Capítulo 13

Luto de invierno

Se levantó al amanecer como cada día lo hacía, en silencio y sigiloso para no despertar a su mujer, quien de todas maneras y pese a sus esfuerzos, terminaba despertando para darse los buenos días con un beso apasionado antes de que él se fuera a entrenar, y ella volviera a dormir otro rato más antes de iniciar su jornada.

Llegó a su cámara de gravedad, posando su mano en la touchscreen para poder ingresar.

—Bienvenido, su majestad —dijo la voz del control de acceso, y la puerta se abrió para el monarca.

Activó la gravedad, e inició su rutina de entrenamientos de cada mañana; comenzando por el calentamiento para entonces pasar a trabajar en serio.

Flashback

—Padre —se dio la media vuelta, para entonces cruzarse de brazos —¿Pasa algo?

—Es Trunks.

De inmediato, los ojos de Vegeta se abrieron en sorpresa —¿Qué pasa con él?

Tomó aire —Me preocupa bastante su cercanía con esa mujer, últimamente cada que tiene un tiempo libre lo único que hace es estar con esa... terrícola —dijo de manera despectiva.

El ceño fruncido volvió a hacerse presente en Vegeta —¿Y para eso tanto misterio? ¡Tch! —volteó el rostro —Si Trunks quiere pasar su tiempo libre con esa mujer, con la hija de algún parlamentario, una prostituta o una roca ¡¿Cuál es el maldito problema?!

—¡Claro! ¡Es obvio que a ti no te importan las tradiciones ni el linaje! —los puños del antiguo Rey estaban apretados al máximo —¡Trunks es el futuro Rey! ¡Tu sucesor!

—Dime algo de lo que no esté enterado —respondió Vegeta con fastidio.

—¿Acaso no te importa nuestra línea de sangre? Si Trunks termina juntándose con esa terrícola entonces, ¿La corona quedará en manos de un híbrido que sólo será un cuarto de saiyajin?

Caminó alrededor de su padre, manteniendo su mirada retadora —Si Trunks decide estar con la terrícola, no pienso oponerme además —sonrió maliciosamente —por él hemos comprobado que los saiyajines híbridos son incluso más fuertes, no veo el problema.

—¡¿Entonces no piensas hacer nada?!

—¿Y qué tienes planeado hacer tú, padre? —dijo con un tono sombrío, recordando lo que hacía más de veinte años, el entonces Rey de los saiyajin había hecho para separarlo de la madre de sus hijos.

—¡Nada de lo que estás pensando! —exclamó, adivinando el pensamiento de su hijo —escucha, Trunks debe decidir lo que es mejor para él y para el imperio, pero si sólo está con esa mujer ¡¿Qué oportunidades se está dando?!

—¿De qué hablas?

Resopló por la nariz —creo que deberíamos celebrar un gran banquete e invitar a los generales del ejército, cancilleres, parlamentarios; ¡Toda la élite del imperio!

—¿Qué? ¿Acaso piensas hacerla de casamentera otra vez? —preguntó de manera burlona.

—¡Sólo es para que mi nieto conozca a mujeres dignas de él! Y que Trunks tome su propia decisión.

Harto de aquella discusión, Vegeta se dio la media vuelta para dirigirse hacia su habitación —será mejor que te vayas a dormir.

—Al menos piénsalo, Vegeta.

Fin del flashback

—No tengo nada qué pensar —dijo para sí mismo, continuando así con su entrenamiento por un buen rato más, para finalizar, como siempre, a tiempo para unirse al resto de su familia para desayunar en el salón comedor.

Salvo por la ausencia de Vilandra, Goku y los hijos de ellos, así como obviamente Ralik; el desayuno se llevó a cabo con normalidad, excepto por el distanciamiento entre las dos princesas adolescentes de la familia.

Si bien Odette percibió algo en su hija, quien a toda cosa evitaba cualquier cercanía física o contacto visual con Bra; en realidad fue Bulma la que presintió que había algo extraño entre su hija y sobrina.

Al ser de la misma edad salvo por diferencia de unos pocos meses; Sarah y Bra habían crecido más como hermanas que como primas, y al mismo tiempo eran la mejor amiga una de la otra; por lo que cualquier pequeña rencilla entre ambas era demasiado evidente, aunque algo así no sucedía desde que las dos tenían seis años, cuando ambas princesas pelearon por un juguete que, finalmente, Bra terminó ganando como prácticamente cualquier discusión o batalla no física en su vida.

Una vez que el desayuno terminó y que varios miembros de la familia imperial se habían retirado, Bulma se acercó a su hija —Bra, ¿Vienes un segundo conmigo?

La princesa asintió con la cabeza, caminando detrás de su madre hasta salir al pasillo —¿Qué sucede, mamá?

—¿Está todo bien entre Sarah y tú? Pareciera que están enojadas o algo así —dijo, yendo directo al grano de lo que ya presentía.

La adolescente desvió la mirada, la verdad no quería hablar del asunto sin embargo, era su madre quien se lo preguntaba.

Para su buena suerte, el pequeño arete de oro que adornaba la oreja izquierda de Bulma comenzó a destellar, por lo que la científico procedió a presionar dicha joya, extendiéndose un delgado micrófono hasta la altura de sus labios, y proyectándose una pequeña pantalla holográfica delante de su rostro —adelante.

Un hombre de cara alargada apareció en la pequeña pantalla —Alteza, lamento la interrupción, ¡Pero urge su presencia en el centro de control espacial!

—¿Ahora? ¿Qué es lo que pasa?

—Uno de los novatos no supo operar el control de las barreras destructoras y trabó el sistema, intentamos reiniciarlo pero no funcionó y el tráfico está detenido de ambos lados.

Ladeó los labios —Voy enseguida —se acercó a la puerta hacia el comedor, ya que su hijo y asistente aún se encontraban dentro —Mai, por favor, encárgate hoy del laboratorio en lo que me desocupo.

Tragó saliva, no esperando ese voto de confianza por parte de la científico, sus mejillas se sonrojaron, y entonces asintió con la cabeza —Sí, ¡Por supuesto! Yo me haré cargo.

Aliviada por dejar sus pendientes en manos de alguien, volteó con su hija —No creas que te has librado de esta conversación jovencita —guiñó el ojo derecho —hablaremos más tarde.

—Sí mamá —dijo Bra, aunque en realidad estaba aliviada de no tener qué hablar al respecto de la discusión con su prima el día anterior.

Nemu se encontraba recostada en una camilla en el laboratorio, vestida con un camisón de color blanco. Tenía cables adheridos a sus sienes, así como un suero intravenoso en su mano izquierda.

Un líquido amarillento proveniente del suero descendía por aquella fina manguera, introduciéndose en el brazo de la joven quien sólo observaba al techo en silencio.

Era una ventaja la anestesia que previamente el científico le había suministrado, de lo contrario, el dolor de aquella sustancia le estaría provocando sería insoportable.

—Ese suero detendrá tu proceso de crecimiento— explicaba Mayuri mientras sostenía un pequeño frasco con un líquido púrpura —Y con este otro suero, tu proceso de crecimiento y madurez proseguirá pero de manera normal.

—¿Eso quiere decir que no seré una anciana de sesenta años a los doce? —dijo de manera sarcástica, bajando entonces la mirada —Lo siento —dijo apenada.

—¡Tch! Quizás no debí haberte suministrado la anestesia, Nemu —dijo el científico mientras observaba las lecturas en su monitor —y aunque no hubiera detenido tu crecimiento acelerado en este momento, en realidad hubieras sido una anciana pero hasta los dieciséis; envejecías lo de cinco años en sólo uno; pero no más, de ahora en adelante tu metabolismo trabajará como corresponde.

Se quedó mirando al techo, pensando en que era mejor estar recostada del modo en que estaba, pues se sentía bastante mareada. Observó al científico colocar el suero púrpura para que, una vez que el amarillo finalizara, inmediatamente pasara este otro.

—Amo Mayuri, m... ¿La emperatriz Vilandra sabe de esto?

Mayuri volvió a su computadora —De hecho, ella me pidió que lo hiciera.

Sus ojos oscuros se abrieron con sorpresa "¿Por qué?... ¿Por qué pediste esto?" Pensó, mientras recordaba los obsequios que recién le habían dado, específicamente, el recuerdo de Vilandra detrás de ella, soltando su cabello mientras lucía la armadura de combate imperial.

Suspiró mientras observaba cómo el líquido púrpura descendía por la delgada manguera transparente, hasta que finalmente llegó a la aguja insertada en sus venas.

