EPÍLOGO

POV Edward

Escuché un ruido a las dos de la madrugada mientras Bella y yo dormíamos. Nos había tocado un día pesado: Ella por su parte, había tenido un largo día en la sucursal de los hoteles debido a el viaje que -se supone- realizaría junto con Emmett para supervisar el funcionamiento de los hoteles en Europa y Asia. Yo había tenido algunos inconvenientes en la empresa con los nuevos taxis que habían llegado en la mañana y pleitos entre el personal por la tarde. Quería con toda mi alma que se llegara el fin de semana para poder descansar un poco.

Bella se movió para acomodarse mejor en la cama y puso una mano en mi hombro.

— Tu turno — Me ordenó medio moviéndose.

— Lo hice esta anoche, te toca a ti — Respondí con un bostezo y pasé mi brazo por su cintura para apegarla más a mí.

— Ese no cuenta — Sonrió con los ojos cerrados y me dio un pequeño empujoncito.

A regañadientes me levanté de la cama y presioné el botón para apagar el condenado aparato que me había despertado. Caminé unos pasos hasta la habitación para bebés que habíamos acondicionado a una distancia prudente de la nuestra. Me refregué la cara con las manos antes de entrar y sonreí lo mejor que pude a las dos de la mañana.

— ¿Por qué los bebés tienen la necesidad de despertar a papá a la madrugada? — Hablé en tono de bebé levantando a Thomas en mis brazos para llevarlo al cambiador.

Su pañal estaba hecho un asco, pero ya estaba acostumbrado después de un año de estar cambiando pañales y preparando biberones. Rápidamente cambié el pañal de Thomas y lo volví a dejar en su cunita para atender a Charlie quien lloraba desesperado. Miré su pañal y estaba limpio. Solté un suspiro cansado — ¿Por qué a mí? — Me repetí tomando a los gemelos, -uno en cada brazo- después de ponerles el chupón para que no lloraran, mientras yo ponía a calentar los biberones en el horno.

Mis bebés eran lo más hermoso que tenía -aparte de Bella- y no me arrepentía ni un segundo de haber celebrado cada parte del embarazo con mi esposa: Bella y yo nos casamos cuando ella tenía diez semanas de embarazo; es decir, unas cuantas semanas después de que nos enteramos que estábamos embarazados para que a ella no se le notara y la luna de miel se me hizo más corta de lo que pensé que sería.

Aunque algo fatídico era tener que aguantar las náuseas y los mareos. Había desarrollado mi sentido del olfato, sin contar la aparición del acné y las espinillas. Terminamos compartiendo los síntomas del embarazo, a Bella le fue mejor: Ella tenía cambios de humor fuertes -los cuales me ocurrieron a mí, luego de un tiempo-, podía estar riendo a carcajadas, llorar a mares, ser melosa y lujuriosa o matarte con una escopeta… Todo en cuestión de segundos. Se cansaba por todo y sus antojos eran algo raros. Yo soportaba todo eso, cuando Emmett decidió que era mejor que ella trabajara desde casa y mi papá me recomendó que la cuidara en mi tiempo de vacaciones.

Fue como un milagro maravilloso para mí cuando desaparecieron los síntomas. Bella estaba casi insoportable y en varias ocasiones, consideré volver a vivir con mis padres pero nunca le dije nada y, tampoco la dejé.

*Flashback

Es el colmo ¿SABES QUÉ ME DIJO EMMETT? Que trabajara en mi casa ¿QUIÉN SE CREE QUE ES? Por ser el propietario y fundador de la compañía cree que tiene el poder para hacer lo que le venga en gana. Pero perdió conmigo, mañana voy a volver — Bella caminaba furiosa de un lado a otro, mientras yo llegaba del trabajo.

Creo que él quiere lo mejor para ti — Resolví detectando el olor de la carne a la parrilla que la cocinera estaba preparando para cenar. Sentí ganas de vomitar, pero traté de pensar en otra cosa, ya que no era el momento adecuado.

Él se quiere deshacer de mí con la excusa de que estoy embarazada. ¡NO SOY INVÁLIDA! Lo más probable es que lo moleste mi presencia, y por eso no me quiere allí — Bajó el tono de su voz y se abrazó a sí misma, empezando a llorar.

Caminé hasta donde estaba ella y la abracé — Sabes que Emmett te quiere mucho, nunca haría algo para alejarte o hacerte daño. Es tu hermano oso ¿Recuerdas? — Traté de sonreír, pero una arcada vino a mí y no me quedó más remedio que correr al baño.

Me lavé la boca al terminar. Odiaba cuando pasaba eso, no podía comer u oler nada porque en seguida paraba en el retrete. No me di cuenta de que Bella estaba tras de mí, con los ojos llenos de lágrimas.

Creo que fue la carne — Sonreí haciendo magüe de abrazarla, pero ella se fue llorando.

