Y aquí está el último capítulo! La verdad es que no tenía intención de alargar más este fic. Iba a ser algo corto y con un final abierto, pero a la vez definitivo. Los agradecimientos y demás lo encontraréis al final de todo :) Disfrutad de este último chap!

Shingeki no Kyojin no me pertenece.

Advertencia: RIREN, ¿AMOR?


—Pero, ¿quedasteis en algo? —preguntó Jean, después de oír el breve relato que le había contado su compañero.

—No lo sé, no nos dijimos gran cosa —confesó con pesadumbre.

—Mucha tensión supongo —comentó, dejando escapar una risa socarrona.

Eren no se rió, pero tampoco se molestó en replicarle. No podía negar que llevaba algo de razón, mas él no hubiera utilizado la palabra "tensión". El silencio que reinó entre ellos durante el trayecto de vuelta a casa, provocó cierto malestar en su cuerpo, como si esa ausencia de palabras, confirmara que, en efecto, habían cometido un error.

Su despedida no fue mejor, con un fugaz "adiós" y sin mirarse siquiera, cada uno se marchó por su lado, confundidos y algo inquietos por el inesperado tumbo que había tomado su... ¿Relación? Eren evitaba usar ese término, no solo porque sonaba estúpido llamarlo así, sino que tampoco quería engañarse con falsas ilusiones.

—En vez de comerte la cabeza encerrado aquí en casa, ve y llámale —le apremió Jean.

—No es tan fácil.

—¿Coger un móvil y marcar un número?

—¿Y qué le digo? —preguntó Eren con temor.

—¡Pues tú sabrás! Es tu relación, no la mía.

La idea de llamar a Levi y hablar con él no le atraía nada. Sus conversaciones eran siempre superficiales, incluso a veces ni hablaban... ¿Cómo iba a hablar con él sobre su "relación"? Le era inconcebible. Fue en ese momento cuando se percató de lo poco que sabía sobre Levi. Aquel pensamiento le deprimió. Pero, ¿por qué? Ellos solo compartían cama, nada más.

-Mira, yo lo veo claro —le dijo, empezando a hartarse de la lentitud del castaño—. Tú quieres algo más que follar, pues, ¡díselo!

—Y probablemente la cague.

—Eso no lo sabrás hasta que no hables con él. Quedándote aquí, solo conseguirás ser más patético de lo que ya eres.

Eren le miró con rabia, pero este simplemente se encogió de hombros. Era la pura verdad, aunque no le gustara escucharla, tenía que oírla. Reflexionando en silencio se dio cuenta de que, muy a su pesar, Jean llevaba razón. Tenía que aclarar todo ese asunto, y cuanto más esperara, peor sería.

Pero antes de actuar, debía aclarar sus propias dudas. ¿Qué era lo que quería él? Según Jean, algo más que sexo... ¿Estaba dando esa impresión?

"Si dudas tanto, por algo será"

Desde de su despedida, que Eren no había dejado de pensar en Levi a cada momento. Le asustaba volver a encontrarse con él, pero al mismo tiempo deseaba estar a su lado. Se sorprendió a si mismo imaginando como se besaban entre ellos y se acariciaban abrazados en la cama...

Llegados a ese punto, estaba claro que quería algo más de Levi, el problema residía en si este pensaba igual o no. Una idea algo atrevida y arriesgada cruzó la mente de Eren súbitamente. Si bien le pareció una absoluta locura, tras analizarla con calma, se dijo que tan descabellada no era. Pero tampoco podía excederse, se trataba de avanzar en su "relación", no de pedirle la mano.

Poco después, le mandó un mensaje a Levi preguntándole qué noche tenía libre para quedar con él. Este no tardó en contestarle: "Este viernes estoy libre". Con otro mensaje, Eren le citó a su casa a las 9. Con un: "Allí estaré" como respuesta, Eren sonrió satisfecho.

—Jean, vete planeando qué hacer el viernes por la noche, porque aquí no te podrás quedar.


Yendo de un lado para otro del comedor, Eren intentaba calmarse repitiéndose mentalmente que todo saldría bien. Estaba muy nervioso y cada cinco segundos miraba la hora en su móvil; faltaban diez minutos para las nueve de la noche.

Justo en ese momento llamaron al timbre. Abriendo la puerta, Eren suspiró aliviado; había estado esperando casi cuarenta minutos, y temió que el repartidor se hubiera perdido.

—Aquí tiene su pedido —dijo el japonés entregándole dos bolsas llenas de comida. Eren las aceptó y las puso encima de la mesa—. Son 13,50€, por favor —pidió con voz exhausta.