A pesar de la anestesia, sintió un ardor muy ligero, su visión se enfocaba y desenfocaba debido, tanto a las sustancias como al anestésico; tenía también mareos por lo que optó por cerrar los ojos, y simplemente dejar que los químicos hicieran su trabajo, y esperar que ese proceso terminara lo más pronto posible —mamá... —pronunció antes de quedar inconsciente.

Después del desayuno, Vegeta se dirigía por los pasillos hacia la sala del trono, mientras guardias y sirvientes se inclinaban a su paso para reverenciarlo. Simplemente, el ver a otros hacer eso era una de las cosas que más disfrutaba de ser el rey.

—Padre.

El rey volteó al escuchar la voz de su primogénito, así como los pasos de éste acercándose a él —Trunks, ¿No deberías estar trabajando en la búsqueda de sobrevivientes?

—¡Emm! Pues sí, de hecho en unos minutos revisaré los reportes que los cancilleres le han enviado a Sullión.

—Bien, bien, ¿Cuántos van hasta ahora? —preguntó, cruzándose de brazos.

—Pues... —suspiró, desalentado por la cifra que debía comunicar —apenas doce.

—¿¡Doce!? ¡Toda esa inversión de tiempo e investigación por sólo doce sabandijas! —espetó, aunque su molestia, más que con su hijo, era con la abrumadora realidad: en promedio general, se podía decir que sólo había un sobreviviente por planeta atacado.

—Aún esperamos localizar a más personas —dijo titubeante, intentando aligerar la tensión del momento —los cancilleres dicen que pudo haber ingresos sin registro así que, están buscando más a fondo.

Suspiró, mientras una sonrisa maliciosa aparecía en su rostro —a esas sanguijuelas del parlamento les encantará escuchar esto —dijo de manera sarcástica.

"Si no lo intentas nunca van a escucharte, y no será culpa de ellos sino tuya por callarte" Las palabras de Mai sonaban con fuerza en su cabeza. Tomó una respiración profunda —Padre, desde hace un tiempo he tenido una idea en mente... aunque con lo de los ataques y todo lo que ha pasado, no te había dicho nada.

—¿Y cuál es esa idea? —preguntó Vegeta con un semblante ya un poco más relajado, aunque todavía la pequeña cifra de sobrevivientes le inquietaba, pues además de significar la muerte de sus súbditos, también era el hecho de que se estaban gastando tiempo, horas hombre, recursos, etc. En localizar a tan pocas personas; y por otro lado, las fracciones del parlamento que no simpatizaban con su hijo iban a tener otro motivo para argumentar en alguna sesión.

—¿Interrumpo? —en ese momento, Odette, quien también se dirigía a la sala del trono, se detuvo con su hermano y sobrino.

—Siempre lo haces —dijo Vegeta.

Trunks rio entre dientes por la broma de su padre, y la poca importancia que su tía le daba a ese comentario —En realidad, tía, es algo que concierne a los dos.

—¿De qué estamos hablando? —observó confundida a ambos varones.

—Trunks estaba por comunicarme algo, pero en eso llegaste tú y nos interrumpiste —dijo Vegeta con sarcasmo.

—¿De verdad? ¿Qué es eso que ibas a decir, Trunks? —dijo Odette, esbozando una sonrisa.

—Pues... creo que hasta ahora nuestro sistema de gobierno ha sido útil y ha dado buenos resultados pero...

—¿Pero...? —preguntó un impaciente Vegeta.

—Pero es casi el mismo sistema que cuando mi abuelo era Rey; y el imperio se ha expandido cada vez a más y más planetas; gobernamos a muchas razas, no sólo saiyajines.

—Basta de rodeos, Trunks, ve al grano — dijo Vegeta.

Tomó una respiración profunda, y sin mostrar ni un solo gramo de inseguridad frente a su padre y tía, finalmente habló —creo que deberíamos incluir la participación de las colonias pertenecientes al imperio, es decir, que un representante de cada planeta sea miembro del parlamento, con los mismos derechos de participación e intervención que cualquiera de los parlamentarios actuales.

—¡De ninguna manera!

—¡Padre! ¡No sólo gobernamos a los saiyajin!

—Escucha, Trunks —interrumpió el rey —veo claramente que te falta mucho por aprender y por conocer de cómo se maneja este imperio, ¡No sólo es sentarte en el trono o delante de esa manada de sanguijuelas del parlamento! ¡Debes saber cuándo ser flexible, y cuándo tener puño de hierro!

—¡Pero, papá! ¡No podemos seguir reprimiendo por siempre los movimientos de insurrección! Hasta ahora han sido muy pocos, pero conforme las colonias no se sientan incluidas en las decisiones del imperio, ¡Surgirán cada vez más rebeliones!

—¡Y si eso sucede, estaré ahí para aplastarlos como insectos a todos ellos!

—Vegeta —dijo Odette, intentando calmar la acalorada discusión entre padre e hijo —quizás... no del modo tal cual como Trunks lo está proponiendo pero, quizás...

—¿Tú también crees que doblegarnos es buena idea? ¡Bah! —se cruzó de brazos —¡Se supone que eres la Reina, Odette!

—¡Soy la reina de los saiyajin! —reclamó con firmeza —pero... creo que podríamos tomar algo de la idea de tu hijo, no estoy diciendo que en verdad se abra una nueva fracción en el parlamento. —Volteó entonces a ver a su sobrino —finalmente, cada planeta tiene un representante del imperio, que son los cancilleres, si la colonia necesita algo de nosotros, simplemente debe expresarlo a su canciller, quien funge como intermediario entre el imperio y la colonia que se le asigna.

Bajó la mirada —lo sé, tía.

—Podríamos, en cambio, tener algún consejo formado por representantes de cada planeta, éstos serían designados por los cancilleres, y podrían hacer propuestas, peticiones, o lo que crean necesario para la colonia que representen; depende de lo que ese consejo exponga, se sometería a tu aprobación, Vegeta; o de ser necesario, se llevaría a discusión con el parlamento.

—¡Pero eso no sería justo, tía! —exclamó el príncipe —básicamente es lo mismo que se hace ahorita, pero habría una persona de cada colonia en Vegetasei para hacer lo mismo que haría en su planeta de origen, ¡Eso no sería incluirlos!

—¡Ya basta! —dijo Vegeta.

—Trunks —interrumpió Odette, tratando de evitar otra discusión entre el príncipe y el rey —tus intenciones son buenas, eres muy inteligente pero tu padre tiene razón, te falta experiencia en el manejo del imperio. —Comenzó a avanzar en dirección a la sala del trono, para entonces mirar a ambos varones por encima del hombro —Deberías pasar más tiempo con Vegeta, Zorn, Kratos, Kakarotto y los altos generales para que veas lo que será cuando tú gobiernes —dijo antes de alejarse por el corredor.

—Al menos dime que lo pensarás.

Vegeta volteó el rostro —continúa buscando sobrevivientes, después hablaremos de tu... idea —dirigió una última mirada a su primogénito, antes de continuar por el mismo camino por donde su hermana se había ido.

Después de haber desayunado en su habitación, en compañía de sus padres, hermanos y Kensai; Carrote se quedó a solas con su madre, pues Goku se había ido a su habitación para cambiarse de ropa; en ausencia de su padre y como uno de los comandantes del ejército saiyajin, Tarja debía reportarse a los cuarteles militares; mientras que Dahda, el pequeño Bardock y Kensai debían acudir a sus lecciones y/o entrenamientos, u otras actividades que tuvieran qué hacer como parte de su formación.

La princesa estaba recostada en el sofá, con su cabeza en el regazo de su madre quien le acariciaba la cabeza —mamá.

—¿Si?— bajó la mirada —¿Te molesta esto? —preguntó, más que nada cerciorándose que la jaqueca de su hija no estuviera de regreso.

—¡No! —sonrió —se siente bien.

Una sonrisa se dibujó en los labios de Vilandra, quien continuó acariciando y masajeando la cabeza de su hija, también en busca de alguna molestia, golpe, o algo que indicara que volviera a necesitar atención médica. Suspiró, y por un segundo, cierta joven de cabellos oscuros ocupó sus pensamientos.

—Es bonita, como tú, mamá.

Detuvo sus caricias —¿Qué...? ¿Qué dijiste? —preguntó incrédula.

—La chica que está con el hombre de la máscara —sonrió —es muy bonita... está dormida, va a estar bien.

