penas podía apreciase a simple vista, era como llevar el orgullo de la familia siempre encima. Cogió la cartera y el móvil y salió de su habitación hacia el salón.
-Teme!- se oyó gritar al rubio en cuanto vio aparecer a Sasuke. En el salón se encontraban solamente Naruto e Itachi, los cuales habian estado charlando mientras él se duchaba. -Llevo esperandote 10 minutos, seguro que ya habrán llegado todos al Shumey-
Shumey era el pub en el que todos solían quedar para tomar unas copas. Había musica de hambiente con la que se podia bailar y al mismo tiempo mesas con sofás al igual que mesas con sillas para la gente que le apeteciese estar más relajada. Desde hacía 4 años, la relación entre Naruto y Sasuke no es que hubiese mejorado mucho pero se podría decir que Sasuke había empezado a tolerar las tonterías de su compañero, aunque para él no fuera una amistad, para Naruto sí lo era. Y además, estaban estudiando la misma carrera en la universidad. Sasuke no se juntaba con el grupo de amigos de Naruto ni viceversa ya que ambos grupos parecían estar enfrentados. La única conexión que había era aquel pequeño vinculo que exisitía entre los dos jovenes. Así que cada noche que salían, Naruto siempre acababa yéndose en una dirección y Sasuke por otra.
-Tsk, cállate ya y muévete- soltó el moreno con molestia al no dejar de oir las constantes quejas del rubio saliendo del salón sin esperarle en dirección a la salida.
Naruto se apresuró a despedirse de Itachi y salir tras Sasuke.
-Pasadlo bien- se escuchó decir al hermano mayor mientras cerraban la puerta.
Sasuke sacó las llaves de su deportivo BMW i8 negro para abrirlo y montarse ambos en el para conducir en dirección al Shumey. Naruto sacó el móvil para comprobar si Sakura había respondido al mensaje que la mandó pero no vio ninguna notificación.
-Al final no vamos a tener que pasar a recoger a Sakura-chan, estará cansada por el viaje. Aun así me alegro de que finalmente haya vuelto, mañana la veremos por la facultad de Medicina o por la cafetería.-
Sasuke sonrió con maldad para sus adentros al recordar que volvía Sakura. Naruto llevaba meses aprobechando cada oportunidad que tenia para sacar el tema de que aquella molesta persona iba a estar de vuelta. Pero visto de otro modo, por fin iba a tener un nuevo juguete con el que divertirse otra vez. Ya se había aburrido de manejar a su antojo a Karin y iba a poder disfrutar de hacerlo con Sakura como había hecho años atrás. Con el simple hecho de ignorar cada una de las palabras que saliesen de la boca de la pelirosa ya le era divertido en la época en la que iban al instituto. Aunque luego tuviese que aguantar escuchar sus molestos llantos o quejas.
Desde que era pequeño siempre le había sido fácil tratar y manejar a las mujeres como quería. Pocas había sido las que le plantasen cara, y aquellas que lo hacían no volvían a saber nada más de él puesto que el desprecio con las que las miraba, en el caso de que se encontrasen y el se dignara a dirigirles la mirada, les hacía temerle. Despues de conseguir una beca de deportes jugando al fútbol y de que los entrenamientos y partidos se hiciesen en el campo al aire libre de la universidad, consiguió atraer a aun más mujeres. Durante cada entrenamiento las gradas se llenaban de unas 20 chicas o mas viéndole jugar mientras intentaban lograr su atención. Y todo aquello solo lograba hacer que el ego del Uchiha creciese aun más, a él nunca le había hecho falta ir detrás de ninguna mujer. Siempre tenía lo que quería y cuando lo quería, y ni siquiera tenía que decir una sola palabra para conseguirlo.
Y recordando el endeble carácter de Sakura que a la mínima rompía a llorar por simplezas, se lo iba a pasar realmente bien.
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El próximo capítulo lo intentaré hacer más largo pero en este solo quería introducir y situaros un poco en que punto empezaba a desarrollarse.
A aquellos que la leáis os doy las gracias y...
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HASTA LA PRÓXIMA! ^^
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