Pagando la cantidad exacta, el japonés se despidió con una pequeña inclinación de cabeza. Eren le imitó y tras cerrar la puerta, sacó la comida que había encargado. No era mucho, pero supuso que para ellos ya estaba bien. Dirigiéndose a la cocina, empezó a sacar platos de los armarios y con sumo cuidado, sacó la comida japonesa de los envases de plástico y la colocó en los platos.

Cuando terminó de poner el último plato encima de la mesa, retrocedió unos pasos y admiró su trabajo: en vez del típico mantel cutre que todos utilizaban, usó el japonés, que estaba hecho de bambú, remplazó los cubiertos por palillos, y por último la comida: sopa de miso, ensalada de algas, tempura, maki de salmón y nigiri de salmón y de gambas. Barajó la posibilidad de poner alguna vela, pero desistió enseguida; no quería darle un toque demasiado romántico a la cena. Tenía que ser algo formal y creyó haber conseguido su objetivo.

Tal y como se esperaba de alguien como Levi, este llegó puntual. Saludándose brevemente, Eren le dejó entrar con los nervios a flor de piel. Levi pasó la mirada por todo el comedor hasta detenerse en la mesa, alzando una ceja, observó curioso lo que el castaño había preparado.

—No está mal —dijo a modo de valoración.

—Elegí comida japonesa —informó, pese a que no había ninguna necesidad, pues se veía claramente qué tipo de comida era—. Espero haber acertado.

—Está bien.

Satisfecho con su respuesta, sonrió orgulloso al ver que su plan estaba dando resultado. Con un gesto de mano, le indicó a Levi que tomara asiento. Cuando estuvieron frente a frente, la tensión subió considerablemente, removiéndose incómodo, Eren buscó algún tema de conversación para romper el silencio que se había apoderado del ambiente, mas los nervios le impidieron pensar con claridad.

—Veo que todo está más limpio desde la última vez que vine —comentó Levi, repentinamente.

—Sí, esta tarde estuve limpiando —se apresuró a decir Eren.

—Aunque podría mejorar —añadió, mientras se servía la tempura.

Por mucho que se hubiera esforzado, Eren sabía que Levi nunca estaba conforme, a no ser que él mismo lo hubiera limpiado.

Mientras comían, hablaron de cosas triviales como el contrato anual que había firmado Levi con los ingleses la semana pasada, de la posibilidad de que Eren trabajara como camarero durante el verano para conseguir algo de dinero, y de lo buenos que estaban los makis de salmón.

Tanto los makis como los nigiris se terminaron en un abrir y cerrar de ojos, seguidos por la tempura. Eren se alarmó ante la velocidad con que se vaciaban los platos, en unos minutos habrían terminado y entonces... El corazón le latió con más rapidez al pensar en ello, no sabía si estaba preparado, mas poca importancia tenía, pues Levi se le adelantó.

—¿Me dirás de una vez el propósito de esta agradable cita o esperamos a los postres?

Eren esquivó su mirada, y en su lugar, observó los palillos con expresión dubitativa.

—No... no encargué postres —contestó en un susurro. Maldiciéndose por la estupidez que acababa de decir, buscó desesperadamente las palabras adecuadas—. Desde hace días... Lo que pasó... He estado dándole vueltas al tema... Yo... Me gustaría saber si tú... Porque por mí no hay problema... quiero decir...

—¿Es que acaso has olvidado cómo formular frases coherentes? —preguntó Levi con el semblante serio.

—¡No! Es que... —vacilante, miraba a todo lados menos a Levi.

Era consciente de que se estaba comportando como un cobarde, y como si de una afirmación se tratara, oyó la voz de Jean dentro de su cabeza llamándole patético. No estaba dispuesto a dejar que su amigo se riera de él, así que ganando confianza en si mismo, dijo al fin:

—Después de nuestra última noche juntos, sentí que algo había cambiado. Me di cuenta de que quería más, no solo sexo... Y por esa razón te invité hoy, para saber tu respuesta...

—Déjame decirte una cosa Eren, si quisiera solo sexo no me hubiera quedado para degustar esta ensalada de algas, que por cierto, no me gusta —dijo mientras dejaba los palillos sobre el plato.

—¿Eso quiere decir que ya sospechabas de mis intenciones?

—Por supuesto —afirmó Levi con una sonrisa—. Eres como un libro abierto.

—Entonces... ¿Qué te parece mi propuesta? —preguntó Eren impaciente.

—Primero y ante todo, no quiero que te hagas una idea equivocada de lo que supone ir un poco más allá del sexo que mantenemos entre nosotros —empezó, observando fijamente a Eren—. Me conoces bien, y sabes que no soy romántico, ni cariñoso, ni tampoco detallista. No cambiaré solo porque nuestra relación sea un poco más seria, así que no esperes de mí algo que no llegará.

"Puro romanticismo " —pensó Eren con ironía.

—Me gustas tal y como eres, sino fuera así, no te estaría pidiendo esto.