Miró de reojo la terraza, y tomó la mano de su pequeña —¿La puedes ver? ¿Qué percibes de ella?

Se quedó pensativa, observando el rostro tranquilo de su madre —ella... está dormida... —ladeó su cabeza —...te extraña... el hombre de la máscara le puso algo en el brazo y va a estar bien... te admira... Ella... está triste...

Ante lo último dicho por su hija, Vilandra sintió una punzada en el corazón —Y... ¿Por qué está triste?

Pestañeó —No sé... Su mamá... extraña a su mamá... —las visiones sobre Nemu se esfumaron cuando los brazos de su madre la rodearon; a lo que la pequeña correspondió aquel abrazo.

—Carrote, recuerda que no debemos decir nada a nadie sobre el hombre de la máscara —dijo, intentando contener la desesperación de sus palabras.

—Sí mamá... No he dicho nada a nadie, nunca lo haré.

La separó un poco de su cuerpo para poder verla a la cara —El hombre de la máscara es quien hace tu medicina, y si alguien lo encuentra, ya no podrá hacer tu medicamento, y te podrían alejar de mi, de tu papá, de tus hermanos, lo entiendes, ¿Verdad?

La expresión de la niña cambió a una de gran temor, acompañada de pequeñas lágrimas en sus ojos —¡No diré nada! ¡No quiero que me lleven lejos de ti y de mi papá! —dijo, aferrándose con fuerza a su madre.

Vilandra estrechó aún más a su hija —Ni tu padre ni yo dejaremos que eso pase ¡Jamás! Aún si eso significa ensuciarnos las manos, nadie te alejará de nosotros. —Pronunció a manera de juramento, mientras los dedos de una de sus manos volvían a recorrer el cabello de la princesa.

En una sala de descanso del palacio, tan sólo iluminados por una pequeña lámpara de luz color ámbar; Ralik se encontraba sentado en un sofá de una plaza mientras su sacerdotisa, de pie atrás de él, se dedicaba a masajear sus hombros.

—Entonces, ¿Ese tipo que dices podría ser de utilidad?

—Para destruir este imperio de idiotas desde su mismo núcleo, sí —contestó, no con la voz grave de Vegeta IV, sino con su voz aguda y distorsionada que sonaba como el ruido blanco de una estación de radio sin señal —Es un maldito idealista que cree que sus ideas serán la salvación de éste imperio; está uniéndose a otros idiotas como él para cambiar el sistema, y eso, pienso usarlo a mi favor.

Una maligna sonrisa se dibujó en los labios de la joven —destruirlos en lo político, en lo espiritual, y finalmente en lo físico; justo tu especialidad.

—Por ahora sólo puedo arrancar el plan de este modo, por eso fui al centro de mando a buscar su información —comenzó a abrir y cerrar el puño de Vegeta IV —mi poder aún no está completamente liberado; en estos momentos, cualquiera de estos simios imbéciles podría destruirme si nos descubren.

—Eso no sucederá —dijo Zerixé, presionando un poco más en los hombros del príncipe —todos piensan que eres... ¿Se llamaba Vegeta?

Ambos estallaron en risas ante aquella sarcástica pregunta por parte de la joven, hasta que la puerta de la sala de descanso se abrió, dando paso a uno de los guardias de palacio —Príncipe Vegeta.

Ralik aclaró la garganta del príncipe —¿Qué quieres? —preguntó, pero ahora con la voz de Vegeta IV.

—Perdone la interrupción, alteza, Lord Bandor está aquí como solicitó.

—Hazlo pasar —dijo con una maligna sonrisa en su rostro, mientras Zerixé se apartó, simplemente permaneciendo de pie a una respetuosa distancia, a la diestra de su amo.

El guardia se hizo a un lado para que el parlamentario entrara, y una vez que éste ingresó, hizo una reverencia a Ralik antes de retirarse.

Bandor caminó hasta quedar a menos de un metro del sofá donde Ralik estaba, arrodillándose ante él, bajando la cabeza y con el puño sobre el corazón como solamente se saluda al Rey o Reina del imperio —Príncipe Vegeta (IV), es un honor estar ante su presencia.

Sonrió mientras elevaba su ceja —Ese saludo es sólo para los reyes, podrías ser acusado de traición.

Se levantó —Lo sé, alteza; pero ya que es usted quien debe suceder al Rey Vegeta, simplemente saludo a mi futuro Rey.

—¡El futuro Rey es el Príncipe Trunks! —exclamó con furia, provocando la sorpresa de Zerixé y del propio Ralik.

—Con todo respeto, alteza, pero aunque él sea el heredero legítimo, yo, así como muchos otros saiyajin en el imperio no lo consideramos apto para ser la cabeza de este imperio —dijo con la cabeza agachada en señal de respeto.

"¡Maldición! ¡¿Qué demonios fue eso?!... ¿Acaso...?" Aclaró su garganta para recobrar la compostura que, involuntariamente, había perdido hacía tan sólo unos segundos —¿Y por qué tienen esa opinión respecto al príncipe Trunks? —preguntó, nuevamente con su maliciosa sonrisa mientras pasaba la mano del príncipe frente a él, como queriendo leer a Bandor, observando la palma justo al finalizar, antes de que el noble se diera cuenta de aquel movimiento.

—Alteza, sé que es su primo, ¡Pero usted es testigo de su comportamiento! —tomó aire —llega tarde a las reuniones con el parlamento a las que asiste, porque no asiste a todas como debería hacerlo un príncipe heredero.

—Yo tampoco asisto a la totalidad de las reuniones —pronunció el príncipe "¡¿Qué diablos?!" Pensó Ralik.

—Lo sé —respondió Bandor —pero es mucho más frecuente verle a usted en el parlamento que al Príncipe Trunks, además de que estoy enterado que cuando usted no asiste, es porque normalmente está en misiones asignadas por los propios reyes, el Príncipe Trunks, aún estando aquí es como si procurara involucrarse lo menos posible en el imperio; nadie niega su habilidad diplomática, pero en varios aspectos es que muchos simplemente no lo vemos como nuestro futuro rey, ¡No nos transmite el liderazgo que un rey debe tener!

—¿Y qué debería tener un rey, según tú? —preguntó Ralik.

—¡El Rey Vegeta es un gran mandatario! No sólo es hábil en el campo de batalla, sino que sus decisiones en un balance general han hecho crecer este imperio; además, si debe ensuciarse las manos por su pueblo ¡Lo hace! —tomó aire —¡Simplemente con los reptilianos! El propio rey tomó la iniciativa de ir a aniquilarlos por sí mismo junto a la Reina, la Emperatriz, y compañía... —rio entre dientes —...No se ofenda, alteza, pero creo que si del Príncipe Trunks dependiera, hubiera intentado negociar con esos malditos y más colonias, ¡No! ¡El mismo Planeta Vegeta hubiera sido destruido!

—¡Trunks fue quien dio la orden para irnos a Namekusei cuando supimos que los reptilianos iban para allá! ¡Sin él no los habríamos destruido! —se agarró la cabeza, mientras respiraba agitadamente.

Zerixé y Bandor miraron sorprendidos, sin saber qué hacer.

—Alteza ¿Se encuentra bien?

Zerixé posó una mano en el hombro de su señor, la cual fue apartada por la mano de Vegeta IV.

"¡Deja de pelear! ¡Deja de darme problemas!" Ralik comenzó a normalizar su respiración —Estoy bien... No he dormido últimamente, debe ser eso —dijo a manera de excusa.

—Si... debe ser eso —dicho lo anterior, Bandor se quedó mirando fijamente y con recelo a la acompañante del príncipe "¡Demonios, Tykva! ¡¿Cómo dejas que ésta prostituta esté tan cerca del Futuro Rey?!"

—Escucha —dijo Ralik —entiendo tu sentir y el de los demás, y el por qué piensan que... pues... que mi primo no es la mejor opción para gobernarles. Desafortunadamente, salvo que el Rey y la Reina decidan otro método, el Príncipe Trunks será tu futuro Rey —ya había leído los pensamientos inmediatos de Bandor, así que lo anterior lo dijo para provocar una respuesta.

—Creo saber cómo hacer entrar en razón al Rey Vegeta y a la Reina Odette.

—¿Oh si? —fingió sorpresa —Dime tu plan.