Todo esto es mi culpa. Nunca tendrías que sufrir de nauseas si no fuera por mí — Siguió corriendo por la casa y hablando por lo bajo sin que yo la pudiera detener o entender.

¡Hey! — La detuve tomando su mano con delicadeza. Ella me miró con los ojos aguados. Tomé su mandíbula y la acerqué a mí — Nosotros decidimos ser padres y los dos vamos a afrontar el embarazo — Estaba a punto de besarla, pero el olor a carne entró en mis fosas nasales, de nuevo, y lo siguiente fue mi carrera hasta el baño.

*Fin del Flashback

Las náuseas eran lo de menos, porque a veces las podía controlar a base de medicamentos. Pensé que las náuseas aparecían en un horario determinado: pero a mí me daba ocasionalmente en las tardes o en las noches, junto con un terrible dolor de cabeza; luego, Bella seguía para quejarse del dolor de pies o en los pechos.

Siempre teníamos una pelea por algo distinto, a veces ella la iniciaba o yo, estábamos sobrecargados de emociones -en el caso de ella- o con dolores y arcadas -en mi caso-. Se daba la discusión, pasábamos días eternos sin hablarnos… Las reconciliaciones eran lo bueno. Lo mejor del embarazo era que Bella se ponía dulce, melosa y respiraba lujuria por todos lados. Cada amanecer, tenía a Bella encima de mí o restregándose en mi cuerpo fingiendo dormir.

Caminé lenta y silenciosamente con mis bebés en brazos, hasta la habitación que les pertenecía a ellos, para dejarlos en su cuna. Ambos estaban dormidos, pero Charlie tenía el sueño liviano y me llevaría otra hora tratar de dormirlo a él y a Thomy, quién se despertaba apenas escuchaba el llanto de su hermano. Todo iba bien, dejé primero a Thomy y estaba a contados segundos de acostar a Charlie.

Hasta que llegó Bella, poniendo sus manos en mis hombros, cosa que provocó que me estremeciera y despertara a Thomy a su paso. Mecí a Thomas en mis brazos antes de que Charlie lo escuchara, para mi mala suerte, se despertó; Bella se adelantó tomándolo en sus brazos.

— Tenías razón, era mi turno — Dijo con una sonrisa adormilada.

— Pudiste admitirlo hace, no sé, dos horas.

Comenté mirando mi reloj con una sonrisa cansada. Bella se acercó a mí susurrando que me fuera a dormir, aún si lo hacía, solo podría dormir una hora porque tenía que llegar a la empresa temprano. Solté un suspiro cansado, lo mejor que podría hacer era seguir derecho, consintiendo a mis bebés y a mi esposa.

Bella decidió no trabajar por los días siguientes. Se había tomado tres semanas para "Representar su papel de madre" y había dejado a Alice en la parte contable y legal; Jasper seguía como jefe del departamento de arquitectura, pero había adquirido unos cargos más que me había mencionado y yo no recordaba. Yo suponía que todo en la sucursal debía estar hecho un caos, sabiendo que Emmett había emprendido su viaje en la mañana y Bella también estaba ausente. No creía que los empleados tuvieran el mismo respeto por Alice -sin desmeritarla- que por Bella, quien era la dirigente directa.

Como sea, me quedé de pie con mi pequeño bebé llorón en mis brazos, escuchando las palabras de Bella para convencerme de ir a dormir. Mejor decidí dejar un beso en su mejilla para silenciarla y hacerle una mueca de que me siguiera a la sala para, al menos, ver televisión mientras los bebés se dormían -de nuevo-. Ella no hizo más que sonreírme y acomodar mejor a Thomy en sus brazos, para luego seguirme.

Ambos nos sentamos en el sofá, Thomy lloró de nuevo, para que le diéramos de comer y Bella se encargó de ello mientras yo pensaba como pedirle un favor al que, de seguro, ella se negaría. De hecho, había estado pensando en cómo decirle sin que se molestara, pero nunca encontraba las palabras que parecían ser correctas para que aceptara, sin hacerme berrinches.

Bella llegó de nuevo, alimentando a Thomy con el biberón y se fijó en que Charlie por fin sucumbía ante los hechizos del sueño. Solté un suspiro esperando no despertarlo y que comenzara a llorar de nuevo; mi esposa por su lado, se estaba dejando caer junto a mí lenta y cuidadosamente. Me sonrió al ver que Charlie también tenía los ojos entrecerrados, casi a punto de dormirse con el biberón en la boca.

— Misión cumplida, de nuevo — Susurré.

Los gemelos estaban en un sueño profundo hacia algunos treinta o cuarenta minutos. Bella y yo no nos habíamos querido poner en pie, teníamos el televisor apagado y solo estábamos hablando entre susurros. Ella asintió y sonrió.

— Tenemos que buscar una manera de ponerlos tranquilos para la fecha de la boda de Alice y Jasper. Tenemos un par de meses para pensarlo — Sonrió.

— ¿Recuerdas nuestra boda? — Pregunté.

