Titulo; Sangre Sucia.

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Capitulo 1: No Mires Atrás.

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Nota: Los personajes no me pertenecen si no a Kishimoto, todos los personajes de Naruto son de él.

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Este Fanfic esta inspirado en el mundo Omegaverse.

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Pareja: SasuHina
Contenido: Hetero, Yaoi y Yuri.

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Advertencia:
En esta historia se verán violaciones, falta a los derechos humanos, mal vocabulario, discriminación, escenas de sexo fuerte y/o explicito.

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— Diálogos —

"Pensamientos"

Letra normal, narración de mi parte

Recuerdos o respectiva de un personaje.

(...) Cambio de lugar, tiempo o escena.

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En este mundo gobierna la monarquía... desde que naces estas destinado a ser "etiquetado" en esta sociedad de mierda.

Esta es una maldita sociedad estructurada en tres razas; Alfa, Beta y Omega.

Cada raza cuenta con sus características propias de ellas, y cual seas de ella, definirá tu lugar en esta sociedad... En resumidas cuentas, los Alfas es la raza dominante y la primera en esta jerarquía. Ellos son fuertes, grandes y en su mayoría agresivos, con un instinto de posesión absoluto, cabecillas de grandes familias, territoriales, y sus sentidos de olfato, vista y audición están sumamente desarrollados, ellos son los mas grandes en política, fuerzas armadas, grandes ciencias o la política. Lo que significa que son poseedores de grandes estatus y riquezas.

Existen tanto hombres como mujeres Alfas, los cuales siempre estarán por encima de cualquier Beta u Omega, Ya que así es esta monarquía.

Los siguientes en la lista son los Betas. Los Betas son los segundos en la pirámide, esta por debajo de los Alfas, los de raza Beta son humanos comunes y corrientes, no tiene grandes habilidades desarrolladas como los Alfas, se desempeñan en trabajos normales como oficinistas, ejecutivos, transportistas, maestros, etc. Ellos aun pueden conservar un poco de sus derechos, son criados para obedecer absolutamente a los Alfas.

Por ultimo, los desechos de la sociedad son conocidos como los Omega, los mas bajo en la pirámide... ellos son considerados desperdicios, seres humanos sin derechos, valor... solamente basura. Puros objetos o juguetes que existen para mantener un orden en esta maldita jerarquía de razas.

Los Omegas son tienden a ser seres pequeños y delgados, son sexualmente sumisos y complacientes, emocionalmente dependientes y generalmente están en busca de protección. Ya sea de un Alfa o un Beta, pero mayormente de los Alfas. La particularidad de esta raza es procrear, los Omegas pueden dar a luz ya sean machos o hembras, por lo tanto son tratado como animales de procreación por los Alfas... al ser esto la única razón de su existencia ellos son tratados de la peor manera existente... ellos son simplemente ganado.

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La familia Hyuga, una de las mas grandes, antiguas y ricas familias del mundo, todos los lideres orgullosos de mantener un largo y fino linaje de Alfas primogénitos, ahora se encontraban por recibir a la doceava generación de los cabecillas, con mucho orgullo se esperaba que él primogénito después de una larga espera llegara al mundo y mostrara a todos con su magnifica esencia de Alfa.

El horror fue enorme en todos los que presenciaron el nacimiento del niño. No les importara que el barón que esperaban fuera una niña, lo peor de todo es que ella era un Omega. El sucio olor inundo sus fosas nasales, era algo que no podía negarse, ella tenia el sucio olor de una Omega.

— ¡Es tu maldita culpa! — escupió con odio el cabecilla del Clan hacia la mujer Omega que dio a luz. — Es tu maldita culpa que eso sea un sucio Omega como tú — arrastro con asco sus palabras de solo pensar que eso era de su sangre y pensar que en algún momento se sintió orgulloso de ser padre. De solo pensarlo se le revolvía el estomago.

— H-Hiashi-Sama... — lo llamo la moribunda mujer, su cuerpo no era lo suficiente fuerte para a ver soportado un alumbramiento, al ser un Omega su cuerpo no estaba calificado para soportar mucho. — P-Por favor... Déjela vivir... — suplico entre lagrimas aferrándose al pequeño bulto de carne que tenia aferrado entre sus delicados brazos. — P-Por favor... S-Se lo suplico — sin embargo recibió una mirada de asco y repulsión de solo pensar que eso tenia que sobrevivir cargando con la sangre de un honorable Hyuga.