Asintió con la cabeza —estoy reuniéndome con varios saiyajin, miembros del ejército, el parlamento, la nobleza, y muchas otras ramas; pretendemos que los reyes sometan, ya sea a votación o que ellos decidan en base al mérito, quién será nuestro futuro Rey —sonrió con malicia —de un método u otro, alteza, usted ganaría sin dudarlo, ¡Nadie como usted para ser nuestro rey! Confío en el juicio del Rey Vegeta, sé que no querrá tener una guerra civil entre saiyajines.

—Tus palabras me halagan —se puso de pie —continúa discretamente con el plan que tienes en marcha y mantenme informado... No me malentiendas, Trunks es mi primo, pero si el pueblo considera que no es digno de la corona, yo no he de decepcionarles.

A pesar del regaño anterior, nuevamente se arrodilló ante Ralik con la cabeza agachada, y el puño derecho sobre su corazón como si estuviera saludando al rey mismo —Así lo haré, alteza.

Salió hacia el jardín luego de que Ralik, conforme al protocolo, le permitió retirarse. Se sentía satisfecho luego de la reunión con el poseído príncipe, y ahora que supuestamente el propio Vegeta IV apoyaba su causa, se sentía más comprometido que nunca con el imperio, y con un gobierno digno de él.

Sin embargo, cuando cierta princesa de cabellos azules apareció a lo lejos luego de que abandonara la biblioteca del palacio; los ojos de Bandor se centraron únicamente en ella.

"Quizás no debí decirle todas esas cosas a Sarah..." Pensó para sí misma, sintiendo remordimientos por la discusión con su prima y sobre todo, el distanciamiento post-pelea por el que estaban atravesando. Ni siquiera se percató cuando Bandor apareció delante de ella.

—Bra.

Se detuvo antes de chocar con él, sacudiendo su cabeza —¡Bandor! ¿Qué... qué haces aquí?

Tomó la mano de la princesa para besar el dorso —Tuve una reunión con el Príncipe Vegeta (IV)

—¿Vegeta? (IV) —preguntó, bastante sorprendida por la respuesta, pues si bien, no era raro ver a los parlamentarios, y demás miembros de la élite visitando el palacio; dichas visitas eran para reunirse con los reyes y/o con Vilandra, no para ver a los príncipes.

Sintió una opresión en el pecho, pues por un lado, se sentía orgulloso de la plática con Ralik y por otro, culpable al estar ante Bra mientras tenía aquellos planes en la cabeza —Nada importante... —sonrió —lo importante es que pude encontrarme contigo.

Se sonrojó... y un par de segundos después volteó hacia todos lados con cierto temor —sígueme —dijo en susurro, saliendo del camino central que atravesaba el jardín y adentrándose por los arbustos y plantas, hasta llegar a un frondoso árbol que estaba cerca del muro que separaba al Palacio Imperial del resto de la metrópoli.

Si bien, al principio fue extraño lo dicho por Bra, Bandor la siguió por en medio de los arbustos hasta llegar a aquel árbol, situándose ambos en el estrecho espacio que había entre el tronco y la barda —¿Qué hacemos aquí?

—Lo siento —se ruborizó —es sólo que si los guardias o sirvientes te ven hablando conmigo mucho tiempo, es seguro que le dirán a mi padre...

—Entiendo —interrumpió él —tampoco deseo importunar a su majestad, o que piense mal de mi aunque, no lo culpo por protegerte tanto, yo lo haría.

Sonrió tímidamente —Y entonces... —comenzó a jugar con un mechón de su cabello —¿Viniste porque querías verme?

Una arrogante sonrisa se dibujó en el rostro del noble —no sabía que iba a verte pero —dio un paso al frente para cerrar la distancia entre ambos —me alegra haberme encontrado contigo hoy —su sonrisa pasó de ser arrogante a sincera.

Bra estaba totalmente sonrojada —yo... también me alegro mucho...

Con delicadeza, retiró un mechón de pelo que caía al costado del rostro de la princesa, acomodándoselo detrás de la oreja. Sonrió —Llevar el cabello así, suelto, te favorece más.

—G… gracias.

Volvió a tomar su mano para besar el dorso nuevamente —Créeme que no quisiera irme justo ahora, pero debo ver unos negocios dentro de poco.

—¡Oh! ¿Qué negocios? —preguntó con curiosidad —perdón, no me digas si no quieres.

—¡No! No hay problema —tomó aire —Además de mi posición y mi cargo en el parlamento; de mi padre también heredé varias propiedades aquí en Vegetasei y otros planetas del imperio; minas, terrenos de agricultura, satélites, etc. Tengo qué ir al puerto espacial a recibir un cargamento de minerales, materias primas y cryolita, de un satélite que poseo en el borde Oeste del imperio.

—Cryolita... —se quedó pensativa, hasta que tronó los dedos —¡Ese es el componente base del combustible de las naves!

Bandor alzó una ceja, y sonrió —Aplaudo tu inteligencia, princesa.

—¡Si! Mi mamá ya nos había dicho eso a mí, Dahda y... Sarah —su rostró entristeció por un momento al recordar la pelea con su prima, forzando entonces una sonrisa para continuar —y en las prácticas de vuelo (de naves espaciales) también lo mencionó la instructora.

Tomó la barbilla de Bra para hacerla mirarlo a los ojos —¿Pasa algo con la princesa Sarah? Siempre me ha dado la impresión que se llevan muy bien, o eso es lo que se aprecia.

Suspiró —discutimos por... Bueno es... Es que hay un chico, y los encontré besándose...

—¿Un chico? Acaso... ¡¿Te gusta él?! —Interrumpió con voz firme, casi con enfado.

Se quedó sin habla al ver la reacción del noble —Yo... no... ¡No sé! —dijo sin pensar. Bajó la mirada y tomó aire —Creí que sí... Es decir, es bastante guapo, pero...

—¿Pero? —preguntó, dándole la espalda a la princesa mientras se cruzaba de brazos.

—Ayer que discutimos, Sarah me reclamó por que yo siempre tenía qué ganar y... — suspiró y se encogió de hombros —Supongo que quería llamar la atención de Calaphor más por mi orgullo propio que por otra cosa, desde que lo conocimos notó más a Sarah que a mí.

—¡Qué idiota! —espetó el noble —Es ciertoo que la princesa Sarah heredó la belleza de su madre pero... tú... —tomó la mano de Bra, y con su otra mano acarició suavemente la mejilla de la princesa, y sonrió —…eres única, Bra.

—Bandor...

Se perdía en los ojos azules de ella, por lo que tuvo qué dar un paso hacia atrás para no perder su auto control —Estoy seguro que debes tener a muchos saiyajin dispuestos a combatir por ti.

Rodó los ojos, y se llevó las manos a las caderas —ninguno del que esté enterada, sí es cierto que le dije a Sarah que tenía un novio aunque sólo lo hice por ganarle el argumento, la verdad es que si hubiera un saiyajin enamorado de mí, o está muy bien escondido, no lo conozco, o tiene tanto miedo de mi padre y mi hermano que nunca se atreverá a dar la cara y decirme 'hola' —dijo con sarcasmo.

—Hola —comenzó a reír entre dientes mientras volvía a cerrar el poco espacio que los separaba físicamente —Es una lástima que deba irme.

—Sí... Y yo... También tengo cosas qué hacer...

Tomó la mano de la princesa nuevamente —Te veré pronto, Bra, y por cierto... —sonrió pícaramente —si tengo qué ser tu novio para que lo dicho a la princesa Sarah no sea una mentira pues... —besó el dorso de la mano de Bra, acercando entonces sus labios al oído de ella —cuenta conmigo.

Ésta vez fue él quien se sonrojó y no solo ella, pues Bra volteó el rostro para darle un beso en la mejilla al noble —nos... vemos... —dijo tímidamente mientras veía la cara de Bandor, aún rojo por el beso que le dio.

—Hasta muy pronto, Bra —dijo antes de besar por última vez el dorso de la mano de la princesa y salir hacia el sendero que atravesaba el jardín del palacio. Llegó hacia el acceso que daba a un pasillo que conducía a la sala del trono —¡Oye! —espetó molesto cuando chocaron con él.

Tras unos segundos después de haber chocado por accidente con el noble, Mai bajó la cabeza —¡Lo siento mucho! De verdad, disculpe mi torpeza.

—Señorita Mai —dijo un guardia que caminaba hacia ellos, sosteniendo una especie de llave, la cual entregó a la terrícola —se le cayó esto.