Levi pareció satisfecho con su respuesta. A pesar de no decirlo en voz alta, agradeció que el castaño hubiera sido el que tomara esa decisión. Mentiría si dijera que no había pensado en hablar con él y dejar las cosas claras, mas prefirió esperar y ver si Eren era capaz de hacerlo.

Cuando terminaron de cenar, recogieron la mesa y después de lavar los platos, iniciaron lo que sería su relación a partir de ese día.

Besándose con extrema necesidad, se dirigieron hacia la habitación del castaño con pasos torpes. Eren de espaldas, dejaba que Levi le guiara mientras este le acariciaba los labios con su lengua. Entrando en su dormitorio, y sin separarse, Eren se sentó en el borde de su cama con Levi encima suyo. Cerrando los ojos, gruñó al sentir como su cuello era atacado por el pelinegro, quien devoraba su piel y la marcaba en un gesto posesivo. Podía no ser romántico, pero a Eren le encantaba de todas formas, ese deseo mezclado con algo de agresividad y posesión era sumamente adictivo, y por muchas veces que lo experimentara, temió no cansarse nunca de ello.


1 año después...

Pese a estar en su hora libre, Levi tenía que aguantar al pesado de Erwin en su despacho, hablándole sobre un nuevo proyecto que, sinceramente, le importaba una mierda; al menos en ese momento. Quería que se largara, no quería ser molestado, pero desgraciadamente tenía que callarse la boca y poner muecas a todo lo que escuchaba.

—El acuerdo se llevará a cabo dentro de unos días, si todo sale bien, nuestra empresa será la que mayor beneficio tendrá en lo que queda de año.

—Muy bien, muy bien, me parece estupendo —dijo Levi con notorio fastidio.

—No pareces muy entusiasmado —comentó el rubio con una sonrisa.

—Estoy ocupado.

—Si no estás haciendo nada —replicó Erwin sorprendido.

Una mueca aún más pronunciada se dibujó en el rostro de Levi, realmente se estaba conteniendo para no echarlo a patadas de su despacho. Adivinando sus intenciones, Erwin se rindió, y se dispuso a irse antes de que su vida corriese peligro.

—Volveré cuando estés de mejor humor.

Y dicho eso, cerró la puerta con un golpe seco. Levi suspiró, e inmediatamente descendió su mirada hasta el joven castaño que tenía a sus pies, escondido debajo de su mesa.

—Ya puedes seguir —le dijo con voz ronca, al tiempo que volvía a desabrocharse los pantalones.

Eren asintió y agarrando el duro miembro con una mano, se lo llevó a la boca para retomar su labor.

—De todas las sorpresas que podías darme, esta es la mejor de todas —admitió Levi cerrando los ojos y pasando sus manos por esos cabellos castaños, exhaló un débil jadeo.

Este también lo creía, y se alegró de que a Levi le hubiera gustado tanto su pequeña sorpresa. Lamiendo con deleite la punta de su pene, alzó la vista y vio como este se mordía el labio para ahogar sus propios gemidos.

Durante todo ese tiempo, tanto Eren como Levi disfrutaban el uno del otro como si fuera el primer día. El deseo que los embargaba no tenía fin, y ese espiral de placer y lujuria en el que estaban inmersos, era lo único que necesitaban para vivir.

Quizá su relación distaba mucho de ser perfecta, quizá no había bombones, ni osos de peluche, ni tampoco flores, pero probablemente todo aquello era innecesario. Las palabras bonitas y las declaraciones de amor eran substituidas por gemidos y jadeos, y los abrazos eran suficientes para demostrar lo mucho que se querían... A su manera, claro.

No había necesidad de palabras.


Y vivieron felices y comieron perdices! Aunque esta no sea una historia muy romántica, sí que intenté añadirle muchos feels y las típicas dudas y conflictos que surgen a raíz de mantener una relación como la que mantenían Eren y Levi. Pese a ser un fic sencillo, estoy muy satisfecha con el resultado, y me encantó escribir cada capítulo y ver cómo evolucionaban mis dos amores :3

Espero no haberos decepcionado al no incluir lemon en este capítulo, pero quería hacer algo "bonito", aunque no sé si es el adjetivo adecuado para definirlo xD

Quiero dar las gracias a todos los que hayáis seguido este fic hasta el final, a todos los follows y los favorites. Y especialmente a Fujimy, Yaritza9, Ley-83, Emi blacksoulstar95 por sus reviews y su apoyo =3 Graciaas 3

Otra persona a quien quiero agradecer su paciencia, es a mi compañera inseparable Sheila Marimon... (tenía que ponerlo xd), no, ahora en serio, gracias por apoyarme siempre y hacer maratones de SnK juntas ^_^

Muchos besos!

AngelGefallen