— Tomen a esa basura y quitala fuera de mi vista — ordeno, el patriarca del Clan Hyuga a un sirviente, este para catar la orden del Alfa arranco a la pobre criatura de los débiles brazos de la mujer Omega. En la habitación se escuchaban los horribles gritos del infante al ser arrancada de los brazos de su madre, la cual lloraba y gritaba por que le regresaran su cría.

— ¡Hiashi-sama! — grito desesperadamente el nombre de su dueño. — No... Por favor, ¡NO! — dio su ultimo grito al ver como se llevaban a su cría fuera de la habitación, lloro con todas las fuerzas que tenia pero poco a poco se sentía cada vez mas débil, ya que el medico a orden del patriarca le inyectaron un fuerte tranquilizante en su organismo comenzando a perder la conciencia, lo único que sus grisáceos orbes alcanzaron a ver era gran puerta cerrarse al ver salir al desgraciado que le quito a su pequeña.

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Después de arrancar a la pequeña de su madre, sentía tanto asco de solo oler el sucio aroma de un Omega, no podía imaginarse la gran deshonra que eso traería al Clan Hyuga. Un sucio y repulsivo Omega como líder del clan... ¡Que ridículo! Eso era impensable, todavía podía recordar las inútiles suplicas de la moribunda mujer, tenia que admitir que matar a la cría era algo que tenia que hacerse de inmediato, pero la mujer Omega todavía podía dar a luz una vez más y salvar a ese fracaso de ser humano podría serle de utilidad... Tal vez esa pequeña Omega podría servir en un futuro como sirviente, pero solamente la dejaría viví antes de que entrara en su etapa de celo.

Era impensable dejarla vivir hasta esa etapa, ya que si comenzaba su etapa de celo el repulsivo aroma de las feromonas llenaría las fosas nasales de los Alfas que se encontraban en el Clan, y si llegaban a preñarla y marcarla. ¡No! Inaudito.

— Declara la muerte del primogénito — hablo uno de los ancianos que se encontraban en la sala de reunión. — ¡No podemos permitir que esto se filtre y traer vergüenza a la familia! — exigió otro mientras golpeaba la mesa redonda en la que estaban todos reunidos.

— Lo se, pero aun puede servirnos por unos cuantos años... Cuando entre en su etapa de celo, nos encargaremos de ella — declaro tranquilo él castaño, tratando de convencer a los ancianos sobre su plan. — Su existencia como miembro del Clan Hyuga sera ocultada, sera solo un sucio Omega más... — hablo confiado consiguiendo la aprobación de los ancianos.

Tal como los ancianos y el patriarca anunciaron, el doceavo primogénito del poderoso Clan Hyuga, nació muerto.

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Doce años pasaron desde que el doceavo primogénito nació "muerto". Nadie sabia de la verdad sobre lo sucedido ese día, ese pequeño ser que fue arrancado de los frágiles brazos de su madre fue encerrado en el más lejano y profundo sótano. Sin lograr ver la luz del día en esos largos doce años, alimentado de sobras que se le entregaban solo una vez al día o algunos animales o insectos que se metían en su territorio, tomando agua de las gotas de humedad que recolectaba, las cuales se filtraban por el techo y el subsuelo.

Se encontraba en encerrada un lugar frió y húmedo, cubierta solamente con ligeros trapos que apenas si alcanzaban a cubrirle su pequeño cuerpo, su cabello largo y azabache descuidado que le llegaba debajo de su cintura por no cortárselo en años, piel blanca y transparente manchada de suciedad, como la sucia sangre Omega que corría por sus venas.

A pesar del mal trato que recibía ella era feliz, una vez al año le permitían recibía la visita de su madre, la mimaba y platicaba con ella, le enseñaba a hablar, sumar y varias materias más. De regalo siempre recibía un libro el cual siempre leía una y otra vez durante un año hasta recibir uno nuevo de ella. Pero esa pequeña pizca de felicidad no duro más. El momento que tanto suplicaba día tras día, llego. Una semana antes de su doceavo cumpleaños su celo llego.

Se sentía diferente de lo normal, su respiración comenzó a agitarse, sentía un calor abominable en su pecho y entre pierna, no quería sentirse así, era una sensación tan extraña para ella, su cuerpo comenzó a llenarse de sudor y comenzó a sentir como algo le escurría de su parte privada, se recargo en una de las frías y frescas paredes del lugar cruzando sus piernas para calmar la sensación, más el mismo movimiento que hacia comenzaba a gustarle poco a poco soltando pequeños gemidos al hacerlo.