Mai tomó aquella herramienta —¡Muchas gracias! —volteó hacia el parlamentario —De nuevo, me disculpo, debo irme. —La joven continuó su camino. Ya que Bulma había sido llamada de emergencia a verificar las barreras destructoras que protegían el Planeta Vegeta; como su asistente, Mai tuvo qué arreglar el control de la puerta de la oficina de los reyes, la cual estaba adjunta a la sala del trono.

Bandor se quedó mirando a la terrícola mientras se alejaba por el pasillo —¿Quién es ella? —preguntó al guardia, que aún se encontraba en el lugar.

—¿La terrícola? Su nombre es Mai, es la asistente de la Princesa Bulma en el departamento de ciencia y desarrollo tecnológico, he escuchado que es muy buena; aunque en realidad, no hubiera logrado nada de no ser porque también es la nueva amante del Príncipe Trunks.

Parpadeó con sorpresa, pues si bien se había sabido de hijas de aristócratas que fueron muy cercanas a Trunks en el aspecto de romances fugaces, nunca se le había conocido alguna pareja formal o concubina —Así que de entre miles de mujeres saiyajin que se matarían entre ellas por él, el Príncipe Trunks prefiere despreciar a su pueblo y tener una amante terrícola —pronunció con desprecio.

En la oficina de los reyes, luego de que Mai reparara la puerta; Vegeta caminaba de un lado a otro mientras reflexionaba sobre la discusión con su primogénito aquella mañana.

—Vegeta ¿Quieres quedarte quieto? Verte así me marea más que mis síntomas de embarazo —dijo Odette de manera burlona mientras se acomodaba en el sofá de dos plazas, recargando su cabeza sobre su mano, su codo en el descansabrazos, y sus piernas sobre el resto del sofá.

—¿Acaso es mi culpa que lleves a un mocoso en el vientre? Deberías reclamarle al insecto de Zorn por tus mareos, no a mi.

Ambos hermanos rieron entre dientes —Por cierto, ¿Has pensado algo sobre lo que dijo Trunks esta mañana?

Se volteó hacia la ventana —Que debería tenerlo pegado a mí para que vea cómo se gobierna un imperio.

En ese instante, el antiguo rey del imperio entró a la oficina.

—Padre —dijeron Odette y Vegeta al unísono.

Lord Vegeta caminó hasta el escritorio, dejando una pequeña semi-esfera de metal sobre el mismo —Bardock me entregó los informes de exploradores sobre planetas para anexar al imperio.

—Excelente —dijo Vegeta.

—Creo que, entre la búsqueda de sobrevivientes y la reciente propuesta de Trunks, lo mejor es enviar a Tarja a las misiones diplomáticas, y a Vegeta (IV) para las negociaciones hostiles. —dijo Odette, ganándose una mirada severa por parte de su hermano.

—¿Qué propuesta? ¿Qué dijo mi nieto?

Vegeta se cruzó de brazos —sólo una idea alocada ahorita que está en su fase altruista.

—En realidad no es tan alocada, Vegeta, podríamos aplicar lo que sea práctico para el imperio, dale algo de crédito a tu hijo.

El antiguo rey sólo observaba a su primogénito volteando el rostro —¿Qué se le ocurrió a Trunks ahora? ¿Me lo dirás tú, Vegeta? —volteó hacia la menor de sus hijos —¿O tú, Odette?

El Rey dio un paso al frente —Trunks propone que haya un representante de cada colonia en el parlamento saiyajin, con los mismos derechos y atribuciones que cualquier otro parlamentario.

—Yo insisto en que podría haber un consejo de representantes de los planetas, que tengan un líder y ese líder exponga los acuerdos de ese consejo; ya entre el parlamento y la monarquía decidiremos qué se hace y qué no —dijo la reina.

—¡¿Ya ves, Vegeta?! ¡Te lo dije! ¡Esa mujer es una pésima influencia para mi nieto!

—¡Ya te dije que no te entrometas, padre! —exclamó Vegeta.

Lord Vegeta se acercó a su hija —Vegeta, escucha lo que te digo, desde que se involucró con esa terrícola, ¡Lo único en la cabeza de mi nieto está relacionado con ella!

—¡Basta! —dijo el rey —¡Todos conocemos a Trunks y cómo es él! Con o sin esa muchacha, Trunks hubiera intentado ayudar al universo entero, y tarde o temprano hubiera salido con una propuesta así —espetó, intentando contener su disgusto.

—Vegeta, insisto, es necesario que Trunks conozca a otras mujeres, permíteme hacer ese banquete.

—¿Banquete? —interrumpió Odette —Padre, ¿Estás pensando comprometer a Trunks a la fuerza?

—¡Sobre mi cadáver! —exclamó Vegeta.

—¡Sólo es un banquete! —dijo el antiguo rey —No es para que Trunks se case o se comprometa, ¡Sólo para que vea y conozca a las muchas saiyajin que hay allá afuera! Una cosa es que sepa que las hay, pero ¿Cómo esperar que le guste alguna o le llame la atención si sólo tiene cerca a esa terrícola?

Vegeta le dio la espalda a su padre y se cruzó de brazos, mientras que Odette se quedó pensativa —quizás no sea tan mala idea.

—¡¿Qué demonios dices?! —exclamó Vegeta, girando de manera violenta para encarar a su hermana menor.

—Vegeta, desde que los ataques comenzaron no hemos tenido descanso y todo ha sido tensión, tensión y más tensión; una celebración podría relajar los ánimos y sería un momento de esparcimiento para todos.

—Y Trunks podría conocer otras mujeres —dijo el antiguo rey al sentirse apoyado por su hija.

—Yo no dije eso, padre —aclaró la reina —sólo creo que sería bueno para que todos pasemos un rato agradable; ya si a Trunks le llega a atraer alguna muchacha pues será cosa de él, no quiero que sea uno de tus banquetes para buscarle esposa a ninguno de mis sobrinos, sólo un momento ameno para nosotros y la élite del imperio.

Vegeta se quedó pensativo; Odette tenía razón, el ambiente en general había sido de una gran tensión incluso ahora que los enemigos habían sido derrotados —¡Bien! —dijo el rey —se hará el estúpido festejo que ustedes planean, pero, padre, ¡No quiero ver que te la pases presentándole mujeres a Trunks a la fuerza! Si él quiere acercarse a alguien o pasar toda la noche con la terrícola, o hablando con una planta estando ebrio, ¡Eso será problema de mi hijo y no quiero que te entrometas, padre!

Al atardecer, y después de haber entrenado juntos en la cámara de gravedad; Sarah y Calaphor se encontraban en la habitación de la princesa, quien había solicitado una abundante cena para ambos.

Una vez que terminaron de comer, los dos adolescentes salieron a la terraza, sentándose sobre el barandal con las piernas colgando hacia el jardín —Te acostumbras rápido a gravedades más elevadas.

Leyó la traducción en su rastreador —Yo... más fuerte... quiero.

—¡Eres muy fuerte!

Se recorrió para acercarse más a ella —quiero más ser fuerte.

—Yo también —suspiró —quiero ser tan fuerte como mi mamá o mi tía Vilandra.

—Yo quiero... más fuerte... yo quiero... proteger Vilandra... y proteger tú.

Los ojos de ambos adolescente se encontraron, y sus labios se juntaron para dar paso a un dulce beso.

—¿Sarah?

Afortunadamente para ambos jóvenes, ellos estaban en un lado de la barandilla que no estaba tan a la vista desde la entrada de la habitación de la princesa.

—¡Es mi mamá! Calaphor, ¡Debes irte!

—¡No! ¡Yo enfrentar tu madre y padre! ¡Tú mi mujer después!—dijo Calaphor, decidido a no esconder esa relación que muy apenas comenzaba.

—¡Después! ahora ve a tu habitación por favor —dijo, sumamente nerviosa.

Dudó por un momento —bien... mañana veo tú —dijo el joven antes de saltar hacia el jardín, y dirigirse a su alcoba.

Odette salió a la terraza, encontrando a su hija sentada sobre el barandal —Sarah, ¿No me escuchaste al llegar?

Tratando de disimular su nerviosismo, la princesa volteó y dio un pequeño brinco hacia el suelo de su terraza, acercándose a su madre —¡Perdón, mamá!... Yo... estaba distraída.

—¿Oh si? —se cruzó de brazos y alzó la ceja —¿Y se puede saber qué te distrae tanto que bajas la guardia de ese modo?

—Yo... Pues... ¡Cosas! —desvió la mirada.

Suspiró y relajó los brazos —sé que desde los ataques no he estado tanto contigo y tu hermano... ¡Bueno! No es que a estas alturas de su vida, Vegeta (IV) me necesite como cuando era pequeño —dijo entre risas.

