ESTE FANFIC NO ES MÍO. ES UNA TRADUCCIÓN.

La historia original en inglés es obra de GoldenOuryuuWooly y se llama "Another Story Begins". Lo tiene publicado en la página "Archive of Our Own". Cuento con su permiso para hacer esta traducción y publicarla en esta página. El link a la página del fanfic original está en mi perfil, porque no me dejaban escribirlo aquí.

Esta es la secuela de "A Different Story" o "Una historia diferente" en español. Recomiendo que leáis mi traducción de este fanfic antes de empezar con esta secuela.

ooooooooooooooooooooo

Prólogo: Amanecer.

Aún había ruidos de pelea rodeándoles. Zeno se mantuvo quieto, sus palabras flotaban en el aire a su alrededor. Se negaba a mirar a Yona, sus ojos estaban fijos en cualquier cosa salvo en la chica que estaba de pie enfrente de él. Había una sensación de pesadez rodeando a su corazón, el órgano se sentía demasiado grande en su pecho. Todavía había una sensación de temor en el aire, arremolinándose a su alrededor y haciéndole sentir incómodo.

"¿Zeno?"

Él permaneció en silencio, obligándose e inhalar y exhalar, haciendo que su corazón latiera de forma más estable. Una parte de él se negaba a mirar a Yona, se negaba a aceptar las palabras que él mismo había dicho. Se escuchó un suspiro, y al momento después ella estaba en frente de él, con el rostro tenso por la preocupación. Por un momento parecía que ella iba a decir algo, quizás lo hizo. Él se preparó para ello, sintiendo los restos de un pánico frío rodeándole aún más.

"Mírame, Zeno."

"Bueno, no me dejas otra opción." Murmuró él, sintiendo que sus extremidades se ponían tensas ante sus palabras. Se sentía extraño dejar caer su fachada habitual, su forma habitual de hablar, o tratar de hablar. Él no quería mirarla porque temía decirla más mentiras. Había una pequeña parte de él que temía que Yona fuera a gritarle, que estuviera furiosa con él por mentir y seguir difundiendo más mentiras en vez de decirla la verdad.

Había demasiadas mentiras que reparar.

"Escucha." Comenzó Yona, tal vez sin ni siquiera prestar atención al cambio de su forma de hablar. Los hombros de ella se hundieron un poco, la chica tomó una profunda respiración antes de continuar. "Realmente no me importa cuál es tu poder, o que no puedas morir, o… lo que sea. Quiero decir siento curiosidad, pero… Ese no es el punto. Sinceramente, solo… me alegro de que estés bien."

"Yona." La respondió Zeno frunciendo el ceño mientras la miraba. "Te das cuenta de que os he mentido a todos, ¿verdad?"

"Sí, pero tenias tus razones, ¿no?" Le preguntó Yona, frunciendo el ceño ligeramente. Algo pareció cruzar su mente, su ceño se profundizó. "Antes dijiste que morirías si eras apuñalado, pero me acabas de decir que no puedes hacerlo. ¿Cuál es la mentira?"

"… No puedo morir." Él desvió la mirada, mordiéndose el labio. "He intentado morir, innumerables veces… Nada puede matarme, y he estado vivo durante tantos siglos, no quería que tú o el muchacho os sintierais incómodos… Pero yo soy… Zeno es mucho más viejo que el mismo Kouka."

"¿De verdad?"

"Sí…" Se sintió reír, el dragón negó con la cabeza ligeramente. "El Rey Hiryuu creó el país justo después de que cumpliera dieciséis años, y me convertí en Ouryuu justo después de cumplir diecisiete."

"Tú eras-"

"Soy el único Ouryuu que existe, aparte del propio dragón. Y ese bastardo no me ha dicho ni una sola palabra en miles de años…"

"Así que cuando dijiste que habías sido nombrado como el primer Ouryuu…"

"Mentira. Fui llamado como mi abuelo." Murmuró Zeno. Él suspiró, cruzándose de brazos mientras la pelea parecía apagarse. Esa acción sofocó los retortijones de su estómago, pareció centrarle lo suficiente como para oír sus propios pensamientos. "Bueno, Yona, ahora sabes la verdad sobre mí… Soy un mentiroso, soy inmortal hasta el punto de que puedo decir que nada puede matarme… ¿Tú aún… aceptas-"

"Eres Ouryuu." Le cortó Yona, estirando sus manos y descruzando los brazos de él, dirigiéndole una mirada severa. "Tú eres valioso para mí, al igual que eras valioso para el Rey Hiryuu tantos años atrás. Te acepto como mi dragón, ya que crees que soy la reencarnación de Hiryuu."

"Bueno, lo eres. Eres el dragón rojo."

"Entonces créeme, Zeno, te acepto. Realmente no me importa que mintieras. Lo hiciste por una razón."

Él sonrió durante un momento, liberando sus manos para abrazar a la chica fuertemente. "Gracias, señorita."

"Ohhh, ¿has vuelto a llamarme señorita? Me gustaba oírte decir mi nombre."

Zeno se echó a reír, sacudiendo la cabeza a la vez que dejaba ir a la chica, revolviendo el pelo de ella. "Lo siento, señorita. Tal vez lo haga otra vez, algún día, algún día."