Sin saberlo el aire a su alrededor comenzó a llenarse de sus feromonas, las feromonas que un Omega soltaba cada vez que entraba en su etapa de celo. Mordió con fervor su labio inferior tratando de controlar sus impulsos, su madre le había hablado de esto, tenia que controlarse o sus feromonas se escaparían del lugar y la matarían como se había acordado desde su nacimiento.

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Los dos guardias que se encontraban custodiando la entrada del sótano donde se encontraba la pequeña Omega eran unos Alfas de escuadrón de élite del del Clan, sus instintos como seres superiores estaban más desarrollado, su olfato logro captar la fuerte esencia de las feromonas de la pequeña Omega en celo.

— ¿Hueles eso? — pregunto uno de ellos, mirando a su compañero castaño a los ojos. — ¿Deberíamos ir a ver si se encuentra bien? — ofreció con picardía a su compañero, lo cual en su voz ya se notaba cierta excitación por el dulce olor de las feromonas. Dejaron sus puestos y bajaron por las rocosas escaleras llegando a la gran entrada la cual era una enorme puerta de madera antigua, desde la distancia en la que se encontraban de la puerta se podía respirar la fuerte esencia de las feromonas de la Omega.

Quitaron el enorme pedazo de metal que impedía la entrada al sótano, cuando la luz del sol ilumino un poco el lugar pudieron encontrar a la pequeña Omega aferrándose a si misma tratando de controlar los impulsos que sentía, el abundante calor que sentía llenar todo su pequeño cuerpo, sus blanquecinos ojos nublados por el deseo los observo mientras su nariz aspiraba la esencia de ambos Alfa.

Ella los Deseaba. Su instinto se lo decía, ella deseaba ser poseída por esos Alfas, deseaba ser sostenida, tocada. Su entrepierna se encontraba tan húmeda que no sabia si era por la excitación o por la gran cantidad de sudor que su cuerpo estaba liberando. Los dos hombres se acercaron a ella, él pelirrojo llevo una de sus manos hasta su rostro tomándolo de la barbilla recibiendo un dulce sonido proveniente de los rojos e hinchados labios de la pequeña.

Ambos hombres se miraron con complicidad, al fin y al cabo ellos serian unas buenas personas y ayudarían a la chica a calmar sus desesperadas ansias de placer. Le ordenaron a la pelinegra que se quitara los sucios trapos que tenia puestos y ella acato la orden rápidamente quedando totalmente desnuda, donde las miradas de los Alfas apreciaban su pequeño cuerpo bien desarrollado. La pálida piel de porcelana por falta de los rayos solares, sus bien crecidos pechos para su edad con esos rosados botones que rápidamente se encargaron de pellizcar para que se despertaran escuchando los gemidos de dolor y placer de la Omega.

Desabrocharon sus pantalones y los bajaron junto con su ropa interior para dejar sus miembros al descubierto, él primero en ordenar fue él pelirrojo, él cual le ordeno que le lamiera el miembro con sumo cuidado o la golpearían si es que lo mordía, la de orbes blanquecinos sentía tanta repulsión por si misma y por esos hombres que se estaban aprovechando de ella, pero por más que tratara de resistirse su instinto no se lo permitía, ella deseaba lamer el miembro de ese Alfa.

Por primera vez en su corta vida maldijo ser un Omega. Maldecía una y otra vez ser de una raza débil y complaciente, maldecía estar en celo y no poder hacer nada, en ese momento y por fin entendió por que su padre la desprecio desde su nacimiento, porque ella era una bazofia de ser humano. Sus blancas orbes se llenaron de lagrimas, las cuales salían una tras otra.

"Por favor... que alguien me salve" — suplico en sus pensamientos mientras era penetrada una y otra vez por esos sucios Alfas. Ha pesar de recibir un gran placer por ello lo sentía tan desagradable, asqueroso. Ella no deseaba eso, pero su sangre Omega sí. Su mente suplicaba y gritaba una y otra vez que se detuvieran pero su voz suplicaba por más.

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Las horas de tormento que pasaron donde la tomaron las veces que quisieron hasta cansarse de ella y dejar su cuerpo completamente sucio y magullado, fueron tan largas y tormentosas, cuando ellos se fueron le dijeron con un tono de superioridad. — "Agradece que no te dejamos preñada y te marcamos, estúpida mocosa" — de solo recordar las palabras de esos desgraciados, sentía tanto odio y repulsión. En parte ellos tenían razón, ellos pudieron dejarla preñada y haberla marcado como suya... de solo pensarlo comenzaba a temblar de impotencia.