—Está bien, mamá —su rostro se ensombreció al recordar aquel soldado que, en sus últimos momentos, le pidió perdón por no haber sido capaz de defender el planeta al que había sido asignado —no han sido tiempos fáciles.

—Ya todo está volviendo a tomar su curso, lento, pero todo volverá a ser como antes.

—Excepto por mi hermano —dijo la princesa, dirigiendo sus ojos al vientre de su madre.

Puso su mano en la cabeza de su hija —¿Qué piensas al respecto? A Vegeta (IV) no pareció importarle.

Se encogió de hombros —Ya sabes cómo es mi hermano —sonrió —Yo... ¡No sé! Creo que será divertido entrenar con él o ella, ir a las cascadas del bosque... Explorar otros planetas juntos...

—Básicamente igual que con tus primos, pero será tu hermano o hermana menor —dijo la reina entre risas. Y es que la realidad era que sus hijos y sobrinos convivían y se llevaban como hermanos, más que como primos.

—¡Algo así! —dijo mientras reía.

—Hablando de tus primos —se arrodilló para quedar a la altura de su hija —¿Qué es lo que pasa entre tú y Bra? Siempre han sido muy unidas y ahora es como si no pudieran verse.

Dejó de reír y desvió la mirada —No...

—¡No digas que no pasa nada! Sarah, te conozco perfectamente y sé cuando escondes algo, así que dime la verdad —dijo firme, pero a la vez con un toque suave en su voz. Maternal.

Suspiró —Ella... —se sonrojó al recordar cuando estuvo a punto de dar su primer beso con Calaphor, y cómo Bra los había descubierto momentos antes del beso real en sí. Rápidamente pensó en cómo contar la historia sin tener qué dar justo ese detalle. —Bra se molestó porque Calaphor se lleva mejor conmigo y... —suspiró —yo... le dije cosas que no quería decirle.

Alzó la ceja —¿Qué cosas?

—Le reclamé el que, como es LA Princesa Brássica, hija del Rey de los saiyajin, ella siempre debía ganar; y le dije que no por ser hija de mi tío Vegeta todo se tenía qué tratar sobre ella. —Suspiró con tristeza.

—Ya veo —dijo con tono sereno. Acarició el rostro de su hija para hacerla mirarla a los ojos —¿De verdad piensas eso de Bra?

—¡No!... Bueno... —suspiró —Es cierto que Bra siempre se sale con la suya... ¡Pero en verdad no quise decir todo eso! Yo... Yo sólo estaba molesta.

Sonrió —Todos decimos o hacemos cosas que no queremos, o que no sentimos cuando estamos enojados —observó la triste sonrisa que se dibujó en los labios de su hija —Habla con Bra, arreglen las cosas.

—Conociéndola, Bra debe odiarme.

—Bra no te odia —se incorporó, y abrazó a su hija —te aseguro que ella tampoco está feliz con la discusión que tuvieron.

—¿Tú crees?

Se separó de ella, y asintió con la cabeza —ve y habla con tu prima.

—Lo haré, mamá —dijo con una sonrisa, asintiendo con la cabeza.

Dedicó una sonrisa a su hija y se dio la media vuelta —iré con tu padre, piensa en lo que hablamos.

—Sí, mamá.

—¡Oh! Y Sarah —volteó a ver a su hija por encima del hombro —Que sea la primera y última vez que Calaphor se mete a tu habitación; si quieren hablar, comer o algo, para eso están los jardines, las salas de descanso, el salón comedor; etcétera, ¡No las alcobas! Además de que a tu padre no le agradará descubrirlo aquí a solas contigo y ¡No quiero imaginar su reacción!

Sarah se quedó petrificada —C... Cómo...

—¿Lo supe? —interrumpió —Sarah, soy tu madre —guiñó el ojo, y se dirigió a la puerta para salir e ir a la habitación que compartía con Zorn desde hacía más de veinte años.

Terminadas sus labores en los cuarteles militares, Tarja se dirigió al palacio y, como todas las tardes, se dirigió a su habitación para cambiarse de ropa y asistir a la cena familiar; aunque en esta ocasión en lugar de ir al salón comedor, dirigió sus pasos a la habitación de su hermana menor.

—¡Tarja! —exclamó Goku cuando vio entrar a su hija mayor.

—¡Papá! —abrazó a su padre, siendo correspondida por el mismo.

Se separó de su hija —¿Cómo te fue con los generales?

—¡Bien! De hecho estuvimos designando escuadrones para las colonias y revisando el desempeño de los soldados próximos a graduarse.

Sonrió —Creo que te va mejor el puesto a ti —dijo entre risas.

Al igual que su padre, Tarja también se rio por el comentario. Volteó hacia el área del dormitorio de su hermana —¿Y Carry?

—Tu mamá la está bañando, pero no deben tardar en salir —observaron la puerta del vestidor abriéndose, dejando ver a Vilandra con Carrote en brazos, la cual vestía un ligero vestido de algodón color blanco a modo de pijama. —¡Oh mira! Ya salieron —dijo Goku.

Carrote volteó hacia la sala de estar, donde su padre y hermana se encontraban —¡Tarja! —exclamó con alegría, haciendo un movimiento para apartarse del cuerpo de su madre.

Vilandra dejó a su hija en el piso, quien inmediatamente quiso ir veloz con su hermana mayor —Carrote ¡No corras! —resopló por la nariz, pues la niña simplemente no hizo caso de aquella indicación.

Tarja tomó a su hermana en brazos una vez que ésta última, literal, saltó para saludarla —Veo que ya te sientes mejor —sonrió.

Asintió con la cabeza —¡Si! ¿Vamos a la piscina?

—¡Carrote! —exclamó Vilandra, quien llegaba a la sala de la habitación de su hija; quedando de pie junto a su esposo —aún tienes qué descansar, ¡No volverás a salir de ésta habitación hasta que el doctor no diga que ya estás bien! Así tenga qué quedarme contigo todo el tiempo.

—¡Oh, vamos, Vili! —dijo Goku.

—¡Apenas ayer, de la nada, tuvo esa extraña jaqueca! —reclamó Vilandra.

Previniendo algún desacuerdo entre sus padres, Tarja miró a los ojos a su hermana —mejor otro día ya que estés mucho mejor, ¿Qué tal si vamos a las cascadas de ese bosque que está en el oeste?

Los ojos de la pequeña brillaron de emoción —¡¿Las de las cuevas de cristal?! —más fue su alegría cuando su hermana asintió con la cabeza —¡Sí! ¡Vamos!

Juntó su frente con la de su hermana —primero tienes qué recuperarte bien, y cuando diga el doctor que estás perfecta, vamos tú, yo, Dahda, y Bardock.

Vilandra le dedicó una sonrisa de agradecimiento a su hija mayor por cómo manejó la situación con Carrote —Pediré que traigan la cena, ¿pido también para ti, Tarja? ¿Vendrá Kratos también?

—Sí, por favor, mamá; Kratos llegará más tarde, está supervisando las actividades del satélite seis por orden de mi tío Vegeta.

—Bien, haré que traigan la cena para los cuatro entonces —dijo antes de entrar al área del dormitorio para poder usar la touchscreen y comunicarse con la servidumbre.

Sin soltar a su hermana, Tarja sacó algo de su ropa —Por cierto, se me había olvidado darte esto —abrió la palma de su mano, mostrando un pequeño cristal bastante brillante, con forma de dodecaedro, un poco más pequeño que una pelota de golf.

—¡Es el cristal que te decía! —exclamó la pequeña con emoción.

—¿Qué es eso? —preguntó Goku, observando la gema que su pequeña hija ahora sostenía.

Tarja se encogió de hombros —Carry dijo que lo encontraría en aquel planeta ¡Y así fue! —se quedó pensativa unos segundos —creo que ella heredó el poder del abuelo Bardock, ya sabes, ver el futuro y eso.

Goku desvió la mirada —sí... debe ser eso... el poder de tu abuelo... —dijo entre risas y con nerviosismo en su voz, cosa que pasó desapercibida para sus hijas.

Bra caminaba por los pasillos del palacio luego de haber pasado, prácticamente toda la tarde en una sala de descanso, supuestamente leyendo unos libros sobre historia de los saiyajin que su abuela paterna le había asignado; aunque en realidad, su mente sólo podía pensar en una sola cosa o más bien, en un saiyajin: Bandor.

La sensación que tenía cada que él besaba el dorso de su mano.