Eso me ayudaría a introducir el tema del que quería hablarle. Sin planearlo, las imágenes de lo que fue nuestra boda, se agolparon en mi mente.

*Flashback

Una noche… ¡UNA JODIDA NOCHE SIN PODER PEGAR EL OJO!… Rosalie, Alice y por lo tanto, Emmett y Jasper se confabularon en mi contra: Según la tradición, la novia no puede ver al novio la noche antes de la boda, porque era mala suerte o alguna mierda así. Mala suerte era tener a Alice y a Rose planeando una boda, que Jasper y Emmett fueran los dos perros falderos de sus novias y por lo tanto yo estuviera con ojeras, parecidas a las de un vampiro, en MI boda.

Suspiré resignado al ver que el reloj marcaba las cuatro treinta de la tarde. Bella y yo decidimos casarnos en las Islas Griegas, en Santorini, durante la puesta del sol, faltaban cuatro interminables horas para poder tenerla a mi lado frente al altar, estaba casi muriéndome.

Jasper y Emmett estaban a mi lado, los desgraciados habían hablado con sus respectivas novias por teléfono y se turnaban para verlas, casi todo el maldito día. Me estaba volviendo loco. Antes de que yo empezara a gritar, ellos me llevaron a caminar por la playa para que me "relajara y pensara en otra cosa", eso solo me recordaba la boda y el lugar en el que vería a mi Bella. De todas formas, me convencí a mí mismo de que sería una boda pequeña e íntima, esperaba que los de la prensa y, los que nos siguieron casi todos los días, no nos arruinaran esto. Habíamos invitado a pocas personas, solo nuestras familias y amigos estaban presentes.

Las horas pasaron, me encontré a mí mismo en frente del espejo, arreglando mi traje para la boda que sería dentro de una hora. Mi traje era plateado, excepto la camisa y los zapatos que eran blancos. Según Alice, mi traje combinaba con algún tipo de adorno que llevaba el vestido de Bella, el cual tampoco me dejaron ver. Emmett y Jasper custodiaban la entrada, por eso se me hizo extraño escuchar que abrían la puerta. Suspiré e hice magüe de arreglarme la corbata, para luego darme la vuelta y ver la enorme sonrisa que llevaban mis padres en sus rostros.

Mi bebé, ya es un hombre grande — Lloraba mi mamá, abrazándome.

Ella estuvo un rato llorando sobre el pecho de papá, hablando de lo orgullosa que estaba de mí, de lo mucho que había crecido, que lamentaba no haber estado a mi lado cuando lo necesité y de la buena decisión que había tomado al elegir casarme con Bella. En fin, ella solo había ido para supervisar que yo estaba bien y que nuestro bebé no me estuviera haciendo sufrir con nauseas u otras cosas.

Luego, se fue a ver a Bella y se quedó mi papá. Él soltó un suspiro y yo bajé la cabeza, tal vez pensando lo mismo que él.

Sé que él estaría feliz — Dijo abrazándome.

No pude contener la lágrima — Hoy es uno de esos días en los que se me hace difícil ignorar que ya no está aquí — Me boté a los brazos de Carlisle — No tienes idea de lo mucho que extraño a Thomas, quería que él viera todo esto, que estuviera conmigo — Solté una risita triste — Aunque se burlara o… Lo que fuera que hiciera.

Él te quería, quería que fueras feliz. Me pesa no haberlo conocido lo suficiente, pero sé que no estaría burlándose, te estaría dando su apoyo incondicional… Lo está haciendo desde dondequiera que esté — Me alentó y terminó de hacer el nudo en mi corbata.

Alice y Rosalie se esmeraron con la decoración de aquella pequeña parte de la playa, donde los colores primarios eran el blanco, el rosado pálido y el plateado, decorando los pocos asientos dispuestos para los invitados. Me paré al frente del altar, a mi lado estaba Jasper -como mi padrino- y Emmett vestidos con un traje blanco. Vi a mis padres, a Natalie con Alexander y a la madrastra de Bella… Como dije, no teníamos muchos amigos.

Rosalie y Alice eran las damas de honor, entraron por el pasillo caminando con un sencillo vestido rosa de corte en v que les daba hasta las rodillas. Cada una llevaba un ramo de flores con el mismo color del vestido… Y luego apareció… Ella estaba allí, caminando hacia mí, tomada del brazo de su padrastro. No vi nada más que no fuera a mi ángel vestida de rosado pálido -asemejándose al blanco-, sus hombros descubiertos debido al cuello bandeja del vestido, que iba en encaje en la parte de arriba, sus brazos cubiertos hasta los hombros, a un lado de la cintura llevaba un adorno plateado y la parte de abajo de su vestido, era sencilla y abombada que le daba un poco más debajo de sus rodillas.

Con suerte, puse atención para poder decir mis votos a tiempo… Para ese momento, solo la estaba viendo a ella y nadie más existía en mi mundo.