Sentía su pequeño y frágil cuerpo tan pesado y adolorido, su cadera no le permitía lograr ponerse de pie, por lo que se arrastro hasta llegar al lugar en el que se bañaba. Limpio su cuerpo lo más que pudo pero aun así se sentía sucia, tan sucia como su sangre Omega. — M-Maldición... — pronuncio con gran odio esa palabra, porque sabia que apenas era el primer día... Porque el celo de un Omega duraba una semana, una maldita semana.

Durante esos días su fe iba desapareciendo día con día, hasta que se canso de creer que alguien la salvaría, que escucharían sus gritos internos, que el maldito tormento se detendría. Ya no quería sentir nada más, porque ella se sentía como un trozo de carne, con el cual podían hacer lo que quisieran, con le paso de los días perdió la cuenta de cuantas veces había sido tomada y cuantos hombres habían utilizado su cuerpo. Solo quería que todo terminara... Que su vida terminara.

El ultimo día de su etapa de celo se sentía como muerta en vida, como una rota muñeca de porcelana que que había caído al suelo para romperse en más de mil pedazos. Porque ella estaba rota, su alma estaba rota. Su opalina mirada que antes estaba llena de brillo y llena de vida ahora se encontraba opaca y vacía. Escucho la puerta abrirse pensando que nuevamente ellos regresarían pero lo que sus ojos vieron fueron la figura de su madre horrorizada al verla en tal estado. Si pensó que ya no sentía algo, se equivoco, ya que al ver a su madre sintió como su pecho se desgarraba al verla tan afectada por su apariencia desnuda, sucia, golpeada y sin vida en sus ojos.

— M-Mi bebé... — hablo con voz quebrada la mujer mientras se acercaba a abrazar el cuerpo de su hija. — Mi pobre pequeña... — lloro mientras sostenía el pequeño cuerpo de la menor entre sus brazos. — Lo... Lo siento... — se disculpaba una y otra vez con ella, porque las palabras que el patriarca del Clan le dijo cuando dio a luz a su pequeña eran verdad, por su culpa ella sea un Omega. — Lo siento tanto... Hinata —

Sentir a su madre temblar y verla llorar era algo que nunca en su vida quería volver a ver, escuchar las disculpas una tras otra por lo sucedido le hizo llorar nuevamente, porque ella creía que sus lagrimas se habían acabado, pero nuevamente esas gotas de agua salada salían de sus blanquecinos ojos. Se aferro como pudo al cuerpo de su madre, porque necesitaba un abraza, porque era como si su suplica fuera escuchada, porque con ese abrazo su madre la salvo de la desesperación.

— E-Estoy b-bien — no, no lo estaba, pero quería convencerse a ella misma y a su amada madre, porque no quería verla sufrir, porque ella a sufrido más que ella. — N-No te preocupes... — subió su temblorosa mano hasta la mejilla de su progenitora para limpiar una de las tantas lagrimas que salían de sus hermosos ojos grisáceos.

— Tienes... ¡Tienes que escapar de aquí! — hablo con desesperación su progenitora, ya que sí su pequeña había estado en su primer celo, eso significaría que la promesa que le hizo Hiashi se cumpliría, la mandarían a exterminar. De solo pensarlo su corazón se oprimió con fuerza sintiendo como si un hoyo negro se encontrara en dicho lugar. No podía permitir eso, no quería que su pequeña sufriera más daño.

Aunque su madre se lo dijera, ambas sabían que era imposible escapar de Clan Hyuga, pero si ella quería seguir viviendo tenia que hacerlo. Su vida dentro de ese sótano se volvió un infierno en tan solo una semana, sentía que sus ganas de vivir estaban extintas, pero siempre tuvo una enorme pregunta que se hacia cada día, mes y año que pasaba... — "¿Qué hay fuera de esas cuatro paredes?" — no lo sabía, tal vez era un mundo mucho mejor en el que se encontraba o tal vez era un mundo peor lo que le esperaba.

Pero lo que ella necesitaba era escapar de esas cuatro paredes, porque cada tres meses tendría que soportar el mismo infierno que había soportado. De solo pensarlo se horrorizaba de gran manera, cada vez que cerraba sus ojos solamente los recuerdos de esos tipos abusando sexualmente de su cuerpo aparecían una y otra vez como un disco en cámara lenta y ella sin poder hacer nada, sentir la impotencia cada vez que trataba conciliar el sueño era desesperante. Era apenas una niña de doce años, una niña a la cual le arrebataron su inocencia de la peor manera.