El sonido de su voz.

Su sonrisa, tanto la arrogante como la sincera.

Continuó su camino sumergida en sus pensamientos, hasta que.

—¡Bra!

Volteó a su lado izquierdo —¡Mai! ¡Hola! —dijo al ver a la terrícola a menos de un par de metros de distancia, acercándose a ella.

—¡Me alegra verte! Creo que tomé un pasillo que no era y la verdad, ya estaba algo perdida.

Pestañeó y se quedó pensativa —bueno... sí el palacio es bastante grande... Supongo que alguien que no lo conoce en su totalidad puede extraviarse fácilmente.

—¡Es enorme!

—Mai —se sonrojó —¿Puedo hablar contigo de algo? Pero, no aquí, vamos a mi habitación, ¿si?

La joven pestañeó con sorpresa —Claro, sí —respondió de manera cortés.

Si hubieran seguido por los pasillos y ascensores del palacio, se hubieran tardado quizás unos diez o quince minutos en llegar a las habitaciones de la familia imperial; pero como Bra deseaba llegar pronto a su recámara para hablar con Mai, decidió tomar la vía rápida: entrar volando por la terraza con una temerosa Mai a su espalda, quien se sujetaba abrazándose fuertemente a la princesa.

—¡Listo! —dijo Bra.

Mai se soltó al sentirse en piso firme, y caminó detrás de Bra hacia el interior de la habitación.

—Bien, aquí sí podemos hablar sin que haya oídos y ojos detrás de los muros.

—Y ¿De qué quieres hablar? —preguntó Mai.

Suspiró —Es que... —se sonrojó —Mai... Cuando tú... ¡Tú sabes! Bueno...

—¿Si? —preguntó confundida, no teniendo ni idea de las dudas de la princesa.

Cerró fuertemente sus puños —¡¿Qué sientes cuándo Trunks y tú están... juntos?!

La cara de Mai se volvió carmesí, sus ojos se abrieron al máximo —¡¿Qué?! ¡¿Por qué me preguntas eso?! —casi se le va el aire pues, si se suponía que ella y Trunks eran amantes, ¿Cómo es que iba a responder preguntas íntimas?

—¡No me refiero a cuando ustedes tienen sexo! —exclamó Bra, haciendo una mueca de desagrado.

Mai sentía que casi se ahogaba, ¡Quería gritar que ella jamás había hecho semejante acto con el príncipe! Pero su impacto era aún más grande.

—Hablo de... Cuando tú lo ves... y él te mira a ti... y se toman de la mano porque... Lo hacen ¿Cierto?

—¡¿Hacemos?! ¡¿Hacemos qué?! Bra ¡No digas esas cosas! —exclamaba con el rostro ya con una tonalidad que iba de lo rojo a casi el morado.

No pudo contener la risa —Mai, ¿Por qué te escandalizas tanto? —suspiró —Es... bueno yo... sólo quiero saber cómo es estar enamorada... Pensé que tú podrías ayudarme...

La impresión de Mai cesó en ese momento al ver a la princesa con esa expresión dulce, ilusionada.

—Es que... Veo a mi hermano cuando te mira, cuando habla de ti y cómo te protege —volteó hacia Mai, sonriendo —Y tú... La forma en que lo miras a él... Debe ser lindo estar tan enamorada.

El sonrojo se apoderó nuevamente de Mai —¿Yo? ¿Trunks?... yo...

—¡¿Cómo es, Mai?! —se llevó las manos al pecho —Cuando miras a mi hermano... o cuando lo tienes muy cerca de ti... ¿Sientes que el corazón se te vuelve loco? ¿Es como si todo el universo desapareciera menos Trunks?

—Pues... —en ese momento, recordó justo el instante en que Trunks la tomó en brazos después de aquel intento de violación; lo segura y protegida que se sintió en ese momento, la confianza que el príncipe le inspira; la seguridad que le hizo sentir al reparar la nave, y la amistad y compañerismo que se había forjado entre ellos las últimas semanas —…Sí... Es como si no existiera nada más en ese momento.

Sonrió —¡¿Verdad que sí?! —suspiró.

"¿Enamorada... yo?" Se cuestionó a sí misma, ahora insegura por completo si en verdad lo que sentía por el príncipe era mera amistad y agradecimiento como ella misma lo definía, o bien, gracias a Bra, estaba descubriendo que en realidad se estaba enamorando.

—A todo esto, Bra... ¿Por qué me haces esas preguntas?

—Yo... —se sonrojó.

Los ojos de Mai volvieron a abrirse al máximo —¿Acaso tú...? —no pudo completar su pregunta, ¡Bra era una niña de 13 años! A su percepción, ¿Cómo era posible que los niños saiyajin fueran tan precoces para estarse enamorando tan jóvenes?

—Eso creo... —sonrió, y llevó a su corazón la mano que Bandor le había besado —creí que estaba enamorada de Calaphor... ¡Es muy guapo! Pero... Creo que sólo quería que fuera otro chico más de quien quería su atención, como con los cadetes que no me quitan los ojos de encima.

Mai se sentía abochornada y avergonzada, pero finalmente, la princesa le había dado su confianza —Entonces, ¿Estás enamorada de uno de esos cadetes? —se tapó la boca, ¡¿Hablar de esas cosas con una niña de 13 años?!

—No... Es... Un miembro del parlamento, no lo conoces.

La terrícola se abanicaba con la mano ante la incomodidad de ese tipo de temas, no sabiendo qué más decir u opinar sin hacer sentir a Bra que era un error haber confiado en ella; y por otro lado, rogaba que la princesa no volviera a preguntar sobre su supuesta relación con Trunks.

—Aunque... Me siento mal —dijo con tristeza.

—¿Por qué? —dijo preocupada.

—Pues... —se encogió de hombros —A Calaphor le gusta mi prima Sarah y... pues ella y yo discutimos por eso...

—Discutieron por un chico —dijo Mai, tratando de ocultar lo escandalizada que se sentía.

—Ella implicó que como soy hija del Rey, siempre debo salirme con la mía y mi enojo era porque a Calaphor le gustaba ella y no yo —sonrió con tristeza —La verdad es que tenía razón. Yo mentí, le dije que ya tenía un novio y que por mí lo que pasara con ella y Calaphor no me importaba.

Le dedicó una sonrisa cálida —no... no sé mucho de ustedes pero, veo que siempre están juntas, supongo que te sientes mal de haber peleado con ella.

Bajó la mirada —Sí... No me gusta pelear con Sarah, ¡Es como mi hermana! No sé si podrá perdonarme.

—¿Por qué no hablas con ella? —dijo con voz suave, atrayendo la atención de la menor —Bra... No vale la pena que ustedes se alejen por cosas que dijeron estando enojadas... Yo crecí en un orfanato en la Tierra, tenía dos amigos que eran como mi familia. Ellos dos y yo escapamos cuando teníamos siete años —una lágrima recorrió su rostro "Shuu... Señor Pilaf" Pestañeó. —A veces teníamos algún desacuerdo sin sentido, aunque jamás discutimos ni nos alejamos... Pero si hubiéramos peleado alguna vez, yo hubiera hecho cualquier cosa para arreglar las cosas con ellos.

Bra se quedó mirando a Mai, la tristeza en su mirada —¿Qué pasó con tus amigos? —preguntó temerosa.

Flashback

Era una noche fría a principios de Enero. La nieve, incluso hielo cubría las calles de aquella ciudad que alguna vez albergara Emperadores en el pasado.

En aquel oscuro callejón, tres pequeños dormían en el frío suelo, con tan sólo unos periódicos y ropa vieja y rota protegiéndolos de aquellas temperaturas muy por debajo de los cero grados.

Mai no sentía su propio cuerpo, y sólo podía observar a sus amigos a su lado. El hocico de Shuu temblaba débilmente mientras que Pilaf se veía no azul, sino morado.

No podía hablar.

No podía moverse.

No podía hacer nada más que ver cómo los temblores de Shuu eran cada vez menos y menos notorios, en especial desde que él le colocó el cartón que lo cubría del inclemente clima.

Negro.

De repente, el sonido de unos pasos la hizo despertar, y vio a un hombre agacharse para revisar a sus amigos.

—Muertos.

No podía creerlo, ¡No podía ser cierto! Debía ser todo una pesadilla.

Sintió cómo la levantaban los brazos de ese hombre, quien la cubrió con un grueso abrigo; y conforme aquel sujeto avanzaba fuera del callejón, sólo podía sentir el dolor de la pérdida de sus amigos que se incrementaba a medida que la alejaban de sus cuerpos.