Jamás pensé encontrarme en una situación parecida ¿Quién diría que yo encontraría al amor de mi vida en un taxi? — Para entonces, las manos de Bella estaban sobre las mías. A lo lejos pude escuchar algunas risas y continué — Bien dicen que, del odio al amor hay un solo paso — Todos soltamos otra leve carcajada — Tal vez no debería decir algo como eso, nunca odié a Bella en realidad. Lo que quiero decir es que, me enamoré de Bella en el instante en que vi su comportamiento con Alice y… Se mostró como era ella: Una hermosa mujer inteligente, cariñosa, caritativa, leal… Si me pongo a decir todas las cualidades que me enamoraron de ella, no terminaría nunca… — Miré a Emmett — No quiero faltarte el respeto, pero no me importó que ella estuviera casada; simplemente sabía, inconscientemente, que quería pasar el resto de mi vida con ella… Porque mi vida dio un vuelco desde que ella entró en mi taxi. Te amo, Bella y juro cuidarte por siempre.

Así, estuve a punto de besarla; desgraciadamente, el sacerdote aclaró su garganta para que Bella siguiera con sus votos matrimoniales.

Edward, tú fuiste la única persona, ajena a mi reducido círculo de amigos, que logró hacer que yo bajara mis barreras. Contigo todo era tan fácil como respirar, se sentía correcto todo lo que hacíamos, sin importar si lo era o no — Soltó una risita y se volteó ligeramente para ver a Emmett — Tampoco me importaba el hecho de estar casada. Tú eres el único al que considero mi amigo, compañero de vida y amante. Terminé con varios dilemas morales en los que tú eras mi único protagonista, porque al mismo tiempo que crecía nuestra amistad, también crecía el amor que yo sentía por ti. Encontré al hombre que está hecho a mi medida, quien siempre sabe qué decir y cuando callar en los momentos exactos. Agradezco al cielo y a Dios por haberte puesto en mi camino. Al paso del tiempo, descubrí el gran hombre que se ocultaba tras la máscara de falsa felicidad, para protegerse o proteger a los demás. Te amo, siempre estaré contigo sin importar nada.

Lo que hoy ha unido Dios, que no lo separe el hombre. Hasta que la muerte los separe — El sacerdote me miró — Ahora sí, puede besar a la novia.

*Fin del Flashback

Miré nuestras argollas de compromiso, fue la boda perfecta y valió la pena esperar por ella. Para ese entonces, nosotros no sabíamos que estábamos esperando gemelos. Cuando íbamos a las citas con el obstetra, solo veíamos a Charlie creciendo sano y fuerte, nuestra sorpresa fue enorme cuando Thomas decidió hacer su aparición hasta el día del parto… El obstetra dijo que Thomas se había escondido muy bien detrás del cuerpo de su hermano y por eso no lo vimos en las ecografías.

De alguna forma, debimos preverlo porque Bella estaba más rellenita de lo normal, comía en exceso, así como yo también tenía nauseas en exceso y los cambios de humor ya no los tenía ella, sino yo. Gracias a Dios, ambos nacieron sanos y Bella había soportado el parto como la guerrera que era. Mis bebés tenían el mismo color de mi cabello y algo de mis ojos, de resto eran parecidos a Bella en toda la extensión de la palabra.

Ya teníamos la habitación preparada para Charlie, hubo que hacerle un par de cambios para recibir a Thomas. Los primeros días después de que le dieron de alta a Bella, los gemelos dormían con nosotros, después los enseñamos a dormir en sus cunitas y manteníamos los monitores cerca para cuando lloraban -como esa madrugada-.

— Hablando de bodas… Recuerdas a Heidi ¿No? — Dije mirando a Charlie en mis brazos. Bella me lanzó una mirada envenenada una vez levanté la cabeza, tragué saliva y seguí — Ella me invitó a su boda, es mañana y… ¿Quería saber si vamos los dos? Con los gemelos, claro; o podemos dejarlos con Carlisle y Esme — Pregunté escudándome, cobardemente, en mi bebé dormido.

Bella puso cara de pocos amigos, y ésta se tornó roja a punto de explotar en cuanto le mencioné, a la que una vez, trató de seducirme a mí y siguió las ordenes de Damien para hacerme daño. A mi esposa no se le había olvidado todo lo que esas personas nos habían hecho pasar.

Heidi había bajado su pena en prisión por buen comportamiento, porque fue "victima" del engaño por parte de Damien y por tener un buen abogado. Lo mismo pasó con Félix, quien dio testimonio de que Aro lo había obligado a realizar todos los actos ilegales que le imponían. Félix salió de prisión y tanto a Aro como Damien, les imputaron más años en la cárcel. Con ello, Heidi y Félix pasaron un poco menos de un año en prisión. Cuando se conocieron, se enamoraron… Meses después, decidieron casarse y Heidi me invitó a su boda.