— N-No hay manera... — susurro con tristeza la pequeña Omega. Su progenitora la miro con sorprendida por unos momentos, pero luego volvió a la realidad, pues ella también sabía que era imposible, pero tenían que lograrlo. Deposito un beso en la coronilla de su pequeña y la abrazo fuertemente pegándola a ella sin hacerle daño. Le acaricio los largos cabellos azabaches con suavidad y cariño, pues era su pequeña muñequita.

Limpio el frágil y magullado cuerpo de su cría mientras lloraba de impotencia y coraje, pues se preguntaban como habían sido capaces de hacerle eso a una pequeña niña... A su niña. En la bolsa que traía consigo misma busco la ropa que le había traído por su doceavo cumpleaños, la vistió y arreglo como lo hacia año tras año. — Hinata... — la llamo. — Pase lo que pase... tienes que correr — la pequeña la miro con atención, pues no sabia a lo que se refería. — No mires atrás — su madre tomo una hoja de papel y escribió algo en ella, le dio una pequeña bolsita con varias cosas desconocidas para ella, lo siguiente fue ver a su madre pararse, tomar un tubo de metal que estaba tirado en el suelo y salir dejando la puerta abierta.

Ver la figura de su madre desaparecer ante la fuerte luz del sol la dejo estupefacta, lo siguiente en escuchar fueron golpes de carne romperse y el grito de su madre dándole la señal.

¡Corre!

Instantáneamente se paro y corrió lo mas rápido que pudo de esa oscura habitación, la intensa luz del sol la deslumbro, pues sus ojos no estaban acostumbrados a tanta intensidad. Nuevamente escucho la voz de su madre gritándole que corriera y ella lo hacia, tenia que hacerlo. Corrió lo mas rápido que pudo acompañado de algunos tropezones, pues sus pies expuestos al suelo se resbalaban. Se dirigió al bosque, pues su madre le había dicho que corriera en esa dirección. Cuando se adentro un poco en el bosque escucho el sonido de una armas dispararse retumbar, entonces se detuvo en seco... Las enormes ganas de voltear hacia atrás la carcomían por dentro, pero recordó nuevamente las palabras de su madre. — No mires atrás — y ella misma se repetía esa palabras a pesar de que sus ojos se encontraban llenos de lagrimas.

— N-No mires atrás —

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Continuara

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Hola Takis ~

~ Hora de resolver dudas ~

¿Que es el Omegaverse?

Omegaverse, un nuevo genero con BL, mpreg he instinto animal.

No se si ya lo conocen, dado que es relativamente nuevo, nació básicamente de los fandoms que incluyen hombres lobo como teen wolf entre otros, aunque actualmente se puede encontrar en cualquier fandom, haya lobos o no, y es básicamente lo siguiente.

El omegaverse nos sitúa en un universo donde igualmente hay hombres y mujeres, solo que ademas estos están divididos en 3 géneros mas, Alfas, Betas y Omegas, por lo que en total vendrían siendo 6 géneros en total de humanos.

¿Que se pueden encontrar en el Omegaverse?

Jerarquías, licantropia, Estro en humanos (estar en celo), Mpreg (embarazo en hombres), (penes con bultos), Comportamiento animalistico (en el momento del celo), Sentidos agudizados (olfato, vista, etc.), Futanari (mujeres con penes), Conexiones irrompibles entre pareja, Embarazo forzado, Embarazo múltiple, etc.

¿Que es la etapa del Celo?

Es la etapa en la que un Omega entra cada tres meses, esa etapa dura alrededor de una semana, en esa semana se liberan feromonas para atraer un macho Alfa, para que lo preñe. Durante esa etapa el Omega sentirá grandes deseos por acoplarse y tener sexo.

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Eso es todo ~

Si tienen alguna duda déjenla en un comentario y en el próximo capitulo las responderé~

Como había dicho, este es un genero que no se ha utilizado en el SasuHina, por ahora estoy experimentando con el genero Heterosexual, Después les traer un One-Shot de genero Yaoi también dentro del universo Omegaverse, ya que tengo varios planes para este genero.

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Perdón si hay faltas de ortografía y errores ;u;

By; Akira Fullbuster.