Fin del flashback

Después de la cena familiar en el gran salón comedor, Trunks se dirigió a su habitación, curioso sobre el por qué es que Mai no había ido a cenar con él y su familia como casi todas las noches a petición del propio príncipe.

Tras la discusión con su padre y tía esa misma mañana respecto a su idea de reformar el parlamento, sólo deseaba que su compañera de cuarto estuviera bien, y que su ausencia del comedor fuera por cansancio o cualquier situación sin importancia.

Entró a su recámara —¡Mai! —exclamó con alegría, hasta que vio a la terrícola sentada en uno de los sofás de la estancia, abrazando sus piernas y con la cabeza recargada en sus rodillas —¿Qué... Qué tienes? —preguntó preocupado, especialmente al lograr percibir un sollozo ahogado.

La terrícola alzó la cabeza, limpiándose un par de lágrimas con su dedo índice —Yo... Estoy bien, no es nada importante —intentó sonreír.

Trunks se sentó junto a ella, tomando suavemente el mentón de la joven y percatándose de sus ojos irritados —Mai, por favor, ¡Dime qué te pasa! ¡¿Acaso alguien te hizo algo?!

No pudiendo aguantar el dolor del pasado, hundió su cabeza en el pecho del príncipe —¡Pilaf y Shuu!

—¿Quiénes? —preguntó el confundido príncipe mientras abrazaba a la joven de cabello azabache, intentando reconfortarla.

—Mi Señor Pilaf y Shuu... —sollozó, y el llanto reinició.

Y le tuvo qué contar todo sobre ellos.

Su infancia en aquel orfanato donde los conoció; y de cómo todas los días Pilaf hablaba de querer conquistar el mundo para hacerlo un mejor lugar.

Le contó de cuando se fugaron una noche a los siete años para poder iniciar el plan del pequeño Pilaf de conquistar la Tierra, las carencias que tuvieron, el hambre que padecieron, el tener qué dormir en las calles.

Y entre lágrimas finalmente relató de cuando el invierno ruso llegó con toda su crudeza, arrebatándole la vida a sus amigos, y a ella dejándola con una neumonía de la que apenas sobrevivió, gracias a la caridad del hombre que la rescató.

Pero a pesar de ese momento de sinceridad, fue tanto su dolor por haber perdido a Pilaf y Shuu, que no pudo seguir contando el resto de su pasado.

Trunks sólo la podía abrazar fuerte contra su pecho, sencillamente no podía imaginar todo lo que ella había vivido.

Él era un príncipe, y no cualquiera, sino el heredero al trono de un poderoso imperio que comprendía más de cincuenta planetas. Y por el lado materno, también era el heredero de un poderoso imperio empresarial que había comenzado en el Planeta Tierra, y que hoy en día era la empresa privada más grande e importante en todo el Imperio Saiyajin, pues Capsule Corp era el principal proveedor tecnológico del departamento de ciencia y desarrollo que Bulma dirigía, así como del ejército saiyajin; además de que sus productos eran comercializados en cada uno de los planetas y satélites del imperio o bien, otras empresas de los diversos planetas se asociaban o pagaban por los derechos de la patente para poder implementar el encapsulamiento a sus propios productos.

Carencias, hambre, necesidad; eran palabras cuyo significado conocía en la teoría pero que jamás había experimentado, ni si quiera visto de cerca; no por eso ignoraba la existencia de personas en ese tipo de circunstancias, pero hasta ahora conocía de primera mano a alguien que había vivido todo eso.

Tomó el rostro de ella entre sus manos, limpiando sus lágrimas con sus pulgares —Mai, yo... Lamento todo lo que tuviste que pasar —juntó su frente con la de ella —te prometo, Mai, que haré lo que sea para que no tengas qué volver a vivir todo eso nunca más, yo... Quiero verte feliz de ahora en adelante, Mai... Quiero hacerte feliz.

Su llanto había cesado hacía unos instantes, y sólo quedaban los sollozos que naturalmente quedan después de haber llorado tanto. Cuando el Príncipe dijo lo anterior, lo miró sorprendida, y sonrió —ya me haces muy feliz... Trunks, ¡Me salvaste! Muchas veces y por ti, mi vida vuelve a tener un curso y un significado... Yo... No puedo estar más agradecida y feliz de que me hayas arrestado ese día.

Ambos rieron ante las últimas palabras dichas por la terrícola, y se quedaron mirándose a los ojos, sonriéndose sin pronunciar palabra alguna, aún sus frentes unidas.

Deseaba besarla en ese momento, pero haciendo acopio de todo el autocontrol del que era capaz, y de su prudencia, dirigió sus labios a la frente de ella; finalmente, había sido difícil ganarse su confianza como para arruinarlo por un mero impulso.

La abrazó nuevamente —Es mejor que descanses, estarás agotada.

—Sí... de hecho así es —dijo una vez que se separaron.

—Otra cosa Mai —suspiró —que esta conversación quede entre tú y yo; nadie debe enterarse del plan que tenía tu amigo y que tú le apoyabas —tomó la mano de ella —yo entiendo que no era más que sueños de ustedes cuando eran niños, pero... Ese tipo de ideas se consideran traición y conspiración contra el imperio; no quiero que nadie intente hacer algo en tu contra por algo que pasó cuando eras niña, así que por favor, si vuelves a contar esta historia a alguien más, ¡Te lo suplico, Mai! No digas que querían conquistar la Tierra, por favor.

Suspiró con tristeza, lo miró a los ojos, y sonrió —No le diré a nadie, no te preocupes —llevada por un impulso, besó al príncipe en la mejilla derecha y se levantó del sofá —Buenas noches, Trunks. —Dirigió sus pasos al área del dormitorio, cerrando las puertas que dividían dicha zona de la sala de estar de las habitaciones del príncipe.

Trunks se llevó la mano a la mejilla donde Mai le había besado, apenas rozando con sus dedos el área donde le dio el beso. Sus dos mejillas estaban bastante rojas y hasta que se quedó dormido, en su cabeza sólo se repetían 2 escenas: él besándola en la frente, y ella besándolo en la mejilla.

CONTINUARÁ


Pues bueno! Aquí otra entrega de esta historia.

Lord Vegeta y sus ideas... Abuelo, ya dedíquese a algo productivo... no sé, purgue planetas ahora que ya no es rey XD

Y bueno, Trunks soltó su idea revolucionaria y pues, a Odette y a Vegeta no les convenció mucho que digamos.

Ralik piensa utilizar las ideas derechistas de Bandor a su favor pero, ahora con Bra de por medio ¿Qué tan dispuesto a seguir sus ideales estará Bandor?

Goku ¿Qué sucede con Carrote? Porque, sólo le dio por su lado a Tarja, pero él y Vilandra algo ocultan. Hablando de Vili, ¿Por qué dice que sin la medicina que le da Mayuri, alejarían a Carrote de ellos?

Nemu estaba bajo un proceso de crecimiento acelerado que Mayuri apenas revirtió a petición de Vilandra; y Nemu dijo que sería una anciana de 60 años a los 12... entonces, Nemu envejece (o envejecía hasta este capítulo) 5 años por cada año de vida... Entonces si tiene como 20 años... ¡¿Nemu nació hace apenas 4 años?! Por cierto, este crecimiento acelerado si, es una referencia a Star Wars y los clones creados en Kamino, donde los hacían crecer más rápido para poder ser usados como soldados.

Y pues, espero hayan tenido Kleenex a la mano por la escena de la muerte de Pilaf y Shuu. Para quienes se preguntaban qué pasó con ellos, pues, eso sucedió.

Respuestas a sus reviews

Vegeta Ouji: Muchas gracias por tu review! Ya te había contestado por inbox pero bueno, te saludo también por este lado. Interesante la teoría de Nemu aunque, implicaría demasiadas cosas, OMG!

Lector Shenlong: Carry vuelve a hacer de las suyas jejejeje, es nuestra pequeña oráculo xD. Me alegra que te estén gustando los ships y bueno... Tarja por fin le entregó el cristal a Carrote!

Saludos a Jenifer Chavez y Vane Saldivar, que sé que leen este fic y me dejan lindos comentarios en facebook.

Muchas gracias a todos y nos vemos en el siguiente capítulo porque, pues hay una fiesta con toda la élite que tendrá lugar, y hay qué ver qué sucede.

Ciao!

¿Reviews?