El caso era que no quería decepcionar a Heidi y, por lo que me dijo cuándo me entregó la invitación, ella me consideraba su amigo, me demostró que ya no tenía nada que temer por si quería hacerme algún daño físico o emocional. Me pareció que lo mejor era que Bella supiera de eso. En cuanto a mí, prefería olvidar y perdonar; no se me hacía fácil "odiar" a una persona por tanto tiempo. Aun así, no bastó. Bella tomó bruscamente a Charlie de mis brazos -no sé cómo no lo despertó- y llevó a los gemelos a su habitación… Me quedé sentado en el sofá mientras Bella volvía.

Estaba resignado en mi lugar, puesto que ya sabía que cuando Bella volviera explotaría su furia. No habría quién pudiera pararla. Ya lo sabía con solo ver la expresión en su rostro antes de que se fuera.

Un par de minutos después, escuché sus pasos haciéndose más audibles a medida que se acercaba a la sala. Me puse ambas manos en los ojos y solté un suspiro, para luego ponerme de pie y enfrentarla, sin retirar ninguna de las palabras que había dicho. No me arrepentía de nada, tampoco me iba a retractar y por primera vez, en nuestro matrimonio, no iba a ceder ante ella.

— ¿Estás loco? ¿Cómo se te ocurre proponerme una cosa de esas? — Dijo casi gritando.

— Solo te estoy pidiendo un favor.

No me dejó terminar, porque inmediatamente levantó su voz.

— Estamos hablando del hombre que nos engañó a Emmett y a mí, sin contar que estaba "enamorado" de mí y también — Dijo, levantando su dedo índice — Hablamos de la mujer que te estaba coqueteando para hacerte daño.

— Ella no lo sabía — Comenté en mi defensa y ella soltó un bufido.

— No lo haré, no habrá nada que puedas hacer para convencerme de ir a la boda de aquellos mentirosos.

— Por favor, quiero que me acompañes a la boda de Félix y Heidi, nunca te pediré otro favor — Vi un deje de duda en su rostro y me atreví a decir — Podemos pedirles a nuestros padres que cuiden a los gemelos — Sonreí de la manera que le gustaba.

La vi morderse el labio y sabía que ella estaba empezando a ceder, me acerqué a ella, estiré mis brazos hasta rodearla con ellos en un abrazo y susurré un "por favor" en su oído, para luego dejar un casto beso en él. Ella se mordió el labio mientras desplegaba una sonrisa.

— No estoy aceptando nada — Se quedó pensativa — No llevaremos a los gemelos, pero me sentiría muy avergonzada con tus padres por tener que cuidarlos dos noches seguidas — Comentó.

De repente, emprendió una carrera al baño, cosa que no se me hacía tan descabellada puesto que en la cena y el almuerzo había comido demasiado. Después, cuando ella regresó de nuevo a la sala, se quedó mirándome mientras pensaba. Alcé una ceja, en una silenciosa pregunta, porque empezaba a sentirme confundido. Ella deshizo el contacto de nuestras manos y se quedó mirándome con la misma expresión confundida que yo tenía, excepto que había un atisbo de furia en su mirada.

— Te lo dije desde la semana pasada, vamos a celebrar que firmamos el contrato con los suizos. Es este fin de semana, el domingo — Se quedó en silencio — ¿Lo olvidaste? — Preguntó tratando de contener la ira.

— No, por supuesto que no — Respondí sin tener idea de lo que me estaba hablando.

Empecé a buscar en mi memoria las veces en las que Bella hablaba de la dichosa celebración, pero la verdad era que no encontraba nada; quizás ella me lo dijo cuando llegaba cansado del trabajo o cuando atendíamos las necesidades de nuestros hijos. En todo caso, yo estaba en blanco aunque no lo iba a demostrar ante ella.

— ¿Ah, sí? ¿Dónde es la fiesta? — Me quedé mudo. Ella se empezó a pasear por mí alrededor, poniendo su dedo índice con elegancia sobre su barbilla — Si pones atención a lo que te digo, estarías harto de que yo mencione tantas veces el lugar de la fiesta — Comentó con una sonrisa sarcástica.

Pensé rápidamente, la fiesta era por cuestiones laborales; generalmente, todo lo que tenía que ver con trabajo, lo realizaban en el bar McCarthy y ésta vez la ocasión era la firma de un contrato… Tenía que ser allí. Sonreí levemente.

— Claro, la fiesta es en el bar McCarthy.

Ella se puso una mano en la frente — Por favor, dime que esto es una broma… Ya dime que estás jugando — Suspiró.

Se quedó unos segundos mirándome con cierta esperanza, a lo que yo quedé mudo con los hombros encogidos. Bella se dio media vuelta y comenzó a caminar hasta nuestra habitación. Solté un suspiro cansado, dejé un mensaje en el buzón de mi asistente avisándole que no llegaría al trabajo, para que ella reprogramara mis compromisos y fui detrás de Bella inmediatamente.

La encontré en la cama, boca abajo, soltando leves sollozos. Me sentí pésimo. Traté de recordar nuevamente el lugar que ella había mencionado, o siquiera el hecho de que me hubiera dicho sobre el evento, pero nada aparecía en mi cabeza. Comencé a caminar lentamente hasta la cama que compartíamos.

— Nunca me escuchas, no me pones atención. A veces no sé, si en realidad estás conmigo o estás pensando en otras cosas — Sollozó alzando la cara, solo para ponerla de nuevo contra la almohada.

La verdad era que, había estado tan ocupado las últimas semanas, que solo pensaba en trabajo. Hasta ese día, mi mundo era mi trabajo y darles mínimos cuidados a mis bebés. Nunca pensé en que, quizá Bella se podría sentir ignorada; estaba tan metido en mi rutina que me había olvidado de ella… Esa era la razón de todo.

Me senté a su lado, en la cama y acaricié su largo cabello. Aunque me doliera un poco, aparté su larga cabellera para sobar su espalda, intentando tranquilizarla. Bajé la cabeza.

— Lo siento, tienes razón. Yo me estoy comportando como un idiota, no te estoy prestando la debida atención por estar metido en mi trabajo.

Pasaron unos cuantos segundos en los que yo sobaba la espalda de Bella y ella seguía con su cara enterrada en la almohada. Ya pensaba que se había quedado dormida, hasta que giró su rostro, se quedó mirándome con sus ojos enormes color chocolate, hinchados por el llanto y una pequeña sonrisa en su rostro.

Hablamos un rato, en el que ella me recordaba donde era la fiesta y luego nos hacíamos mimos. Bella se complació cuando le dije que ese día no iría a trabajar y me quedaría con ellos.

La convencí de ir a la boda, a la que también estaban invitados Emmett y Rosalie. Rose era un poco más… "rencorosa" y no se lo pensó ni un momento al deshacerse de la invitación para la dichosa boda. Creí que, Emmett iría por su anterior "mejor amigo" y una vez más, me equivoqué porque Emmett no quería saber de alguien que lo había traicionado. Por eso, ambos casi me matan cuando los llamé para saber si me hacían el favor de cuidar a los gemelos: Ellos adoraban a Charlie y a Thomy, su único problema fue cuando les dije que iríamos a la boda.

Bella se puso un hermoso vestido dorado, se maquilló y estaba preciosa en la boda de Heidi con Félix. Yo me arreglé lo mejor que pude, aunque no fue fácil teniendo en cuenta que Rose me había golpeado y tenía un tenue moretón en la mejilla. De resto, todo salió como se supone que debía hacerlo, Bella se comportó lo mejor que pudo aferrando sus manos a mi brazo para no cometer un asesinato. En la recepción, ella comió de más, bailamos mientras ella se me restregaba y después se enfadaba conmigo por hacerla ir al evento. Todo estuvo prácticamente normal, nos quedamos hasta que Heidi y Félix nos hablaron… Bella perdió la paciencia y me haló hasta el auto para no formar un espectáculo en frente de todos.

Sonreí… Esa noche había sido bastante divertida en ciertos sentidos. Pero nada como la noche siguiente, en la que mis padres cuidaron a los gemelos y a Tasha. Estábamos Jasper, Alice, Emmett, Rose, Bella y yo en la "Casa" de Paul: Esa cosa parecía un salón de eventos.

*Flashback

Todos nuestros amigos estaban bailando. Claro, Emmett y Jasper estaban invitados porque el primero era el fundador y Jasper ocupaba un alto cargo en la parte de arquitectura; ambos llevaron a sus acompañantes y básicamente, todos eran felices. Yo estaba sentado en una mesa con una copa, de quién sabe qué tipo, de licor en la mano. Me estaba ahogando en alcohol esa noche porque Bella solo quería bailar y a mí no se me daba muy bien eso; en cambio, ella decidió bailar con el tal "Paul" durante casi todo el tiempo que llevábamos allí.

Bella bailaba sensualmente, reía y hablaba con ese hijo de puta. Cada vez que yo me acercaba, me sentía incómodo en ese círculo, en el que mis amigos bailaban sonrientes y Paul bailaba sonriente con MI esposa. Prefería estar sentado, ahogándome en alcohol y mirándolo con odio, que estar con ellos haciendo el papel de tercera rueda… No sabía ni bailar, más bien parecía una tabla cuando me paraba en la pista.

Bella se sentó a mi lado, completamente despreocupada, todo su cuerpo bañado en sudor, las luces del lugar hacían que pareciera que ella brillara debido a todas las gotas que emanaban de su perfecto cuerpo.

¿Qué pasa, amor? ¿Por qué no te estás divirtiendo? — Preguntó acercándose más a mí.

No sé bailar, no quiero hacer el ridículo en público… Es todo — Comenté jugando con mi copa. Bella arqueó una ceja en mi dirección, sabiendo que le mentía — Ok, me molesta que toda la noche has estado bailando con ese idiota — Levanté mi mentón señalándolo.

Bella abrió los ojos y una sonrisa se desplegó de sus labios.

¿Paul? ¿Me estás diciendo que estás celoso de Paul? — Fruncí el ceño e inmediatamente ella soltó una carcajada. Dejó un beso en mis labios cuando pudo calmarse — Vamos, míralo de nuevo — Me indicó.

Él estaba bailando con otro hombre, ambos muy cerca, casi pegando sus caderas entre sí. Abrí los ojos a más no poder cuando vi que se acercaba más a su compañero y dejaba un beso en su mejilla, luego besó sus labios y empezó a abrazarlo como si se le fuera la vida en ello, sin dejar de bailar demasiado cerca.

Él tiene novio. Paul y Jared han estado juntos desde hace un poco menos de dos años — Me explicó.

Yo seguía atontado, sintiéndome un estúpido por sentir celos de él, por no percatarme ni un segundo de que el tipo era gay. Después de dar una vista a todo el lugar, entendí que el baile requería que las parejas estuvieran cerca.

Vamos — Me animó Bella poniéndose en pie — Soy una buena maestra, te enseñaré cómo bailar — Dijo de manera pícara, todo su cuerpo emanaba lujuria. No pude evitar sonreír e hice lo que me pidió.

*Fin del Flashback

Una noche que recordaré por siempre…

Dos semanas después, fui con Bella a la clínica y descubrimos que nuevamente estaba embarazada. Cuando nos enteramos, todo tuvo sentido, sus cambios de ánimo, sus constantes dolores de cabeza y las cosas tan raras que comía.

Todos los síntomas del embarazo los sufrió Bella, aunque en cierta medida, yo también sufrí porque tenía que tratarla con paciencia y levantarme a la madrugada por un antojo, dolor de cabeza o hacer de psicólogo con sus dramas existenciales. El parto fue complicado por ser la segunda vez que tenía gemelas, ambos estábamos nerviosos y lo estuvimos aún más cuando uno de los asistentes de parto dijo que la segunda gemela se había atorado en el canal pélvico, porque estaba mal acomodada… O algo parecido entendí en medio de los nervios, el miedo y la ansiedad que azotaban mi cuerpo.

Afortunadamente, todo salió bien, Thomas y Charles recibieron como hermanas menores a las gemelas Carlie y Vanessa. Lo que siguió fue más complicado, fue un verdadero reto tanto para Bella como para mí, cuidar de dos niños de un año y dos bebés recién nacidas. Pero lo logramos, a pesar de que a veces queríamos salir corriendo y dejarlo todo.

Mis papás nos ayudaron en algunas ocasiones. Rose y Alice estuvieron al pendiente, también; a pesar de que cada una tenía hijos: Rosalie se casó con Emmett en una boda muy ostentosa y con muchos invitados; Rose volvió a quedar embarazada de un niño muy inquieto llamado Eric, casi tenía la misma edad de los gemelos y Tasha estaba que no cabía de la felicidad. Alice, sorprendentemente, quedó embarazada de una dulce y encantadora niña con la misma personalidad de ella, a quien llamó Ángela; después le pidió a Jasper que se hiciera la vasectomía.

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Estoy sentado en mi vieja silla de madera, ojeando el paisaje que tengo frente a mí. Lentamente, suelto el aire que mantengo en mis pulmones, recordando que tengo más años de lo que me gustaría admitir. Miro el anillo en mi mano, no me arrepiento de nada de lo que he vivido hasta ahora. Después de bajar mi mano sintiendo una sonrisa en mi rostro, veo un pequeño borrón corriendo hacia mí y estiro los brazos, haciendo lo posible por acercarme.

— Hola, nena — La miro de cerca porque tiene una sonrisa culpable — No me digas que volviste a escapar — Sonrío mirándola de reojo.

— Mi mami está en la cocina y yo quería venir a saludarte — Hace un puchero que Alice le enseñó.

— Ok, vamos con mami. Pero no te puedes volver a escapar.

Me levanto de mi silla y la tomo en mis brazos mientras camino a la cocina. Para este momento, deseo volver a ser un hombre joven y así disfrutar mejor de mis nietos.

En el camino me encuentro con Jasper, quien por fin me perdonó por haber enseñado a Charlie a conquistar a Ángela y después, casarse con ella; hasta ahora no habían tenido hijos, pero la relación entre ellos como pareja iba muy bien. En mi defensa, para el momento en el que mi hijo me dijo que estaba enamorado, yo no sabía de quién se trataba, lo descubrí cuando la presentó ante nosotros como su novia. Jasper casi descuartiza a Charlie y le faltó enterrarme un cuchillo; por suerte, Alice estaba allí y logró calmarlo.

Simplemente, sonreí cuando mis hijos -hombres- entraron en la adolescencia y empezaron a enamorarse. Nunca me preocupé por mis hijas, ellas seguían siendo mis bebés. Por primera vez, y de mala gana, entendí lo que había sentido Jasper cuando se enteró de la relación que tenían nuestros hijos: Resultó que Eric logró captar la atención de Carlie y su noviazgo se hizo explícito… Yo me enteré de la peor manera, cuando fui a recoger a las gemelas de la escuela y Eric besaba a Carlie con vehemencia. Bella fue la que me tranquilizó para ese entonces, cuando quería matar tanto a Emmett como a su hijo; claro que Rose mataría a mí si le hacía daño a alguno de sus dos hombres. De todas formas, no había nada que yo pudiera hacer y con el tiempo me fui acostumbrando a la idea, hasta que decidieron casarse y hacer su vida aparte.

Jasper y nuestro nieto Jason, se unen a mí con Bree en la caminata a la cocina, en la que parecían estar la mayoría de mujeres, porque unos segundos después vemos a Emmett jugando con sus nietos mellizos: Charlotte y Peter -hijos de Tasha-. Caminamos juntos, Emmett haciendo bromas como siempre, intentando sostener a ambos niños en sus ya, no tan fuertes brazos. Jasper y yo tratábamos de no soltar ni a Jason y mucho menos a Bree, para parar y reírnos del pobre Emmett.

Finalmente, la familia estaba reunida en la mesa para cenar. Esto me recuerda mucho a cuando mis padres vivían, yo almorzaba o cenaba con ellos frecuentemente. Seguramente, Bella me sintió tenso y acarició mi brazo para que yo alzara la vista, observando cada pareja con detenimiento y a los más chiquitines jugando o negándose a comer.

Natasha encontró el amor en Embry Call, quedó embarazada al poco tiempo de formalizar su relación y luego del parto se casaron por petición de Emmett. Como lo dije antes, Eric y Carlie estaban prometidos y hasta ahora solo tenían a Bree. Vanessa estaba reticente a casarse por los fallidos intentos de amor que había tenido, por el momento solo estaba teniendo citas frecuentes con un muchacho llamado Liam. Charlie y Ángela estaban casados, tenían a Jason y estaban a la espera de su segundo hijo.

Por último estaba Thomy, quien no se sintió del todo normal durante toda su vida y después descubrió por sí mismo, que era gay. Bella y yo nos miramos asombrados cuando lo dijo, pero nunca lo juzgamos por ello, ninguno de la familia lo juzgó… Por el contrario, todos lo apoyamos para que sintiera confianza estando a nuestro alrededor. Era diferente que me dijera gay a que me presentara a su "novio" llamado Benjamin; para ese momento, solo pude sonreír tratando de no alterarme esperando que fuera una pesadilla. No fue así porque ya llevaban como pareja mucho tiempo y estaban planeando casarse. Por encima de todos mis pensamientos y creencias, yo quería que mi hijo fuera feliz sin importar nada; parecía que estar con Benjamin lo hacía feliz, entonces yo no tenía razones para oponerme.

— ¿En qué piensas? — Pregunta Bella sin dejar de sobar mi brazo.

— Somos muy afortunados ¿Sabes? Y no lo digo por el dinero — Sonrío mirando al frente — Tenemos una familia grande y llena de amor — La miro a ella — Esto no hubiera sido posible, si no hubieras entrado en mi taxi aquella noche y luego convirtiéndome en mi chofer — Sonrío, al menos todavía me sale la sonrisa que a ella le gusta.

— Ese día lo atesoro en mi memoria y nunca me arrepentiría de haberte convertido en mi chofer — Deja un beso en mi mejilla y luego me incita a comer, no sin antes susurrar para mí — Mi taxi driver.

OK, UN CAPÍTULO LENTO PERO SEGURO. GRACIAS A TODAS LAS QUE CREYERON EN MÍ Y EN ESTA HISTORIA, ESPERO NO HABERLAS DESILUCIONADO; LLEGAMOS A LOS 400 REVIEWS Y ESO ME HACE INCREIBLEMENTE FELIZ, ES EL NÚMERO MÁS GRANDE DE REVIEWS QUE HE RECIBIDO.

COMO YA LES COMENTÉ A LAS QUE ME SIGUEN EN EL GRUPO DESPUÉS DE ESTA HISTORIA, ESCRIBIRÉ UN OS ROSEMMETT QUE ESPERO LES GUSTE, CONTINUARÉ CON UNA HISTORIA QUE YA ESTÁ PUBLICADA DE JASLICE PARA HACERLA UN SHORT FIC Y EL PROXIMO PROYECTO SERÁ UNO DE BELLA Y EDWARD... UN PROYECTO A LARGO PLAZO PORQUE NO ESTOY MUY SEGURA DE QUE EN LA UNIVERSIDAD ME DEJEN TIEMPO PARA ESCRIBIR TODAS MIS LOCURAS.

UNA VEZ MÁS, MIL GRACIAS Y ESPERO SUS REVIWES. ABRAZOS Y BESOS PARA TODAS.